El Capital Intelectual y la Institución Pública

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El Capital Intelectual y la Institución
Pública
Napoleón Lara Satán y Antonio Lara Satán
Resumen
En el sector público se gestionan activos intangibles, tanto o más que en el sector privado, lo que justifica el
creciente interés en los progresos del capital intelectual. De manera similar, las instituciones de educación
superior públicas se encuentran inmersas en este proceso y los activos intangibles resultan de gran relevancia
debido al hecho de que el conocimiento es el principal output (resultado) e input (insumo) en estas
instituciones. Sin embargo de su evidente importancia y de la literatura especializada desarrollada sobre el
capital intelectual, especialmente en la última década, no existe un consenso sobre su definición. El presente
artículo se centra en identificar los componentes básicos del capital intelectual para el sector público.
Palabras Claves: Capital intelectual, activos intangibles, ventaja competitiva, Stakeholders, estructura.
Introducción
Hace casi cuatro décadas, Bell (1973) constataba, por una parte, la evolución de la sociedad basada en
la agricultura hacia la sociedad industrial, y por otra, la transformación de ésta última en la sociedad postindustrial. Mientras que en la economía agrícola el recurso principal era la tierra y en la economía industrial
fue el capital físico, actualmente, el conocimiento se ha convertido en el recurso estratégico por excelencia.
De acuerdo con Amir y Lev, 1996; Aboody y Lev,
1998; Edvinsson, 1997; Hendrick, 1961; Lev, 1989, 2001,
con la llegada de la sociedad de la información y
su evolución hacia la del conocimiento, los recursos
intangibles basados en el conocimiento se han
convertido en una de las fuentes principales de
creación de ventaja competitiva sostenible de la
empresa y de generación de valor y desempeño
futuro de las organizaciones (citado por Bueno, 2008,
p. 44).
“activos inmateriales”, “activos invisibles”, “capital
del conocimiento”, “activos intelectuales”, etc., no
son nuevos y por ende son comunes en el ámbito
de la gestión administrativa; sin embargo, causan
controversia porque no existe un acuerdo básico
generalizado sobre la denominación que se da
a los intangibles. En numerosas investigaciones y
publicaciones, sus autores hacen uso de los términos
“intangibles” y “capital intelectual” en calidad de
sinónimos.
Los términos tales como: “intangibles”, “capital
humano”, “activos intangibles”, “capital intelectual”,
A lo largo de este artículo, se va a utilizar, tal como Lev
(2001) recomienda, como sinónimos.
Conceptos
El término capital intelectual, utilizado como sinónimo de activo intangible, activo invisible o activo oculto,
cobra popularidad con el conocido artículo de Stewart (1991). Desde entonces, han proliferado diversos
conceptos de capital intelectual , entre los que se pueden apreciar en el cuadro 1, los siguientes:
Autor
Definición
Galbraith (1969)
“Un proceso de creación de valor y un activo, al mismo tiempo.”
Bontis (1996)
“La diferencia entre el valor de mercado de la empresa y el coste de reposición de sus
activos.”
Brooking (1997)
“Combinación de activos inmateriales que permite funcionar a la empresa.”
Edvinsson (1997)
“Son las capacidades de perfeccionamiento que habitan en el interior del ser humano,
pero es algo más que el capital humano, pues también incluye el capital estructural; son los
conocimientos, relaciones, knowhow y otros intangibles de ese tipo.”
Euroforum (1998)
“Conjunto de activos intangibles de una organización que a pesar de no estar reflejados
en su totalidad en los estados financieros contables tradicionales, en la actualidad genera
valor o tiene potencial de generarlo en el futuro como puede ser los conocimientos de las
personas clave de la empresa, la satisfacción de los empleados, el know-how, la satisfacción
de los clientes, etc. Son activos que explican buena parte de la valoración que el mercado
concede a una organización y que, sin embargo, no son tomados en cuenta en el valor
contable de la misma.”
Stewart (1998)
“La suma de todos los conocimientos que poseen todos los empleados de una empresa y le
dan a ésta una ventaja competitiva… es material intelectual – conocimientos, información,
propiedad intelectual, experiencia– que se puede aprovechar para crear riqueza.”
Bueno Campos (1998)
“Conjunto de competencias básicas distintivas de carácter intangible que permiten crear y
sostener la ventaja competitiva.”
García Muiña y Martín de “Conjunto de activos inmateriales, invisibles o intangibles, fuera de balance, que permiten
Castro (2002)
funcionar a la empresa, creando valor a la misma.”
Martínez (2002)
“Conjunto de las capacidades inteligentes, conocimientos talentos, imaginación, y todas
aquellas vinculadas con la inteligencia humana, del personal de una organización y de
los elementos de información, sistemas de información, base de datos, relaciones con
clientes, proveedores y otros entes de interés para la organización que mediante un proceso
de aprendizaje continuo, manejo de información, y su conversión en conocimientos, al
desarrollarlos y aplicarlos crean valor, riqueza y ventajas competitivas, en el contexto de una
estrategia.”
Nevado y López (2002)
“Conjunto de activos de una empresa que, aunque no estén reflejados en los estados
contables tradicionales, generan o generaran valor para la misma en el futuro, como
consecuencia de aspectos relacionados con el capital humano y con otros estructurales
como: la capacidad de innovación, las relaciones con los clientes, la calidad de los procesos,
productos y servicios, capital cultural y comunicacional, que permiten a una empresa
aprovechar mejor las oportunidades que otras, dando lugar a la generación de beneficios
futuros.”
(Robbins Stephen P ; Las capacidades intelectuales son las habilidades que se necesitan para desarrollar
Judge Timothy, 2013)
actividades mentales como pensar, razonar y resolver problemas.
(Garnica, 2001)
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El conocimiento aplicado al trabajo para crear activos de valor presente o futuro de la
empresa; es decir, este capital debe manifestarse en una forma que sea identificable de
la que puedan obtenerse beneficios económicos futuros fundamentalmente esperados con
cierto control sobre los mismos.
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Napoleón Lara Satán y Antonio Lara Satán
Fuente: Alama, E.; Martín de Castro, G.; López, P.
(2006): “Capital intelectual. Una propuesta para
clasificarlo y medirlo”.
Se puede observar que todos estos conceptos
tienen en común el referirse a activos o recursos
intangibles; aunque la definición de Stewart (1998),
Bueno Campos (1998) y Martínez (2002), va más
allá, pues señala que el capital intelectual permite
generar ventaja competitiva.
El capital intelectual como todo planteamiento
teórico tiene corrientes opuestas que dan más
valor a los activos tangibles de una organización
que a los activos intangibles porque consideran
que estos últimos no se pueden medir con la misma
facilidad que los primeros. Sin embargo, desde hace
un tiempo a la actualidad, las organizaciones se
dieron cuenta de que sus activos físicos y financieros
no tienen la capacidad de generar ventajas
competitivas sostenibles en el tiempo y le están
dando más importancia a los activos intangibles
que son los que aportan verdadero valor a las
organizaciones. El sector privado ha sido el que
mayor interés ha demostrado a la hora de diseñar
modelos sobre activos intangibles, obtención de
nuevos indicadores, medición e incluso informes de
capital intelectual.
En contraste, en el sector público la identificación,
medición, valoración y gestión del capital intelectual
no ha tenido el mismo interés y ello a pesar de su
indudable trascendencia, pues la intangibilidad
esta incluso más presente en el sector público que
en las empresas privadas: En primer lugar, porque
los objetivos de las administraciones públicas son
variados y, con frecuencia, no monetarios. En segundo
lugar, porque de entre los recursos productivos –
recursos humanos, conocimiento, capital, materias
primas y maquinaria- la administraciones públicas
usan con mayor intensidad los dos primeros, que son
intangibles. Finalmente, porque el producto final de
las administraciones públicas son los servicios y éstos
son, en esencia, intangibles.
Estructura del Capital Intelectual
Son múltiples las clasificaciones de los intangibles
que han aparecido desde que en los años noventa
comenzó el auge del desarrollo de la teoría del
capital intelectual. Actualmente, de todas las
clasificaciones existentes, la más utilizada es la
que descompone el capital intelectual en tres
componentes principales: capital humano, capital
relacional y capital estructural, estas están basadas
en la propuesta de Edvinson y Malone.
Según Ordoñez de Pablos (2004), el capital humano
refleja el conjunto de conocimientos, habilidades,
destrezas y experiencia de los empleados de la
empresa. El capital relacional muestra el valor
de las relaciones de la empresa con terceros,
principalmente, en los clientes, proveedores,
accionistas, stakeholders y las administraciones.
Por último, el capital estructural representa el
conocimiento que ha pasado de estar localizado
en las personas o en las relaciones entre personas a
incorporarse en las estructuras organizativas, como
es el caso de la cultura organizativa, las rutinas,
políticas o procedimientos organizativos.
Figura 1 Componentes del Capital Intelectual
Fuente: Funes, Y. (2001): “Medición del valor del capital intelectual”
y elaboración propia.
Bueno et al., (2003) establece que en la elaboración de los modelos del ámbito público, para medir el capital
intelectual, también se suele partir de los tres capitales clásicos: humano, relacional y estructural a los que se
les añade el apéndice de “público”. A su vez el capital relacional público se desglosa en dos componentes:
capital social público y capital relacional público, y el capital estructural en: capital organizativo público y
capital tecnológico público (citado por Sarmiento, Román, 2008).
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Para Sarmiento y Román (2008) el capital humano público se refiere al conocimiento, ya sea explícito o
tácito, individual o social, que posean los miembros de la organización y los grupos, así como su capacidad
para generarlo. El capital estructural público, según Merino et al. (2004), es el conjunto de conocimientos y
de activos intangibles derivados de los procesos de acción que son propiedad de la organización y que se
quedan en ella cuando las personan la abandonan, a diferencia de lo que ocurre con el capital humano.
Finalmente, el capital relacional público contempla el conjunto de intangibles derivados de las relaciones
que mantiene la organización con los diferentes agentes vinculados a ella (Bueno et al, 2003).
Figura 1 Componentes del Capital Intelectual
Fuente: Funes, Y. (2001): “Medición del valor del capital intelectual”
y elaboración propia.
Según (Chiavenato, 2009) el capital intectual lo divide según el (Grafico 2)
Grafico 2 divisiones del capital intelectual
Modelo de estructura de de capital intelectual “Intelect” (EUROFORUM) El profesor Bueno(2000) coincide
con los estudios del profesor Bontis (2000) en el sentido de concentrar el modelo en tres tipos de capitales
relacionados en a) Capital Humano , b) Capital Estructural y c) Capital Relacional (figura 3). Dilucidación
sucinta de cada uno de estos:
1. Capital humano. Se refiere a las capacidades y compromisos que hacen parte del conocimiento de
las personas se articulan allí las competencias, la capacidad de innovar y mejorar , la motivación y el
compromiso
2. Capital estructural esta relacionado con la acumulación de conocimientos propios de la organización.
están incluidas la cultura, la tecnología y el conocimiento de la organización.
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3. Capital Relacional es el conjunto de relaciones que tiene la organización con los clientes y el valor que ha
logrado desarrollar por medio del cumplimiento en lo político, social, lo económico y ambiental para con el
estado y la sociedad misma, con lo que se genera un valor de marca que potencializa la consecución de
nuevos clientes. (Dìaz, 2010)
Figura 3 Estructura del modelo de Capital Intelectual
“Intelect”(EUROFORUM) (Dìaz, 2010)
Chiavenato, I. (2009). Comportamiento Organizacional. Mexico: McGraw-Hill/Interamericana Editores S.A. de C.V.
Dìaz, J. G. (18 de Junio de 2010). http://www.scielo.org.co/pdf/cuadm/n43/n43a9.pdf. Recuperado el 15 de mayo de 2014, de http://www.scielo.org.co/
pdf/cuadm/n43/n43a9.pdf
Garnica, Y. F. (octubre de 2001). http://www.ejournal.unam.mx/rca/203/RCA20304.pdf. Recuperado el 14 de Mayo de 2014
Robbins Stephen P ; Judge Timothy. (2013). Comportamiento Organizacional. Mexico: Pearson Educaciòn de Mexico, S.A. de C.V.
En relación a las Universidades, García (2004) indica lo siguiente: Dentro de la relación universidadmundo productivo, el capital intelectual puede encontrarse, en primer lugar, en el resultado del desarrollo
de un proceso que implica la transformación del conocimiento, el cual se denomina capitalización del
conocimiento y consiste en agregar valor al mismo para su posterior difusión, transferencia y negociación,
y en segundo lugar, en el conocimiento científico básico o aplicado que se transforma y es negociado al
sector empresarial bajo las formas de propiedad intelectual o activos intelectuales.(p. 510)
El término capital intelectual dentro de las
universidades es usado para cubrir todos los activos
no tangibles o no físicos de la institución, incluyendo
sus procesos, capacidad de innovación, patentes,
el conocimiento tácito de sus miembros, sus
capacidades, talentos y destrezas, el reconocimiento
de la sociedad, su red de colaboradores y contactos,
etc.
Según Ramírez et al., (2012), el capital intelectual
resulta de gran relevancia en las instituciones de
educación superior principalmente debido al hecho
de que el conocimiento es el principal output
(resultado) e input (insumo) en estas instituciones. Así,
la universidad lo que produce es conocimiento, bien
sea a través de la investigación científico-técnica
(resultados de investigación, publicaciones, etc.) o
bien a través de la docencia (estudiantes formados
y relaciones productivas con sus stakeholders).
Asimismo, entre sus recursos más valiosos están sus
docentes, investigadores, personal de administración
y servicios, gobierno universitario y estudiantes, con
sus relaciones y rutinas organizacionales (Warden,
2004; Leitner, 2004). Por lo que puede afirmarse que
tanto sus inputs como sus outputs son principalmente
intangibles (Cañibano y Sánchez, 2008:9).
Basado en el estudio de Ramírez et al., (2012),
se identifican los tres componentes del capital
intelectual universitario y que más amplia aceptación
en la literatura especializada ha tenido. Así, el
capital intelectual se encuentra conformado por los
siguientes componentes básicos: capital humano,
capital estructural y capital relacional.
Tabla 2
El capital intelectual universitario
Capital Humano
Capital Estructural
Capital Relacional
Conocimiento explicito y tácito del
personal de la Universidad (profesores,
investigadores, gestores y personal de
administración y servicios) adquirido a
través de una educación formal e informal
y de procesos de actualización incluidos
en sus actividades.
Conocimiento explicito relativo al proceso
interno de difusión, comunicación y gestión
del conocimiento científico y técnico en la
universidad. El capital estructural se puede
dividir en: Capital organizacional y Capital
tecnológico.
Conjunto de relaciones
económicas, políticas e
Institucionales, desarrolladas y
mantenidas entre la universidad y los socios
no académicos: firmas, organizaciones no
lucrativas, autoridades públicas, gobierno
local y sociedad en general, y también
recoge como la Universidad es percibida:
su imagen atractivo, fiabilidad, etc.
Fuente: Elaboración propia con los datos de Ramírez (2007).
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Conclusiones
Se ha reunido en este trabajo una serie de información conceptual generada por varios autores e
investigadores sobre el Capital Intelectual. No existe un concepto consensuado; sin embargo, todas están
orientadas hacia el conocimiento del ser humano puesto en servicio de la organización. Se determina
que tanto investigadores y autores considerados en este estudio coinciden en la importancia del Capital
intelectual dentro de la ejecución, operación gestión y obtención de resultados favorables para la empresa.
Es el sector público que concentra una mayor tasa del Capital Intelectual con relación al sector privado sin
aprovechar sus competencias y habilidades para lograr satisfacción en el trabajo de servicio a la sociedad.
En las universidades está presente en mayor proporción los activos intangibles que en las empresas privadas;
sin embargo, la mayor cantidad de artículos especializados sobre el capital intelectual se han desarrollado
para el sector privado. De la revisión de la literatura se concluye que los componentes del capital intelectual
clásico son: capital humano, capital relacional y capital estructural. Mientras que para estructurar el capital
intelectual para el ámbito público, a los tres capitales clásicos, se les añade el apéndice “publico”.
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Autor
Antonio Lara
[email protected]
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Licenciado en Ciencias de la Educación e Ingeniero
Comercial con Posgrados en Administración de
Empresas (MBA) y Gestión de Calidad y Productividad
(MGCP) por la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE).
Actualmente se desempeña como docente-investigador
de la Universidad Técnica de Ambato (UTA).
Autor
Napoleón Lara
[email protected]
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Ingeniero Industrial con Posgrados en Administración
de Empresas (MAE) y Administración de Empresas de
Telecomunicaciones (MATC) por la Universidad de
Guayaquil (UG).
Actualmente se desempeña como Profesor de la
Universidad Técnica Federico Santa María (USM)
Campus Guayaquil.
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Institución Pública
Napoleón Lara Satán y Antonio Lara Satán
CHIAVENATO, I. (2009). Comportamiento Organizacional. Mexico:
McGraw-Hill/Interamericana Editores S.A. de C.V.
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