el debate cualitativo/cuantitativo en la investigacion

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PAIDEIA 18, 1993
Concepción (Chile)
EL DEBATE CUALITATIVO/CUANTITATIVO EN LA
INVESTIGACION
SOCIAL COMPARATIVA
José M. Merino Escobar
Universidad de Concepción
INTRODUCCION
La controversia entre las orientaciones cualitativas y cuantitativas en la investigación social
es una larga polémica, cuyas raíces se pueden encontrar en el debate metodológico entre
positivistas y neoidealistas, acontecido en la academia europea a fines del siglo XIX.
Cada facción de la controversia adoptó una posición distinta acerca de las relaciones del
investigador con la materia-objeto, acerca de las relaciones entre hechos y valores y en términos de
los propósitos de la investigación. En la perspectiva cuantitativa, el investigador permanece
separado de la materia - objeto, los hechos deben ser observados aparte de los valores, y la
investigación debería conducir al descubrimiento de regularidades que faciliten el pronóstico. En la
perspectiva interpretativa, el investigador participa en la conformación de la realidad y no
permanece independiente de aquello que se investiga. Los hechos y los valores están entrelazados y
la meta de la investigación es la comprensión del significado que las personas dan a sus vidas
(Smith, 1983).
La existencia de estas dos grandes e igualmente legítimas tradiciones metodológicas, con
diferentes perspectivas, enfoques, supuestos, técnicas y recursos de investigación, ha caracterizado
a la investigación social desde sus inicios. En ese sentido, muchos describen estas tradiciones como
verdaderos paradigmas diferentes al interior de la investigación social (Guba y Lincoln, 1988;
Patton 1978, Louis, 1982). Desde ese ángulo, ellos expresan que los enfoques cualitativos y
cuantitativos son dos epistemologías diferentes con visiones prácticamente incompatibles respecto
de la investigación social (Smith y Heshusius, 1986, Guba y Lincoln, 1988).
En este contexto, cada una de estas tradiciones metodológicas ha dirigido alternadamente la
investigación social por largos períodos. Desde el siglo XIX y hasta fines de la Segunda Guerra
Mundial, la metodología en la ciencia social fue predominantemente cualitativa (Sieber, 1973).
Después de este período, la investigación social ha estado dominada por el enfoque cuantitativo.
Este enfoque ha tenido tal influencia que ha sido prácticamente el único enseñado en las
instituciones académicas (Borgatta y Bohmstedt, 1988).
En este ensayo serán examinadas las principales características de este debate, en el marco
de la investigación social comparativa. Los aspectos esenciales del debate cualitativo/cuantitativo
en la ciencia social son visibles claramente en el enfoque comparado. En contraste con otras
subdisciplinas, este campo tiene una dilatada tradición de gestión cualitativa que es más fuerte y
más rica que su antagonista cuantitativa. Esta tradición no sólo es cualitativa sino que también
tiende a estar orientada hacia los casos (en oposición a una orientación hacia las variables) y a ser
fundamentalmente histórica (en oposición a lo abstractamente causal). Por este motivo, la brecha
entre las dos mayores estrategias de investigación es más concluyente y profunda en la ciencia
social comparativa que en la mayoría de las otras subdisciplinas.
Nuestro trabajo se concentrará esencialmente en la estrategia metodológica comparativa
desarrollada por Charles C. Ragin, durante los últimos cinco años de la década del ochenta (1987,
1989). Hemos seleccionado la investigación social comparativa de Ragin, por varias razones.
Primero, este autor considera la oposición cualitativa versus cuantitativa un problema
metodológico en la investigación social, lo que sería un claro obstáculo para el desarrollo
equilibrado de la disciplina. Segundo, en términos de construcción de la teoría social, percibe
ambos enfoques con el mismo valor global. Tercero, Ragin se considera originalmente un sociólogo
con orientación predominantemente cuantitativa que como resultado de una vida dedicada a la
investigación ha llegado a reconocer que en la ciencia social la propuesta orientada hacia los casos,
esto es, el conocimiento históricamente fundado y la perspectiva cualitativa tienen particulares
ventajas sobre un punto de vista exclusivamente cuantitativo. Cuarto, en los últimos cinco años,
Ragin ha realizado un gran esfuerzo para diseñar una estrategia comparativa en la investigación
social, que está basada sustancialmente en un enfoque de métodos múltiples o integrativos.
En resumen, en este breve trabajo pretendemos mostrar el valor de la estrategia
metodológica de Ragin, en la perspectiva del debate actual entre los enfoques cualitativo y
cuantitativo que ocurre actualmente en el área de la investigación social. Ciertamente, la visión de
Ragin es uno de los más recientes enfoques metodológicos en la investigación social comparativa.
Esto otorga a su perspectiva el valor de la innovación, aun cuando esto mismo haga provisorias sus
conclusiones.
ESTRATEGIAS TEORICAS Y METODOLOGICAS EN LA
INVESTIGACION SOCIAL COMPARATIVA
Charles C. Ragin y David Zaret (1983) examinaron los estudios comparativos contemporáneos y
trazaron líneas de filiación entre ellos. Descubrieron que había por lo menos dos formas de abordar
los fundamentos teóricos provenientes de la ciencia social, dos modos de probar sus argumentos
generales: uno empíricamente extensivo, el otro empíricamente intensivo. Si bien ambos son
compatibles con los propósitos de explicación y generalización en el análisis sociológico, estos
métodos enfatizan diferentes tipos de explicación y generalización y dan lugar a estudios que se
orientan fundamentalmente a las variables (variable-based studies) y a estudios que, por otra parte,
están esencialmente dirigidos a los casos (case-based studies).
De acuerdo con Ragin (1983), ambas estrategias de investigación tienen largas historias que
están emparentadas con las perspectivas comparativas y los supuestos específicos de Durkheim y
Weber. La primera estrategia tiene raíces intelectuales derivadas desde Durkheim y Comte.
Recientemente ha recibido un fuerte impulso proveniente de la corriente metodológica
predominante en ciencia social: los métodos cuantitativos. Esta estrategia, en términos generales,
no está interesada en una explicación de los fenómenos históricamente definidos, tales como las
revoluciones modernizantes o las rebeliones campesinas. Está relacionada con la formulación de
generalizaciones extensas acerca de las sociedades y otras organizaciones sociales de gran
magnitud. Esta tradición está interesada en las variables y sus relaciones. Su meta primaria es
someter aprueba hipótesis abstractas derivadas de teorías generales, hipótesis referidas a relaciones
entre características de unidades sociales, tales como las sociedades, características que a su vez
son concebidas como variables (Ragin, 1987).
La segunda estrategia ha sido establecida por científicos sociales orientados
comparativamente al estudio de casos, también conocido como método comparativo (Ver Smelser,
1973), métodos histórico-cualitativos (Ragin y Zaret, 1983), métodos de ilustración comparativa
sistemática (Smelser, 1976) y métodos lógicos (Skoepol y Somers, 1980), solamente por nombrar
algunas de las muchas etiquetas que le han sido aplicadas. Los investigadores que usan esta
estrategia trabajan sólo con conjuntos de casos pequeños y teóricamente definidos y los comparan
unos con otros como totalidades, para obtener modestas generalizaciones, usualmente en torno a
orígenes y resultados históricos concernientes a clases de fenómenos relativamente escasos.
Algunos han postulado que esta posición sigue los pasos de Weber y más generalmente de la
historiografía alemana y que es básicamente una visión interpretativa. Aunque hay parte de verdad
en el reclamo de que la tradición es weberiana, esta estrategia no es, por regla general, tan sólo
interpretativa sino también es un instrumento analítico-causal (Ragin, 1987).
En las páginas siguientes observaremos con más detalle ambas estrategias, tanto en términos
de sus supuestos teóricos centrales como en términos de sus supuestos metodológicos específicos.
Esperamos demostrar que ambos enfoques tienen ventajas y desventajas singulares, en
consecuencia que estas estrategias no son ni congruentes ni convergentes; sin embargo, ellas
pueden combinarse de un modo complementario para obtener provecho de las específicas
potencialidades de cada una. Las estrategias múltiples o las perspectivas multimétodos demuestran
ser, además, en la investigación comparativa, el tipo de estudios que dominará en las siguientes
décadas.
A. ENFOQUE COMPARADO EXTENSIVO 0 ESTUDIOS
ORIENTADOS HACIA LAS VARIABLES
Enfoque comparado extensivo o estudios orientados hacia las variables, son las
denominaciones actuales de la estrategia comparativa que surgió de los trabajos de Durkheim y que
corresponden al aspecto cuantitativo del debate comentado.
Esta estrategia comparativa comienza con la idea de especies sociales. Existen especies-de
sociedades que pueden ser clasificadas objetivamente, sin ayuda de influencias teóricas, porque sus
atributos son empíricamente evidentes. Durkheim asevera, en las Reglas del Método Sociológico
(p. 88), que las especies son más permanentes que las meras "fases históricas": "Una especie se
define a sí misma por un mayor número de características invariables" (p. 88), que aquéllas de
sistemas económicos distintos. Las especies son, por lo tanto, tipos de sociedades cuyos atributos
son sumamente permanentes en el tiempo. Para justificar esta postura, Durkheim utiliza analogías
biológicas. Las especies de sociedades existen "por la misma razón que hay especies biológicas" (p.
87).
Desde este debate se pueden formular varios presupuestos modernos: que las especies sean
objetivamente distintas y finitas presupone que sus relaciones internas están determinadas por la
forma de agregarse, esto es que sus atributos surgen de la combinación de sus partes componentes.
Este supuesto está basado en el concepto de emergencia jerárquica. Esta doctrina (que Durkheim
deduce de Comte) conduce hacia la moderna teoría de sistemas (Ragin y Zaret, 1983).
Los supuestos de Durkheim acerca de las propiedades emergentes, el holismo y las
clasificaciones, lo llevaron a atribuir gran importancia a las causas que existen al interior de los
objetos de análisis, a las causas permanentes. Esto es decisivo para su estrategia comparativa
porque implica que "la condición determinante de un fenómeno social es... el propio hecho de la
asociación" (pp. 112-113). Durkheim denomina este hecho de la asociación como "medio social",
"ambiente interno" o 11 constitución interna" de la sociedad. La eficacia causa¡ del "social milieu"
es la condición indispensable de los presupuesto teóricos de Durkheim acerca de la investigación
social. El supuesto de que las causas permanentes son las más significativas teóricamente tiene
implicancias metodológicas claras para la investigación comparativa. Debido a que son
permanentes, son atributos de la unidad. Como atributos no pueden ser separadas con propósitos
experimentales. La propiedad es permanente, y los diseños experimentales puros realmente no
pueden ser utilizados en su análisis. Para superar este problema, Durkheim recomienda el estudio
de la variación concomitante como un "experimento indirecto" (p. 125). Para Durkheim la
concomitancia es evidencia de una causa permanente. Estos supuestos teóricos acerca de sistemas
y causas orientan la estrategia comparativa de Durkheim. Esta estrategia trata de descubrir las
causas permanentes, concebidas como atributos de las unidades, por el método de variación
concomitante.
Las aplicaciones actuales de los métodos estadísticos a los datos intersocietales siguen la
estrategia comparativa de Durkheim. Podemos identificar, en las estrategias de comparación
estadística actuales, los presupuestos durkheimianos acerca de la emergencia, las clasificaciones y
las causas permanentes, con respecto a: (1) la concepción sistémica de las unidades, (2) las causas
permanentes, (3) la variación concomitante como una lógica de análisis, y (4) las proposiciones
funcionales acerca de patrones de relaciones entre variables abstractas, como la forma adecuada de
explicación (Ragin y Zaret, 1983).
En este respecto, se debería establecer que:
1) El individuo, el grupo, la sociedad y las redes intersociales han sido las unidades de análisis
más usuales en el análisis estadístico de datos comparativos. Hay una notable similitud entre
la clasificación de Durkheim de las sociedades como especies y el status de las unidades en las
modernas estrategias estadísticas de comparación: ambas las consideran sistemas discretos
que pueden ser categorizados, al interior de poblaciones de observaciones comparables (Ragin
y Zaret, 1983).
2) El supuesto de que las unidades son sistemas discretos conduce directamente a un interés por
las causas permanentes. Recordemos el argumento de Durkheim en cuanto a que las causas
sociales emanan del ambiente interno de la sociedad. Esto significa que esas causas son
atributos de las unidades. Smelser, Hopkins y Wallerstein, entre otros autores, pueden ser
citados arguyendo que las causas sociales emanan desde la constitución de la unidad (Ragin y
Zaret, 1983).
3) El estudio de las causas permanentes vincula la variación concomitante, como una lógica
apropiada de análisis, con su sesgo hacia "muchas comparaciones -cuantas más tanto mejoren la perspectiva de establecer el control de la variación extraña". "Extraña" en el sentido de
esta estrategia comparativa se refiere a factores contextuales tales como difusión cultural, ya
otras contingencias asociadas con los procesos históricos. Estos factores son un obstáculo
para la determinación de las causas permanentes, y deben ser controlados, compensados en el
vector de errores o ignorados. Las estrategias estadísticas de comparación, con frecuencia se
refieren a los efectos no sistémicos como de naturaleza cultural (Ragin y Zaret, 1983).
4) El uso de métodos estadísticos en los estudios comparativos de causas permanentes implica
formas de explicación que remiten a patrones de relaciones entre variables abstractas. Las
explicaciones adecuadas constan entonces de proposiciones transhistóricas basadas en estos
patrones observados en la más amplia población posible de unidades. El mérito de esta
estrategia comparativa es su potencial para la generalización (Ragin y Zaret, 1983).
La popularidad del enfoque orientado hacia las variables en la ciencia social comparativa se
ha mantenido en las últimas dos décadas y media, gracias al renovado interés en la teoría
macrosocial. Este renovado macrointerés ha estimulado el esfuerzo por importar técnicas
cuantitativas desde la ciencia social tradicional, para utilizarlas en la verificación de estas teorías.
Esta sección examina la lógica de las técnicas orientadas hacia las variables en la ciencia social
comparativa, en la cual estos procesos pueden ser observados en toda su dimensión.
La ciencia social comparativa aunque reconoce que una adecuada explicación en ciencias
sociales es general, o sea relevante para una multiplicidad de casos, también manifiesta un aprecio
por la complejidad. Así, la generalidad y la complejidad, a menudo, rivalizan mutuamente, incluso
en un simple estudio. Una específica valoración de la complejidad sacrifica la generalidad; un
énfasis en la generalidad estimula al abandono de la complejidad. Es difícil contar con ambas. En
las estrategias de orientación hacia las variables se da más importancia a la generalidad que ala
complejidad. Esto es así porque los investigadores que aplican estos criterios están interesados en
el examen de las proposiciones derivadas de las teorías generales, que en descifrar las condiciones
singulares que generan resultados históricos distintos (Ragin, 1987).
En el estudio típico orientado hacia variables, el investigador examina relaciones entre
rasgos generales de las estructuras sociales, las que son consideradas como variables. De este
modo, las características estructurales y sus interrelaciones pueden ser representadas en función de
variables e intercorrelaciones. Mediante el estudio de la correlación entre estas variables es posible
deducir generalizaciones empíricas acerca de los procesos estructurales, relevantes a un amplio
número de unidades macrosociales (generalmente naciones). La lógica de análisis de esta estrategia
se centra en la verificación de teorías. Primero, la teoría a verificar debe estar más o menos
claramente especificada, en función de variables y relaciones. Segundo, las explicaciones
alternativas del fenómeno de interés también deben ser formuladas en función de variables.
Tercero, el investigador debe establecer la forma apropiada de medir las variables, sus
confiabilidades y sus validaciones. Finalmente, los análisis estadísticos de estas relaciones, basados
a su vez en datos provenientes de un conjunto de observaciones seleccionadas sistemáticamente,
serán utilizados para probarla teoría, en contraste con las explicaciones alternativas. El análisis
estadístico de correlaciones entre variables (transversal o longitudinal) proporciona la base
fundamental para las generalizaciones empíricas acerca de los procesos estructurales que son
especificados en las teorías (Ragin, 1987).
El énfasis de esta estrategia orientada hacia variables en los aspectos generales de la
estructura social concebidos como variables y en la verificación de teorías, como opuesta al uso de
la teoría para interpretar casos históricamente, ha permitido la entrada de métodos cuantitativos, en
especial de las técnicas de regresión múltiple, desde el modelo de la ciencia social predominante.
De este modo, los asuntos metodológicos que dominan las investigaciones en la orientación hacia
variables, coinciden con aquellos de la ciencia social mayoritaria; desde la época de Comte, ha
caracterizado a la ciencia social la tendencia a clasificar las sociedades en sólo uno o un reducido
número de procesos causales básicos. Con la excepción de Weber y, en parte, de Marx, la
tendencia a tratar de reducir la variación societal a un número pequeño de variables fue común
entre los teóricos sociales clásicos. Entre las teorías modernas esto es observable tanto en las
teorías evolucionistas de Parsons como de Lenski, en la teoría de la modernización, en la teoría de
la convergencia, y en algunas ramas de la teoría de la dependencia y de los sistemas mundiales.
Este sesgo teórico, que consiste en ignorar la diversidad o la complejidad, está así reflejado en las
metodologías existentes. Estas técnicas, sea con grandes o pequeños tamaños de muestra, tienden a
ocultar la diversidad, usualmente como parte de un esfuerzo por hacer valer o poner de manifiesto
la generalidad (Ragin, 1989).
B. TRABAJOS COMPARADOS INTENSIVOS 0 ESTUDIOS
ORIENTADOS HACIA LOS CASOS
El enfoque comparado intensivo o los estudios orientados hacia los casos son
denominaciones actuales de la estrategia comparativa que se basa en el trabajo original de Weber.
La estrategia weberiana de comparaciones, orientada hacia los casos, utiliza la explicación y la
generalización, pero a diferencia de la estrategia durkheimiana, orientada hacia variables, la
explicación es genética, no funcional, y las generalizaciones son históricamente concretas, no
abstractamente ahistóricas.
La estrategia comparativa de Weber es más apropiada para asuntos que no pueden ser
enfocados adecuadamente por estrategias comparativas estadísticas: asuntos referidos a diversidad
histórica, por ejemplo, patrones feudales europeos, emergencia de naciones, acción colectiva,
relaciones industriales, patrones étnicos en el siglo XX, etc. [Un gran recuento de esta agenda
cualitativa de naturaleza sociohistórica puede ser observado en el capítulo introductorio y final de
Sck0cpol (1984)]. La preferencia de Weber por la explicación genética antes que por la
explicación funcional, se origina en su interés por las causas y consecuencias de esta diversidad.
Sus métodos conciernen a casos concretos. Esto es lo que lo distingue más claramente de la
estrategia comparativa de Durkheim (Ragin y Zaret, 1983).
Mientras la estrategia comparativa de Durkheim busca las generalizaciones separando los
datos y la historia, la estrategia de Weber recurre a la historia para generalizaciones sencillas
acerca de la diversidad histórica. Esta orientación hacia la historia implica una estrategia basada en
el caso más que una basada en variables, pero ello no significa renuncia a la explicación o a la
generalización. Más bien conduce a un tipo diferente de explicación y a distintos grados de
generalización.
En la estrategia de Durkheim los profesionales empiezan a investigar definiendo un tema de
investigación (esto es variables relevantes y sus relaciones) y luego toman una muestra de unidades
observables; en la orientación weberiana, los investigadores parten interesados en procesos y
estructuras históricas específicas. En el centro de esta estrategia está el uso de tipos ideales para
identificar las causas de la diversidad entre los procesos y las estructuras históricas.
Se usan tipos ideales para efectuar varias tareas afines: ayudar en la conceptualización de
los temas de investigación, contribuir a la identificación y valoración de causas adecuadas, y
proporcionar bases para la explicación de la diversidad histórica.
Weber, al contrario de Durkheim, considera las unidades como constructos hipotéticos y,
por consiguiente, las concibe como tipos ideales. En esta visión nominalista, la unidad fundamental
es la acción significativa. Que solamente el individuo pueda ser portador de la acción significativa
no involucra que éstos sean los únicos temas posibles de investigar. Por el contrario, ello indica que
colectivos -tales como aquéllos utilizados en "Economy and Society"- deben ser cuidadosamente
definidos con referencia final a significados socialmente mediados (Ragin y Zaret, 1983).
Weber asocia los tipos ideales no sólo con las clasificaciones terminológicas sino que
también con la formulación de hipótesis. Los tipos ideales son modelos selectivamente
desarrollados como ayuda a la explicación genética. A menudo las propiedades estructurales de los
tipos ideales están estrechamente relacionadas con temas genéticos específicos. El capitalismo
como modelo y la racionalización son inseparables, como lo son también la ética religiosa y la
racionalización o el carisma como modelo y su rutinización como un proceso histórico. Por este
motivo Weber denomina a los tipos ideales "conceptos genéticos".
Con los tipos ideales, los investigadores formulan y, lo que es más importante, evalúan las
explicaciones genéticas de la diversidad histórica. Esto dirige la atención hacia temas de
investigación históricamente delimitados. Interesan, principalmente, los casos concretos, no las
variables abstractas, como en la estrategia Durkheimiana. Además, diferentes concepciones de
causalidad se aplican a las estrategias de Durkheim y Weber. Esta distinción tiene implicaciones
importantes para los métodos comparativos. En la estrategia basada en variables, las causas y los
efectos están vinculados de manera continua. La variación de uno produce la variación del otro. El
modelo weberiano de investigación comparativa utiliza argumentos genéticos. Estos argumentos
genéticos son característicamente combinatorios: condiciones específicas se combinan para
producir un resultado histórico específico. En los argumentos genéticos es necesaria la satisfacción
simultánea de una serie de precondiciones, para obtener resultados históricos posteriores (Ragin y
Zaret, 1983).
Ciertamente, los métodos para la evaluación de los argumentos genéticos difieren de
aquéllos usados para verificar causas permanentes. Los argumentos genéticos involucran técnicas
históricas cualitativas, basadas en "métodos lógicos". Estos incluyen tres de las técnicas definidas
por Mill como métodos de investigación inductiva: el método del acuerdo, el método de la
diferencia y el método indirecto de la diferencia. Estos métodos son lógicos y no estadísticos
porque se usan para identificar relaciones invariantes y no relaciones estadísticas o probabilísticas.
En otras palabras, un investigador utilizaría estos métodos para identificar patrones de asociación
constante, no para explicar variación. Esta diferencia entre métodos cualitativos históricos y
métodos estadísticos, a menudo no es entendida con claridad. Típicamente, los métodos cualitativos
históricos son considerados como una aproximación imperfecta a los métodos estadísticos. Esto
implica que aquellos que usan los métodos cualitativos históricos de comparación preferirían
utilizar métodos estadísticos si ellos contaran con mejores datos. Esto es un tremendo error. Los
propósitos teóricos y la utilidad práctica de los métodos cualitativos históricos difieren
fundamentalmente de las estrategias estadísticas de comparación (Ragin y Zaret, 1983).
Varias estrategias de investigación orientada hacia el caso han surgido para adecuar este
interés en casos y cronologías históricas específicas. Los seguidores actuales de Weber, por
ejemplo, emplean una estrategia comparativa centrada en el uso extenso de tipos ideales y otros
recursos teóricos, para guiar la interpretación de casos empíricos (Bonnell, 1980; Ragin y Zaret,
1983). Otros utilizan material de comparación para conducir "demostraciones paralelas de teoría"
o para analizar mecanismos causales a través de conjuntos de casos comparables (Skocpol y
Somers, 1980). Incluso, otros utilizan estrategias "universalizantes", o de "análisis de la variación"
(Tilly, 1984), para colaborar en la comprensión de las variadas trayectorias históricas (Ragin,
1987).
Con frecuencia, los propósitos de la investigación orientada hacia casos son, al mismo
tiempo, históricamente interpretativos y causalmente analíticos. Barrington Moore (1966) otorga
prioridad al propósito de la generalización causal por sobre el de la interpretación histórica. Por
otra parte, el propósito fundamental de] trabajo de Bardia (1977, 1978) es la interpretación de cada
uno de sus casos.
Casi todas las discusiones de los métodos orientados hacia casos utilizan los cánones de
investigación experimental diseñados por John Stuart Mill. Mill delineó varias estrategias de
investigación, para el establecimiento de generalizaciones empíricas. Su propósito principal fue
establecer las bases para la investigación científica de orientación inductiva. Dos de los métodos de
Mill tienen particular importancia, para las investigaciones orientadas hacia casos: el método de
acuerdo y el método indirecto de la diferencia. Estos dos métodos constituyen la esencia de la
estrategia orientada hacia casos (Ragin, 1987).
Los investigadores que utilizan métodos orientados hacia casos combinan, frecuentemente,
en el transcurso de sus estudios el análisis interpretativo y la formación de conceptos. Varios
aspectos de los métodos orientados hacia casos hacen posible esto. Primero, ellos están diseñados
para descubrir los patrones de invarianza y la asociación constante. El segundo aspecto se deriva
del primero: el método es relativamente insensible a la distribución de frecuencias de los tipos de
casos. Más importante que la frecuencia relativa es la variedad de patrones significativos de causas
y efectos que existen. Tercero, los métodos orientados hacia casos obligan a los investigadores a
considerar sus casos como entidades totales. Los investigadores examinan los casos como
totalidades, no como colecciones de variables. Cuarto, los métodos orientados hacia casos
estimulan un diálogo provechoso entre las ideas y la evidencia. Debido a que estos métodos tienen
pocos supuestos simplificantes, ellos no limitan el examen de la evidencia. Por el contrario, ellos
proporcionan bases para analizar cómo las condiciones se combinan de modos diferentes y en
contextos distintos, para entregar resultados diferentes (Ragin, 1987).
COMBINACION DE ESTRATEGIAS COMPARATIVAS: UNA TAREA
PARA EL FUTURO
El abismo actual entre los dos tipos de investigación comparativa es enorme. Sin embargo,
ambas estrategias son sorprendentemente complementarias. Las perspectivas que hemos descrito
como durkheimianas y weberianas utilizan diferentes lógicas de análisis, para obtener distintas
formas de explicación que les permitan alcanzar sus respectivos propósitos teóricos. Para los
durkheimianos significa el logro de generalizaciones amplias sobre las relaciones sistémicas; para
los weberianos la meta es el conocimiento históricamente contextualizado de los orígenes y
consecuencias de la diversidad histórica. Estos propósitos son irreductibles. Pero las diferencias
entre ambas estrategias son tan complementarias como irreductibles. No sólo cada estrategia
individual soluciona problemas no resueltos por la otra, sino que también cada una puede
positivamente ayudar a la otra (Ragin y Zaret, 1983; Ragin, 1987; 1989).
La estrategia orientada hacia casos es la más apropiada para identificar los patrones
invariantes comunes a conjuntos de casos relativamente pequeños; la estrategia orientada hacia
variables es más adecuada para evaluar relaciones probabilísticas entre características de
estructuras sociales consideradas como variables, en una población de observaciones generalmente
extensa. La principal debilidad de la estrategia orientada hacia casos es su tendencia a la
particularización; la de la estrategia orientada hacia variables es su inclinación a generalizaciones
abstractas y, a veces, sin sentido. La estrategia orientada hacia casos no es utilizable cuando existe
un número elevado de observaciones; la otra está incapacitada para argumentos complejos y
coyunturales que requieren la estimación de los efectos de un amplio número de términos
interactivos o la subdivisión de una muestra en muchos componentes o dimensiones separadas
(Ragin, 1987).
¿Hay una posición intermedia entre estos dos extremos que pudiera ofrecer una solución a
sus diferencias metodológicas? Esa es la interrogante que debe ser respondida por los
investigadores en la década del noventa. Es claro que el mejor trabajo comparativo combina de
alguna manera estas dos estrategias. El problema es que una solución intermedia, a pesar de los
esfuerzos de algunos investigadores, pareciera no ser una tarea fácil.
La ciencia social predominante también ha desarrollado esta estrategia integrativa, en los
últimos veinte años, con resultados no muy alentadores. En esta área, las estrategias combinadas
tienden a ser secuenciales, paralelas, fusionadas e interactivas (Louis, 1982). Sin duda, la mejor
estrategia, la interactiva, en la que los métodos tienen una intéracción cíclica mutua durante todas
las fases del estudio, resulta ser la menos utilizada. La razón principal que explica este hecho se
encuentra en la dificultad de integración de las técnicas cuando cada una de ellas mantiene sus
potenciales y sus debilidades.
Ragin (1987) describe los intentos de enfoques combinados en la investigación social
comparativa. Su conclusión no es diferente: el tipo más usado implica básicamente una secuencia
en que una de las estrategias es la herramienta principal, mientras la otra perspectiva es sólo
utilizada como un elemento complementario.
La misma razón explica la proposición de Ragin acerca del método booleano de
comparación cualitativa. Esta proposición está dirigida a la integración de ambas estrategias, en
función de la configuración de una solución intermedia. Sin embargo, el uso del álgebra booleana y
sus complejidades cuantitativas, tanto en la forma como en el contenido, nos indica que Ragin no
ha logrado totalmente sus propósitos porque sus proposiciones cuantitativas continúan siendo
dominantes (Ragin, 1987).
En resumen, la situación actual de los problemas de vinculación de la investigación intensiva
y extensiva, en las ciencias sociales comparativas, es la base desde donde una perspectiva múltiple
debe ser construida. Desde el punto de vista de Ragin, existen varias buenas razones para realizar
esfuerzos integradores; estos argumentos incluso van más lejos de la trivial observación de que es
una buena práctica sociológica atacar un problema de investigación desde una variedad de
perspectivas y, por tanto, del uso de diferentes métodos.
Primero, en la última década, los científicos sociales comparativos han demostrado el más
grande de los disgustos con la teoría macrosocial nomotética. Este malestar comenzó con un
rechazo a Parsons, en los sesenta, y ha seguido hasta el presente con ataques a la teoría
evolucionista, a la teoría de la modernización, a la teoría de la convergencia, a la teoría del
desarrollo, y más recientemente, por ataques hacia algunas versiones y fragmentos de la teoría
marxista, teoría de la dependencia y la teoría de los sistemas mundiales. Por contraste, la
popularidad de las teorías que proveen instrumentos para el análisis de la diversidad y la
complejidad causal, ha crecido. Hay un renovado interés por Weber y en los weberianos (no la
versión parsoniana) y en otros teóricos orientados históricamente (Skocpol, 1984).
Segundo, hay un interés mayor en fenómenos históricamente situados o que ocurren
históricamente. Hasta hace poco, los científicos sociales, sociólogos especialmente, han evitado
estudiar fenómenos estrechamente limitados por tiempo y lugar. No obstante hoy ha logrado gran
aceptación la idea de que eventos y procesos singulares de gran escala debieran ser entendidos
sociológica e históricamente bajo sus propios términos.
Tercero, hay un modesto esfuerzo de los cientistas sociales por llegar a un mayor auditorio
que incluye sectores no académicos, por ejemplo, es creciente la vinculación entre científicos
sociales y quienes toman decisiones de política social en el ámbito público. Estos grupos están
interesados, la mayor parte de las veces, en la interpretación científico-social de procesos y
resultados histórica y culturalmente significativos.
Cuarto, otra tendencia integrativa del trabajo intensivo y extensivo en la ciencia social
comparativa, es la que proviene de algunos cientistas sociales de Norteamérica, que se han hecho
más conscientes de la singularidad de su país y, por tanto, del hecho de que cualquier estudio que
se enfoque exclusivamente en los Estados Unidos es limitado.
En consecuencia, los cambios en la disciplina, en la selección del problema, en los auditorios
y en el contexto geopolítico de la ciencia social norteamericana, han obligado a los científicos a
dedicar más atención a la diversidad internacional, a examinar el fenómeno social situado
históricamente y a contextualizar sus hallazgos. Estos cambios son indicadores de los mayores
esfuerzos hechos para la integración de los trabajos intensivo y extensivo y para encontrar nuevas
formas de unificar estos dos estilos de trabajos comparativos.
CONCLUSION
En este trabajo se ha expuesto uno de los aspectos más controvertidos de la ciencia social
comparativa actual: la brecha cualitativa/cuantitativa que caracteriza a sus principales estrategias
metodológicas.
Con este fin se ha descrito el enfoque de Charles Ragin porque este autor ha trabajado
intensamente en el tema durante los últimos cinco años. Por otro lado, su propia experiencia como
un comparativista cuantitativo, que se ha transformado en un investigador cualitativo como
consecuencia de "la frustración por la aplicación del análisis estadístico en la investigación
internacional", ha sido para nosotros una excelente ocasión para conocer con más detalles las
complejidades de su cambio de pensamiento. En pocas palabras, Ragin mismo es un ejemplo de
cómo las dos estrategias tratan de integrarse en un solo punto de vista.
Nuestro análisis de los enfoques de ambas estrategias ha relacionado estas posiciones con
los propósitos específicos de las estrategias comparativas de Weber y Durkheim. Si bien ambas
son compatibles con los objetivos de la explicación y la generalización en el análisis sociológico,
utilizan diferentes tipos de explicación y distintos grados de generalización para dirigir los estudios
hacia variables (durkheimiana) y hacia casos (weberiana). Ragin muestra que estas estrategias no
son congruentes ni convergentes en las siguientes dimensiones: 1) unidades de análisis, 2)
concepción de causalidad, 3) concepción de explicación adecuada, 4) lógica de análisis. Los
estudios comparativos contemporáneos se derivan, en gran medida, de las estrategias de Durkheim
y Weber. Esta es la razón de que existan dos paradigmas independientes e irreductibles.
Hemos explorado los esfuerzos integrativos en la ciencia social comparativa y hemos llegado a la
conclusión de que existe un gran abismo entre las dos tradiciones, y que una estrategia combinada
es una empresa muy difícil. No obstante, concordamos con Ragin en que la tarea más importante
para la ciencia social comparativa, en los noventa, seguirá siendo la integración creativa del
trabajo intensivo y extensivo. La vinculación entre estas perspectivas es la clave para una ciencia
social comparativa saludable y vibrante.
Finalmente, es necesario manifestar optimismo en relación al futuro de la investigación
social comparativa. La perspectiva integrativa actualmente está incapacitada para mostrar un
mecanismo que obtenga provecho de las singulares potencialidades de cada estrategia, pero ése es
un problema técnico que tendrá que ser resuelto más temprano que tarde. La principal ventaja de
una perspectiva múltiple está en que es el remedio más eficaz contra el sectarismo y el
dogmatismo, principales obstáculos que impiden integrar y complementar rápidamente criterios
irreductibles*.
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Se agradece la traducción del inglés de Néstor Sandoval García.
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