Ciencias Naturales LA ATMÓSFERA

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EXPLORA
LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
PROGRAMA
DE CAPACITACIÓN
MULTIMEDIAL
CIENCIAS NATURALES
LA ATMÓSFERA
Introducción. La Tierra: un lugar para la vida | Composición y estructura vertical de la atmósfera |
Radiación | El efecto invernadero natural | Impacto de las actividades humanas en la atmósfera | Atmósfera urbana |
El agujero de ozono | Cambio climático
Autoras: Dra. Inés Camilloni (UBA y CONICET) y Dra. Carolina Vera (UBA y CONICET) | Coordinación Autoral: Dr. Alberto Kornblihtt
(UBA y CONICET)
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EXPLORA CIENCIAS NATURALES
INTRODUCCIÓN.
LA TIERRA: UN LUGAR PARA LA VIDA
Cortesía de Earth Sciences and Image Analysis Laboratory, NASA, Johnson Space Center / EE.UU.
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La Tierra vista desde
el espacio.
E
l hecho de que el planeta Tierra
sea un lugar adecuado para la
vida tal como la conocemos es principalmente una consecuencia de su
clima moderado. Un requerimiento
fundamental para la vida es el agua
líquida, y la Tierra es el único planeta
del Sistema Solar que la posee. Venus,
nuestro vecino inmediato en dirección
al Sol, tiene una temperatura superficial promedio de 460 °C, suficiente
como para derretir plomo. Marte, el
planeta más cercano en dirección
opuesta al Sol, tiene una temperatura
promedio de -55 ºC, que es equivalente a las temperaturas más frías
experimentadas en el Polo Sur. La
temperatura promedio de la superficie terrestre es de 15 °C. Esto hace
que la Tierra sea un lugar no sólo habitable, sino también relativamente placentero para vivir.
¿Por qué Venus es demasiado caluroso, Marte demasiado frío y la Tierra
tiene la temperatura adecuada para
la vida? La intuición sugiere que la
respuesta es que la Tierra resulta estar
a la distancia justa del Sol (y en consecuencia recibiría exactamente la cantidad correcta de luz solar), mientras
que Venus y Marte no lo están. Un
análisis más detallado revela que no
sólo la cantidad de luz solar recibida
por un planeta determina la tempe-
ratura de su superficie. La superficie de
un planeta es también calentada mediante el efecto invernadero de su atmósfera, cuando esta existe. Como veremos más adelante, la atmósfera de
un planeta permite que penetre la luz
solar, pero retarda la velocidad con que
se pierde el calor. Sin el efecto invernadero, la temperatura promedio de la
superficie de la Tierra sería de -18 °C
−es decir, 33 °C más fría que el valor
registrado− y sería un planeta congelado y estéril.
Para entender cómo funciona el efecto invernadero de la atmósfera, describiremos su composición, y también la
naturaleza de la radiación solar.
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L
a atmósfera de la Tierra es una cobertura gaseosa compuesta principalmente por nitrógeno (N2) y oxígeno (O2) molecular, con pequeñas
cantidades de otros gases, como vapor de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2). La capa fina azulada cerca
del horizonte que se observa en la imagen representa la parte más densa de
la atmósfera. Aunque nuestra atmósfera tiene un espesor de varias centenas de kilómetros, cerca del 99 % de
su masa gaseosa se encuentra dentro
de los primeros 30 km cercanos a la
superficie terrestre.
La tabla muestra que el nitrógeno
representa cerca del 78 % y el oxígeno, el 21 % del volumen total de la
atmósfera cerca de la superficie terrestre. En la atmósfera existe un balance
entre la salida (destrucción) y entrada
(producción) de estos gases. Por ejemplo, el nitrógeno es removido de la
atmósfera principalmente por procesos biológicos que involucran las bacterias presentes en los suelos, y retorna a la atmósfera por medio de la
degradación de la materia orgánica
por la acción de microorganismos. El
oxígeno, por su parte, es removido de
la atmósfera por la degradación de la
materia orgánica y por los procesos de
oxidación en los que se combina con
otras sustancias. El oxígeno también
es consumido en la respiración de los
seres vivos, por la que se libera dióxido
de carbono. La incorporación de oxígeno a la atmósfera ocurre, en cambio, en los procesos de fotosíntesis.
Existen enormes variaciones en el
volúmen del vapor de agua según las
zonas: cerca de la superficie, en las
regiones tropicales, el vapor de agua
puede constituir hasta el 4 % de los
gases atmosféricos, mientras que en
regiones polares representa bastante
menos del 1 %. El vapor de agua no
sólo es un componente de la atmósfera extremadamente importante por
su papel en los procesos de condensación del agua, sino también porque
constituye una reserva de calor. El
vapor de agua se transforma en agua
líquida durante la condensación; en
ese proceso se liberan grandes cantidades de energía (calor latente) que
constituyen el "motor" de fenómenos
meteorológicos, como las tormentas
convectivas y los huracanes. Asimismo,
como veremos más adelante, cumple
un papel importante en el balance de
calor del sistema Tierra-atmósfera.
El dióxido de carbono, un componente natural de la atmósfera, ocupa
alrededor del 0,036 % del volumen
del aire, lo que es un pequeño pero
importante porcentaje. Entra a la
atmósfera sobre todo por la degradación de la materia vegetal, pero también lo hace por las erupciones volcánicas, la respiración de los seres vivos
y, como veremos más adelante, por
actividades humanas, como el uso de
combustibles y la deforestación.
El dióxido de carbono es removido
de la atmósfera por los procesos de
fotosíntesis. Los océanos actúan como reservorios enormes de dióxido de
carbono, debido a que el fitoplancton
lo fija en sus células. Este gas, que se
disuelve directamente en el agua superficial, se mezcla “hacia abajo” y
circula hasta las grandes profundidades. Se estima que los océanos almacenan más de 50 veces el dióxido de
carbono presente en la atmósfera.
Además del nitrógeno, el oxígeno,
el vapor de agua y el dióxido de carbono, que son los gases principales,
la atmósfera contiene otros en menor
proporción que afectan el clima. Los
más importantes son el ozono (O3), el
metano (CH4), los óxidos de nitrógeno (NOx) y los clorofluorocarbonos.
En la atmósfera también están presentes tanto nubes de agua líquida y
de cristales de hielo como impurezas
provenientes de fuentes naturales y
Cortesía de Earth Sciences and Image Analysis Laboratory, NASA, Johnson Space Center
COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA VERTICAL DE LA ATMÓSFERA
Detalle de la atmósfera que recubre a la Tierra.
TABLA 1.
GASES DE LA ATMÓSFERA
Gas
Fórmula química
Porcentaje
(por volumen)
Gases permanentes
N2
O2
Ar
Ne
He
H2
Xe
Gases variables
Vapor de agua
H2O
Dióxido de carbono
CO2
Metano
CH4
Óxido nitroso
N2O
Ozono
O3
Partículas (polvo, etc.)
Clorofluorocarbonos (CFC)
Nitrógeno
Oxígeno
Argón
Neón
Helio
Hidrógeno
Xenón
78,08
20,95
0,93
0,0018
0,0005
0,00006
0,000009
0a4
0,036
0,00017
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humanas. Partículas de polvo, suelo
y sal marina son incorporadas a ella
por acción del viento y cumplen un
papel beneficioso al actuar como superficies donde el agua se condensa
para formar las gotas de nubes. En
cambio, las partículas que se introducen a la atmósfera por acciones
humanas constituyen, por su acción
contaminante, un riesgo para el sistema Tierra-atmósfera.
La atmósfera puede ser dividida en
una serie de capas en función de la
variación de la temperatura con la altura. En la infografía se muestra cómo
varía la temperatura desde la superficie
de la Tierra hasta unos 500 km de altura. En la capa más cercana a la superficie, denominada tropósfera, que se
extiende en promedio hasta 12 km de
altura (con un máximo de aproximadamente 19 km en latitudes ecuatoriales
y un mínimo de 9 km sobre los polos),
la temperatura disminuye a una tasa
promedio de 6,5 °C por kilómetro. En
esta capa, que concentra el 80 % de
toda la masa de la atmósfera, ocurren
los fenómenos meteorológicos más
relevantes. En el límite superior de la
tropósfera, denominado tropopausa, la
temperatura deja de disminuir y está
cercana a los -55 °C.
Por encima de la tropósfera se encuentra la estratósfera, que se extiende hasta los 45 km de altura. En ella la
temperatura aumenta con la altura
hasta un valor cercano a 0 °C en su
límite superior, denominado estratopausa. La concentración de masa atmosférica en los niveles superiores de
la estratósfera y en las capas por encima de ella es tan baja (99 % de la
masa está concentrada por debajo de
los 30 km, aproximadamente) que el
significado de la temperatura no es el
mismo que en el nivel de la superficie
del planeta.
Por encima de la estratósfera la temperatura disminuye con la altura, definiendo la capa denominada mesósfera,
que culmina a unos 80 km de altitud,
en la mesopausa, donde la temperatura es del orden de los -90 °C. Por encima de ese nivel, y hasta uno superior
no bien definido, la temperatura vuelve a aumentar con la altura y define la
capa denominada termósfera.
RADIACIÓN
La energía proveniente del Sol se llama
energía radiante o radiación. Podemos
describir la radiación electromagnética
como una onda eléctrica y magnética
que se propaga de manera similar a las
ondas que se mueven, por ejemplo,
sobre la superficie de un lago. Una onda de cualquier tipo de radiación electromagnética (como la luz o las radiaciones ultravioleta o infrarroja o los
rayos X) se mueve a una velocidad fija c,
conocida como "velocidad de la luz",
que en el vacío es de 300.000 km/s. La
onda consiste de una serie de crestas y
depresiones. La distancia entre dos
crestas (o depresiones) es llamada longitud de onda y generalmente se indica
con la letra griega λ (lambda).
Aunque podemos pensar la radiación electromagnética como una onda, se comporta más bien como un
flujo de partículas. Se llama fotón a
una "partícula" o pulso individual de
radiación electromagnética. El fotón
es la cantidad discreta más pequeña
de energía que puede ser transportada por una onda electromagnética de
una determinada frecuencia.
El rango total de tipos de radiación
electromagnética que difieren por sus
longitudes de onda constituyen el espectro electromagnético. Las longitudes
de onda en el rango visible se miden típicamente en nanómetros (nm). Un nanómetro es la mil millonésima (10-9) parte del metro. La radiación visible, o luz
visible, posee un rango relativamente
angosto de longitudes de onda, entre
400 y 700 nm. Dentro de este rango, el
color de la luz dependerá de su longitud de onda. La longitud de onda visible más larga aparece ante nuestros
ojos como roja, mientras que la más
corta se registra como azul o violeta.
Alrededor del 40 % de la energía del
Sol es emitida en longitudes de onda
más largas que el límite visible de 700
nm que constituyen la radiación infra-
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rroja (IR). Las ondas infrarrojas tienen
longitudes de onda entre 1.000 y
1.000.000 nm. En cambio, alrededor
del 10 % de la energía del Sol es emitida en longitudes de onda más cortas
que las de la luz visible, que constituyen la radiación ultravioleta (UV). Las
longitudes de ondas ultravioletas son
las menores que 400 nm.
Es importante también considerar
los siguientes conceptos.
J Todas las cosas, sin importar cuán
grandes o pequeñas sean, emiten radiación. El aire, nuestro cuerpo, las flores, los árboles, la Tierra, las estrellas,
etc. La energía se origina por la rápida
vibración de los billones de electrones
que componen cualquier objeto.
J Las longitudes de onda de la radiación que un objeto emite dependen
principalmente de la temperatura del
objeto. Cuanto más alta es la temperatura del objeto, más corta es la longitud de onda de la radiación emitida.
Mientras que el Sol emite sólo una
parte de su energía en forma de radiación infrarroja, la Tierra, enormemente más fría, irradia prácticamente toda
su energía en esa forma de radiación.
En consecuencia, dado que el Sol irradia la mayor parte de su energía en
longitudes de onda mucho más cortas
que las que emite la Tierra, la radiación
solar, generalmente, recibe el nombre
de radiación de onda corta, mientras
que la radiación terrestre es referida
como radiación de onda larga.
EL EFECTO
INVERNADERO NATURAL
Si la Tierra y todas las cosas están continuamente irradiando energía térmica,
¿por qué no se vuelven progresivamente más frías? La respuesta es que todos
los objetos no sólo irradian energía,
también la absorben. Si un objeto irradia más energía que la que absorbe, se
enfriará; si absorbe más energía que la
que emite, se calentará. Durante un día
soleado, la superficie terrestre se calienta porque absorbe más energía del Sol
y de la atmósfera que la que irradia,
mientras que durante la noche la superficie terrestre se enfría porque emite
más energía que la que recibe. Cuando
un objeto absorbe y emite energía en
igual proporción, su temperatura permanece constante.
La tasa con la que un objeto absorbe e irradia energía depende fuertemente de las características de su
superficie −textura, color, humedad−
y de su temperatura.
Por ejemplo, sabemos por experiencia propia que, en un día de verano
soleado, superficies oscuras como el
asfalto de las calles estarán más
calientes que superficies de colores
más claros como las veredas de cemento. Las superficies oscuras absorben más energía radiante (y reflejan
menos) mientras que las superficies
claras reflejan más energía y en consecuencia absorben menos. La reflectividad de una superficie se llama albedo.
Si observáramos la Tierra desde el
espacio, veríamos que una mitad recibe luz solar, mientras que la otra está
a oscuras. La energía solar calienta la
superficie terrestre sólo durante el día,
mientras que la superficie terrestre
emite constantemente radiación infrarroja hacia el exterior tanto durante el
día como durante la noche.
Si la atmósfera no existiese y no
hubiera otros mecanismos de transferencia de calor, la superficie terrestre
estaría en equilibrio de radiación (la
cantidad de energía que absorbe es
igual a la que emite), aunque la temperatura global promedio que resultaría
de ese balance sería de -18 °C, bastante diferente de la que se registra, que
es de alrededor de 15 °C. Físicamente,
la temperatura de la superficie terrestre
depende de tres factores:
J la radiación solar que recibe;
J la reflectividad de su superficie (albedo);
J la cantidad de calor proporcionada
por la atmósfera.
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TABLA 2.
GASES DE INVERNADERO MÁS IMPORTANTES
Nombre y fórmula química
Vapor de agua (H2O)
Dióxido de carbono (CO2)
Metano (CH4)
Óxido nitroso (N2O)
Ozono (O3)
Freón-11 (CCl3F)
Freón-12 (CCl2F2)
Concentración (ppm)
0,1 (Polo Sur) - 40.000 (trópicos)
375
1,7
0,3
0,01 (en la superficie)
0,00026
0,00047
Se conoce como efecto invernadero
la acción de determinados componentes de la atmósfera (gases de invernadero). Esa acción consiste en la absorción de parte de la radiación infrarroja
emitida por la superficie terrestre y
su irradiación devuelta hacia abajo. El
nombre invernadero se debe a que la
acción de estos gases tiene cierta
semejanza con la que tienen los vidrios
de un invernadero de plantas que permiten la entrada de luz visible, pero
impiden parcialmente la salida de la
radiación infrarroja. La tabla 2 muestra
algunos de los gases de invernadero
más importantes; entre ellos, el dióxido de carbono y el vapor de agua son
los que presentan mayor concentración. Los gases de invernadero tienen
la particularidad de realizar una absorción "selectiva" de una porción de la
radiación solar entrante, pues permiten que la mayor parte de la radiación
solar entrante (de onda corta) llegue a
la superficie terrestre, pero absorben
una buena cantidad de la radiación
infrarroja terrestre (de onda larga), evitando así que se escape rápidamente
al espacio.
Tanto el efecto invernadero como la
cantidad de radiación solar absorbida
están fuertemente influidos por la presencia de las nubes, que pueden producir calentamientos o enfriamientos
de la superficie de acuerdo con su altitud y su espesor. También las coberturas de nieve y hielo son elementos
importantes a tener en cuenta en el
balance de energía del sistema Tierraatmósfera.
Cabe destacar, entonces, que el efecto invernadero en la atmósfera constituye indiscutiblemente un fenómeno
real y natural (entendiendo como natural una situación independiente de las
actividades humanas) que permite que
las temperaturas de la superficie terrestre sean las adecuadas para la vida.
OZONO ESTRATOSFÉRICO: ESCUDO
PROTECTOR DE LA RADIACIÓN UV
El ozono (O3) es un compuesto químico formado por tres átomos de oxígeno. Las moléculas de ozono se crean y
destruyen continuamente en la atmósfera por medio de mecanismos
naturales, de forma tal que existe un
balance entre producción y destrucción. Aproximadamente el 90 % del
ozono atmosférico se encuentra en la
estratósfera (la porción de atmósfera
situada entre los 10 km y 45 km de
altura). La cantidad total de ozono
estratosférico es pequeña: si se lo
comprimiera a la presión y tempera-
tura existentes en la superficie de la
Tierra, formaría una capa de aproximadamente 3 milímetros de espesor.
El ozono tiene una gran influencia
sobre la biósfera por su eficiente absorción de la radiación solar UV. Esta
radiación se clasifica en UV-A (longitudes de onda entre 320 y 400 nm),
UV-B (entre 290 y 320 nm) y UV-C
(menos de 290 nm). Aunque los tres
tipos de radiación pueden dañar a los
seres vivos, el efecto más perjudicial es
el causado por la UV-C.
Afortunadamente, el ozono absorbe totalmente la radiación UV-C y
parcialmente las otras, por lo que
sólo se recibe en superficie el 10 %
de la UV-B y el 90 % de la UV-A.
Entre los daños que puede causar la
radiación UV-C está la promoción de
mutaciones en los genes, que pueden derivar en cánceres, enfermedades oculares e inmunodeficiencias.
Además, puede dañar el fitoplancton, base de la cadena alimentaria de
la vida en el mar.
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Los efectos de protección del ozono
son posibles cuando este se encuentra
en su ámbito natural, es decir, en la
baja estratósfera, distribuido en una
capa (la denominada capa de ozono)
que va desde los 12 a los 35 km de
altura aproximadamente. Sin embargo, el ozono es nocivo cuando está en
niveles más bajos (en la tropósfera)
debido a su acción contaminante, ya
que contribuye a potenciar el efecto
invernadero natural.
La concentración de ozono estratosférico se mide en unidades Dobson
(UD). Cada una de estas unidades equivale a una capa de 0,01 mm de espesor, a presión normal y 0 ºC de temperatura. La concentración normal de
ozono oscila entre 200 y 400 UD.
Los pasos involucrados en la formación natural de ozono en la estratósfera −denominada ozonogénesis−,
así como en su destrucción −llamada
ozonólisis−, se pueden observar en
los esquemas de esta página.
Mediante una series de reacciones, el
ozono se forma al incidir radiación UV
sobre moléculas de oxígeno (O2) atmosférico. Si la radiación posee una
longitud de onda inferior a los 240 nm
(radiación UV-C), los fotones que la
constituyen son absorbidos por el O2,
rompen sus ligaduras y dan lugar a dos
átomos de oxígeno. Como los átomos
de oxígeno son fuertemente reactivos,
muchos de ellos, al colisionar con el
O2, producen ozono. Esta reacción,
que permite atrapar la energía de los
fotones incidentes, ocurre sólo en presencia de una tercera molécula (por
ejemplo, nitrógeno) capaz de absorber
la energía remanente.
Tan importante como la formación
de ozono es su destrucción, ya que las
ligaduras del ozono son también blanco de la radiación ultravioleta (en este
caso de la UV-B). De esta forma se cierra el ciclo de producción y destrucción
natural del ozono estratosférico; como
beneficio, toda la radiación solar UV
menor de 290 nm y gran parte de la
comprendida entre 290 y 310 nm se
absorbe en la alta atmósfera y, por lo
tanto, no llega a la superficie terrestre.
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IMPACTO DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS EN LA ATMÓSFERA
Agencia TELAM
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Vista aérea de la ciudad
de Buenos Aires y del
conurbano recubiertos por
un oscuro manto de smog.
ATMÓSFERA URBANA
Los procesos de urbanización e industrialización son responsables de alterar
el clima de las ciudades como consecuencia del reemplazo de las coberturas naturales del suelo por superficies
construidas, de la liberación de calor
antropogénico a la atmósfera y de la
generación de residuos. De esta forma, dentro de las ciudades se desarrollan procesos atmosféricos locales
que son propios de espacios construidos, así como alteraciones perceptibles con respecto a las condiciones
climáticas observadas en las regiones
rurales adyacentes.
CONTAMINACIÓN DEL AIRE
Una de las diferencias más significativas entre la atmósfera de las ciudades
y de los espacios urbanizados y la
atmósfera rural radica en la composición del aire. El aire de la atmósfera
urbana está compuesto, además de la
mezcla de gases mencionada anteriormente, por otros gases (principalmente dióxido de azufre, óxidos de
nitrógeno y monóxido de carbono),
por productos fotoquímicos (como el
ozono) y por partículas y aerosoles
(polvo, humos, cenizas, sales, etc.). La
composición de la atmósfera urbana
es consecuencia de las combustiones
doméstica e industrial, del transporte,
de la producción de energía, de la incineración de residuos, etc. Muchos de
estos componentes de la atmósfera
urbana se comportan como catalizadores que propician ciertas reacciones
químicas y fotoquímicas (es decir, con
la intervención de la radiación solar).
Entre ellas cabe destacar la que conduce a la formación de ozono troposférico en áreas industriales y urbanas
a causa de las emisiones de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno por parte
del parque automotor. Este ozono
urbano nocivo entra en juego con
otras reacciones para formar el smog
fotoquímico. Gran parte de estos com-
puestos químicos que se encuentran
presentes en la atmósfera urbana pueden dar lugar a episodios de contaminación severa bajo ciertas condiciones
meteorológicas.
En general, las condiciones climáticas más desfavorables para que los
contaminantes tengan una alta dilución atmosférica están asociadas con
los sistemas anticiclónicos de invierno
que favorecen la formación de inversiones térmicas e inhiben la mezcla
vertical. El fenómeno de inversión térmica se produce ocasionalmente y en
circunstancias en las que la temperatura aumenta con la altura. Cuando el
área urbana se encuentra en un emplazamiento geográfico singular, tal
como un valle o cuenca rodeada por
montañas, la inversión térmica puede
actuar como una auténtica tapa formando una cúpula de polvo sobre la
ciudad. Córdoba, Mendoza y Salta son
algunas de las ciudades argentinas
en las que se produce este tipo de
fenómeno.
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LA ATMÓSFERA
ISLA URBANA DE CALOR
La urbanización provoca varias modificaciones; entre ellas, la más evidente
es la de la temperatura de la atmósfera de las ciudades donde se desarrolla
el fenómeno conocido como isla urbana de calor (IUC), que hace referencia a que durante noches calmas y sin
nubosidad las ciudades suelen ser especialmente más cálidas que el medio
rural que las rodea.
En general, el área urbana que presenta temperaturas más altas coincide con el centro de las ciudades donde las construcciones forman un conjunto denso y compacto. Las isotermas presentan generalmente una disposición concéntrica alrededor del
centro urbano con valores que tienden a disminuir hacia las regiones menos construidas.
La intensidad de la IUC se evalúa por
lo general como la diferencia observada en un instante determinado entre la
temperatura del centro de la ciudad (Tu)
y la del área rural próxima (Tr). Esta
intensidad varía con la hora del día y la
estación del año, y depende también
de factores meteorológicos, como el
viento y la nubosidad, y de factores
urbanos, como la densidad de población o el tamaño de la ciudad. En general, la máxima intensidad se produce entre 4 y 6 horas después de la
puesta del Sol, mientras que durante
el mediodía y las primeras horas de la
tarde la diferencia suele ser mínima e,
incluso, en algunas ciudades −como
Buenos Aires− la temperatura urbana
puede ser inferior a la rural. Este fenómeno inverso suele denominarse "isla
fría" o "anti isla de calor". Asimismo,
estacionalmente, la máxima intensidad
se observa generalmente durante el
invierno, en especial en ciudades con
inviernos muy fríos.
Entre las causas que generan la IUC
se encuentran las siguientes:
J La capacidad de almacenamiento
del calor recibido durante las horas del
día por parte de los materiales (hormigón, cemento, asfalto, etc.) utilizados
en las edificaciones urbanas. Este calor
es posteriormente devuelto a la atmósfera durante la noche.
J La producción de calor antropogénico como consecuencia de las diferentes actividades y los procesos de
combustión.
J La disminución de la evaporación,
debido a la sustitución de los espacios
verdes naturales por pavimento, lo que
favorece el escurrimiento e impide el
almacenamiento de agua en el suelo.
J El aumento de la radiación terrestre
que es absorbida y reemitida hacia
el suelo por la contaminación del aire
urbano.
La velocidad del viento es quizás el
parámetro meteorológico capaz de
modificar más significativamente la in-
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TOMS Science Team & the Scientific Visualization Studio, NASA, GSFC / EE.UU.
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asociado un incremento de las necesidades de refrigeración durante el verano. Respecto de los impactos sobre la
salud, agrava el estrés térmico durante
el verano, incrementando el riesgo de
muertes en un determinado sector de
la población urbana afectada por dolencias cardiovasculares y respiratorias.
EL AGUJERO DE OZONO
El agujero de ozono el 10 de septiembre de 2000.
tensidad de la isla de calor. A medida
que aumenta la velocidad del viento, la
diferencia de temperatura urbana-rural
disminuye; al alcanzar velocidades críticas, la IUC no puede desarrollarse.
Estos valores críticos varían de una ciudad a otra y dependen en gran medida
de las dimensiones del conjunto urbano. Cuando la velocidad del viento es
moderada, la IUC suele deformarse y
orientarse en la dirección en la que
sopla el viento, mientras que las máximas temperaturas tienden a encontrarse a sotavento del área más densamente construida.
La nubosidad es también un factor
limitante para la intensidad de la IUC,
ya que, generalmente, a mayor nubosidad, menor intensidad. Entre los factores urbanos que condicionan la intensidad de la IUC, el más importante
es el número de habitantes. De esta
forma, la máxima diferencia de temperatura urbana-rural suele ser proporcional al logaritmo de la población.
La IUC tiene asociadas consecuencias
tanto meteorológicas, como económicas y biológicas que pueden tener
impactos positivos y negativos. Las
consecuencias meteorológicas están
asociadas con un aumento de la nubosidad y la precipitación producido por
la convección urbana causada por el
calentamiento de la ciudad. A su vez,
provoca la creación de una brisa en la
que el aire proveniente de la periferia
se dirige hacia el centro de la ciudad.
En el nivel socioeconómico, las concecuencias se traducen en una reducción de las necesidades de calefacción
en invierno y el consecuente ahorro
energético, principalmente en aquellas
ciudades donde este fenómeno se
registra con más intensidad durante el
invierno; por otra parte, también tiene
Desde comienzos de la década de
1980 se realizaron observaciones sobre
la concentración del ozono estratosférico que permitieron constatar que
durante los meses de septiembre y
octubre de cada año se produce en la
región antártica una vertiginosa caída
en la concentración del ozono. Este
fenómeno, conocido como "agujero
de ozono", está centrado cerca del
Polo Sur y comprende toda la Antártida
y mares adyacentes. El área que queda
debajo del agujero de ozono abarca
millones de kilómetros cuadrados; el
10 de septiembre de 2000 ocurrió una
de las caídas más grandes de la concentración observada hasta la fecha.
Hay acuerdo en señalar que la formación periódica del agujero de ozono obedece a la acción conjunta de
tres factores fundamentales:
J los clorofluorocarbonos (CFC);
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LA ATMÓSFERA
J
J
la circulación atmosférica;
las nubes estratosféricas polares.
LOS CLOROFLUOROCARBONOS
En el proceso de destrucción del ozono
estratosférico, el cloro es tan importante como la radiación solar, como se
explicó anteriormente, por lo que es
fundamental conocer su origen. Las
concentraciones de cloro de origen
natural son muy bajas, especialmente
en la estratósfera y, por consiguiente,
no pueden explicar los niveles de destrucción de ozono observados en los
últimos años. El cloro atmosférico en
las proporciones existentes en la actualidad tuvo su origen en la década de
1950 a partir de la creación de los clorofluorocarbonos (CFC) para ser usados en diversas aplicaciones industriales (refrigeración, extinguidores de
incendios, propelentes de aerosoles,
aislantes térmicos, etc.). Los CFC tienen una supervivencia en la atmósfera
de entre 50 y 100 años, y ante la radiación UV se disocian y dan comienzo a
un proceso de destrucción del ozono
similar al indicado anteriormente.
EL OZONO Y LA CIRCULACIÓN
ATMOSFÉRICA
Con el advenimiento de la noche polar,
la ausencia de radiación solar enfría la
atmósfera y da origen a un vórtice estratosférico polar caracterizado por
vientos que giran ciclónicamente (como las agujas del reloj en el hemisferio
sur) a gran velocidad sobre el continente antártico entre los 8 y 50 km de altura. Al comienzo de la primavera sus
ráfagas alcanzan los 400 km/h. El vórtice polar puede ser imaginado como
una pared de un recipiente de 500 km
de diámetro que impide el intercambio
gaseoso del aire que se halla en su interior con el que está afuera.
En la noche polar, cesan dentro del
vórtice las reacciones fotoquímicas
(responsables, entre otras cosas, de
la formación y destrucción natural del
ozono), pero no las químicas. Un
ejemplo de estas últimas es la reac-
ción entre los compuestos clorados
que origina moléculas más estables
que se depositan en reservorios inactivos. El cloro se almacena como cloro
molecular (Cl2) inerte en la oscuridad,
pero con una vida media de una hora
después de la llegada de la luz solar.
Al término de la noche polar, el Cl2,
hasta entonces inactivo, se separa en
dos átomos de cloro (Cl) muy reactivos ante la presencia de la radiación
UV. Los átomos de Cl liberados colisionan con moléculas de ozono, produciendo monóxido de cloro (ClO) y
oxígeno molecular (O2). A continuación, el ClO puede reaccionar con
átomos de oxígeno producidos en el
proceso natural de formación y destrucción del ozono y se regenera así
el cloro atómico. De esta manera, un
solo átomo de cloro es capaz de dar
origen a una reacción que destruye
100.000 moléculas de ozono.
LAS NUBES
ESTRATOSFÉRICAS POLARES
Dentro del vórtice polar, la temperatura desciende hasta niveles entre
-80 y -90 ºC, lo que provoca la formación de las nubes estratosféricas
polares (NEP) a aproximadamente
20 km de altura. Estas nubes, a diferencia de las nubes troposféricas,
están compuestas por partículas de
cristales de hielo y ácido nítrico que
descienden por su peso a una velocidad de 1 km/día. Esta desnitrificación
de la estratósfera genera las condiciones favorables para que el cloro pueda llevar a cabo las masivas destrucciones de ozono.
Tanto la presencia de un vórtice polar
intenso como la existencia de las NEP
permiten explicar por qué el agujero de
ozono en el hemisferio sur es más evidente que en el hemisferio norte.
Mientras que la Antártida es un continente casi perfectamente centrado en
el Polo Sur y rodeado por las más extensas superficies de agua del planeta,
el Ártico es un inmenso océano congelado rodeado de grandes extensiones
de tierras continentales. Estas desigual-
dades topográficas son fundamentales
para la formación y permanencia del
vórtice polar. Así, mientras que en la
Antártida los vientos que definen el
vórtice giran sobre la superficie lisa del
mar prácticamente sin la presencia de
obstáculos, en el Ártico, esos vientos
chocan, en gran parte de su recorrido,
con barreras montañosas −como los
Alpes escandinavos, los Montes Urales
y las Montañas Rocosas canadienses−
que desestabilizan el vórtice y hacen
que, en varias ocasiones y durante el
invierno, desaparezca y se forme nuevamente unos días más tarde. La rotura
del vórtice termina con las condiciones
de aislamiento del aire interior y masas
de aire precedentes de latitudes más
bajas, y por lo tanto más calientes, que
reemplazan a las que se encontraban
en el interior. De esta forma, el aire en
el interior del vórtice ártico tiene una
temperatura entre 10 y 15 °C más elevada que en el vórtice antártico, lo que
inhibe también el desarrollo de NEP.
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ENTREVISTA A LA DRA. SUSANA DÍAZ
Ingeniera en electrónica e investigadora independiente del CONICET. A partir de 1988 ha centrado sus investigaciones en el
tema de la disminución en la concentración de ozono estratosférico y la radiación ultravioleta solar en el Centro Austral de
Investigaciones Científicas (CADIC), situado en Ushuaia.
¿Qué actividades realiza el Laboratorio de
UV y Ozono del CADIC en Ushuaia y qué
tipo de profesionales trabajan allí?
El laboratorio realiza estudios sobre las variaciones de la columna total de ozono y su
efecto sobre la radiación ultravioleta (UV)
solar. Las actividades comenzaron en 1988,
cuando, por un convenio entre el CONICET
(Argentina) y la National Science Foundation
(NSF, EE.UU.), se instaló uno de los espectrorradiómetros de la red de monitoreo de la
NSF en el CADIC.
En la actualidad seguimos con este convenio
y, además, hemos incorporado otros con el
Instituto Nacional de Tecnología Aero-Espacial
(INTA, España); el Istituto de Física della
Atmósfera (IFA, Italia); la Dirección Nacional de
Meteorología (DNM, España) y el Finish
Meteorological Institute (FMI, Finlandia), en los
que interviene, también, la Dirección Nacional
de Antártico.
Por otra parte, estamos llevando a cabo un
proyecto internacional del Inter-American
Institute for Global Change (IAI). Este proyecto comprende distintas áreas: efectos sobre
sistemas acuáticos marinos, de agua dulce y
plantas costeras; modelado de efectos, estudio del impacto socioeconómico y red de
monitoreo de la radiación UV, la que incluye
nueve estaciones situadas en Chile y la
Argentina, distribuidas entre Ushuaia y Jujuy,
y una en Puerto Rico. Nosotros estamos a cargo de este último tema y hemos colaborado
con el área de sistemas marinos y con la componente socioeconómica.
¿Qué es la red de monitoreo de la UV de la
National Science Foundation?
Después del descubrimiento del agujero de
ozono, la NSF decidió instalar una red de
espectrorradiómetros, en estaciones antárticas y subantárticas, para determinar la variación de la radiación UV a nivel de suelo, debida a la disminución de ozono estratosférico.
La red fue establecida en 1988 y ese año se
instalaron tres espectrorradiómetros en la
Antártida (South Pole, Mc Murdo y Palmer) y
uno en Ushuaia. Posteriormente se instalaron
instrumentos en Barrow, Alaska (1990) y en
San Diego, California (1992).
Debido a sus características, estos equipos permiten conocer la distribución espectral de la radiación UV a nivel del suelo y
discriminar los cambios debidos a la disminución del ozono estratosférico de los producidos por otros factores, tales como la
nubosidad. La información provista por la
red es utilizada en estudios tanto atmosféricos como biológicos, llevados a cabo por
científicos de distintas partes del mundo.
¿Cuál es la situación de Ushuaia respecto
del agujero de ozono?
Como es sabido, el agujero de ozono se forma
sólo en primavera. Mientras las regiones más
continentales de la Antártida están bajo su
efecto prácticamente durante toda la primavera, la zona peninsular de la Antártida y el sur
de Sudamérica se ven afectados sólo en algunos días al elongarse el vórtice o al desprenderse de él masas de aire pobres en ozono.
En Ushuaia, los valores más bajos de columna
total de ozono (entre 140 y 150 UD) se obser-
van generalmente a mediados de octubre,
pero los niveles más altos de radiación UV suelen ocurrir en noviembre o diciembre, debido a
la disminución en la inclinación de los rayos
solares, al acercarse el solsticio de verano. En la
primavera del año 2000 se produjeron los valores históricos más bajos de columna total de
ozono y los máximos de radiación UV. Esa temporada constituyó una excepción, pues ambos
fenómenos se observaron el mismo día (12 de
octubre). Los valores de radiación fueron equivalentes a los que se presentan, en condiciones
normales de ozono, en un lugar como Buenos
Aires, según se pudo observar con diferentes
instrumentos y cálculos realizados con modelos. Una situación similar se observó en la
región sur de Sudamérica.
¿Qué efectos produce la disminución del
ozono en los sistemas biológicos marinos y
terrestres? ¿Qué impactos se observan en la
región sur de Sudamérica?
Se han realizado numerosos estudios para
determinar los posibles efectos de la disminución del ozono sobre los ecosistemas. Uno
de los primeros resultados, en 1992, fue la
observación de una disminución en la productividad primaria del fitoplancton en presencia del agujero de ozono. También en
estudios realizados en forma conjunta por
los grupos de los doctores Caldwell (Utah
State University), Ballaré y Salas (ambos de
IFEVA, UBA), con quienes hemos colaborado,
se ha observado un efecto sobre el ADN de
plantas autóctonas de Ushuaia y una diferencia en la presencia de ciertas especies de la
microfauna.
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LA ATMÓSFERA
CAMBIO CLIMÁTICO
EVIDENCIAS
DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Uno de los cambios ambientales más
agudo y controversial que está ocurriendo en la actualidad es el calentamiento global. Este problema es extremadamente complejo, porque involucra diferentes partes del sistema
Tierra-atmósfera. Es controversial porque es difícil separar las influencias
antropogénicas de las naturales y,
además, porque sus causas están profundamente ligadas con la infraestructura industrial mundial, que, por
lo tanto, son difíciles de eliminar.
Muchas veces se confunde el "efecto
invernadero", fenómeno natural de
nuestra atmósfera, con el "calentamiento global", consistente en el aumento de la temperatura de la superficie terrestre como consecuencia de
la potenciación del efecto invernadero natural.
Las temperaturas globales han aumentado alrededor de 0,6 °C (±0-2 °C)
desde el siglo XIX y alrededor de 0,2 a
0,3 °C durante los últimos 25 años
(período en que las observaciones son
más confiables). El año 2005 ha sido
el más caliente del registro y 1998 el
segundo. Se observó que las temperaturas sobre las regiones continentales han aumentado más que sobre los
océanos, lo que es esperable, ya que
la tierra se calienta y enfría más rápido que el agua.
Pero el calentamiento no ha sido
globalmente uniforme. En el gráfico
(abajo) se pueden ver las tendencias
positivas de temperatura como círculos rojos y las negativas como azules.
El tamaño de los círculos representa la
magnitud de la tendencia correspondiente. Se destaca que, de hecho, algunas áreas se han enfriado durante
el último siglo.
Hasta el momento los científicos
discuten sobre si este calentamiento
es resultado de las actividades humanas o de variaciones naturales del sistema climático.
Quienes piensan que los seres humanos están alterando el clima sostienen
que las actividades humanas liberan
gases que aumentan el efecto invernadero de la atmósfera. Las concentraciones atmosféricas del dióxido de carbono han aumentando más del 12 %
desde 1958, cuando fueron medidas
por primera vez en el Observatorio de
Mauna Loa, en Hawai. Este incremento
se debe principalmente a la utilización
de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón. La deforestación también juega un papel importante en la
liberación de dióxido de carbono, ya
sea por la combustión o la descomposición de la madera cortada; a esto se
puede atribuir probablemente alrededor de un 20 % del aumento del dióxido de carbono observado. No existe
controversia científica en cuanto a que
la causa de tal aumento se debe a las
actividades humanas. Los niveles de
dióxido de carbono anteriores a la
época industrial eran de alrededor de
280 ppm, mientras que los niveles actuales están alrededor de 370 ppm. Tal
concentración de dióxido de carbono
es la mayor en los últimos 420.000
años y probablemente de los últimos
20 millones de años.
Otros gases de invernadero están ganando también notoriedad porque sus
concentraciones han aumentado con-
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se puede ver en las imágenes de la página siguiente, existen diferencias regionales. En el caso de la Argentina, el
aumento de temperatura, según uno
de los escenarios posibles (denominado
escenario A2), sería de entre 2 y 3 °C.
Se espera que las precipitaciones
aumenten durante el siglo XXI, particularmente sobre las regiones de latitudes medias y altas del hemisferio norte.
En el caso de la Argentina, el escenario
A2 describe un aumento leve de las lluvias, en particular sobre la Cuenca del
Plata. Se proyecta también que tanto
las extensiones de nieve como el hielo
marino decrecerán, que los glaciares y
los casquetes polares continuarán
retrocediendo y que los niveles de los
océanos aumentarán.
siderablemente. Entre ellos se encuentran el metano (CH4), el óxido nitroso
(N2O), y los clorofluorocarbonos (CFC).
La manera de probar que el aumento
de los gases de invernadero provoca el
calentamiento global consiste en la simulación de los procesos involucrados
en el sistema climático. Estos procesos
pueden ser representados por ecuaciones matemáticas, aunque la complejidad del sistema climático hace que el
cálculo de estos efectos pueda ser
realizado sólo mediante programas de
computadoras, llamados modelos climáticos. Existen diferentes tipos de
modelos climáticos utilizados tanto para la simulación como para la predicción del clima. Las limitaciones respecto
del conocimiento y de los recursos
computacionales provoca que los resultados de los modelos climáticos estén
sujetos a ciertos niveles de incertezas.
Cabe destacar que el cambio climático también se percibe en otros componentes del sistema climático, por ejemplo, el nivel del mar, las precipitaciones,
la ocurrencia de eventos extremos, etc.
En la imagen se puede ver que mientras existen regiones con tendencia a
aumentar las precipitaciones (círculos
verdes), como la Argentina, en otras el
decrecimiento de las lluvias (círculos
naranjas) son notorios.
ESCENARIOS CLIMÁTICOS
POSIBLES EN EL FUTURO
Suponiendo que las concentraciones
de gases de invernadero continúan
acrecentándose, ¿En qué medida
aumentará la temperatura global de
la superficie terrestre y cuánto afectará a los diferentes componentes del
sistema climático? Mediante modelos
computacionales pueden obtenerse
escenarios climáticos futuros, considerando diferentes "escenarios" de emisión de gases de invernadero, que si
bien no constituyen predicciones del
clima, representan diferentes estados
climáticos posibles.
El Panel Intergubernamental para el
Cambio Climático (PICC) elaboró una
serie de escenarios de concentración
de los diferentes gases de invernadero,
que describen distintas tasas de crecimiento. Si bien cada uno de estos escenarios sería igualmente probable, dependen de la evolución del desarrollo
socioeconómico y de la conciencia
ambiental.
Sobre la base de los posibles escenarios de concentración de gases de invernadero y considerando las incertidumbres de las simulaciones climáticas,
el PICC proyecta un aumento de la
temperatura global de 1,4 a 5,8 °C entre 1990 y 2100. No obstante, como
ACCIONES FUTURAS
El cambio climático es un problema global de largo plazo (varias centurias) e
involucra interacciones complejas entre
procesos climáticos, ambientales, económicos, políticos, institucionales, sociales y tecnológicos. La estabilización
en la concentración de gases de invernadero en un nivel que impida interferencias antrópicas peligrosas para el sistema climático resulta fundamental
para que el desarrollo sea sostenible,
para asegurar la producción de alimentos y para permitir que los ecosistemas
se adapten naturalmente al cambio climático. En consecuencia, las acciones
de mitigación de las emisiones crecientes de gases de invernadero deben
sumar acciones apropiadas de adaptación. Las medidas disponibles para la
mitigación del cambio climático incluyen la reducción del consumo de hidrocarburos y su sustitución por fuentes
de energía renovables (hídrica, solar y
eólica). Para ello es necesario que se
promocione el uso de estas energías de
forma que resulten competitivas en
términos económicos. Asimismo, será
necesaria la implementación de políticas que ordenen los cambios en el uso
del suelo, promoviendo la sustentabilidad de las actividades agropecuarias y
del sector forestal.
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EPISTEMOLOGÍA
Agustín Adúriz-Bravo
Para entender la construcción de
las ciencias interesa contestar dos
preguntas complementarias: ¿qué
es lo que sabemos? y ¿cómo es
que lo sabemos? La segunda pregunta remite a la llamada naturaleza de la ciencia, estudiada por la
disciplina conocida como epistemología. Preguntarnos acerca de
cómo la ciencia llega a saber algo
sobre el mundo natural es, ante
todo, interrogarnos sobre la
metodología científica.
En esta sección venimos aportando algunas ideas para pensar
sobre la metodología. Hemos
hablado de que la ciencia da sentido al mundo por medio de teorías, construye modelos hipotéticos para hacer inferencias sobre
las causas de los fenómenos, y lee
los hechos científicos desde estas
construcciones conceptuales.
También nos hemos referido al
tema de cómo los científicos dan
a entender sus modelos por medio del lenguaje y la utilización de
varias herramientas.
Otro camino importante para
entender la naturaleza de la ciencia y de sus métodos es intentar
determinar las relaciones entre lo
que decimos sobre el mundo (el
conocimiento científico) y cómo el
mundo es realmente. La mayor
parte de los científicos sostienen
una postura realista. Esto significa
que ellos creen que el mundo es
efectivamente como los modelos
que reconstruyen: que en la realidad existen las moléculas, los cromosomas, las placas tectónicas,
las supernovas...
Pero la cuestión del realismo no
es tan sencilla. Tomemos por
ejemplo la frase del texto que dice
Bibliografía
Ahrens, D.: Meteorology Today: An Introduction to Weather,
Climate and the Environment, Brooks Cole, 2000.
Barros, V.: El cambio climático global, Buenos Aires. Libros del Zorzal, 2004.
Barry, R. and Chorley, R.: Atmosphere, Weather and Climate,
Londres, Routledge, 1998.
Camilloni, I. y C. Vera: El aire y el agua en nuestro planeta,
Buenos Aires, EUDEBA, 2006.
Kump, L., J. Kasting y R. Crane: The Earth System, New Jersey,
Prentice-Hall, 1999.
Panel Intergubernamental de Cambio Climático: Cambio Climático
2001. Informe de síntesis, Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático, OMM, Naciones Unidas, 2003.
Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus
Secretario de Educación, Lic. Juan Carlos Tedesco
Subsecretaria de Equidad y Calidad, Lic. Alejandra Birgin
Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente,
Lic. Laura Pitman
que "el nitrógeno es removido de
la atmósfera principalmente por
procesos biológicos que involucran las bacterias presentes en los
suelos, y retorna a la atmósfera
por medio de la degradación de la
materia orgánica por la acción de
microorganismos". Por un lado, la
frase está redactada de forma tal
que parece describir el mundo. El
conocimiento científico nos da la
impresión de estar hablando de
hechos observables y medibles a
simple vista o con instrumentos.
Sin embargo, estos "hechos" son
en realidad elaboraciones muy
complejas, provenientes de transformar con ideas teóricas la enorme cantidad de datos que obtenemos al intervenir en el mundo.
En este sentido, las teorías nos
dicen qué observar y medir, cómo
hacerlo y qué entender de los
resultados conseguidos. Teorías
opuestas pueden leer los mismos
hechos de forma totalmente antagónica, y de allí la idea de "paradigma" como manera de ver el
mundo.
Por otro lado, esa misma frase
del texto parece una afirmación
categórica, pero en verdad tiene
un carácter más bien hipotético,
provisional y perfectible. Las teorías y sus modelos son conjeturas
muy abstractas que pretenden
"parecerse" al mundo; en este
sentido, son analogías para pensarlo. Y son aceptadas durante un
cierto período histórico por su
capacidad de explicar lo que pasa
a nuestro alrededor y de predecir
nuevos sucesos. Estas teorías y
modelos "inventan" entidades
como las moléculas y los cromosomas, que luego se ponen en
correspondencia con determinados objetos y fenómenos de la
realidad.
Páginas web
http://www.atmo.fcen.uba.ar
http://www.cima.fcen.uba.ar
Agradecimientos
El equipo de Publicaciones de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y
Formación Docente agradece a las siguientes instituciones y personas por
permitirnos reproducir material fotográfico y colaborar en la documentación de imágenes: Earth Sciences and Image Analysis Laboratory, NASA
Johnson Space Center (EE.UU.); NOAA-CIRES Climate Diagnostics Center,
Boulder (EE.UU.); NOAA Photo Library; OAR/ERL Natio-nal Serve Storms
Laboratory (EE.UU.), Naval Research Laboratory, Clemen-tine Mission
(EE.UU.); TOMS Science Team & the Scientific Visualization Studio, NASA
GSFC (EE.UU.); Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales - DSA/CPTEC/INPE
(Brasil) y Walter S. Kiefer.
Coordinadora del Área de Ciencias
Naturales, Lic. Nora Bahamonde
Coordinadora del Área de Desarrollo
Profesional, Lic. Silvia Storino
Coordinadora del Programa de
Capacitación Explora, Lic. Viviana Celso
Coordinadora de Publicaciones,
Lic. Raquel Franco
Coordinación y documentación,
Lic. Rafael Blanco
Edición, Lic. Gonzalo Blanco
Diseño y diagramación,
DG María Eugenia Más
Corrección, Norma A. Sosa Pereyra
www.me.gov.ar
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