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Articulo Especial
La tarea trasplantológica ha cumplido su mayoría de edad en Argentina.
Demostró eficacia y eficiencia.
A pesar de todo,
la población no aporta el número adecuado de donantes.
Sin donantes no hay órganos, sin éstos no hay trasplantes.
Cuando ninguna sustitución es posible,
los pacientes fallecen en la lista de espera
(de emergencia, de urgencia o programados).
Desatender esta situación vulnera obligaciones y lesiona derechos.
Cabe analizar la pregunta que plantea la siguiente presentación.
¿Puede la donación de órganos y
tejidos ser una tarea cotidiana
y sistemática del hospital?
Lucrecia Raffo
Médica Clínica
Magister en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud
Ex Directora Ejecutiva del Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas
Ex Responsable Región V Programa VIH/SIDA/ITS
INCUCAI
La indicación de los trasplantes como herramienta
terapéutica para prolongar o mejorar la calidad de
vida de muchas personas enfermas se ha incrementado de manera sostenida en las últimas décadas.
Sustentan estos cambios los avances tecnológicos,
farmacológicos, operativos, comunicacionales y sociales, así como la mayor y mejor sobrevida de las
personas trasplantadas.
Es aquí donde la ecuación básica “sin donantes no
hay trasplantes” lleva a reformular continuamente
las estrategias para incrementar y mejorar la accesibilidad y factibilidad en todos los sistemas sanitarios
en el mundo. El sistema español ha sido pionero y es
referente por sus logros, y es en su modelo en el que
se apoya la estrategia de nuestro país.
En Argentina, la articulación entre efectores públicos
y privados garantiza el acceso al trasplante. El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e
Implante (INCUCAI) y los 24 Organismos Provinciales
de Ablación e Implante impulsan, desarrollan, coordinan y fiscalizan las actividades de procuración y
trasplante generando estrategias y modalidades que
permitan mejorar los indicadores sanitarios.
¿Cuál es el rol de los hospitales hoy?
Mucho camino se ha recorrido desde las históricas
modalidades iniciales de operativos por parte de
equipos extrahospitalarios con personal especializado donde los procesos se desencadenaban o no a
partir de una llamada telefónica.
Hace una década, la implementación del Plan Federal de Procuración avanzó en la creación de la figura
de coordinadores hospitalarios como actores clave
en la concreción de los pasos inherentes al proceso
de procuración de órganos y tejidos.
La incorporación de estos actores, en general médicos terapistas de adultos que eran parte de los planteles de cada hospital, constituyó un primer escalón
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en la delegación al hospital de parte de la actividad
en la que se sustenta la posibilidad de que miles de
personas accedan a un trasplante. Esta estrategia
permitió avanzar notablemente en cantidad y calidad
de donantes. Argentina pasó de tener 6,9 donantes
de órganos por millón de habitantes (DPMH) en el
año 2000, a cuantificar 10,6 en 2004. En 2012 alcanzó la cifra de 15,1 su pico máximo. En el año 2014 el
índice de DPMH fue de 13.
Sin embargo, la indicación de trasplantes también
creció y sigue superando la tasa de donantes, por lo
cual las listas de espera continúan incrementándose.
Esto pone en evidencia la vigencia de un problema de
salud pública que sólo puede encontrar solución aumentando la disponibilidad de órganos y tejidos para
trasplante. A fines de 2014 y en nuestro país, 7740
personas esperaban un órgano y 3459 esperaban
una córnea. El sistema español ha logrado estabilizar
dicha lista a expensas del incremento de donantes.
La comunidad ha avanzado positivamente en el camino de la donación. Esto es condición necesaria
pero no es suficiente. Queda aún impulsar mucho
más al propio sistema de salud. Cabe al Hospital un
lugar estratégico como generador de donantes.
¿Qué podemos hacer los equipos de salud hospitalarios?
Estos pocos datos pueden ser suficientes para detenernos a reflexionar sobre nuestras prácticas diarias,
entender por qué es necesario involucrarse cotidianamente y contribuir a eliminar la creencia de que
la procuración es una actividad selecta de la cual son
responsables unos pocos expertos.
Probablemente las más de 11.000 personas que
aguardan un órgano o un tejido en una lista de espera no nos sean visibles, a menos que sean nuestros propios pacientes. Tal invisibilidad genera que
no veamos en forma sistemática a cualquier fallecido
como potencial donante. Este pequeño gran obstáculo hace que no se activen los pasos iniciales para
concretar la acción solidaria, altruista y hasta reparadora de lograr que esos órganos o tejidos, que indefectiblemente han llegado a su fin biológico, permitan vivir o vivir mejor a otras personas que aún tiene
vida.
Introducir el tema de la donación de órganos y tejidos en la agenda de cada sector del hospital, en
sus planes estratégicos y en su acción cotidiana es
un camino que debe recorrerse con énfasis, ocupar
más espacio y priorizarse. No importan las condiciones institucionales, los momentos de calma y los momentos adversos siempre van a sucederse entre sí. El
fallecimiento de personas en el hospital es un conti-
nuo que trasciende a las circunstancias, y el intento
de evitarlo cuando es evitable es una de las esencias
y razones de ser de los hospitales.
Algunos factores como los mitos y tabúes, tan propios de la condición humana, pueden actuar como
obstáculos a la procuración de órganos y tejidos al
ser en algún punto generadores de dudas y temores.
Es saludable que todas esas creencias puedan expresarse, para así poder realizar todas las aclaraciones
necesarias que permitan revisar el tema.
En el año 2006, la Ley Nº 26.066, que actualiza la
Ley Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos N°
24.193, avanzó profundamente al definir que toda
persona mayor de edad es donante a menos que
haya expresado lo contrario. Sin embargo, su aplicación por parte de los trabajadores de la Salud dista de
ser sistemática. Generar acciones de divulgación, de
discusión sobre su implementación y de devolución
de resultados es una propuesta que debiera incluirse
en las acciones docentes hospitalarias habituales de
formación y actualización del capital humano.
Es recomendable que se conformen ámbitos educativos y de discusión para que cada institución pueda
encontrar la mejor manera de avanzar en logros y resultados positivos.
Para aclarar saberes y deconstruir creencias, el INCUCAI y los organismos provinciales de cada jurisdicción, aportan cursos de capacitación y actualización.
Un ejemplo de organización del Hospital para avanzar en el tema, es la conformación de un Comité de
Procuración de Órganos y Tejidos, interdisciplinario
y representativo de los distintos sectores. Estos Comités facilitan el aprendizaje colectivo a través de las
múltiples tareas que puede generar y desarrollar. Entre otras:
- Difundir el compromiso del Hospital con la temática de la procuración de donación y trasplante de
órganos
- Presentar el programa en los servicios difundiendo
resultados y desafíos periódicamente o a través de
reuniones y talleres para analizar roles, identificar logros y dificultades.
- Sensibilizar y motivar al público interno en la problemática de donación y trasplante
- Divulgar, comunicar y capacitar al personal del Hospital para que pueda intervenir en los procesos de
donación-trasplante.
- Realizar cursos y talleres para el equipo de salud
según su rol.
- Desarrollar, adecuar e implementar protocolos asociados al proceso de donación.
- Conocer y analizar los resultados del proceso de
donación- trasplante realizados en el Hospital y or-
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ganizar ateneos de devolución de casos, donde los
equipos de trasplantólogos visitan el hospital, presentan los resultados, intercambian opiniones sobre
el tratamiento recibido por el donante en muerte encefálica y permiten así a cada trabajador identificar
cómo concluyó el proceso que ellos iniciaran.
- Contribuir a agilizar y facilitar la inscripción a la Lista de Espera de pacientes del Hospital (crear canales
sencillos para el acceso a consultas y estudios).
- Promover la participación del equipo de salud en
actividades del campo científico (revistas, congresos).
En resumen
Es conveniente detenerse un momento en tarea diaria para reflexionar y dimensionar la solución que la
procuración otorga y la magnitud del problema que
genera la falta de órganos.
El Hospital es la institución sanitaria más adecuada
para garantizar la posibilidad real de trasplante en la
medida en que actúa como nexo entre potenciales
donantes y potenciales receptores.
El compromiso cotidiano permite dar pasos efectivos
para incorporar la procuración de órganos y tejidos
como actividad sistemática. Esto es posible: beneficia a las personas enfermas que esperan, a los propios trabajadores de salud y a la institución a la que
pertenecen.
El Hospital es, ante todo, el personal que lo integra
y si lo decide, puede ser gestor eficiente y eficaz de
esta acción solidaria.
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