SEVELÁMERO RENAGEL (Genzyme) GRUPO TERAPÉUTICO - Grupo anatómico: (V) TODOS LOS DEMÁS PRODUCTOS TERAPÉUTICOS. - Grupo específico: V03AE. Fármacos antihiperpotasémicos y antihiperfosfatémicos INDICACIÓN AUTORIZADA Control de la hiperfosfatemia en pacientes adultos en tratamiento con hemodiálisis. Renagel debe ser utilizado en el contexto de un enfoque terapéutico múltiple, que podría incluir suplementos de calcio, 1,25-dihidroxi vitamina D3 o uno de sus análogos para controlar el desarrollo de la enfermedad ósea renal. ANTECEDENTES La hiperfosfatemia implica una concentración sérica de fosfato superior a 4,5 mg/dl en adultos y de 6 mg/dl en niños y adolescentes. Puede deberse tanto a una disminución de la excreción renal de fosfato, como a un aumento de su aporte o a una redistribución desde el compartimento intracelular hacia el extracelular. Los motivos principales para la disminución de la excreción renal son la insuficiencia renal, tanto crónica como aguda, así como un aumento de la reabsorción tubular. Por su parte, el aumento del aporte de fosfato puede acaecer por vía oral, intravenosa o incluso rectal (administración de enemas de fosfato, especialmente en niños y en pacientes con insuficiencia renal moderada). En lo que se refiere a la hiperfosfatemia por redistribución entre los compartimentos intra y extracelular, causas frecuentes son la acidosis respiratoria o metabólica y la destrucción tisular (rabdomiolisis, síndrome de lisis celular tumoral, etc). La hiperfosfatemia, cuando es intensa y especialmente si su instauración es brusca, provoca la formación y precipitación de sales de fosfato cálcico en los tejidos blandos, así como un aumento de la utilización de calcio. El resultado es la aparición de calcificación de partes blandas y de hipocalcemia. La precipitación se produce cuando el producto de las concentraciones séricas de fósforo y de calcio supera la cifra de 70 mg/dl. Cuando la hiperfosfatemia es permanente, es capaz de inhibir el enzima renal 1α hidroxilasa, con lo que la absorción intestinal de calcio disminuye, dando lugar a una hipocalcemia, que a su vez estimula la secreción de parathormona (PTH), pudiendo conducir a hiperparatiroidismo secundario, tal como ocurre frecuentemente en la insuficiencia renal. El organismo humano contiene alrededor de 600 g de fósforo, de los que el 80 % se encuentra en el hueso, bajo la forma de hidroxiapatito. La parte extracelular no ósea se encuentra básicamente como fosfatos inorgánicos, en tanto que la intracelular está en forma de fosfatos orgánicos. El fosfato, a diferencia del calcio, es un ion fundamentalmente intracelular, ejerciendo funciones múltiples, al formar parte del ATP, el GTP, el cAMP, el cGMP, ácidos nucleicos, 2,3-difosfoglicerato (2,3-DGP) y fosfolípidos, entre otros. Además, regula diversas enzimas, de las que merece recordarse la indicada 1α-hidroxilasa renal. Por su parte, el fosfato extracelular interviene en la mineralización ósea. La parathormona (PTH) es una hormona segregada por las glándulas paratiroides, que estimula la liberación de calcio desde el hueso, su reabsorción renal y su absorción intestinal. Por otra parte, la parathormona disminuye la cifra de fosfato en sangre, al aumentar su excreción renal. El principal factor regulador de su secreción es la concentración sérica de calcio, cuya disminución la estimula y cuyo aumento la frena. La secreción de parathormona también está influida por la concentración sérica del metabolito hormonalmente activo de la vitamina D, el calcitriol (1,25-dihidroxicolecalciferol). Además, también está influida por la concentración sérica de magnesio, que la estimula si desciende y viceversa. La hipofosfatemia que promueve la parathormona facilita el efecto hipercalcemiante de esta última, mientras que la hiperfosfatemia tiende a retirar calcio de la sangre para depositarlo en los tejidos blandos en forma de fosfato cálcico. La absorción intestinal de fosfato, como la de calcio, tiene un componente activo y otro pasivo, el primero de los cuales es estimulado por la vitamina D. Salvo que el contenido en fosfato de la dieta sea muy pobre, el porcentaje de absorción del mismo es bastante constante (60-70 %). Sólo el 10 % del fosfato sérico está unido a proteínas, lo que permite que sea filtrado en los riñones el otro 90 %. Del fosfato filtrado de la sangre por los glomérulos se excreta poco más del 10%, lo que quiere decir que se reabsorbe cerca del 90%. La eliminación urinaria de fosfato esta regulada esencialmente por la parathormona, que la estimula. Bajo la acción de la parathormona y con la colaboración del calcitriol, son estimulados los osteoclastos, lo que produce la liberación de calcio y fósforo. Las modificaciones de la calcemia no siempre tienen las mismas repercusiones sobre la fosfatemia. En este sentido, los cambios debidos a modificaciones en la secreción de parathormona tienden a provocar cambios inversos de la fosfatemia; es decir, si aumenta la parathormona, la calcemia se eleva y la fosfatemia disminuye, mientras que si desciende la parathormona, disminuye la calcemia y la fosfatemia, aumenta. Por el contrario, los cambios en la calcemia provocados por causas ajenas a la parathormona tienden a cursar con cambios de la fosfatemia igual signo. Si la calcemia se eleva por metástasis osteolíticas o por intoxicación por vitamina D, la parathormona es inhibida y, consecuentemente, la fosfatemia se aumenta. Por su parte, en pacientes con hipocalcemia por falta de vitamina D, la secreción de parathormona es estimulada, lo que conduce a hipofosfatemia. Frente a lo indicado anteriormente, las modificaciones primarias de la fosfatemia tienen una repercusión más predecible sobre la calcemia, con tendencia a los cambios en sentido opuesto: la hiperfosfatemia tiende a determinar hipocalcemia, y la hipofosfatemia, hipercalcemia. En general, la fosfatemia está peor regulada endógenamente que la calcemia. Esto hace que el margen de valores normales entre individuos (interindividual) en el que se sitúan las concentraciones séricas de fosfato sea más amplio que el del calcio, aunque su variación en un mismo individuo (intraindividual) es prácticamente de igual amplitud. Los pacientes con insuficiencia renal crónica presentan un importante riesgo de padecer hiperparatiroidismo secundario, debido a una serie de circunstancias. Se trata básic amente de la retención de fósforo y del déficit del calcitriol que padecen este tipo de pacientes. Además, existe un estado de resistencia esquelética a la acción calcémica de la parathormona, y una falta de sensibilidad de los receptores de calcitriol en las paratiroides y el intestino. Estas alteraciones determinan la hiperplasia de estas glándulas, como mecanismo de adaptación, ante la tendencia persistente a presentar hipocalcemia. La hipocalcemia prolongada en presencia de déficit de calcitriol constituye el mayor estímulo para la síntesis de parathormona, ya que el calcitriol inhibe la secreción de parathormona, al margen de los cambios en los valores de calcio. La mayor producción de parathormona induce reabsorción ósea osteoclástica y fibrosis de la médula, los cuales originan un cuadro de osteítis fibroquística, aunque ésta sólo se manifiesta clínicamente en casos avanzados. Por todo lo indicado anteriormente, el control del metabolismo fosfocálcico y del hiperparatiroidismo secundario constituye uno de los aspectos fundamentales del tratamiento conservador de la insuficiencia renal crónica para evitar la progresión y la osteodistrofia renal. En general, la hiperfosfatemia crónica debe tratarse mediante la restricción del consumo de fosfatos en la dieta, lo que se consigue disminuyendo el aporte exógeno y limitando su absorción intestinal. Lo primero se consigue limitando el contenido proteico de la dieta, y lo segundo mediante agentes que formen derivados no absorbibles con los fosfatos. Es prácticamente imposible una estricta restricción dietética de fósforo, aunque sí es aconsejable evitar ciertos productos alimentarios con alto contenido en este elemento, y limitar su ingestión a un máximo de 800 mg/día. En la mayoría de los casos esta medida resulta ineficaz por sí misma, si se emplea de forma aislada, sobre todo en los estados avanzados de insuficiencia renal. Por todo lo anterior, es necesario el tratamiento adicional con fijadores de fósforo a nivel intestinal para disminuir su absorción. Esto último se lleva a cabo mediante dos mecanismos, la formación de sales de aluminio, magnesio o calcio, y el empleo de agentes quelantes o "secuestradores", tales como resinas de intercambio iónico. En España están comercializadas para tal indicación varias especialidades farmacéuticas a base de hidróxido alumínico (algeldrato), carbonato cálcico o acetato cálcico. Cada vez se utilizan menos los componentes que contienen geles de aluminio y se emplean más el acetato y el carbonato cálcico, que además presentan las ventajas añadidas de servir como suplementos de calcio para corregir la hipocalcemia y de evitar el riesgo de la toxicidad crónica por aluminio. Aunque algunos especialistas han recomendado el uso de colestiramina o de colestipol para esta indicación, tal uso no está oficialmente autorizado. Por consiguiente, hasta la aparición de sevelámero, este mecanismo de acción para reducir la absorción de fosfatos no dispone de antecedentes en nuestro país. Estos tratamientos se utilizan en asociación con derivados hormonalmente activos de la vitamina D, especialmente el calcitriol, que es capaz de frenar el hiperparatiroidismo secundario indirectamente por su incremento de la calcemia y directamente inhibiendo la síntesis de parathormona. ASPECTOS MOLECULARES DEL NUEVO FÁRMACO Sevelámero es un copolímero de alilamina con 1-cloro-2,3-epoxipropano, estructuralmente relacionado con otras resinas de intercambio iónico y especialmente con el colestipol. Su particularidad estructural consiste en la existencia de numerosos grupos amino libres, de tipo primario, lo que supone que están separados por un átomo de carbono del "esqueleto" del polímero. Esto permite una fácil protonación de estas aminas en el intestino, facilitando su interacción iónica y por puentes de hidrógeno con las moléculas de fosfato. Dada la naturaleza inabsorbible del complejo sevelámero-fosfatos, la cantidad total de fosfatos absorbidos en el intestinal es drásticamente reducida. Dada su naturaleza de resina de intercambio iónico, sevelámero es capaz de reducir los niveles de LDL-colesterol, al actuar como secuestrador de ácidos biliares, de igual manera que colestipol y colestiramina. EFICACIA CLÍNICA En diversos estudios clínicos a corto plazo se han investigado el efecto de sevelámero sobre los niveles de fosfato sérico en pacientes con insuficiencia renal en fase terminal sometidos a hemodiálisis, observándose resultados clínicamente relevantes. En un ensayo clínico abierto y cruzado de 8+8 semanas de duración, comparando sevelámero con acetato cálcico, los resultados sobre los niveles séricos de fosfato fueron similares (descensos de 2,0 y 2,1 mg/dl, respectivamente). Se observaron niveles elevados de calcemia (>11 mg/dl) en el 50% de los pacientes tratados con acetato cálcico, frente a sólo un 5% con sevelámero, un porcentaje similar al observado en el conjunto de pacientes antes del estudio. Asimismo, se apreció un descenso medio del 24% en los niveles de LDL-colesterol entre los pacientes tratados con sevelámero. En un seguimiento de 17 meses, sevelámero redujo en un 50% el riesgo de precisar la hospitalización en pacientes hemodializados. Asimismo, se ha descrito que este fármaco produce una supresión de parathormona (PTH), superior a la observada con sales de calcio, aunque sólo es significativa cuando sevelámero se asocia con derivados de vitamina D. ASPECTOS INNOVADORES Se trata de una vía relativamente nueva para el tratamiento de la hiperfosfatemia asociada a la insuficiencia renal terminal, en el sentido de ofrecer una alternativa a los tradicionales agentes limitadores de la absorción intestinal de fosfatos. Produce similares resultados a las sales de calcio, aunque permite un mejor control de la calcemia y de la producción de parathormona, lo que no debe ser infravalorado. Por el contrario, su coste es notablemente superior. Aunque su utilidad a corto plazo parece incuestionable, conviene tener en cuenta que este medicamento ha sido registrado en Europa mediante un sistema de registro centralizado en la Agencia Europea de Evaluación de Medicamentos (EMEA), quien autorizó la comercialización en enero de 2000, aunque "en circunstancias excepcionales, dado que se consideró necesario disponer de más información procedente de un ensayo clínico controlado de larga duración" que deberá ser aportado por el laboratorio titular. Aunque no se ha autorizado en Europa su uso como agente hipocolesterolemiante, sus efectos sobre los niveles de LDL-colesterol le hacen potencialmente interesante en pacientes hemodializados hiperlipémicos. No obstante, se ha realizado algún estudio de coste-efectividad y resulta menos coste efectivo que la asociación de acetato cálcico y atorvastatina. OTROS FÁRMACOS SIMILARES REGISTRADOS ANTERIORMENTE EN ESPAÑA Fármaco Colestiramina1 Colestipol1 Algeldrato Calcio, carbonato Calcio, acetato Especialidad Resincolestiramina Colestid Dialume Mastical Royen Laboratorio Rubio Upjohn Rhone Poulenc Rorer Byk Elmu Rubio Año 1971 1982 1986 1990 1995 COSTES DIRECTOS DEL TRATAMIE NTO Indicación: Control de la hiperfosfatemia en pacientes adultos en tratamiento con hemodiálisis Dosis diarias y coste SEVELÁMERO ALGELDRATO Dosis diaria adulto (g) Coste (pts) diario adultos Coste (pts) anual adultos 2,4-4 736-1227 268767-447946 3-5 105-174 38194-63656 ACETATO CÁLCICO 5 182 66339 CARBONATO CÁLCICO 4,5-9 32-64 11589-23178 VALORACIÓN SEVELÁMERO RENAGEL (Genzyme) Grupo Terapéutico (ATC): V03AE. Fármacos antihiperpotasémicos y antihiperfosfatémicos Indicaciones autorizadas: Control de la hiperfosfatemia en pacientes adultos en tratamiento con hemodiálisis VALORACIÓN GLOBAL: INNOVACIÓN MODERADA. Aporta algunas mejoras, ♣♣ pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar. Reduce la incidencia o la frecuencia de efectos adversos de la terapia farmaco⇑ lógica estándar. Supone una nueva vía farmacológica en la indicación autorizada. ⇑ 1 Colestiramina y colestipol no tienen autorizada en España como indicación terapéutica la hiperfosfatemia en pacientes hemodializados. BIBLIOGRAFÍA - - - Bleyer AJ, Burke SK, Dillon M, Garrett B, Kant KS, Lynch D, Rahman SN, Schoenfeld P, Teite lbaum I, Zeig S, Slatopolsky E. A comparison of the calcium-free phosphate binder sevelamer hydrochloride with calcium acetate in the treatment of hyperphosphatemia in hemodialysis patients. Am J Kidney Dis 1999;33(4):694-701 Brophy DF, Wallace JF, Kennedy DT, Gehr TW, Holdford DA. Cost-effectiveness of sevelamer versus calcium carbonate plus atorvastatin to reduce LDL in patients with chronic renal insufficiency with dyslipidemia and hyperphosphatemia. Pharmacotherapy 2000 ;20(8):950-7 Chertow GM, Dillon MA, Amin N, Burke SK. Sevelamer with and without calcium and vitamin D: observations from a long-term open-label clinical trial. J Ren Nutr 2000;10(3):125-32 Chertow GM, Dillon M, Burke SK, Steg M, Bleyer AJ, Garrett BN, Domoto DT, Wilkes BM, Wombolt DG, Slatopolsky E. A randomized trial of sevelamer hydrochloride (RenaGel) with and without supplemental calcium. Strategies for the control of hyperphosphatemia and hyperparathyroidism in hemodialysis patients. Clin Nephrol 1999;51(1):18-26 Chertow GM, Plone M, Dillon MA, Burke SK, Slatopolsky E. Hyperparathyroidism and dialysis vintage. Clin Nephrol 2000;54(4):295-300. Collins AJ, St Peter WL, Dalleska FW, Ebben JP, Ma JZ. Hospitalization risks between Renagel phosphate binder treated and non-Renagel treated patients. Clin Nephrol 2000;54(4):334-41 Fournier A. Greater PTH suppression in dialysis patients taking sevelamer hydrochloride. 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