La sanidad privada en España ofrece diferentes modalidades de

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La sanidad privada en España
modalidades de seguros médicos
ofrece
diferentes
La sanidad privada en España ofrece diferentes posibilidades de
contratar seguros médicos. Existe el seguro de asistencia sanitaria,
el de enfermedad y el de accidente.
El primero, a diferencia de los otros dos, no incluye una indemnización
económica sino que la entidad aseguradora se compromete a pagar los
gastos de asistencia médica, hospitalaria y quirúrgica del asegurado, sea
cual sea el tipo de enfermedad o de accidente.
Sin embargo, los seguros de enfermedad y de accidente sí garantizan un
pago como indemnización en caso de que la persona asegurada contraiga
una enfermedad (seguro de enfermedad) o bien sufra por accidente, una
lesión física -ya sea una invalidez permanente total o parcial, una invalidez
temporal, e incluso la muerte- (seguro de accidente).
El asegurado es muchas veces el propio beneficiario, pero a cierta edad
conviene nombrar a un beneficiario. La explicación es la siguiente: si el
asegurado muere por enfermedad o accidente el beneficiario recibe una
indemnización. Si no hay un beneficiario aparte del asegurado, el dinero
pasa al tomador (quien contrata el seguro). Y como el tomador suele
coincidir con el asegurado, en este caso fallecido, la compañía aseguradora
se queda con el dinero.
El cobro de la indemnización se repartirá a partes iguales si el beneficiario es
un grupo de personas y en proporción a la cuota hereditaria si el beneficiario
es un conjunto de herederos.
Ahora bien, ¿por qué contratar seguros médicos privados, cuando el
Gobierno español pone a disposición de los ciudadanos la Seguridad Social?
El llamado Régimen de la Seguridad Social es un conjunto de leyes y
organismos que tiene por objeto dar protección y asistencia médica a un
total de 40 millones de usuarios con una esperanza de vida mayor que en
décadas pasadas. Se nutre de las aportaciones de más del 70% de los
trabajadores. El pasado mes de mayo el número de afiliados ocupados a la
Seguridad Social fue de 15.049.683, al parece r un récord histórico. El
aumento en la afiliación no significa necesariamente que los ingresos
crezcan al mismo ritmo: hay que tener en cuenta que si se genera mucho
empleo temporal las aportaciones de estos trabajadores a la Seguridad
Social provienen de salarios bajos y son por tanto reducidas.
La mala gestión de la sanidad pública en los últimos años (los ingresos, que
provienen solo de las aportaciones de los trabajadores, no pueden hacer
frente a los altos gastos), unido a que la atención médica es cada vez más
compleja y costosa, han provocado que aumenten los contratos de seguros
médicos privados.
Seguro de asistencia sanitaria
La insatisfacción con el sistema público lleva al 10% de la población
española a tener doble asistencia médica, la de la Seguridad Social y la de la
empresa aseguradora que contraten. Pero ¿Cuánto cuesta contratar un
seguro médico? El coste varía en función de la compañía y de la cobertura
de la póliza, pero suele ser de unas 5.000 pesetas al mes, por lo que el
gasto
anual
por
persona
ronda
las
60.000
pesetas.
Normalmente las aseguradoras ofrecen dos tipos de contrato de seguro
de asistencia sanitaria:
- el asegurado dispone de una lista de servicios concertados por la entidad, a
donde puede acudir tantas veces como desee sin pagar nada (asistencia de
servicios
concertados)
- la persona asegurada acude al médico que desea y la aseguradora asume
los gastos (asistencia de libre elección), aunque, en ocasiones, las empresas
aseguradoras se limitan a cubrir ciertas cuantías.
El seguro más habitual es el familiar, por el que se asegura a todos los
miembros de la familia hasta que los hijos alcanzan una edad.
Seguro de enfermedad
El objetivo de contratar un seguro de enfermedad es el de saber que se
cuenta con un dinero suficiente para hacer frente a eventuales gastos
médicos y a una situación de baja laboral. Las coberturas habituales incluyen
indemnización diaria por baja médica, indemnización por parto, por
fallecimiento, por intervención quirúrgica, por invalidez permanente como
consecuencia de una enfermedad y por hospitalización.
Lo que no cubre un seguro de enfermedad son enfermedades crónicas,
ciertos colectivos con profesiones de riesgo, accidentes de tráfico, defectos
físicos congénitos, enfermedades mentales, epidemias o intervenciones de
cirugía plástica y estética.
Todo esto nos permite deducir lo siguiente: las empresas aseguradoras
exigen que los asegurados sean personas sanas en el momento del contrato.
Seguro de accidente
La Seguridad Social española no cubre el riesgo profesional de lesiones
corporales que puedan provocar la muerte, la invalidez total o parcial o una
invalidez temporal. Por ello algunas personas prefieren contratar un seguro
de accidente y tener la certeza de que percibirán una compensación
económica en caso de lesión corporal. Es normal que las aseguradoras se
comprometan a cubrir también los gastos de asistencia sanitaria.
En estos casos, los seguros de accidentes combinados ofrecen mayor
cobertura. Estos seguros cubren también gastos de prótesis y cirugía
plástica, ofrecen más cobertura en asistencia de viajes, más dinero por
fallecimiento o invalidez, etc.
Los usuarios del seguro de accidente son personas que desempeñan trabajos
peligrosos. Es obvio que la causa que provoque los daños mencionados debe
estar fuera de toda intencionalidad por parte del asegurado.
Muchos profesionales españoles que se dedican a labores comerciales -que
pasan la mayor parte de la jornada laboral al volante-, los abogados y los
médicos poseen seguros de accidentes.
En España es obligatorio que las empresas de transportes colectivos tengan
un contrato de seguro de accidente que cubra los daños o lesiones
corporales de los viajeros. El tomador del contrato (el que paga a la
aseguradora) es el transportista, que recupera los gastos de la prima en el
precio de venta del billete del viajero (el asegurado). También es muy
común que los deportistas contraten seguros de accidente.
La indemnización que la empresa aseguradora se compromete a pagar al
beneficiario varía en función de cómo limita la lesión la capacidad del
asegurado para realizar su trabajo habitual, siempre dentro de los baremos
económicos fijados en la compañía.
El grado de lesión se establece en función del certificado médico
correspondiente.
El asegurador manda un escrito al asegurado notificando la cantidad de
indemnización, según el informe médico y los baremos de la compañía
aseguradora. Si el asegurado no está conforme, ambas partes designan a un
perito y deben ceñirse a la valoración que emita.
Si el daño es de invalidez temporal, el asegurado recibirá un renta mientras
dure ese período, aunque suele estar limitado a 365 días (un año). El pago
puede ser único (efectivo en un plazo de 15 días, después de que la empresa
aseguradora reciba la baja médica) o por meses vencidos (presentando
también la baja médica).
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