FUNCIONES DEL AGUA Y SISTEMAS DE TRATAMIENTO Silva G. S. E.1, Browne M. S. M.2, Hernández Z. J. S.1,Toxtle T. J. S.3, Pérez A. R.1 1 Departamento Universitario para el Desarrollo Sustentable y Posgrado en Ciencias Ambientales, del Instituto de Ciencias; 2Facultad de Ingeniería Química; 3Escuela de Biología, BUAP 14 sur 6303, Colonia San Manuel, Puebla, Pue., telfax: (222) 229 5500 extensión 7353; [email protected] Resumen Las dificultades para reabastecerse de agua para uso doméstico, riego y actividades industriales, y los problemas que origina la disposición de aguas residuales, llevan a buscar alternativas para mejorar su calidad, por lo cual se han creado los sistemas de tratamiento. ¿Pero son esos procesos escogidos por el tipo de agua a tratar, por ser la tecnología disponible, debido a los costos que implica, a la velocidad del tratamiento, al tipo de técnicos con quienes se cuenta, a la cantidad de volúmenes de aguas residuales manejadas, al destino de reuso, o al cumplimiento de cuál norma? Y luego de ser tratadas: ¿cuál es su calidad, y en cuáles actividades se reusarán? El objetivo de este trabajo por tanto, fue contestar a las preguntas anteriores. Se recurrió a la comparación de fuentes secundarias, y a entrevistas estructuradas a especialistas. El cimiento teórico descansó en la Nueva Cultura del Agua, y en el Manejo Integrado de Recursos Hídricos. En 2006 se registraron 491 plantas potabilizadoras en México, y 4 en el Estado de Puebla; 1593 plantas de tratamiento de aguas residuales, y en Puebla, 82, de las cuales, dos utilizan métodos de infiltración al subsuelo. Conectando el volumen de agua tratada, y la calidad final, con sus funciones, encontramos: a) su función de vida, no es cubierta, ya que se sobreexplotan mantos freáticos, y poco interés existe por dejar una cantidad para los ecosistemas, además de haber una diferenciación en el abastecimiento para la población; b) en su función de servicio público y de interés general, se raciona agua de mala calidad; c) en su función de negocios legítimos, se da prioridad en atenderlos, con agua de mejor calidad, d) en su función de negocios ilegítimos, no existe normatividad, ni sanción, para condicionar el abastecimiento de agua. Palabras Clave: derechos humanos, servicio público, interés general Introducción Actualmente, 1300 millones de personas carecen de acceso garantizado a agua potable, mientras se estima en más de 2000 millones las que no disponen de sistemas de saneamiento doméstico, y lo que es más grave, las tendencias apuntan a un agravamiento de la tragedia al estimarse en 4000 millones las personas que en 2025 no tendrán acceso a agua potable [8]. La combinación sistemática y de la extracción abusiva de caudales esta conduciendo a graves problemas de disponibilidad de aguas potables. El aumento de las tasas de crecimiento demográfico, la pobreza y nuestra tendencia como sociedad de no valorar, sobre explotar y no utilizar un manejo adecuado de los recursos hídricos, nos esta llevando a vulnerabilidad hídrica, a nivel de entidad y de país. Las dificultades para reabastecerse de agua apta para uso doméstico, riego y actividades industriales, y los problemas que origina la disposición de las aguas residuales, llevan a la búsqueda de alternativas para mejorar la calidad del agua, por lo cual se han creado los sistemas de tratamiento: preliminar, primario, secundario, y terciario, mismos que pueden incluir distintos procesos. ¿Pero son estos procesos escogidos por el tipo de agua que se tratará, o por ser la tecnología disponible, o debido a los costos que implica, o a la velocidad del tratamiento, o al tipo de técnicos con quienes se puede contar, o a la cantidad de volúmenes de las aguas residuales que se manejan, o al destino en que después se reusarán, o al cumplimiento de cuál norma? Y luego de ser tratadas esas aguas: ¿cuál es su calidad de acuerdo al índice ya establecido, y en cuáles actividades se reusarán? El objetivo de este trabajo por tanto, fue contestar a las preguntas anteriores. Instituciones internacionales como UNESCO y FAO, que venían abordando problemas como el abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento, desde perspectivas sociales y bajo la iniciativa pública han sido marginadas progresivamente y desactivadas para dar paso a enfoques basados en procesos de liberalización y privatización de esos servicios públicos. Incluso esos aspectos han entrado en las agendas de la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Las presiones que ellos ejercen, sobre todo en países en desarrollo, suele poner como condición necesaria para acceder a créditos y asistencias internacionales, la puesta en marcha de procesos de liberalización de sus servicios urbanos. Junto a la degradación burocrática de la función pública, aparece la iniciativa privada como clave “redentora”, tanto de la financiación, como en el impulso de la eficiencia y la modernización. Pero abordar la cuestión a base de condenar la perversión de lo privado y defender lo público, como sinónimo de progresismo resulta insuficiente. En el caso del agua, además es necesario discernir y aclarar sus distintas funciones, distinguiendo los siguientes niveles: A. El agua en funciones de vida, que conectan con derechos humanos B. El agua en funciones de servicio público y de interés general, que conectan con derechos sociales C. El agua en funciones de negocios legítimos, que conectan con derechos privados e individuales a mejorar el nivel de riqueza y bienestar D. El agua en función de negocios ilegítimos que deben ser combatidos con la ley Cada una de esas funciones conecta con distintos tipos de derechos, que exigen una prioridad y criterios de gestión diferentes. Por lo tanto es necesario distinguir lo que son funciones básicas de la vida de lo que debería catalogarse con usos económicos lícitos de interés particular o privado. Así como distinguir que servicios públicos y actividades económicas merecen caracterizarse como de interés general. Por lo tanto para diseñar y asumir adecuados criterios de gestión del agua es necesario diferenciar claramente el agua vida, en relación con derechos humanos, el agua servicio público, en relación con valores sociales de interés general, y el agua negocio en actividades productivas legitimas. Antecedentes Un enfoque que diversos países están adoptando para abordar el desarrollo y el manejo de los recursos hídricos, es el de la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH). El cual es promovido por la Asociación Mundial del Agua, GWP (Global Water Partnership). La GIHR propone ciertos principios básicos para alcanzar un equilibrio entre el uso de los recursos como base para el sustento de una población mundial creciente y la protección y la conservación del recurso para sustentar sus funciones y características. Estos principios pueden ser comúnmente aplicables, pero para un contexto social y económico específico, no existe un plan universal en cómo dichos principios pueden ser puestos en práctica. Ya que la naturaleza, carácter e intensidad de los problemas de agua, recursos humanos, capacidades institucionales, la capacidad relativa y las características de los sectores público y privados, el ambiente cultural, las condiciones naturales y muchos otros factores difieren mayormente entre países y regiones. Por lo tanto la implementación práctica de estos principios toma una variedad de formas, según las condiciones locales. La GWP define la gestión integrada del agua como un proceso que promueve la gestión y el aprovechamiento coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el fin de maximizar el bienestar social y económico de manera equitativa sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas vitales. En términos operativos, implica la aplicación de conocimientos de varias disciplinas, así como aportaciones de las diversas partes involucradas, a fin de diseñar e instrumentar soluciones eficientes, equitativas y sustentables para los problemas del agua y del desarrollo. La Nueva Cultura del Agua (NCA), como un conjunto de nuevas ideas sobre el agua y su gestión, surgió de un movimiento social español en oposición a la política nacional de agua del gobierno de dicho país durante los años 1999-2004, que proponía un ambicioso programa de infraestructura para construir enormes presas y otras obras públicas que facilitarían el trasvase de agua a gran escala. En oposición al programa anterior, el enfoque NCA propone evaluar las propuestas políticas en relación a la apropiación social de agua en términos de la limitada disponibilidad de agua, consideraciones de justicia social, y una apreciación de los múltiples valores ambientales del agua. La NCA emplea el término cultura para representar la necesidad de un cambio de paradigma. Es un enfoque en el que, más allá de asegurar un uso razonable, social, equitativo y eficiente del agua como recurso, se garantice también una gestión sostenible de los ríos y ecosistemas acuáticos. Abordando toda la problemática y diseñando el desarrollo desde las cuencas hidrográficas como unidad de gestión natural del agua. Reconoce el valor patrimonial de los ríos, como naturaleza y como parte del acerbo cultural de las gentes, por lo que es necesario imponer ciertos límites a su aprovechamiento como recurso productivo, límites que no pueden ser traspasados con el objeto de no deteriorar sus otras funcionalidades y valores intrínsecos, apareciendo aquí el concepto de sostenibilidad para la gestión hídrica. (1) La NCA se basa en una percepción del agua como actor de las cuatro funciones fundamentales del agua, ya citadas párrafos arriba. Objetivos Contrastar los esfuerzos que se hacen en cuanto a diseñar e implementar distintos sistemas de tratamiento de agua, y la disposición final de estas aguas tratadas, con base en las diferentes funciones del vital líquido. Metodología Fuentes secundarias fueron analizadas, y comparadas. Se realizaron algunas entrevistas estructuradas a especialistas. El cimiento teórico descansó en la Nueva Cultura del Agua (NCA), y en el Manejo Integrado de Recursos Hídricos. Resultados y Discusión La escasez de ciertos recursos ambientales y naturales, como el agua o su degradación progresiva, junto con la estricta necesidad de los mismos para las poblaciones, exigen sin duda entre otros, cambios que mejoren la eficiencia con la que se usaban estos recursos naturales [8]. De acuerdo con su origen, los suministros de agua se clasifican en tres categorías: aguas superficiales, aguas subterráneas y aguas meteorológicas. Los contaminantes del agua se clasifican en tres categorías: químicos, físicos y biológicos. Al evaluar un proceso de tratamiento de aguas residuales específico es importante estimar la relación costo/beneficio entre el beneficio derivado del tratamiento para obtener el agua de una calidad específica y el costo en conseguir este grado de calidad [7]. Las cuatro fuentes fundamentales de aguas residuales son: (1) aguas domésticas o urbanas, (2) aguas residuales industriales, (3) escorrentías de usos agrícolas, (4) pluviales. Un metro cúbico de agua residual, pesa aproximadamente 1000000g y contiene unos 500g de sólidos. La mitad de ellos estará disuelta (compuestos de calcio y los orgánicos solubles). La fracción insoluble consiste de unas 125g de material que se sedimentan de la fracción n 30 minutos (sólidos sedimentables); y los 125g restantes permanecerán en suspensión durante un tiempo muy largo (sólidos suspendidos). [2] Los sistemas de aguas residuales tienen tres partes: a) obras de captación, b) obras de tratamiento y c) obras de descarga o deposición. En conjunto, estas obras integran un sistema de alcantarillo o de drenaje [2]. El tratamiento de aguas residuales municipales puede ser agrupado en tres categorías principales: a) primario, b) secundario y terciario ó avanzado. Antes de que se pueda aplicar las tres categorías de tratamiento de agua, es necesario un tratamiento previo o preliminar. En esta etapa se someten a las aguas brutas un cierto número de operaciones físicas o mecánicas, que tienen por objeto separar del agua la mayor cantidad posible de materias que, por su naturaleza o tamaño, crearían problemas en los tratamientos posteriores. Comúnmente estos procesos físicos son: Retención, Desmenuzado y Desarenado. Tratamiento Primario o tratamiento físico-químico: Reduce la materia suspendida por medio de la precipitación o sedimentación. El tratamiento primario eliminará en forma característica, 60% de los sólidos suspendidos en las aguas negras sin tratar, y 35% de la DBO, no se elimina los contaminantes solubles. El tratamiento primario involucra los siguientes procesos: cribado, sedimentación, flotación, separación de aceites, homogenización y neutralización. Tratamiento Secundario: La meta principal del tratamiento segundario es eliminar la DBO que sale del proceso primario y excluir mas los sólidos suspendidos, típicamente, el tratamiento secundario se aplica usando procesos biológicos. Los procesos de tratamiento secundario se diseñan para acelerar esos procesos naturales, así como descomponer los contaminantes orgánicos degradables en un tiempo corto. Tratamiento Terciario: El tratamiento terciario (también conocido como tratamiento avanzado) se aplica cuando el tratamiento secundario es inadecuado. Esos procesos pueden consistir en tratamiento químico y filtración del agua residual, algunos de estos procesos pueden lograr a eliminar hasta el 99% de la DBO, el fósforo, los sólidos suspendidos y las bacterias, y el 95% de nitrógeno. Procesos terciarios comunes son: Eliminación de sólidos en suspensión, Adsorción en carbono, Osmosis inversa, Electro diálisis, Procesos de oxidación química (cloración y ozonización), Eliminación de fósforo, Eliminación de Nitrógeno. En 2006 se registraron 491 plantas potabilizadoras en México, y 4 en el Estado de Puebla; los procesos usados en el país son clarificación convencional, clarificación de patente, osmosis inversa, y filtración directa; y osmosis inversa, remoción de sulfuros y ablandamiento en el caso de Puebla. También en 2006, se registraron en el país, 1593 plantas de tratamiento de aguas residuales, y en Puebla, 82. Los procesos fueron para México, lagunas de estabilización, lodos activados, Rafa o Wasb, y fosa séptica; y para Puebla, Rafa o Wasb, lodos activados, lagunas de estabilización, fosa séptica, zanjas de oxidación, filtros biológicos, sedimentación, primario avanzado y biodiscos. De las 82 plantas mencionadas, dos utilizan métodos de infiltración al subsuelo. Procesos Secundarios del Tratamiento del Agua Los ingredientes básicos necesarios para el tratamiento aeróbico secundario convencional son la disponibilidad de muchos microorganismos, un buen contacto entre éstos y el material orgánico, la disponibilidad de oxigeno y la conservación de otras condiciones ambientales favorables. El tratamiento secundario no anula cantidades de nitrógeno, fósforo o metales pesados, ni elimina por completo las bacterias y los virus patógenos [3]. Lagunas de estabilización Es un proceso por el cual las aguas son vertidas en estanques de tierra impermeabilizados de configuraciones variadas, generalmente extensas y poco profundas, donde son tratadas por métodos totalmente naturales. El oxígeno necesario en los estanques se obtiene por aireación natural a través de la superficie y de la reacción de fotosíntesis de las algas. La clasificación mas frecuente de las lagunas de estabilización se basa en el dominio relativo de uno de los procesos aerobio y anaerobio de la eliminación de la materia orgánica. El funcionamiento de las lagunas depende, fundamentalmente, de los siguientes factores: temperatura, mezcla, características climáticas, pH, tiempo de retención hidráulico, profundidad de lagunas. [3, 4]. Filtros Rociadores, Filtros de goteo Un filtro de goteo, o filtro percolador, consiste en un lecho de material grueso (medio), como piedras, lajas o materiales plásticos sobre el que se aplica el agua residual. Los filtros de percolación han sido un proceso popular de tratamiento biológico. El diseño que mas se utilizó durante muchos años fue simplemente un lecho de piedras de 1 a 2 m de profundidad, a través del cual pasaba el agua residual. Este se suele distribuir sobre la superficie del medio mediante un brazo rotatorio. Los filtros de goteo no son un proceso de filtración o separación física. A medida que el agua residual se infiltra por el lecho se establece un crecimiento microbiano sobre la superficie del medio, lo que forma una capa fija. El agua residual pasa sobre la población microbiana estacionaria y permite el contacto entre los microorganismos y los compuestos orgánicos en el agua residual [3, 7]. Lodo activado Es una técnica de tratamiento biológico, en la que se agita y airea una mezcla de aguas residuales y lodo biológico; de forma que se consignan oxidaciones rápidas de la materia orgánica, pareciéndose al proceso que se verifica en la naturaleza durante las diferentes fases de la auto depuración de un curso de agua. A continuación, los sólidos biológicos se separan del agua residual tratada y se regresan al proceso de aireación según sea necesario. Mediante este método se pueden eliminar hasta 100g DBO5/ Kg. de lodo/día, equivalentes a 500g DBO5/m3 de estanque/día. El efluente puede perder así hasta el 90% o más de DBO5 [3, 5, 7]. Dependiendo del resultado o calidad final del agua requerido se puede aplicar una de las modificaciones del proceso de lodos activados, estas modificaciones son: flujo de pistón convencional, flujo de pistón con alimentación escalonada, aireación decreciente, aireación modificada, proceso de Kraus, mezcla completa, tasa alta de aireación, oxigeno de alta pureza [5]. Contactores biológicos rotatorios O biodiscos, consisten en una serie de discos cercanos de 3 a 3.5 m de diámetro y montados en un eje horizontal, que giran con mas o menos la mitad de su superficie sumergida en el agua residual. Los discos se suelen fabricar con plásticos ligeros. Cuando funciona el proceso, los microbios en el agua residual comienzan a adherirse a las superficies giratorias, y crecen allí hasta que una capa de 1 a 3 Mm. de cieno biológico cubre toda la superficie. A medida que los discos giran arrastran una película de agua residual que sale al aire; esta agua escurre por la superficie de los discos absorbiendo oxigeno. Cuando los discos completan su rotación, la capa de agua se mezcla con el agua del depósito e introducen oxigeno en la tina, y también mezclan el agua residual tratada y parcialmente tratada. A medida que los microbios fijados pasan por la tina absorben otros compuestos orgánicos para descomponerlos [5]. Algunas de las ventajas de los sistemas CBR sobre el proceso convencional de lodos activos son las siguientes: (1) Bajo consumo de energía y mantenimiento más sencillo, (2) Es posible tener en cada etapa un cultivo biológico diferente, entonces se cuenta con un grado adicional de flexibilidad en el proceso, (3) La biomasa presenta en general buenas características de sedimentación con lo que se disminuye el costo de la clarificación secundaria, (4) No se necesita reciclado de la biomasa [7]. Lagunas de oxidación El sistema se basa en el mantenimiento de condiciones aerobias en lagunas, separadas por diques. Este método es una solución en zonas llanas y de baja calidad y precio del suelo, y sustituyen perfectamente a cualquier otro tratamiento biológico. En realidad, cuando se aplican a aguas residuales, las lagunas de oxidación son una modificación amplia del proceso de los lodos activados. Las condiciones de trabajo ideales son, además de las indicadas una amplia luminosidad y un viento y una meteorología adecuados. El rendimiento de este sistema depende del equilibrio bacterias-algas. Si la actividad de las bacterias es superior al de las algas, como ocurre si existe exceso de lodos, o si aparece alguna inhibición en el metabolismo de las algas, habrá falta de oxigeno, olores y baja calidad del efluente. Si por el contrario las algas dominan el equilibrio, como cuando se dispone de un exceso de nutrientes o de condiciones ecológicas excepcionalmente favorables, aparecerá una masa de vegetales de este tipo que dificultará mucho el funcionamiento general del estanque [4]. Zanjas de oxidación Son una modificación del proceso de lodos activados con aireación extendida y mezcla completa. Las zanjas de oxidación consiste en un canal de forma redonda u oval de profundidad entre 4 y 12 pies (1.2 a 3.6 m), con equipos mecánicos de aireación. El agua residual filtrada entra y se airea y circula a cerca de 0.8 y 1.2 pies/s (0.25 a 0.35 m/s). Este tipo de proceso opera en general a modo de aireación extendida con tiempos largos de retención para los sólidos. Para la mayoría de las aplicaciones se usan tanques de sedimentación secundarios. Debido a los largos tiempos de retención y su aireación completa, ha sido posible alcanzar en la mayoría de los lugares de funcionamiento la nitrificación completa. Mediante la concentración de oxigeno disuelto y el aumento del largo del zanjón, es posible lograr la oxidación del carbono, la nitrificación y la desnitrificación. Dado la gran masa de microorganismos dentro del sistema, este proceso ha sido muy eficiente en el tratamiento de cargas pico de materia orgánica [5, 6]. Plantas de tratamiento de aguas en México [8] Plantas Potabilizadoras A finales de 2005, se tenía registrado en la federación 488 unidades de potabilización de agua en operación, con capacidad de 121,758.41l/s y un caudal potabilizado de 87,052.32 l/s. Al cierre de 2006, el registro de plantas en operación se incrementó a 491 unidades, con capacidad de 118,137.65 l/s y un caudal potabilizado de 85,398.99 l/s. En comparación con el 2005, la capacidad instalada de la infraestructura en operación se redujo en 3,620.76 l/s y el caudal potabilizado en 1,653.33 l/s, debido a que en el período 2006, se dieron de baja de la infraestructura once plantas en Yucatán, cinco en Quintana Roo y dos en Campeche. La procesos mas comunes en México para la potabilización de aguas son: Clarificación convencional 36.6%, Clarificación de patente 27.49%, Osmosis inversa 15.27%, y Filtración directa 11.2%; aunque en la entidad federativa se utiliza otros procesos tales como: ablandamiento, adsorción, electrolisis reversible, filtración lenta y remoción de hierro-magnesio. Plantas de tratamiento de aguas residuales En 2006, había 1,593 instalaciones registradas con el CONAGUA, con una capacidad instalada de 99,764.19 l/s y un caudal tratado de 74,388.29 l/s. Para 2007, la meta es incrementar a 79,700 l/s el caudal de aguas residuales tratadas y llegar a una cobertura de tratamiento del 38.5%. Los procesos más comunes en México para el tratamiento de aguas residuales son: Lagunas de estabilización 39.05%, Lodos Activados 23.35 %, Rafa o Wasb 7.25%, y Fosa Séptica 4.65%. Plantas de tratamiento de aguas en Puebla [9] Plantas Potabilizadoras El estado de las plantas de potabilización de agua en Puebla no cambiaron entre 2005 y 2006, los datos en términos de cantidad de plantas y cantidad tratada permanecía igual. El municipio de Puebla cuenta con un total de 4 plantas potabilizadoras, con una capacidad total instalada de 715 l/s, y un caudal potabilizador de 545 l/s. Dos de estas plantas (Puebla – San Felipe, y Viveros Santa Cruz) se basan en el método de osmosis inversa. La planta Puebla – San Felipe, se dedica a la remoción de sulfuros. Las plantas Atlixcayotl y Quetzalcóatl se basan en procesos de ablandamiento. Plantas de tratamiento de aguas residuales El estado de Puebla cuenta con un total de 82 plantas de tratamiento de aguas residuales con una capacidad total instalada de 3,116.59 l/s y un caudal tratado de 2,421.09 l/s. Los métodos de tratamiento más comunes el Estado de Puebla son: Rafa o Wasb, lodos activados, lagunas de estabilización, fosa séptica, zanjas de oxidación, filtros biológicos, sedimentación, primario avanzado y biodiscos (CBR). El más grande de estas plantas Puebla San Francisco, localizado en el municipio de Puebla tiene una capacidad instalada de 1,100 l/s y un caudal tratado de 1,100 l/s, y utiliza un proceso primario avanzado. El cuerpo receptor de esta agua tratada es el Río Atoyac. Las otras plantas de tratamiento de aguas residuales más grandes del estado están ubicadas en el municipio de Puebla y son: Atoyac Sur, Parque Ecológico, Puebla Alseseca, y Puebla Barranca el Conde. Juntas estas plantas tienen una capacidad instalada total de 1520 l/s y una caudal tratado de 960 l/s. Con excepción de la planta Parque Ecológico que utiliza una parte del agua tratada para áreas verdes, todas estas plantas vierten el agua tratada en los Ríos Atoyac y Alseseca. De las 82 plantas de tratamiento de aguas residuales en el estado de Puebla, dos de estas plantas (Palmar el Bravo y La Candelaria-Purificación) utilizan métodos de infiltración al subsuelo. El destino del agua restante que es tratada son las barrancas, los ríos, drenes agrícolas y áreas de cultivo. Si conectamos el volumen de agua tratada, y la calidad final, con las distintas funciones del agua, encontramos que: a) su función de vida, que conecta con derechos humanos, no es cubierta, ya que se sobreexplotan los mantos freáticos, y poco interés existe por dejar una cantidad para la sobrevivencia de los ecosistemas, además de haber una diferenciación notable en el abastecimiento para la población; b) en su función de servicio público y de interés general, que conecta con derechos sociales, se raciona agua de mala calidad; c) en su función de negocios legítimos, que conectan con derechos privados e individuales a mejorar el nivel de riqueza y bienestar, se da prioridad en atenderlos, con agua de la mejor calidad, y d) en su función de negocios ilegítimos, que deben ser combatidos por la ley, no existe una normatividad, ni formas de sanción, para condicionar el abastecimiento de agua. Conclusiones A largo plazo, la solución está en recuperar el buen estado de los ecosistemas. Una gran cantidad de aguas residuales es producida en México cada año, pero de esta solo una pequeña cantidad es tratada, en intento de recuperar su calidad original. En el estado de Puebla de la cantidad tratada, una gran cantidad es vertida en ríos y barrancas. Se requiere como consecuencia mejores plantas de tratamiento con capacidades más grandes, junto con planes de manejo de estas aguas tratadas para recargar los mantos freáticos, tendiendo a una seguridad hídrica y la sobrevivencia de futuras generaciones. También es urgente revisar y especificar la normatividad correspondiente, así como conectarla con estrategias de vigilancia y sanción. Contrastar los esfuerzos, la tecnología, y el financiamiento para distintos sistemas de tratamiento de aguas residuales, con la disposición final que estas tienen, con base en las funciones del agua, señala que tales esfuerzos deben ser valorados, y planeados para que con base en sus funciones de vida, higiene y negocios legítimos, sea gestionada y canalizada esa agua tratada, en lugar de arrojarla a barrancas, que si bien puede abastecer a mantos freáticos en el mejor de los casos, pero suele ser esto poco probable. Bibliografía 1. Jiménez Néstor y Martínez Javier. 2003. La nueva cultura del agua: hacia un modelo sostenible de gestión hídrica. Rolde, Revista Cultural Aragonesa. España. 2. Gordon Maskaw Fair, John Charles Geyer y Daniel Alexander Okon. 1987. Ingeniería Sanitaria y de Aguas Residuales, LIMUSA, México. 3. Mackenzie L. Davis, Susan J. Mastern. 2004. Ingeniería y Ciencias Ambientales,3ª Ed. ,Mc Graw Hill, México. 4. José Ferrer Polo, Aurora Seco Torrecillas. 2003. 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