PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO DE URGENTE Y OBVIA RESOLUCIÓN, POR EL QUE SE EXHORTA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA A NOMBRAR INMEDIATAMENTE AL C. SECRETARIO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, SUSCRITO POR LOS DIPUTADOS ELIZABETH OSWELIA YÁÑEZ ROBLES Y ALFREDO RIVADENEYRA HERNÁNDEZ DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN Estimados Legisladores Integrantes de la Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión: Los que suscriben, ELIZABETH OSWELIA YÁÑEZ ROBLES y ALFREDO RIVADENEYRA HERNÁNDEZ, diputados integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la LXII Legislatura, con fundamento en los artículos 58 y 60 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someten a consideración de esta honorable asamblea la siguiente proposición con punto de acuerdo, de urgente u obvia resolución. CONSIDERACIONES La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé en su artículo 89, fracción II como una de las facultades del Presidente de la República la de nombrar y remover libremente a los Secretarios de Estado, remover a los embajadores, cónsules generales y empleados superiores de Hacienda, y nombrar y remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombramiento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en las leyes. Es así, que de conformidad con esta facultad, el Presidente de la República ha nombrado de manera expedita a los integrantes de su equipo más cercano, a los Secretarios de Estado, en todas y cada una de las Dependencias señaladas por la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con excepción de la Secretaría de la Función Pública, a cuyo frente se encuentra un Subsecretario como encargado del despacho. A la fecha, luego de haber trascurrido más de cinco meses desde la toma de posesión del Lic. Peña Nieto como Presidente de la República, no se ha efectuado el nombramiento del respectivo Secretario de Estado, ni de dos de sus tres Subsecretarios. A cargo del despacho de la Secretaría de la Función Pública se encuentra el Licenciado Julián Alfonso Olivas Ugalde, titular de la Subsecretaría de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas. Desde luego, no somos ajenos a la reforma de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal publicada el 2 de enero de 2013, en cuyo transitorio segundo se indica: Segundo.- Las modificaciones previstas en el presente Decreto para los artículos 26, 31, 37, 44, y 50 de esta Ley exclusivamente por lo que se refiere a la desaparición y transferencia de las atribuciones de la Secretaría de la Función Pública, entrarán en vigor en la fecha en que el órgano constitucional autónomo que se propone crear en materia anticorrupción entre en funciones, conforme a las disposiciones constitucionales y legales que le den existencia jurídica. Al expedir los ordenamientos reglamentarios de la reforma constitucional correspondiente, el Congreso de la Unión revisará que el control interno y el sistema integral de control y evaluación gubernamental sean congruentes con las atribuciones que le sean conferidas a dicho órgano y compatibles con las bases y principios del Sistema Nacional de Fiscalización, para lo cual realizará las reformas legales a que haya lugar. Entre tanto se expiden y entran en vigor las disposiciones a que se refiere este artículo, la Secretaría de la Función Pública continuará ejerciendo sus atribuciones conforme a los ordenamientos vigentes al momento de expedición de este Decreto. Es decir, si bien se prevé la desaparición de la Secretaría de la Función Pública, también es cierto que tanto su desaparición como el traslado de sus funciones se encuentran sujetas a una condición suspensiva, cuya realización se encuentra indefinida en cuanto a su temporalidad, ya que dependen de la creación del órgano constitucional autónomo en materia anticorrupción. El propio texto del transitorio en comento reconoce que mientras se realiza dicha condición, la Secretaría de la Función Pública continuará ejerciendo sus atribuciones de manera plena, por lo que no se explica la ausencia en el nombramiento por parte del Ejecutivo respecto del Secretario respectivo. A mayor abundamiento, dicha Secretaría es la dependencia del Poder Ejecutivo Federal responsable de vigilar que los servidores públicos federales se apeguen a la legalidad durante el ejercicio de sus funciones y sancionar a quienes no lo hagan. Asimismo, promueve el cumplimiento de los procesos de control y fiscalización del gobierno federal, de disposiciones legales en diversas materias, dirige y determina la política de contrataciones públicas de la Federación, coordina y realiza auditorías sobre el gasto de recursos federales, coordina procesos de desarrollo administrativo, mejora de la gestión, gobierno digital, opera y encabeza el Servicio Profesional de Carrera, coordina la labor de los órganos internos de control en cada dependencia del gobierno federal y evalúa la gestión de las entidades, también a nivel federal. Por otra parte, es de advertirse que la Secretaría de la Función Pública tiene a su cargo el desempeño de las atribuciones y facultades que le encomiendan la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, la Ley General de Bienes Nacionales, la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la Ley Federal Anticorrupción en Contrataciones Públicas, entre otra normatividad. Es decir, es responsable no solamente de lo inherente a las responsabilidades de los servidores públicos, sino también, del manejo del patrimonio inmobiliario federal y de la vigilancia respecto de la correcta aplicación en materia de adquisiciones y obra pública para combatir el fenómeno de la corrupción. El Reglamento Interior de la Secretaría de la Función Pública, en su artículo 6, establece un catálogo amplio de facultades no delegables para el titular de dicha dependencia, entre las que destacan: el dar cuenta al Congreso de la Unión del estado que guardan los asuntos competencia de la Secretaría e informar en los casos en que se discuta una ley o se estudie un asunto concerniente a sus actividades, cuando sea requerido para ello por cualquiera de las Cámaras que lo integran. Asimismo, dicho reglamento faculta al Secretario de manera exclusiva a expedir el Manual de Organización General de la Secretaría y disponer su publicación en el Diario Oficial de la Federación, así como aprobar y expedir los demás manuales de procedimientos y de servicios al público para el mejor funcionamiento de la Secretaría, al tiempo que se le faculta para designar y remover a los delegados y subdelegados de la Secretaría en las dependencias y en la Procuraduría General de la República, a los comisarios públicos en las entidades y a los titulares de los órganos internos de control y a los de las áreas de responsabilidades, auditoría y quejas de dichos órganos en las dependencias y las entidades, así como en la citada Procuraduría, entre otras cosas. No es posible que la Dependencia encargada de tales responsabilidades se encuentre funcionando sin que exista un titular nombrado conforme al procedimiento constitucional previsto. La falta de atención del Poder Ejecutivo respecto de las funciones a desarrollar por parte de la Secretaría de la Función Pública en tanto exista un órgano constitucional anticorrupción es sinónimo de desinterés de las premisas fundamentales de transparencia, combate a la corrupción, rendición de cuentas y prácticas de buen gobierno. Ningún gobierno democrático puede menoscabar las facultades que en este momento competen a la Secretaría de la Función Pública. Al parecer el Presidente Enrique Peña Nieto no está consciente de la complejidad del fenómeno de la corrupción, la transparencia y la rendición de cuentas, el Ejecutivo Federal debe saber que tiene la gran responsabilidad de constituirse como un gobierno honesto y democrático que busque consolidar la construcción de una gestión pública con fundamento en un Estado de Derecho, que cuente con principios de honestidad, responsabilidad, eficiencia, transparencia y sobre todo que rinda cuentas, hasta ahora nos han demostrado que contar con estos principios no está dentro de sus prioridades. El Presidente Enrique Peña Nieto, desde el inicio de su sexenio ha proclamado su compromiso de encabezar un gobierno transparente, que rinde cuentas y lucha contra la corrupción, sin embargo su desinterés hacia la Secretaría de la Función Pública, una vez más delata la enorme brecha entre la simulación de su discurso y la realidad. La más elemental tarea de rendición de cuentas o de proporcionar información relacionada con los proyectos legislativos de interés del Poder Legislativo, está siendo desatendida desde el primer día de labores de este Gobierno, dado que el Secretario tiene funciones indelegables que se han dejado de realizar. Si bien conforme al régimen de suplencias el Subsecretario encargado puede ejercer diversas facultades, es claro que no son suficientes para reforzar y cumplir con su deber de consolidar un Gobierno honesto, eficiente y transparente, por esta razón, es momento que el Presidente de la República en pleno ejercicio de sus facultades designe al titular de la Secretaría de la Función Pública. Por lo expuesto se propone a esta Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión, con carácter de urgente u obvia resolución, el siguiente: Punto de Acuerdo Único. La Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión, exhorta al Presidente de la República a que efectúe inmediatamente el nombramiento de Secretario de la Función Pública, conforme a lo dispuesto por la fracción II del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a 20 de mayo de 2013 DIP. ELIZABETH OSWELIA YÁÑEZ ROBLES DIP. ALFREDO RIVADENEYRA HERNÁNDEZ