Desequilibrio regional y efectos en el mercado de trabajo

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ECONOMÍA
DESARROLLO
, VOLUMEN
3 NÚMERO
2, SEPTIEMBRE
2004 EN MÉXICO
DESEQUILIBRIO
REGIONAL YYEFECTOS
EN EL MERCADO
DE TRABAJO
: EDUCACIÓN
, EMPLEO E INGRESO
53
Desequilibrio regional y efectos
en el mercado de trabajo: educación,
empleo e ingreso en México
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR*
Resumen
Las diferencias en el desarrollo regional en México no sólo están relacionadas
con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte —TLCAN—, sino que tienen
su origen en las crisis económicas y en las políticas de ajuste estructural, las
cuales destruyeron muchas cadenas productivas locales, especialmente en
zonas rurales. En zonas urbanas, el resultado ha sido la precarización de la mano
de obra y la contracción del salario real, y la oferta de empleos está en trabajos
de subsistencia, localizadas en el sector terciario y en la maquila. Es necesario
recuperar la defensa de lo global desde lo local para poder combatir la brecha de
desigualdad, marginación y pobreza que existe en México. Se debe mirar hacia
adentro para constituir una estrategia que se fundamente en la inclusión social
y que no estimule la exclusión social, reflejado en una concentración geográfica
que alimenta procesos de fragmentación, constituyendo diferentes México’s.
Abstract
The differences in the regional development of Mexico are not only related with the
North American Free Trade Agreement —NAFTA—, but have their origin in the economic
crisis and the structural adjustment policies, which destroyed many local productive
chains, especially in rural areas. In urban areas, the result has been the weakening
of manual labor and the contraction of the real salary. The supply of employment is
made up mostly of subsistence jobs, localized in the third sector and in the “maquila”.
It is necessary to recover the defense of the global from the local in order to combat
the inequality gap, the marginalization and the poverty that exist in Mexico. One
must look toward the inside in order to build a strategy that is founded in social
inclusion and that does not favor social exclusion, reflected in the geographic
concentration that feeds the process of fragmentation, leading to different México’s.
Palabras clave: Desarrollo regional, pobreza rural, mercados locales de trabajo.
Clasificación JEL: J24, R23.
*
Economista, maestría en Estudios de Población y doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, con experiencia en los
temas laborales, integración económica regional y crecimiento económico en México. Sus publicaciones recientes
han abordado líneas de investigación sobre las transformaciones urbanas de las ciudades y los cambios en los
mercados de trabajo, factores locales para retención de población en zonas de alta migración y desarrollo regional.
Ha sido profesor de macroeconomía, política económica, comercio internacional y estadística en universidades de
Colombia y México. Actualmente es profesor-investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO
Sede México. Las sugerencias y comentarios serán recibidas al e-mail: [email protected]; Dirección: Carretera
al Ajusco, No. 377 (km. 1.5); Col. Héroes de Padierna; C.P. 14200 México, D.F.; Teléfonos: 30.00.02.65 - 30.00.02.00;
Fax: 30.00.02.84. Fecha de recepción: 01 de agosto de 2004. Fecha de aceptación: 17 de septiembre de 2004.
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JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
1. Introducción
La actual estructura regional social y productiva mexicana es resultado de los
efectos de las crisis económicas y de las reestructuraciones que se han dado
por las políticas de ajuste y liberación de la economía.
El rezago que registran regiones como la del sur del país en donde hay un claro
predominio rural indígena, contrasta con la región norte, urbana y vinculada
con la actividad industrial, mayormente integrada al mercado internacional
por la localización de industrias maquiladoras, mientras la región central
concentra más las actividades comerciales y de servicios, principalmente
financieras lo que la hace una región con mucha influencia de los flujos
globalizadores. Esto contrasta también con la capacidad regional de generar
alimentos, pues el sur del país cuya vocación productiva podría cubrir sus
necesidades alimentarias, es la que registra los mayores rezagos en este
aspecto, mientras que las demás regiones muestran lo contrario.
Estas diferencias se agudizan al comparar directamente los mercados locales,
pues sus sistemas productivos son diferentes y la economía campesina del
sur contrasta con las empresas y el sistema de mercado de las otras regiones.
En el desarrollo local mexicano hay desigualdades que reproducen los marcos
de exclusión, marginalidad y pobreza.
En este documento, se pretende mostrar el claro nivel de desequilibrio
regional mexicano y a partir de postulados, dirigir la atención a la ausencia
de procesos de desarrollo local para reducir esta brecha de desarrollo regional.
Para ello se hace referencia de los análisis macro de enfermedad holandesa,
que se basan en los problemas que se generan en lo sectorial por la
concentración de flujos de capital hacia sectores productivos específicos
olvidando los otros sectores. Asimismo, se usan los análisis de capital
humano de mercados de trabajo, basándonos en las técnicas econométricas
usadas con las bases de datos de las encuestas nacionales de empleo, para
mostrar las diferencias regionales en este aspecto, enfatizando el
sostenimiento de una clara divergencia regional.
2. Marco teórico
Los esfuerzos por encontrar los mecanismos necesarios que apunten a un
claro desarrollo nacional con equidad regional y bienestar social en el ámbito
local, todavía no se han hallado y las aproximaciones que se han obtenido
hasta ahora, se tienen conflictos principalmente entre el nivel macroterritorial y el micro-local. BOISIER (1997) menciona que se vive la paradoja que
el crecimiento económico va de la mano incluso con la desaceleración del
desarrollo.
Comprender el efecto de lo global en lo local pasa por las dimensiones
exógenas y endógenas del desarrollo, dado que la globalización tiende a
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DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
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homogeneizar los espacios para que sea uno solo de carácter transnacional,
aunque para ello tenga que hacerlo a partir de los territorios subnacionales
(BOISIER, 1999), que pasan de lo regional a lo local. El mercado es insuficiente
por sí solo de resolver los problemas de carácter local y lo que hace es
reproducir las anomalías sociales de exclusión social, desigualdad y pobreza.
El mercado con la premisa de reducción del tamaño del Estado no logra ser una
efectiva estrategia:
“Frente a la preeminencia avasalladora del mercado, conviene recordar la
paradoja neoliberal: los casos exitosos de liberalización económica no
descansan sobre un desmantelamiento del Estado sino, muy por el contrario,
presuponen una fuerte intervención estatal” (LECHNER, 1995: 65).
Los mecanismos exógenos que traslada el mercado desde lo nacional a lo local
a través de procesos globalizadores, deben enfrentarse directamente desde lo
local por medio del desarrollo endógeno, pero ello requiere de un contexto
favorable (PÍREZ, 1995). De esta manera es necesario construir una articulación
global-nacional-regional-local como necesaria no solamente para la
interpretación de los procesos de desarrollo sino para identificar mecanismos
efectivos que puedan llevar a un desarrollo real con bienestar hacia lo local.
La sociedad local es una fracción de la sociedad nacional, las cuales no deben
ser excluidas de los procesos de desarrollo, por mucha influencia de los
enfoques de mercado que solamente estimulan el individualismo y el
egoísmo empresarial de las ganancias.
2.1. ¿Qué es desarrollo regional y local?
Para llegar a una definición de desarrollo regional y local, la base de los
conceptos corresponde al acotamiento del espacio dentro del sistema nacional.
Sin embargo, todos estos espacios están conformados por espacios locales,
incluso el espacio regional que está conformado por unidades locales, lo que
significa un definir primero el espacio local.
En este sentido, el espacio local se puede entender como un conjunto de
subsistemas en interacción dinámica tanto entre ellos como con su medio
ambiente con el objetivo de satisfacer necesidades, además de estar
conformado por una misma dirección sustentada en asociaciones de los
actores dentro de un ámbito territorial acotado que agrupa a individuos que
impulsan cambios para incrementar el bienestar del grupo social. Asimismo,
como lo menciona ENRÍQUEZ (2001), el desarrollo local involucra tres aspectos,
los conceptos metodológicos de trabajo desde los grupos sociales con acciones
que apuntan a alcanzar un desarrollo económico y social bajo procesos de
democratización del Estado y descentralización en la dirección de la cooperación
internacional, además de los enfoques de los modelos autárquicos a los
modelos que globalizan.
Actualmente el desarrollo económico local tiene un marcado enfoque hacia
el mercado y resulta ser el espacio preciso para que los individuos puedan ser
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JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
partícipes efectivos de este enfoque, pero como lo destaca BOISIER (1990) es
insuficiente para construir una colectividad en lo local. En la misma dirección,
la demanda cambiante y el desarrollo tecnológico afectan los costos de
transacción y planeación de las actividades productivas (DUNNING, 1997).
Los actores locales son transformadores efectivos de las reformas y la gestión
de los proyectos (GIDDENS, 1984; CLEGG, 1990), de allí que sea necesario
involucrar a los actores locales desde el momento de la planeación del
desarrollo local para que haya un efecto de carácter regional y los resultados
en forma conjunta puedan ser positivos en el ámbito nacional, sin que
demarque una fragmentación del desarrollo que beneficia a unos pocos
individuos o regiones. Por eso es necesario resaltar que son los individuos
desde lo local quienes se convierten en actores y agentes que alteran el
territorio (MARSIGLIA y PINTOS, 2001).
Esto muestra la inexistencia de una fórmula de desarrollo local, dado que los
mismos individuos conforman las instituciones y las estructuras sociales en
las redes locales (CACHÓN, 1996). Es por ello que la dinámica de lo local no se
restringe al ámbito territorial, pues VAN HELMERICK (2001) menciona que el
conjunto de elementos en interacción dinámica, localizado dentro de los
límites de un espacio físico determinado, organizados en función de un fin
determinan un sistema localizado y por ende una localidad.
En los países en vías de desarrollo, el progreso de los sistemas locales depende
por mucho de la gestión del gobierno en todas las esferas de lo territorial, por
lo que los mecanismos de equidad territorial deben basarse en un proceso de
descentralización efectiva, que logre construir estructuras de gobiernos
autónomos en lo local y regional, brindándole a los actores la oportunidad de
desarrollarse, constituyendo identidades regionales desde el ámbito social
(BOISIER, 1990: 143; SCHÖNWÄLDER, 1997: 763), pero el fortalecimiento regional
también debe sujetarse a un proceso de flexibilidad del aparato estatal para
que pueda enfrentarse con éxito a los cambios que trae la globalización
económica y el embate de los competidores internacionales.
2.2. Importancia de lo local como defensa de lo regional y nacional
frente a lo global
Una alternativa para llevar desarrollo al ámbito local es el aprovechamiento
de lo que se conoce como Sistemas Productivos Locales y de territorio con
actividades industriales de carácter endógeno convirtiéndose en áreas
especializadas. Los Sistemas Productivos Locales son formas de desarrollo
con dinámicas endógenas, caracterizadas por tres aspectos, como un pequeño
tamaño que los hace ideales para ser flexibles y adaptables, además de la
cercanía de sus relaciones directas y la confianza que se genera entre los
individuos y por la intensidad y densidad de las unidades productivas.
DOERINGER, TERKLA y TOPAKIAN (1987) se refieren a que este enfoque destaca los
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DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
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factores no visibles del desarrollo local por encima del aspecto netamente
económico, pero cuando se amplía el espectro de acción de lo territorial a
niveles regionales y nacionales, el embate de lo global puede limitar a lo local.
Las etapas del crecimiento endógenos de los sistemas productivos pasan
primero de las firmas locales a una expansión regional, pero posteriormente
a un control local hasta llegar a una consolidación:
TABLA 1
Etapas del crecimiento endógeno de los sistemas productivos
Etapas
Características
Factores
desencadenantes
1. Firmas locales
Inicio de negocios locales
con competencia
interregional
Información y capitales
2. Expansión regional
Ventas exteriores
Inversiones exteriores
Expansión de las
ventajas competitivas
3. Control local
Importancia de
la economía regional
Identidad del empresario
local
4. Consolidación
Estructura equilibrada
Todos los factores
anteriores
Fuente: Coffey y Polese (1984).
Los análisis de los sistemas productivos locales se han basado más en
estudios industriales regionales y locales, inspirados por el concepto de
distritos industriales que desarrolló ALFRED MARSHALL y por BECATTINI y CAPPECHI a
principios de la segunda mitad del siglo pasado, siempre sustentados en
actividades productivas industriales. Sus estudios llevaron a la observación
de redes locales de pequeñas empresas lo que permitió incorporarlos como
base del desarrollo local. Otros estudios como los franceses aportaron los
conceptos de dinámicas sociales endógenas, además de las diferencias entre
recursos y activos que fueron aportadas por COLLETIS y PECQUEUR, en donde los
recursos son factores potenciales y los activos son factores en actividad.
Posteriormente surgen los conceptos de cluster productivo de PORTER y cluster
territorial de SCHMITZ, los cuales efectivamente han servido pero a los ámbitos
urbanos de carácter industrial, no así a los cluster rurales donde las cadenas
productivas agropecuarias no son de interés para ser impulsadas como base
del desarrollo local.
2.3. Desequilibrio sectorial y regional
El modelo de crecimiento económico de México pasó de un proceso de
sustitución de importaciones al de promoción de exportaciones y arribó a una
apertura del mercado nacional en la década de los ochenta. Ello llevaría al país
a registrar altos niveles de pobreza, pues se calculaba que casi el 60 por ciento
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58
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
de la población era pobre, de la cual 35 por ciento vivía en condiciones de
pobreza extrema (HERNÁNDEZ, 1997, pp. 126-127).
Estos modelos de desarrollo beneficiaron a los grupos de estratos medios y
altos y afectaron de manera muy fuerte a los estratos bajos, incluso dentro del
modelo de mercado y liberalización económica donde en algunos momentos
se llegó apreciar una leve reducción de la pobreza. Las recurrentes crisis no
le han dado las bases macroeconómicas sólidas a México como para garantizar
que los esfuerzos puedan llegar a irradiar el bienestar social suficiente como
para que la pobreza no sea un mal permanente. Además, dentro de estos
últimos períodos de liberalización de la economía, el desarrollo sectorial fue
en detrimento del sector rural especialmente de la actividad agropecuaria
frente al mayor crecimiento de las actividades urbanas (véase gráfica 1). En
la actividad industrial manufacturera no maquiladora también se desaceleró,
mientras que la industria maquiladora y el sector de comercio y servicios,
principalmente de subsistencia, fueron los encargados de absorber la mano
de obra desplazada por otros sectores o que aquella población que no lograba
insertarse en los mercados rurales.
Gráfica 1
Ocupación en M éxico, 1988-2000
3 5, 00 0 ,0 00
3 0, 00 0 ,0 00
2 5, 00 0 ,0 00
2 0, 00 0 ,0 00
1 5, 00 0 ,0 00
1 0, 00 0 ,0 00
5, 00 0 ,0 00
0
1988
TOTAL
1990
1992
1994
AGRO PECUARIA,
1996
1998
2000
RESTO
Cálculos propios. Fuente: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México. Cuentas de Bienes y Servicios (19882000).
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Durante el período de finales de los ochenta hasta el final del siglo XX, las
diferencias en remuneraciones sectoriales mostraron que la remuneración
media anual del sector agropecuario siempre estuvo muy por debajo de lo que
obtenían los trabajadores de la industria manufacturera y del comercio y
servicios. En efecto, la remuneración del sector comercio y servicios fue
cinco veces la del sector agropecuario mientras que la registrada en el sector
de la industria manufacturera los superó en nueve veces. Pero las diferencias
son menores en cuanto a productividad sectorial se refiere, pues éstas eran
de tres y cuatro veces respectivamente. Relacionar estos dos indicadores de
productividad y remuneración media de los trabajadores permite observar
claramente que el sector agropecuario es muy superior a los sectores
productivos urbanos y su crecimiento fue sostenido mientras que las
actividades urbanas muestran un estancamiento (véase gráfica 2).
Gráfica 2
Re l a ci ón e ntre la productivida d y l a re mune ra ción m e dia
a nua l por tra ba ja dor e n Mé x ico, 1988-2000
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
TOTAL
AGRO PECUARIA
RESTO
Cálculos propios. Fuente: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de México. Cuentas de Bienes y Servicios (19882000).
Las diferencias muestran una relación de un poco más de 4 veces la cantidad
de la producción media por trabajador respecto a sus remuneraciones en el
sector agropecuario en 1988, duplicándolo al final del siglo pasado en 8 veces,
mientras que esta misma relación productividad-remuneración media en
las actividades urbanas se estancó en menos de 3 veces, e incluso se cayó a
cerca de 2 veces para la última crisis de diciembre de 1994.
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60
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
Este claro desequilibrio sectorial se refleja en el territorio en donde hay un
rezago regional que ha desembocado en una ruptura entre las dinámicas
económicas del norte y del sur, debido al aislamiento y el estancamiento
económico relativo aumenta en el sur, resultado de la fortaleza de la
integración del centro y del norte en la economía norteamericana. Además,
el abandono de las políticas regionales compensatorias, víctimas de la era de
la liberalización, ha acentuado esta divergencia (NICOLÁS, 1998; GARZA, 1999;
CENECORTA, 2002).
3. Un desequilibrio regional con enfermedad holandesa
Para mostrar los niveles de desequilibrio regional que existen en México, se
utilizará el método de análisis para la denominada “enfermedad holandesa”,
estableciendo la brecha sectorial-regional a partir de los indicadores
macrorregionales y demostrando que este enfoque se aplica perfectamente,
no solamente para exponer el desequilibrio sino la capacidad efectiva que
tienen las regiones para combatir este flagelo, cuya base es la desigualdad
sectorial de flujos de capital, impactando en los mercados de trabajo.
3.1. ¿Qué heredamos?
Los aumentos inesperados de los precios de los hidrocarburos, minerales y
otros bienes exportables en años anteriores, la vocación de la economía a
modernizar la industria manufacturera con inversión extranjera, la entrada
de capitales y las súbitas llegadas de recursos financieros externos originaron
aumentos dramáticos en las ganancias extranjeras e incrementos de los
sueldos de estos sectores que crearon revaluaciones del tipo de cambio real
y aumentos por encima del resto de los sectores, a la par de otras distorsiones
en la economía. Todo esto minó la competitividad del resto de sectores
respondiendo entonces con política económica con déficit y contracción en la
inversión.
Los incrementos de los precios de los bienes no transables generaron
movimientos de transferencia de recursos de los sectores que no tenían este
“boom económico” como fueron la agricultura y la industria, hacia la producción
de no transables. A este efecto de movimiento de factores de producción se le
conoce como enfermedad holandesa1.
Los ingresos petroleros inducen altas absorciones de recursos mayores al
crecimiento del gasto público y privado, creando una dependencia de las
cuentas fiscales a estos ingresos. Esto se inició en México durante los años
setenta y mucho más por el boom de la producción de petróleo de mediados de
1
Según JEFFREY SACHS, en un artículo aparecido en Foreign Policy de la primavera 1998, la enfermedad holandesa
ocurre cuando un ‘boom’ en los precios de los recursos naturales de un país produce un fortalecimiento de la
moneda nacional, afectando la rentabilidad de las industrias no basadas en esos recursos.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
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los ochenta, estimulada por los incrementos en los precios por las acciones
de la OPEP.
Se llama enfermedad holandesa porque a finales de la década del setenta y
comienzos de la del ochenta esto fue lo que le ocurrió a Holanda, tras descubrir
petróleo y, en especial, enormes cantidades de gas natural en el Mar del
Norte. Su vocación de economía abierta y exportadora en aquella ocasión
inoculó un virus económico al no contar con defensas de política económica que
lograran menguar la excesiva dependencia de los hidrocarburos, generando
una epidemia sectorial y regional en ese país. Luego este virus se filtraría a
las economías vulnerables de Latinoamérica ocasionando una pandemia
económica y contagiaría entre otros a México.
El efecto es devastador para las economías que lo padecen, porque lleva
prácticamente a la ruina a los países que la presentan. En forma sencilla de
explicar, la enfermedad holandesa se produce cuando un país depende de la
exportación de uno o dos productos que le generan el ingreso masivo de divisas,
lo cual revalúa la moneda local, pero anula prácticamente la productividad y la
competitividad del resto de sectores exportadores, que tienen que pagar cada
día mayores costos internos de producción, pero a la vez reciben menos divisas
por los productos que logran colocar en los mercados internacionales. Los
demás sectores se ven afectados y su consecuencia es la caída interna del
empleo y la contracción de la demanda agregada de insumos y de materias
primas, todo ello por el mal manejo del boom. Esto significó que México se
inundó de divisas pero en la realidad caminaba hacia la pobreza.
¿De qué magnitud de enfermedad estamos hablando? Un análisis de mayor
profundidad, nos lleva a calcular el índice de enfermedad holandesa. Éste es la
diferencia entre la participación del PIB agrícola e industrial manufacturero en
el total que debe existir dado el nivel de desarrollo (expresado con el PIB per cápita)
menos lo que existe en realidad. A la primera parte de este índice se le conoce
como la “Norma de Chenery”2. Si la proporción es menor a la norma significa que
el ajuste de los sectores ha acortado más rápidamente que lo que se esperaba con
el proceso normal de crecimiento y desarrollo económico. Un aumento en el valor
del índice significa que hay una agudización de la enfermedad.
Para el nivel nacional se calculó este índice y su cambio entre 1980 y 2001,
mostrando que pese al esfuerzo de diversificación de la economía y a la
reducción relativa de la participación del petróleo en el PIB, el país no
solamente mantiene un nivel de enfermedad holandesa sino que se ha
incrementado y no es explicada por el nivel de desarrollo3.
2
La norma de participación de los sectores en el PIB ha sido calculada por CHENERY y SYRQUIN, en Patterns of
Development 1953-1983 (Washington: BM/HIID, 1989).
3
Esto se observa en trabajos especializados como los realizados por ALICIA PUYANA “Petroleum in the North
American Integration Process: NAFTA at the Grassroots”, en U.S.-Mexican Economic Integration. Editado por
JOHN BAILEY, de la serie U.S.-Mexican Policy Studies, no 11, The University of Texas at Austin 2001.
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JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
Se relaciona más por los flujos financieros externos por procesos de
privatización y por las bonanzas inducidas por las expectativas del TLCAN
(Tratado de Libre Comercio de América del Norte), y por las revaluaciones
del tipo de cambio lo que viene a reproducir los síntomas de décadas
anteriores. El aumento prematuro de las actividades industriales de
servicios y el desequilibrio por los aumentos en el nivel de sueldos de
las actividades de bienes no transables enlaza nuevamente los problemas
de la demanda de la población y del sector público con el efecto del
petróleo.
Como se aprecia en la tabla 2, si se toma en cuenta que la economía mexicana
muestra un PIB per cápita de $6.018 dólares (constantes de 1999) su estructura
registra altos índices de enfermedad holandesa. Lo más destacado es la baja
participación del sector agrícola en el PIB total. El impacto de la revaluación de
la agricultura provino de la alta comercialización del sector. Efectivamente,
cerca de 75% de la producción agrícola mexicana se compone de bienes
comercializables. Por consiguiente, la revaluación del tipo de cambio permitió
una mecanización y tecnificación del campo, bajando el costo de la tierra y de
la mano de obra. Asimismo, la industria manufacturera ha acortado
prematuramente esta diferencia. Ambos fenómenos pueden relacionarse a
los flujos de inversión extranjera durante la década de los noventa, que en el
corto plazo tiende a extraer recursos de la economía en lugar de redistribuir
los ingresos en la misma.
TABLA 2
Índice de enfermedad holandesa de la economía mexicana
Concepto
Valores observados para México
1980
1993
1998
2000
5.860
5.720
5.060
5.836 6.018
Agropecuario
8,2
6.8
5.3
4.2
4.4
Minería
3.2
1.7
1.4
1.4
1.4
Manufacturas
22.1
20.1
21.3
20.3
Construcción
6.4
5.3
4.7
61.1
66.1
4.3
7.8
PIB
per cápita*
Comercio
y servicios**
Índice de enfermedad
holandesa***
Norma de Chenery
2001
4.222
6.000 10.555
15.4
11.6
7.0
19.4
21.0
23.1
28.0
5.1
4.9
6.1
6.4
7.0
68.4
70.2
71.3
41.2
43
47.0
8.1
10.2
10.9
* US$ constantes de 1999.
** Incluye electricidad, gas y agua.
*** Calculado por la suma entre la proporción de la norma de los sectores agropecuario y manufacturas menos las
proporciones observadas.
Fuente:
INEGI
y Fondo Monetario Internacional.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
63
De acuerdo a la participación de la agricultura y la industria manufacturera
mexicana, se observa también una contracción prematura y una acelerada
terciarización de la economía que se encuentra en desfase con el nivel de PIB
per cápita, pues incluso las economías desarrolladas que mostraron esta
desagricolización y desindustrialización lo hicieron cuando contaron con
niveles muy superiores. Para tener una idea, EE.UU. tiene una participación
del PIB agrícola de 4% con niveles de $16.873 dólares constantes de 19994,
mientras que en la industria manufacturera su contracción en la demanda
relativa inició cuando el PIB per cápita fue de $13.037 dólares constantes de
1999 5.
3.2. Efectos regionales de la epidemia
Según muestra la experiencia internacional de la pandemia económica, la
epidemia al interior del país ocasionó desempleo rural y, desempleo estructural
en las áreas urbanas, afectando a la población que no logran incorporarse a
las actividades económicas que experimentaron este crecimiento. Por ello,
la alteración regional en México a partir de los efectos de la enfermedad
holandesa es evidente, mucho más cuando la especialización de muchas
entidades federativas se concentra en actividades exportadoras como el caso
de la maquila en la frontera norte y como la producción petrolera en los
estados costeros del Golfo de México (véase tabla 3).
Los resultados muestran una región centro con presencia de enfermedad
holandesa, bastante grave en el caso del Distrito Federal si se toma en cuenta
que en ella se concentra 8.8% de la población del país y es el espacio productivo
donde se genera más de 22% del PIB. Sin embargo, ha venido reduciéndose al
igual que en casi todos los estados de esta región, con excepción de Hidalgo
y Morelos aun cuando tienen niveles muy por debajo del total del país.
Asimismo, destacan en esta región los Estados de Tlaxcala y de México con
niveles muy bajos y mucho más el Estado de Querétaro en donde no solamente
se ha logrado controlar la enfermedad holandesa sino que en la actualidad se
aprecia una estructura productiva acorde a la norma propuesta por CHENERY.
Los síntomas son característicos de los Estados petroleros, pues de los cuatro
Estados todos tienen enfermedad holandesa con altos niveles para el año
2000, con relativa excepción del Veracruz que viene reduciéndolo, mientras
que Chiapas, Campeche y Tabasco muestran que esta epidemia no se ha
controlado y por el contrario se ha estancado. En el resto de las regiones, en
la actualidad también registran síntomas.
4
TOMICH, THOMAS P. et al. Transforming Agrarian Economies. Opportunities Seized, Opportunities Missed,
Cornell U.P., 1995, pág. 41 y gráfica 2.1.
5
ROWTHORN, R. y RAMASWAMY, R: “Growth, Trade and Deindustrialization”.
Universidad Autónoma de Colombia
FMI/wp/98/60.
64
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
TABLA 3
Enfermedad holandesa en regiones y Estados
Regiones
y Estados
Región central
Distrito Federal
Hidalgo
México
Morelos
Puebla
Querétaro
de Arteaga
Tlaxcala
Estados petroleros
Chiapas
Veracruz-Llave
Campeche
Tabasco
Frontera norte
Baja California
Coahuila
de Zaragoza
Chihuahua
Nuevo León
Sonora
Tamaulipas
Resto de Estados
Aguascalientes
Baja California Sur
Colima
Durango
Guanajuato
Guerrero
Jalisco
Michoacán
de Ocampo
Nayarit
Oaxaca
Quintana Roo
San Luis Potosí
Sinaloa
Yucatán
Zacatecas
Cálculos propios. Fuente:
Índice de
enfermedad
holandesa
Crec. %
1993 2000
93-00
17.6
3.6
3.3
4.7
9.3
15.0
4.6
1.0
7.2
5.0
-14.6
26.0
-70.5
52.8
-46.3
3.7
3.8
-2.9
2.2
-177.0
-41.1
17.7
11.4
27.8
24.4
17.3
9.9
27.7
25.2
14.0
8.4
PIB
per cápita
$000 de 2000
PIB
%
total
%
población
1993 2000 1993 2000 1993 2000
113.0
30.0
38.1
45.4
29.0
127.2
31.9
39.5
43.5
33.7
23.9 22.3 9.7
1.5
1.5 2.3
10.3 10.5 12.5
1.5
1.4 1.5
3.2
3.5 5.1
8.8
2.3
13.4
1.6
5.2
48.4 60.3
24.4 27.3
1.4
0.5
1.7
0.5
1.3
1.0
1.4
1.0
-2.5
-13.2
-0.6
3.2
20.7
28.0
80.8
31.5
21.1
29.8
72.3
28.7
1.8
4.6
1.2
1.3
1.7
4.2
1.0
1.1
4.0
7.5
0.7
1.9
4.0
7.1
0.7
1.9
-39.7
59.0 62.2
2.8
3.2
2.2
2.6
-4.2 -3625.0
6.7
-13.6
4.0
-44.6
5.5
8.7
6.5
-30.8
55.3
59.1
76.6
53.3
46.1
67.8
72.5
88.5
63.5
55.5
2.9
3.9
6.4
2.6
2.8
3.2
4.5
6.9
2.9
3.1
2.4
3.0
3.8
2.3
2.8
2.4
3.1
3.9
2.3
2.8
7.2
22.7
22.1
2.6
9.3
24.4
6.9
2.6
22.5
24.2
1.0
9.8
22.4
6.1
-64.5
-0.6
9.6
-59.5
5.2
-8.1
-11.4
49.0
61.2
47.0
37.1
31.7
26.8
46.3
56.9
61.4
51.8
44.5
34.4
26.5
51.4
1.0
0.5
0.6
1.3
3.4
1.9
6.6
1.1
0.5
0.6
1.3
3.3
1.7
6.6
0.9
0.4
0.5
1.6
4.9
3.2
6.5
1.0
0.4
0.6
1.5
4.8
3.2
6.5
10.6
7.1
10.1
28.9
3.0
9.2
17.4
9.4
2.5
9.9
9.7
29.7
3.5
10.9
16.0
12.1
-76.2
39.4
-3.8
2.7
15.1
18.8
-8.1
28.7
25.1
30.7
20.9
86.5
33.3
40.0
35.5
25.5
30.9
30.9
22.0
72.1
36.2
38.1
39.6
27.8
2.3
0.7
1.7
1.3
1.8
2.3
1.3
0.8
2.5
0.6
1.5
1.3
1.7
2.0
1.3
0.8
4.3
1.0
3.7
0.7
2.4
2.7
1.7
1.5
4.1
0.9
3.5
0.9
2.4
2.6
1.7
1.4
0.1
7.7
7.2
5.0
9.3
INEGI
y
CONAPO.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
65
Gráfica 3
MÉXICO: SECTOR AGROPECUARIO EN LOS ESTADOS, 2000
DIFERENCIA ENTRE LA NORMA DE CHENERY Y LA PROPORCIÓN REAL
25
MCH
PARTICIPACION OBSERVADA
20
NAY
ZAC
CHS
OAX
DUR
15
SON
GUE
10
BCS
CHI
MOR
JAL
HID
TAM
AGS
CAM
5
TAB
TLX
REGION
MEX
QUE
REGION CENTRAL
NLN
DF
0
0
5
RESTO
10
15
20
25
NORMA DE CHENERY
Cálculos propios. Fuente: Tabla 3.
En la región fronteriza del país, es muy interesante que el efecto de la entrada
de capitales externos por parte de la industria maquiladora no haya generado
que se diera esta enfermedad en niveles de preocupación. Sin embargo, si se
aprecia que hay presencia dentro de esta región y se puede entender pues hay
que recordar que el efecto es de desindustrialización y desagricolización, pero
cuando llegó la maquila a esta región no había actividad productiva destacable
para desplazar. Se destaca el Estado de Coahuila en que durante los años
noventa no registraron enfermedad holandesa y los brotes que se dieron
fueron controlados.
Dentro del resto del país se aprecia cómo, los quince Estados muestran
contaminación por esta enfermedad, siendo menos grave en Durango,
Jalisco, Michoacán, y San Luis Potosí, pero donde es más intenso con niveles
cercanos a los Estados petroleros son Baja California Sur, Colima, Guerrero,
Quintana Roo y Yucatán. De acuerdo a la proporción de la Norma de Chenery,
podemos ver que, para el sector agropecuario, solamente cinco Estados logran
cumplir con este postulado (véase gráfica 3). Solamente Michoacán tiene una
participación de este sector en el PIB por encima de la norma, mientras que
Universidad Autónoma de Colombia
66
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
el resto de los veintiséis Estados muestran una proporción menor a requerido
según su nivel de PIB per cápita, confirmando la contracción agrícola como
base de la enfermedad holandesa.
De la misma manera, al observar la desviación de la proporción real de la
industria manufacturera en el PIB estatal respecto a la norma de Chenery, se
tiene que sólo siete Estados logran cumplir con este parámetro y otros ocho
sobrepasan el nivel de la norma, destacándose que los Estados de la región
centro muestran niveles por encima del postulado de Chenery, con excepción
del Distrito Federal que debería tener un peso del PIB manufacturero de 28 por
ciento y tiene solamente 20% (véase gráfica 4).
Como balance, se tiene que solamente tres Estados muestran no tener
completamente controlada la enfermedad holandesa en su economía, pero en
quince Estados hay niveles alarmantes de esta epidemia, lo que representa
que 38% de la población del país sufre sus efectos y es donde se genera 42.8%
del PIB.
Gráfica 4
MÉXICO: SECTOR MANUFACTURERO EN LOS ESTADOS, 2000
DIFERENCIA ENTRE LA NORMA DE CHENERY Y LA PROPORCIÓN REAL
40
QUE
35
MEX
TLX
PARTICIPACION OBSERVADA
30
NLN
AGS
PUE
HID
25
BJC
MOR
20
VER
15
MCH
OAX
10
NAY
CHI
DF
SON
REGION
TAB
CHS COL
QRO
CAM
5
REGION CENTRA
0
RESTO
0
5
10
15
20
25
30
35
40
NORMA DE CHENERY
Cálculos propios. Fuente: Tabla 3.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
67
4. Diferencias regionales en el mercado de trabajo
Los efectos tanto de la enfermedad holandesa como otros factores económicos
han determinado que la convergencia regional en México no se pueda gestar.
Mucho menos cuando las estructuras productivas estatales del país son tan
diferentes. La apertura externa y la integración económica de México al
mercado mundial han tenido fuertes impactos en las economías regionales
y estatales, provocando cambios sectoriales e incrementando el peso de
aquellos sectores productores de bienes y servicios comerciables y sacrificando
los no comerciables.
4.1. ¿Convergencia o divergencia?
La convergencia regional se logró durante la década de los ochenta, al
reducirse la disparidad en los ingresos per cápita debido a la sustitución de
importaciones y por desarrollo de la industria petrolera. Esta convergencia
fue frenada por las constantes y prolongadas crisis económicas de la segunda
mitad de los ochenta que precarizaron los Estados con importancia petrolera
y que dieron mayor peso económico a la región centro del país.
Según estudios especializados sobre convergencia en México, durante los
años noventa esta convergencia se desaceleró al entrar en recuperación de
las anteriores crisis, pero también pudo haber sido por los propios efectos de
la entrada en vigor del TLCAN y de las diferencias en la intensidad de la
enfermedad holandesa en los Estados.
Una forma de verificar esta hipótesis es elaborando las regresiones de
convergencia por actividades productivas entre las entidades federativas.
Utilizando la forma general se plantea la siguiente ecuación:
(Ln PIBpc d t - Ln PIBpc dt-1) = β0d + β1d Ln PIBpc dt-1 + ε
t
d
En ella se formula que el cambio en los logaritmos de la variable de PIB per
cápita en dos momentos en el tiempo es, aproximadamente, igual a la tasa
de crecimiento de PIB per cápita actual para cada división de actividad
económica. De esta manera, el parámetro β1d, indica si se presentó un
proceso de convergencia o divergencia. Su interpretación consiste en que si
β1d es negativo, significa que aquellos Estados con mayor nivel de PIB per cápita
crecieron a tasas menores que los demás, o bien que estos últimos tuvieron
un crecimiento más acelerado que los primeros. Por tanto la brecha entre
estas regiones en México podría haberse reducido. Por el contrario, si β1d es
positivo, significa que las distancias en el PIB per cápita Estatal de cada
división económica han aumentado y no existe convergencia.
Los resultados presentados en la tabla 4, muestran que en el sector primario
dentro de las actividades agropecuarias no ha habido convergencia y por el
contrario han aumentado las distancias. Lo mismo ocurre en las actividades
Universidad Autónoma de Colombia
68
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
mineras dentro de los Estados, pues el coeficiente es positivo. En el sector
industrial, la convergencia tampoco se ha dado, incluso se puede afirmar que
es mayor la divergencia en este tipo de actividades productivas que en los
sectores primario y terciario, toda vez que los niveles del coeficiente son
mayores en estas divisiones que en las demás.
TABLA 4
México: regresiones de convergencia en PIB per cápita
por divisiones económicas entre los Estados (1996-2000)
Divisiones
Agrop. silv. y pesca
Minería
Ind. manufacturera
Construcción
Electricidad, gas y agua
Comercio
Transporte y comunicaciones
Servicios financieros
Admón. pública y otros servicios
Constante
Ln Yt-1
-0.051
0.077
-0.046
-0.163
0.140
0.059
0.039
-0.046
0.063
0.002
0.123
0.094
0.445
0.015
0.028
0.099
0.053
-0.012
R2 ajustado
0.000
0.105
0.451
0.448
0.016
0.013
0.131
0.259
0.012
Cálculos propios. Fuente: INEGI y Banco de México.
De lo que se desprende que existen entidades federativas que se vienen
especializando en este tipo de actividad productiva pero no deja de preocupar
la distancia que vienen alcanzando respecto a los demás Estados. En el sector
terciario se encuentra el mismo resultado de divergencia regional con la
excepción de la administración pública donde por el contrario a las demás
actividades productivas de los estatales, ha logrado darse una convergencia
y se han reducido las diferencias que se presentaban en años anteriores.
4.2. Ocupación, educación e ingresos en las regiones
Las diferencias regionales como consecuencia tanto de los problemas
económicos como de carácter estructural, se ven plasmadas en el mercado
de trabajo. Dentro de él, los individuos tratan de ajustarse a los cambios que
la economía les dicta. La enfermedad holandesa por ejemplo, ha afectado
aquellos sectores productivos de bienes no transables y ha precarizado el
mercado de trabajo agrícola en donde se concentra más su fuerza laboral. El
sector industrial también ha sufrido el embate de esta epidemia económica, y
en buena parte de las actividades que tienen poca articulación con el
mercado internacional, se dan contracciones de los costos laborales unitarios,
como estrategia (colectiva y globalizada) de mantener su competitividad.
Una manera de ver estos aspectos dentro del mercado de trabajo, es comparar
el ingreso promedio que percibe un trabajador por mes, en los distintos
sectores productivos dentro de las regiones y Estados del país como se puede
apreciar en la tabla 5.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
69
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
TABLA 5
México: ingreso, escolaridad y ocupación, 2000
Regiones y Estados según sectores económicos
Regiones y
Estados
Región Central
Distrito Federal
Hidalgo
México
Morelos
Puebla
Querétaro de Arteaga
Tlaxcala
Coeficiente de variación
Estados petroleros
Chiapas
Veracruz-Llave
Campeche
Tabasco
Coeficiente de variación
Frontera norte
Baja California
Coahuila de Zaragoza
Chihuahua
Nuevo León
Sonora
Tamaulipas
Coeficiente de Variación
Resto de Estados
Aguascalientes
Baja California Sur
Colima
Durango
Guanajuato
Guerrero
Jalisco
Michoacán de Ocampo
Nayarit
Oaxaca
Quintana Roo
San Luis Potosí
Sinaloa
Yucatán
Zacatecas
Coeficiente de variación
Coef. de var. nal.
Sector
Ind.
primario
manufacturera
(1) (2) (3)
(1) (2) (3)
17
16
23
14
21
27
29
1
9
7
8
9
7
8
8
0
Resto
industrias
(1) (2) (3)
1806
823
587
1207
601
1243
658
207
1
29
8
12
27
13
20
7
7
4
5
5
4
5
6
0
3764
1940
2480
2527
2318
2964
1984
155
3962 5
2092 10
2468 8
2223 11
2222 7
2654 9
2126 8
172 0
498
1045
2091
1685
371
44
37
27
31
2
4
4
5
5
0
953 9 5 1859
2394 10 7 2080
1357 9 7 2776
2003 8 7 3095
248 0 0
137
3214
1798
2026
2305
2605
2477
102
6
8
9
4
18
9
3
5
6
5
5
6
6
0
3731
3387
3057
4405
3049
3219
78
27
31
33
28
20
26
1
8
9
8
10
9
9
0
1490
9
2725 15
1752 17
1042 24
1136 21
748 26
1412 11
1116 31
1252 26
535 43
649 11
875 27
1820 26
857 17
794 30
266
4
453
7
5
6
5
5
4
4
5
4
5
4
5
4
6
4
5
0
1
2663
2335
2603
2528
2767
1239
2554
1712
1805
783
2642
2526
2613
1633
1722
175
455
26
10
11
18
23
11
29
13
12
20
6
15
12
21
11
3
5
8
8
8
8
7
4
8
6
7
5
7
9
8
7
6
0
1
Sector
terciario
(1) (2) (3)
8
6
7
6
6
5
7
0
4344
2646
2624
2399
2481
3455
2537
176
77
45
60
63
45
51
44
3
10
9
9
9
9
9
10
0
5
7
9
7
0
5
6
7
7
0
2193
2469
2766
2730
28
41
46
55
54
1
8
8
9
9
0
6
5
6
8
5
9
0
7
8
7
8
7
7
0
5963
3449
3843
4253
4103
3533
203
61
56
52
60
57
57
0
10
9
9
10
10
9
0
2748 6
4375 7
3001 8
2914 6
2579 8
2185 11
3048 6
2311 8
2805 6
2025 6
3330 6
2259 6
2917 8
2331 7
2272 10
128 0
419 1
7
8
7
7
5
5
6
6
6
5
7
6
7
6
6
0
1
3387
3747
2801
2770
2544
2510
2714
2247
2544
2196
3657
2585
3146
2365
2452
86
465
59
69
65
53
48
52
54
49
56
32
78
52
54
55
48
2
6
10
10
9
9
8
9
8
8
9
8
9
9
10
8
9
0
1
4909
3867
3789
3499
3221
3420
95
(1): Ingreso mensual promedio ($ de 2000); (2): Porcentaje de la ocupación estatal.
(3): Años de escolaridad promedio de los trabajadores; CV = (Varianza del grupo)/(Media del grupo).
Cálculos propios. Fuente: Encuesta Nacional de Empleo, INEGI y CONAPO.
Universidad Autónoma de Colombia
70
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
Dentro de todos los Estados del país, el coeficiente de variación del ingreso
mensual de los trabajadores y de la participación de la ocupación en el sector
terciario es mayor que en las demás actividades productivas. Sin embargo,
las distancias son similares, por cuanto puede que la diferencia en las
remuneraciones sectoriales se haya mantenido desde la segunda mitad de
la década de los noventa. En la región centro es donde hay mayor variabilidad
en el peso de la ocupación pues en Estados como Hidalgo, Puebla y Tlaxcala
éste llega a ser incluso superior a 22 por ciento. Mientras que en la región de
la frontera norte, la escasez de la mano de obra en el campo, la migración
principalmente de fuerza de trabajo agrícola a EE.UU. y la presencia de la
industria maquiladora encarecen este factor productivo respecto a los niveles
del resto de regiones. En los Estados petroleros se tiene mayor participación
de mano de obra con niveles de ingreso bastante altos, con excepción de
Chiapas cuya concentración de la ocupación en esta actividad es superior a
44 por ciento.
Las actividades industriales dentro de las entidades federativas muestran
variabilidades estables, con diferencias en la remuneración media entre los
Estados petroleros y las demás regiones, pero con niveles de ingreso mayores
en la región de la frontera norte al igual que su concentración de la ocupación
en este sector. También sobresale la escolaridad promedio de los trabajadores
de este sector en esa región, pues sobrepasa incluso hasta por tres años de
diferencia entre el menor registro al interior del grupo frente al menor del
resto de Estados dentro de esta actividad.
La región centro arroja proporción de ocupación relativamente alta, pero que
muestra fuertes diferencias en Estados como Querétaro y el Estado de México.
Las demás actividades industriales como electricidad, gas y agua muestran
bajas concentraciones de la ocupación, remuneraciones mensuales cercanas
a las de la industria manufacturera, pero manteniéndose las diferencias
entre la región de la frontera norte y los demás Estados.
Como era de esperarse, en la actividad terciaria de comercio y servicios
es donde mayor concentración de la ocupación se registra por entidades
federativas. Por el tamaño que tiene la región centro se puede afirmar que
es donde hay mayor terciarización de la economía regional, pero es la
región de la frontera norte aquella que registra más de la mitad de la
ocupación en esta actividad en todos sus Estados. La escolaridad media
oscila entre 9 y 10 años de educación, con pocas diferencias entre las
regiones, mientras que la remuneración media de este sector es mayor
que en las demás actividades.
4.3. Determinantes del ingreso en las regiones mexicanas
Las diferencias que se observan en los ingresos mensuales de los
trabajadores, se pueden analizar a partir de los enfoques clásicos de las
teorías de capital humano, que relacionan esta variable con la educación
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
71
y capacitación de los individuos. La correlación es positiva entre estas
variables y los mercados de trabajo en las regiones de México no son la
excepción a esta norma.
En efecto, al relacionar el ingreso mensual promedio de los trabajadores y los
años de escolaridad promedio en los sectores primario y de la industria
manufacturera de los Estados para 1996 y 2000, se encuentra una correlación
positiva y elevada (gráfica 5).
El ingreso medio de los trabajadores por Estado se expresó en escala logarítmica,
de tal forma que, su relación con los años de escolaridad promedio, arrojaran
una buena estimación de la tasa de retorno a la educación para los dos años.
Se seleccionaron estos dos años para comparar los cambios que pudieron
darse durante el período de participación dentro del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte —TLCAN—.
Se puede apreciar en la gráfica 5, que no existen cambios importantes en la
relación educación e ingreso mensual de los trabajadores, en el sector
primario de los Estados. En 1996, la educación explicaba 41 por ciento de la
variabilidad del ingreso en la región centro y 65 por ciento en el resto del país,
pero el peso de la variable educativa en el 2000 se perdió fuerza explicativa
en 10 puntos porcentuales en la región centro mientras que en el resto
aumentaba en 5%.
Este comportamiento se halló también en la industria manufacturera.
región centro en 1996 registró una correlación igual a la del resto de
Estados, siendo de 82% entre estas dos variables. Sin embargo, la caída
dramática al perder cerca de treinta puntos porcentuales, mientras que
demás Estados aumentaban cuatro por ciento.
La
los
fue
los
De esta exploración se puede concluir que, aun cuando no se han llegado a
obtener relaciones negativas entre la escolaridad y el ingreso mensual que
contradiga la teoría de capital humano, si se puede observar una desaceleración
en el peso explicativo que tenía la educación en la determinación del ingreso
en la región centro de México. Esto es que, la tasa de retorno a la educación
ha empezado a ser mucho más baja en esta región, principalmente dentro de
las actividades primarias (agropecuarias y minería) y mucho menos en la
industria manufacturera respecto a otras zonas del país que en años
anteriores.
Ahora bien, no hay que dejar de lado la vocación que tiene esta región, donde
se tiene que cerca del 60% de la población ocupada de los Estados que la
conforman se encuentran en el sector terciario y un poco más de 8% trabaja
en el sector eléctrico, gas y agua. En este caso, los niveles de ingreso medio
de los trabajadores deberían encontrarse mucho más arriba de lo que los datos
lo muestran. Por lo menos debería haber una mayor convergencia respecto
al nivel promedio de ingresos que tiene el Distrito Federal.
Universidad Autónoma de Colombia
L N In g re so P ro m e d i o p o r T ra b a j a d o r
L N In g re so P ro m e d i o p o r T ra b a j a d o r
900
1000
2000
3000
4000
400
500
600
700
800
900
1000
2000
3000
5
3
Z AC
5
T LX
6
T AB
A ñ o s d e E sco l a ri d a d p ro m e d i o
PU E
SIN
M EX
T LX
8
M OR
CHI
QU E
T AM
BJC
A ñ o s d e E sco l a ri d a d P ro m e d i o
7
T AB
C OL
JAL
H ID
QR O
GU A
YU C
Z AC
6
C AM
MCH
O AX
CHS
4
M EX
H ID
J AL
M OR
SO N
7
9
MÉXICO: INDUSTRIA MA NUFA CTURERA , 1996
GU E
CHS
PU E
QU E
GU A
C AM
C OL
SIN
T AM
BJ C
BC S
MÉXICO: SECTOR PRIMA RIO, 1996
DF
10
8
800
700
R ² = 0 .7 7 8 9
900
1000
2000
3000
4000
5000
400
500
600
700
4
3.5
MCH
M EX
T AB
C OA
AG S
5.5
T LX
DUR
C OL
6.0
T AM
6.5
A ñ o s d e E sc o l a ri d a d p ro m e d i o
4.5
5.0
M OR
H ID Q R O
QU E
CHI
N LN
BJ C
MÉXICO: SECTOR PRIMA RIO, 2 00 0
7.0
DF
O AX
CHS
5
7
H ID
8
T LX
DF
9
C OA
T AM
M EX M O R
QU E
A ñ o s d e E sco l a ri d a d P ro m e d i o
6
N AY
C AM
MCH
T AB
GU A
QR O
JAL
BJC
MÉXICO: INDUSTRIA MA NUFA CTURERA , 2000
4.0
CHS
PU E
SLP
GU E
800 G U E
900
1000
2000
T o ta l P o p u l a ti o n
R ² = 0 .8 1 7 9
RE S T O
R ² = 0 .8 2 2 2
R E G IO N C E N T R A L
R ² = 0.3934
T otal Population
R ² = 0.6555
R EST O
R ² = 0.4089
R EG IO N C EN T R AL
R E G IO N
R E G IO N
DF
3000
4000
Gráfica 5
Relación entre ingreso mensual y educación ($ de 2000)
L N In g re so P ro m e d i o p o r T ra b a j a d o r
L N In g re so P ro m e d i o p o r T ra b a j a d o r
N LN
10
7.5
R ² = 0 .8 2 7 2
T o ta l P o p u l a ti o n
R ² = 0 .8 6 2 3
RE S T O
R ² = 0 .5 3 0 0
R E G IO N C E N T R A L
R E G IO N
R ² = 0 .4 6 1 8
T o ta l P o p u l a ti o n
R ² = 0 .6 9 7 4
RE S T O
R ² = 0 .3 1 3 0
R E G IO N C E N T R A L
R E G IO N
72
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
73
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
Probablemente lo que está sucediendo es que la tasa de retorno a la educación
es mayor en el sector terciario de esta región respecto a las demás. Para
comprobar si esto es cierto, podemos calcular la ecuación clásica de Mincer
de capital humano, con una variante que permita introducir el índice de
enfermedad holandesa como explicación en la formación del ingreso promedio
de los trabajadores.
De esta manera, la ecuación tiene la siguiente expresión:
Ln Ing i = β0 + β1 Edu i + β2 Exp i + β3 Exp2 i + β1 Comp i + β3 IHE i + ε
i
Donde, la variable dependiente es el ingreso mensual de cada individuo
que se encuentre trabajando, expresado en logaritmo natural (Ln Ing), las
variables explicativas son los años de escolaridad (Edu), la experiencia
laboral (Exp) calculada como una proxi a partir de la edad del individuo
menos los años de escolaridad menos 6 (como número de años antes de
entrar a estudiar), además de incorporar esta variable expresada al
cuadrado (Exp2). Asimismo, se incorporaron las variables de: proporción
sectorial de la ocupación en el municipio para cada trabajador dentro del
sector productivo en que se encuentra (Comp) como una proxi del tamaño
del mercado laboral con que tendría que competir y el índice de enfermedad
holandesa de cada Estado (IHE). La ecuación contiene un error aleatorio β
) y el subíndice i que expresa que esta ecuación se calculará para cada
i
región.
Los resultados expuestos en la tabla 6 arrojaron que, la tasa de retorno a
la educación en aquellos Estados petroleros es mayor que en el resto de las
regiones, pero dentro de las regiones no petroleras, es en la región centro
donde es más alta. Tomando en cuenta que el promedio del ingreso
mensual de un trabajador en esta región es de $2.035 pesos, un año de
escolaridad adicional incrementa su ingreso en 11.6 por ciento, esto es
$2.271 pesos. La tasa más baja, como era de esperarse, se obtuvo en la
frontera norte, dado que la vocación productiva de esta región se basa en
la incorporación de mano de obra barata a la industria maquiladora, aun
cuando la escolaridad media muestra que es más alta que en las demás
regiones.
La experiencia laboral también aporta de manera positiva al incremento en
el ingreso mensual, pero como lo muestra el coeficiente del cuadrado de la
experiencia laboral, esta variable tiene rendimientos marginales decrecientes
y comienza a frenar el crecimiento del ingreso mensual. Ello es lógico toda vez
que, con el paso del tiempo, si la experiencia laboral no se acompaña de
actualización de conocimientos, el resultado es que el cambio tecnológico que
incorporan los sectores productivos obligará a emplear mano de obra que
pueda asimilar las nuevas tecnologías y formas de producción en el proceso
productivo.
Universidad Autónoma de Colombia
4.48
0.0037
0.9
4.5
15.2
890.7
24.9
4.9
8.9
20.8
662.8
50.6
4.1
(2)
7.6
(1)
1.6E-23 -0.0006
1.2E-10 -0.0028
-43.72
-6.44
-0.0006
-0.0011
0.326
1.652
3553.6
1.6E-23 0.1305
1.6E-23 0.0457
0.1158 111.48
0.0396
50.28
36763
36763
36763
36763
36763
36763
(3)
12.50 1.7E-23
18.7
697.7
55.6
8.7
21.5
7.5
7.7
908.4
27.5
4.9
15.3
1.0
30320
30320
30320
30320
30320
30320
6.3616 614.92 1.6E-23
Resto de Estados
B
t
Sig. T
4.1
586.9
47.4
9.2
19.5
8.0
(1)
0.0206
4.6
799.0
20.4
4.2
14.4
0.8
(2)
0.258
1.651
3690.5
53053
53053
53053
53053
53053
53053
(3)
32.62 1.6E-23
930.1
25.3
8.0
11.9
4.7
15.7
0.9
(2)
0.287
1.606
7296.3
90495
90495
90495
90495
90495
90495
(3)
7.05 1.8E-12
683.9
52.8
8.6
20.9
7.6
(1)
0.0022
-45.14 1.6E-23 -0.0006 -72.80 1.6E-23
-18.79 1.6E-23 -0.0025 -24.78 1.6E-23
0.0972 121.22 1.6E-23 0.1057 163.76 1.6E-23
0.0372 61.17 1.6E-23 0.0423 86.87 1.6E-23
6.7077 526.28 1.6E-23
Frontera norte
B
t
Sig. T
-38.25 1.7E-23 -0.0005
-17.31 1.7E-23 -0.0027
119.27 1.7E-23
50.36 1.7E-23
264.78 1.7E-23
0.363
1.639
3457.8
Estadísticos descriptivos
(1)
(2)
(3)
7.4E-06 0.0073
1.6E-23 5.8362
Estados petroleros
B
T
Sig. T
394.32
6.1874
Región centro
B
t
Sig. T
(1): Media (2): Desviación típica (3): Número de observaciones (4): Edad - Años de escolaridad - 6
(5): Proporción sectorial de la ocupación en el municipio para cada trabajador del sector productivo en que se encuentra.
(6): Corresponde al índice para cada entidad federativa, por lo que los estadísticos descriptivos son indicativos a la base de individuos.
Cálculos propios. Fuente: Encuesta Nacional de Empleo de 2000. ENEU/INEGI.
Log. nat.
ingreso mensual
Años
de escolaridad
Experiencia (4)
Experiencia
al cuadrado
Competencia (5)
Indice de enf.
holandesa (6)
(Constante)
Años
de escolaridad
Experiencia (4)
Experiencia
al cuadrado
Competencia (5)
Indice de enf.
holandesa (6)
R cuadrado
corregida
Durbin-Watson
F
Variables
TABLA 6
Determinantes del ingreso de los trabajadores según regiones, 2000. Ecuación de capital humano
74
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
75
Pese a que los valores de los coeficientes de la experiencia laboral en las
regiones son similares, es en los Estados petroleros y en el resto de Estados
donde es mayor. En la región centro, un año adicional de experiencia laboral
eleva el ingreso real en cerca de 4%, proporción ligeramente mayor a la que
presenta la frontera norte.
La variable de tamaño de la competencia del mercado de trabajo local
(denominada “competencia”), muestra que su coeficiente negativo en todas
las regiones, es un resultado congruente con los planteamientos teóricos de
la economía laboral —realmente es de la economía en general—. Si el tamaño
proporcional del grupo con que tiene que competir el individuo en el mercado
de trabajo local es más grande, el nivel de ingreso bajo dado que la mano de
obra no sectorial no sería un factor de producción escaso, mucho más cuando
en los mercados locales se da mayor especialización en las actividades
productivas.
La región centro muestra una proporción promedio de tamaño de competencia
para los individuos de 50.6%, y un aumento en un punto porcentual en la
competencia haría reducir el ingreso en 0.1%. La más alta nuevamente es
en los Estados petroleros, donde la incidencia de la concentración sectorial de
la ocupación es mayor.
Los resultados confirman que la enfermedad holandesa es un elemento que
sobrevalúa el ingreso de los individuos en el mercado de trabajo regional,
principalmente en aquellas regiones que captan los flujos de capital
provenientes del exterior, como los Estados petroleros y la frontera norte. En
esta última región, un aumento de un punto en el desequilibrio de la
estructura productiva estatal (medido por la distancia entre la proporción del
sector agropecuario y la industria manufacturera en el PIB respecto a la
Norma de Chenery), determina una sobrevaluación de la mano de obra,
reflejada en un incremento de 2.06% en el ingreso de los individuos. Para la
región central este aumento en el desequilibrio productivo elevaría el ingreso
en menos de medio punto porcentual.
5. Conclusiones
Más allá de estar presentes de una reducción de la desigualdad regional y un
mejoramiento de las condiciones locales en México al iniciar el siglo XXI,
estamos frente a una fractura tanto de la estructura productiva mexicana
como también regional. Las diferencias en el desarrollo regional y local son
un lastre cuyo origen no se encuentra en su historia económica inmediata
del tratado de libre comercio con Canadá y Estados Unidos, sino mucho más
atrás. Es el efecto de crisis económicas reiteradas y de políticas de ajuste
estructural que buscaron darle estabilidad económica al país, destruyendo
muchas cadenas productivas locales, especialmente en las zonas rurales con
cultivos tradicionales.
Universidad Autónoma de Colombia
76
JORGE ENRIQUE HORBATH CORREDOR
En las zonas urbanas el resultado ha sido similar, esto es la precarización de
la mano de obra y la contracción del salario real, principalmente la nueva
fuerza de trabajo, que ve cada vez más complejo el panorama de vinculación
al mercado de trabajo, por lo que las actividades productivas que resultan ser
las que dinamizan la ocupación serán las de subsistencia, localizadas en el
sector terciario y en la actividad industrial de maquila.
La transformación productiva parecería que estuviera asociada a una
saturación de mercados y de sectores económicos:
•
En primer lugar, porque la actividad agropecuaria no muestra una
capacidad de recuperación tal que pudiera permitir retener mano de
obra en los mercados locales. El estancamiento del sector es evidente y
se aprecia con un quantum de empleo absoluto que es similar durante
cerca de dos décadas, mientras el empleo urbano fue en aumento.
•
En segundo lugar, la actividad productiva urbana se enfrenta al reto de
generar los empleos suficientes para incorporar la mano de obra que se
desplaza desde las zonas rurales hacia las ciudades, esto le imprime un
doble esfuerzo a su aparato productivo que de por sí no logra cubrir con su
parte y redunda en precarización de empleos formales y formación de
empleos no formales de subsistencia en el sector terciario y en la caída
de los salarios reales.
•
En tercer lugar, los ajustes contemporáneos dirigidos hacia la
incorporación de México en el contexto de competitividad internacional
de los acuerdos de libre comercio, lejos de haberle dado una oportunidad
efectiva a los mercados locales lo que ha hecho es terminar de polarizar
regionalmente al país, pues la demanda interna se hace cada vez más
expuesta a ser cubierta por el mercado internacional y la producción
nacional se polariza más hacia aquella que se vincula con el mercado
internacional y la que no lo logra.
•
En cuarto lugar, la educación y la capacitación como estrategia del
desarrollo debe estar enlazada con políticas regionales y sectoriales para
apoyar el desarrollo endógeno de los mercados locales, pues de nada sirve
seguir “produciendo profesionales y técnicos” para los mercados
calificados, cuando éstos también dan muestras de saturación y rigidez
en la generación de oportunidades en el mercado de trabajo, tanto de
vinculación de los nuevos profesionales y técnicos como de formación de
nuevas empresas integradas a la estructura productiva y con capacidad
de sobrevivir en el mercado. Las empresas existentes en la actualidad
son caracterizadas por pequeñas y medianas empresas de baja
competitividad por lo que su vinculación con la apertura exportadora se
encuentra en la importación de bienes intermedios contribuyendo a la
destrucción de cadenas productivas en procesos productivos internos.
Economía y Desarrollo - septiembre 2004, vol. 3, n° 2
DESEQUILIBRIO REGIONAL Y EFECTOS EN EL MERCADO DE TRABAJO: EDUCACIÓN, EMPLEO E INGRESO EN MÉXICO
•
77
En quinto lugar, las estructuras de las organizaciones dentro del modelo
corporativista todavía persisten y se han vuelto mucho más intensas en
un momento de transición pero que no viene acompañado de otros
modelos organizativos que pudieran desplazar al anterior, por lo que las
formas corporativas como el clientelismo, el patronazgo y el cacicazgo
han aumentado su intensidad, lo que limita la constitución de una
estructura social y productiva basada en méritos y no en subordinaciones
que obliguen a obediencia y fidelidad y a firmar lealtades que coartan el
derecho de los individuos. En ello, organizaciones de trabajadores como
los sindicatos, que se basan en estructuras y modelos anteriores salen
siendo perjudicadas y los trabajadores se quedan sin espacios que
puedan garantizar el libre ejercicio de su actividad laboral.
Este panorama no es sino una muestra de la situación extrema que podría
enfrentar la estructura productiva sectorial, regional y nacional desde los
sistemas productivos locales. Por lo que hay que recuperar la defensa de lo
global desde lo local, esto es, generando políticas y programas encaminados
a estimular la endogeneidad de la producción y los sistemas sociales, para
lograr la restauración de cadenas productivas débiles que permitan enlazarse
con aquellas que han logrado altos niveles de competitividad y tienen mayor
vinculación internacional. Por ello, los componentes del desarrollo local
juegan cada vez más un papel relevante para las estructuras productivas
globales y si se piensa combatir la brecha de desigualdad, marginación y
pobreza que existe en el país, hay que voltear a mirar hacia adentro del país
para constituir una estrategia verdadera que se fundamente en la inclusión
social y que no estimule el proceso contrario, de exclusión social, reflejado en
las economías regionales y sectoriales, y en una concentración geográfica
que alimenta procesos de fragmentación, constituyendo diferentes México’s.
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