406 FERNANDO ARIAS GARCÍA a la creación o transferencia del título y que deben ser interpuestas como es lógico en forma exclusiva “…contra el demandante que haya sido parte en el respectivo negocio o contra cualquier otro demandante que no sea tenedor de buena fe exenta de culpa”788, como la de contrato no cumplido. Frente a las dos primeras, enuncia el profesor GILBERTO PEÑA CASTRILLÓN: “…3) Excepciones reales u objetivas, dirigidas a contestar la existencia, validez o eficacia del título, o a discutir la existencia de las condiciones necesarias para el ejercicio de la acción. Ellas son oponibles, entonces a cualquier tenedor. 4) Excepciones personales relativas a las relaciones establecidas entre el deudor y uno solo o algunos de los varios poseedores legitimados. Ellas son oponibles, por consiguiente, por el deudor únicamente al poseedor o poseedores que intervienen en tales relaciones”789 . De conformidad con lo anterior, la literalidad como mecanismo de defensa en un proceso ejecutivo emanado de un título valor, (ello es, interpuesta como excepción), por regla general no puede operar como un beneficio en favor de las partes que suscribieron y aceptaron inicialmente el título, precisamente porque conocieron su contenido en el cuerpo del mismo790 . Títulos incompletos son aquellos que bien, o no reúnen los requisitos generales establecidos en el artículo 621 del C. de Co.791 para todos los títulos valores, o no reúnen los requisitos que el Código de Comercio ha establecido para cada título en particular. Efectivamente, para cada título valor, el Código de Comercio ha establecido requisitos particulares: Para la letra de cambio aparecen citados en el artículo 671, para el pagaré en el artículo 709, para el cheque en el artículo 713, para el certificado de depósito en el artículo 759, para el bono de prenda en el artículo 760, para la carta de 788 789 Código de Comercio. Artículo 784. Numeral 12. PEÑA CASTRILLON, GILBERTO. De los Títulos Valores y de la Letra de Cambio. Ob. Cit, p. 234. 790 Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 19 de Abril de 1993. M.P. Eduardo Garcia Sarmiento: “La literalidad, en particular, determina la dimensión de los derechos y las obligaciones contenidas en el título valor, permitiéndole al tenedor atenerse a los términos del documento, sin que, por regla general, puedan oponérsele excepciones distintas a las que de él surjan. Es de ver, con todo, que por cuanto la consagración de la literalidad es una garantía para quien desconoce los motivos que indujeron la creación o la emisión del título, o ignora los convenios extracartulares entre quienes tomaron parte antes que él en su circulación, es obvio que ella está consagrada exclusivamente en beneficio de los terceros tenedores de buena fe, pues este principio no pretende propiciar el fraude en las relaciones cambiarias”. 791 Código de Comercio. Artículo 621: “Además de lo dispuesto para cada título-valor en particular, los títulos-valores deberán llenar los requisitos siguientes: 1. La mención del derecho que en el título se incorpora, y 2. La firma de quien lo crea”.