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FLACSO-ISA CONFERENCIA CONJUNTA INTERNACIONAL,
BUENOS AIRES
Poderes Regionales y Globales en un Mundo Cambiante
Buenos Aires, 23 al 25 de Julio de 2014
PANEL MIGRACIONES EN AMÉRICA LATINA
Chair: Brigida Baeza CONICET /
Disc.: Santiago Bachiller (CONICET, UNPA)
VERSION PRELIMINAR PARA EL DEBATE- NO CITAR
MIGRACIÓN, METROPOLIZACIÓN Y ESPACIOS DEL TRANSNACIONALISMO:
BOLIVIANOS EN LAS METRÓPOLIS DE BUENOS AIRES (ARGENTINA) Y
MADRID (ESPAÑA)
Susana Sassone
CONICET-Investigadora Principal
[email protected]
RESUMEN: Con la multipolarización de los destinos, una migración como la boliviana que
estuvo por décadas ligada a la Argentina, tomó una fuerte visibilización en países del mundo
desarrollado como España y los Estados Unidos. El enfoque teórico del transnacionalismo
comenzó a constituirse en el marco referencial para explicarla. Con el objetivo de sostener
esta afirmación, se explicará la inserción sociogeográfica de este colectivo en dos destinos
metropolitanos, uno Buenos Aires (Argentina) como ciudad del sur y el otro Madrid (España)
como ciudad del norte. Un mismo origen y dos patrones: el sur-sur y el sur-norte.
Luego de la presentación de la geografía de la presencia boliviana en Argentina y España
como introducción, se abordarán comparativamente los siguientes temas: a) los modos de
inscripción residencial, de alta concentración, en las dos metrópolis en relación al papel de las
redes migratorias y al del mercado inmobiliario; b) los nichos ocupacionales diferenciales en
las metrópolis; y c) el uso de estrategias culturales identitarias, la visibilidad en el espacio
público, la circulación y la conectividad con el origen, el envío de remesas y la participación
ciudadana de ese vivir el allá en el aquí. Entre las diferencias y las similitudes, aparece un
mismo modelo migratorio transnacional.
PALABRAS CLAVE: migración boliviana, transnacionalismo, identidad
Introducción
Uno de los primeros temas que nos preocupan es el considerar el papel de los
migrantes internacionales en las ciudades globales pues entendemos que es en esa relación
donde plasma el enfoque del transnacionalismo y la globalización de las migraciones. Nos
preguntamos por el papel de los migrantes como agentes de transformación de las metrópolis
donde el entramado social de los diversos colectivos ponen en acto mecanismos de
apropiación del espacio, generadores de un capital espacial que es, a su vez, de alta
selectividad.
2
Entre los migrantes internacionales contemporáneos (sin hablar de los high skilled
migrants), que llegan a las grandes urbes, prevalece la lógica geográfica de la concentración
espacial, definida por afinidad étnica, cultural, religiosa, migratoria y/o de clase; ello supone
un sentido gregario estratégico de quienes arriban y residen en la ciudad en relación dialéctica
con un sentido de búsqueda de refugio, como lo es el estar entre pares. El contexto de la
globalización a nivel mundial, las crisis cíclicas en la Argentina más la doble crisis global de
2007, ofrecen “espacios paradigma”, en cuanto a evidencias encontradas, a la hora de
interpretar estos procesos desde la mirada geográfica abierta a la interpretación
interdisciplinaria.
Con el objetivo de sostener esta afirmación, se explicará la inserción sociogeográfica
de este colectivo en dos destinos metropolitanos, uno Buenos Aires (Argentina) como ciudad
del sur y el otro Madrid (España) como ciudad del norte. Un mismo origen y dos patrones: el
sur-sur y el sur-norte. Esta fuerte “metropolización” de la inmigración boliviana necesita
plantear cuestiones tales como la geografía de la presencia boliviana en Argentina y España
tomando en consideración los modos de inscripción residencial, de alta concentración, en las
dos metrópolis en relación al papel de las redes migratorias y al del mercado inmobiliario, los
nichos ocupacionales diferenciales en las metrópolis y el uso de estrategias culturales
identitarias, definidas por la visibilidad en el espacio público, las que dan cuenta de un
transnacionalismo vivo. Entre las diferencias y las similitudes, aparece un mismo modelo
migratorio transnacional
Según los datos del UNDESA ONU (2013), el 69% de los migrantes bolivianos
residentes en las Américas se encuentran en Argentina (contra 16% en los Estados Unidos,
7% en Brasil, 5% en Chile). Al nivel mundial, Argentina capta 48% de los flujos migratorios
bolivianos. En Argentina, los bolivianos representan 25% del total de los inmigrantes
procedentes de América Latina y de los Caribes, mientras la proporción es de 21% para
Brasil, 12% para Perú y 9% para Chile. España es el primer destino de los bolivianos que
residen en Europa (86%) y el segundo en el mundo (24%), pero también a Italia, Suecia etc.
A pesar de que no aparezcan en los datos estadísticos del UNDESA, se sabe que los
bolivianos emigraron también a países más alejados todavía como Israel o Japón o, más
recientemente, Australia.
2. Buenos Aires, destino metropolitano en el Sur
La migración de bolivianos en la Argentina como fenómeno es ya antiguo, con las
características propias de las migraciones fronterizas en América Latina y el Caribe. Este país
ha sido y sigue siendo su primer destino. Este es uno de los motivos centrales por el cual este
colectivo ha sido objeto de numerosos estudios desde los años setenta. Sin embargo, el mayor
interés se ha suscitado a partir de los dos mil entre los investigadores de las ciencias sociales,
sobre todo por la multidimensionalidad de sus expresiones.
En 2010 había 345.272 bolivianos censados en el país aunque es probable que haya un
millón o muchos más, considerando aquellos “sin papeles” (o sea, los ilegales o
indocumentados). Bolivia pasó de estar en un quinto lugar (1991) al segundo puesto en 2001
y se mantuvo en 2010, entre los primeros grupos de extranjeros. La tendencia se confirma
también por el crecimiento de su participación relativa (15%) en 2001 y 19% en 2010. En
términos generales, los censos argentinos han demostrado que los migrantes paraguayos y
bolivianos presentan continuidad en los flujos, con una tendencia creciente y sostenida. La
movilidad de estos migrantes determina configuraciones territoriales propias, las que no se
observan en otros flujos llegados a la Argentina. Si bien los bolivianos están distribuidos en
3
todo el territorio de la Argentina, gozan de fuerte visibilidad en la Región Metropolitana de
Buenos Aires. El 61,3% (211.593) de aquel total (2010) residía en la RMBA (Tabla 1);
representaban el 1,4% del total de la población y el 17 % de los extranjeros, mucho más que
se lo verá a poco para el caso de Madrid.
Buenos Aires Región, que reúne casi el 30% de la población de la Argentina, es la
ciudad primada de la Argentina y ha crecido por encima de la media nacional. Es un continuo
urbano, de extenso y desordenado amanzanamiento que no coincide espacialmente con los
límites político-administrativos impuestos por la legislación, ya que, como los grandes
centros urbanos mundiales, el tejido urbano excede la Ciudad Central y se extiende sobre
varias unidades jurisdiccionales vecinas. El RMBA, con casi 15 millones de habitantes,
comprende la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Capital Federal de la Argentina con casi 3
millones de habitantes) como Área Central (en adelante AC) con el 19% de la población total
y 40 partidos contiguos, pertenecientes a la Provincia de Buenos Aires donde residen los 12
millones restantes. Esos partidos se dividen en dos grupos: los que forman el Gran Buenos
Aires (GBA, según el criterio censal manejado por el INDEC -Instituto Nacional de
Estadística y Censos-) o Área Metropolitana (AMBA, como denominación asociada al uso
académico), que se corresponden con la primera y segunda coronas (38% de la población de
la Región la primera y la segunda ronda el 30%). La tercera corona (13% del total de la
población) recibe también el nombre de Periferia Metropolitana (PMBA), su población
metropolitana corresponde a solo una parte de la jurisdicción municipal.
En 2010, los extranjeros en la Región representaban el 8,3% del total de la población,
mientras que la media nacional fue de casi 5%. Esta situación es señal de la fuerte atracción
que la gran metrópolis argentina ejercía para la inmigración internacional. En el caso
boliviano se advierte que había en el AC 36%, en la primera corona 38%, en la segunda 16%
y en la tercera 10%. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires contaba con los más altos valores
de concentración de bolivianos en la comuna 8 (barrios Villa Soldati, Villa Lugano y Villa
Riachuelo) con 10%, en la 7 (barrios Flores y Parque Chacabuco) con 9% y en la 9 (Liniers,
Mataderos y Parque Avellaneda) con un 5%. La pauta espacial demuestra que el sur de la
región y la primera corona tenían mayores porcentajes en La Matanza (23%) y Lomas de
Zamora (7%). Asimismo, sobresalían Esteban Echeverría (3%), Almirante Brown (2%),
Merlo (2%), y Florencio Varela (2%), en la segunda. En la tercera corona (periferia
metropolitana) se destaca La Plata con 5%. Tanto Escobar como Pilar muestran bajos
porcentajes, aunque en ambos hay concentraciones de bolivianos, visibles y representativos,
dedicados a la actividad hortícola (Sassone y Matossian, 2014).
Tabla 1. Región Metropolitana de Buenos Aires: Población total, extranjera y boliviana
(totales y porcentajes) 2010
Áreas
Ciudad Autónoma de Buenos
Aires AC
Sector de la Provincia de
Buenos Aires que conforma
el Área Metropolitana
AMBA (1)
Sector de la Provincia de
Buenos Aires que conforma
la Periferia Metropolitana
PMBA(2)
Región Metropolitana
RMBA
Población
total
Extranjeros
Bolivianos
B/PT %
B/E %
2.890.151
381.778
76.609
2.65
20.07
9.916.715
742.859
114.146
1.15
15.37
2.032.160
111.170
20.838
1.032
18.74
14.839.026
1.235.807
211.593
1.43
17.12
4
Notas: (1) comprende la primera y segunda corona de los municipios colindantes a la Ciudad de Buenos Aires;
(2) es la tercera corona de los municipios que integran la metropolis pero donde los espacios urbanos se
combianan con los espacios rurales. En el encabezado de la tabla B significa Bolivianos, PT Población total y E
Extranjeros.
Fuente: Elaboración de los autores sobre la base de información censal.
El Sur de la Ciudad de Buenos Aires es el área más representativa de la geografía
residencial de los bolivianos en la RMBA. Esa mancha se proyecta hacia el Oeste, Suroeste y
Sur de la región. En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se observa la fuerte
presencia de bolivianos; un 31% de los bolivianos que viven en el AC, en los barrios Villa
Soldati y Nueva Pompeya, donde se emplazan el barrio boliviano llamado Charrúa
(identificado oficialmente como barrio Asociación Vecinal Gral. San Martín (Sassone, 2002;
Bertone de Daguerre, 2003 y 2005) y dos villas de emergencia (Villa 1-11-14 y Villa
Calacita) donde viven también migrantes de otros orígenes. Le sigue en orden de
concentración el distrito escolar XXI (15%) en el que se destaca la presencia en las villas 20
y 15 1. En el barrio Parque Avellaneda, el área de los talleres textiles, donde hay un 9,3% y
donde el tipo de inserción residencial cambia aquí hacia viviendas alquiladas, donde habitan
y trabajan. En los barrios Flores y Liniers viven pero sobre todo su presencia está ligada a la
actividad comercial minorista destinada a la venta de productos de consumo de origen
boliviano como así también los servicios profesionales, que responden a las demandas de la
colectividad. En el otro extremo, sobre las márgenes del Río de la Plata y en tierras fiscales
del Puerto Nuevo, se levantan las Villas 31 y 31 bis (barrio Retiro) en medio de un sector de
altísimo valor inmobiliario, donde se localiza un 7% de los bolivianos.
3. Madrid, destino metropolitano en el Norte
En los años dos mil, los bolivianos se ubicaron entre los más recientes colectivos
migrantes provenientes de América Latina en España cuando se consolidaba la España
inmigrante (Cachón, 2009), sobre todo luego del cierre a la inmigración en los Estados
Unidos, tras el 11 de setiembre de 2001 y más aun con la crisis argentina del 2001-2002. En
esos años, su número aumentó exponencialmente y se instalaron, en particular, en las grandes
ciudades de España, tal el caso de las áreas metropolitanas de Madrid y en Barcelona, donde
residían alrededor de 50.000 bolivianos 2, respectivamente para 2009 (Baby-Collin, Miret,
Sassone, 2010). A nivel nacional se llegó a casi 250.000 bolivianos (2008), con una tendencia
descendente en los años posteriores. Su cuantía cayó por debajo de los 200.000 en 2013,
luego de la crisis global en 2007 y la vigencia de la Directiva Retorno en la Unión Europea
(2008).
La distribución de los migrantes internacionales en todo país (y España no es
excepción) demuestra patrones diferenciales según origen, aspecto que se puede conocer para
este país, a partir del uso del Padrón Municipal 3. La migración marroquí y la de Europa del
1
Su verdadero nombre es Barrio General Belgrano, pero comenzó a llamarse así, “ciudad oculta” a partir del
Mundial de Fútbol de 1978. El gobierno militar, presidido por J.R. Videla, levantó un paredón para ocultar la
villa de la vista de los visitantes extranjeros.
2
A partir de una definición homogeneizada de las regiones metropolitanas, se han caracterizado las mismas por
tres sub-áreas: ciudades centrales, coronas metropolitanas, formada por los municipios próximos del área
suburbana y la periferia metropolitana (Baby-Collin, Miret, Sassone, 2009).
3
El Padrón Municipal compila, en series históricas, los resultados de los registros municipales de población en
los cuales deben inscribirse todos los habitantes, españoles y extranjeros (aun los irregulares). Tales estadísticas
permiten trabajar en distintas escalas geográficas (provincias, municipios, secciones censales). A los extranjeros
5
este eligen mayoritariamente espacios rurales y ciudades medianas. Por su parte, las
migraciones latinoamericanas y asiáticas (chinos, pakistaníes, entre otros) son más de
carácter urbano. Entre las primeras predominan pautas de localización diferenciales de
concentración y dispersión. Bolivianos y ecuatorianos tienden a un modelo combinado entre
los espacios urbanos de distinta jerarquía, mientras que los peruanos se adscriben a un
modelo claramente metropolitano. No obstante, es destacable la presencia metropolitana de
los bolivianos en número y en este artículo se analizará el caso de Madrid, para su
comparación luego con Buenos Aires. Los cálculos realizados sobre la base de la información
relevada en el Padrón Municipal 2009 (año posterior al de los mayores arribos) establecen
que residían 55.374 bolivianos en Madrid, cifra que representaba el 0,87% de la población
total y el 5,21% de los extranjeros a la escala metropolitana. Es así, entonces, que en el caso
de la Comunidad Autónoma de Madrid (la región metropolitana en estudio) residían 24 por
ciento del total de bolivianos en España, que no es el caso de Buenos Aires que ya hemos
tratado, donde es mayor la participación.
La geografía de la presencia boliviana dentro de la estructura metropolitana de Madrid
supone considerar desde la ciudad central (llamada AC, coincidente con el municipio central
-Ayuntamiento de Madrid-), más las coronas metropolitanas que conforman el área
metropolitana (AM) hasta las periferias (PM), en el conjunto de la región metropolitana (RM)
(Baby-Collin, Miret, Sassone, 2009), como también lo hemos visto en este artículo para el
caso de Buenos Aires.
Tabla 2. La población boliviana dentro de la población de las regiones metropolitanas
Poblaciones y porcentajes
Población total
Población extranjera
Población boliviana
Porcentaje de Población boliviana con
respecto a la Población Total (%)
Porcentaje de Población boliviana con
respecto a la Población Extranjera (%)
Madrid (2009)
RM*
AM*
AC*
RM
AM
AC
RM
AM
AC
RM
AM
AC
RM
AM
AC
6.386.932
5.529.299
3.255.944
1.063.803
921.391
567.185
55.374
51.933
42.373
0,87
0,94
1,30
5,21
5,64
7,47
Nota: * Las siglas utilizadas se refieren a: RM Región Metropolitana, AM Area Metropolitana y AC Area
Central –municipio central-. RM incluye el AC, los municipios del AM o primera corona metropolitana y la PM
periferia metropolitana.
Fuentes: Padrón municipal INEBASE, 2009, España.
La región metropolitana de Madrid cuenta con total de población de más de 6
millones (Tabla 2). Los bolivianos representaban el 1,3% del total de la población y el 7,5%
del total de extranjeros. Si la mirada se dirige a la estructura metropolitana, surgen otros
rasgos dominantes como por ejemplo las concentraciones numéricas y porcentuales: en la
ciudad central de Madrid (AC) residía el 77 por ciento de los bolivianos de la RMM, a la vez
que se encontraba el 50% de toda la población y también el 50% de los extranjeros. Sin duda,
es notoria la concentración demográfica de este municipio central. Se ha detectado que esa
les permite, entre otras cuestiones, beneficiarse de algunos servicios como el de las escuelas y, a la vez, es una
prueba de residencia para los migrantes que deben regularizar la situación de estancia en el territorio.
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lógica espacial de la concentración de los bolivianos se da en relación a sus posibilidades de
inserción ocupacional en la economía de servicios y en la construcción, que también atraen
diversos colectivos de inmigrantes extranjeros (Baby-Collin, Cortes y Miret, 2009). Es más,
puede afirmarse que esa preferencia urbana se relaciona con la mayor presencia de mujeres
bolivianas pues la demanda laboral se orienta hacia el empleo doméstico y el servicio de
cuidado a la persona (ancianos y niños).
En busca de las especializaciones territoriales, nos interesaremos aquí en el nivel
municipal. Se trabajó con un índice de localización 4 de bolivianos entre los extranjeros, que
para Madrid es de 1,4, esto es, hay sobrepresencia de bolivianos en el AC con respecto a
RMM, al igual que en solo seis en toda la región de Madrid. Esos municipios son, por un
lado, el de Majadahonda, al oeste, identificado como área residencial de clase acomodada
(donde residen y trabajan) y por otro, hacia el sur en los municipios de Leganés, Fuenlabrada,
Alcorcón, Móstoles, Parla, Getafe y Las Rozas (ya más como opción residencial), todos con
500 a 1000 bolivianos, que tienen entre el 2 al 3 por ciento de bolivianos sobre el total de
extranjeros. Este comportamiento espacial demuestra el principio de la suburbanización de la
migración (con la consecuente división espacial entre residencia/trabajo), tal como sucede
con la migración boliviana en la Región Metropolitana de Buenos Aires (Sassone, 2002).
Se ha comprobado la existencia de pocos estudios que intenten explicar la inscripción
residencial en la región que en algunos casos se acerca al modelo difuso, tanto para los
bolivianos como para otros migrantes, aun en los pequeños municipios más periféricos. A fin
de comprender mejor estos patrones espaciales, se realizaron relevamientos en el terreno con
los mismos migrantes 5; por ejemplo, en las entrevistas que realizamos en el municipio de
Majadahonda se advierte que la presencia boliviana se debe a las demandas laborales en
servicios personales u hostelería que se convierten en oportunidad de vida.
Cuando se analiza el municipio de Madrid, debe indicarse que a partir del 1955 este
ayuntamiento conoció un crecimiento acelerado en los distritos periféricos, como
Carabanchel, Usera, Villaverde y sus barrios próximos, cuando se amplió la jurisdicción del
Ayuntamiento. Para el conjunto de los migrantes internacionales, en Madrid sobresalen
varios distritos entre los 21 que la conforman. El llamado Centro y el de Tetuán (al noroeste),
con 28 % y 22% de extranjeros sobre el total de población del distrito, respectivamente, para
2009, tenían por su parte un 3% y 5% de bolivianos, lo cual demuestra la baja atracción de
estas áreas que no era la misma para otros colectivos, tal el caso de los peruanos. Al noreste
se ubica Ciudad Lineal (18% de extranjeros) que tenía un 7% de bolivianos. Sin embargo, es
en el sur donde es más fuerte la concentración de extranjeros y de bolivianos, esto es, en
Usera (24% y 14%, respectivamente), Carabanchel (24% y 14%), Puente de Vallecas (20% y
10%), Latina (19% y 11%) y Villaverde (24% y 5%), todos próximos y al sur del rio
Manzanares, distritos populares y antiguamente obreros. Por último, queremos destacar el
4
Índice de localización o de especialización territorial: es utilizado para medir las variaciones espaciales de
concentración o dispersión de hechos sociales o económicos, de lo cual deviene en la especialización territorial
de las áreas, por ejemplo, en cuanto a la residencia de grupos sociales o la instalación de actividades
económicas. El cálculo de este índice se hace relacionando el porcentaje de los bolivianos sobre la población
extranjera de la unidad dividido por el porcentaje medio del grupo en la población extranjera del conjunto
territorial considerado. El valor 1 significa que guarda relación la cantidad de bolivianos en el municipio con la
proporción a nivel de la región. Cuando lo supera, significa que los bolivianos se concentran más que otros
extranjeros en esta unidad espacial.
5 Se llevaron a cabo entrevistas a 60 migrantes, originarios de Bolivia y Perú en 2008, 2009 y 2010, así como de
diferentes actores de instituciones y asociaciones de apoyo a los migrantes en tres ciudades: Madrid, Barcelona
y Buenos Aires. Estas entrevistas son parte del programa PICS (Programa Internacional de Cooperación
Científica CNRS-CONICET, Francia - Argentina), coordinado por Geneviève Cortes y Susana Sassone sobre
los itinerarios de movilidad de migrantes andinos en España (PICS-IMITMA), en el cual participaron Virginie
Baby-Collin, Lucile Medina y Naïk Miret y del PIP 658/09 CONICET. Migracion internacional en ciudades de
la Argentina: Lugares, territorios e identidades en la era de la globalización
7
caso de Lavapiés como parte del centro histórico, que recibió un número importante de
bolivianos, pero no se puede hablar de una centralidad para este grupo, si comparamos con el
peso de los otros grupos inmigrantes, sobre todo los asiáticos y los marroquíes. Este barrio
central, como El Raval en Barcelona, se puede considerar multiétnico, aunque no constituye
un polo de atracción para la migración boliviana y latinoamericana en general.
4. Inserción residencial de los bolivianos en las dos metrópolis
La comparación de las dos ciudades permite dar cuenta de tres factores explicativos
de los modos de inserción residencial, para lo cual es necesario considerar: a) el papel de los
mercados de la vivienda, b) el de la articulación espacial vivienda / trabajo c) el mercado del
empleo y d) el de las redes relacionales entre los migrantes. Si bien estos elementos no son
exclusivos de los bolivianos, pues se observan en otros contextos geográficos o con otros
colectivos, cabe destacar que adoptan modalidades específicas en cada una de las metrópolis
Los migrantes empobrecidos se ven sujetos a situaciones de inestabilidad y
precariedad, no solo en el plano laboral, sino en el residencial. ¿Dónde vivir? Supone un gran
desafío que muchas veces se ve aligerado por la fuerza de las redes. Por un lado, se pueden
poner en valor las fases residenciales por las cuales puede pasar un migrante, mientras que
por otro pueden abordarse los modos de territorializacion según barrios de migrantes. Si nos
referimos al primer enfoque, recurrimos a García Almirall y Frizzera (2008) quienes
proponen cuatro etapas en el proceso de inserción del inmigrante en la ciudad: 1. Aterrizaje,
2. Llegada, 3. Asentamiento, y 4. Estabilización. Por su parte, Sassone (2008) propone un
modelo analítico temporal de configuración de un barrio de migrantes. Así diferencia como
primera fase, el arribo; probada esa fase, se pasa a la segunda: se ponen en funcionamiento
estrategias espaciales de cohesión social intragrupo, con la aparición junto al uso residencial,
de funciones comerciales y culturales que generan nuevas tramas sociales en cada
agrupamiento espacial. En una tercera fase, se interconectan los miembros de los enclaves
dentro de la metrópolis. Una cuarta fase supone la apropiación del espacio público y
reconocimiento institucional. Estos comportamientos se justifican a través de las trayectorias
migratorias, en su modalidad residencial, las que se tornan colectivas dando sentido
nuevamente a las redes. Por tanto, las causas de las elecciones residenciales y la formación de
cluster urbanos se relacionan con las llegadas de migrantes pioneros.
Tanto en Buenos Aires como en Madrid, los bolivianos no se localizan en las áreas
centrales, ni siquiera donde el parque inmobiliario esta envejecido y degradado con alquileres
bajos, que si es el caso de la migración peruana en el Balvanera o San Telmo (Lapenda, 2010)
para Buenos Aires o los marroquíes, principalmente, y asiáticos, que se ubicaron desde los
años ochenta en viviendas degradadas del distrito de Embajadores (en los barrios de Lavapiés
y el Rastro) en Madrid (Zárate Martín, 2002). En el caso de Buenos Aires, los bolivianos se
localizaron inicialmente en las villas de emergencia de la Ciudad Central y décadas después
se relocalizaron en áreas de hábitat popular en las áreas suburbanas en los partidos La
Matanza, Moreno, Merlo, Florencia Varela. El hecho relevante es la marcada concentración
étnica en estas formas de urbanizaciones populares, con una disociación entre vivienda y
trabajo. En otros casos, cuando la inserción laboral se orienta hacia los talleres textiles, esa
articulación se concentra en el mismo emplazamiento: trabajan y residen en el mismo sitio
pero la precariedad es mayor. La tendencia a la localización en los espacios de menor valor
inmobiliario, tanto en la periferia sur de la ciudad central o en las periferias metropolitanas es
el patrón dominante en Buenos Aires, en relación al hábitat popular, siempre deficitario para
la calidad de vida deseada.
8
El Área Sur de Buenos Aires es distintivo para la presencia de migración boliviana ,
como para la presencia de paraguayos y peruanos, más nuevos flujos como dominicanos y
senegaleses. Es un espacio heterogéneo desde el punto de vista de su configuración
económica, social y de equipamiento edilicio y público. Sus habitantes viven en una situación
de evidente retraso con respecto a los promedios del conjunto de la ciudad, realimentando
con el tiempo un círculo perverso. Los inmigrantes que allí residen detentan bajos niveles de
capacidad para generar ingresos y limitada o nula calificación laboral, con lo que el espectro
socio-económico y del hábitat tiende a intensificar los indicadores de la pobreza e indigencia.
La desigualdad social aumentó en un 900 por ciento entre 1974 y 2005 y casi la mitad son
pobres. Cuando la Secretaria de Promoción Social del gobierno de la ciudad realizó un censo
en las villas se sorprendió pues la población de las 18 villas y unos 32 asentamientos sumaba
casi 250.000 (2010) personas, prueba palmaria de la precariedad habitacional.
Una larga y reciente historia sobre las políticas sociales de la vivienda explican esta
concentración y dispersión residencial. La circulación y la conectividad que se dan dentro de
la Zona Sur son muy superiores a aquellas que los comunican con la Zona Centro y Norte de
la Ciudad de Buenos Aires. La erradicación de las villas a mediados de los años setenta
produjo la relocalización cuasi forzada de los habitantes de las villas en sectores bajos e
inhóspitos, en las periferias suburbanas de los partidos de La Matanza, Florencio Varela, La
Plata, Escobar, Moreno, Merlo y Lomas de Zamora. Muchos migrantes lograron, de ese
modo, acceder a la propiedad de la tierra (compra por cuotas); se formaron barrios pobres, sin
servicios y con calles de tierra. Las redes sociales facilitaron la elección de las áreas para
residir y, aún más, la localización ya existente de connacionales condicionó nuevas
elecciones: es mejor vivir en un barrio donde ya viven otros bolivianos, lejos de las áreas
centrales. Entre los barrios “más bolivianos” deben mencionarse: Villa Celina, Gregorio de
Laferrere y González Catán (Municipio de La Matanza), Ingeniero Budge, Villa La Salada y
Villa Albertina del Municipio de Lomas de Zamora, Mariano Acosta y Merlo en el Municipio
Merlo.
En todos ellos la migración boliviana se ha instalado siguiendo un patrón de alta
concentración espacial y hay determinados barrios que se reconocen incluso como “barrios
bolivianos” (tal es el caso del barrio La Estrella en Mariano Acosta -Municipio de Merlo-)
(Sassone et al., 2006). Cuando el estatus económico lo permite, se advierte que estas familias
se relocalizan en barrios de clase media, bajo un modo de territorialización del tipo “isla” o
“mezcla”, tal es el caso de familias que residen en el partido de Morón, próximas a los límites
con el Municipio de La Matanza. Los bolivianos también son actores de la formación del
periurbano metropolitano (Le Gall, 2011). Los primeros horticultores de Potosí llegaron a
Exaltación de la Cruz y, más tarde, a Pilar, después de haber pasado por Escobar y por otros
itinerarios residenciales intraurbanos. Sin duda, el partido de Escobar es un caso modelo,
donde los bolivianos habitan en el barrio llamado Lambertuchi (ex barrio Lucchetti en la
Localidad de Matheu). Un proceso similar se dio en el Sur, entre Florencio Varela y La Plata.
En el caso de Madrid, el tiempo de las estancias es escaso aun para reconocer fases de
estabilización de su inserción residencial dentro de este colectivo. En gran parte, la geografía
residencial boliviana corresponde a una geografía periférica y popular, destacando su fuerte
presencia en los suburbios tanto en la misma periferia como en la segunda corona. Allí se
concentran viviendas económicas, de promoción privada en los tejidos urbanos antiguos,
heredados de la industrialización, como en los sectores de viviendas colectivas de protección
oficial de los años 1950 – 1960. Estos suburbios populares se urbanizaron en la época del
desarrollismo español cuando se construyeron polígonos residenciales de viviendas sociales
para poblaciones obreras, con bloques de pisos de protección oficial donde la clase obrera
pudo encontrar una mejora a sus condiciones de vida en las grandes ciudades. Los distritos de
9
Usera y Carabanchel han acogido a numerosos migrantes latinoamericanos, en particular
bolivianos en el primero de ellos.
En estos distritos periféricos de Madrid donde los precios de la vivienda son todavía
bajos, se observa un acceso a la propiedad para cierta parte de los extranjeros migrantes. En
San Cristóbal de Los Ángeles, en el sur de Madrid (Distrito Villaverde), Eseverri Mayer
(2010) destaca que este proceso, articulado con una dinámica de renovación local, refuerza la
etnicización de ese antiguo barrio obrero, hoy el más multiétnico de la ciudad (43% de
residentes extranjeros). Cuando se logra la estabilización residencial entre los migrantes les
permite ahorrar y acceder a la compra de una vivienda; ya en esta situación de propietario, el
migrante antiguo puede optar por subalquilar a otros recién llegados, aumentando así sus
ingresos. Sin embargo, esta explicación clásica, que conjuga la segregación residencial
antigua, la evolución de las generaciones de migrantes y de los momentos de llegada de los
diferentes colectivos (como los bolivianos, uno de los más recientes), con los lineamientos y
acciones de las políticas urbano–metropolitanas, no basta para dar cuenta de la concentración
específica de los bolivianos en ciertas áreas residenciales.
Por ser reciente también, la migración boliviana se apoya mucho en las redes sociales:
familiares, de amistades, de compadrazgo, o de solidaridad “étnica”, o incluso en la web2.0.
Estas redes, cruciales al llegar, contribuyen a la constitución de barrios de migrantes donde se
aglutinan gente de un mismo origen. Usera en Madrid y Charrua en Buenos Aires (Bertone de
Daguerre, 2005), se convierten así en zonas de fuerte concentración migratoria boliviana.
5. Formas de visibilidad boliviana en el espacio metropolitano
5.1. El comercio étnico
Los estudios sobre el comercio étnico surgen cuando se organizan empresas surgidas
bajo la iniciativa de personas de origen extranjero. Tal vez es la forma más amplia de
denominador los emprendimiento de migrantes con capital propio desarrollados dentro del
sector comercial y sin duda una actividad en fuerte expansión. Serra del Pozo (2006:33) dice
que “es una tipo de negocio […] que se limita a la actividad comercial por cuenta propia
(autoempleo); no consiste en la prestación de servicios ni en empleo por cuenta ajena”. Por su
parte, Aramburu Otazu (2002) señala que la instalación de un gran número de comercios
étnicos es producto, por ejemplo, de la existencia de una comunidad de migrantes
demandante de productos e insumos propios de sus pautas culturales; y su instalación siempre
se da generalmente en barrios decaídos y degradados. La expresión engloba distintas
definiciones pero se ha optado por el significado menos restrictivo, que utiliza el calificativo
étnico como indicador de la procedencia nacional de la persona que establece el negocio.
El barrio porteño de Liniers, localizado hacia el oeste de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, es uno de los 48 que tiene la ciudad. En su límite exterior, sobre la Avenida
General Paz, cuenta con un centro comercial de larga data que desde los años noventa ha sido
objeto de una transformación paisajística singular, pues los tradicionales negocios de un
barrio porteño cambiaron de rubro. Pasaron a manos de bolivianos que se dedicaron a la
venta de productos de consumo típicos de su gastronomía, por ello sobresale el rubro de
condimentos, la notable variedad de papas del Altiplano o múltiples variedades de choclo o la
cerveza Paceña, servicios de courier para envío de remesas y locutorios con servicio de
internet (Escobar Basavilbaso, 2011 y 2013).
Este distrito es un área de diversidad que se caracteriza por la incesante circulación de
personas en todo momento del día. La circulación resulta determinante y, por ello, diferentes
actividades se entrecruzan y crean un mercado segmentado, que se nutre de la multiplicidad
10
de comercios y servicios. A lo largo de varias cuadras, desde la avenida Rivadavia, por la
calle José León Suarez y entre la Terminal de Ómnibus de Larga Distancia y la avenida
General Paz, es posible contabilizar un número cada vez más creciente de emprendimientos
comerciales de la colectividad boliviana que responde a la lógica de mercadeo andino. Todos
estos comercios están acompañados de abundante cartelería donde el común denominador
son los colores de la bandera boliviana y topónimos de origen boliviano, sobre todo ligados a
los departamentos y ciudades de aquel país. Además, si hay algo distintivo es la presencia de
las mujeres bolivianas, las mujeres “de pollera”, con sus largas trenzas, muchas muy jóvenes,
lo cual indicaría que son de reciente arribo y que llegan desde ambientes rurales a la gran
urbe. Estas son marcas culturales visibles que hablan de un paisaje urbano “exótico” para las
miradas de los vecinos y de los transeúntes habituales.
Entonces, en Liniers podemos identificar comercios «cerrados», es decir, dirigidos a
compradores mayoritariamente inmigrante y «abiertos» cuya venta se orienta a una clientela
más amplia (Sassone y Mera, 2007). Sin embargo, aquella diferenciación no significa que no
se produzcan cruces de posibles consumidores entre estos tipos de comercio, pues si bien hay
un sinnúmero de marcas que evocan la identidad boliviana, las visitas no son privativas de los
miembros del colectivo. En cuanto a los restaurantes cumplen una función de sociabilidad,
son lugares de reunión de los miembros de la colectividad, sobre todo los días sábados, en
que se puede observar paisanos en una situación de esparcimiento luego del trabajo semanal.
El Liniers boliviano se encuentra en un foco de gran accesibilidad y circulación para quienes
hacen sus trayectos cotidianos entre sus lugares de trabajo y los de residencia. Esto se verifica
con solo pararse en algunas de sus esquinas más concurridas y el movimiento es intenso y
vertiginoso.
Otro de los modos de comercio étnico con fuerte protagonismo bolivianos se
corresponde con las ferias municipales itinerantes, reguladas por el Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, junto a la venta callejera informal. Ambos tipos han crecido llamativamente en
el paisaje urbano de Buenos Aires, sobre todo en terminales ferroviarias y en los ejes
comerciales populares. Debe reconocerse que el comercio ambulante constituye uno de los
nichos ocupacionales privilegiado por los migrantes bolivianos que llegan generalmente con
esta tradición mercantil. En efecto, en las sociedades andinas, las ferias representan lugares
de referencias y de intercambios para la comunidad cuyo papel es tanto económico como
social y cultural. La presencia de bolivianos como titulares de puestos en esas ferias
municipales ha sido estudiado por (Brassamin, 2010) en sus dos tipos: las Ferias Itinerantes
de Abastecimiento Barrial (FIAB) y las Ferias Itinerantes de Interés Social (FIIS), las cuales
se han vuelto espacios comerciales mixtos “boliviano-argentino”.
En Madrid no encontramos ni distritos, ni dominio de un nicho ocupacional como en
Buenos Aires, sin embargo, en los barrios con mayor presencia boliviana, como Ciudad
Lineal y Usera se observan comercios y servicios bolivianos. Se identifican, por ejemplo, las
tiendas de La Bolivianita Express y Transfer Latino en la plaza Olavide, en un barrio sin
presencia andina marcada, o el restaurante El Pastor boliviano, cerca de la Plaza España. En
general, son bastante recientes; la mayoría de los locales tienen menos de cinco años y los
más convocantes son los restaurantes y bares. Hinojosa (2009) subrayó que “en Usera y
Hospitalet [Barcelona] se concentran los restaurantes y bares de bolivianos, y son los
espacios desterritorializados por excelencia en los cuales se come, baila y toma como en
Bolivia”.
Cuando nos focalizamos en los restaurantes y bares, se advierte una visibilidad franca
y llamativa, ya sea en la fachada o en la decoración interior. Se identifican por sus nombres
(La perla boliviana, etc.), sus carteles (bandera boliviana, reloj indicando la hora boliviana) y
la utilización casi exclusiva de los colores amarillo, verde y rojo de la bandera, como tantas
realidades materiales que remiten a valores y a una identidad de origen. Igualmente, sus
11
menús son bolivianos (charque, sopa de maní, pique macho, …) tales como sus bebidas
(cerveza Paceña, mocochinchi…) y su clientela, mayoritariamente boliviana. A esto, se añade
la presencia de tiendas alimentarias de “productos latinos” -donde se encuentran chuño,
mate…, y hasta hojas de coca- a veces administradas por otros colectivos como los chinos
(“Mercadolatino Wong”, en Usera). Este último punto pone de manifiesto la co-presencia de
grupos nacionales, lejos del modelo del enclave étnico, así como la identificación de un
colectivo « latino », más allá de las identificaciones con bases nacionales.
La visibilidad boliviana aparece también en el número de locutorios ofreciendo tarifas
competitivas para llamar a Bolivia (pero también a otros países latinos, africanos o asiáticos),
agencias de envío de remesas y de encomiendas (la agencia de paquetería “la Bolivianita”,
iniciada hace algunos años por un boliviano, tiene ahora varias agencias en Madrid, una en
Usera, otras dos en Carabanchel). Estos espacios son lugares del contacto con el mundo pero
también polos de sociabilidad, donde se puede dejar a los niños para que preparen su trabajo
escolar, por ejemplo, donde juegan la circulación propia de las lógicas transnacionales.
5.2. Estrategias culturales del transnacionalismo
El deporte, las fiestas cívicas, las prácticas religiosas, los bailes y las comidas están
entre las principales acciones que desarrollan los migrantes como expresión del
transnacionalismo, captado por sus marcas identitarias. Es necesario poner en alor la
utilización y apropiación de los espacios públicos, tan frecuente en grandes ciudades con
numerosos colectivos migrantes.
En Buenos Aires, el Parque Indoamericano es uno de los espacios públicos
emblemáticos para la migración boliviana. Allí se juegan campeonatos de futbol, funcionan
ferias ambulantes y es un espacio de sociabilidad intraétnica. A este tipo de presencia
semanal, se agregan las prácticas religiosas, en particular, las de devociones católicas que los
convocan por barrios y cada año se muestran con grandes despliegues, trascienden el espacio
privado para ganar el espacio público y ponen en tensión los liderazgos y jerarquías sociales
intraetnicas. La fiesta más importante que ha hecho altamente visible a la migración boliviana
es la celebración de Nuestra Señora de Copacabana que ha tenido su centro en el Barrio
Charrúa durante más de 30 años. No obstante, otras devociones se cultivan hasta en las villas
de emergencia en relación con el lugar de origen del colectivo residente: en Lugano se
celebra el Señor de Bombori (devoción de Potosi). En Madrid, los festejos por la devoción a
la Virgen de Urkupiña, designada patrona de la integración nacional, constituyen el momento
fuerte del calendario festivo; en Madrid, surgen del barrio Usera (donde residen los custodios
de la imagen de la Virgen, traída desde Bolivia) y las fiestas se organizan mayormente allí
aunque pasaron de las calles de Usera a grandes parques como el Tierno Galvan en el Distrito
Argenzuela, próximo a Usera (Baby-Collin y Sassone, 2010).
En Madrid, los fines de semana, tiemposde descanso en el trabajo, la visibilidad
migrante es mayor: los restaurantes y bares se llenan, los parques se animan por partidos de
fútbol, donde los equipos son casi sistemáticamente organizados por nacionalidades o
regiones de origen. Dentro de las sociabilidades migrantes de los fines de semana, las
prácticas deportivas constituyen un modo de encuentro comunitario. En Madrid, el parque de
Pradolongo (Distrito Usera) se destaca como el lugar preferencial de los bolivianos para el fin
de semana: llegan para pasear, comer, jugar al futbol. Lugares de sociabilidad y de
convivencia a bajo costo: el del encuentro de familias enteras o el de los amigos, que
aprovechan para intercambiar noticias de los países de origen y van fortaleciendo redes
étnicas esenciales en el proceso de inserción urbana y del vivir transnacional.
Estos reagrupamientos espaciales en áreas recreativas públicas de ambas ciudades
siguen una lógica comunitaria y nacional. Esos ámbitos no valen para todos los colectivos;
por ejemplo, argentinos o peruanos suelen reunirse de manera menos masiva y en espacios
12
cerrados (bares, clubes). Estos son colectivos con una presencia más antigua en España, lo
que puede ser un elemento de su menor necesidad de ayuda mutua o de reagrupación, y
entonces con menos visibilidad en términos de concentración espacial .
La bolivianización del Barrio Liniers en Buenos Aires o la del distrito Usera en
Madrid, identificadas ambas como la “pequeña Bolivia”, tanto en una como otra ciudad, se
caracteriza no sólo por el número importante de bolivianos residentes, sino también por una
visibilidad étnica que crece en el espacio público: restaurantes y bares bolivianos
concentrados en algunas calles (La choza, El rinconcito boliviano, La flor boliviana, La perla
boliviana, El bar cruceño, etc…), tiendas que venden productos latinos importados, son unas
de las primeras marcas de la construcción de estos lugares. El papel de los servicios
destinados a la colectividad boliviana, tales como locutorios con precios especiales a Bolivia,
empresas de paquetería y envío de encomiendas a Bolivia a precios razonables, son
importantes también para que emerja una cierta atracción a nivel de la ciudad. Si bien los
locales asociativos en si no son tan visibles para el público anónimo, fuera de los momentos
en los cuales se organizan actividades públicas, su presencia es notable. En Buenos Aires, la
FACBOL, nacida en el Barrio Charrua, lleva años de trabajo y es la líder entre las
asociaciones de migrantes (Sassone, 2002). En Madrid, la ONG boliviana más importante,
ACOBE (Asociación de Cooperación Bolivia-España), tiene oficinas en Ciudad Lineal y en
Usera, y varias otras asociaciones tienen su sede en el distrito de Usera (Caplan, 2009).
Con ritmos más excepcionales, pero con una visibilidad aún mayor, las fiestas y
eventos comunitarios son momentos privilegiados del encuentro étnico. La celebración de la
fiesta patria de Bolivia, que recuerda la independencia del 6 de agosto de 1825, toma un
relieve particular en los colectivos migrantes y varias asociaciones organizan su evento para
recordar la fiesta ciudadana. En Buenos Aires, el encuentro más importante se realiza en
Escobar donde funciona el primer y más grande mercado mayorista de producción hortícola,
donde asisten cada año las autoridades de la Embajada de Bolivia en la Argentina. Por su
parte en Madrid, la asociación Pro Bolivia se reúne en el restaurante El Pastor boliviano,
mientras que ACOBE convoca en el Palacio de Vistalegre, ubicado en Carabanchel (barrio
lindante con Usera, al oeste). En este caso, esta convocatoria de la centralidad nacional ha
cobrado importancia luego de 2009 cuando tomo jerarquía constitucional el voto en los
extranjeros para los bolivianos emigrados.
13
CONCLUSIONES
La relación entre migración y metropolización demuestra la complejidad de
geografías migratorias, pues los altos porcentajes de inmigrantes se producen, en estos
tiempos globales, en espacios de concentración. Es posible afirmar que las transformaciones
territoriales también se relacionan con estas presencias en un juego hecho de
microespacialidades, donde las relaciones sociales de diferente orden contribuyen a la
construcción de lugares.
La elección residencial entre los migrantes es altamente selectiva; diversos estudios
demuestran que la clase social, la presencia previa de connacionales y las cadenas
migratorias, como la acción implícita de agentes del Estado (no sólo el central sino también el
provincial o municipal/local) se combinan en una multicausalidad para determinar que los
migrantes se asienten en ciertos barrios y no en otros.
En el caso de la migración boliviana, apoyándose en la experiencia de una larga
tradición migratoria, de una cultura de la movilidad como lo decía Xavier Albó, los
bolivianos desarrollan muy rápidamente pautas de territorialidad vehiculizadas por el capital
espacial basado en ciertas representaciones de la bolivianidad, más las habilidades en el
“saber migrar” que se transmiten por redes sociales transnacionales muy potentes.
En ambas metrópolis estudiadas, Buenos Aires y Madrid, encontramos procesos de
reconstrucción identitaria que guardan un patrón común, sumado a fenómenos de copresencia y « co-visibilidad » en un mismo espacio, con otros colectivos, donde los lugares se
construyen de manera simultánea por distintos actores sociales, haciendo aparecer ciertos
paisajes multiculturales. Nos preguntamos ¿Cómo se gobierna la multiculturalidad?, ¿Dónde
encontrar las respuestas? ¿Bajo qué orden social? ¿Cómo se respeta la dignidad de la
persona?
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