DEL SEN. SALOMÓN JARA CRUZ, A NOMBRE PROPIO Y DE LOS SENADORES INTEGRANTES DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES, ÁFRICA, LA QUE CONTIENE PUNTO DE ACUERDO RELATIVO A LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO HACIA EL CONTINENTE AFRICANO PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO RELATIVO A LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO HACIA EL CONTINENTE AFRICANO. C. PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA H. CÁMARA DE SENADORES PRESENTE El suscrito Senador Salomón Jara Cruz, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, a nombre propio y de mis compañeros senadores integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores, África con fundamento en el artículo 59 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta soberanía la presente proposición con Punto de Acuerdo, al tenor de las siguientes: CONSIDERACIONES La diversificación y el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas con el mundo, constituyen objetivos prioritarios de la política exterior de nuestro país.Mientras más ricos y diversos sean nuestros vínculos, mayores serán las posibilidades de éxito de nuestra estrategia de inserción internacional. Desafortunadamente en los últimos años, y para ser más específicos, a lo largo de las últimas cuatro administraciones (Salinas, Zedillo, Fox y Calderón), las relaciones de México con los Estados Unidos de Norteamérica se han profundizado y concentrado de tal manera, que más del 90 % de nuestro comercio exterior se dirige o proviene precisamente del vecino del norte. De esta forma, y de manera proporcional a la medida en que se ha acrecentado ésta (inter)dependencia con los Estadios Unidos, la capacidad para diversificar nuestros intercambios económicos, políticos y culturales con otros países y regiones del mundo, se disminuye y desvanece cada día más. Quienes creen que la cura para nuestros males está en la consolidación del proceso de integración regional de América del Norte, nos dicen y reiteran que nada podemos hacer en contra de la geografía. Que son los Estados Unidos con quienes nos ha tocado coexistir, y que más vale que no nos resistamos a la idea de hacer converger nuestras economías y sociedades. Quizá sea así; pero ello, no implica que los mexicanos tengamos que resignarnos ante un modelo de integración que sólo condena a nuestro país a la dependencia, y que en nada ayuda a disminuir las asimetrías y las desigualdades entre éstas naciones. Por ello, además de abrir un debate sobre la necesaria redefinición de los términos de la relación de México con los Estados Unidos, necesitamos discutir nuevas fórmulas y mecanismos que le permitan a nuestro país diversificar y estrechar sus relaciones con otros países. Países que son importantes no sólo por el hecho de pertenecer a otro continente, sino porque representan oportunidades y perspectivas importantes de desarrollo y aprendizaje. En esta tribuna hablamos con frecuencia de la importancia de las relaciones de México con América Latina y el Caribe. De igual forma, nos preocupamos cada vez más por nuestra interacción con los países asiáticos y europeos. Pero, ¿cada cuánto no nos preguntamos, si es que alguna vez lo hacemos, cómo andan nuestras relaciones con los países africanos? Las relaciones diplomáticas de nuestro país con los países africanos en las últimas cuatro décadas han tenido un proceso evolutivo decreciente, ya que tenemos que en las décadas de los años sesentas y setentas se establecieron relaciones diplomáticas con la mayoría de las naciones africanas, y se firmaron acuerdos de cooperación, mediante los cuales creció la presencia de africanos en nuestro país; lo cual también favoreció para que nuestro país desplegara una presencia diplomática considerable en el continente africano, al abrir Representaciones Diplomáticas en Argelia, Egipto, Etiopía, Gabón, Ghana, Nigeria, Senegal y Tanzania. Al finalizar la Guerra Fría, los factores coyunturales que se presentaron en ese nuevo escenario favorecieron a que los países del continente africano decidieran darle un nuevo impulso a las relaciones mexicano-africanas; por lo que nuestro país en reciprocidad, determinó abrir Embajadas en Marruecos, Zimbabwe y Namibia. Sin embargo, en 1993 se cerró la Embajada de nuestro país en Harare (Zimbabwe), abriéndose en Sudáfrica. Luego, en agosto de 2002 la Representación Diplomática en Namibia fue cerrada debido, a como fue argumentado en su momento, por cuestiones presupuestales. Cabe destacar que durante las décadas de los ochenta y noventa, cuando África enfrentó graves problemas, como el genocidio en Ruanda y otras guerras civiles o la imposibilidad de pagar el servicio de la deuda externa de muchos países, el continente vivió una pésima imagen a nivel internacional. Por su parte, nuestro país fue ajeno a dicha percepción negativa y pesimista, al tiempo que durante los años ochenta enfrentó su propia crisis, misma que fue la causante del cierre de varias embajadas en África, como fue el caso de Etiopía. En la década de los años noventas la desvalorización de África coincidió con el interés de nuestro país en estrechar la relación con su vecino del norte y, posteriormente, con las comunidades europeas. Sin embargo, a principios de dicha década se designó a un embajador itinerante para África, posición que no se mantuvo mucho tiempo porque no se obtuvieron los resultados que se esperaban. Si bien es cierto, lo anterior consistió en un esfuerzo diplomático adicional, también es cierto que dicha decisión no formó parte una política específica hacia dicho continente. Asimismo, la prioridad de la política exterior en el período 1988-1994, tuvo como objetivo principal la inserción de México en el rango de los países desarrollados, desmereciendo la imagen de nuestro país en los países africanos. A fines de esa década la concentración de México, en su calidad de "país de pertenencias múltiples", en América del Norte, América Latina, Europa y países selectos de Asia, hicieron que el continente africano no se vislumbrara en la acción internacional de México; así la presencia de nuestro país en el continente africano sufrió una regresión muy importante respecto a períodos previos. Durante las administraciones de Ernesto Zedillo y Vicente Fox Quesada se buscó instrumentar una política exterior realista y de mayor alcance hacia en Continente Africano; por medio de acercamientos bilaterales y regionales selectivos. Sin embargo, no fue suficiente. Es importante recordar, que África es un continente sumamente rico en hidrocarburos; recursos naturales; metales y minerales que hoy en día resultan indispensables para la producción de aparatos eléctricos y electrónicos, así como para el desarrollo de nuevas tecnologías y la producción de aleaciones utilizadas en la aeronáutica espacial. Todo lo anterior, ha convertido a África en una región estratégica que ameritaría por sí misma un mayor interés de nuestro país y, desde luego, una mayor convergencia de nuestra política exterior con las posiciones de varios de estos países en los organismos internacionales. Así lo han entendido naciones como China que tiene 36 embajadas en dicho continente; Cuba que tiene 26 y Brasil que cuenta con 20 representaciones y está por abrir 18 más. En cambio, en un continente que cuenta con más de la cuarta parte de la membresía total de las Naciones Unidas, México sólo tiene 6 representaciones en países como Argelia, Egipto, Etiopia, Kenya, Marruecos y Sudáfrica, así como numerosas concurrencias que, desde nuestro punto de vista, sólo denotan ignorancia, desdén y una imperdonable falta de visión integral y estratégica. ¿Quién de nosotros podría cuestionar o argumentar de manera contundente en contra de la apertura de una representación diplomática en países como Angola, Nigeria, Zimbabwe, Namibia, la República Democrática del Congo, Ghana o Camerún?, por citar sólo algunos casos. Angola y Nigeria son dos de los cinco países que dominan el escenario petrolero africano y que sumados alcanzan el 85% del total de extracción petrolera en el continente. África posee reservas probadas de cerca de 100 mil millones de barriles de petróleo (cerca del 9% del total mundial), y de 180 mil millones de barriles aún por descubrirse. Así mismo, éste continente extrae alrededor de 8 mil 400 millones de barriles de crudo al día, el 10% del total mundial. Tan sólo Nigeria por sÍ misma, posee el 78% de las reservas probadas de gas africano. Y eso no es todo. Angola es el cuarto país del continente en reservas probadas de petróleo y se especializa en el manejo de industrias y explotación de diamantes, uranio, oro y bauxita. Esta última, utilizada principalmente en la producción de aluminio y es un insumo que producen menos de 10 países en el mundo. En lo que respecta a Zimbabwe, consideramos que nuestro país está en deuda con éste país, ya que como se mencionó anteriormente en 1993 México tomó la decisión de cerrar la representación diplomática en Harare, para abrirla en Pretoria, Sudáfrica. Hecho que ha sido considerado como una descortesía diplomática. El caso de Namibia es algo parecido al caso de Zimbabwe, sólo que en éste tenemos que el argumento para el cierra de la embajada fue una cuestión presupuestal. La República Democrática del Congo, por su parte, posee el 85% de las reservas mundiales de Coltán, una combinación de colombio y tantalio. Se trata de un recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados, teléfonos móviles, ordenadores y proyectos de alta tecnología aeronáutica y espacial. De manera adicional, tenemos que el pasado 25 de septiembre tuvimos en el Senado la presencia del Diputado Claudel André Lubaya, quien a nombre del Gobierno de Presidente Kabila expresó su deseo de que ambos países estrechen relaciones diplomáticas, tomando en consideración que dicho país africano ha logrado la estabilidad política y social de cualquier democracia moderna. Finalmente, Camerún es un país de modestos recursos petroleros, pero de condiciones favorables y privilegiadas para la agricultura; tiene una de las economías mejor dotadas de materia primaria en África Subsahariana. Los principales productos agrícolas son cacao, café y bananas. En suma, una nación capaz de autoabastecerse y garantizar su soberanía alimentaria. Como hemos podido apreciar, en África existen un conjunto de naciones de características y condiciones más que interesantes; naciones que dominan sectores estratégicos y cuyas experiencias podrían sernos de mucha utilidad para desarrollar nuestra industria y nuestra economía. Por ello, y porque no tenemos la menor duda de que el fortalecimiento de nuestras relaciones con el continente africano, puede ser un detonante que ayude a diversificar de manera efectiva nuestra política exterior, objetivo fundamental en el que Ejecutivo y Legislativo debemos y podemos trabajar conjuntamente, nos permitimos poner a su consideración con fundamento en el artículo 59 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, de urgente u obvia resolución la siguiente Proposición con: PUNTO DE ACUERDO PRIMERO. La Cámara de Senadores, con fundamento en lo dispuesto por la fracción I del artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, solicita a la Secretaría de Relaciones Exteriores remita a la brevedad a esta soberanía y a la Cámara de Diputados, un informe en el que se detallen los siguientes aspectos: 1. Los recursos asignados y la situación financiera de las representaciones diplomáticas y consulares de México en el exterior, y particularmente de las seis embajadas ubicadas en los países africanos; 2. Los países africanos en los que, desde la perspectiva de la Cancillería, sería viable y recomendable abrir una representación diplomática, y 3. Los recursos que serían necesarios para la apertura y operación de nuevas embajadas en el continente africano. SEGUNDO. Se exhorta a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Cámara de Diputados, a trabajar conjuntamente en las próximas semanas a efecto de incorporar en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2008, una partida presupuestal destinada a fortalecer la presencia de nuestro país en África a partir de la apertura de nuevas representaciones diplomáticas. Salón de Sesiones de la H. Cámara de Senadores, a los días quince días del mes de octubre de 2007. Suscribe