PRECIO: ñOyf`EXT-lM - Hemeroteca Digital

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PRECIO: ñOyf'EXT-lM
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SíUíi^'if'ii
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LA int>TOKlA DE '"NÜKVU
MI:NJ)0-
(Jjmiiiaz.i KuBvo MUNDO en t;at i udniero el año üctuvo
Í>eb¡do ii eiíto, sin duda, el .-eMUinariii obtenía <:ad;i vez
de an existur^cia y entra en ó\ nuevo siglo XX con SIIH meta
luu; e r iiceptiición, y al cabo de unoa pocos nitnra, en Octuafios liecliOB'y 0111111.111(1015.
bre dtil miaino aFLo, me encontré con que la lirada paaaba
de tt.-is mil ejemplarcK.y eu Diciembre de ocho mil
N J es ya un nifío. par niLÍBLiue le huya yo cDiiBn^rudu t n lo
que lleva de vida vurduderii luiiur patciiüil, nnior íuceHiuitc,
Pens?, aegiin avaúzüba la tirada, en Iit pi.^il.iUdüd de haamor eolicito, quü liaabs'"irb¡di:i mi tietiipu por entero, iiii Qo
cer pariódieo, poniéndule eu condiciones de precio y de taescasa u[;t¡v'id;id, niie penaa:iiieütoa y preocupacióne^.
[»ano. Asi es i[ue, ileade 1." de Enero de ISÜfi, convertí las
ocho pJ^^inuH gr,indea. en dieciseis de mitad de Caniafio, y
Pero tiü cd un niño con sus jiietc años 00 iiiáa de cdiid
pósele el precio de IÜL-K cóolimofí en el mes de -Mayo del
porque, adtniás de Im'ijtír uIcnuzíuJo propios y próspemiüino Jiño. Desde esa fecba, y con eae precio, empezó el peros luedios de vida, !ij, en^^etidrudo, á BU vez, Ji otruH doa
gmndtíB revistiis: yl popiiütr Por EHUH .Unndos..., (¡ui; vá ya riódico á tener compradores en la calle y eoujenzuron á tomarlo los vendedores de periódicos. La tirada subía de seá hacer Bua doce iiifHeti re ioudoB y el olegunte aupleuicnto
mana en Beiiiiina. A lines<le No^dcjubrc del í'.'j vendiaiiioa ya
meoBual /?/ 'l\:a,trii^ lnuzailo en Noviembre último con
más de veintinueve uiil ejeinplarit. Pura el buen f-j:iío de
éxito muy superior al que yo lue promütía.
un periódico de die'¿ céntimos, es preciso publioí-rie: 1." con
Desde CjUe salian IOH prtiiieroB mi meros de NuKVo ^MüNUO
de la imprenta dii lii ííeni^ia ih' Ni.iA-i:.g<iGÍ6¡i¡ ds tiii iiiuiiíobuenos grubadoa; y 1^ " con una proilucción rápida y económica; ea decir, ccn rotativa. Monté ÜSÍ máquina ruliitivn y
Díaz de Quijuno, en donde una pequeñii, [n;'n]uina duba
lleno de las mayores ilusiones comenzamos la composición
cima á BU tiruda en peco iiiiia de des liciriia de trabajo
y tiradii de NUKVO MnM.o en Eucro de IHIHI. \<.¡m- terrible
á los núineroa de hoy, «D que tieneo que ro;iur dunmte
decepcii'ml Por más itiüdios rki (|UÜ me vali, fior má^ inttntoda ln ficitiiiDU siete gniniies inúquiriíj.'^ dií loa luejoreH aistOB y ensayos que ]irobé, ni con el personal de aquí ni con
temas conOL-idoa, aiuerií^mas, fríincüPiL« y alF-mímr,a; dos
el que hice venir de Alemania, pude nunca coni-efíuir de la
inotorea, uno eliictrico du quince caballos y otm de ¡y^as de
rotativa un número müdiansmente impreso. De treinta mil
diez y siete, coa el cúiuulo adeíoás du nrltd'iicloíi, i^uilloejetnplarey que teníamos al empezar, á Unes de Enero, a los
tinaa, m;iquinus<ie coder, laboratorios, ^-alorluB do reproductres mesL-s apenas llegaba la vcLta á trece ó catorce mil.
ción, los tallere.". en suma, eu donde más de scaenta y ocho
familiíiK bullan lionnido y seguro sustento ¡qué diferencia!
La rotativ;! era, aun para el iiiás ciego, la ruina y la
¡cuanta distancia!...
muerte. Piesolvi prúDto. y sin vacilar, lo que luibta que hacer, eché á UD lado bi poderosa máquina de treinta >• cuaEsta, ea cierto, ea la i]Uü liny, en trcbcieutiis sesenta y
tro mil francos, tomando de Gana upa vieja máquina
cinco semanaa tranacurridiia, y BemaiiiiB que son otras tresf»n blanco de Alaucet. La e^taiuuación mejoró naturalmente
cientíiB sesenta y cinco vecea en que tú, k c t o r , tne bus
con el cambio, y al pri'n'rr número empc/.;iron á nolarse los
ido ens'.'ñiinilo el caminn que había yo de ir aii^uieudo:
efectos consiguientes en la venta del peri¡'niice.
tresc¡crit:LK sesenta y cinco lecciones <lu que me be eafoncado eu no ccliar en aaco roto una ensnfiunKas y que, son á
Nunvo MtlNDn ss hibía salvado; pero KÍendo im}iosil/le lu
ia vez la bistoria entera ile N'iricvo ^^-^r^(l.
rotitivu, era t'uibién imposible ul precio du diez ci'-ntiinos.
Habla, pues, <)ue prepiriTse al salto hiíata los veinte céntiY ocitsióii es esta en que i¡uiero ;i la verdad d=jar escritii
mos, esperando la oca-ión y la oporuinidad.
esta historia rectilicando asi li las duM ó trea que ae lian lie
cho con dil'erentea motivos por esüritores muy apreci.iblee,
En M^ityü i¡e Irt'fV elevé el precio del periódico á 15 ccnpero no muv eoteradoa de la generación de este periódico.
tiraoa y al año siguiente' eu l'VbrrPO do IS'.'S se le pudo poner el último y detiuitivo de los 20 céntiniot.
l'ub!i'|UO el primer número de N'nEvo MONDO en 17 de
Para realizar estiis i-ubiílaa de preein, precedía aejiún el
Bistecna de lo^ ñnaucieros eu bis cnnver.--iiHiea| y cuan<lo vi
Uñero de ]^Í1I4. Constaba entonces de odio f^randes páfi^inae,
que .i qiiinc;i céntimos \.i lirada había alcanzado la cifra
y lo fu.'idi'con el único y ÜXÜIUBÍFO objeto de haciT una
mayor (¡ue tuvo d[!r.,nLi: el períri lo de diez céntimos, comcumpaRii poliíica. Creí que viviría el tiempo ijue esta camprendí [|iie no Imbia con verdadero p 'ligro en dar el H;dío
piña dur.iri, y íjue no ¡dcunzaría una circulación niiiyor de
últitno y definitivo.
aeiseienio.-i ó mil ejemplares. FJO confeccioné, es verdad, con
alfriin euiibnlo, y como á mi entender, deben li i<:eníe loB peNo renuncio todavía al perii'dico do los dioz céntimos,
riódiccs pii'ític'ie. á Haber, con la lut-niís política posible, y
NuKVo MuN'iiO claro que ya no lo surá. pero si tfeíiuramente
un nuevo retoño suyo, el tercero, ó, á lo suuio, el cunUo,
eu ciuibi'i con niuclia infonmición, muchas ameuidudea, y
sobre todo, mucídsimoB monns y muf5n;:)a.
J. del PEROJO
X SAllAO |-:.V l.siM.). |iür aUn-Lnety
f
Tii'il'A
])]•: L I \ f - : , \ . isi.iii. iitjj- iiainln
--e»
LOS !)0S CALENDARIOS
^:
DICIEMBRE
I- UN
%
es
napa.
%
.^
,
Allí ciatti cliLvado á
Ui pared ul viejo calendario; cn3'u6 liojaa desaparetiidüB BG Ijan llevarlo 11 nn traa otra.tantas iluaionef, tantiia esp e r a n z a e . J.ü lÜtiuia
lioja qnfdii aoltirmnte
püiíarl.i ;t un cfirtún, en
el cu il una lai ga proceni'n da niños eonrientcB con cniíLlanndoa y
vislogoe tr ijefi y rüinoa
de llores en In m-ino,
parefen eiiipríincier ale
grea el trim i n o de la
vidu.
A l Iftclo del antiiíuo
vo (.1 ,,,
I
calendiirio < BÍLÍ el niie-
OHdnir
, ' ^ ^ ' ' ' ' ' * ' ' " ' ' " ' ' - ^ « « ' " ° o el ufio
nueagODixi;
de! m . r r ^ " * " "", " "^^^": ^1 '""«<--B I» ímá^^en n>elancúlíca
C c n t r ?= 11' °^'? '^' ^*'"^^'« ^«1 obscuro porvenir.
cf^r í ñ v í r "^ " í ' ? ' ' ' ' P^"«^"Hento no puede luenoa de linfoB
d? IBr que
' " ^vendrán.
'^'\ ' " ' '^'"' ^i"" P^«^^«° V cálculos acerca de
loe ai
np'^'^^^f'•^^" '^",™^"^"'''^lectom 6 lector de eetoe rengloor^; m n " - ^ ' ' " *'' ''^ ' " ^ « ^« <'!"« que formnron el año
H^ea n n V T P " ^ ' ' - ^^'"''^" ''•'^y^" elloHhoraa de amor, pat'Iríos\.
'""^ '""*''^° ^'"•" '^'^ fi^nderoa tortuoBoa de eolian í o 3 " ^ " ' ""^'"'i^l'f'e" ff-^l lio¿í,.r, triuüfes alcunzadoB,
ello w ? ' ílj^'-^l'-^nto^^ Panuda de .éree qneridoK... De todo
ton n n r t r , "'• '•'-':''''^ «^*''^'í- ¿Dónde tEtán lae liojaB que
dpl v,w., • 1 ^''•:'f?"' "'''i'os fiiiírios arrancando día traB día
uniigH^aad p..f.nna representaba el Tiempo balo la
M - W n , . l "".^"«•'i'^orme devoríiba íi SOB propios ÍIÍJOB.
' i r e c i a l ' " " • ' ' ' ' ' " ^ ^ Saturno: noB devora, pero anIcH
trf'p^idasí^Tirhn^;?;^^^
b ' e ' n , ? r f ' " ' ' ^ ^'''^*'^ resuena con^tantcmenre la frase teirianílal
' ' ' " ^''^ '^'"''"^ ^^^l j'^^'i^ orrnnte: «¡.nda,
ra '^IZl"
'^"'^'•"'""^ rte£;nornos en nneslra fatif^osa carretee d i ^ n n J l ' " " ' ' r T ' ' ^ ' ' " ° '•ií^iiieQt'>;proloní.arloH íot^Unquere " ' ? • ^^'^''^''>'^^ ^'o^- terrible noa grita «anda.;
admiro liacia laa playas en buaca de frcECüB brÍBí,a...y volverá la gente á atracarse en celebración del nacimiento del
Xiflo Dios en Noclie Huenu. .
Del almanaque llamante que ¡diora uie niueatra su abigarrada portada de colorines, no quedará niáa (¡ue un cartón
tuancbado, irnágen burlona de nuestra vida, de la cual von
cayendo una por una ilusiones, alearías, esperanzas.
¡Que liabrá días de placer!... ¡Oh, cuan pocos!
l.n poderoso y iiJiortunado monarca que venció poderoaoa ejércitos, que construyó soberbias ciudaiiea y que fué
padre'fin]ado[de EUB puebloíj^cuya'gloria cantaron les pcelíB
y cuyo nombre ensalza la liiatoría, declaró en las postrimeriaa de BU largo reinado, que gr'ilo habla disflutado ^de catorce d k s feücea,
ÉL
Al arrancar este año la portada del almanaque do \W\
abrimoB hi puerta de un nuevo siglo. Allá en las profundidades dy! incierto porvenir se agita en uiieleríOBaa fernicn'
taciones de vida labiimanidad preseníP,
líninaB de imperioa y nacimientoa de nuevas nacionalidades, buzLiñas beri'iicaay crímenes espanloeos, cdioa y amorea, virtudes y vicios, genirs que i'uminaran el mundo con
au iníeligenciai'bacdiílta que la dcfbonraran con auB maldades, todo parece bullir y esbozarse ante loa ojos de la fantasía al abrirae do par en par la puerta del nuevo siglo,
Xo son muy lisonjeroB ÍUB comienzos para el mundo civilizado.
Como en los tietnpoa uuís roiintoa, la fuerza aigue oprimiendo el derecboNo fueron TuiSa inicuos los gentrales de Seniiramis en el
remoto Oriente que loB de su <irac¡OBa ^lajcBtad, la reina
Victoria en el Sur de África.
l.aa lirutalidades de loa yankeea con España al finalizar
el siglo Mx y laa de las gr, ndes potercii a do Europa en
Cbina, no aon tampoco lianza de que ba d e v e n i r á eosc.tr.:B ol reinado de 1K juaticia.
¿Será que In bistoria ha de recorrer fatalmente el círculo
de que hablaba Vico, y que los eiglos han de ser copia unos
de otros, Bin que mejoren nunca esencialmente loa hombrea
ni las Rociedades?
QuBvedo en uno de 9US .^/ífí'o.s'describe una zahúrda en
la cual los condenados preiieren aeguir en los tormentos inI órnales antes que volver á la vida, «j Infierno y n o m a m a b ,
irritan los dosdicbadoa, al decir del yran aatirico,
bi eaas generaciones que lian de venir í'ueaen consultadas
acerca de su ¡npreso en el mundo, ¿eometerian el delito de
nacer?
Si por arte de nu(gia vieran paaar on larga procesión todos los becboa deau vidi. futiini, deide las bigrimaa de su
nauitiiiento liastri bis cimgojas de nú H;.'onia| no ee rebelarían a! entrar en el mundo como ae rebelarían B1 pudieaen
loB presos cuando 66 les
^
,_
conduce á sua calabozos?
ENERO
Habría alguno á
quien le eatimulase el
Síih.
PI
si'l
~,24. Pónz^f 4 45
ansia de vivir.
¡Quién aabe!
De tndoB n i c d o B ,
quiera Dios que nueaIros deecendientca, al
salvar los u m l j r a l e a
del ai^lo XX I,no tengan
p a r a el que empieza
las iiuejaa auLargasque
noFotí-os tenemos para
M A R T
el r¡ue acaba de e,\tinguirs':! en el paeado.
],a Cirrumisióji i'.f! Irefioi'
PHpirp^rd^Tef Ti'^r;.^" ""^^^- ^^'- >- «-^-' -^ ^^r e í T ' K J T ' - ' " '^^7''^*''^ nnpntroatannijerde nuefitroaanio"'•¿«tramX!.
'''^" """^ P'^^'^i'""^. «I be=o reg-.I.do de
d e a r i ' L p i f o r ^ ' ' '^'""''"' '''' ""''^"'^ '''^'^ ' ' ^ ^°''"
íiiiívo '^^''^ ^' ''^^° ''^' '''"'^'i'"l"e moribundo el abnnnar|iie
tn-V ^^'^"'^^r 1^ riinno pira arrancar MI lioia primera aiínto^ií an-uetia y pavor ÍDddimi,!et^.
^,¿1^^ ^í^
^''^''' ^^ *b-Kinci cüti tniLiB aua fnii.oscf.dne, el
J^«en.í,-afio con todaa RIB ainargnr.iH, la o n f t n n t d a d con todoB«„9cioloreB... luinueit.. q,Tiz.\a.
hsgniran repitiéndose con Biniétrica iLLonotonfa loe mis108 üi..ia, la^ inianiaa tiesi ,B, las iniamaa e&tr.cionea. Loa
• om(j,-ea,eBclavoa do to.lae lae rutinas como en años anter orea aprovecbarán el C irnival p^ra inoslrarae, durante
tree dias Biqmera, ain di.f raz en el alma. aun,]ue con cífrela
^ n e i i >gtro-babrá en Abril Iriatszaa clicial^a coinbinadaa
em " v , 7 ^ ^ ' / ' , ^''" ''' '^•"^^'^"^ niantilla v l<,a clavetea dobles;
e"iior.irSn á l.andadaa en Juüo loií babilantea d« Ih'rra
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PI:íJMAVEli.A, por A. Sandoval
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LAS DOS LLUVIAS
L otoño acaba: nn otoño frío y Üuvioso.'
Ha d ido la una da lii Qochü en el reloj de lejunii torre La campanuda única lia cruaiido por el aire mojÚDdoBe, RÍU dudo, con lu
l]nv¡ar|iie gotea, como ser solitürto que en noche de tempe&tad
arrojan de BU albtrgne y que vaga á la vantnra buacftado al^ún
rincón en que refugiarae,
Ka u n í calle estrecha, y llena de edificioB ontiguoa, hny un heriiioao palacio con uoa gran puerta que forma un ancho hueco, por
enci na del cual vuehí un balcón de piedra.
Tendido eobre el escalón de entrada, y protegido de la ¡juvia
por el ancho balconaje, dnerme un mendigo y, junto al raendigo,
nn perro.
Allí duermen todas laa noches, que es casi dormir bajo techado.
El dueño de la casa lo consiente y el eereno del biirrin lo tolera.
Me ambas benevolencias BC aprovechan el hombre y el perro.
^vv:
De dia y en pié ei hombre repreaeníii unoa cincuenta afloe. [JOB
raagos de 6ii ÜBonoiuía aon nohlee, aunque murchitoB, desguetudcB,
rotos pudiiTiiniOB decir, por los años, la itiiseria y, acaeo, IOP dolores.
Su cara ea como el hermoso maacarón de piedra de un edificio
que la intemperie, el tiempo y los brótales juegos de los chicoB bao
ido dBBgostundo.
Ea una cara de piedra rota á pedradas.
Desde lejoa pudiera creerse que era un tilfiaofo pobre y andrajoso de loB que abundaban en Grecia y no han eecaaeado nunca en
el seno de la humanidad
^ ^ ^ '
KI perro es negro, Haco, aucio como el amo y con un ojo menos,
4->0^
'l'al vez de alguna pedrada
A pesar de todo ea ¡ilsgre y retozón duiere á au amo cop delirio, y es el único rayo de sol on la osiBtfncia del pobre
üonibre: un rayo de aol biijo forma perruna.
Lea cioa duermen tranquila y separadamente en el hueco del portalón.
1^1 porro contiM o) íimo dándole culor. Lecho do piedra, almohada de granito; pero abrigo de piel: la ne^ira piel del
pen;o tieoe el mendigo, en acuella noche de lluvia, por cobt^rtor.
, •
^ U B descabezas eatiiQ juntaa.
'
''
^1 alirnto del perro ea aprovechado por el hombre.
, L,a podre bestia le dii l o q u e tiene: de dia sus ciricittB, do noche su calor, BU piel y su aliento.
L,a lluvia aprieta, pero uo liejía á loa dos liumi'deB aeres que duermen á la par con doB eueñoe profundr.s, que, con
i^er ei ,]no hombre y el otro perro, para loa doe aon los doa sueños iguales y se parecen como una sombra ¿ o t r a sombra.
-!v historial dal houibre ee ignora porque él Iribía poco, lo puramente preciso para no pasar por mudo.
' q 11'^ ocupar buena poBjción en la sociedad. Alguna gran desdicha le euipují^, y rodando rodando llegó á la miseria.
' •, p ^ ^"j ''•jg'i'n tiempo en compufifa da una niña y del perro, y entonces trabajaba cuando encontraba trabajo.
. .^^i ero la nina ruurió y ya no trabajó más: pidió limosna.
•URuna vea e! perro roba pan para su amo con gran enojo de éate que, en casoa tales, se enfada muy afriamente
contra au compnñero.
¡Pero qué le hemos de hacer! El perro tenia muy buen corazón; pero carecía de principios, y, sobre todo, desde que
e tiabfan saltado un ojo casi ae Había hecho nuarquísta.
irquista.
Y lio
'''lendo el cielo y silbando de cuando en cuando el aire y durmiendo el perro y ei hombie pasaron dos horas
Irrt
f
^'^ °^'''' ^^ ^"^^D <1G un coche, y en efecto, un hormoao coche tirado por dos soberbios caballos ingleses enA ]v/ •!^ ^' '^^ ^^^^'••'^ delante del portalón.
^cudió ol aereco, con maloí modos hizo levantar al hombre y al perro, murmurando:
b^empre lo mismo; ¿oo tiene usted otro sitio donde dormir?
f^ri recuiirdo ninguno—eonteató el mendiaro con filosófica dulzura.
^ u^ioiog yated—dijo uu caballero desde el coche haciendo extenaivn, sin duda, BU compasión a! ho[nbre y al perro,
e mendÍ2;o se lo agradeció con una mueca á modo de sonrisa,
niev '^^^'^^^ ^^ '*^ agradeció menos porque gruñó y el farolillo iluminó en el negro hocico dos colmillos blancos como la
Se abrió la puerta, entró el coche; las dos robustas hojas se cerraron de nuevo, y el hombre y el perro volvieron á su
P'imora posición.
•— ueuas noches—murmuró el sereno entre burlón y colérico,—y si ocurre algo toque et timbre.
-for tuera do la casa todo volvió á su catado natural: la lluvia, k sombra, el viento, el mendigo que duerme, el perro
qiie se . p n e b i más y miSs contra PI.
Uentro de la casa el coche BC detuvo al pié de una ancha e^cnlera. Salió del carruaje un caballero, subió rápidamente,
irnvesí, vanos ajilones. entró en un gabinete luiosÍBÍmo, cuyo halconera el que Bervla de techumbre al mendigo, y
d e c i d i ó a toda la servidumbre, diciendo:
i ueden ustodes retirarse, nn necesito á nadie.
uando 86 quedó tolo arrojó pombrero y abriuo sobre un sofii, encendió un puro y se dejó caer en una butaca.
en í r i ^ á i
^^ de unos cuarenta a ü r s . ' l í u e n a presencia figura elegante, íiaonomla de línenp regulares, triste, pálido y
tocio éj un no se qné de aburrimiento y de cansancio.
CoLQo Ift tiBononiia del mendigo de abajo representaba lucha, dolorea, tristezas, pedradas, como decíamos antes, recibidas con impasible desprecio, como masciirón de piedrji pegado ii la HÍIIeriade un edificio antiguo; atí el rostro del ca
balleroern Buave, ninte, lívido CSBÍ, sin uriii sola Kneii que indicase un esfuerzo, sin una cicatriz que revelara una lucba;
todo en él pregomba placares i'Jcites, triunfos ioBÍpidos, riquezas oo ganadaa con el sudor y la fatiga, Ijoras de igual •
dad rnonóÉona, osistencia sin grandes emocinnee, y, como resultado de todo elio, el dee<;ncGnto, lit deeíliisiim, el cansancio, un canaancio inmenso, mcrtal, abrumador.
Todo fácil, todo igual en uquella vida. Ni grandes Ó.ÜOB ni grandes amores. Una calma chicha da cuarenta años.
El deseo sin tener tiernpo para ser deseo, porque antes de serlo ae convierte en realidad.
Til linrizonto siempre el mismo: el iiii^mo en Eepaña, qtio en Trancia, que en Alemania, que en Inglaterra. Los
miamos hombros, las mismas mujeres, loa miamos amigos; que si cambian todos estos seres siempre parecen igaalea.
Alguna vez quino dedicnrse al estudio: EU inteligencia era muy clara y comprenrfía cuanto estudiaba. La ciercia no
tuvo para ó\ el aliciente de la dificultad y la abandonó antes de llegar á lae altas regiones en que los problemas ee agigantan y se convierten en esfingea.
Se le ocurrió deificarse á la poiltían; pero con su alcurnia, su tklento y su riqueza, encontró abiertos tocios les caminos
y poi' llanos IPH abandonó todoa.
Se le ocurrió cacarse, y todas las mujeres so mostraron ansiosas ile llevar su nombre: le desanimó la fa'ta de lucha y
decidió morir soltero.
Bl universo era para él una llanura: ni un montecillo, ni im barranco^ todo iguíd, todo de una monotonía irresistible.
Siendo una llanura, poiío le importaba que estuviera en aUo ó en bajo; toda llanura parece baja.
Y para colmo de aburrimiento, eiempre gozó de excelente salud. Liis pasiones no le devoraron.
Así llegó á loa cuarenta años sin goces ni sufrimientos: en una atimisfera entre dnrada y gris, anhelando el pUiccr
intenso ó, por lo menoa, el dolor, y revolviéndose inpípidnmente en un limbo incoloro.
Así le vomoa, en la noche de nuestro cuento, tendido en uua butaca y fumando un puro.
Lo peor era que no podía dormir. Como no ee fatigabn nunca su vigorosa naturaleza, no experimentuba la neceeiilad
de reparar las fuerzns perdidos.
Y nij dormí'1, no dormía. Sin Bufriraieato8,sin dolores, sin agitaciones nerviosas; peroain suefío.
—Más feliz que yo es el mendigo de allá abajo—pensaba.—y más feliz el perro tuerto del mendigo. Los dos du'rmen:
yo no puedo dormir. ¿Porque ha
de dormir él?
Y se le ocurrió una idea estram
botica. Tan estra[ubótica que no
pudo menos de echarse á reir.
Se levantój se acerci'i á una mesa, abrió un cajón y sacó un puñado de duros.
Después se acerc'i al b.dcón y
lo abrió murmurando:
—Me parece que esta noche mo
voy á divertir.
Echó el cuerpo fuera; pero el
balcón volaba nirciio y no pudo
ver al mendigo.
— No importa; allí debía estar.
Inclinó el cuerpo por encima de
la barandilla y arrojó un duro sobre la acera; despui''s observólo
que pasaba.
Al ruido despertó el perro. El
mendigo no, que tenia el sueflo
muy pesado,
El perro se levantó: olfateó la
moneda y, cogiéndola en la boca,
í e la llevó á su amo rt-l'regíndole
el ticcico y la moneda por la cara.
Despertó el mendigo y acabó
por recoger la moneda que el perro Je entregó.
— ]Buen hallazgo'—dijo entTB
dientes.— MaBana tfudrás pan.
Y dando media vuelta se quedó
dormido.
El perro ae echó á BU lado pero
ya no durmió y, olfatenndo algo
en el aire, se quedó con las orejas
tiepas.
El oaballf-ro volvió á echar di-sde el balcón otro duro, y el perro
\ no tuvo que despertar: sobre la
i moneda saltó como sobre pieza de
; cazfi.
i
Y se repitió la escena anterior.
El mendigo recogió el segundo
duro con extrafieza y murmuró
para ei:
—¿Pero de dónde diabloB viene este dintro? ¿tís que llueven monedas esta nccher'
Y otra, y otra vez y algunas más siguió el caballero en su faena cHprichcsa y siguió el perro en la suya. Ya ni el mendigo ni el perro dormian. El cabsllero híibia conseguido deavelarlos. El dinero desvela mucho.
Al fin el perro ee plantó en el cantro d3 ¡a cille, levantó el hoc'co hacia el balcón y ladró C"Q impaciencia.
aleffre y coIóXn^ín « n ? . ' ! '"í',*^ quitatlo el sueño; pero aquella IIUVÍQ de plata no le dejaba flormir. Refunfufiaba entre
El np
"-" ^° "' nueco del portal.,
lia "ociie'n'o^íablaburfio^p^^^^^^^^^^ Jn'lnibQ: eru como decir '-cha mtin. Y el cabiiüoro en el bnlcun reía pensando que aqne-
K
<l, ' *'° ''^ ''"'^^^ de la calle y 1
gritó t i ' ' ' ' ' ° ' " ' * ^ ' ' 1 ^ ' ' « ¡ ^ el balcón y
snco Con voK ronca:
- O échelo uated'todo de una VA/ /,
Rn «I u , ^ '^ sing"lar escena.
eraelbitX.
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Pero aquella nodíe^nl" ^' ' ' h ' ' " ' - ' ^ ' '"^"^^^ conseguido sn objeto
Entre t . n t o el mendiij-r í ^ n 7 " ^ k 7 ' M ° * ' " n ^ ' ^' ''' '•°"''''*' ^' ^^"^ '^'''•'•''^'' ^°« ojos diciendo: me piirecoque vo' ' á dormir.
rob-irlo cnutrc) bornR de a n ^ n r s T
1- I ' " ' ' " ^ ' ' ° ' ''^ pluts, pero con un humor de tcdoB IOB diablos porque" le hablaa
^'^ DO SruBín el Dí.rrr. ?
'
''P''^"'^^ cnmpreeiis de :igua fria u| animalito.
^
F^^iiu, pero grufiM la aervidumbre.
José ECHEGAKAY
l^il>mt de Banda
Di la ¡i\'al Academia Bspamla
t:
.Sutilisiinas iitíujjis,
y roLondap sürjerü.nas,
y \el<'t;is d e liraiiito
ni IVMIÍJUIII' a z u l fn liiii/i^n;
y |iüi' 1 i nía ü e i3?o.= t r m ) i l o p
i|Lie siriiLilaii la-; t n o i i t . i ñ a s ,
ülz;i el n'i'ii ili; ^lls i'atUíiia-'
l a t r i i i n r a l laúf'iea h á f b a i ' a .
Su i'ai'[*i-i'íL m o n n r r i t i n l f a ,
al ILITÍC kir^ r o c a s liraviiF,
i'iHuüihaiMl;) t a b l e t e a
r o a fra^ta- ile i'aUti'aia.
E n t r a , al Un, Í-LUJKI UIIÍI Hoiida
Én la somlii'a e ? p e s a y t r á y i u a
dtí iK'OfiuuJuy nefeTO t ú n e l
<|Utí pavoi- ¡iiruiuLti al ; i l m a ,
y rcHoiila c o m o un a i o a n t r n o
larfío t i e m p u cii s u s enliviÑap,
l i a s t a liar íUi la cavta-na
coii ta i i u e r t a Uriñe y aiii[ilia.
I ' a r a . c n t i r m c e p , ÍÍILF; anilluí^,
y a u n Ijularidú da la n i a r c l i a .
[iin' el b r a a c e do su v í o n l r c
Lili r a u d a l cíe s u d o r baja.
Salvador
nibujo de PedKTo
RUEDA
VERAKO, por A. Sandoval
1S4S fundó el activo D. Minuel Santa Ana La Corri'.qirnid/'jicia di: España, en que colaboró AJJIOIJÍO Trutb,i; en
época posterior lograron runcho auge Ei Qiscahd, de Frontaura, y el Gil Blas, de Ribera, liobert, Palacio y Biaaco.
AYER
üeapuóa de la revolución tomó incremento el periodismo
Y
español, que en la actitaüdad ha conteguido coiocuree á
HOY
granallura.
En Francia, Alemania, I n g l a t e m , Italia, Bélgica, Austria y Suiza los periódicos han producido rendiiiiieotoa
cuantiosos. En EB[jaña no se han obtenido funl;.f proBperidadea, y son contadua las empresas quo tienen recurbos
abundantes. El Imparciol, El Liberal. Jleroldo,
¡luairociün Española, La, Corres¿)'/?ifl''i!(!Ía de E/ipoña, EL Nacional,
BlojiCD a Nef/ro y NilEVu ÍÍDNDO y algunag otras publicaciones tienen bien montados talleres de imprenta, litografía,
e;:C[iadi=rn-iciones y fotograbados, que albergan á miles de
obreroa iutiligentea.
Ayer, ima iniiuildo precaa servía do auxiliar eficaz ú los
periódicos; boy Eon laa m¡u)uin;ia rotativas loa ogentf s quu
ayudin al desarrollo del periodiamo. La información es el
;di nento principal de las hojas periodíaticas, y hay periódico en M idrid quo invierte uñlea de pesetua en cada número, hirviendo á sua lectores todaa laa noticina de aensacii'>n
regiKtradaa en arahoa mundos.
•áeiíiin la eatadialica publicada por el eecrataric de Gobrrnnción, Q1 niimero de publicacionea en tuda EspaFLa a*c;iaKa 1.347, no habiendo proviocia alguna que no tenga sus
II (^rirancB polfcicos. literarioa, científicos ó ii.ere'intile8.
En Madrid sidcn á luz 327, en Barcelonu 157, en Valencia
77 y en (Já(iiz 43. L-!H cnpitalea eu que liay inennB periódicos aon Avila, León, Ga'idalajura y Vitoria.
A trftneforniüCilón progresivn operadii en las nrtes, Ine
Xo podemcs, ¡naíuralmentel coniparnr la pujanza de la
cienciiiaj las inrluatriaa y el comercio, en e! fti^lo xix,
prtnsa espafio'a con la americanif, hoy veidiideramcntu
lili alcanzido tainliién ul perintmino que en la antiasombrosa, ni con l u d e laa grandta potencias europeiiB,
f;iÍ3dad reprepeatü un papt;l Heciindarioy hoj-ae liii
pero es jutto que proclatíre-iioa la auprt-ruj cia de les peiióconvertido en una fuerza podi^roaa.
dicos modernoH Bobre loa de hace veinte años, por HII confección especial, por el aervicio de tií'cgrumas y teh-fc neSegiia contíi;?aaQ eruditos cironietae, á loa venecianoa calm
mas, y por la parte que consagran & Ii.s artes y á las cienla gluria da haber iaiciado la publicaeióo de laa primeras
ciaH, La aección poütiea era ayer el punto esencial de los
Gaaetiií^ eu el siglo xi', cuando la farnoaa república gozaba
órganos inÓB popu'arcB.
de mayores preetigios por BU comercio lloreciento y PUB
escuadras inveaciblcB. Al regresar de proveclioBaa excursio
L i amenidad, la inforuiación, lus crónicaH ccrtaa son la
noB al eaelo patrio ee agolpaba el pueblo deaeoeo de eoCiiracLerí-tica de hi pronai moderna, que ha logrado hacer
no'jer las peripecius de los combatea y la liqueza do! bolín,
liradaa reliitii.amci¡te considcrabíep.
y loB jetióB de la república acordaron ptib'icar las diíjliosne
Kn la prensa do primeros y medi dos del siglo Xix, escrinujvua en wnoB papeluB quQ se vendían al precio do una
biornn plumas eximiis. En loa últimos cuatro lustro." se ban
moneda Hamiida f/ííceío.üénova, Alemaniaj 1'rancia, Inglarevelado como iasíiíneB periodiatae, los Figueroa, Ortc'ía
terra y riolandi imitaron degpuÓB á Ion veoeuianoB, y así
y Munida. Pcrojo, Moya, Caaajuuna, Blunco. Francoa Honució y 89 difundió el ppriodiBtiio primitivo.
ilriguez, Tornes, Kacob^r, Soii-onn, Gánala, Burell, GnFset,
En-G^piRa, aaegnra FerniSndez Giicrra que antes de la
'[Voyano, Cáviii, Luque, HQIÍS, Vici nti. Abuscal, Villegas,
írimeío. íiíi M'idrid, BC publicaron varioa papeles de noticias
Bjdleíteroa, Sánchez Rnmón. Quej^iua, Rrure; contando así
en folio, inipresoa en Sevilla á fines (iol aiglo xvi. En el
bien con lirt'stas <]iie dan vida y relieve á laa publicacionos
reinado de Felipa IV r.n periodiela, llarnailü Almanea Menilustradas, ccmn lIuertiR. Lezcano, Sala, Méndez Bringa
doza, p«bU(.-ó íntereBanteB cartaa d-j tros en tres meses,
Comhn, Banda, Pedrero, García Hamos, Estevan. Muñoz y
Doípui'B de un periodo de decii<lencia en el que la prensa
l.Ticena, Martínez A badea, Franci'p, Xaudaró, Navarrete,
e^p-iflola careció de imprrtnnciii, llegamos al aiglo Xix, en
Karikato y otroa ciento que aon tan bábilea ílihujantcs como
el cu'il BO ha de-iarndlado lozaniimento.
s'iH predecesores de antaflo.
BQ 180:3, 180-1 y 180-") salieron á luz Ln^ variedades de
El perijdisuio Cün sus innegablea defectos, BUS npüsionaGienaias, Lilcrid'/m y Arle-'', y otros periód^coa en cuyaa pá •
mientns y Bua veraatilidades, ea un e'emonto civilizader en
gÍBns colaboraron i uftrea literatos como Quintana, .Mrrutm
los pueblo?; de concordia á veces, á vecea batallador, que
y N'ic'isio Cf allego.
acoje con benevolencia en aua columnas toda idea noble y
En loa priutcroB afloa de la centuríü, que ahora ea¡ ira,
geuero3;i, y que contiibuye á que la opinión ensalce y nci'p
tomó vue'o el p riudiamo.
to lo bueno y )o útil.
En 1815, eU'íismí D. Fernando VTI, prohibió que BHFLORFTE
Iiv;ran á la calle otros periúdicoa que los oticiulos, dejando
aolü la Gaei'la y El Diario de Avisos, todavía cxist' nte en
la villa y corte.
Mí'ig adelante surgieron dislingiiidoB periodiatBa <le ccirnb ilaqu'i dieron iuipulBo íi laa hojaa volantea, popn'aii/íÍDdolag con BUS trabajos notables, [^iFta. Ilermooilla, Mejla,
Javier da Bnrgos, MiEli'no, !\[crales. Li'rra, Bretí'n de Jos
IlerreroB, Carnerero, Li^pez Peñálvoz, Gil de Zárrte, Fica,
Rstévjinez Calderi^n, (jfonzález Brnvo, Liifiiente, A'calá Galiano, Baproncedi y otroa nunuTO-sriB poetiía, crfticoa y po'
Ifticns al mentaren la prenB'-i ]);'Bta 1840.
M;'is tarde se pofuilarízarrm El LaheriMn, de Fi^rrer del
Ufi) y Florea; El Glubn, La Eüper'-nza, de Liibo?.; El I'fidrc
Cohoü, L% Iberia, de Calvo Asens^io; El Mmido ünirn'xol y
Ln, América, perii^dico eacr'to por hombrea int-ignes. En
EL PERIODISMO
L
¡TEMPUS
FUGITI
por
Cabrinety
•^»u,Uj(jiiji.-«a»uM^^i|.i»i^jii,j,-jwi ij-:j'i4!'a|iLi. M _ ^ ^
XOS VIAJES EN 180(1, por Banda
- : >.--'?"^'--!jy"'tS*"rjri
LOS VIAJES EN 1900, por Banda
MARZO
l^'l^;lr•¡,,
'•,{;^l'c-¡an;i
vifii-. S i d . A . i l e l a í i .
2 . p á l í . p. l ' a l j J i j
AnrIiV.s
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l u t i . Bla. J i a p í l i p a
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m.t'íjJ^VÜ ] •
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v i e r . p. S o c i ' a l o s
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l i o m . N."S.-'' D." !'.•'
luii. Pta. S i n i T a
m a r . s. .iDry^'
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viíM'. s . CleLii
. - a h . rti.> T o r i l i í n
i'cim. p. ICptebaii
l u n , ^. l'eílri>
m a r . p t a . Cai.-iliiii
m a r . p. A n g i i p l o
m - l H U L V O í/\,\JUOt.'
j u e v . s. Liica-i
víei'. s. A n c n n i o
P a b , !r, K J i n ' e n e i o
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23 , j u e v . p. jíaf^iJiti
24 v i e r . e. 'l'Miviiatü
25 Fab. F. Cre^'orio VJl
2G
fluni. p. l''elipe Neri
a? ; l u n . p. .luán
aS I m a r . s. Ju.sto
30 ' .incv. p. l ' e r n a n d n
31 \'ii'r. Pía. I ' c i r u n i l a
5
4
p a b . F, irÜRí.)
d o n i . J.a SanliPi • a
Trinidad
l u n . Ptü. P a u l a
m a r . s. I'"rani.;isi-.L) i,
6
7
j u e v . F. N o r l j c r t o
vier. F. Ruljerlu
I
2
vicr. La d e p t a d i ' T o d o s lop SantiiF
salí. C d ñ i o p i l i r t ü s
3
d o i n . p. V a i P i i l i i i
4 , l u i u . Pin. Modcpta
5 ; m a r . B. Z a c a r i a p
6 ! ni. Í^^IEVO
J-ALIKDÍÍ
7 I .¡utv.s. Mernurano
B I vÍL'r, p . S e v c r i a i i o .
9
síib.Pta. A l m i i d u t i a
10 ' d m n . p. A n i a n o
11 I l u n . F. Harlnlomi:'
12 I m a i ' . s . M a r t i n
13 i m . K M EVO J-v^UHOO
14 . j u e v . F. Si;r.ipFo
i.'i
\ ito'. -i, l i u u ' e i i i ü
16 p i l ' . p. U u U n o
17 d o m . l-jl I', (it; N . " S , ' '
p a l ) , p . I[ei'ai:;íi<i
12 m.KüEIYO X^J"^
13
14
15
j u e v . s. Antniliij
vii-r P. na.^ilin
BUrb. F . V i U i
16 i d m i ) . s t a . L i l f i a
17
l u n . P l'[-iHasi<J
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m a r . p. i U i i m n n d n
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s a h . p. . I i i a n , ül).
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l u n . p. üu¡ll<írmc>
m a r . s i a , OruPia
ni.]<flIEVO X U H P
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vi.T. P. Li'un II
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l u n . Pía, i-.aiíUimí
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30 j s a l ) . F, A n d r c P
I
9 ¡ d n i n . p. [•'eJií-iuno
:i> 1 j u n . Fiíi. Olivji, vv:~.
11 m a r . p. tíiii'iialn''
NOVIEMBRE
OCTUBRE
'i .JiiP'V. s. Cñiiiliil,!
i viei'. Pía. Á u r e a
r> .«áb. s . I ' i ' o i h i n
i> l i t m i . s l a . S i i h i n a
7
l u n . s t a , .lupliiia
i'
m a r . .i^ia. Hrii¡i.i;i
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Ij n e v , .-, Leímciü
12 F á b . X . S . del P i l a r
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d u u i . . - l-:dimrd<i
l í ; Páb, K x a l t . S. Cnty.
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líi ] dcHii. K' l i u l f i ' N u i n iTi
m a r . Fia. Ti.'rln
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17 j u e v . s l a ¡•;iluvi,;:¡p
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) 18 viev. p. L ú e a s
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m . ^ í j i E V O lV\UH0O 1 ID pálj. Fia. Itiisiua
ni j u e v . Fta. S á l e l a
•• -¿ti d o n i . P. Caf'frtPio
L'll viur, f'. Luptai|iiii>
i 21 l u n , Pta Urpiila
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Píili, P, Mateo
• ¿2 m a r t . s M a r c o p
'¿•I diítn. s M a u r i c i o
•li ' j n e v . s. M a r t í n
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I n n . p, FansCo
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m a r . Sl.S. M e r f i ' d e s
J(l sáli. p. livarisiD
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j -¿x • Jun, Pin. C i r i l a
:¡i' .¡uev, ?. A m a n u i o
\ Üíl ! m a r . F . Narei.si)
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:¡K , páli. B. W e n c e s l a o
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l u n , P, . l e r o n i n i ü
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7 ' Fáb. f^ia. Ue^jina
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¡Ion,, N, N l r a , Si'a,
ii
I n n ^. Ui'i'cib'n
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5 , v i e r . •;, V i c e n t e F.
S • s a l i . P.CrlosiiiLO
7 .ilicv. si o. ' i ' o m á s
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8 ! viet". s . Cii'ilii
f^
g ' Fiib. s t a , l>'rati<*isr<a
!'
10
(IiJín, P . C r e p c e n c i i i
11 lllll, P. fíllJogid
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12 m a r . s. (;^G^'ori(l
13 i i t . M U E V O Iv\_LfHi)ü i 12
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Jiiev, s t a . ¡'"íorenti.' • 13
V''l"n¡a
¡•^- Si:ni.,.¡j
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p a l ) . .~. A m b r O P i f i
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lun. sla l.coeadia
m a r s t a . iCnlalia
m: .
j u e v Pta, ( I t i a d a l u p e
vier, sea. L i c i a
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i t o n i pt.'i. C r i - i i i n a
lun F ValenLin
m a r , s. I.a/Mro
ni;
iuev. P NemcPiu
v i e r . 9, I t í ó í i l o
í i á b , s, T o m a s
düui, P D e m e t r i o
l ú a . .•'ta V i c t o r i a
m a f , p. l i r e y o r i ü
m,r
se
j u e v . s, I C s I e i í a n
v i e j ' , p. J u a n
sS
sab. Lo? Stoñ. IniH!.
dom, p, Tomap
27
EO
30
31
lun
.=, S H Ü Í I I O
mar, P. SilvcFtre
.
EL TABACO Eíí 1600, por Lezcano
EL TABACO EN 1900, poi- Monta^ud
CUENTO
JUDIO,
por
Xumetra
Un baiiqH'irn ísrrt-dUa. domiciliaflo en Müscjtt. (lió xin h >nquete d carins usur- ros Judíos a lújos sttijiyj.
.'•mm\mb.^,,.^,._
Durante la comiiln iihttsrvi'i nií- r'>nvi(1fir¡t)''([iie~el honrnilo Dnf'til cscrtiiiofealin xm cit/iieria flepjata en mm iJe avs
hutas, ó ihuH.iwa-la p-tr ,SH li^i > hmsnhi. anjiñ da la musa i'trn ctiOisrio para Itacer un jueij) de prediditjitación,
dicru'lo á Kif^ niui-pañenis: «E^i cttbÍ9rtij f/n? ¡n tontadi) me lo pmirlré en mi bolsillo y mi comiKiSiero Datüd se Iv
nácara de .^u bota h [tnarda.
La Umpieea deljüeyo fué intty celebrada por stts buems compañeros, que iíjHoraban el hurto del prestidiifitador.
LOS PETIMETRES
SUS HIJOS Y SUS NIETO
Un siglo titne cien íifioB; ]& lonlerln tic-ne niucbí
BÍiuoa m á s : es eterna. Nuestro ilustre progenitor doa
Adán, cometió la priiutírii ni liaceinos el disfavor de
cotnerse la mniziitiitii (]iio mamá lív.i le of reciü; el
nltinio mnriii! ÍJUU i^ueiTC Bobre la tierra el dia (|i]e
todo GBto BC concluya, ciiiiieu-ra lii líltimn, cjite biea puede ser tíl
no tiatier dejudo do existir anteí qiie los deinús.
Xo pretenderriop, pnea, nosotrOB bueer la míis pcifecta Uitloi-in
f'/üven-al, que tal serta liacer completa la de- la tente] ia; noa liiiiitiirciii! B á eütiidiurla dentro del siglo (¡iie recientf.-iiiente ha ü DÍCÍO
ol lionor de tennin-ir. y, uiin pura CBO, sólo en e! aspecto qiie reaulla de la üeterogéoeii mencla de csL>ia trea e]eii\t^n.tm: jfivcnl'til^ inutilidad^ modo.
üt-nuiao rc|ireaent[in1e de esta extraña niezcolaoau filó, á principios del eiglo xix,
el llinii'ido pctiniRlrf. Era el petimetre, en el grsn mundo del aSo IKOO, un mozo de
veintiuinco á treintu riñon, alto la mnyor parte de las veces, biijj algiinan, completamente iifeitiido todii3 y eaclavo sieLijpre de la modii de fii épocn. Su constante
prerciipiniiin ira el ir vestido con arieglo al ulliino y wvim inci'Hiiodu fiparin, y hubiera diid.i gustoso algunos afioe dn BU vida por que FU corbuta fuera la m i s liernicsa de
cuanta^: ae veían en !a ¡e'epia del Buen Suceso duranU' la n>ÍRa de una, que GUÍXÜ elegante.
Sil truje se compcniii de erando cnsncu de tercirpclo de vsritdüd de co'orep; chaleco,
en el que ¡lian bordiiduH infinidad de florep, y j'or entre cuyo gran CFCOIO sallan IJIS cbo
rreraB de blanquií^iiiia pechera que, para CDnservrii ÍU blancura, tenía E'l elegante cubiertLJLIO el tiempo pie p ruuínecía en cuan, ccn un iniuenpo piifiuelo de yerbas: espadín cona
lujosa empuñadura de piedras ó de concha; medias de p.'itón Bujetas con ligas tan apretüdua, que ae incruataban en la carne, y esciirpiDPS con grnndes liebillaB de plíitn, tan
sumamente pequeñoo, que parecía increíble que un pie de hombre pudiera fncerrj.ree en
„--í^¿&«. í^íipilitta de n:uBeca,
" ""^
De intento bemcB dejado para líltimo lugiir el hablar del pnntab'in, que era de punto
color tabaco y c)astitiii:L la principal prenda del vestido del peti^netro; por él se conocía perfectamente la mayor ó iiienor
elegaaciit de quilín lo llevaba, cooaiatitíndo ésta en que fuera *umarii?nte ceíiido al cuerpo de mi dueño, de tal manera, que
no pareciera mino que era la propia piel de su oprimido propietario; y petimetre había que. á fin de llevar bien ajuetndo r u
ualaón y que no le iiicÍBr,i !a menor arruga, colgaba éste de unas cuf^rdas, que previaoramenle pendían del tecbo de FU locador, y nietia en él deapuód ambaa piernas al mismo tiempo, doj^indcae caer de golpe dentro de nquid jedazo de tela oue
había de iinpedirle Rentarte durante todo el dia.
^'psrinitasenos registrar los bolsillos de la ropa del p?timetrn. En los dnl chaleco lleva dea relojes de colosal tRnií.fio,
enc-irra;los en triple sobrecaja, de concha la priiticra, de marfil la «egunla y de cobre la última, y de cuyas anillas penden
send-iB c idenis que aoatiene cada ana un inmenso aello redondo cuajado de adornos y relíevet;; en los de la ensaca, un es
pejito y un peine para arrjglar ambalant'ímente, loa desperfectos siifriiloa rn PU peinen, un frasquiLo que contiene vinagrillo da los Hte.le hidninen. una caja de concha con polvo de tabaco, un rosario, un Irisagio y una almohadilla de tafetán
p^ra arroüllarse en sus oracionss. Porque el petimetre era religioso... por costumbre. A las cinco de la tarde se rezaba el
aanto Rosario bajo la dirección del jefe de la fa'iiilia viaitfda, que, una ve?, terminada la innumerable serie de Patfr ¡lostr.r
*pi6 le seguían, por lúa obligaciones de cada uno de loa visitantes, por la salud del Obi.apo de X^"''. por el alma del apfior
don C.ir'oa III, etc., etc...,<hb-i á besar uno por uno^ á todos los presentep, la bendita inedilla que del rosario perdía.
¡Oh, sencilla felicidíid la disfrutada en aquellas inocootes visitas donde los dos sexcB se sentaban eepnrpdpimente en
doB grupoa, uno frente al otro y to loa atred.dor <lo un inmenso brapero ó copa de brcnce, en el cual apoyaban SPIH helados
piea los hombres y las saBorua cañadas, peio nunca las moclím^ — y tas mocitas de entonces apenas contaban veinticinco
uñoíi,—porque \\ li merlo podría verse, claro está que sin querer, el epcote de su dimini:to pie y ctndiicir^ con ello, al in
herno, á miicbís almas de petimelres honestos.
¡Oh. época sin itíuiil aquella en que j i m á s se cmzíban cartas apasionadas entre los ennnOTí?df s.,., porque ni la rcvia.
ni mucli. menos el novio, sibian, la mayor part • de las veces, escribir más que .••u nombre y apellido?... Pero los tiempos
pisan, y con olloH las costumbres. El petimetre trocóae en otro tipo, mezcla corno el de la juventud, la inutilidad y la
lu'iibi. qu I se llamó, segi'm lañ épocas, currutaco, pisaverde, eleijatti^, tónico y lecl uguino.
I3l lecli'tíji/iito era á medí idos de siglo, lo que el petimetre, poco mfts 6 meaos, había ai do A principios. Ya no se usaba la
casaca ni el eapidln. que balitin sido siHtítuidos por la levita con esclavina y un delgadÍEimo bastían, casi un látigo Kl
calzÓQ seguía aien in tan ajiT-tado coinn antea y se feguia poniendo por el mismo ¡uíenioao procedimiento; peíolos escarp'nen [ay!, aquellos escrpinea que liacian el pie lan pequeño hnbbm pasado á la liis-toria para ser sustituidos por las botas de campana. Li iliif^tnifiíin del l''.c!iy;/ii>>io venía á ser ciai tnn firande como la del petimetre: en cambio su cnvdor era
distinto. Ya no existían aq-iolloa inocentes juegos deprenda?, en las infinitas visitas en que el leclmguino, como e! petimetre, iíivertia au Gxi'(teiici •. Aliora eaCa'ia el baile en todo au npnwpo y h i b i a que ver lo felices que erim las muchachas
pin>iretua de la época, nuestras bisabuelaB, girando por el salón en bmíos del seductor 'eclnignino. que no se sentabij ja
'njÍ9 luata haber rendiio seis 6 aiete pirojas, ¡Oh si sus mayores hubieran presenciado lal pervenidod de costumbres!,..
¿Cuál no seria su indii^naeión? ¿Cuál su vergi'ien?.a? ;,PueB cuál no sería si deado el lechuguino acA hubieran visto frociiríe la levita con esclavina en frac uxul do botones durados y éste en frac negro con chaleco blanco, y aparecer, dentro
de el, al fjormuri de bov día, saceaor por línea directa del Ipcli'iguiíio'..,
¡C'imo se avergonzirían de ver toda una juventud ton inútil y t . n ridicula como la de sus tienjpop; i 'nornnto, como
aquella, sólo que con pretetaiinea de inatruídu; con lai mismas pr .'ocupaciones de sastre y ufe i tea y con la minma manía
vNiteril, porque no sabe en qué pmp'enr el tiempo; pero llena do vicios, de nifilas pasioncp, bablnndo mitad en frarcéa,
mitad en chii'o, fracuantiudo tabernas y garitos mrts ú menos disfrazidop, sin fé, sin ideales, sin pudor, ¡ain nada!...
*•'
Asi fueron nuealroe abueloe, ]oBp'iimetrcs; así nuestros padres, ins lechuguitin»; api somos nosotros, hs gomosos,
¡Sibe Dios cómo sr-r-ín nueatroa liijoa y nuesliroB nietos!
Ue tal manera van laa coai«, que es de temer qu"* sean dignos de sus antepasados^
•'itiiijo d( MnTilfifiVil
.
.
Pedro
SAPAU
01^0?í"0. por A. Sandoval
Qp^T-ji^-^
^JKN—J^;LE^
-^ J R i ^ t 3 í l O í ^ l ^ ^ ^
La pobre viejecilla que yacía en el fementido leclio de
iiqiiellu boiirdiila de In callü
da la Arguniuela, VÍL no erii
raáH que un ¡ii'JiianKün de JiueBOH y pisllejoa. De ¿ae ra-^goB
tiBonóuiJcoa, que debieron tener en su, din nüB pÍLvinlea
ütriictivoB c[iiü Ijeléuicia condícioneB, aolo parecían vivir
unos ojoB qite toíJftvía uoneerviiban uiiiortiguados deatc-licH
do BU expresión entre vivaraclia y dormilona.
fin la ocaHÍiin prei-ente aóIo ae tipiirtaban de la hoju del
t;alendür¡o de pared, que marcaba la fecha del ül de Diciembre, ó de laa lUíinecilliiB del reloj de peaaa que cauíinaban
lentamente haciii las doeo de la noclie para tijarloy, tal vez
noBtá'gicos de un remoto pagado, en la colección de andrajos que pendían de lad paredes,
llabti que Imbcea. udriñ;\do eacrupulosati;ei.tB liquel
polvoriento museo en que
alternaban basqniñha de medio paso con eBponjuduíi f JI
das lie volantes; uliapinen
de raBO y zapatoB di' galgae
con redecilIüBy mantillaB de
caíCD; peinetuH de tofi'i oOli
mantones de Manila,y desde
fl inoculo de alamares á l u
«ííjlda de percal pl.-melián,
no pureciú evcrar auB recuerdoB. EntonusB fué cuando con
^'OB que liqeiii roneri una toBCcilla Btca que aiilia del fondo
de mi garganta, empezó á hablar.
•
^
1
1
•'
•
•
,^
•
••
— NEc(--comeu!!Ó diciendo—ti año uno, y cuentan que
los atllozüs con que saludaba mi llegada al mundo coinci
dieron con los que por todita partes Be oían llorando la trA-
•í^m:'^'*s.V?_~r::
y
gica muerte que
sufrió,en la plaza de toros de
Madrid, el tan
airoBO como desventurado
PepeHillo.
De otras lágrimaB me
acuerdo yo con mas precisión, y eso que, la verdad,
no fueron tan ruidoaaB co^ 0 las primeras. De las que derramaban en torno mío cuando acababa de cumplir los cinco años y entre las que oi por
' e z primera citar los nombres de Trafalgar, Churruca y
-A?- ^Wíg E,<S,
üravina que tanto se
babiun de repetir deapuéa.
El liño ocho; ¡ese BÍ
que fué difatraido para
mil En Marzu nOb llevaron á AraDJuez,haBta áloa cliiquillos. par»
dar mueras li Gedoy y
vivaa al principe Fernando; en Mayo, ^-o, que mis manecillaa
no tenían i'uer^i's para cargar loa íuailea á loa defeoÉorea del
Parque de Montelet'jn, les Ilevalm las municiones que cogía
do laa cartucberaa de loa franceBee iimertoF,y en Diciembre,
después de haber visto arrabtrar al marqués de Perales en
la callo de Lavapíéa, vi entrar por la de Alcalá al autí'ntico
Napolei'in,
l^el año Queve al once toda mi diversión hubiera conaiatido en motejar de tuerto y de borracho á Pepe Botella y
^^•^'W^
en celebrar las inmortales hazafias en Zaragoza y Gerona,
bi no m«! hubieran diatraído á la vez Ina frecuentea liuidaa
de; la Curte del rey intruso y laa cabi bimuttáneaa entradas
en .M^.drid de .Juan Mürtin, Palanca, el Abuelo y Clialeco.
El doce tuve hambre; pero, como á falta de pan buenas
BOU tortas, el regocijo de saber que en Cádiz se habla proclamado la Oonatitución y que Wellington se li»bía cobrado
con las setenaa en la Alhiieni laa cuentaa que tf niumos COD
los franceaea defíde lo de Medtllin, baaíó para que encootraru liumor batíante para tocar el pandero y repicar IsB
CistaRuelaa c;mLando el Jnana y Míiuacla con au correspondienLe ¡Viva Fernando! á que ya ae reaignaba la policía
botelletíca,
El L-i, libre ya de fratcbutes con Ja batalla de Vitoria,
me creí de buena fé que, ú peaar de mis p i c o s años, babía
llegado la época do la formalidad y el juicio, y, sin embargo, me engañé de medio á medio.
Confeeión es esta de moribunda y en tal hora debe detirso lo mismo lo malo que lo bueno.
Por 6B0 DO debo ocultar que mis veleidades comenzaron enloncee.
La viejecilla guardó unoa momentos
dd silencio como si quisiera tomar fuerXV^
zas; pero viendo que las manecillas del
"Q. . Sireloj le metían prisa, ae reliizo y aontÍDuó;
: • .III
Dicen que no hay quince años feos
y si loB míos so ijicieron entonces dolorosiaimOB por el desgarro y desenvoltura de mÍB entusiasmop, vietoa á esta
distancia, más que admirLcióa produ-
CSD lástimaj ya que QO otra claBe de sentíuiientoB. Por haber
puesto mis amores en qjien inenoe los itierecfíi, BÍI] afordnrme de que j o había aido la primeni en feetejar á IOH I[Ü6
entre el estallido de las bombas babiati labrado á líajiíifift
laB bjeeií de uo porvenir libre y digno, no fui ciert • menlo
la última en aplaudir ul ingrato Fernando que premiub i con
la horca, el presidio 6 el doBtiürro, ios heroicos aacriH^ioH
de los que le devolvían BU trono que él se hab).i aprosurado
á entregar unoa afios antes.
Mi majezi llegó por aquel cntoncea á su tuayor grado de
apogeo; pero como ma aburií pronto de tirur del coche djl
•DesfaUo, de Cüntar á voz en cuello loa versos de líabadán,
digDO poeta de aquel período, y de alternar laa proceaioneu
con IQB corridas de toros y loa rosaiioe con laa ineriendaa
en la Florida ó ea el Soto de Migas Calientes, las únioas
coaan que acabaron por intereaanne fueion loa proceeot de
Jaime el Barbudo y de otros cabjlleros aDdanles de au cala&a, que, perilún para mi error, nía parecían entonces tan
dignoB de loa como io habían sido poco a n t t s 1, a prodraa de
toa Minas y los EnipecinadoB, los Palancas y loa Lacis.
Eio ai, baató que en Madrid rep rculiera el Grito íh las
Cabezas, para que del 20 al 2íi fnera y o muy otra de lo que
había aido.
Llamando á todiiB horas NarizotcH al q u e há poco era mi
iJolo, dejiíndo aordos á todos con las poco ariiionioBne notas
\\
« , ^ -
d o e a t o , entre otras ventuJHfi,
la de prol'ar quo biemprc hay
un Conde do KapaBaque uchiq u e al Ciiaperún d e mejor
puestos hígados.
Y aquí du mi veleidad. Yo
quu tiinto celiibraha aquellas
aminidiidea, lue volví loca de
júbilo deapucB al ver entrar á
Criatina eJ afio 21',sólo por que
c r e í con
la misma
candidez
de aiempre, que aquella nntolí'gíca deidad que
Partbenope nosenviabj—aei deciuiiioa
ontoncee—EOS traía ei ramo de oliva,
Bfmholodelapoz duradera que tanto necesitaba nuetíroa aaendereadoa liuesuH.
Pero ya verá iiated, en cuanto me
refresque un poco esta condenada garganta, ci'mio aaguí
hiendo lo que siempre había sido.
La vieja upuró no se qué pócima que junto al lecho tenía, y continuó con voz cada vez más a p a g a d a :
IV
diíl Trágala ú el La/rim^ ó con mis vivas á líiego, iiice
reir en lii donosinte llamada lítf/íí7/a de Platerian. excité
]n adtiiiraciún y el ellt^flía^mo el 7 de Julio en el Arco de
Boteros, y pro^'oqué la indi^^nación de las alnifs hourudas
al esgrimir en la culíe de lü CJubezn el martil'o que acabó
con la v,da del deagruciudo cura VinueBa.
De aquiílioa peC'idilloB, sin en]bar(íO| me lav¿ bien pronto á lüB ojoH dt] rey neto mi entusiasiuo \\ recibir o) Duque
de Angul) ui i con BUB cieii mil hijns de San Ltifn. Verd^td es
que del trabajo que me toitii' aquellos dfaa m e vi iar^umente recompinsiniu. KI nunca bieo ponderado don Francisco ChaperÓQ. se deavivit) por darme diveraiouef, y desde
<l»e Be Eiibió á empujones á la de palo á Uiego, que fu<> lo
más prunto poaible, á
penashubodia enque
la l'JaKJde la Cebada
no ofreciere el grato
eapectáculo da un liberal a h o r c a d o al
simpático g r i t o de
\i¡Virun las Cíteiiasl'b
Para que DO faltara
nada, couio del 20 al
23 tuve mi poquito
d e guerra civil con
los Apostólicos^ el 27
ue e n c a r g a r e n lod
Agraviado» d e t a n
uipreacindible p^rte
lol programa, tenien-
•
.
La muerte de Fernando, tan déreada por libria y ^erviles. como lo había sído su vuelt^i de Valencey, nos dejó tela
cortada pura divertirnos un rato.
Defendiendo á la Qí/f/eV/!;"- Isabel y la Constituuión loa
uQoe, y loa otros lo que ellos llamaban la fé, y ú un rey que
hubiera beclio un excelente sacristán de monjas, en siete
uñoB no hubo un dia sin BU acción ó
eticueutro en lo3 ciuipon de batalla,
ó BU pronunciamiento militaren lae
calles.
Eso ai, loB dos bandos tuvimos h('roes que ensalzar por docenas, y si ^^j^
arcoa de triunfo, vit')res y a c l a m a - ^ - ^
''VrííÍ!
cioncB tuvieron Ion deMoá paraEeparíeroB, Oráua, Córdovae y Leoney, los
d ) nllá no se quedaron rortoe poniendo en loe cuernos de la luna d /íuiualac-irreguití, Cabreras y Gómez.
El abrazo de Vergara, no obstante,
habría acubado con todo si aquí terminaran alguna vez estas cosas. Pero
aparte de que no falló quien se encargjira de prolongar un pjqnillo la función, pura BUf tituir á cristianos y corIÍBtaB| noB quedaron mod r.ulos y
prjgreait-taSj y los pobreeilloH hicieron cuanto ettuvo de BU parte, pero
para q u e no ecbaramoa d e menos
tiempos pafladoa.
Ello 8], los malos mod( a de IOB pri
meros, les hacían creer [inoceoteBl
que nos tenían amedrantados y convertidos en di ctrinoe.]Pero fíese usi^í,
ted de las apariencias! A loa 54 años
3
cabales sentí en mis venas la sangre tan iLora, que apedreando el palacio de Cr.etiaa, quemándoleB los trastoa á
Sartorios y Salamanca, y cazando gviiidiUtin áQsá% las ee-
quinas y loe tejados, parecía que no habían pasado dias
por mi.
Ha-^ta dándome el giistüzo de arrastrar á D. rrancisco
Chico, resucité una diversión que ya todos crsion olvidada.
Lo malo ta<' que
,
_
el contento nos duró poco. Unode los
seSoreg á (¡ne máa
liabiamoa fe.*^tejado
poniendo eu retrato
en loa engalanadíiH
barricadne, volvió Í'I
loB dos afloB ccntr..
OOBotroBloEiniBmo
Cañones que lo linbínmra dado, y i I
ruido que hiao coi
la metmlla l'ué po'
a'giíatiempo el úni
co que He oyó.
Pero miren ai FCfía redomado aquel
bizBrrísirao militar.
¿Creerii iiBted que
Be IBB componía de
niodo que yo que creí no perdonarle en jüináa
jamases la partida perruna que le jugú al buenazo de
Espartero, cuando le ví volver de África cubierto de
laureles, eché ntra vez la casa por la ventana y le
equiparé en mi entHsiaBiuo al mietno I'rim, á quien
dicho Bea de paso, también tenia algunas coBillas que
perdonar.
Sin embargo, por algún tiempo, aquella fué mi última
expansión grande y legitima. TMU agotadas tfnía ya las
fnerafift, que ni los mismoa glorioaieimoH cañonea del Callao
me conmovieron raáe quo do dientes á fuera.
La prueba de ello ea que cuando algunos afios despuc-B, el
iJ(;roe de aquella jornada agonizaba en Madrid, apenaa tuve
tiempo de enterarme de BU muerte. Verdad es que A algunos paaoB de la modesta casa de la p'aza de Santa Ana en
que lanzaba BU último auppiro Méndez Núfiez, ocurrió un
suceso de más alta trnnscendencia. CON la amputación de
la pierna del 7'«ío¿quién estaba para nada? ¡Aquella ai que
fué perdida nacional I
Sólo los que deapufts han tenido amarguísimas lágrimas
para las voluntarias drcalvacionea de Lagartijo y Frascti/'/o, pira la retirada de (j'uR'-rita y para la mueite de Domhi(/i'íri, pueden hacerse cíirgo de nuestro dolor de entoncea.
Pero á eaaa cosas yo llegaré, si purdo.
Ahora voy á empezar con una de las páginas miis crueles y máa acreditadas de la
hífltoriu.
V
Al.l'egitr aquí, & la pobre vieja la faltaron p e r completo
las fuerzas. Quiso
aeguir su confesión,
pero aunque se la
vio hacer titánicos
eaEurrzos para recoger BUBrrcuerdoB
del año ()8 acá, sólo
acertó á murmurar
E r a s e s incoherentes. Entre ellas eólo
alcaczaba á percibirse con a l g u n a
claridad estaa palabras BueltoB ; /¡España con
honra!
¡Gobierno pirviaional! ¡Loe Jilibuaterus! ¡Anmdnof ¡La
Fechrnl! ¡C'nrltif/rmi! ¡Iü3dc ¡Ci"-'-o!
fSafjtuUo! Y cojuo si tuviera todavía al alcance de 'a mano
algo que Be la acabara de esc ipor sollozó: ¡Cnlxi! ¡Filipina»!!
Después pareció tener un momento de lu:¡¡leK. Escuchó
con atención, y creyendo oir & lo lejoa descargas de fu-ilería y fuego de guerrillas, exclnmú con pena:
I Qué lásiimal [Ahora que oeto volvía ¿ empezar!
Y dejando caer pesadamente la cabeza sobre la almohada
espiró.
lín aquel momento se desprendía por sí sola la última
hoja del calendario auierrcanoy el reloj daba la última campanada de las doce.
Habia acobado el ai^lo xix.
Ángel R. CHAVES
níftiíjos tíf. Marín
•
'.^«••/>
v/...
.^'J^0
S^A'
i'Mtl. siglo XIX liabrii po.lido ser el de loa fj^rariiles i[i\'ODtos. Curriente:
no vamoB á ponernos en contrndicción COD BUS p megiristaB; pero
o n v e o g a m o a ein que ha sido también el eiglo de IHB tmbaa y loa
inconvfnientrF,
—Oróame iiated —me dacía la otra tarde nti joven inodürnUtn. —liste es un siglo
|'
insoportable en el que abun:l¡m IUB prüCCtijKicioQes de todo género, Yn verá UBted
cómo en el aiglo próximo deaupnrece una j.>i,>rci(jn de coatunibres ridlculaB.
Yo soy también de los que crjen qua es necesario introducir grandes refoniKia en la orÍCaniz-ición de la faiiiiliii y en la de oirae MIUOÍIIIB ancignallaa que coliiben el libre albedrio
del hambre y de la mujer. Pnr de pronto, desapiin-uerá la inatituciún de lae madrea poli,,
ticas, dcLíUránioBa I;i inviolabilHud del yerno y otcirj^ando Á éste la f icultad de pegarle A
Ift euegra do8 veces por Bemana, El eapoao, lo miamo qne BU consorte, podrtín liacer todo
aquel'o qne gnatea. ¿Que BÜ han cansad ^ d'i vivir reunidos? Se sepiran. ¿Que lea estorban los nifioa? LoB tinin; y á cate t^nor todo lo deniiiB,
— Mira, Palo—dirá la mujer á KU mijrido,—to voy á ser J'ranea; deflde que tuviste el úHimo flemón he perdido todas lúa ilusiones. Será una preocupación mía; pero hueles á ciitaplascaa de linaza.
—Mujer, tú auefiaa.
— I'odrá Ber, pero yo me descaso.
—¿Y adunde pienaaa ir?
—No lo he decidido tidavfa; pero !o probub'a aera que me case con Aquilino
— ¿Qué Aquilino?
—¿'l'e acuerdas del hojalatero que ebtuvo la gemiinn pasada ü poner un cristal en el
gabinete?
—Sí.
entrará di— Pues es un j jven que me ha gustado porauB moclalea y voy á decirsslo.
ciendo:
- A l l á tú.
:E8 usted li
\
— Bueno; puea entonces me voy. Luego numdüré poi' la ropa.
bre,joven?
—;,Y de loe niflos, qué hauemoa?
—Si señora.
—De Manolito pued^B disponer com > guatea; pero á liic^rdito
—Pues vengo á casarme
le voy A regalar,
con usted,
-¿Cómo?
•
•• •
A
—Tantas gracias. ¿Tiene us—Si; se lo ho prometido ¿doEa Bernarda, la del sey,^
ted madre?
gundo, á quien se le umriij el gato y ucci.-9Íta coui'"'
—Si eeRor.
pañía... Conque, abiir y que le vaya bitn.
—¿Y vive con usted?
La eBposa¡ despui''a ife estrechar hi iiiaiio de
No, la tengo colocada en la policía,
su marido, ae in\ i\ la calle do la (lorguera
guardia de seguridad de segunda.
donde tiene Aquilino IIL hojahittria, y
—Bueno, pues á casarnop.
— Y al día eÍLTuiente ae celebra el malriinonio.
Con unas costumbres así viviremos todoa á gusto y no
habrá aquello de tener mujer fea y verse en hi necesidad
de Boportaila día y Qoclie, como venia sucocliendo liasta iilior.i.
Eutre laa nmchas rí^íiormas que se proyectan para el aiglo "íS,
UD-ura una importaníisima: la de la abotieii'm do loa inquilinatos.
A mí, os u:i auponer, me gusta una casa, y voy at^ casero y ae )o digo,
el casero me entrega la llave y yo me instalo en la tinca.
•Que se presentaá cobrar? SB le pega. ¿'.íue insiste en su ridicula pretensión? i^'c ]l;imi á un gu irdia de orden ¡lúblico. ¿(¿ne ^e reaiste? So lo
co'Tfi por el pBSCUí'zo y, deapui's d í introducirlo en la boca diez gramos
du arsénico, ae le deja suelto para que vaya á morir donde quiera.
Las reuniones del siglo xx no ee parejer.ín, poco ni mucho, A laa que dan
ahora las viudaB con hijas casaderas y los oíposaa de los dentiatüB que buscan clientela
por el procedimiento de las .swí-écff. 11 oy todos loa concurrentes á laa reuniones tienen que
guardar cierta circuDEpección moleatii: si criticiin á l a a p f i o r a d e l a casa lo bncen de
modo que ella no se entere; y ai desean tomar algo, didmulan el antojo ó se contentiin
con el b^arado pero sencillo vaso de agua,.. Y.n el figlo próximo veoiderj IOB tertulianos despuée de bailar un mtito, se dirigirán á las habitaciones interiores de la casa y
reeiBtmrán los baub-f parn í^aber ai laa duoEos tienen bastante ropa blanca y de me^a.
_ S Í ai, entérele de todo—dirá la s e R o r a . - Y a verán que nqui no hay trampa.
—Es que antiguamente había muchas familias que daban reuniones, se laa echuhün
de grandes y luego resultaba que no tenían m4a que un mantel -e.vclamaiá uno de loB contertulios.
—Pues ya ven ustedes que n ^aotias tenemos do ;e a á b m a s - a f i a lira la sefiora.
—¿Bueno y usted de qué vive?
_
,, .•
^ , j
A
— De u n í viude:3ad q u e m e dejó mi ea poso y de un im que e* lliutm en Santander y me manda doce
duroa todos los mesea.
i • i
.
pues
Todo eato, que ahora p irocerla extraordinario, será la cosí uias natural del mundo en el aiglo .\\,
66 habrán desterrado loa conveocionalismoB y todoa diremos la verdad.
Estamos d i a e m i i que llegneeUigloMK p i r a q u ) deaapireacan lag pre.icnpaoioQes y laa mentiras.
LuisTABOADA
/Jíliwjo lie KaTi\ioX\i
E
•^"
ii,
!.
1N\'ÍERN0
poj- A. S;UKlova]
••'•'••.r.Z.
CALOK
TA1Í.DI0
r
íliice HTL'JS J !i nnc en mi íihlün
pasar el tiempo veí;i
antj l;i {jr;in cliiincncíi
donde tiiedio monte ardía:
y annqtie es la rojiz» llfima
de lüB lionr.idiB ln^'tireB
bülBamo que ee djvr niii
sobre todis los pe^^nres,
á m( el inteoao calor
me producln. al contriirio,
Lin infinito stiprr
y un diagaeto extraordiniirio.
Eaclftvo entonces mi pecho
do un'» anibiüión aíngu'nr,
que en aquel clrcii'o estrecho
nadu podía intentar,
,
yo, ante la tranquila calmi
qiip en toda aldea fe escondp,
aonUa marcharpe el alma,..
¡Sólo Dios 3ibí> donde!...
lin mi fiintiBÍa inq'iieta
tomahan forma' y co'or
^08 delirios del pret-i,
laa delicias del ;iiiior,
el iifíin de la aventurji...
¡todo tertier. rio empeño
con arranque de bravura
ó vaguedades de fueñol
¡Qué iiinnoíono y inez:]uino
tu (iiiv H mo re nUaba
iiquol euidrocamppfinn
que doi|UÍer me rudoi h •!
¡Qui^ ronco y úsperi) r-j sdn
di; lit h\ndurrin arrancjdol
¡Q lé tíniiüdüs-i la Cüncii'm
il"! ui'"íím-lo cniínioraiUi!..,
¡Qué rudeza en el leaf^unjo
de nquelía rúatica gente!
¡(Jué tristeza en el paiaaj;,
y qaé ahogo en el Brnbíentel
Por eso al llegjr el din
de abandonar mi prisii'in,
dagbordabalaalegrí'i
dentro de mi corazfjn.
JT
i Placer!... j A mor!... Loco etiipefio
sin vislumbre de verdad...
Lo quo enjendró un v.ino EueRo
lo barril) la realidad...
Y, ante los golpes traidores
que yo cleepuf^a recib',
pensó en los tie-npos m"jnrea,
ya tan diet ntes de nií...
Cuando la ilusiiJo se a!ejn,
¿quií'n no sienti el desconcierto
y el frfo glacial que deja
y espTrcñ en toino lo luuertí ?
¿Y quién no templa el riü^or
del liielo que le lia nt: ri lo,
buic^nd) el suave c a l t r
del pasado en que luí vivido?
Yo, esclavo de tal i.fea,
u i i r a d a y paaoe torné
hacia la triinquiln aldisa
que con guato abiin lene,
penaaodo que en el h ^giir
dondo'iiiedio monte ardía
íácil era hacer ertnir
en calor al alma nijii,
¡Mas fué neuio dehvjrio
puea a n t e e ! leño CFLigien te
en vee de ciilmnrae c] fifo
B8 bacía más persirtente.
'
Y CB que aquél que en tal lu ^nr
quiere ba'lnr calor y calma,
algo vivo lia de llernr...
¡y no el cadáver de un alma]
.'
Luis de ANSORENA
TROPA \>K LI.NKA. lOOo. ijOi^Banda
ROLDAi
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j
c:;3E3twrm.c> E Í I ^ I T 0 1 = 1 . 1 - A . .
O B H A B l-DULICARAS Á 7ri CIÍNTI.MUS TOMOS DE ¿IH) I'ÁíílKAS
Noche de amor, por Era ¡lio Zola —IniUiacnes, por el conde León
T o l s i o i —A iu'terio,
por ALIOII'J B e l o l . — £ « •'•ujer del diputado ,
por E. ZOIB.
A UNA i'KsKTA.—¿'í fTfflJiídií- t¿f ioT canturcs. p o r E . R e n á n .
A n o s PGSKTAg.— Ten^'-Cione.i 'ín San An/on/o,
p o r imalavr»
Flanvert.
3 5 , FXJEWCARRAL, 8 5
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acreditada casa deben visitarla, por ei extenso y variado surtido
q n e presenta, y porqne la ropa "tanca de esta casa se clisti:!-ic-'
por su confeecii'in esmerada y sus precios económicos, á 1;. •••/.
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HíHoe
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25;J
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» 175
'irafi^fono Excelsior . . . .
> • 75
líi mismo, con diafrafíma Iteltiiii y b o c i n a ,
>.• 125
lirazns" n a r a los diarraf.':^a.s
l i - t i III
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Dií-frEifriiiíi B e l l i i i i . lefjítimos,
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Ideiji, p a r a ¡ m p r i t i j i í .
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d e 9 á L2 d e l a m a ñ a n a y d e 3 á 6 d e l a t a r d e
i)S ini/'na al públivo á visitar el refsriio
locai, en el que se
exDQnai] MAS DE 150 MODELO^ DE MÁQUINAS ¡¡ara toda clase
(le indiisiria
su las ovales se emplea la costura, asi como también LOS TF¡d8AJ0S ARTÍSTICOS ejecutados con la célebre MAQUIS'' BOBINA CENTRAL, la líiisma que sirí/e para loda clase
de labores dowésiicss.
Pidaae el cüálogo ilustrado que h
ÍA ([ratis en li- ~
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LR flftninsflífl P a K r i i
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ó encualesquiera de las sucursales que hay
en todas laBCapItalea-de provincia
durante mucbos años. De agradable perfume. De acción eficaz, al
propici tiempo que inofensiva sobre las encías y esmalte dentario.
.Viitiséptico de [jrimer orden. De
irreprochable higiene,á la p a r q u e
muy barato. Que sta de fórmula
puramente vegetal. Todos estos
requisitos l o s llena a d m i r a b l e mente el inmejorable dentífrico
Ucnr del Polo de Orive. Toda pej'sona s<^nsata se atiene á los hechos
eti lodo aquello que alecta á la biíiiene; desconfía de pomposos reclamíis y se escama de nuevos
dentífricos sobre todo, de utioque
en su fomposJción entra la -nacarina, Salol y Acido salicüicu, tan
perjudiciales al esmalte, tan dañinos en un descuido á la salud,
y lau expuestos á envenenaniien •
IOS, como se ha probado ser uno
de estos producios químicos, y se
rt'-mostr.' [lor análisis químicos
iiíicialea d j contenerlos un dentíi'rico extranjero,
J i ilertillcaito ilol jüfi; ¡Jel Laijuraidi-iu Muii¡i'¡r)ai de .Madrid Sütre
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1.,-is: miiji>i''>s fjUí'- ci'iaii del)i;ii tmiia]- i n - : r u p i t a s
diiU'i.'i^: d e P a j a r e t e O r q u i d e o , finrcjuc coriniiiji'mi la
i'i'he lah^s í;i)iulicii>!ies.ltíaFimiIaei<Jn, inic lüp niñón
a iii:;ii'rt-ii Fin p a t l e c c r iiidii,'esliiiiii3s, i'OMi'os ni iliaw-:\'
i'VK'^fívñ¡\úo\rs
^il^ la menilii-'itis luh'.'n'iilo^a,
iiTijl'-h' '•nf'TTnedml iiiie n c a g i o n a inillaref- deví<-iim í i - i ' ü lii i n l a i K i a [•••r l a l i a «Ib iLiitririóii.No i^iiniimilu-i'l P a j a r e t e O r q u i d e o c o n l o s lúiiifioí- metí ¡ciñale?;
i'l P a j a r e t e O r q u i d e o , i \ nipui'Piíi d e piMiilK'l.is n a u í i'/iltío !•« u n aliiiii^ntit q n e rel'ui-ivji l a s ci.indiri.ini'B
n n i r i i h a s •]•• l a l e c l n ' , I)i>i>L)f:Ítar¡üL'.\c|u^i\M:(,iipell¡iin-^ I; IküTflI. I'ni'i-ia.lel Sul, \ y pi'ah-s. I^'amiarías.
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