Material preparado por los Profesores Gladys Jiménez Alvarado Rodrigo Gamboa Jiménez Para las estudiantes de la Carrera de Educación Parvularia 2009 1. PALABRAS INICIALES Las invitamos, al igual que el taller anterior, a reflexionar en forma conjunta el material escrito que les presentamos en torno a uno de los fundamentos de la educación de la motricidad infantil y la educación de niños y niñas por medio de la motricidad: EL SIGNIFICADO DE LA MOTRICIDAD Y SU PRACTICA EN EL DESARROLLO INFANTIL, y a partir de su comprensión y resignificación, consolidemos nuestra vocación y fortalezcamos la disposición a disfrutar de cada momento que tengamos para estar con ellos y ellas. En primer lugar les sugerimos la lectura comprensiva del texto propuesto, y luego, desarrollar la propuesta de reflexión grupal que adjuntamos, respondiendo a las interrogantes señaladas con los fundamentos teóricos que hasta aquí hemos aprehendido y con nueva información que puede surgir de lecturas complementarias. Incluso, en la medida que avanzan, las invitamos a complementar las ideas formuladas con lo que dicen otras personas del tema y hacer como grupo nuevas interrogantes que contribuirán al aprendizaje de ustedes y de nosotros. Las interrogantes que guiarán nuestra lectura y aprendizaje son tres: Sentido y características generales del desarrollo humano La infancia: etapa fundante del desarrollo humano Relación corporalidad, motricidad y entre desarrollo infantil, Al respecto, ya podemos encontrar algunos desafíos pedagógicos relacionados con este tema, a partir de la lectura de M.Chokler, cuando nos describe los organizadores del desarrollo psicomotor, enfatizando como tales: o La aventura de la exploración sensomotriz: el ejercicio de la motricidad, y el descubrimiento de sí mismo en interacción creativa en el mundo o La experiencia del dialogo corporal: la comunicación con la madre y la convivencia con los demás o La experiencia del equilibrio: la confianza y la autonomía infantil 2 2. DESARROLLO HUMANO: SU SENTIDO Y CARACTERISTICAS GENERALES El ser humano, inacabado por naturaleza, tiene la opción de realizarse en cuanto hombre a lo largo de toda su vida a través de un proceso de desarrollo permanente. Este perfeccionamiento y búsqueda de plenitud la vamos construyendo a partir de nuestras potencialidades, fortalezas que se consolidan y limitaciones o debilidades que superamos. Nacemos, entonces, con la posibilidad de ser mejores y aprender de cada situación vivida, para hacernos dueño de nosotros mismos y realizar en plenitud nuestro proyecto de vida personal y de construcción social La tarea de ser hombre no termina jamás, y en la línea evolutiva de nuestra vida se construye, desde la gestación, un proceso de enriquecimiento personal permanente ligado a nuestras motivaciones individuales y sociales más íntimas, como a las oportunidades que nos prodiguen quienes nos rodean y nos otorguemos. En este sentido una interrogante cruza a lo largo de toda su vida, que Romano Guardini la identifica con las palabras ¿quién soy?, ¿soy feliz?, ¿cuál es el sentido de mi vida? La felicidad es tarea de la persona. “...porque al hombre no se le entregó la vida hecha, no se le entregó ya refrendado su sentido. Se le entregó una vida que estará siempre haciendo y un sentido que no terminará nunca de buscar “(Castillo, 1987). A partir de lo señalado, se puede decir que el DESARROLLO HUMANO es un proceso permanente de perfeccionamiento humano, durante el cual se hacen realidad, en nuestra persona, una serie de transformaciones positivas como resultado de las múltiples interacciones e intercambios con nuestro entorno, especialmente sociocultural. Al respecto la autora Myrtha Chokler destaca que los vínculos positivos que logramos establecer en cada uno de nuestros mundos de interacción desde que nacemos, es una de las variables más significativas en este proceso que se vincula a la calidad de nuestra existencia en cada una de las etapas de nuestra vida. En otras palabras, el hombre busca su perfección intentando aproximarse a su proyecto de vida; en esta posibilidad de construir y construirse permanentemente, se interroga acerca del sentido de la vida, cultivándose en un proceso de enriquecimiento personal y sociocultural inacabado. Se reconoce hoy día, que las variables que interactúan en el desarrollo humano dicen relación con factores externos (medio ambiente) e internos de la persona (proceso de maduración, motivaciones 3 individuales); y si bien es cierto que el desarrollo es un proceso permanente y secuencial que sucede a lo largo de toda la vida, se tiene plena coincidencia que los primeros años son substanciales para la existencia humana plena. En este sentido, se puede reconocer que el desarrollo humano, concebido como un proceso durante el cual ocurren cambios en nuestra persona, presenta etapas, en cada una de las cuales es posible visualizar necesidades prioritarias que deben ser satisfechas oportunamente: tales etapas se encuentran interrelacionadas y el éxito o fracaso vivido en alguna de ellas afectará la posibilidad de realización de las siguientes. En cada etapa de la vida, es posible dar curso a un vuelo propio vinculado a motivaciones específicas que dan sentido a las acciones emprendidas. Nuestra vida, entonces, desde el vientre materno se va desarrollando en una línea evolutiva al modo de una espiral que consolida nuestro ser interior al mismo tiempo que expande nuestro ser dialógico hacia los demás. En cada etapa resolvemos una crisis de crecimiento personal (R.Guardini, 1986); toda crisis nos ofrece una oportunidad para volver a nacer, para renovar nuestra concepción de nosotros mismos como personas, para elegir la clase de cambio que debe ayudarnos a crecer y para autorrealizarnos integralmente. Estas posibilidades, que existen en toda crisis, hallan su expresión más perfecta en la lengua china; el carácter escrito que en chino significa “crisis” está compuesto de dos símbolos iguales, uno de los cuales significa “peligro” y el otro “oportunidad”. Toda crisis, por cierto, entraña un peligro por cuanto nos enfrenta a situaciones radicalmente diferentes de las ordinarias para nosotros; no obstante lo anterior, la crisis entraña, también, una oportunidad de cambios y de crecimiento o desarrollo personal. EN EL CASO DE LA INFANCIA, LA CRISIS ES LA VITALIDAD ¿QUÉ SIGNIFICA ESTA CRISIS DE VITALIDAD EN EL NIÑO Y LA NIÑA? Una de las necesidades fundamentales del niño y la niña está centrada en el ejercicio de su motricidad global; y uno de los organizadores del desarrollo infantil es, precisamente, la exploración sensomotriz Al explorar el niño se descubre y descubre el mundo que le rodea, amplia su conocimiento y valoración de sentirse capaz, hecho vital que constituirá una de las bases de la formación de la 4 propia identidad, y en consecuencia de una autoestima positiva. 3. LA INFANCIA: ETAPA FUNDANTE DEL DESARROLLO HUMANO La infancia, en palabras de Aucouturier, es una etapa somatopsíquica que parte de la acción y de la interacción con el medio, donde la sensorialidad, la motricidad, la corporeidad es la condición misma de existencia, de desarrollo y de expresión del psiquismo (Aucouturier, 2007). Al respecto “El cuerpo es siempre la expresión de un yo y de una personalidad que está dentro de un mundo; por eso el cuerpo dice de nosotros. Solo hay una unidad… No se trata, por cierto, de una unidad dada, sino de una vida en desarrollo” (Castañer y otros, 2006). De allí que durante la infancia, la corporalidad vivida placenteramente y su expresión motriz se encuentran en la base de todo el desarrollo humano, y son la puerta de entrada sentida y experimentada hacia la autonomía, el encuentro vital con los seres queridos y los demás, la exteriorización de los sentimientos y la antesala del pensamiento infantil. En este mismo sentido, se puede afirmar, en términos generales, lo siguiente: 3.1. En primer lugar, se tiene información que desde la extrema indefensión en la que nacemos, vamos construyendo paulatinamente la capacidad de disponer del propio cuerpo a voluntad, con precisión e independencia; esto ocurre a medida que el sistema nervioso y los intercambios con el entorno, especialmente humano que nos rodean, nos ofrecen oportunidades de ejercitación placentera de la capacidad natural de poder hacer. El ejercicio de nuestro acervo motriz natural nos permite, de esta manera, el dominio de la motricidad voluntaria en interacción armónica con el espacio que nos rodea. La posibilidad para ejercer la capacidad de exploración sensomotriz con placer, genera en el niño y la niña sensaciones kinestésicas de agrado que los motivan a continuar en dicha práctica. De esta manera construyen su disponibilidad corporal, y cada vez que obtienen un logro motor, esta capacidad se traduce en el sentimiento de sentirse capaces, base de la construcción de la autoestima positiva. 3.2. Por otro lado, cuando nacemos somos seres heterónomos, necesitamos de los demás para satisfacer las intimas necesidades de cuidado, alimentación calor, descanso y apego, entre otras; pues no nos basta el potencial genético que traemos consigo. Un medio favorable donde estas necesidades se satisfagan es requerido, no basta un entorno sólo físico, sino especialmente socioafectivo y culturalmente enriquecido. Serán entonces, las miradas, el contacto piel a piel, el arrullo, en definitiva experiencias de diálogo corporal positivo con los adultos más cercanos, vivencias que conformarán una verdadera matriz existencial, a partir de la cual el niño y la niña van desarrollando el sentido de la verdadera convivencia humana. 3.3. Por último, a través de su corporalidad, de sus sentidos, de esta capacidad de accionar naturalmente en y sobre el medio que le rodea, es como el niño y la niña percibe y entra en contacto con su entorno, se da cuenta de la existencia de los objetos y comparte espacial y temporalmente con los demás. Esta experiencia vivida corporalmente se constituye en la antesala del pensamiento y del desarrollo cognitivo futuro. 5 4. RELACION ENTRE CORPORALIDAD Y MOTRICIDAD Y DESARROLLO INFANTIL Junto a la afirmación respecto a que la motricidad y la actividad lúdica son las preferencias dominantes del niño, se plantean a continuación, otras que vinculan a la práctica motriz y su vinculación con el desarrollo del párvulo. 4.1. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, MOVERSE, SIGNIFICA PLACER, PROBARSE A SI MISMO Y POR ENDE LOGRAR CONFIANZA Y AUTONOMIA Dentro del vientre materno la mayor parte del tiempo es movimiento; estas sensaciones cenestésicas intrauterinas guardan relación, principalmente, con movimientos oscilatorios de vaivén, que tras el nacimiento se transforman en los agradables arrullos de alguno de los seres queridos que cuidan al recién nacido, y más tarde, en algunas culturas, continúan este natural balanceo atrás, por ejemplo, de las espaldas o junto al pecho de sus madres y abuelas/abuelos. Hoy la industria ha ideado en este sentido, hamacas especiales, cunas que se mecen, sillas elásticas que cuelgan del techo y semejan un columpio, entre otras posibilidades. No obstante lo anterior, ninguna de ellas suple el movimiento de balanceo junto al regazo de su madre, padre o de la persona que brinda los cuidados cotidianos al lactante. El lento cadencioso de las canciones de cuna acompañan el natural balanceo del arrullo, y a la sensomotricidad se unen las sensaciones auditivo rítmicas. En este contexto amoroso, la motricidad vivenciada extiende sus sensaciones de agrado y placer hacia el ámbito socioafectivo del lenguaje corporal respecto a sí mismo y a su relación con el mundo que le rodea; es el origen de la estabilidad motriz y emocional, así como de la comunicación y la vida de relación. De esta manera a partir del placer sensoriomotor “se crea la unión entre las sensaciones corporales y los estados tónico-emocionales, permitiendo así el establecimiento de la comunicación, la interacción con el otro, el entorno y los objetos”(Valdés, 1999) Es así que a la par de la maduración del sistema nervioso central, que le permite el uso cada vez mas diferenciado y preciso de su corporalidad, las primeras manifestaciones voluntarias del pequeño de poder hacer y de sentirse capaz, le aportan una nueva dimensión a la vivencia de afirmación de sí mismo: la conquista de la confianza y de la autonomía; la expresión espontánea y confiada de la individualidad. De esta manera, cuando el niño y la niña son capaces de caminar, emprenden una de las grandes aventuras humanas: la exploración vivencial y activa del espacio y la construcción de su situación en el mundo. Así la frecuente expresión verbal que escuchamos de parte de los niños: “Yo puedo hacerlo solito “... es más que la manifestación de un logro motriz. El niño nos dice que se siente capaz, autovalente, jubiloso por el logro e independiente. 6 4.2. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, MOVERSE SIGNIFICA CONTACTARSE Y DESCUBRIR LA REALIDAD, TANTO LA PROPIA COMO LA DEL MUNDO EXTERNO... DAN CURSO A SUS AFANES EXPLORATORIOS,. Y AL HACERLO, SON CREADORES POR NATURALEZA Diferentes autores destacan que el niño posee, desde el inicio de su vida, un conjunto de comportamientos abiertos al mundo exterior; uno de ellos, es la actividad exploratoria que, ligada a su curiosidad e interés por lo que le rodea, le permite vivenciar las sensaciones de experimentar y experimentarse, las cuales se vitalizan en la medida que es acogido positivamente en su ambiente relacional. Se puede decir, entonces, que tempranamente, a los meses de su nacimiento, el niño y la niña se proyectan al mundo a través de la actividad motriz. El objeto que es lanzado lejos, expresará su forma de relación con éste, denotando ya su presencia singular. Sus desplazamientos hacia las cosas y hacia los demás, con quienes comparte, significarán la apropiación de su entorno social; y también, una forma particular de interacción y comunicación no verbal, la única que a esa edad, es posible establecer. A través de su corporalidad, de sus sentidos, de su disponibilidad natural de accionar con y sobre las cosas que le rodean, percibe su entorno y entra en relación dinámica con él. Subiendo a los aparatos, tocándolos, lanzando objetos, pasando por entre, por debajo... es la forma en que el niño aprehende las direcciones, los tamaños; aprecia las superficies, las formas; se da cuenta de sus reales posibilidades de movimiento; se da cuenta de los objetos; entra en contacto con la naturaleza y con quienes le rodean Sobre estos hechos, se tiene pleno consenso en la actualidad, y se puede decir, entonces, que el paso de la respuesta motriz espontánea a la organización perceptivomotriz consciente en relación consigo mismo y con su medio, parece ser el proceso central del desarrollo de la inteligencia. Moverse, en consecuencia, permite experiencias y vivencias que permiten descubrir y conocer la realidad; en otras palabras, se puede afirmar que la vivencia motriz es la antesala del desarrollo cognitivo posterior. El comportamiento de exploración motriz, le permite al niño no sólo aprehender el mundo que le rodea, sino del mismo modo, aprehende su propia realidad. Así, los datos provenientes tanto de la percepción visual, como de la sensibilidad táctil, visceral y kinestésica, constituyen información a nivel de la corteza cerebral y la vivencia corporal se transforma paulatinamente en una experiencia consciente de su ser en el mundo. 7 El resultado de tales experiencias, estrechamente ligadas a la calidad de los intercambios sujeto-mundo externo, será, por un lado, un darse cuenta del propio cuerpo, descubrimiento que implica también un progresivo control sobre la motricidad voluntaria ; y por otro lado, una forma de interrelación entre la persona del niño/de la niña y su entorno. En este sentido, se da especial relevancia a la espacialidad, es decir, a la posibilidad que tiene el párvulo de ocupar un lugar, y extenderlo, mediante el ejercicio de su motricidad natural y las posibilidades de acción que le brinda el medio circundante. Como conclusión, se puede afirmar que desde el punto de vista perceptivomotor, la necesidad del niño surge a partir de lo vivencial, y se trata de caminar hacia el conocimiento y valoración de sí mismo, del mundo objetal y de sus semejantes, ampliando, de esta forma, su horizonte perceptivo espaciotemporal: a) El niño y la niña en su desarrollo cognitivo pasan de lo concreto a lo abstracto; son incapaces de analizar intelectualmente sus vivencias; actúa sobre la realidad inmediata, presente y cercana con esquemas de acción conocidos. Luego, los acontecimientos son reunidos más allá del acto motor mismo, por medio de formas simbólicas, primero, y más tarde, por medio de representaciones mentales de la realidad vivida concretamente. b) El niño en su desarrollo cognitivo camina de lo subjetivo a lo objetivo. Al respecto las primeras experiencias del niño y la niña están centradas en su propio cuerpo; la corporalidad es el centro receptor de las múltiples proyecciones del medio circundante sobre sí mismo; en este sentido, el marco de referencia será, en primer lugar, la percepción visual, auditiva, kinestésica y táctil producida. Poco a poco, a partir del propio cuerpo, el niño irá descentrando y objetivando su representación del mundo, para llegar a moverse teniendo como punto de referencia los objetos y os demás.; y a apreciar la realidad en forma independiente de los afectos personales. De esta forma, comienza a comprender el punto de vista de los demás. De allí la importancia de generar posibilidades a los niños y niñas, desde temprana edad , para: vivenciar sensaciones multivariadas moverse en libertad experimentar en el propio cuerpo el placer motriz explorar en distintos contextos de practica motriz En un primer nivel, no hay imágenes mentales, es solo placer sensomotriz que se repite: es el placer de mirar, de la extensión del cuerpo, de las extremidades superiores que se agitan rítmicamente, … En la etapa posterior de expresión motriz, los niños y las niñas se ponen en contacto con el mundo que les circunda y una natural y espontanea acción de subirse y bajarse de los aparatos, de lanzar los balones, de empujar objetos se hace evidente… Sobre la base de las etapas precedentes, los niños y las niñas el placer se vuelve representativo, recuerdan y a partir del placer vivenciado inician un proceso de construir, verbalizar lo que sienten, de lo que se dan cuenta, lo que les gusta, lo que no les agrada. 8 4.3. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, AL MOVERSE SE MANIFIESTAN TAL CUAL SON, REVELANDONOS SUS MAS INTIMOS SENTIMIENTOS. Y ESTABLECIENDO UNA RELACION CON SUS PARES Y SEMEJANTES…DE ALLI SE ORIGINANLOS PRIMEROS ACUERDOS Al moverse, los niños y las niñas se encuentran con la motricidad de los que le rodean; con su proximidad, acogida o rechazo, estableciendo o no un posible acuerdo con ellos. Al respecto, las investigaciones actuales, establecen el significado que tiene la motricidad y el juego en el plano, socioafectivo, señalando, como ya se había enunciado anteriormente en este documento, que la función tónica, sobre la cual se elabora la motricidad, es también un modo de relación: el niño y la niña traducen sus sentimientos, emociones, sensaciones con variaciones de su sistema tónico, el que se encuentra perfectamente desarrollado Es necesario considerar que respecto a su ser relacional, dada la inmadurez de su sistema nervioso, no le es posible controlar su motricidad voluntaria y disponer de sí mismo con autocontrol. Desde esta perspectiva, el acuerdo tónico vivenciado en interacción lúdica y armónica con sus pares y especialmente con sus padres, a través del tacto, las caricias, los sonidos, la mirada, la exploración compartida ,entre otras experiencias gratificantes, significarán la primera forma de sociabilidad; serán el primer paso hacia una experiencia emancipadora de comunicación, base del desarrollo armónico de vínculos futuros. es el dialogo corporal , por lo tanto, la fase y expresión inicial de la afectividad en el ser humano. En este sentido, reafirmamos desde esta perspectiva vinculante de lo corporal, que el placer surge de la vivencia motriz experimentada con agrado y reconocida por otro; más aún si en los primeros años el párvulo está invadido por la afectividad y no posee disponibilidad para la dimensión lógica de su pensamiento. Al respecto, Myrtha Hebe Chokler, corrobora esta característica diciendo que “las maneras de sostener el cuerpo y manipulación son captadas por el niño por receptores cutáneos, provocándole sentimientos de seguridad y confianza” (Chokler, 1988). Este comportamiento de apego, matriz afectiva que modelará los vínculos futuros, se complementa con la disposición libre para la exploración. Ambas juegan un papel primordial en el logro progresivo de las formas motrices naturales, la descentración cognitiva y la integración social. En definitiva, el Jardín Infantil constituye uno de los mundos de interacción del niño/de la niña; y su desarrollo es un proceso por sobre todo vincular. En tal sentido, un ambiente favorable que acoja al niño es imprescindible para su evolución; necesita sentir que es querido/ querida y que recíprocamente, él/ella también es motivo de satisfacciones emotivas para otros. Tales sentimientos se concretan y expresan en el abrazo, en las caricias, en los apoyos y ayudas. 9 4.4. PARA EL NIÑOY LA NIÑA, AL MOVERSE SE EXPERIMENTAN Y EXPERIMENTA EL MUNDO EXTERIOR, AUTOEJERCITANDO SU DISPONIBILIDAD MOTRIZ PERSONAL “Los niños no nacen torpes..., los hacemos torpes...”, señala Liselot Diem; y esto puede ocurrir en la medida que les ofrecemos situaciones de aprendizaje desconectadas de sus reales necesidades, por debajo del nivel necesario, o bien, por sobre las posibilidades de resolución exitosa; así también, cuando les impedimos el ejercicio libre de sus disponibilidad corporal que se manifiesta en la motricidad voluntaria. En cada uno de estos casos, la resultante es una posible marginación de la práctica por parte del niño, con consecuencias desfavorables que anulan progresivamente este impulso motriz propio de la infancia. El niño y la niña pasan de la motricidad refleja e impulsiva a una motricidad voluntaria y controlada; en otras palabras de ser movido, debe aprender a moverse con autonomía en forma coordinada, cualidad que ya señaláramos en el taller Nº 1 , está en su etapa crítica. DE LA MOTRICIDAD REFLEJA, INVOLUNTARIA A LA MOTRICIDAD VOLUNTARIA En el transcurso de los primeros años, los logros motores infantiles son considerables; camina, corre, salta, manipula diferentes objetos junto al desarrollo de la palabra, la expresión gráfica, el juego, entre otras posibilidades propias de su naturaleza. La infancia, en este sentido, es una etapa que requiere tiempo, ambiente y oportunidades para que cada niño y niña cimiente desde su propia vitalidad la autonomía, la libertad, la capacidad de resolución de problemas, la disposición positiva para integrar grupos de pares, compartir y aprender a disfrutar, valorarse y convivir en paz y solidaridad; mas detalles al respecto, lo analizaremos en el próximo taller que refiere al desarrollo sensomotor y motor en la infancia. 10 5. CONCLUSIONES 5.1. La organización del desarrollo se inicia en la concepción y todos los dominios se van diferenciando en forma gradual, pero en el inicio de la infancia, el comportamiento motor es la expresión de la integración psicomotriz del ser que comienza a florecer. De ahí la importancia del movimiento, tanto en el desarrollo del párvulo, como también, en cuanto expresión de la globalidad del ser del niño y la niña. Al respecto, podemos identificar cuatro ejes evolutivos: 1º) DESDE LA MOTRICIDAD REFLEJA, EL PLACER MOTOR, LA IMPULSIVIDAD MOTRIZ Y LA DEPENDENCIA AL DESARROLLO CUALITATIVO DE LA MOTRICIDAD VOLUNTARIA Y EL DISFRUTE DEL POTENCIAL MOTRIZ PERSONAL 2º) DESDE LO VIVENCIAL SENSORIOMOTRIZ A LO RACIONAL, LÓGICO Y ABSTRACTO DE MODO QUE SEA CAPAZ DE OBJETIVAR Y EXTENDER LAS EXPERIENCIAS 3º) DESDE LA VIVENCIA DE UN YO EN FAMILIA A UN YO ENTRE LOS OTROS, EVOLUCIONANDO EN LA SOCIABILIDAD, LA COOPERACION, EL RESPETO A SUS SEMEJANTES 4º) DESDE LA VIVENCIA LUDICA SENSOMOTRIZ Y SIMBOLICA ESPONTANEA Y LA EXPRESION DE LA LIBRE INICIATIVA, A LA CREATIVIDAD Y EL PENSAMIENTO DIVERGENTE 11 5.2. En una perspectiva pedagógica de la Educación Física Infantil se debe tener en consideración que el niño la niña poseen una capacidad para disponer motrizmente de su cuerpo, capacidad que es susceptible de perfeccionar. Al respecto la tarea será propiciar una educación de la motricidad sobre la base de estas posibilidades motrices naturales y propias de cada niño/niña. 5.3. Por otro lado, se deberá tener en consideración que al moverse el niño y la niña transparentan o expresan su interioridad, proyectando su energía de manera singular ; En este sentido la tarea será propiciar ambiente y oportunidades para que los niños y niñas nos cuenten de sus vivencias y se encuentren con lo propio; nos cuenten de su mundo mágico e imaginario y se encuentren con su poder de re-creación; nos hablen de sus encuentros , posibles acuerdos, emociones y sentimientos, dudas e inquietudes, y se encuentren con sus posibilidades de comunicación. MOTRICIDAD Y DESARROLLO INFANTIL…DESAFIOS PEDAGOGICOS DE LA EDUCACION DE LA MOTRICIDAD INFANTIL Y DE LA EDUCACION DE LOS NIÑOS Y NIÑAS PORMEDIO DE LAMOTRICIDAD: La aventura de la exploración sensomotriz: el ejercicio de la motricidad, y el descubrimiento de sí mismo en interacción creativa en el mundo. Junto a la experiencia del equilibrio: la confianza y la autonomía infantil: la formación motriz y el desarrollo de: − la coordinación en la realización de las habilidades motoras básicas: − el esquema corporal (noción del propio cuerpo, lo0s objetos y los demás) La experiencia del dialogo corporal, la convivencia con los demás y la relación lúdica simbólica y mágica con el entorno: el desarrollo de la comunicación y la creatividad motriz ¡¡ LA INVITACION ES: RENOVAR LA PRÁCTICA MOTRIZ INFANTIL CON SENTIDO, SIGNIFICADO PARA TRANSFORMARLO EN UN ESPACIO INTENCIONADO, PLACENTERO E INTERACTIVO!! 12