PAU Filosofía 2010 modelo A Asturias

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Historia de la Filosofía
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Historia de la Filosofía
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Historia de la Filosofía
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Historia de la Filosofía
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PRINCIPADO DE ASTURIAS
MODELO CURSO 2009-2010
SOLUCIÓN DE LA PRUEBA DE ACCESO
AUTOR:
Qurtuba editores S. L.
Alternativa 1
 Virtudes intelectuales
También llamadas dianoéticas, son aquellas que se
alcanzan gracias al cultivo de la razón. Una de ellas es la
sabiduría a secas, a la que se llega mediante una vida
entregada a la contemplación y el ocio para lograr el
conocimiento de las primeras causas y así alcanzar el pico
máximo en la pirámide del conocimiento planteada por
Aristóteles.
La otra es la prudencia, que se vincula al saber actuar
acorde al justo medio, en el camino del bien individual
y del bien común.
Ambas virtudes nacen y se desarrollan a partir de la enseñanza, es decir, en el vínculo entre maestro y discípulo,
en el juego de la pregunta, la constancia y la búsqueda.
Virtudes morales
Son virtudes adquiridas por el hábito, es decir, por el
ejercicio, la práctica y la repetición de ciertas actitudes
que conllevan el bien. Por esto, no surgen por naturaleza;
es decir, no las tenemos al nacer, sino que las adquirimos
en el ejercicio. Son ejemplos de virtudes morales la generosidad y la templanza, pero la principal virtud moral,
según Aristóteles, es la justicia, porque su posesión
ayuda a encontrar el equilibrio entre extremos, en el que
se encuentran todas las otras virtudes.
Potencialidad
Proviene del término aristotélico «potencia», comprendido como lo que puede llegar a ser esto o aquello, en el
juego de movimiento de la potencia al acto. Por naturaleza, a la potencia le sigue el acto; por lo tanto, a una
potencialidad de ser le sigue una actividad que la realiza.
Por ejemplo: tenemos los oídos, por lo cual somos seres
auditivos en potencia, pero es solo en el momento en el
que oímos cuando esa potencialidad se actualiza.
Constitución
Se refiere a la constitución político-jurídica de una nación
o polis. En su teoría política, Aristóteles desarrolla diferentes tipos de constituciones hasta encontrar la que
permite el bien común de un modo óptimo. En este caso,
lo que hace buena a una Constitución es que la voluntad de los legisladores y, por tanto, el espíritu de la ley,
sea fomentar buenos hábitos en los ciudadanos, que
llegarán así a ser virtuosos.
Causa
Remite a aquello que produce o hace que algo suceda,
se ponga en movimiento, se realice, llegue a ser o se
destruya, teniendo en cuenta la circunstancia y el vínculo
© Oxford University Press España, S. A.
con otras cosas. Aristóteles sostiene que existen cuatro
causas: formal, material, eficiente o agente y final.
 El texto se refiere a las dos clases de virtudes: las virtudes
intelectuales y las virtudes morales.
Las primeras están vinculas a la sabiduría y a la prudencia, y también son llamadas virtudes teóricas y virtudes
prácticas, según se refieran al saber en su profundidad
(sabiduría) o al saber hacer (prudencia). Muestran el camino que permite alcanzar la felicidad personal y el bien
común. Estas virtudes se adquieren por la enseñanza
y se asientan en el conocimiento de causa y en saber
por qué algo es bueno, o no lo es.
Por su parte, las virtudes morales, referidas al actuar cotidiano, según causas y circunstancias, son la templanza
y la generosidad. A diferencia de las intelectuales, las
morales son adquiridas mediante el hábito, es decir,
la repetición, el ejercicio y la experiencia, pues, al igual
que las artes, no necesitan del conocimiento de las
causas, sino de la práctica. Por ello, no son virtudes
adquiridas por naturaleza, aunque podemos recordar
que para Aristóteles existe una naturaleza humana constitutiva que se actualiza con el tiempo, la enseñanza y la
posición. Ahora bien, el hombre no solo busca su propio
bien, sino también el bien común, pues vive con otros
hombres en los estados. Así, una manera de alcanzar
estas virtudes morales es mediante la formación de ciudadanos buenos, por parte de los legisladores, en el
marco constitucional de dichos estados. Así, las virtudes
fomentadas y practicadas desde la juventud permiten
seguir el camino del justo medio entre, por ejemplo, la
cobardía y la valentía. También moderan y hacen cordiales los apetitos y sentimientos que nublan la razón.
 La ética de Aristóteles remite a su filosofía práctica en el
marco del saber actuar, y establece que el hombre tiende
por naturaleza a su propio bien: la felicidad. Para que esto
sea posible, es menester recordar que, según Aristóteles,
el hombre es por naturaleza un animal social y convive
con otros en el camino del bien común. Así, el bien es
posible de alcanzar mediante la prudencia y el fomento
de virtudes morales que constituyan hábitos de buen
actuar. Se trata de buscar la armonía que brinda el justo
medio entre hábitos, sentimiento y apetitos extremos. Por
ejemplo: el hombre no ha de ser ni cobarde, ni valiente,
sino poder vivir y convivir en un punto intermedio,
y tener, a su vez, la suficiente claridad de razón y hábito
formado como para actuar con valentía o cobardía según las circunstancias. Por ende, tanto las virtudes intelectuales como las morales permiten alcanzar el bien
individual y el bien común.
Historia de la Filosofía
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PRINCIPADO DE ASTURIAS
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MODELO CURSO 2009-2010
Virtudes
Intelectuales
Sabiduría
Morales
Prudencia
Justicia
Generosidad
Templanza
adquiridas
Enseñanza
adquiridas
Semejante
a las artes
Hábito
Bien personal
Bien común
冦
Fomentados desde
la juventud.
Constituciones políticas.
Alternativa 2
 Percepción
En el texto se refiere a aquellas sensaciones que perciben los sentidos y provienen del mundo exterior, aunque para Descartes, sentir, imaginar e incluso concebir
cosas puramente inteligibles son distintos modos de
percibir.
Alucinación constante y comunal
La alucinación es parecida a la percepción con la diferencia de que no posee objeto en verdad. El autor cree
que sus percepciones son una alucinación porque quizá
no poseen objetos de verdad, aunque sus contenidos
son de carácter constante y relativamente común a
otros hombres.
Indubitable
Aquello de lo que no se puede dudar. Lo certero, veraz,
seguro.
Dato radical
El que manifiesta certeza; aquello que es indubitable.
 En el primer párrafo, se comienza señalando el sentido
de la percepción, en vínculo con los sentidos, las sensaciones y la existencia del mundo real, comprendido
en el marco cartesiano de la «extensión espacial de lo
de afuera». Esta percepción es asemejada, por ser puesta
en duda, con la alucinación, la cual no posee un objeto
veraz. La diferencia es que la percepción parece ser
más constante y relativamente común entre los hombres, por lo que la percepción de ese mundo real puesto
© Oxford University Press España, S. A.
en duda resulta una alucinación de tipo constante y
comunal.
En el segundo párrafo se plantea que, si esa percepción
que parecía mostrar al mundo exterior es puesta en
duda ¿qué queda entonces como certero, como indubitable? La duda es puesta en juego en todos los sentidos
que vinculan al sujeto con el objeto, y lo único que queda
es la duda, pues no se puede dudar de que se duda.
El tercero reconoce el origen de esta duda en Descartes
y lo señala como iniciador de la filosofía moderna.
En el cuarto párrafo, Ortega concluye que, «su» duda es
la única certeza, y por tanto, aquel mundo aparecido
«enfrente suyo» podria ser una alucinación. Asimismo,
señala la ausencia de criterios para diferenciar entre el
sueño y la vigilia, y que todo este teatro de la duda puede
también ser un sueño, y es muy difícil diferenciar entre
el sueño y la realidad.
Finalmente, el texto presenta la siguiente conclusión: se
puede dudar de ese teatro en el que el autor señala
alguna vez haber soñado que hablaba como un filósofo
frente a un público madrileño, pero no se puede dudar
de que se duda. Pues dudar significa, según el texto, «parecerme a mí», ya que dicha duda es un pensamiento,
que se sostiene y origina en la conciencia o cogito. Entonces, solo se tiene la certeza de dudar, es decir, de que se
piensa, y, si se piensa, en palabras de Descartes «se existe»,
el yo es parte del universo pensante. Así, comienza el
camino hacia el Dios, como certeza primera y camino
inicial hacia la verdad.
Historia de la Filosofía
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PRINCIPADO DE ASTURIAS
MODELO CURSO 2009-2010
 Descartes, en su obra Discurso del método, distinguió dos
ámbitos de conocimiento: el de la verdad práctica, en el
que es preciso actuar sin estar del todo seguro, porque
sino nunca se haría nada, y el de la verdad teórica o filosófica, en el que puede y debe exigirse una seguridad
completa. Para alcanzar las verdades de este último
ámbito se propone aplicar la duda metódica que es el
empleo de la duda como método o como procedimiento de averiguación filosófica. La duda metódica consiste
en dudar deliberadamente de todo aquello de lo que
sea posible imaginar el menor motivo con el objetivo de
encontrar una verdad cierta, libre de cualquier sospecha,
es decir, una verdad que se presente tan clara y distinta
al espíritu humano que no haya motivo alguno para
ponerla en duda.
sum): al dudar, el yo se da cuenta de que existe. Esta
verdad es para Descartes tan clara y distinta que, para
él, supone un criterio de verdad: será verdadero todo
aquello que se presente con la misma claridad y distinción que tiene el cogito.
La segunda verdad descubierta por Descartes supone
un paso más, al averiguar la esencia del yo: yo soy una
cosa que piensa.
Sin embargo, a Descartes le hacía falta asegurar el criterio de verdad del cogito ya que la hipótesis del genio
maligno podría anular la certeza que uno tiene de su
propia existencia. Para ello, es necesario demostrar la
existencia de un Dios bondadoso que pruebe que todas
nuestras ideas claras y distintas se corresponden con la
realidad. Descartes propuso tres pruebas de su existencia:
Para Descartes, la duda se extiende:
쐌 Solo Dios como Ser infinito y real puede ser la causa
de la idea de infinito que posee el sujeto pensante.
쐌 A todo aquello que es conocido por los sentidos.
Quizá los sentidos pueden engañarnos, no debemos
confiar nunca en ellos.
쐌 El sujeto es un ser finito, imperfecto y limitado, luego
no puede haber sido su propia causa; así, debemos
concluir que Dios es su causa.
쐌 A los razonamientos, es decir, a la deducción, puesto
que es posible cometer errores lógicos.
쐌 Puesto que es posible pensar el Ser perfecto; este ha
de existir necesariamente.
쐌 A la realidad de cuanto conocemos o percibimos, ya
que esta podría no ser sino un sueño.
La duda metódica exigió a Descartes poner en cuestión
todas las existencias conocidas (el mundo, las verdades
matemáticas, etc.), luego encontró, en su famosa frase
pienso, luego existo, el principio de su filosofía. A partir
de aquí, y a través de la demostración de la existencia de
Dios, recuperará el resto de las realidades de cuya existencia había dudado.
Asimismo, en Meditaciones metafísicas plantea la hipótesis de la existencia de un «genio maligno» en la que finge
que el ser humano ha sido creado por un ser poderoso,
pero malvado, un ser que ha diseñado la mente de tal
modo que nos lleva a equivocarnos, aun en aquello que
nos parece más evidente.
Esta duda del genio maligno, también llamada duda
hiperbólica, tiene importancia porque exigirá más adelante la prueba de la existencia de un Dios bueno, que
asegure que las ideas claras y distintas se corresponden
con la realidad.
Descartes, paso a paso, describió un proceso de descubrimiento en el que es importante el orden en el que se
desvela cada una de las verdades. La primera verdad del
sistema cartesiano es: pienso luego existo (cogito ergo
© Oxford University Press España, S. A.
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DUDA
Yo dudo
De la percepción
del mundo real
entonces
entonces
冦 y comunal.
Alucinación constante
Pienso
entonces
Existo
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