UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA UNIDAD ACADEMICA DE MEDICINA, ENFERMERIA Y CIENCIAS DE LA SALUD FACULTAD DE MEDICINA “PREDICTORES DE UNA VÍA AÉREA DIFÍCIL” Monografía previa a la obtención del Título de Médico. Investigador: Sr. Juan Andrés Herrera V. Director: Dr. Fabián Palacios. 2010 – 2011 CUENCA – ECUADOR 1 DEDICATORIA A toda mi familia, en especial a mis queridos padres Ángel y Judith por su permanente apoyo, amor y comprensión durante mi formación para la realización de esta meta. A mi esposa Diana y a mi hija Doménica, quienes me han brindado su amor incondicional a lo largo de la carrera, y por quienes he perseverado para culminar con éxito este ideal. 2 AGRADECIMIENTO Mi reconocimiento y gratitud: A la Unidad Académica de Medicina por abrirme las puertas hacia el conocimiento, lo que me ha permitido alcanzar una de las metas más importantes en mi vida, y a sus distinguidos maestros a quienes agradezco por su apoyo durante toda mi formación. A mi director de monografía el Dr. Fabián Palacios por su acertada dirección y orientación durante la realización de esta presente investigación. A mis padres Ángel y Judith, por el constante apoyo, amor y comprensión que me supieron prodigar a cada instante. De igual manera a mi hermano Ángel, quien me oriento a seguir esta profesión. 3 INDICE PRELIMINARES…………………………………………………………… Página PORTADAS………………………………………………………………… I DEDICATORIA………………………………………………………….… II AGRADECIMIENTO……………………………….…………………….. III INDICE……………………………………………….…………………….. IV INTRODUCCION…………………………………..……………………… VII CONTENIDOS CAPÍTULO I CONCEPTOS GENERALES 1.1 Definiciones…………………………………………….………………… 1 1.1.1 Vía aérea difícil………………………………………………………… 1 1.1.2 Ventilación difícil………………………………………………………. 2 1.1.3 Laringoscopia difícil…………………………………………………… 2 1.1.4 Intubación difícil……………………………………………………….. 2 1.1.5 Intubación Fallida………………………………………………………. 2 1.2 Incidencia de la vía aérea difícil………………………………………….. 2 1.3 Etiología de la vía aérea difícil……………………………………………. 3 1.4 factores de riesgo de la vía aérea difícil…………………………………… 3 1.5 Evaluación de la vía aérea difícil………………………………………….. 4 CAPÍTULO II RECUERDO ANATOMO-FISIOLOGICO DE LA VÍA AÉREA 2.1 Anatomía dinámica de la vía aérea……………………………………….. 7 2.1.1 Árbol Bronquial………………………………………………………... 8 2.1.2 Mucosa Bronquial………………………………………………………. 9 2.1.3 Alveolos………………………………………………………………… 9 2.1.4 Arteria y Venas…………………………………………………………. 9 4 2.1.5 Linfáticos……………………………………………………………….. 10 2.1.6 Control Nervioso (Involuntario y voluntario)…………………………. 11 2.1.7 Pleura………………………………………………………………….. 11 2.1.8 Caja Torácica………………………………………………………….. 11 CAPÍTULO III VALORACIÓN Y PREDICCIÓN DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL 3.1 Evaluación preanestesica………………………………………………… 14 3.1.1 Historia Clínica………………………………………………………… 14 3.1.2 Signos clínicos de dificultad ventilatoria………………………………. 15 3.1.3 Signos clínicos predictivos de dificultad en la intubación…………….. 15 3.2 Predicción de la vía aérea difícil………………………………………… 16 3.2.1 Factores anatómicos de la vía aérea difícil……………………………. 16 3.2.1.1.- Clase orofaríngea de Mallampati-Samsoon………………………. 17 3.2.1.2.- Apertura oral………………………………………………………. 18 3.2.1.3.- Longitud del espacio mandibular anterior………………………… 19 3.2.1.4.- Extensión atlanto-occipital……………………………………….. 19 3.2.1.5.- Subluxación mandibular………………………………………….. 20 3.2.1.6.- Retrognatia………………………………………………………... 20 3.2.1.7.- Longitud y grosor del cuello………………………………………. 20 3.2.1.8.- Dentición………………………………………………………….. 21 3.2.1.9.- Hábito corporal…………………………………………………….. 21 3.2.1.10.-Laringe anterior e inclinada………………………………………... 21 3.2.1.11.- Morfología del paladar……………………………………………. 21 3.2.2 Causas patológicas de vía aérea difícil…………………………………. 22 3.2.2.1.- Patologías que asocian una vía aérea difícil………………………… 22 3.2.2.2.- Cirugía de la región cervical………………………………………… 25 3.2.2.3.- Lesiones nerviosas…………………………………………………… 25 3.2.2.4.- Laringoespasmo……………………………………………………… 25 5 CAPÍTULO IV MANEJO DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL 4.1 Preparación básica…………………………………………………………. 27 4.2 Estrategias para la intubación………………………………………………. 28 4.3 Alternativas para la vía aérea difícil………………………………………. 31 4.3.1. Máscara Laríngea (ML)………………………………………………… 31 4.3.2 Intubación con paciente despierto……………………………………… 32 4.3.3 Obturador Esofágico…………………………………………………… 33 4.3.4. Tubo esófago-traqueal (combitubo)……………………………………. 34 4.3.5 Intubación Retrógrada…………………………………………………… 34 4.3.6 Intubación con Estilete Luminoso……………………………………… 35 4.3.7 Manejo invasivo de la vía aérea……………………………………….. 35 4.3.7.1 Cricotiroidotomía……………………………………………………. 35 4.3.7.1.1 Cricotiroidotomía Percutánea……………………………………… 36 4.3.7.1.2 Cricotiroidotomía Quirúrgica……………………………………… 36 4.3.7.2 Traqueotomía………………………………………………………… 36 4.4 Situaciones especiales de la vía aérea difícil……………………………… 37 4.4.1 Intubación Endotraqueal de Secuencia Rápida………………………… 37 4.4.2 Ventilación de un Solo Pulmón………………………………………… 39 4.4.3 Intubación Endotraqueal en Lesiones de la Columna Cervical………… 41 4.5 Extubación. ……………………………………………………………….. 42 CONCLUSIONES…………………………………………………………… 43 ANEXOS……………………………………………………………………… 44 BIBLIOGRAFÍA 6 INTRODUCCION El control de la vía aérea es una de las intervenciones críticas cuando nos enfrentamos al mantenimiento de la vida de determinados pacientes, por lo que resulta cardinal que los encargados de realizar este conozcan tantas técnicas como sea posible para establecer este control, y aun más que desarrollen las habilidades necesarias para predecir y prepararse para el manejo de un vía aérea difícil. Esta investigación trata sobre algunos de los procederes y técnicas que ayudan en esta anticipación y su aplicación en el campo de las emergencias y el manejo del paciente crítico. La intubación dificultosa no prevista tiene una incidencia variable en anestesiología. En líneas generales, oscila entre el 1 y el 8,5 por ciento (para algunos autores, puede llegar al 13 por ciento o hasta el 18 por ciento). La misma proporción de casos se observaría con relación a la laringoscopía dificultosa. El fracaso de la intubación, en cambio, tiene una incidencia mucho menor, ya que varía entre el 0,13 por ciento y el 0,3 por ciento. Los procedimientos aislados habitualmente empleados para predecir las dificultades en la intubación o en la laringoscopía tienen, en general, una sensibilidad aceptable pero una especificidad muy variable y un bajo valor predictivo positivo. La utilización simultánea de varias pruebas objetivas mejora la predictibilidad para detectar los casos que presentarán dificultades en la intubación y en la laringoscopia. Independientemente del momento o circunstancias en que se realiza el control de la vía aérea el objetivo es mantener un adecuado intercambio gaseoso, y con ello el sostenimiento de la vida, lo que puede requerir en muchas ocasiones de la entubación endotraqueal (ET), independientemente de las características anatómicas y elementos adquiridos del paciente que puedan entorpecer las maniobras que habitualmente se llevan a cabo para esto. La importancia de conocer de antemano esta posibilidad en una entubación ET es esencial en un proceder que requiere destreza y celeridad. 7 CAPITULO I CONCEPTOS GENERALES 1.1 DEFINICIONES La vía aérea por definición es un conducto por el cual pasa el aire; o bien, es la ruta por la cual transita el aire desde la nariz o la boca hacia los pulmones. De tal forma, la vía aérea difícil puede definirse como la complejidad en el acceso del conducto por el cual pasa el aire desde la nariz o la boca hacia los pulmones. No existe una definición estándar de vía aérea difícil en la literatura, sin embargo en la guía de recomendación para el manejo de la vía aérea difícil propuesta por la American Society of Anesthesiologists (ASA), ésta se define como: 1.1.1 VÍA AÉREA DIFÍCIL: “Situación clínica en la que un profesional entrenado experimenta dificultad con la ventilación con mascarilla facial, con la intubación traqueal, o con ambas”. La vía aérea difícil (VAD) representa una interacción compleja entre factores del paciente, el entorno clínico, las habilidades y preferencias del realizador. El análisis de la interacción de estos factores aún requiere de la recolección precisa de datos, sin embargo se pueden apreciar las siguientes dificultades en el abordaje: (1) dificultad para la ventilación con mascarilla facial, (2) dificultad en la realización de la laringoscopía convencional después de múltiples intentos, (3) dificultad durante la intubación traqueal después de múltiples intentos en presencia o ausencia de patología traqueal y (4) intubación fallida. La dificultad para la intubación se presenta cuando se han realizado más de tres intentos de intubación utilizando la laringoscopía convencional en condiciones óptimas y por personal experimentado. La ventilación inadecuada con mascarilla facial se presenta cuando no se puede mantener la saturación de oxígeno (SpO2) por arriba de 90% cuando se administra oxígeno al 100%, proporcionando presión positiva. En este contexto, debemos establecer conceptos adicionales como: 8 1.1.2 VENTILACIÓN DIFÍCIL: No es posible proporcionar una ventilación adecuada por mascarilla facial, debido a uno o más de los siguientes problemas: sellado inadecuado de la mascarilla contra la cara, fuga excesiva de gas, o resistencia excesiva a la entrada o salida de gas. Son signos de ventilación inadecuada, entre otros, los siguientes: movimiento torácico inadecuado o ausente; ruidos respiratorios inadecuados o ausentes; signos auscultatorios de obstrucción grave; cianosis; insuflación gástrica de aire o distensión gástrica; SpO2 insuficiente o en descenso; CO2 espirado ausente o inadecuado; mediciones espirométricas de gases espirados ausentes o inadecuadas; cambios hemodinámicos asociados con hipoxemia o hipercapnia (ej: hipertensión arterial, taquicardia, arritmia). 1.1.3 LARINGOSCOPIA DIFÍCIL: No se puede visualizar ninguna porción de las cuerdas vocales mediante la laringoscopia directa convencional. Cormack y Lehane han ideado un sistema de gradación de la visión laringoscópica de las cuerdas vocales, (capitulo III). La laringoscopia difícil correspondería a los grados 3 y 4 de Cormack y Lehane. 1.1.4 INTUBACIÓN DIFÍCIL: Hasta ahora la intubación se ha considerado difícil cuando la inserción del tubo orotraqueal con la laringoscopia tradicional requiere más de tres intentos o dura más de diez minutos. La definición actual no concreta tiempos ni número de intentos, y considera intubación difícil cuando se requieren múltiples intentos, en presencia o ausencia de patología traqueal. 1.1.5 INTUBACIÓN FALLIDA: No se consigue la colocación del tubo traqueal después de múltiples intentos. 1.2 INCIDENCIA DE LA VIA AEREA DIFICIL. En la literatura actual no existen datos estadísticos sobre la incidencia de la VAD. Caplan et al reporta que al abordar la vía aérea de forma inadecuada, pueden ocurrir tres clases de lesión que pueden resultar en eventos respiratorios adversos: (1) ventilación inadecuada (38%), (2) intubación esofágica no reconocida (18%) e (3) intubación traqueal difícil no anticipada (17%). Benumof et al estiman que cerca del 9 30% de las muertes asociadas a la anestesia son debidas a la inhabilidad de manejar la VAD de forma adecuada. Numerosos estudios multicéntricos realizados en EUA en los departamentos de emergencia muestran una tasa de éxito en la intubación mayor del 98% con una frecuencia de intubación fallida de 1 en 500. Tiberiu et al reportan que en EUA 71% de los anestesiólogos han recibido educación y entrenamiento para el manejo de la VAD y que el 92% usan el algoritmo para el manejo de la VAD propuesto por la ASA. Rosenblatt et al reportó que en 1981 sólo el 82% de los anestesiólogos utilizaban el algoritmo propuesto por la ASA. Domino et al publicó un análisis sobre la incidencia de las lesiones de la vía aérea durante la anestesia general, encontró que la laringe es el sitio más frecuente de lesión (33%), en segundo lugar la faringe (19%) y en tercer lugar el esófago (18%). Las lesiones de la tráquea y el esófago se correlacionan con una intubación difícil. La perforación faringoesofágica se correlaciona con edad mayor de 60 años y sexo femenino. Los signos clínicos asociados a perforación son principalmente neumotórax y enfisema subcutáneo. 1.3 ETIOLOGIA DE VIA AEREA DIFICIL Las causas de la dificultad en la vía aérea se deben a múltiples factores. Para evitar la morbimortalidad asociada a la hipoxemia por intubación dificultosa, se describen y analizan una serie de métodos de predicción a fin de disponer alternativas en forma planificada. La predicción de problemas para intubar no debe ser difícil cuando hay evidentes patologías que involucran al cuello, cara, maxilar, estructuras faríngeas y laríngeas, pero existen alteraciones mas solapadas en pacientes de apariencia normal que resultan imprevistamente en dificultades en llevar a cabo con éxito el proceder, y en consecuencia pueden llevar a daño irreversible, por lo tanto la identificación de pacientes con posible vía aérea difícil con antelación se convierte en el ideal de los que se enfrentan a este manejo. 1.4 FACTORES DE RIESGO DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL. Los factores de riesgo más importantes son: 10 • Prominencia de los incisivos superiores respecto a los inferiores durante la oclusión dentaria. • Incapacidad para colocar los incisivos inferiores por delante de los incisivos superiores. • Distancia menor a 3 cm entre los incisivos superiores e inferiores. • Úvula no visible cuando el paciente saca la lengua en posición sentada (Mallampati) • Paladar arqueado o estrecho. • Espacio mandibular rígido, indurado, ocupado por masas o no elástico. • Distancia tiromentoniana menor a 6 cm. • Cuello corto y ancho. • Imposibilidad del paciente para tocar el tórax con el mentón. • Imposibilidad para extender el cuello. • Lengua prominente. • Obesidad mórbida. • Embarazo. • Pacientes desdentados. • Presencia de barba y bigote. 1.5 EVALUACIÓN DE VÍA AÉREA DIFÍCIL La realización siempre que esto sea posible de una historia clínica enfocada a la vía aérea es parte primaria de la recomendación, ésta debe obtenerse previo al inicio del cuidado anestésico y en todos los pacientes. La intención de realizar una historia clínica de la vía aérea es el detectar factores anestésicos, médicos o quirúrgicos que puedan indicar la presencia de VAD. El examinar registros anestésicos previos siempre que éstos existan, pueden proveernos de información útil. Existe una asociación demostrada entre la VAD y enfermedades congénitas, adquiridas o eventos traumáticos que se muestran en el siguiente cuadro. 11 Estas entidades se pueden dividir en dos grupos: Grupo I son aquellas entidades con datos evidentes de VAD, por ejemplo: tumores, abscesos o deformidades congénitas Grupo II son aquellas entidades sin signos evidentes de VAD. Hay insuficiente evidencia publicada para evaluar el efecto de la exploración física de la vía aérea y la predicción de VAD en pacientes sin alteraciones evidentes o anomalías anatómicas. Sin embargo hay suficiente información que datos obtenidos en la exploración física pueden estar relacionados con la presencia de VAD. La realización de la exploración física de la vía aérea resulta en facilitar la detección de una VAD. No existe un solo indicador previo al procedimiento que determine dificultad a la ventilación, laringoscopía o intubación. De la misma forma ningún examen es determinante e infalible, la predicción de la VAD durante la realización de la exploración física requerirá de un mayor número de exámenes durante la misma. Hallazgos específicos de la exploración física de la vía aérea han sido incorporados en numerosos sistemas de evaluación con la intención de predecir una VAD. Los sistemas de evaluación que existen para la predicción de VAD han mostrado una modesta especificidad y sensibilidad. La combinación de sistemas de evaluación ha demostrado mayor sensibilidad. 12 La exploración física de la vía aérea no requiere de equipo especial y no toma más que un minuto, primero se enfoca a los dientes (apertura de la boca, tamaño de los dientes), posteriormente a la exploración del interior de la boca (escala de Mallampati), continúa con el espacio mandibular (grado de protrusión mandibular, valoración de la curvatura del paladar) y finalmente con el cuello (distancia tiromentoniana y rango de la movilidad de la cabeza y cuello). De tal manera que al valorar la vía aérea debemos tomar en cuenta: (1) el tamaño de la lengua, (2) la movilidad del cuello y (3) proximidad de la laringe a la base de la lengua; estos elementos modificarán la alineación de los ejes de la vía aérea para la correcta visualización del orificio glótico. Para la predicción de VAD existen varios sistemas de evaluación en los cuales se valoran de forma conjunta diferentes escalas de valoración clínica. En todos los sistemas de evaluación se excluye a la paciente obstétrica, ya que por las condiciones propias del embarazo sobre la vía aérea, ésta debe ser considerada con un abordaje diferente. Es importante destacar que existen numerosos sistemas para evaluar variables múltiples y predecir el riesgo de vía aérea difícil, en los cuales se incluyen muchos de los datos objetivos antes mencionados. 13 CAPITULO II RECUERDO ANATOMO-FISIOLOGICO DE LA VIA AEREA. Es muy difícil resumir en un sólo capítulo todos los aspectos relacionados con la función pulmonar, pues habría que comenzar revisando la evolución del aparato respiratorio en la escala filogénica, reflexiones que siempre ayudan a comprender su maravilloso funcionamiento, por lo que intentaremos reseñar tan sólo aquellos aspectos, nuevos u olvidados, de la fisiopatología respiratoria que tengan aplicación en la asistencia a situaciones de urgencia o amenaza vital desde el manejo inicial, su valoración, y su seguimiento posterior. 2. 1. ANATOMÍA DINAMICA DE LA VÍA AÉREA Como recordatorio anatómico, haremos referencia al cricoides, cuyo borde inferior separa la llamada vía aérea superior, de la inferior. La vía aérea superior estaría formada por la rinofaringe o cavum, la orofaringe y la hipofaringe, con epitelio ciliado en la mucosa de la rinofaringe, excepto en el cornete superior y área olfatoria. El resto de la faringe tiene un epitelio semejante a las vías digestivas, mientras que la laringe, de contorno pentagonal, tiene una mucosa con epitelio cilíndrico, ciliado, seudoestratificado, excepto a nivel de las cuerdas. La vía aérea superior tiene un volumen aproximado de 72 ml, volumen que se reduce hasta un 50% con los cambios de posición de la cabeza, y hasta 15 ml cuando se coloca un tubo endotraqueal de calibre ocho, usual. La tráquea, desprovista en su parte posterior (pars membranosa), de cartílago, para facilitar el paso del bolo alimenticio deglutido, tiene un diámetro aproximado al del dedo índice, y una sección entre 150 y 300 mm2, sección que se reduce a nivel glótico en respiración tranquila a unos 66 mm2, y a 50 mm2 cuando sustituimos esta vía natural por un tubo endotraqueal de calibre 8, que actúa como un resistor fijo inspiratorio y espiratorio. En asmáticos, el área glótica se ha estimado en 88 mm2 en inspiración, 75 en espiración, 45 durante un episodio de broncoespasmo, y 79 mm2 bajo el efecto de un sistema de presión positiva continua en vía aérea (CPAP). 14 La bifurcación traqueal en la carina, se produce a nivel de la 5ª vértebra torácica, saliendo el bronquio principal derecho a 2 cm, y el bronquio del lóbulo superior izquierdo a 5 cm de dicha carina. El bronquio principal derecho forma un ángulo con la vertical de unos 25º, mientras que el izquierdo, se angula unos 45º, siendo más largo que el tronco del bronquio derecho porque tiene que superar el cayado aórtico antes de entrar al pulmón en el hilio. 2.1.1 ÁRBOL BRONQUIAL Se aceptan 23 generaciones en la ramificación bronquial, y aunque hay varias clasificaciones, se considera que el pulmón derecho tiene 10 segmentos, y que el izquierdo tiene 8 (segmento anterior y superior izquierdo unidos, y ausencia del basal medial en el Lóbulo Inferior Izquierdo). La reducción del calibre de las ramas hijas se compensa al aumentar el número de ellas, con lo que la sección transversal se hace mayor y la velocidad del aire, tanto en reposo, como al esfuerzo, menor. Este aumento de sección es más evidente por debajo de las generaciones 8 a la 12, en que los bronquios pierden su cartílago, denominándose bronquiolos. El espacio muerto anatómico, o zona no respiratoria del árbol bronquial incluye las 16 primeras generaciones, siendo su volumen de unos 150 ml. La generación 16 corresponde al 15 llamado bronquiolo terminal, definido como la porción más pequeña de vía aérea que aún no dispone de alvéolos; del bronquiolo terminal depende todo el acino pulmonar, con tres generaciones de bronquiolos (17, 18, 19), con algún alvéolo en sus paredes, los conductos alveolares (20, 21, 22) y los sacos alveolares (generación 23). Toda esta zona distal al bronquiolo terminal sería la llamada zona respiratoria o de intercambio, y su volumen es de unos 2500-3000 ml. 2.1.2 MUCOSA BRONQUIAL La mucosa bronquial dispone de células superficiales (ciliadas, caliciformes, de Clara, indiferenciadas, en cepillo, serosas), células apoyadas en la membrana basal (células basales, y células de Kulchitsky de la serie APUD, relacionadas con tumores de tipo carcinoide y de células en avena). En la submucosa hay glándulas, que van disminuyendo distalmente, como las células caliciformes, sustituidas por las células de Clara, secretoras a nivel de los bronquiolos respiratorios. 2.1.3 ALVEOLOS Disponemos de unos 300 millones de alvéolos, en los cuales se puede reconocer una capa formada por la película surfactante, otra epitelial apoyada sobre la membrana basal, la capa de fibras reticulares y elásticas, y por fin el endotelio capilar con su correspondiente membrana basal. La capa epitelial alveolar es de tipo plano, y dispone de células escamosas o neumocitos tipo I en cantidad de un 93%, y neumocitos tipo II o granulosos, estos cargados de surfactante. 2.1.4 ARTERIAS Y VENAS Las arterias pulmonares, que reciben la totalidad del gasto cardiaco del Ventrículo Derecho, se ramifican más profusamente que los bronquios, a los que siguen en una vaina o fascículo broncoarterial conectivo, invaginación de la pleura visceral hasta la 11ª generación. Las arteriolas pulmonares, no dotadas curiosamente de capa muscular, son las responsables de la llamada vasoconstricción pulmonar hipóxica, reflejo protector, que se suscita ante la hipoxia y la acidosis local, enviando la perfusión a zonas mejor ventiladas. Los capilares pulmonares con un diámetro de unas 10 micras que permite el paso de los hematies, tienen células que contienen la enzima conversora de la Angiotensina I, pues el pulmón, además de su función de 16 intercambio, hace de reservorio de sangre para el Ventrículo Izquierdo, de filtro de la misma, y tiene funciones metabólicas en relación con la metabolización de la Angiotensina, la bradiquinina o la serotonina. Las venas interlobares circulan alejadas de bronquios y de arterias, no tienen la vaina antedicha, y son más profusas que las arterias, a las que duplican en número. Las arterias bronquiales nacen de la aorta a nivel de la 3-8º vértebras torácicas, de las arterias intercostales, de la arteria subclavia o de las arterias innominadas, acompañan a los bronquios, teniendo importancia este recordatorio a efectos de las arteriografías bronquiales en casos de hemoptisis. En este sentido, Cadwell en 1948, encuentra en cadáveres, cuatro patrones que cubren el 90% de los casos, con salidas de estas arterias, a nivel de aorta torácica descendente a niveles T5-T6, un 8% con salida a partir de subclavia, intercostales, mamaria interna, tronco tirocervical o aorta abdominal, y un 2% con salida desde la cara anterior del cayado aórtico y aorta descendente. El patrón más frecuente es el de dos arterias bronquiales izquierdas y una derecha. Botenga distingue con angiografías, siete patrones, que engloban el 93% de casos, y Uflaker, encuentra diez patrones, pero seis de ellos engloban el 90% de casos. Las venas bronquiales se distribuyen en dos grupos: el superficial que se vacía a la derecha en la vena ácigos, y a la izquierda en la vena hemiácigos y venas mediastínicas; el grupo de venas bronquiales profundas se vacía en las venas pulmonares, contribuyendo al shunt fisiológico junto con las venas de Tebesio. El diafragma recibe sus arterias a partir de la subclavia, vía mamaria interna, intercostales inferiores, o directamente de la aorta abdominal por la arteria frénica, y a similitud con el corazón, que se riega en diástole, el diafragma se riega en espiración, interrumpiéndose el flujo cuando la Presión diafragmática media es de un 70% de su valor máximo. 2.1.5 LINFÁTICOS Los linfáticos se distribuyen en dos sistemas: superficial o pleural visceral, y profundo, y esta distribución explica que los tumores del pulmón derecho progresen 17 en el mismo lado, mientras que los de pulmón izquierdo se extiendan a izquierda y derecha, pudiendo progresar hasta abdomen los originados en Lóbulo inferior izquierdo, habiéndose comprobado que las metástasis linfangíticas obstruyen y destrozan las válvulas unicúspide linfáticas. 2.1.6 CONTROL NERVIOSO (INVOLUNTARIO Y VOLUNTARIO) El árbol bronquial dispone de receptores cuyas fibras aferentes viajan con el vago, receptores de distensión, de irritación laríngea, traqueal y bronquial, y tipo fibras C bronquiales. Hay fibras eferentes de tipo parasimpático, colinérgicas, que viajan en el vago, de acción broncoconstrictora, vasodilatadora y secretora, y fibras también eferentes, simpáticas, adrenérgicas, con acciones opuestas a las anteriores. Respecto a los quimiorreceptores, los periféricos (aórticos y en la bifurcación carotídea), responden a las variaciones locales de pH, PO2 y PCO2, mientras que los centrales, que responden a las variaciones de pH y PCO2, se localizan cerca de los centros respiratorios. Se admite la existencia de centros bulbares (ventral inspiratorio y dorsal espiratorio), y protuberanciales (apneústico que inhibe la inspiración, y Neumotáxico), éste con acciones tanto inspiratorias como espiratorias. Respecto al control voluntario de la respiración, depende de la corteza cerebral y de las fibras córticobulbares y córticoespinales. 2.1.7 PLEURA La pleura se encarga de lubrificar la interacción pulmón-pared torácica, con una capa parietal pegada a la caja torácica, que se continúa con la capa visceral, pegada al pulmón, en la zona hiliar. Esta pleura es la que transmite la presión negativa generada por los músculos inspiratorios, al parénquima pulmonar. 2.1.8 CAJA TORÁCICA La caja torácica la forman la columna vertebral, el esternón, y las costillas, las cuales según su punto de aplicación se denominan vértebroesternales, vértebrocostales y vertebrales, y sirven de inserción a los músculos respiratorios, de los que podríamos decir que mientras que el diafragma y los músculos intercostales estiran dicha caja, el 18 esternocleidomastoideo la estabiliza. Podríamos dividir los músculos respiratorios en principales, accesorios, y dilatadores faríngeos. Hay que recordar que el principal músculo respiratorio, el diafragma tiene dos zonas con origen embriológico distinto, la zona esternocostal, y la crural (Derecha e Izquierda). El diafragma crural puede hipertrofiarse, el costal se desplaza. El diafragma es el músculo encargado de mover en reposo las 2/3 partes, o un 70% del Volumen Corriente, y debido a los cambios en el área aposicional, modifica poco su radio en el rango del volumen tidal. El diafragma en realidad son dos bombas: la de aire, y la expulsiva (defecación, orina, parto). Tienen importancia todas estas referencias para el estudio de la llamada polineuropatía del enfermo crítico moderna, y la llamada canibalización diafragmática. En patología respiratoria se habla continuamente de la desventaja mecánica que conlleva el aplanamiento diafragmático provocado por la hiperinsuflación de los procesos obstructivos. En estas situaciones, el diafragma trabaja, pero en dirección horizontal equivocada. Se consideran músculos accesorios de la respiración, a los que no intervienen en la respiración tranquila y entre ellos tenemos los escalenos y esternocleidomastoideo, que son llamados a participar precisamente en este orden, cuando aumenta la resistencia y el trabajo respiratorio, pudiendo considerarse también accesorios, a los músculos de los brazos, menos estudiados que los de las piernas, por la postura erecta del homo sapiens, y al paladar blando, controlado por el núcleo ambiguo, que interviene en la respiración a labios fruncidos, imposible de hacer en parálisis del paladar. No podemos olvidar a los músculos dilatadores faríngeos, que contrarrestan el efecto succión provocado por la acción de los músculos inspiratorios, succión que colapsaría la vía aérea superior. Este grupo lo forman el geniogloso, geniohioideo, esternohioideo, esternotiroideo, y tirohioideo. Por último está el grupo de músculos espiratorios, formado por los intercostales internos, los oblicuos externo e interno del abdomen, y el transverso y recto abdominal, muy importantes como ayuda en situaciones patológicas, haciendo una 19 espiración no pasiva, sino activa, así como para funciones como hablar, cantar, toser, defecar o parir. En el asma, hay actividad de intercostales internos, accesorios y abdominales durante la espiración. También, se podría decir que los abdominales son músculos inspiratorios, en cuanto que se oponen al diafragma, que se apoya en la prensa abdominal contraída, ayudando a estabilizar el diafragma. Ambos tipos de músculos intercostales persiguen juntar las costillas y reducir el espacio intercostal, dependiendo el resultado de la impedancia de la caja torácica. Los intercostales, al contrario que el diafragma, tienen abundantes husos musculares, lo que probablemente tiene importancia en la percepción de la disnea. Cualquier estudio de función muscular respiratoria, tropieza con el problema de que sus nervios eferentes no son accesibles. Por otra parte, la composición muscular respecto al tipo de fibras, puede explicar algunos hechos que se demuestran en pruebas de resistencia muscular respiratoria, estando demostrado que los corticoides atrofian las fibras tipo II 20 CAPITULO III VALORACION Y PREDICCION DE VIA AEREA DIFICIL Uno de los aspectos más olvidados en la práctica anestésica, a pesar de su importancia, es la valoración y predicción de la vía aérea difícil, que depende de muchos factores como la observación interindividual, experiencia y habilidad del anestesiólogo. Por eso, uno de los objetivos de esta investigación es aprender a valorarla y saber elegir el dispositivo más adecuado para usar en cada caso, con el fin de conseguir la máxima seguridad para el paciente. 3.1 EVALUACIÓN PREANESTÉSICA La evaluación preanestesica de la vía aérea valora: Historia clínica. Signos clínicos predictivos de dificultad de ventilación. Signos clínicos predictivos de dificultad de intubación. 3.1.1 HISTORIA CLÍNICA En primer lugar debemos detectar antecedentes anestésicos de intubación difícil (ID), relatados por el enfermo o su familia. Siempre que nos encontremos con una ID, haremos un informe de las posibles causas y del manejo de la misma para cirugías posteriores. También nos fijaremos en su historia estomatológica, como ausencia de dientes, movilidad, protrusión, etc. 21 Por último, tendremos en cuenta distintas enfermedades asociadas que se relacionan con la vía aérea difícil (VAD): Diabetes de larga evolución. El “signo del predicador”, que se asocia con ID. Acromegalia: la hipertrofia de lengua y úvula y/o la estrechez del cricoides pueden crear dificultad de ventilación / intubación. Enfermedad de Bechet: úlceras bucales y cicatrices retráctiles. Otras: síndrome de Down (macroglosia), artritis reumatoidea (alteración de la articulación atlanto-axoidea), enfermedades infecciosas y neoplásicas de la vía aérea superior. 3.1.2 SIGNOS CLÍNICOS PREDICTIVOS DE DIFICULTAD DE VENTILACIÓN No existe ningún test específico para predecir una dificultad de ventilación, pero Langeron3 (2000) publica una serie de factores de riesgo como: Falta de dientes. Presencia de barba. Índice de masa corporal > 26 kg/m2. Edad >55 años. Historia de roncador. En 2006, Kheterpal et al, en un estudio de 22.660 pacientes, confirman los factores de riesgo de ventilación difícil de Langeron, excepto la ausencia de dientes y consideran la presencia de barba como el único factor modificable antes de la cirugía. Estos autores dan gran importancia al test de posibilidad de protruir la mandíbula para valorar la dificultad de ventilación. 3.1.3 SIGNOS CLÍNICOS PREDICTIVOS DE DIFICULTAD DE INTUBACIÓN Deberemos valorar la anatomía de la cara del paciente para buscar signos que nos orienten a una posible ID5. Entre ellos podemos destacar: Cuello corto, grueso o musculoso. Retracción mandibular. Paladar arqueado, largo u ojival. 22 Cicatrices faciales o cervicales. Estado dental. Tamaño de la lengua. Todos estos signos nos orientarán sobre la posibilidad de un paciente con ID; ante esta sospecha, realizaremos test de predicción de ID 3.2 PREDICCIÓN DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL La detección preoperatoria de la vía aérea difícil debe basarse en la identificación de anormalidades anatómicas o patológicas previamente relacionadas con dificultades de ventilación o intubación orotraqueal, unida a la búsqueda de antecedentes de vía aérea difícil en el historial clínico. Esta es una parte esencial en la evaluación preoperatoria y debe formar parte de la práctica rutinaria del anestesiólogo para así poder anticipar los problemas de la vía aérea y disponer del material y personal necesarios para resolverlos. Las exploraciones radiográficas no se consideran útiles como método de evaluación rutinaria de la vía aérea, aunque pueden ser de gran ayuda en casos específicos de vía aérea difícil. Las medidas de longitud y angulación mandibular (White, 1975), la distancia atlanto-occipital (Nicol, 1983) y el ángulo de extensión cervical (Horton, 1989b) son las más utilizadas. 3.2.1.- FACTORES ANATÓMICOS PREDICTIVOS DE UNA INTUBACIÓN OROTRAQUEAL DIFÍCIL La evaluación preoperatoria de la vía aérea debe incluir la estimación de diferentes parámetros cualitativos y cuantitativos asociados con la intubación difícil. La mayoría de estos índices no predicen dificultades de ventilación con mascarilla facial, sino únicamente dificultades de intubación con laringoscopia directa. La dificultad de visualización de las estructuras glóticas con la laringoscopia directa se expresa generalmente mediante los llamados “grados de Cormack”, clasificación semicuantitativa paralela a las dificultades de intubación traqueal (Cormack, 1984). 23 Grado Estructuras visibles I Glotis, incluyendo comisura anterior y posterior. II Aspecto posterior de la glotis. Comisura anterior no se ve. III Solamente epiglotis. La glotis no puede ser expuesta. IV Sólo se ve el paladar duro (la epiglotis y la glotis no se ven). Clasificación de laringoscopías según Comark y Lehane. Entre los test predictivos de una intubación orotraqueal difícil hay cuatro (apertura oral, longitud del espacio mandibular anterior, motilidad atlanto-occipital, clase orofaríngea de Mallampati) que han demostrado su utilidad para la predicción de una intubación orotraqueal difícil en estudios prospectivos. Debe resaltarse sin embargo que ningún factor anatómico aislado puede predecir con precisión la dificultad de la intubación orotraqueal. La mayoría de estos test tienen una gran variabilidad interobservador (Oates, 1991; Tham, 1992; Lewis, 1994; Karkouti, 1996), un gran porcentaje de falsos positivos y una sensibilidad baja, aunque la especificidad y el valor predictivo negativo son aceptables (Tse, 1995). Por tanto son muy útiles para excluir una intubación difícil pero su valor es limitado para predecirla. Ante estas dificultades han sido propuestos numerosos índices multifactoriales, que intentan mejorar el valor predictivo de estos test (Belhouse, 1988; Wilson, 1988; Frerk, 1991; Rocke, 1992; Arné, 1998). No debe olvidarse que estos factores predictivos no descartan la existencia de otras causas patológicas y farmacológicas de vía aérea difícil, por lo que la evaluación debe completarse con el análisis detenido del 24 historial clínico y la búsqueda de semiología compatible con la presencia de alguna de las patologías mencionadas en los siguientes apartados. 3.2.1.1.- CLASE OROFARÍNGEA DE MALLAMPATI-SAMSOON (Mallampati, 1985; Samsoon, 1987): evalúa de forma semicuantitativa el tamaño relativo de la lengua en relación con el tamaño de la cavidad oral, que se correlaciona con la visión laringoscópica. Se deben recordar algunos aspectos esenciales en esta evaluación: debe realizarse en posición sentada, SIN fonación por parte del paciente, con la lengua afuera y la cabeza en posición neutra o en extensión completa (Lewis, 1994). Sin embargo, la escala Extendida de Mallampati permite la hiperextensión del cuello y la fonación, con lo cual algunos estudios recientes reportan aumento de la sensibilidad de la prueba. Escala de Mallampati modificada por Samsson y Young. Es fundamental identificar los enfermos con clases 3 y 4, con un elevado riesgo de intubación difícil, en los que la pared faríngea posterior no es visible, a diferencia de las clases 1 y 2. 3.2.1.2.- APERTURA ORAL: una distancia interdental o entre encías, medida en la línea media, inferior a 35 mm indica dificultades para la inserción de la pala del laringoscopio y para el paso 25 del tubo orotraqueal (Block, 1971; Wilson, 1988; Savva, 1994). Una distancia interincisivos inferior a 20 mm indica una intubación imposible con laringoscopia convencional (Boisson- Bertrand, 1996). 3.2.1.3.- LONGITUD DEL ESPACIO MANDIBULAR ANTERIOR: es el espacio anterior a la laringe limitado lateralmente por las ramas mandibulares. Su tamaño se correlaciona con la facilidad de retracción lingual y de alineación de los ejes oral, faríngeo y laríngeo durante la laringoscopia directa y con la clase de Mallampati. Se corresponde con la distancia tiromentoniana (Patil, 1983) medida entre la prominencia tiroidea y el borde interno de la sínfisis mandibular. Cuando ésta es inferior a 60 mm (tres traveses de dedo) indica una posición anterior de la laringe respecto a las estructuras orofaríngeas, y una dificultad de exposición glótica (Mathew, 1989).Una distancia mayor de 65 mm no se relaciona con problemas en la laringoscopia. 3.2.1.4.- EXTENSIÓN ATLANTO-OCCIPITAL: la posición idónea para la ventilación con mascarilla facial e intubación orotraqueal es la ligera flexión cervical y extensión atlanto-occipital completa. En condiciones normales existen 35º de extensión de ésta articulación; una reducción en más de un tercio de su motilidad indica dificultad de intubación orotraqueal (Bellhouse, 1988). Para evaluarlo el anestesiólogo debe observar el perfil del paciente mientras le solicita abrir la boca y extender la cabeza al máximo con el cuello en posición neutra. El ángulo delimitado por el plano oclusal del maxilar superior desde la posición neutra hasta la máxima extensión cefálica corresponde con el grado de extensión atlanto-occipital. 26 Figura: Evaluación clínica de la extensión atlanto-occipital. 3.2.1.5.- SUBLUXACIÓN MANDIBULAR: evalúa la motilidad de la articulación temporomandibular. La imposibilidad de protruir los incisivos inferiores delante de los superiores indica dificultades con la exposición laringoscópica (Brechner, 1968; Wilson, 1988; Bellhouse, 1988). 3.2.1.6.- RETROGNATIA: la presencia de una mandíbula retrognata ha sido relacionado con la intubación difícil al reducir el espacio para el desplazamiento de la lengua durante la laringoscopia directa (Cass, 1956; Bellhouse, 1988; Wilson, 1988). Puede estimarse calculando la distancia entre el mentón y una línea vertical imaginaria tangencial al labio superior. Se considera retrognatia si el mentón se halla más de 2-3 cm posterior a esta línea (Bellhouse, 1988). 3.2.1.7.- LONGITUD Y GROSOR DEL CUELLO: el cuello corto y grueso se ha relacionado con dificultades en la intubación orotraqueal (Cass, 1956; Rocke, 1992), pero esta asociación no ha podido ser cuantificada ni demostrada prospectivamente. Una distancia esterno-mentoniana inferior a 13 cm, medida entre el borde superior del manubrio esternal y la sínfisis mandibular se relacionan con limitación a la movilidad de la cabeza y el cuello y por lo tanto se considera un factor de riesgo de intubación difícil (Savva, 1994).. Una forma práctica para saber si la distancia no está disminuida es colocando 3 dedos entre el cartílago tiroides y el manubrio esternal, y 3 dedos entre el cartílago tiroides y el borde mandibular. 27 Figura. Medición de las distancias tiromentonianas y esternomentonianas. Nótese que se deben medir con hiperextensión del cuello. Dos traveses de dedo que puedan introducirse en la boca, 3 dedos entre la mandíbula y el cartílago tiroides y 3 dedos entre el cartílago tiroides y el manubrio esternal nos indican ausencia de problemas de intubación (Regla 2-3-3). 3.2.1.8.- DENTICIÓN: los incisivos superiores prominentes se han asociado con dificultades en la laringoscopia directa (Block, 1971; Zuck, 1976; Bellhouse, 1988). Por el contrario, la ausencia de dientes dificulta la ventilación con mascarilla facial (Cass, 1956; Block, 1971; Wilson, 1988). 3.2.1.9.- HÁBITO CORPORAL: la obesidad se ha relacionado con dificultades de ventilación e intubación orotraqueal (McIntyre, 1968; Buckley, 1983; Wilson, 1988; Davies, 1989; Oates, 1991; Bond, 1993a Rose, 1994; Isonos, 1997; Voyagis, 1998), aunque esto no ha sido corroborado por algunos autores (Rocke, 1992). El exceso de tejidos blandos orofaríngeos y faciales, la existencia de grandes mamas, la reducción de la compliancia torácica, la tendencia al rápido descenso de la saturación arterial de oxígeno y el elevado riesgo de regurgitación y broncoaspiración dificultan el manejo de la vía aérea en estos enfermos (Ovassapian, 1996b). Los síndromes de emanciación (cáncer, SIDA) dificultan la adaptación de la mascarilla a la superficie facial (Wilson, 1998). 3.2.1.10.-LARINGE ANTERIOR E INCLINADA: es un hallazgo frecuente en casos de intubación difícil sin causa anatómica aparente. En la literatura existe tan sólo un estudio al respecto (Roberts, 1993), que sugiere que una inclinación de la superficie anterior del tiroides superior a 20º es predictivo de una laringoscopia difícil. 28 3.2.1.11.- MORFOLOGÍA DEL PALADAR. Un paladar estrecho reduce el volumen bucofaríngeo y dificulta la laringoscopia directa y la introducción del tubo orotraqueal (Wilson, 1998). Figura: Espacio mandibular anterior. 3.2.2.- CAUSAS PATOLÓGICAS DE VÍA AÉREA DIFÍCIL 3.2.2.1.- PATOLOGÍAS QUE ASOCIAN UNA VÍA AÉREA DIFÍCIL: las lesiones que producen obstrucción de la vía aérea extra o intratorácica pueden desencadenar dificultades de ventilación al colocar al paciente en posición supina (Wilson, 1988). Dentro de estas patologías se encuentran las que asocian macroglosia (síndrome de Down, mucopolisacaridosis), el edema o hematoma orofaríngeo o laríngeo (angioedema, mixedema, infección, traumatismo, anafilaxia), las masas cervicales o mediastínicas causadas por cáncer, bocio (Voyagis, 1997), divertículo de Zencker (Thiagarajah, 1990) o neurofibromatosis (Wulf, 1997), la invasión tumoral de la vía aérea, las secuelas de radioterapia cervical o quemaduras y las anomalías vasculares. Las masas o cuerpos extraños esofágicos pueden comprimir la tráquea adyacente, ya que su pared posterior no está protegida por los anillos traqueales. Los abscesos periagmidalinos o retrofaríngeos en los adultos y la epiglotitis en los niños son las causas más frecuentes obstrucción de vía aérea de origen infeccioso (Wilson, 1988). 29 Figura Figura Obsérvese la gran distorsión anatómica. Rx de tórax. Nótese la desviación y colapso tráquea La ronquera, el estridor, el enfisema subcutáneo y la desviación traqueal tras un traumatismo indican la necesidad de un tratamiento urgente de la vía respiratoria. Debe descartarse la presencia de determinadas patologías que hayan sido asociadas a dificultades del manejo de la vía aérea (Ovassapian, 1996b), como malformaciones congénitas (síndrome de Pierre Robin, Treacher Collins), patologías artríticas (Hakala, 1998a) y anquilosantes (Salate, 1989), patología endocrina: obesidad mórbida (Bond, 1993a), acromegalia (Hakala, 1998b; Hulme, 1999; Schmidt, 2000), mixedema, diabetes (Nadal, 1998) o la presencia de un síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS). Los pacientes con SAOS presentan una reducción del espacio orofaríngeo, que compensan parcialmente en situación vigíl con una mayor angulación craneocervical, por ello deben considerarse de alto riesgo de intubación orotraqueal difícil (Hiremath, 1998; Payen, 1998). Los pacientes diabéticos tipo 1 de larga evolución pueden presentar un síndrome de rigidez articular, secundario al depósito articular de productos de la glicosilación. La afectación de la articulación atlanto-occipital limita la alineación de los ejes orofaríngeos y laríngeo durante la laringoscopia directa (Nadal, 1998). Para descartarla se solicita al paciente colocar las palmas de las manos juntas en posición vertical, la imposibilidad de contactar las 30 articulaciones interfalángicas indica una rigidez articular sospechosa de intubación difícil, es el llamado “signo del orador” (Reissel, 1990). Además existen dos patologías específicamente asociadas con dificultades de ventilación con mascarilla facial: - Los quistes supraepiglóticos (Denneny, 1985; Mason, 1987; Millar, 1987) son usualmente benignos y asintomáticos, pero pueden presentarse como una obstrucción severa de la vía aérea superior por sobreinfección o hemorragia del quiste. Estos casos presentan un riesgo elevado de vía aérea imposible de intubar y ventilar, que se resuelve con la punción y aspiración del contenido quístico. - La hipertrofia amígdalar lingual se ha asociado a casos de ventilación difícil con mascarilla facial e intubación imposible con fibroscopio flexible (Jones, 1993; Baraka, 1993a; Biro, 1994). La ventilación e intubación a través de una mascarilla laríngea convencional o con una mascarilla laríngea para intubación pueden ser imposibles (Asai, 2000). La mononucleosis infecciosa puede ser causa de obstrucción aguda de la vía aérea secundaria a la proliferación de tejido linfoide lingual (Boglioti, 1998). Estas patologías son indetectables en una exploración física de rutina y deben sospecharse ante la presencia de los llamados “síntomas cervicales”: disfagia, odinofagia, cambios de la voz, sensación de “globo faríngeo”, tos, ronquidos u otalgia (Ovassapian, 1996b). Los pacientes con un reflujo gastroesofágico severo pueden asociar una ventilación o intubación difíciles, secundarias a la acción lesiva del líquido gástrico sobre la vía aérea: las lesiones características consisten en edema de la región glótica, estenosis subglótica y traqueomalacia secundaria a microaspiraciones de repetición (Cantillo, 1998). Así mismo deben averiguarse los antecedentes de una ventilación mecánica prolongada o una traqueotomía y sus posibles secuelas (estenosis glótica o traqueal, lesiones nerviosas). 31 Debe puntualizarse que la gestación y toda patología que contribuya a la reducción de la compliancia torácica (ascitis severa, broncoespasmo, edema pulmonar) facilitan la presentación de una vía aérea difícil al obstaculizar la ventilación con mascarilla facial, reducir la reserva de oxígeno y aumentar el riesgo de broncoaspiración (Walls, 1998). 3.2.2.2.- CIRUGÍA DE LA REGIÓN CERVICAL: la obstrucción de la vía aérea puede ser secundaria a hematoma, edema o lesión nerviosa. La tiroidectomía, discectomía cervical o corporectomía vía anterior y la colocación de catéteres venosos en la región cervical son las manipulaciones más frecuentemente asociadas a la obstrucción peroperatoria de la vía aérea (Wilson, 1998). La colocación de un halo de fijación cervical aumenta las dificultades de acceso a la vía aérea en estos enfermos. 3.2.2.3.- LESIONES NERVIOSAS: la parálisis vocal postoperatoria es secundaria generalmente a la lesión del nervio laríngeo recurrente. El nervio laríngeo recurrente izquierdo es particularmente vulnerable, debido a su largo trayecto alrededor del arco aórtico. Este nervio inerva toda la musculatura aductora y abductora de la glotis excepto el músculo cricotiroideo (abductor), pero las fibras de los músculos abductores son más sensibles a la lesión. Por ello la lesión parcial bilateral del nervio laríngeo recurrente produce aducción bilateral y obstrucción completa de la vía aérea. Las lesiones unilaterales del nervio laríngeo recurrente, las lesiones del nervio laríngeo superior y las lesiones uni o bilaterales del nervio vago no son causa de insuficiencia respiratoria salvo si existe un edema glótico asociado. Las lesiones crónicas bilaterales del nervio laríngeo recurrente producen menos compromiso de la vía aérea, pues se desarrollan varios mecanismos compensatorios (Wison, 1998). La parálisis del nervio frénico secundaria a cirugía del cuello, mediastino o toracotomía, o causada por un bloqueo interescalénico no causa insuficiencia respiratoria salvo en caso de patología pulmonar concomitante. Las lesiones o anestesia de los nervios sensitivos del cuello pueden ser causa de aspiración pulmonar por detrimento de los reflejos protectores de la vía aérea. 32 3.2.2.4.- LARINGOESPASMO: consiste en una reacción de aducción laríngea prolongada y desproporcionada, que se produce tras una estimulación intensa de los nervios laríngeos superiores (Fung, 1995). Se produce el cierre de las cuerdas vocales falsas, verdaderas y de los pliegues aritenoepiglóticos. Los estímulos mecánicos y la anestesia superficial son los factores más comúnmente implicados en su etiología y se especula que la causa podría deberse al desencadenamiento de una convulsión motora focal en el tronco encefálico (Sasaki, 1977). En esta situación los intentos de intubación orotraqueal deben suspenderse. La asistencia ventilatoria suave, la profundización de la anestesia, los espasmolíticos y relajantes musculares son el tratamiento de elección. La obstrucción aguda de la vía aérea superior durante la ventilación con mascarilla facial puede ser causada también por el prolapso de los cartílagos aritenoides hacia la laringe, descrita en niños y adultos. En estos casos la obstrucción al flujo aéreo se limita a la inspiración, a diferencia del laringoespasmo, que afecta a todo el ciclo respiratorio. (Turner, 1996, Murashima, 1998). La ventilación con presión positiva contínua (continuous positive airway pressure, CPAP) y la maniobra de subluxación mandibular restauran la permeabilidad de la vía aérea. 33 CAPITULO IV MANEJO DE LA VIA AEREA DIFICIL 4.1 PREPARACIÓN BÁSICA PARA EL MANEJO DE VAD En la literatura existente no se encuentran datos sobre los beneficios relacionados con la información del paciente al cual se le ha diagnosticado una VAD, sobre la disponibilidad del equipo necesario para el manejo; o bien, de la necesidad que representa el contar con la presencia de un igual para proveer asistencia cuando ha sido encontrada una VAD. Todos los esfuerzos enfocados en la preparación para la resolución de esta entidad incrementarán el éxito y disminuirán los riesgos. La preoxigenación del paciente antes de la inducción de la anestesia general debe ser proporcionada a menos que se trate de pacientes adultos no cooperadores o pediátricos. Esto es debido a que la presencia de una situación de un paciente al cual no se puede ventilar; o bien, no se puede intubar es impredecible. No hay diferencia significativa en la presión arterial de oxígeno que se obtiene cuando se proporciona ventilación con volumen tidal normal y FiO2 de 1.0 durante 3 a 5 minutos (preoxigenación tradicional); o bien, cuando se proporciona ventilación con cuatro respiraciones profundas durante 30 segundos (preoxigenación4DB/30 sec)(12,13). De esta forma se sugiere que ya sea la preoxigenación tradicional o la de ruta rápida (ej.: 4DB/30 sec), son efectivas en retrasar la desaturación arterial que ocurre durante la apnea subsecuente. Dentro de los esfuerzos realizados ante una VAD anticipada se debe de contar con al menos una unidad de almacenamiento que contenga equipo especializado para el manejo especializado de la misma. 34 La preparación del paciente y del equipo necesario, facilita la intubación y previene las complicaciones, esta recomendación cuenta con datos estadísticos no concluyentes y es apoyada en el manejo de la vía aérea y la elaboración de guías clínicas, nivel de evidencia según SING 4 Preparación del paciente: • Retiro de prótesis dentales móviles • Almohada de 7 a 10 cm para conseguir posición enmendada de Jackson • Extensión de la articulación atlanto-odontoidea • Retirar accesorios del pelo que pudieran dificultar el posicionamiento • Explicar al paciente las maniobras que se van a realizar • En el caso de intubación vigíl se debe topicar la vía aérea y realizar bloqueo del nervio laríngeo sup. Y del nervio recurrente. El equipamiento para el tratamiento incluye Mango de laringoscopio Láminas de Macintosh 3 y 4 Lámina de Miller 3 y 4 Lámpara Pinza de Magill Cánula de Guedel de tamaño adecuado Jeringa 10 ml Sonda de intubación de tamaño adecuado ML estándar o Fastrach Combitubo de tamaño adecuado COPA de tamaño adecuado Fastrach 4 o 5 Sonda de intubación estándar + sonda armada para Fastrach Catéter traqueal 14G Material para ventilación transtraqueal Fibroscopia + fuente luminosa 35 Material para traqueotomía percutánea 4.2 ESTRATEGIAS PARA LA INTUBACIÓN DE LA VAD La literatura sugiere que el empleo de estrategias específicas facilita la intubación de la VAD. Pese a que el grado de beneficio de cualquier estrategia específica no ha sido determinado, el consenso entre los expertos apunta hacia que la elaboración de un plan para el manejo de esta entidad garantiza un mejor resultado final. Debido a que la VAD representa una entidad que pone potencialmente en peligro la vida, la elaboración de algoritmos para su manejo proporciona una estrategia que ayuda a la resolución de eventualidades adversas, las cuales dependen en cierta forma de la condición del paciente, de las habilidades y preferencias del realizador. El anestesiólogo que se enfrenta a una probable VAD debe cuestionarse lo siguiente: (1) ¿se requiere del manejo de la vía aérea?, (2) ¿la laringoscopía puede ser difícil de realizar?, (3) ¿la ventilación supralaríngea puede ser difícil de realizar? y (4) ¿existe el riesgo de aspiración? Las respuestas a estas preguntas críticas pueden proporcionar una evaluación más completa de cualquier vía aérea; o bien, pueden servir para la elaboración de esfuerzos enfocados al manejo adecuado de la misma. El algoritmo propuesto por la ASA propone que la evaluación anticipada y probable del impacto clínico puede prever cuatro problemas básicos que pueden presentarse de forma aislada o combinada durante el manejo de la vía aérea, e incluyen: (1) dificultad para la ventilación, (2) dificultad para la intubación, (3) dificultad para obtener la cooperación o consentimiento del paciente y (4) dificultad para la realización de la traqueostomía. Ante la presentación de estas eventualidades se deben considerar las siguientes opciones básicas de manejo: (1) la intubación con el paciente despierto vs la intubación posterior a la inducción de la anestesia general, (2) el empleo de técnicas no invasivas para el abordaje inicial de la intubación vs. El empleo de técnicas invasivas (ej.: traqueostomía quirúrgica o percutánea o cricotirotomía) y (3) la 36 conservación de la ventilación espontánea durante los intentos de intubación vs la supresión de la ventilación espontánea. Cuando la VAD es reconocida, el abordaje primario propone el asegurar y garantizar la vía aérea por medio de la intubación traqueal con el paciente despierto. No existen contraindicaciones absolutas para este procedimiento, salvo una alergia verdadera a los anestésicos locales. Para asegurar el éxito de la intubación con el paciente despierto, es esencial la preparación adecuada del paciente. La preparación consiste en: (1) proporcionar al paciente información sobre la realización del procedimiento, así como brindarle apoyo psicológico; (2) la utilización de agentes que sequen las mucosas como el glicopirrolato 0.2 mg. IV, (3) proporcionar una sedación que permita la cooperación del paciente, esto se puede llevar a cabo con la utilización de narcóticos como el fentanilo a dosis que permitan este efecto, (4) vasoconstricción de mucosas, (5) la aplicación de anestésicos locales tópicos, (6) el bloqueo de nervios por inyección como el bloqueo del nervio glosofaríngeo y el bloqueo del nervio laríngeo superior, (7) preoxigenación y (8) la profilaxis de la aspiración de contenido gástrico. Una vez que el paciente ha sido preparado la intubación se puede realizar por medio de varias técnicas las cuales dependen del entrenamiento, habilidades y preferencias del realizador. La intubación con el paciente despierto puede realizarse por medio de una gran variedad de técnicas. El algoritmo de la ASA divide estas técnicas de intubación en: (1) la intubación no quirúrgica del paciente despierto y (2) la intubación quirúrgica del paciente despierto. La intubación no quirúrgica de la vía aérea a su vez puede ser realizada por varios métodos, que incluyen la intubación con fibroscopía, la visualización por laringoscopía directa, la colocación supraglótica de una mascarilla laríngea y la intubación retrógrada. Cuando la intubación con el paciente despierto falla, se deben optar por las siguientes opciones: (1) la cancelación del procedimiento quirúrgico con la finalidad de proporcionarle al paciente un mejor abordaje ya sea orientándolo, cambiando de 37 equipo o de personal, (2) la inducción de la anestesia general en caso de falta de cooperación del paciente y si se considera fácil la ventilación con mascarilla facial; siempre y cuando se mantenga la ventilación espontánea y (3) la elección de una técnica de anestesia regional; o bien, la creación de una vía aérea de emergencia(9). Cuando la VAD no es reconocida se realiza la inducción de la anestesia general y en caso de que la ventilación con mascarilla sea posible, el algoritmo de la ASA recomienda regresar a la ventilación espontánea, despertar al paciente, solicitar ayuda y realizar la intubación del paciente despierto en caso de ser posible. Cuando se pierde la habilidad para la ventilación con mascarilla facial y el paciente no puede ser ventilado entonces se presenta una verdadera situación de emergencia que pone en peligro la vida, y es entonces cuando se recomienda fuertemente la colocación de mascarilla laríngea, la inserción de un combitubo; o bien, la institución de ventilación jet transtraqueal y en caso de que esto no sea posible la instalación de una vía aérea quirúrgica. En este tenor cuando se presenta entonces una VAD en la cual la intubación no es posible, el empleo de auxiliares para la intubación es fuertemente recomendado. La ventilación con mascarilla laríngea presenta un 81% de éxito y no se encuentran diferencias estadísticas con la intubación por medio de fibra óptica. Las técnicas no invasivas para la intubación utilizadas ya sea la colocación de una mascarilla laríngea, la realización de la intubación retrógrada, y la colocación del combitubo; sirven de puente para la realización de la visualización de la vía aérea por medio de fibra óptica y el posicionamiento adecuado del tubo endotraqueal. Cuando nos enfrentamos a una vía aérea la cual no se puede intubar y no se puede ventilar aun con la utilización de auxiliares de la ventilación, la cricotirotomía es la alternativa quirúrgica de elección, la tasa de complicaciones de la cricotirotomía de elección es del 6 a 8% comparado con la cricotirotomía de urgencia que es del 10 al 40%. 4.3 TÉCNICAS ALTERNATIVAS PARA LA INTUBACIÓN 4.3.1. MÁSCARA LARÍNGEA (ML) 38 Además de usarse para ventilar pacientes de cirugía programada con estómago vacío, se puede usar como ruta para pasar un intercambiador de tubos o un tubo endotraqueal lubricado en los casos en que la intubación endotraqueal sea difícil (Briacombe, The Laryngeal Mask). Actualmente se reconoce su utilidad para permeabilizar la vía aérea en situaciones de emergencia para aliviar o evitar la hipoxia cuando no es posible un acceso más seguro, a pesar de que no garantiza el aislamiento de la vía aérea. Puede ser colocada en situaciones de reanimación por personal que no está entrenado en intubación endotraqueal. Contraindicaciones Paciente con estómago lleno, sin embargo, la ML puede ser salvadora cuando es imposible ventilar con máscara ni intubar (Ahmed Badr, Controlled Ventilation). 4.3.2 INTUBACIÓN CON PACIENTE DESPIERTO Está indicada cuando se prevé la posibilidad de una intubación difícil y el paciente debe conservar la capacidad de ventilar espontáneamente. Se puede realizar por vía oral o nasal, si bien la ruta nasal es más fácil a pesar del riesgo de hemorragia nasal. La técnica requiere un paciente cooperador y experiencia por parte del anestesiólogo. El procedimiento se puede llevar a cabo usando un fibrolaringoscopio flexible o mediante laringoscopia directa. El paciente se prepara con una explicación exhaustiva del procedimiento y la concientización de la necesidad de ser intubado despierto; se puede administrar una sedación ligera utilizando pequeñas dosis de midazolam IV titulado -0.015 a 0.020 mg/kg-, hasta cuando el paciente esté tranquilo pero que sea capaz de sostener una conversación y obedecer órdenes sencillas, conociendo el antecedente de estómago vacío. El uso de un narcótico, también titulado, proporciona además analgesia, suprime el reflejo de la tos y permite la manipulación de la vía aérea. 39 Figura 5 Intubación nasal despierto con fibrobroncoscopio Se debe administrar un anestésico tópico para la mucosa nasal y/o orofaríngea, que puede ser lidocaína en aerosol al 4% o una solución de cocaína al 5% si existe la disponibilidad. Se debe practicar un bloqueo regional de la rama interna del nervio laríngeo superior que da la inervación de las estructuras supraglóticas y la mucosa laríngea o la rama lingual del nervio glosofaríngeo (IX par craneal), si no está contraindicada la parálisis de las cuerdas vocales (estómago lleno). El bloqueo por vía externa del nervio laríngeo superior se realiza en el sitio donde el nervio perfora la membrana tirohioidea: se toma el hioides transversalmente entre el pulgar y el índice, se palpa la depresión entre el cuerno superior del cartílago tiroideo y el hioides; después de una aspiración negativa con la jeringa, se inyectan 3 ml de lidocaína al 2% bilateralmente, con una aguja Nº 23. Para el bloqueo interno de este mismo nervio, se colocan en la fosa piriforme gasas pequeñas empapadas con anestésico local y se dejan durante 3 a 5 minutos. Contraindicaciones: infección local, tumor y diátesis hemorrágica. Además de la anestesia tópica en las mucosas y el bloqueo regional, se debe administrar anestesia transtraqueal a través de la membrana cricotiroidea. 4.3.3 OBTURADOR ESOFÁGICO Es un tubo de 37 cm de longitud cerrado en su extremo distal, donde se encuentra un balón de alta capacidad, que, cuando está inflado, sirve para ocluir el esófago. En el extremo proximal está acoplado a una máscara transparente que permite la 40 visualización del posible material regurgitado y en el tercio proximal existen múltiples perforaciones que permiten la ventilación mediante los orificios ubicados al nivel de la faringe. Se introduce a ciegas hasta cuando la máscara se adapte a la cara del paciente; si el tubo entra por la tráquea no se observarán los movimientos del tórax se escucharán ruidos en el epigastrio; en ese caso se debe retirar inmediatamente e intentar ventilar al paciente con máscara facial antes de intentar reposicionar el obturador esofágico. 4.3.4. TUBO ESÓFAGO-TRAQUEAL (COMBITUBO) Es un tubo que se puede insertar a ciegas y usar para mantener la vía aérea en una situación de emergencia. Su diseño permite ventilar tanto si entra a la tráquea como si entra al esófago, logrando ventilar los pulmones en cualquiera de los dos casos. En esta forma, combina las funciones de sus precursores, el obturador esofágico y el tubo endotraqueal. El combitubo es un tubo de material plástico de doble lumen que tiene dos balones. Un lumen, llamado lumen faríngeo tiene un extremo distal ciego, con 8 orificios en su pared lateral en la porción que queda entre los dos balones, y un extremo proximal que tiene un conector de color azul. El otro lumen, llamado lumen traqueoesofágico tiene un extremo distal abierto y posee un conector de color blanco en su extremo proximal. El conector azul es además más largo que el conector blanco para facilitar su reconocimiento. El balón proximal o faríngeo sella la cavidad orofaríngea y el balón distal o traqueoesofágico sella la tráquea o el esófago, según el sitio donde se ubique una vez insertado. 4.3.5 INTUBACIÓN RETRÓGRADA La intubación retrógrada ha sido utilizada recientemente para vías aéreas traumatizadas o difíciles cuando las técnicas convencionales han fallado. Se debe realizar con anestesia local en paciente despierto para evitar la depresión ventilatoria ocasionada por los medicamentos anestésicos; también se ha descrito en paciente 41 anestesiado para cirugía electiva siempre que otro anestesiólogo se encargue de ventilar al paciente mediante con la máscara facial (Mehmood Durrani, Indirect Tracheal Intubation). La intubación retrógrada está contraindicada en pacientes que requieren intubación inmediata, en paciente no cooperador, en coagulopatías, en infección en el sitio de la punción, cuando hay imposibilidad de abrir la boca para sacar la guía, y en alteraciones anatómicas del cuello como tumores, bocio, cicatrices, bridas, hematomas y abscesos. 4.3.6 INTUBACIÓN CON ESTILETE LUMINOSO El estilete luminoso permite la intubación a ciegas por transiluminación con un tubo endotraqueal montado sobre el estilete. Cuando la guía penetra en la tráquea, se ve la luz brillante a través de la piel. Se necesita que el recinto esté oscuro. La técnica es más difícil en pacientes obesos. 4.3.7 MANEJO INVASIVO DE LA VÍA AÉREA 4.3.7.1 CRICOTIROIDOTOMÍA Consiste en la perforación de la membrana cricotiroidea con el fin de introducir algún dispositivo que permita la insuflación de oxígeno a los pulmones. Es un procedimiento de emergencia indicado solamente cuando no es posible la ventilación por otros medios menos invasivos. Hay dos formas de realizarlo: 42 4.3.7.1.1 CRICOTIROIDOTOMÍA PERCUTÁNEA La cricotiroidotomía es un procedimiento de emergencia y sólo debe realizarse cuando es imprescindible una mantener permeable una vía aérea, después de que hayan fracasado los intentos de intubación orotraqueal o nasotraqueal. Está contraindicada si es posible recurrir a otros medios para asegurar la permeabilidad de la vía aérea. No es una vía para ventilación prolongada, por tanto se debe reemplazar con la cricotiroidotomía quirúrgica una vez se haya logrado estabilizar al paciente. Indicaciones: Trauma facial severo, obstrucción orofaríngea (ej. ingestión de cáusticos, quemaduras por inhalación de humos, edema lingual o laríngeo, edema angioneurótico, cuerpos extraños, tumores o masas), lesiones penetrantes cervicales sangrantes en las regiones 1 y 2, e Intubación oral o nasal imposible. 43 Contraindicaciones: Niños menores de 10 años, trauma laríngeo, coagulopatías, tumor laríngeo o estenosis, estenosis subglótica, hematoma cervical expansivo en las regiones 2 y 3 y falta de entrenamiento en la técnica. 4.3.7.1.2 CRICOTIROIDOTOMÍA QUIRÚRGICA Con una hoja de bisturí N° 11 se amplía horizontalmente la incisión utilizada para la cricotiroidotomía percutánea, se expone la membrana cricotiroidea con una pinza hemostática y se introduce el dilatador del equipo de cricotiroidotomía (técnica de Seldinger) a través de ella. Si no se dispone del equipo especial se inserta un tubo endotraqueal N° 4.5 o 5.0 de diámetro interno hasta cuando haya pasado el manguito neumotaponador. Se verifica la ventilación en ambos pulmones. 4.3.7.2 TRAQUEOSTOMÍA Esta técnica, practicada en el paciente despierto bajo anestesia local, es la mejor solución cuando la intubación endotraqueal es imposible. Es una técnica rápida, excepto en los niños, en quienes se ha utilizado ketamina para facilitar esta opción. Consiste en una incisión en la cara anterior de la tráquea por debajo del nivel de las cuerdas vocales. Las indicaciones son: obstrucción respiratoria a nivel de orofaringe, laringe o traqueal alta secundaria a edema local (infección, alergia o reacción a tóxicos), traumatismos, tumores, malformaciones, disfunciones neurológicas o cuerpos extraños; intubación prolongada; retención de secreciones respiratorias con necesidad de aspiraciones frecuentes, reducción del espacio muerto en insuficiencia respiratoria crónica. 4.4 SITUACIONES ESPECIALES 4.4.1 INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL DE SECUENCIA RÁPIDA Existen varias circunstancias en las que es necesario practicar una intubación de emergencia: Imposibilidad para mantener una oxigenación y ventilación apropiadas por otros medios 44 Necesidad de proteger la vía aérea de la broncoaspiración Imposibilidad del paciente de manejar sus secreciones por patología neuromuscular Coma y ausencia de reflejos laríngeos (Escala de coma de Glasgow < 8) Estatus epiléptico que requiera la administración de medicamentos depresores respiratorios Necesidad de proteger la vía aérea en un lavado gástrico en paciente con alteración del estado de conciencia. La práctica de la intubación de secuencia rápida exige las siguientes condiciones: Estómago lleno. Intubación fácil; la intubación de secuencia rápida está contraindicada cuando se prevé una intubación difícil. Posibilidad de ventilar con respirador manual (Ambú) si la intubación falla. Disponibilidad de un equipo hábil para practicar un acceso quirúrgico de la vía aérea en caso de que la intubación falle y no haya sido posible ventilar con respirador manual SECUENCIA: Evaluación preanestésica, monitoreo de rutina, oxígeno al 100% durante 3 a 5 minutos. Se administran medicamentos opiáceos; el más común es fentanyl; en casos de alto riesgo o en crisis hipertensivas se pueden administrar 500 mcg/k IV de esmolol en bolo. Dosis de desfasciculación de un relajante muscular no despolarizante, a dosis de 1/10 de la dosis de relajación para prevenir las fasciculaciones inducidas por la succinilcolina, que pueden aumentar la presión intracraneana o la presión intraocular: vecuronio = 0.01 mg/kg, rocuronio = 0.06 - 0.1 mg/kg; d-tubocurarina = 0.07 mg/k. Sedación y relajación muscular - se administra un agente de inducción inmediatamente antes de la relajación muscular - Si el paciente no está deteriorado hemodinámicamente se pueden administrar etomidato, tiopental sódico o propofol; la 45 ketamina es especialmente útil en crisis asmáticas o hipotensión arterial. La sucinilcolina sigue siendo el relajante de elección en adultos en inducción de secuencia rápida; en niños se pueden utilizar rapacuronio o rocuronio porque la succinilcolina se asocia con bradicardia severa. Protección de la vía aérea - La presión cricoidea (Maniobra de Sellick) se debe utilizar de rutina desde el momento en que el paciente pierde la conciencia hasta el momento en que queda inflado el manguito neumotaponador con el fin de reducir el riesgo de broncoaspiración, así como, la posición de anti-Trendelemburg para la mesa quirúrgica; la presión cricoidea se debe realizar cuando el paciente está inconsciente y apnéico, lo que ocurre 20 a 30 segundos después de la administración rápida y en bolo del agente de inducción. Paso del tubo endotraqueal y confirmación de la correcta posición - El intubador debe esperar hasta que la relajación muscular de la mandíbula y la apnea hayan ocurrido (45 segundos después de la administración de la succinilcolina) y no debe ventilar con presión positiva. Si la intubación no es posible después de tres intentos, se considera la posibilidad de ventilar muy suavemente con máscara facial, especialmente cuando el paciente no pudo ser correctamente preoxigenado o cuando la saturación de oxígeno va descendiendo o ha llegado a 90%. - cada intento de intubación no debe tomar más de 20 - 30 segundos. Post-intubación: Se confirma la correcta posición del tubo mediante auscultación pulmonar y capnografía fijándolo firmemente con la mano a la altura de la comisura labial. Se fija en forma permanente con esparadrapo con la cabeza en posición neutra para evitar que el tubo de movilice hacia adentro o afuera de la tráquea en el momento de retirar la almohada. 4.4.2 VENTILACIÓN DE UN SOLO PULMÓN. La ventilación de un solo pulmón se puede llevar a cabo mediante (1) la Intubación del bronquio fuente ipsilateral con un tubo endotraqueal corriente, (2) el bloqueo de uno de los bronquios con un catéter de Fogarty y la colocación de un tubo normal, 46 (3) un tubo endotraqueal Univent, que tiene un bloqueador bronquial y (4) el tubo endotraqueal de doble luz (técnica preferida). Indicaciones para la ventilación de un solo pulmón: Absolutas: Aislamiento de cada pulmón para prevenir la contaminación del pulmón sano Infección (absceso, quiste infectado). Hemorragia masiva. Dirección de la ventilación hacia un solo pulmón. Fístula broncopleural. Fístula bronco-pleuro-cutánea. Quiste o bula unilateral. Solución de continuidad bronquial. Lavado bronquial unilateral Relativas: Exposición quirúrgica - alta prioridad. Aneurisma de la aorta torácica. Neumonectomía Lobectomía superior Exposición quirúrgica - baja prioridad Cirugía de esófago Lobectomía media o inferior Toracoscopia bajo anestesia general El diámetro interno en milímetros (mm) se puede traducir a "french catheter gauge": 4 x mm diámetro interno + 2. En mujeres se puede utilizar el 35F y 37F, y en hombres el 39F y el 41 French. El tubo más pequeño disponible es 26 F. La ventilación de un solo pulmón se relaciona casi siempre con la posición lateral. Esta posición, sin tener en cuenta los efectos de la ventilación de un solo pulmón, ocasiona la redistribución de la ventilación y el flujo sanguíneo pulmonares. El pulmón no dependiente recibe el 40% del flujo sanguíneo, mientras que el pulmón dependiente recibe el 60 %. Cuando se inicia la ventilación de un solo pulmón, se modifica la proporción del flujo sanguíneo a 22.5% al pulmón no dependiente y el 47 77.5% al pulmón dependiente. Por otra parte, la ventilación se dirige principalmente hacia el pulmón no dependiente. El cortocircuito intrapulmonar (Qs/Qt) total en la posición lateral durante la ventilación de un solo pulmón es el 27.5%. Es de esperar una PaO2 de 150 mm Hg con 100% O2 con este shunt (a nivel del mar). Durante el aislamiento de un pulmón las prácticas se deben orientar más a la optimización de la oxigenación, que la remoción del CO2. El volumen corriente durante la ventilación de un solo pulmón debe ser igual (10-12 ml/kg) que el que se calcula para la ventilación de ambos campos pulmonares. La frecuencia ventilatoria se ajusta para mantener una PaCO2 de cerca de 35 mmHg (a nivel del mar). La fiO2 debe ser del 1. Si la oxigenación no es adecuada, se debe administrar CPAP (5-10 cm H20) en el pulmón no dependiente. El PEEP en el pulmón dependiente no es muy útil porque aumenta la resistencia vascular pulmonar y por tanto, el flujo sanguíneo se desvía hacia el pulmón no dependiente aumentando así el Qs/Qt. El PEEP puede ser útil si se calcula para recuperar la capacidad residual funcional (CRF) del pulmón dependiente. Otros métodos para mejorar la oxigenación son la ventilación intermitente de los dos campos pulmonares y, en casos extremos, el pinzamiento de la arteria pulmonar del pulmón no dependiente. Es conveniente revisar la ubicación del tubo después de cada cambio de posición del paciente, lo mismo que al extender o flexionar la cabeza. El tubo de doble luz derecho se debe posicionar con fibrobroncoscopio. En el izquierdo la posición broncoscópica es opcional. Las complicaciones del tubo de doble luz pueden ser: posición incorrecta, laceraciones traqueales o bronquiales, herniación del manguito neumotaponador hacia la tráquea, ruptura traqueal o bronquial. Contraindicación absoluta: lesión de la vía aérea Contraindicaciones relativas: intubación difícil (en estos casos se puede introducir en la glotis un intercambiador de tubos y deslizar el tubo de doble luz sobre él), y pacientes que no toleran el periodo de apnea que supone la intubación con el tubo de doble luz. En los niños, la ventilación de un solo pulmón se lleva a cabo en dos formas posibles: avanzando un tubo endotraqueal hasta el bronquio fuente del lado opuesto 48 al que se va a intervenir o ubicando un bloqueador en el bronquio fuente del lado que se va a operar. La técnica para la colocación del bloqueador bronquial se puede realizar a través del tubo endotraqueal utilizando un broncoscopio de fibra óptica. El bloqueador puede ser un catéter de Fogarty. También se puede utilizar un tubo "Univent", específicamente diseñado para el propósito. 4.4.3 INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL EN LESIONES DE LA COLUMNA CERVICAL Se debe proceder a: Intubación difícil reconocida Intubación fácil reconocida En paciente despierto Paciente no colabora Anestesia general Intubación orotraqueal con Intubación con tracción axial tracción axial Intubación nasal a ciegas Estilete luminoso Aplicar el resto del Intubación retrógrada algoritmo de ASA Intubación con fibrobroncoscopio para intubación difícil 4.5 EXTUBACIÓN La extubación se debe realizar cuando el paciente tenga buen tono muscular, esté ventilando espontáneamente, los reflejos laríngeos estén presentes, tenga un volumen corriente aceptable y la presión de CO2 al final de la espiración sea normal. La seguridad en la extubación se fundamenta en la evaluación de signos clínicos para evaluación del tono muscular que incluyen movimientos diafragmáticos y ventilación espontánea, deglución, reflejos de protección de la vía aérea, así como, la evaluación con estimulador de nervio periférico para observar estado de relajación muscular residual. Si la intubación ha sido difícil, la extubación debe ser muy cuidadosa porque existe la posibilidad de que se requiera reintubación. El paciente siempre debe estar completamente despierto, colaborador y ser capaz de mantener la ventilación espontánea. Si hay alguna duda, la mejor forma de llevar a cabo la extubación es insertando una guía o intercambiador de tubos dentro del tubo 49 endotraqueal y extraer el tubo a través de ella, de modo que si se requiere reintubar el tubo pueda ser introducido con facilidad. CONCLUSIONES Definitivamente la vía aérea difícil es una entidad que se presenta frecuentemente en la práctica diaria del médico. Es primordial que el profesional encargado de la intubación valore correcta y exhaustivamente la vía aérea del paciente para que pueda indicar las medidas preventivas y resolver adecuadamente las dificultades que se presenten y con ello contribuir a mejorar, mantener e incluso incrementar la seguridad del paciente. En muchos casos no es posible realizar una exploración detallada de los distintos predictores de vía aérea difícil. Sin embargo, su evaluación, cuando se puede realizar, puede resultar útil y poner sobre aviso de la posible aparición de dificultades y complicaciones. Nuestra opinión es favorable a realizar siempre que sea posible 50 una evaluación sistemática de la vía aérea antes de proceder a la intubación, con parámetros fácilmente obtenibles y utilizando técnicas estandarizadas; se trata de un mecanismo de seguridad que puede reducir la aparición de errores e improvisaciones y solo puede resultar en beneficio de los pacientes. Sin embargo, su utilidad debe ser evaluada en estudios prospectivos. La vía aérea difícil se ha documentado desde diferentes perspectivas a lo largo del tiempo, es por este motivo que con la revisión continua por diferentes asociaciones internacionales se ha llegado a un consenso sobre la dinámica del manejo de esta entidad; la tecnología también ha alcanzado a la vía aérea difícil ya que con el desarrollo de diferentes instrumentos la solución de ésta es una realidad con mejores resultados y la disminución significativa de la morbimortalidad asociada. Los grupos de trabajo que se enfrentan a la intubación en su práctica diaria (ya sea en pabellones, servicios de urgencia, intensivo y unidades de atención intermedia) deben estar bien implementados con todo el material necesario para el manejo de una vía aérea dificultosa y deben estar entrenados en el uso de los aparatos seleccionados, para así aumentar su eficacia en situaciones de apremio. 51 ANEXOS UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA COMUNIDAD EDUCATIVA AL SERVICIO DEL PUEBLO UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA, ENFERMERÍA Y CIENCIAS DE LA SALUD FACULTAD DE MEDICINA DISEÑO DE MONOGRAFÍA I. DATOS INFORMATIVOS 1) TEMA: 52 PREDICTORES DE UNA VIA AEREA DIFICIL 2) DIRECTOR: Dr. Fabián Palacios 3) INVESTIGADOR: Sr. Juan Andrés Herrera V. 4) MÉTODO: Método Mixto (inductivo-deductivo) 5) TÉCNICA: Técnica bibliográfica 6) FUNDAMENTOS LEGALES Luego de haber cumplido los requerimientos legales que la Facultad exige como es el de haber aprobado los cinco años de estudio, el externado, el año de internado rotativo y el curso de graduación, tal como establece el reglamento estoy apto para presentar el diseño de monografía cuyo tema es “PREDICTORES DE UNA VIA AEREA DIFICIL” el mismo que será aprobado por el Honorable Consejo Directivo, previa obtención del Título de Médico. II. JUSTIFICACIÓN En la actualidad a pesar de los grandes avances científicos y tecnológicos en el manejo de la vía aérea, ésta continúa siendo uno de los principales retos a vencer. La vía aérea es un tema relevante no sólo para algunos sino para todo el personal médico y paramédico, ya que existen muchos pacientes que mueren en las salas de urgencias, terapias intensivas, medicina interna; porque en el momento en que se requiere intubar no se logra y muere el paciente, ponen como causa de muerte el padecimiento de origen y no la mala o nula ventilación, la hipoxia e hipercapnia y la falta de un adecuado abordaje de la vía aérea. Por lo que es necesario adiestrar al personal médico 53 y paramédico, motivo por el cual es trascendental, en donde se darán a conocer los nuevos procedimientos y dispositivos para el adecuado manejo de la vía aérea difícil. El manejo de vía aérea se sustenta en el hecho de que existen precursores que instauran clasificaciones para predecir la existencia de una vía aérea difícil, así como alteraciones propiamente anatómicas y de patología que posee cada paciente en particular sobre las cuales abordamos de manera especial en el presente trabajo, ya que al tener en cuenta éstas clasificaciones o parámetros a seguir se puede abordar adecuadamente la vía aérea y un adecuado manejo integral. III. OBJETIVOS Objetivo general: El propósito de este trabajo monográfico es determinar los signos predictores de intubación difícil y la capacidad de predecir una vía aérea dificultosa mediante la evaluación clínica de la vía aérea y así garantizar una ventilación y oxigenación adecuada. Objetivos específicos: CAPÍTULO I CONCEPTOS GENERALES Establecer diferencias entre los criterios que se manejaran, así como la frecuencia con la que se tratan problemas de una vía aérea difícil, mediante fuentes bibliográficas, para así facilitar la comprensión del material. CAPÍTULO II ANATOMÍA DE LA VÍA AÉREA 54 Conocer la anatomía normal de la vía aérea mediante revisión bibliográfica y representaciones graficas, para así reconocer a tiempo las diferencias patológicas y no patológicas que nos ayudaran a determinar una vía aérea difícil. CAPÍTULO III VALORACIÓN Y PREDICCIÓN DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL Determinar los signos predictores de intubación que realmente nos ayudan a descubrir a aquellos pacientes que tendrán una intubación difícil o fácil, mediante una revisión bibliográfica de todos y cada uno de los diferentes métodos de valoración y así poder estar prevenidos en los casos difíciles. CAPÍTULO IV MANEJO DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL Conocer los principales algoritmos que se emplean actualmente para el manejo de la vía aérea difícil, mediante recopilación bibliográfica, para así reducir la incidencia de complicaciones graves a través de la entrega de procedimientos claros y preestablecidos. IV. RECURSOS 1. INSTITUCIONALES Biblioteca Universitaria Biblioteca Personal 2. HUMANOS Catedrático de la Facultad de Medicina: Dr. Fabián Palacios. 3. MATERIALES Materiales de escritorio Equipo de cómputo Material bibliográfico 55 4. ECONÓMICOS Autofinanciamiento 5. ESTRUCTURA INTRODUCCIÓN Se redactara al final del trabajo monográfico. CONTENIDO CAPÍTULO I CONCEPTOS GENERALES 1.2 Definiciones 1.1.1 Vía aérea difícil 1.1.2 Ventilación difícil 1.1.3 Laringoscopia difícil 1.1.4 Intubación difícil 1.1.5 Intubación Fallida 56 1.2 Incidencia de la vía aérea difícil 1.3 Etiología de la vía aérea difícil 1.4 factores de riesgo de la vía aérea difícil 1.5 Evaluación de la vía aérea difícil CAPÍTULO II RECUERDO ANATOMO-FISIOLOGICO DE LA VÍA AÉREA 2.1 Anatomía dinámica de la vía aérea 2.1.1 Árbol Bronquial 2.1.2 Mucosa Bronquial 2.1.3 Alveolos 2.1.4 Arteria y Venas 2.1.5 Linfáticos 2.1.6 Control Nervioso (Involuntario y voluntario) 2.1.7 Pleura 2.1.8 Caja Torácica CAPÍTULO III VALORACIÓN Y PREDICCIÓN DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL 3.1 Evaluación preanestesica 3.1.1 Historia Clínica 3.1.2 Signos clínicos de dificultad ventilatoria 3.1.3 Signos clínicos predictivos de dificultad en la intubación 3.2 Predicción de la vía aérea difícil 3.2.1 Factores anatómicos de la vía aérea difícil 57 3.2.1.1.- Clase orofaríngea de Mallampati-Samsoon 3.2.1.2.- Apertura oral 3.2.1.3.- Longitud del espacio mandibular anterior 3.2.1.4.- Extensión atlanto-occipital 3.2.1.5.- Subluxación mandibular 3.2.1.6.- Retrognatia 3.2.1.7.- Longitud y grosor del cuello 3.2.1.8.- Dentición 3.2.1.9.- Hábito corporal 3.2.1.10.-Laringe anterior e inclinada 3.2.1.11.- Morfología del paladar 3.2.2 Causas patológicas de vía aérea difícil 3.2.2.1.- Patologías que asocian una vía aérea difícil 3.2.2.2.- Cirugía de la región cervical 3.2.2.3.- Lesiones nerviosas 3.2.2.4.- Laringoespasmo CAPÍTULO IV MANEJO DE LA VÍA AÉREA DIFÍCIL 4.1 Preparación básica 4.2 Estrategias para la intubación 4.3 Alternativas para la vía aérea difícil 4.3.1. Máscara Laríngea (ML) 4.3.2 Intubación con paciente despierto 4.3.3 Obturador Esofágico 4.3.4. Tubo esófago-traqueal (combitubo) 4.3.5 Intubación Retrógrada 4.3.6 Intubación con Estilete Luminoso 4.3.7 Manejo invasivo de la vía aérea 4.3.7.1 Cricotiroidotomía 4.3.7.1.1 Cricotiroidotomía Percutánea 58 4.3.7.1.2 Cricotiroidotomía Quirúrgica 4.3.7.2 Traqueotomía 4.4 Situaciones especiales de la vía aérea difícil 4.4.1 Intubación Endotraqueal de Secuencia Rápida 4.4.2 Ventilación de un Solo Pulmón 4.4.3 Intubación Endotraqueal en Lesiones de la Columna Cervical 4.5 Extubación. CONCLUSIONES Se redactara al final de la respectiva investigación. CAPÍTULO I HOJA DE EVALUACION DE VIA AEREA 59 60 61 CAPÍTULO II EJES ANATOMICOS 62 CAPÍTULO III 63 64 Figura. Escala de Mallampati modificada. Se deben recordar algunos aspectos esenciales en esta evaluación: debe realizarse en posición sentada, SIN fonación por parte del paciente, con la lengua afuera y la cabeza en posición neutra. Sin embargo, la escala Extendida de Mallampati permite la hiperextensión del cuello y la fonación, con lo cual algunos estudios recientes reportan aumento de la sensibilidad de la prueba. Figura 1. Escala de Visión Laringoscópica según Cormack-Lehane. La dificultad para intubación está relacionada con las escalas III o IV. 65 ESCALA DE PROTUSIÓN DE INCISIVOS (TEST DE MORDIDA) 66 ESCALA PARA VALORAR MOVILIDAD CERVICAL (EN BASE A 35º) ESCALA DE EL GANZOURI 67 CAPÍTULO IV Figura 5.- El algoritmo de la ASA incluye la LMA como un paso después de no poder ventilar con máscara facial. Si no se logra ventilar al paciente adecuadamente con un DE se considera que la vía aérea es EMERGENTE y requerirá alternativas rápidas de intubación o una vía aérea invasiva. 68 PLAN GENERAL DE MANEJO VAD Establezca si hay riesgo de VAD (Predictores) Laringoscopia difícil Laringoscopia Fácil Defina ¿Ventilación difícil con máscara facial? NO Anestesia General SI ¿Contraindicaciones de un supraglótico? Intubación Despierto Si NO ¿Acceso difícil a una vía aérea quirúrgica? Si NO Considere Anestesia General 69 Información al paciente del procedimiento a llevarse a cabo. Sedación-analgesia-ansiolísis. Anestesia tópica de la vía aérea. Bloqueos nerviosos. Utilización de vasoconstrictores y drogas anticolinérgicas. Vía Aérea Difícil No Prevista Paciente bajo Anestesia General Ventilación Difícil con Máscara Facial SI NO Optimizar Ventilación: 1. Uso de cánulas. 2. Posición. 3. ¿Relajantes musculares? Laringoscopia Difícil Uso de bujías elásticas ¿Persiste ventilación difícil? SI Laringoscopia Se logra intubar No se logra intubar Considerar Utilice Dispositivo Supraglótico Se logra ventilar No se logra intubar Se logra intubar Dispositivos de Intubación Estiletes luminosos ILMA Fibra óptica Laringoscopios ópticos No se logra ventilación Acceso quirúrgico de la vía aérea No se logra intubar Considere continuar o suspender la cirugía 70 Dispositivos Supraglóticos Se logra ventilar No se logr Ventilar Algunos sistemas comerciales para Cricotirotomía por punción 71 72