Relaciones entre la UE y América Latina en materia de seguridad y

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Euro-Latin American Parliamentary Assembly
Assemblée Parlementaire Euro-Latino Américaine
Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana
Assembleia Parlamentar Euro-Latino-Americana
ASAMBLEA PARLAMENTARIA EURO-LATINOAMERICANA
Comisión de Asuntos Políticos, Seguridad y Derechos Humanos
16.10.2009
DOCUMENTO DE TRABAJO
sobre Relaciones entre la Unión Europea y América Latina en materia de
seguridad y defensa
Coponente: José B. Pampuro (Parlasur)
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Principales debilidades de la región
América Latina es una región claramente heterogénea, a pesar de estar compuesta
mayoritariamente por países de habla hispana y con tradiciones culturales semejantes en el
origen colonial.
Ello es así por múltiples razones y abarca tanto lo político, lo económico, lo social, lo
etnográfico, lo cultural y prácticamente todos los demás aspectos que se analicen de la vida de
los estados que componen la región.
Las jóvenes democracias que se extienden por casi toda la región, es el factor común que
comparten los países y que determinan uno de sus rasgos fundamentales en la actualidad.
Junto con este aspecto positivo común y abundando en el rasgo de la heterogeneidad,
podemos señalar que, América Latina, muestra grandes señales de iniquidad en el reparto de
la riqueza, lo que arroja como resultado la existencia de cada vez mayores porcentajes de
sectores sociales sumergidos en la pobreza y la marginalidad.
Esto se constata aún en aquellas economías nacionales más desarrolladas o también en
aquellas que han crecido en forma notable y sostenida en las últimas dos décadas.
Desde el punto de vista del peso político y del liderazgo de la región salvo exceptuando, tal
vez, el caso de Brasil, América Latina sigue siendo una zona del planeta que resulta marginal
y automarginada respecto a los temas centrales de la agenda global.
El énfasis del esfuerzo mayoritario de cada uno de los estados nacionales de la región está
colocado en el desarrollo. Debemos reconocer que estos esfuerzos son diversos, en cada
subregión y de país a país.
Destacamos entonces que el rasgo de la diversidad sigue siendo más fuerte que cualquiera de
los esfuerzos que se han venido desarrollando desde mediados de los ochenta del siglo XX, en
dirección a procurar procesos integrativos subregionales, (MERCOSUR, UNASUR, PACTO
ANDINO, MERCADO COMÚN CENTROAMERICANO). Ello no implica que no debamos
valorar estos esfuerzos integrativos, y mucho menos abandonarlos.
En materia de seguridad, América Latina muestra dos flaquezas importantes que son, en
primer lugar, un todavía elevado grado de desconfianza entre los estados, que en algunas
subregiones podríamos hasta decir que se ha hecho creciente y en segundo término, la
inexistencia de mecanismos claros para la resolución de los conflictos existentes.
América Latina puede ser caracterizada como una región que ha venido siendo atravesada por
tensiones y conflictos políticos internos o internacionales serios en lo que va del presente
siglo.
A modo de ejemplo podemos señalar algunos de ellos. La crisis del 2001 de la Argentina, que
terminó con el gobierno del Dr. De la Rúa, así como el conflicto interno de la hermana
república de Haití, que obligó a una mancomunada intervención militar de un buen número de
países latinoamericanos, para restituir la paz interna en primer término y un gobierno electo
luego, todo ello bajo mandato de la ONU. Intervención internacional ésta que aún se
mantiene.
En el año 2002, debemos contabilizar la crisis de un sector militar y de la oposición
venezolana en contra del actual gobierno, cuyo origen se remonta al año 1993. Del mismo
modo que es dable consignar graves tensiones político militares entre Venezuela y Colombia
durante el 2008 y durante el 2009, como consecuencia de visiones diversas respecto del
conflicto interno colombiano.
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Debemos señalar el complejo conflicto político interno de Bolivia que se desata en el año
2003, y que persiste con mayor o menor intensidad hasta el presente.
En el año 2005 se desata el conflicto político interno de Ecuador que, con altibajos, se
mantiene hasta el presente.
A partir del año 2006 podemos señalar el conflicto político interno de México, que logró ser
parcialmente reencauzado, expresándose en forma creciente el tema de la expansión del
narcotráfico y de la violencia delictiva asociada a él, así como los esfuerzos del propio estado
mexicano para combatirlo, situación ésta que se ha agravado en el 2008 y lo que va del 2009.
La crisis política de Honduras que se ha desatado en el 2009, que continúa hasta el presente y
que de algún modo u otro involucra la política exterior de la mayoría de los países
latinoamericanos, obligando a los gobiernos ciertamente a tomar posición en defensa del
régimen democrático de esa hermana república.
A lo expresado, debemos agregar que la crisis económica global desatada, ha impactado
profundamente las economías de las naciones latinoamericanas, al punto de que dicho
impacto se percibe en todas las áreas de la vida de nuestras sociedades, incluido el propio
plano de la seguridad, en tanto ésta ha debilitado en mayor o menor medida a cada uno de los
estados en sus capacidades para garantizar, entre otras cosas, la gobernabilidad democrática.
A su vez, la merma en las capacidades de los estados, que provoca esta dificultad para
garantizar plenamente la gobernabilidad democrática impacta negativamente en la posibilidad
de un control cierto de la violencia de diferentes tipos que asola a nuestras sociedades, sobre
todo aquella derivada del crecimiento del desempleo como la asociada al crimen organizado
(narcotráfico, maras, pandillas)
La disminución de la inversión pública y privada, la mayor dificultad para el acceso al crédito
internacional o interno en cada país, ha propendido al crecimiento de la desigualdad interna y
a una mayor asimetría entre nuestras naciones, lo que consecuentemente redunda en el
crecimiento de las tensiones internas dentro de los sistemas políticos de cada país, a la vez que
acrecienta las tensiones interestatales existentes en cada una de las subregiones de América
Latina.
Como resultado de todo lo anteriormente descrito, podemos concluir que el cuadro situacional
general, ha tendido a fortalecer los procesos de fragmentación por encima de los de
confluencia, no ha propendido a resolver las disputas territoriales existentes, muy por el
contrario, en muchos casos se han sostenido las disputas de diferente tipo existentes y más
aún, hay un visible incremento de la desconfianza entre los estados.
Puntualmente, en lo que concierne al flagelo de la criminalidad y la violencia asociada a ésta,
debemos señalar, conforme los resultados arrojados por el estudio realizado por el Firearms
Educational and Research Network, 2005, Toronto, América Latina y el Caribe resulta ser la
región con mayor rango de homicidios con armas de fuego del mundo.
Principales fortalezas de la región
La quinta Cumbre de las Américas realizada en abril del presente año ha sentado, sin dudas,
las bases para generar un nuevo contexto de relacionamiento hemisférico, cuyo principal
objetivo es el de “forjar una comunidad de naciones más sólida”.
En su declaración final se reconoce que “América Latina y el Caribe se encuentran ahora en
una fase diferente de sus relaciones, entre ellos y con los Estados Unidos de América”.
Los líderes del Hemisferio acordaron allí que “ahora tenemos una verdadera oportunidad para
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plantear las relaciones interamericanas sobre una base totalmente nueva en la que todos los
países, grandes o pequeños, desarrollados o en desarrollo, somos socios en condiciones de
igualdad. Esta relación debe ser construida sobre la base de una nueva visión y de una
estrategia de desarrollo centrada en el ser humano”.
En esta cumbre se retoma el multilateralismo para el tratamiento de los diferentes temas y
problemas de la agenda de nuestra región, entre ellos se avanzó en un consenso claro e
histórico respecto de finalizar la exclusión de Cuba del proceso de cumbres y del sistema
interamericano. A ello contribuyó enormemente la actitud abierta del Presidente Obama para
que en un futuro Cuba pueda participar abiertamente en los asuntos hemisféricos.
En lo concerniente a la crisis económica global, la Cumbre enunció que “No obstante los
esfuerzos individuales, la crisis requiere una respuesta global concertada y coordinada. Las
acciones unilaterales aisladas no serán efectivas. Es necesario forjar más lazos económicos y
comerciales entre los países de las Américas, restaurar los flujos de crédito para financiar el
comercio internacional y detener la caída abrupta de las exportaciones”.
También allí se señalo que los países desarrollados tienen la importante tarea de abordar las
debilidades de sus propios sistemas financieros, a fin de restaurar la confianza en los
mercados internacionales.
Es indudable que este nuevo contexto de relacionamiento hemisférico basado en una nueva
actitud colectiva de respeto entra las naciones, coloca un mejor marco para abordar los
problemas específicos que hacen a las sensibles áreas de la seguridad y la defensa.
En función de avanzar en un sentido positivo que contribuya a consolidar este nuevo contexto
de relacionamiento enunciado, es que debemos poner el énfasis en fortalecer todas y cada una
de las iniciativas integrativas entre estados, en cada una de las subregiones.
Es por ello que deberemos poner especial atención en aquellas iniciativas de cooperación
subregionales que, como el caso del MERCOSUR, intenta hacer avanzar en un sentido
integrativo global a cuatro países sudamericanos, como lo son Brasil, Paraguay, Uruguay y
Argentina. Este proceso contempla, además, la próxima inclusión de Venezuela como
miembro pleno de esta asociación.
En este sentido también señalamos aquí la necesidad de fortalecer aquellas iniciativas
integrativas subregionales, como es el caso del SICA en Centroamérica, que desde 1991
agrupa a 7 naciones en un proceso de confluencia en todos los aspectos de esas naciones,
particularmente las áreas de la defensa, la seguridad pública y la inteligencia.
Lamentablemente y como palmaria muestra de esas tendencias de fragmentación señaladas en
este informe con anterioridad, debemos restar, desde hace pocos días, de dicha iniciativa a la
República de Panamá quien ha abandonado el SICA, por diferencias políticas de su actual
gobierno.
Del mismo modo deseamos señalar la necesidad de fortalecer La Comunidad Andina de
Naciones –CAN -, que agrupa a cuatro naciones de la subregión andina desde 1996, proceso
integrativo éste que también incluye los planos de la seguridad y la defensa.
Esta iniciativa integrativa, junto con el MERCOSUR, están ya trabajando en forma
mancomunada para avanzar en la constitución de un parlamento sudamericano sobre la base
de integrar procesos que ya están avanzando en sus respectivos procesos integrativos previos.
Finalmente debemos señalar la iniciativa de la Comunidad del Caribe CARICOM, que agrupa
desde 1973 a 15 países de esa subregión y que contempla, como parte de sus iniciativas, la
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cooperación en materia de seguridad pública y ciudadana, así como la lucha contra la
delictividad, la proliferación de armas pequeñas y la violencia vinculada al crimen organizado
y las pandillas.
En este mismo sentido hay que promover también aquellas iniciativas ambiciosas como es el
caso de UNASUR, que agrupa a 12 naciones de América Latina en un espacio que intenta
construir una identidad sudamericana, en el plano político, social, cultural, ambiental,
energético, de seguridad, defensa e infraestructura.
En el plano de generar consensos para atender los nuevos retos de la región, principalmente
en el terreno de la paz y la consolidación de las democracias, debemos esforzarnos por
fortalecer el Grupo de Río que desde 1986, agrupa a 22 naciones trabajando en diversos tipos
de conflictos que inestabilizan a nuestra Región.
Estado de la cooperación latinoamericana en materia de seguridad y defensa
Es importante señalar que el contexto general en el que se desarrolla la cooperación en
materia de defensa en nuestra región, aun cuando aparece diferenciado por subregiones, en
general guarda estrecha relación con agendas políticas de seguridad, estrategias de gobierno y
de defensa nacionales, que se entrecruzan.
El estado en general de la cooperación en esta materia es incipiente en la mayoría de los
casos, así como inexistente en la mayoría de ellos. Esto se percibe claramente en el modo
heterogéneo en que los países de la región definen sus políticas públicas de seguridad y
defensa frente a la particular percepción que cada país tiene respecto de lo que son sus
amenazas principales, sean éstas de carácter tradicional o de nuevo tipo.
En aquellos casos en las que se viene desarrollando algún tipo de cooperación en este plano,
como lo es el del CAN, a través del la Conferencia de las FFAA de Centroamérica creada en
1997 por los presidentes centroamericanos, dicha cooperación no avanza demasiado, más allá
de lo meramente enunciativo. Ello aún cuando podamos reconocer que sus objetivos iniciales
eran ambiciosos tal como lo expresa el texto de su conformación que se resume de la
siguiente manera “La Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas, está instituida
para contribuir a la seguridad, al desarrollo e integración militar de la región; para impulsar un
esfuerzo permanente y sistemático de cooperación, coordinación y apoyo mutuo entre las
fuerzas armadas; para la realización del estudio colegiado de asuntos de interés común; y para
proporcionar un nivel óptimo de defensa contra amenazas a la democracia, la paz y la
libertad”.
El caso del Plan Colombia que implica un programa de asistencia militar que los EEUU le
brindan a ese país, con el objetivo del fortalecimiento de sus FFAA y de seguridad, sea tal vez
el programa no sólo más ambicioso y desarrollado en nuestra región, sino también el que ha
generado mayor nivel de controversia y tensiones en la geografía que sirve de contexto a esa
hermana república.
En el caso del Consejo Sudamericano de Defensa, cuya misión principal desde el punto de
vista de la cooperación es la de promover una visión común de la región sobre el problema de
seguridad y defensa, contribuir a aumentar la confianza mutua y fortalecer a las FFAA
sudamericanas en materia de entrenamiento y equipamiento, a la vez fomento de una base
industrial común en esta área, no ha podido avanzar demasiado. Ello debido a múltiples
razones de orden político, pero principalmente a la diversidad de visiones que existen en este
plano entre nuestros países, así como la heterogeneidad de doctrinas, equipamientos,
prioridades, capacidades y recursos estatales para poner al servicio de la defensa.
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En resumen, esta compleja y delicada iniciativa impulsada fuertemente por Brasil, que se dió
simultáneamente en el marco de una asociación estratégico militar de ese país con Francia, en
la que no sólo están involucradas la compra de 51 helicópteros, la construcción de submarinos
convencionales y la construcción conjunta entre Brasil y Francia de la carcaza del primer
submarino de propulsión nuclear brasileño, además recibirá, por dicha asociación, una vasta
transferencia de tecnología. Todo ello colocará a Brasil en una posición inmejorable para, no
sólo trabajar los aspectos de cooperación objeto de la creación del Consejo, sino también para
transformarse en el futuro proveedor de sistemas de armas para nuestra subregión.
Algunos aspectos adicionales que serían destacables en este apartado de la cooperación
latinoamericana son la realización de diferentes tipos de medidas de confianza mutua en cada
una de las subregiones, la publicación de los libros blancos de la defensa, así como el
desarrollo de metodologías estandarizadas para la comparación del gasto de defensa entre
países. El avance e interacción en la conducción civil democrática de la defensa de casi todos
los países latinoamericanos, el esfuerzo de constitución en algunos casos de fuerzas militares
conjuntas para operaciones de paz, así como la cooperación en operaciones de paz entre
países latinoamericanos.
La cooperación en materia de seguridad y defensa con Europa
La tradicional cooperación que unía a algunos países sudamericanos, como es el caso de
Argentina, cuya fuerza aérea antes de Malvinas estaba equipada con aviones Mirage y misiles
Exocet, así como también la asociación bajo licencia Tyseen, expresaba una cooperación con
Alemania, hoy ésta es inexistente, en este caso particular debido entre otras a razones de
carácter políticas, financieras, de cambio de políticas en lo que concierne al gasto en defensa.
Fuera de ello y de lo que se mencionó sobre el reciente acuerdo estratégico militar de Brasil
con Francia, la cooperación militar entre América latina y la región europea está actualmente
poco desarrollada, más allá de lo que es tradicional en materia de intercambio de formación
de personal entre fuerzas de ambas regiones.
Sin duda uno de los retos a futuro es desarrollar una agenda común para trabajar estos temas
de modo mancomunado entre América Latina y la Unión Europea.
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