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Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional
Y. Causa N° 105/09.- M., M. y otros -pretenso querellante. Sala IV 27/124 (32.621/2008)
///nos Aires, 31 de marzo de 2009.
AUTOS Y VISTOS:
Corresponde a los suscriptos intervenir en la presente causa en
razón del recurso de apelación interpuesto por el pretenso querellante, F. A. G.
D. M., en representación de la “Asociación de Consumidores de Servicios de
Higiene y Alimentarios Asociación Civil”, contra el auto de fs. 2/ vta. del
presente incidente (y fs. 448/vta. del principal) en cuanto no hizo lugar a la
solicitud de ser tenido por parte.
Al celebrarse la audiencia prevista en el artículo 454, CPPN, el
letrado patrocinante del recurrente expuso sobre los motivos de agravio,
desarrollando los introducidos en su recurso de apelación.
Finalizada la exposición, el Tribunal deliberó en los términos
establecidos en el artículo 455 del mismo cuerpo legal.
Y CONSIDERANDO:
El tribunal entiende que los argumentos expuestos por el recurrente
no logran conmover la decisión adoptada por el Sr. juez de grado. El art. 82,
CPPN, exige, para otorgar la calidad de parte en el proceso penal, que se trate
del “particular ofendido”, extremo que no se da en el caso de autos. Aun cuando
la asociación a la cual representa D. M. tenga por objeto la defensa de los
derechos del consumidor, esa circunstancia, como pretende el impugnante, no lo
inviste por sí misma de la calidad requerida por el código de forma pues la
persona jurídica no resultaría, al menos en este caso, directamente afectada por
el hecho investigado.
En esta línea, la Cámara Nacional de Casación Penal sostuvo que
“Para asumir el rol de parte querellante en causa penal es menester que quien
lo pretenda se halla visto afectado directamente por el hecho original y que
se trate del titular del bien jurídicamente protegido por el delito presuntamente
cometido. El que sólo cuenta con el carácter de damnificado por el daño que el
eventual ilícito penal atribuido acarrea no podrá constituirse, a la luz de lo
previsto por el art. 82 del Código Procesal Penal de la Nación, en querellante y
ello por no tratarse del particular ofendido. Esa debe ser la interpretación de la
disposición aludida, y quien no reúna tal condición deberá tener vedado su
acceso al proceso penal como acusador particular…” (Sala II, causa N° 2145,
reg. 2690, “Travagli, Nelson Rubén s/ recurso de casación”, rta. 14/07/99).
La doctrina, conteste con este criterio, señala que corresponde
distinguir “entre lesión -u ofensa- y daño -o perjuicio- causado por el delito. La
primera será la razón de ser del proceso penal, mientras que el segundo
solamente podrá ser introducido en este proceso mediante el ejercicio de la
acción civil” (Navarro, Guillermo Rafael -Daray, Roberto Raúl, Código Procesal
Penal de la Nación. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 1, Hammurabi, 2° ed.,
Buenos Aires, 2006, comentario al artículo 82, p. 272 y ss.).
Agregan los autores, con fundamento en lo estipulado por el art.
1079, CC, que “puede concluirse que el derecho de querellarse (legitimidad)
nace de la lesión a un bien jurídicamente protegido y sólo corresponde a su
titular, no a quien haya sufrido perjuicio, sin ser titular del derecho”, en el caso
traído a estudio no se presentan algunas de las situaciones de excepción.
El impugnante sostuvo que no existía ninguna norma que limitara
las facultades conferidas por el art. 52 de la ley 24.240 y, por tanto, no podría
negársele la facultad de investirse como acusadora particular a su asociación.
Queda en claro que, tal como ocurrió en el presente caso, puede
efectuar las denuncias que considere pertinentes para proteger los derechos que
estima afectados, pero al no ser particular ofendida, no puede aspirar a revestir
la calidad de parte en el proceso penal, condición que exige requisitos mayores
que los de mero denunciante.
Entendemos que el art. 82, CPPN, establece una condición
infranqueable para poder asumir el rol de querellante, extremo que, por lo
demás, no colisiona con lo establecido por la citada ley pues de ningún modo
obsta a que pueda llevar adelante las acciones judiciales previstas en la
legislación sino, específicamente, la facultad de perseguir penalmente a los
imputados cuando no resultare, eventualmente, lesionada en algún bien jurídico
sino solamente, damnificada.
Dicha conclusión, además, es la que permite interpretar
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Y. Causa N° 105/09.- M., M. y otros -pretenso querellante. Sala IV 27/124 (32.621/2008)
armónicamente las disposiciones en juego pues “las leyes deben interpretarse
siempre evitando darles un sentido que ponga en pugna sus disposiciones,
destruyendo las unas por las otras, y adoptando como verdadero el que las
concilie y deje a todos con valor y efecto” (CSJN, Fallos, 310:195, 310:1715,
entre muchos otros).
Resta mencionar que “en el concepto de ‘particularmente ofendido’
por el delito no pueden considerarse incluidas, como se pretende respecto de los
interese difusos…a las asociaciones con personería jurídica cuyo objeto se
vincule a la protección de aquéllos. La no discriminación, el cuidado del medio
ambiente, la protección de los consumidores, etcétera, debe entenderse que son
bienes que afectan a la sociedad en general, por lo que la rigidez del precepto
en comentario… no tolera, salvo por interpretación extensiva, forzada por
cierto…que cualquier miembro de la comunidad, o las asociaciones que los
agrupen puedan (con fundamento, en oportunidades se ha dicho, en el art. 43 de
la CN) detentar en tales hipótesis la calidad de querellante…” (op. cit, p. 273).
Resulta aplicable, mutatis mutandi, lo dicho por esta Sala con
anterioridad cuando se sostuvo que “en los delitos de orden público que afecten
derechos difusos o de incidencia colectiva, si bien cada habitante está
habilitado a efectuar denuncias para que se investiguen hechos de tales
connotaciones…no puede constituirse en querellante, por no resultar particular
ofendido” (in re, causa N° 34.202, “Estudio & Academia Newbery Abogados y
detectives y otros s/usurpación”, rta. 9/05/08).
En consecuencia, como surge de las consideraciones precedentes, el
Tribunal RESUELVE:
Confirmar el auto de fs. 2/vta. del presente incidente (y fs. 448/vta.
del principal) en cuanto fuera materia de recurso (art. 82, a contrario sensu,
CPPN).
Devuélvase al juzgado de origen donde deberán efectuarse las
notificaciones de estilo y sirva lo proveído de muy atenta nota de envío.
Se deja constancia de que el Dr. Julio Marcelo Lucini integra este
Tribunal en virtud de lo resuelto por la Presidencia de esta Cámara el 17 de abril
de 2008 y que el Dr. Alberto Seijas no firma la presente por hallarse excusado.
CARLOS ALBERTO GONZÁLEZ
Ante mí:
YAEL BLOJ
Secretaria de Cámara
JULIO MARCELO LUCINI
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