prensa - Council of the European Union

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CONSEJO EUROPEO
EL PRESIDENTE
Bruselas, 1 de agosto de 2011
EUCO 57/1/11 REV 1
PRESSE 268
PR PCE 29
¿UN VERANO TORMENTOSO?
Artículo de opinión del Presidente Herman Van Rompuy
Presidente del Consejo Europeo
Hace una semana, los dirigentes de la zona del euro nos reunimos en Bruselas. Dos
objetivos teníamos en mente: asegurar la financiación del programa griego y mejorar la
sostenibilidad de la deuda de Grecia, y restaurar la confianza del mercado en la deuda
soberana en euros. Tomamos decisiones importantes para el futuro de Grecia y para la
zona del euro en su conjunto. Probablemente por primera vez abarcamos todos los aspectos
y los ángulos de la crisis de la deuda en la zona del euro. No obstante, en los últimos días
han aparecido numerosos malentendidos, debidos algunos a la complejidad de la cuestión,
otros a los requisitos de los parlamentos de determinados Estados miembros y algunos
puede que incluso deriven de las posiciones adoptadas en los mercados. En consecuencia,
considero oportuno aclarar una serie de cuestiones que son objeto de debate.
Queríamos abordar las preocupaciones relacionadas con la sostenibilidad de la deuda de
Grecia. Si bien en la última revisión efectuada por el FMI, el BCE y la Comisión Europea
se concluía que esta deuda es sostenible, decidimos aligerar esta carga. Nuestras decisiones
presentaron tres aspectos:
–
en primer lugar, facilitaremos financiación adicional en apoyo del programa
griego hasta 2014;
PRENSA
Dirk De Backer - Portavoz del Presidente - ( +32 (0)2 281 9768 - +32 (0)497 59 99 19
Jesús Carmona - Portavoz Adjunto del Presidente - ( +32 (0)2 281 9548 / 5150 - +32 (0)475 65 32 15
[email protected] http://www.consilium.europa.eu/
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en segundo lugar, rebajamos el tipo de interés aplicado a los fondos públicos que
estamos prestando a Grecia a un nivel cercano al del coste de nuestra financiación
(es decir, entre el 3.5% y el 4%), y ampliamos su plazo de vencimiento del actual,
7.5 años, a un mínimo de 15 años y hasta 30 años con un periodo de gracia de 10
años. Con esto, la deuda griega se reducirá en 25 mil millones de euros entre 2011
y 2020, lo que disminuirá la ratio deuda-PIB en un 10%.
–
en tercer lugar, acordamos y apoyamos la implicación voluntaria de los tenedores
de bonos privados, con una gama de opciones (refinanciación, intercambio,
recompra) que cubrirá los pagos adeudados hasta 2020. La participación
voluntaria de los acreedores privados -lo que ya sabíamos que sería considerado
un "impago selectivo" y por consiguiente no puede considerarse una sorpresaserá única, sin precedentes y limitada a Grecia. La participación del sector privado
y la recompra de deuda conllevan una reducción de la deuda que se calcula en
26.000 millones de euros, equivalente a un 12% del PIB.
Podría alegarse que la deuda griega sigue en un nivel elevado, pero menos excepcional si
se compara con el nivel de deuda de Japón, por ejemplo, que se sitúa en más del 225%. Sin
embargo, todas juntas estas decisiones reducirán de modo espectacular las necesidades
financieras de Grecia hasta 2020, de forma que este país dispondrá de tiempo para
restaurar el crecimiento y recuperar el acceso al mercado. Grecia tendrá tiempo para
efectuar las profundas reformas que necesita, empezando por las medidas de ahorro y
recaudación fiscal votadas por el Parlamento griego hace un mes. A tal fin decidimos
también proporcionar una gran asistencia administrativa y técnica a Grecia, a fin de
garantizar la ejecución. Además, la Comisión, junto con el BEI, está otorgando a nuestra
asistencia un carácter prioritario y la está centrando en conseguir que la economía griega se
oriente en mayor medida al crecimiento.
En el último Consejo Europeo de junio, el Primer Ministro letón repartió ejemplares de su
libro, que trata de cómo Letonia se ha visto frente a grandes desafíos económicos y ha
conseguido estabilizar la situación con el apoyo de la UE y del FMI. En Bélgica, mis
sucesores y yo mismo logramos reducir la carga de la deuda de mi país desde más del
130% en 1992 a aproximadamente un 85% en 2007. Por lo tanto, es posible hacerlo. Pero
hay dos condiciones para ello: debe acabarse con el despilfarro en la economía y suprimir
las trabas al crecimiento económico. Si se llevan a la práctica las leyes adoptadas hace
poco por el Parlamento griego, y si nuestra asistencia técnica y de inversión da los
resultados previstos, creo que Grecia tiene serias posibilidades de salir adelante.
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Queríamos poner fin a la especulación sobre la deuda en los demás lugares de la zona del
euro. Para ello, hicimos dos cosas:
• En primer lugar, dejamos meridianamente claro que la participación del sector privado
va a tener lugar sólo en esta ocasión. Entendemos que los mercados temen siempre una
modificación unilateral de las condiciones pactadas, aun cuando sea voluntaria, como
sucede ahora que los acreedores privados van a aliviar parte de la carga de la deuda
griega. No se recurrirá en más casos a la participación del sector privado. Y, de todas
maneras, tanto Irlanda como Portugal parecen haber emprendido resueltamente la senda
de la recuperación. Para ayudar a esos dos países a avanzar aún más en esa vía,
decidimos asimismo reducir el tipo y prorrogar el vencimiento de los préstamos
públicos, para situarlos en el mismo nivel del que ahora se beneficia Grecia. En el caso
de Irlanda, esto representa reducir casi en la mitad la carga de sus intereses hasta un 4%.
• En segundo lugar, decidimos mejorar y fortalecer el conjunto de instrumentos con que
contamos. Para impedir que las economías sanas de la zona del euro se vean privadas de
financiación debido a los caprichos de los mercados, hemos decidido permitir que el
FEEF y el MEDE intervengan con carácter cautelar, brindando la posibilidad de echar
mano de los recursos si es necesario. Además, estamos dispuestos a prestar dinero
también a estos países en la eventualidad de que necesiten recapitalizar sus bancos si
éstos se ven sometidos a presión. Por último, decidimos permitir que el FEEF y el
MEDE intervengan en los mercados secundarios en situaciones excepcionales que
deberá evaluar el BCE. Se ha hablado mucho de estos nuevos instrumentos entre el
público y en la prensa. Contrariamente lo que se ha afirmado en ocasiones, el FEEF
tiene suficientes recursos disponibles para que estos nuevos instrumentos se utilicen de
manera plenamente eficaz. Y, si se diera el caso de que fueran precisos recursos
adicionales, los Jefes de Estado y de Gobierno de la zona del euro han reiterado que
están dispuestos a hacer todo lo que haga falta para salvaguardar la estabilidad
financiera de la zona del euro. Las decisiones adoptadas durante el último año
demuestran que ellos saben cumplir.
Al tomar estas audaces decisiones, varios países han ido mucho más allá de sus posiciones
tradicionales y traspasado con mucho los límites extremos que se habían marcado, por la
sencilla razón de que estaban en juego el euro y sus propias economías. Claro está, que
hubiéramos querido también tomar estas medidas en un momento anterior del año, pero se
trata de decisiones que entrañan profundos cambios en el marco político de la zona del
euro y que desencadenan legítimos debates en varios países. Además, lo que importa es el
resultado final. Naturalmente, las decisiones de aplicación deberán tomarse de mutuo
acuerdo, pero una y otra vez hemos demostrado que tenemos la voluntad y la capacidad de
adoptar tales decisiones. Tengo la seguridad de que, si es necesario, los Parlamentos
nacionales aprobarán con celeridad estos nuevos instrumentos: y al hacerlo actuarán en su
propio interés nacional.
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Sorprendentemente, desde que se celebró nuestra Cumbre ha vuelto a aumentar el coste del
préstamo en varios países de la zona del euro. Digo "sorprendentemente" porque todos los
fundamentos macroeconómicos apuntan en la dirección opuesta. Nunca se insistirá
bastante en que Grecia se encuentra en una situación única, que no es comparable a la de
otros países de la zona del euro. Italia va a generar un superávit primario en 2011 y, con el
conjunto de medidas de austeridad complementarias que se acaban de adoptar, alcanzará el
equilibrio presupuestario en 2014. España tiene un bajo nivel de deuda (aproximadamente
del 70%), inferior al promedio de la UE y de la zona del euro, y ha adoptado valerosas
medidas para reducir su déficit y potenciar el desarrollo. En estos casos, la actual
evaluación del riesgo del mercado no coincide en absoluto con los datos básicos y es
absurdo que en las listas de permutas de riesgo de crédito (CDS) se ponga a estos países
entre los de mayor riesgo de impago.
Por último, es imperativo tener presente que no se trata de una crisis relacionada con el
euro. Tras la crisis financiera de 2008, todos los países desarrollados se enfrentan a una
deuda pública creciente. Dado la interdependencia de estas economías, como lo hemos
visto clara y directamente en la Unión Europea, redunda en interés de todos que cada país
halle una solución a dicha carga, adaptada a sus propias necesidades, lo cual repercutirá
directamente en el empleo y el crecimiento en los próximos años. Por todo ello, confiamos
en que los Estados Unidos logren salir del punto muerto en que se encuentran, por su
propio interés y en aras de la estabilidad del mercado financiero en general.
El crecimiento económico de Europa ha mejorado, cifrándose en un 2,5 % el promedio de
esa mejora en los países de Europa occidental. Los países que se acogen actualmente a
programas de préstamo volverán a experimentar un crecimiento en 2012. Tan pronto como
los consumidores y las empresas vean bajar el nivel de deudas y de déficit, se producirá un
efecto positivo adicional de aumento de la confianza del consumidor y de las inversiones
empresariales. Una situación en la que todos saldremos ganando.
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