Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 1 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 2 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 3 Poldy Bird Corazón sin llave Corazón sin llave Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 4 Bird, Poldy Corazón sin llave / Poldy Bird ; coordinado por Tomás Lambré 1a ed. - Buenos Aires : Del Nuevo Extremo, 2008. 176 p. ; 22x15 cm. ISBN 978-987-609-100-8 1. Narrativa Argentina. I. Lambré, Tomás, coord. II. Título CDD A863 Corazón sin llave © 2008, Poldy Bird © 2008, Editorial del Nuevo Extremo S.A. A.J.Carranza 1852 (C1414 COV) Buenos Aires Argentina Tel / Fax: (54 11) 4773-3228 e-mail: [email protected] www.delnuevoextremo.com Diseño de tapa e interior y armado: Marcela Rossi Corrección de texto: Verónica Renaud Director Editorial: Miguel Lambré Coordinador de Edición: Tomás Lambré Imagen Editorial: Marta Cánovas Primera edición: abril de 2008 ISBN: 978-987-609-100-8 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningún medio sin permiso del editor. Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina. Printed in Argentina Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 5 En todos hay algo que los demás necesitan, algo que puede salvarte y salvar a otros. Por eso mi corazón está abierto, sin llave. Para que tomes de él lo que te sirva, para que él pueda recibir lo que le hace falta. Si no fuera por vos... ¡qué poca cosa, qué poquitita cosa sería mi corazón! Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 6 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 7 Para que el Para que el mundo no se quede a oscuras mundo no se quede a oscuras Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 8 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 9 C on mis manos, que a veces tienen las uñas comidas y otras veces no, trato de tocar tu corazón. Desde mis libros te he mostrado cosas de la vida. Cosas cotidianas, obvias. Las que nos identifican, nos hermanan, nos unen. Lágrimas, sonrisas, sueños, esperanzas, abatimiento, soledad, muertes, resurrecciones, temores, osadías. Me he quitado sin pudor los siete velos que cubren el alma, te mostré mis llagas y mis rosas, quebré la distancia que separa a los seres, me di entera en cada palabra, busqué tu protección, te di mi apoyo... Te he hablado de aquello que se calla por temor a parecer sentimental y cursi. ¿Por qué a las personas les da vergüenza hablar de sus más bellos y profundos sentimientos, pero ni 9 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 10 Poldy Bird siquiera se ruborizan cuando cuentan algo terrible y violento, algún hecho aberrante de esos que gritan a los cuatro vientos las primeras planas de los diarios y los noticieros de TV? ¿Cuánto hace, amiga, amigo, que no ves en televisión a un escritor leyendo un pedacito de su obra... o dando sus opiniones sobre lo que sucede en este mundo nuestro de cada día...? ¿Acaso saben más del hombre los políticos, los comerciantes, los observadores económicos? Anoche lloré oyendo a Pinti cantar su canción “Cuiden los artistas”. Justamente a la tarde había estado hablando por teléfono con una promotora de una tarjeta de crédito a quien no conozco personalmente, y quién sabe por qué rara casualidad yo le había estado comentando estas cosas: que la gente no cuida a sus artistas, que los medios se ocupan muy poco de los creadores, que nos dejan archivados en un rincón y nos sacan a relucir solamente cuando “queda bien” mostrar que a tal o cual lugar asistió “gente de todas las disciplinas de la cultura”. No, no es importante el que siembra luces... No es importante quien usa las palabras para reivindicarlas del horror y las miserias... No es importante el que detenta el poder de desentrañar los sentimientos más hermosos del ser humano... El otro poder es el que cuenta, porque hay quienes piensan 10 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 11 Corazón sin llave que las personas son solamente un gran bolsillo o un enorme estómago. No hay tiempo para los artistas. No hay espacio para ellos. Y sin embargo, cuando todo estalla, cuando todo sangra, cuando todo duele... es la voz susurrante del artista la que sirve de bálsamo y de vendaje, la que te hace descubrir que las pequeñas cosas son las que verdaderamente valen, las que pueden darte esa alegría que el gran suceso ignora. Es el artista el que mantiene encendida la llamita necesaria de la emoción. El que riega el rosal para que no se muera irremediablemente la rosa, el que señala hacia arriba para que levantes los ojos al cielo y descubras que todavía la Cruz del Sur sigue teniendo cuatro estrellas que guían a las naves extraviadas de noche en los mares... Es el artista el que mantiene con vida a tu ángel de la guarda. El que escribió las frases que usás como lema. Los versos que guardas en tu cuaderno de cuando eras adolescente. Las letras de las canciones que tarareas cuando algo triste o bello te sucede. Es el artista el que te hace reír, el que te conmueve, el que te acepta como sos, el que abre las puertas del alma que dan a tu interior y te invita a recorrer los caminos que te llevan a lo más profundo de tu ser. 11 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 12 Poldy Bird El artista es quien te convence de que la vida vale la pena ser vivida, el amor es lo más grande, lo más valioso y necesario, que valés no por lo que tenés sino por lo que das, y que siempre, en todos, hay algo que los demás necesitan, algo que puede salvarte y salvar a otros. Sin temor a equivocarte, pensá que los artistas te pertenecen. Que trabajan para vos. Que cada artista hace lo que hace para darte algo: está el que representa un papel para construirte un sueño. El que diseña un vestido para que vayas a una fiesta aunque sea con la imaginación. El que compone una canción para que represente algún pasaje de tu existencia. El que pinta un cuadro para que puedas ver y descubrir aquello que no conocías: llámese mar, rostros ajenos que nunca son del todo ajenos, formas y colores que no tenían forma ni color en tu mente. El que canta dándote su voz para que la sientas tu voz. El que escribe todo aquello que tantas veces hubieras querido plasmar en palabras si hubieras sabido escribir. El artista tiene una estrellita en la frente y lleva en su mano una tea encendida para que el mundo no quede a oscuras. ¿Y sabés de qué se nutre? ¿Sabés lo que le da fuerzas para continuar? Vos. Tu afecto. 12 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 13 Corazón sin llave Tu cercanía. Solamente eso. No tiene otros premios, otros alicientes. Es tu aplauso, tu mano estrechando su mano, el paso que das hacia él el que lo impulsa. “Cuiden los artistas”, cantaba Enrique Pinti anoche en una celebración. Porque todo pasa... pero quedan los artistas. No importa que los diarios y las radios y los canales de TV se acuerden de ellos solamente cuando son piedra de escándalo... Vos, ella, él, todos ustedes son los que tienen que hacerlos sentir queridos. Porque el artista hace lo que hace por amor. Por verdadero AMOR. Y lo hace porque te quiere... y PARA QUE LO QUIERAS. ¿Contesta tu pregunta decirte que escribo para que me quieras? Es así. Dios me ha premiado más que a otros artistas. Porque estás ahí. Porque a veces me escribís. Porque me mandaste un rosario hecho con rositas de organza, un osito celeste de peluche que aprieto fuerte antes de dormirme para que me llene de “buenas ondas”, tarjetas musicales, señaladores con dibujitos, huevos de Pascua..., en realidad: mimos. Cariño que me cuida cuando estoy más triste y más sola que nunca. No te enojes si no contesto enseguida tu carta, tu envío, porque mi forma de responderte... es 13 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 14 Poldy Bird escribiendo las páginas de mis libros donde también estás vos, estamos vos y yo riendo y llorando juntos, como lo hacemos desde hace tantos años. Si no fuera por vos, qué pobrecita cosa sería mi corazón. 14 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 15 Por Por nosotros nosotros Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 16 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 17 T odas las noches a las tres tomo tus manos, las aprieto, siento que me das fuerza, que una oleada de luz corre con la sangre por mi cuerpo. No importa dónde estás. No importa que no vengas. No importa que no llames. No importa que no respondas cuando clamo a los gritos. Igual tomo tus manos y te siento. Somos pasajeros del presente, el futuro es incierto y no nos pertenece, pero el pasado es nuestro, nada puede cambiarlo, nadie puede robarlo ni borrarlo. Y en el pasado estás. Cierro los ojos y te veo. 17 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 18 Poldy Bird Hay un canterito con una planta de albahaca, cortás unas ramitas, las olés, me abrazas; arriba de la hornalla hierve el agua esperando la lluvia amarilla de los fideos. Hay que picar de prisa la albahaca, agregarle las nueces machacadas y el queso rallado. Almorzaremos con un ramillete de lavandas azules en la mesa, nos tocaremos los pies debajo del mantel, y al brindar dirás: “Por nosotros”... Dos palabras mágicas para ahuyentar la soledad. Dos palabras como un conjuro, una plegaria, un rayo de sol espantanieblas, disuelve miedos, fertilizante de todos los huertos... Dibujabas con tus dedos el contorno de mi cara y murmurabas: “Tenés que ser feliz. Obligate a ser feliz”. Y si yo te preguntaba: “Pero cómo se consigue”... sonreías y afirmabas: –Pensando en mí. Si no podés ser feliz pensando en mí, nada de lo que vivimos habrá servido para nada. Entonces no comprendía muy bien lo que eso significaba. Porque estabas ahí. Porque era fácil e inmediato encontrar tu mirada. Porque si no estaba tu presencia, había un teléfono que nos comunicaba, y nada cortaba el hilo envolvente de ese “Por nosotros” perfecto y permanente. Eras el hombre que dejaba su olor en las sábanas de la cama. 18 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 19 Corazón sin llave Eras el que al dar vuelta la llave en la cerradura de la puerta de entrada paralizaba todos los ruidos del mundo y el único ruido que yo oía era el de tu llegada: primero la llave y luego los pasos seguros. Eras el que a veces me compraba un ramito de jazmines y llenaba el universo de perfume, como si fueras el Hacedor de la Primavera y yo... una plantita verde y nueva, dispuesta a darte mis flores y mi savia, loca de alegría por esa generosidad pequeñita que a mí me daba la impresión de ser la más grande de las generosidades. Estoy tan poco acostumbrada a recibir, que cuando me dan algo lo guardo para siempre, lo pongo en un estante de mi biblioteca, como si fuera un trofeo, lo observo, lo miro, no lo creo... tengo que tocarlo reiteradas veces hasta convencerme de que es una realidad y no un invento. Alguien pensará ¡qué chiquitos son mis sueños...! Pero no, no es chiquito el sueño de un ramo de jazmines: es el sueño de un jardín, de un verano azul y pegajoso que estremece la piel y quema el césped; es el sueño de una planta que trepa por el tronco del árbol, envolviéndolo, y al mismo tiempo que lo acompaña y lo aprisiona se siente acompañada y prisionera de la fuerza más poderosa: la de la destrucción de la soledad. Oh... me decías cosas que no dice nadie: “El amor de mi vida”, “La mujer para siempre”, frases que parecen de teleteatro o de película, y que si no 19 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 20 Poldy Bird me las hubieras repetido en los últimos momentos de tu vida, tan pálido y tan entrecortada tu respiración, no me hubiesen quedado tan magníficamente grabadas en todos los rincones de la mente y el cuerpo. Sagradas. Indelebles. Todas las noches, a las tres, tomo tus manos. No temo no encontrarlas, porque sé que todas las noches a las tres, apretarán las mías para transmitirme fuerza. Y pienso en vos. Y sonrío, aunque no haya vivido cosas muy buenas ese día, aunque más temprano haya llorado, aunque algo me haya decepcionado, aunque alguien me haya mentido, aunque nadie jamás llegue a quererme como vos. Tomo tus manos y me obligo a no flaquear, a intentar ser feliz, por vos, por mí, “por nosotros”, así sirve todo lo que vivimos... porque no puede ser que tanto amor no sea la semilla de otras flores. 20 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 21 Cajitas Cajitas Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 22 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 23 J unto cajitas. Cajitas esmaltadas, cajitas de madera pintada, cajitas de cristal, de porcelana, de metal, de cartón, de nácar, todas chiquitas. En esas cajitas guardo los pedacitos de la felicidad. Porque la felicidad no es un enorme friso en la pared, sino un rompecabezas de piezas diminutas que se arma de a poquito. Y no tiene una figura fija, preconcebida, sino varias figuras, todas cambiantes, que pueden variar según los días, según las horas, según los lugares... Vos me enseñaste eso. Y muchas de esas cajitas tienen partes tuyas. No... no lo aprendí enseguida... me llevó tiempo... Cuando tu vida se apagó, el miedo y la soledad hicieron nudos con mis tripas. 23 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 24 Poldy Bird Golpeaba todas las puertas con terror de no ser escuchada, de no ser recibida. Y me juraba, cada día, golpear otras puertas y otras y otras, sin importarme quién las abriera, quién sería capaz de oír el sonido de campana al viento que emitía mi corazón... una campana de barco en medio del océano, una campana de catedral en medio del desierto, una campana quejumbrosa con sonido de pena y manantial al mismo tiempo... Hasta que empecé a abrir las cajitas. En una encontré un fósforo, uno de esos fósforos con los que encendías mis cigarrillos, y aunque casi no fumo, prendí uno y traté de hacer espirales con el humo, como hacías vos. En otra encontré unas tierritas de colores, de Purmamarca, y el norte le trajo paz y color al sur de mi inquietud, con su placita de vendedores de pesebres, su aire de celeste transparencia, sus montañas redondas... En la de porcelana, una rosa seca y un papel dobladito: “quinto aniversario”. En la de plata, una medalla bendecida de la Virgen de Luján. Arena de la playa mansa, monedita de austral, un coralito africano, una entrada de cine, un boleto capicúa, un anillito que perdió la piedra, un cuarzo casi dorado, una plumita de colibrí... Todos itinerarios de caminos que recorrimos juntos y yo vuelvo a caminarlos llevando tus pasos 24 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 25 Corazón sin llave encima de los míos, ahora que tus pasos no pesan nada porque son de apenas airecito, de apenas aleteo de mariposa, de apenas una lágrima... Ya ves, ya no golpeo puertas, sólo abro cajitas para no estar tan sola. Pero, eso sí, al mismo tiempo, abro también mi corazón... 25 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 26 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 27 Amores Amores habrá tenido... habrá tenido... Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 28 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 29 A seguré la correa de la cartera en el hombro, conté el vuelto, tomé la bolsa de los zapatos con la otra mano, le dije que sí al taxista cuando me recomendó que cerrara despacio la puerta del auto y bajé. No estaba triste ni contenta, no hacía frío ni calor, no pensaba en nada... Y de pronto te vi, parado frente a mí, sonriendo, atildado como siempre (digo “como siempre” porque hasta hace cuatro años siempre había sido así, y la gente, generalmente, cambia poco). –Hola... Hasta el mismo perfume. Y el gesto protector de agarrarme del brazo. Un gesto mecánico que me encantaba, pero en esta opor29 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 30 Poldy Bird tunidad me obligó a recapacitar que no era algo que hacías solamente conmigo sino con cualquier mujer que estuviera cerca. Y que, por supuesto, conocieras. –Hola. Ese perfume... y la presión de tu mano... y un beso al vuelo en la mejilla... Mi mente estaba fría, razonadora, en guardia. Pero mi cuerpo, como si obrara por su cuenta, como si fuera un ente aparte de mi inteligencia y mi psiquismo, se conmovió. –Tenía el presentimiento de que un día de éstos iba a verte... La voz. Ahora era tu voz rozándome, rasgándome, entrando en mi temblor. Una voz que me sublevó con palabras, que con palabras me suavizó, me hizo reír, sollozar, me llenó de ternura, de lástima, de rabia... –Así que ahora sos adivino –musité. ¿Por qué el sarcasmo? ¿Por qué no podía responder tranquilamente, estableciendo una distancia que me mantuviera lejos de la conmoción y los reproches? –Si tenés un ratito podríamos tomar un café –apremiante, empuñando el timón, seguro de que te diría que sí. Y dije que sí. En la esquina había una confitería, nos sentamos lejos de la ventana; la luz era suave y le daba 30 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 31 Corazón sin llave a todo un tono melancólico, mágico, de película de Visconti. No preguntaste qué quería, pediste dos cafés. Nunca preguntabas. Y cuando yo te preguntaba algo, casi siempre respondías con otra pregunta, o con evasivas que no llegaban a conformar una respuesta coherente. ¿Había sido difícil lo nuestro, o yo transformé en complicada una cosa que pudo ser sencilla y transparente? Si el cerebro hiciera ruido, hubiera oído el rugido de todos sus motores en marcha. Los recuerdos iban y venían, como flechas lanzadas al aire por un arquero loco. Mis largas esperas junto al teléfono, aguardando una llamada que no harías. Tu aparición al día siguiente, como si nada, extendiendo los brazos: “Me fue imposible, tu número me daba ocupado, ocupado”. Excusas increíbles, mentiras infantiles... eras un campeón defendiéndote de estupideces... Después te ibas y yo me quedaba rumiando la bronca, desolada, con ganas de tirarme por la ventana o de matarte. Pero no me tiraba por la ventana... ni te clavaba un cuchillo en el corazón. No. Me iba a la peluquería, trataba de parecerte hermosa, de peinarme como te gustaba, de usar los colores que preferías... ¿Es que no había otra cosa en mi vida más que vos? ¿Acaso no podía quitarte de mi centro? 31 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 32 Poldy Bird Caminando por la calle te llevaba conmigo, aunque no estuvieras allí. Viendo una película en el cine o por televisión, secretamente te la comentaba. Mirando vidrieras. Oyendo música. Sentada en la plaza. Ordenando papeles. Sumando. Restando. Haciendo la lista de las compras. Conversando con otras personas. Qué manía tenemos las mujeres cuando nos enamoramos. Todo lo transformamos en “él”. Pero, ¿”él” nos tiene presentes todo el tiempo? Cuando el mozo trajo los pocillos de café me di cuenta de que habías tomado mis dos manos entre las tuyas. Oh, Dios mío, otra vez mi cuerpo traicionándome, obrando por su cuenta, sin pedirle permiso a mi criterio. Mi cuerpo emocionado por el calor de esa piel tan minuciosamente conocida, esa textura entre áspera y suave que me perteneció hasta el punto de convertirse en mi propia piel, como si hubiéramos sido dos continentes transformados en uno solo porque el calor de nuestro amor secó por completo el océano que los separaba. 32 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 33 Corazón sin llave Quise retirar mis manos, pero ellas se quedaron ahí, sumisas, entregadas. Mi cuerpo te extrañó. Mi cuerpo te buscó entre sueños. Mi cuerpo se quedó insomne imaginándote. Fueron noches interminables. Fueron días de sonámbula desconsolada. Fueron meses de llantos repentinos que me obligaban a abandonar la mesa, el escritorio, y correr a encerrarme en el baño hasta que el diluvio se detuviera, y después retocar el maquillaje, respirar hondo y regresar dando una excusa que seguramente nadie se creía. Me costó tanto, tanto sacarte de esa obstinada espera, borrarte de mi tiempo cotidiano, aprender a mirar los relojes sin que manejaras las agujas... Me costó tanto, tanto recuperarme para mí, volver a ser “una persona” y no “los dos”. Y ahora, ahí, en pocos minutos, estabas otra vez dueño y señor de la situación, moviendo las piezas necesarias para otro jaque mate. –Nunca volví a querer... Lo que vos despertaste en mí fue único –afirmaste teatralmente. –¿Y estás solo? –Bueno... solo, solo... no. No quiero mentirte. Tengo una relación... Nada importante... –¿La misma de hace cuatro años? –No. Eso se terminó. Te dije que era solamente un recreo fugaz, una equivocación, una tontería de 33 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 34 Poldy Bird distraído... No. Otra... Sin importancia... Algo que se puede cortar en cuanto le decida... Fue como volver a oír cosas que había escuchado. Como ver nuevamente una película vieja. ¿Otra vez? ¿Pasar por todo aquello otra vez? Mis manos se soltaron. Mi pulso se fue tranquilizando. Mi cuerpo volvió a mí, como un cachorro que regresa al lado de su amo después de haberse escapado a correr por la plaza. Bebí tres traguitos de café, miré el reloj. –Perdoname, pero ya llego tarde –mentí. Tranquilamente. –¿Puedo llamarte mañana? –No, mañana no. –Pasado... –No, ni mañana, ni pasado ni nunca. Yo también tengo un compromiso, ¿sabés?, pero no se trata de algo sin importancia. Es una persona muy valiosa y no quiero perderla jamás. Se te endureció la mandíbula. Ese gesto de bronca que conocía de memoria. –Bueno... –te pusiste de pie para despedirme– Que todo salga bien. –Gracias. Todo va a salir bien. Me lo merezco. Y salí sonriendo. Salí apurada, casi corriendo. Mi compromiso era en verdad con una persona muy valiosa, que no quiero perder jamás: conmigo. 34 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 35 La que no fue La que no fue invitada invitada Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 36 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 37 L a que no fue invitada a veces llega, se instala en vos y en mí como si fuera parte de nosotros, cambia de lugar los sentimientos, baja las persianas del corazón y lo oscurece, inventa nuestro llanto. No la invitamos nunca, pero viene. Le cerramos las puertas, pero lo mismo entra. Le tapiamos los cercos, pero lo mismo pasa. Cerramos los ojos, pero ella igual maneja nuestras lágrimas. Para desorientarnos, cambia constantemente de disfraz: 37 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 38 Poldy Bird hay veces que se viste de recuerdo y otras de soledad. Ahora, por ejemplo, ella no fue invitada pero llega, no le presto atención pero comienza a desgastar la luz, la fe, la risa. Es una intrusa, una enemiga inquieta. ¿Cómo se llama? un nombre gris: tristeza. 38 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 39 Por Por soledad soledad Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 40 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 41 P or soledad se muere el ave en la garganta, por soledad se calla el canto que se canta, por soledad el corazón se da en pedazos, por soledad no dejan huellas nuestros pasos, por soledad uno se va volviendo loco, por soledad en vez de dar, damos un poco, y la ternura y el asombro se nos van porque tememos ahuyentar la soledad. 41 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 42 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 43 Cosas Cosas valiosas valiosas Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 44 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 45 E lla confiaba en mí, me veía grande y fuerte, sentía que la protegía del enorme mundo desconocido... mi nenita de ojos curiosos, de manos calentitas buscando como gorrioncitos el nido de mis manos. Y yo le decía: “Todo puede ser lindo y ser importante si le ponés adentro cosas valiosas: una gota de lluvia será un brillante y el moño de tu pelo ¡una mariposa!” 45 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 46 Poldy Bird El 8 de diciembre armábamos el árbol de Navidad, siempre armábamos el árbol, con adornos viejos y adornos nuevos, campanitas, globos de colores, algún ángel tocando la trompeta, la gran estrella con flecos de papel plateado. Mi abuela me enseñó que las “fiestas” no se saltean. Aunque hayan sucedido cosas tristes, las fiestas son el hilo mágico con el que se borda la alegría, la esperanza, la ilusión. Son el hilván que une a la familia, que la hace acercarse para que todo ese cariño, todos esos buenos deseos unidos, se transformen en un sol que ilumine los días que vendrán. Energía, buenas ondas... llamalo como quieras. Todos irradiamos algo. Que puede ser negativo o positivo. Si nuestros pensamientos o nuestros sentimientos son negativos, acumulamos rabia, envidia, desazón, y somos como un frente de tormenta con nubarrones negros. En cambio... ¿no te diste cuenta de que cuando estás contenta y tu corazón se vuelve generoso la gente te mira por la calle, alguno que pasa te suelta un piropo, tus amigos te encuentran “linda”? Es que los demás reciben los mensajes de nuestro interior. Mensajes que no necesitan de palabras, porque están hechos de signos intangibles, inmateriales. 46 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 47 Corazón sin llave Como si dentro nuestro floreciera un rosal de rosas invisibles y esas rosas flotaran también a nuestro alrededor desparramando sus pétalos por todos los lugares que transitamos. Si nuestras intenciones y nuestros pensamientos son positivos, si deseamos que todos estén bien y sean dichosos... emanamos el perfume de esas rosas milagrosas y quienes se acerquen a nosotros terminarán bellamente perfumados. La sonrisa y la generosidad son imanes que atraen la buenaventura. El gesto agrio es un empujón que la aleja. Mi abuela decía: “El que echa veneno en el aire para que se envenenen los demás, termina muriendo envenenado por el mismo veneno que echó”. Vamos a cambiar de juego. Hagamos que nuestro ámbito se llene de buenas ondas. Para que la suerte se nos pegue. Para que de la galera de ese mago que es la vida salgan conejitos de ojos rosa y palomas de blanca nube. Y no aves de rapiña, ni truenos, ni ciclones. Mi nenita de ojos curiosos, que confiaba en mí, que me veía tan grande y poderosa... hoy es una mujer. Y todavía hay chispitas de luciérnagas en sus ojos cuando ve encendidas las luces de colores del árbol navideño. 47 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 48 Poldy Bird Tiempo de acercamiento, tiempo de borronear tristezas y festejar las fechas sagradas. Tiempo de buenos propósitos y empecinadas esperanzas. Tiempo de seguir creyendo que todo puede ser lindo y ser importante si le ponés adentro cosas hermosas... 48 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 49 Entre dos Entre dos que se aman que se aman Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 50 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 51 Y él... tu hombre... ¿qué espera de vos? Porque siempre pensás y hablás de lo que vos esperás de él. Y le reprochás lo que te da, lo que siente, lo que deja de hacer, lo que hace. ¿Desde cuándo no lo mirás a los ojos? Pero a los ojos A LOS OJOS. No resbalando la mirada por sus ojos, sino internándote en ellos. Buscando sus pensamientos. Buceando en su interior hasta llegar al rincón de sus preguntas. Te da un poco de miedo, ¿no? Es más fácil quejarse que entender. Entender compromete. Te involucra. 51 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 52 Poldy Bird Te obliga a decirte a vos misma la verdad. Y la verdad es que es uno mismo el que elije sus penas y sus alegrías. ¿Qué elegiste para este amor? La pena es un laberinto de cristal que nos permite ver la felicidad desde sus intrincados caminos, pero no nos deja llegar hasta ella. En cambio la esperanza es la mitad del triunfo: la otra mitad es la acción, dar los pasos que son necesarios para obtenerlo. Y en el amor el triunfo es la búsqueda incesante de la dicha compartida. Mirá a tu hombre a los ojos y decile que has elegido la alegría de amarlo. Que tus manos se tenderán hacia él llenas de caricias y pequeñas ofrendas cotidianas: el mantel planchado, la comida caliente, la música que espanta los fantasmas de la queja, el abrazo apretado que transfunde las fuerzas de los cuerpos... Decile que otra vez, como antes, volverías a escogerlo entre todos los hombres del mundo, y eso hará que él te sienta la mujer que jamás dejará, la que deja brumosas a las otras, la que le ofrece el universo de la luz del otro lado de sus ventanas abiertas. Porque él espera de vos exactamente lo mismo que vos esperás de él: que lo quieras, que lo aceptes, que recibas con entusiasmo lo que te da con generosidad, que nada de lo suyo te resulte indife52 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 53 Corazón sin llave rente, que tengas en cuenta hasta su más pequeño comentario... Entre dos que se aman no hay nada insignificante, todo tiene su valioso significado. Nada hay indiferente, todo tiene interés. Entre dos que se aman, los silencios no son mensajes, los silencios son precipicios por donde el amor se resbala y cae, perdiéndose, destruyéndose, lastimándose... Te gusta que te hable... entonces dale tus palabras. Te gusta que se acerque, entonces da un paso hacia él. Te gusta que te quiera... entonces ámalo, sin buscar tantos escollos, tantos muros... No levantes paredes, derríbalas. Copiate de la primavera, que no busca pretextos cuando llega, no se pone a separar las plantas pequeñas de los grandes árboles: hace que TODO lo que florece FLOREZCA. No busques pretextos para querer menos, buscá motivos para querer más, y verás que cada día hay un motivo para engrandecer el único sentimiento que le da valor y motor a la vida. 53 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 54 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 55 Cita con Cita con caramelos caramelos Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 56 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 57 E stás allí, arrodillado, el pelo desordenado sobre la frente y las pecas sobre la nariz, tu nariz de siete años. Hay dos dientes de menos que dibujan un portillo en tu sonrisa. Y doce soldaditos de plomo que apuntan a tu ombligo. Yo la conocí cuando eras una promesa. Te hablo de ella y se me hace un nudo en la garganta. ¿Con qué voz le hubieras dicho “mamá”? ¿Con qué voz te hubiera llamado ella para decirte que la leche se enfría? ¿Con qué corridita de osito hubieras corrido para estrecharte entre sus brazos? Juan Pablo. Ése era el nombre destinado para tu milagro. 57 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 58 Poldy Bird Dicho muchas veces antes de que fueras verdad. Yo la conocí de guardapolvo y flequillo. La vi con su vestido de quince, con sus primeros tacos altos. La vi también en una esquina de invierno esperando a tu papá, cuando el amor comenzaba. ¡Éramos tan amigas! Yo la ayudé a escribir sus cartas de amor, cuando las dos plagiábamos a Neruda. Y juntas, las dos, más adelante, te nombramos, en esas charlas de chicas soñadoras. –Un hijo... ¿te imaginás lo que debe ser tener un hijo? Nos poníamos muy serias. Y vos, que entonces eras viento, eras la luna nueva y todas aquellas cosas que están lejos pero se presienten, cobrabas forma, agitabas tus manos inmateriales en un tiempo inmemorial y dulce y te llamabas con el nombre que ella eligió para amarte: Juan Pablo. –Lo veo... me parece que lo veo... –murmuraba–. Tiene los ojos azules como el padre, el pelo rebelde como yo, se ensucia las rodillas con barro y le doy migas de pan para que le dé de comer a las palomas... Lo corro por toda la casa para castigarlo por una travesura y cuando lo alcanzo. ¿Sabés qué hago cuando lo alcanzo?.... lo estrecho hasta dejarlo sin aliento y le lleno de besos las mejillas. Unas mejillas suavecitas, de nardo... Desde los besos se me resbala una lágrima, él frota su carita 58 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 59 Corazón sin llave contra la mía y la lágrima desaparece. Un hijo las borra. Un hijo te hace descubrir de nuevo el mundo a través de su mirada nueva, de sus porqués. Con sus signos de interrogación fabrica una caña de pescar y un anzuelo para atrapar estrellas, sapitos, piedras de colores, cintas de las trenzas de las nenas vecinas, una ardilla, una golondrina y una casita con chimenea y humo dibujada con marcador en la pared del living... La tarde que la encontré por la calle, regresaba de la casa del médico. –Todo va bien –me dijo– y Esteban está encantado. Su figura menuda se ensanchaba, una mansedumbre plácida encendía su rostro. –Estás más linda –le dije. Y era verdad. Desde tu tercera luna la embellecías, Juan Pablo. Caminamos juntas hasta llegar a tu casa. Tropezamos con un corro de niños jugando a la pelota y ella le acarició la cabeza a uno desgarbado y risueño, mostrando en su portillo sin dientes la cédula de siete años de su boca rosada. –¿Qué te dejaron los ratones? –le preguntó. –¿Qué ratones? –masculló el chico. –Los que se llevan los dientes que se caen... –No me dejaron nada... –No es verdad. Te dejaron una cosa pero se equivocaron de casa. En vez de ponerla bajo tu almohada la colocaron debajo de la mía. Aquí está. 59 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 60 Poldy Bird De su cartera sacó un paquete de caramelos y se lo dio. El chico los arrebató con un gritito de alegría y mientras chupaba uno frunció el entrecejo y la enfrentó: –¿Cómo supiste que eran para mí? –Pues... ¿acaso no tenés flequillo rubio, ojos verdes y un portón entre los dientes? –Sí... –Eso me lo decía el ratón en su carta. El sin dientes corrió la pelota que pasaba a su lado y la tarde se lo llevó, como a todo lo que pasa fugazmente por nosotros. –Como ése... un día mi hijo será como ése y le contaré la historia de los ratones. ¿Alguien te contó la historia de los ratones, Juanpa? ¿Tu papito? Oh... yo sé que tu papito no tiene tiempo, que es un señor ocupado, de saco y corbata y ataché, de zapatos bien lustrados, y te deja dinero para que te compres un alfajor en el recreo. ¿Tu abuela? Bueno... tenés que perdonarla... ¡Hace tanto tiempo que los ratones se le escaparon de la memoria! Vení, vení, no te alejes. Sí, así, pasito a pasito hasta mí. Y sin miedo. Porque no voy a comerte. Yo estuve de viaje mucho tiempo... 60 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 61 Corazón sin llave Por eso no pude conocerte cuando vos eras así de chiquito, como mi canarito. Por eso no pude conversar con tu mamita la tarde que naciste, la tarde aquella que... dejándote en el mundo... ella se fue apurada a una reunión de ángeles de la guarda y mariposas blancas... Ayer regresé. Y recordé, de pronto, que tenía una cita pendiente con un niño llamado Juan Pablo. Me lo recordó un ratón que me dejó una carta debajo de la almohada y un paquete de caramelos, en pago de un diente que parece una perla. Un dientito tuyo. Y, además, te traigo un beso. Un beso que ella, tu mamá, no pudo darte. Es un beso tibiecito... y tiene una lágrima para que la seques frotando mi mejilla con tu carita de nardo. ¿Ves? Es fácil besarte. Es fácil llorar. Porque tenés una caña de pescar lágrimas, un abecedario con muchas “m” de mamá, mariposas, mimos... Tus ojos me hacen preguntas. Cuando seas más grande, las responderé. Pero ahora contentate con apretarte a mi falda y pedirme que juegue con vos. Tu papá está muy ocupado. A tu abuela le duele la cintura cuando se echa en el suelo a tu lado. 61 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 62 Poldy Bird A mí no me duele nada. A mamita tampoco le hubiera dolido. Mañana volveré a verte, Juan Pablo. Mañana jugaremos otra vez. Ahora tengo una cita con un recuerdo. Quiero correr a decirle que sos igual igual a aquel Juan Pablo que ella dibujó en el viento. Quiero decirle que el beso que te envió... ya está en tu dulce mejilla de seda... 62 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 63 ¡No crezcas ¡No crezcas tan rápido! tan rápido! Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 64 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 65 L legaste con un cigarrillo encendido en una mano y arrastrando un bolso bordado con piedritas multicolores en la otra. Sonriendo, y perfumada y preciosa, como son preciosas las chicas a tu edad. ¿Quince años, dieciséis...? Te sentaste en el sillón al lado del mío, y la luz le sacaba como chispas a tu pelo rojizo. Un pelo largo, suave, ligeramente rizado. Te pusieron una capita blanca y Ariel te preguntó: –¿Vas a cortarte, no? ¿Bien corto? –Bien corto. Yo miraba cómo caían los mechones al piso, y tu cara de nena se volvía, por obra de una voraz tijera y una onda en la frente, en la cara de una “señorita”. 65 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 66 Poldy Bird Me dieron ganas de decirte que no. Que no lo hicieras. Que apagaras el cigarrillo, que no te cortaras el pelo, que no crecieras tan rápidamente... Pero estabas apurada por crecer... y se me ocurrió que lo mejor, lo único posible, era decirte qué es crecer. Lo desconocido provoca temor, inseguridad y desconfianza. Y esas tres cosas provocan en nosotros reacciones agresivas. Es por eso que tantas veces te descubriste obrando con una violencia que no era tuya, que no reconocías y te dejaba un gusto amargo en la boca. Estás recorriendo el camino más difícil de la vida de una persona: el que te lleva desde la tierra protegida y azul de la niñez al mundo abierto y peligroso de la adultez. Aquella nena arropada amorosamente por mamá en la camita de la infancia, arrullada por la voz cariñosa narrándote un cuento, pidiéndole que mire hacia ambos lados antes de cruzar la calle, recordándole que lleve un pulóver por si refresca, convenciéndola de que tome toda su taza de leche, que complete sus tareas del colegio... ¿dónde está? ¿Dónde está aquella nena que preguntaba a cada momento qué me pongo, qué digo, puedo, por qué? Ha dejado de ser pequeñita. Tiene unos centímetros más de altura que mamá. 66 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 67 Corazón sin llave Se siente un poco incómoda con ese cuerpo “que le queda grande”, tan grande como el gran mundo contradictorio que la espera ahí afuera. Te da vergüenza demostrar tus emociones por no parecer “tonta”. Te da vergüenza pedir ayuda cuando la necesitás. Te sentís “distinta”, “sola”, y creés que los “grandes” son incapaces de comprenderte... Porque tampoco vos te comprendés. Porque tampoco vos ves con claridad, y esa nebulosa en la que estás sumergida te vuelve torpe y te angustia. A medida que pasen los días se acercará el tiempo en que seas vos solita, con tu propio criterio y experiencia, la que tengas que tomar tus propias determinaciones. Tal vez eso sea lo más difícil de crecer: TENER QEU ASUMIR NUESTROS ERRORES SIN PODER ECHARLE LA CULPA A LOS DEMÁS. Yo te confieso que cuando tengo que tomar una determinación importante... me exaspero, me pongo irascible y malhumorada... tengo miedo de equivocarme... de no estar a la altura de lo que los demás esperan de mí... Sí, yo, que parezco tan segura... (y me tiemblan las rodillas, me castañetean los dientes, pongo cara de “no me importa” y agonizo por dentro). Tu pelo sigue cayendo. Me consuelo pensando que volverá a crecer. 67 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 68 Poldy Bird ¿Le gustará a tu mamá, cuando te vea? Esa misma pregunta te la hace Ariel. Y vos respondés: –Si le gusta, bien. Y si no, también. Es mi pelo... ¡Ay, chiquita, TU PELO! Que todavía hoy es más de tu mamá que tuyo. Porque ella lo cepilló, lo cuidó, se puso tan orgullosa las veces que le dijeron: “qué lindo pelo tiene la niña...” Y se me ocurre que a veces habrás discutido, le habrás gritado que estabas esperando el momento de poder irte a vivir sola, o con una amiga... y ella te habrá contestado que también, que ojalá, que... Mentirosas las dos. Y las dos mentirosas mirando hacia otro lado para que a ninguna se les descubrieran las lágrimas poniendo brillo de diamantes en los ojos... Ya cesó la lluvia de pelo. ¿Te queda lindo? Sí, te queda lindo. Tengo que admitirlo. Pero me ha puesto triste esa montañita de seda junto al sillón. ¿Estás apurada por crecer? Crecer es... mirar a nuestro alrededor VIENDO a los demás, tratando de entenderlos y de quererlos aunque a muchos no podamos admirarlos. 68 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 69 Corazón sin llave En la infancia el cariño siempre iba unido a la admiración (¡Ah, el “valiente” abuelo, y la madre “todopoderosa” y el papá “invencible”, y la amiga “inventada”!). Pero en la adultez, el cariño va unido a la comprensión y a un poco de resignación, o de piedad... Crecer es perder un cielo de estrellas salpicadas como papel picado y ganar un cielo con constelaciones matemáticamente ubicadas. Todo está, pero de otra manera. Para conservarlo hay que ser empecinada y creer con una fe tozuda, vigorosa. Muchos te dirán que hay que ser desconfiado... Yo te ruego que no... Siempre abrí mi corazón de par en par, como una ventana, y aunque muchas veces entró la ráfaga gris de la tormenta, muchas otras entró todo el sol, todo el olor a mar de los veranos, el sonido necesario de las voces queridas... Si desconfías, tal vez te salvarás de algunos dolores, ¡pero impedirás que te alcancen tantas alegrías! Crecer es querer vivir, querer la vida, quererte a vos misma. El domingo presencié un espectáculo desgarrador y maravilloso: este invierno talaron unos álamos de mi quinta y dejaron los troncos junto al cerco. Se conseguía así un poco más de luz en las habitaciones de la casa. 69 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 70 Poldy Bird ¿Y qué pensás que vi en los troncos quietos?: ¡innumerables brotes de color verde nuevo! Sin raíces, con su última savia, los álamos se negaban a morir, aferrados a la posibilidad de la primavera. Si todos, al crecer, amáramos así a la vida y a sus criaturas, tendrían su destrucción asegurada el odio y la indiferencia. Y crecer es, también lo que vas a hacer ahora, cuando llegues a tu casa. Decir mirá mamá, preguntar si le gusta, arrepentirte un poco de haberte cortado ese pelo precioso, y ponerte contenta cuando ella deja de fruncir el ceño y te abrace diciéndote que estás linda... que siempre estás tan linda... 70 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 71 Última vuelta Última vuelta en calesita en calesita Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 72 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 73 A llí gira un mundo. Un mundo chiquito con caballitos de madera pintados de blanco, de negro, de marrón; avionetas coloradas; autos azules y amarillos; bancos de madera con altos respaldos. Sobre los caballitos galopan, atados con una correa, niñas con moños en la cabeza, chicos de largos flequillos. Los más chiquitos viajan en los autos y las avionetas. Los otros, los que ya han pasado los seis años, se afirman, de pie, sosteniéndose con una mano y estirando la otra para sacar la sortija. De vez en cuando bajan un pie y levantan una redonda polvareda rojiza raspando el zapato contra el piso de tierra. Y el calesitero, de boina, fumando 73 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 74 Poldy Bird su pipa, con arruguitas alrededor de los ojos de tanto sonreír, trata de parecer autoritario al gritarles: –¡Eso no! ¡Te bajo si te veo volver a hacerlo! La música tapa las voces de las madres que esperan recostadas contra el enrejado o sentadas muy juntas en los bancos de piedra. –Mi nena es ésa de celeste, ahí pasa... –Los míos son los dos rubios que están en los caballitos, esos, ¿ve? –Yo tengo uno solo –“chau, mamá”, grita el pecoso, y ella sonríe agitando la mano. El calesitero mueve la pesada pera de madera que engancha la sortija, la hace dar vueltas en el aire, cerca de las manitos que se alargan, ansiosas; retrasa lo más que puede el momento de ceder, de entregarla, de dejársela quitar, porque sabe que en ese punto la vuelta en calesita se vuelve un poco aburrida. La calesita es un país. El país de la infancia. Redondo como un globo. Musical como una ronda. Un país que da vueltas y se mece como una abuela que tiene en brazos al nieto. A ese país se entra con dos monedas y un saltito. Allí se puede ser domador, piloto, corredor, turista de sueños, fumador de cigarros de chocolate, chupador de helados, Batman luchando por la posesión de la sortija mágica que concede el don de otra vuelta gratis. 74 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 75 Corazón sin llave Andrea mira cómo su hermanita gira en la calesita. Y también mira la punta de sus zapatos nuevos, que tienen tres centímetros más de tacos que los clásicos mocasines y le permiten vanagloriarse delante de las otras chicas del barrio. Con eso y el corpiño de encaje blanco que todavía le molesta un poco, ha pasado a ser algo así como la “estrella” del grupo. Ya no se entretiene brincando como un chico ni se sienta en el umbral, despatarrada. Y pasea de una esquina a la otra bamboleando su cartera roja con espejo, peine y libreta de direcciones casi totalmente en blanco. Ve mal que los chicos toquen un timbre y salgan corriendo. Y saluda respetuosamente a las señoras de la vecindad que murmuran encantadas “como ha cambiado esta chica, ya es casi una señorita”. “Señorita”, qué palabra tan linda le parece. Sueña con estrenarla de verdad. Dicen que a los quince, después de la fiesta. Dicen... Los grandes dicen. Andrea tararea la canción de Luis Miguel mientras su hermanita agita la sortija. Qué raro. Tres veces seguidas la sortija a su hermanita. Y ya va siendo la hora de irse a casa. Y le quedan unos pesos. ¿Y si se paga una vuelta para ella y se sube, haciéndose la distraída? Total, no está ninguna de las chicas de séptimo... Si se sube haciéndose la que le está 75 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 76 Poldy Bird diciendo algo a su hermanita y la calesita empieza a andar y ella pone cara de sorprendida, luego cara de “paciencia” y se queda arriba... como resignándose, puede dar una vuelta entera... –Una ficha –pide. Y va. Su vestido blanco se balancea al compás de la música que ella marca con el pie. Tres veces se sacó la sortija la nena, qué raro. Mira. No es el calesitero el que da la sortija. Es el sobrino. Jeans nuevos, camisa a cuadros. Y qué estirón pegó ese chico. Si debe pasarla y repasarla; por lo menos una cabeza y media más alto que ella. Y cómo la mira. Le lleva dos vueltas comprobar que tiene los ojos verdes, reverdes, como las copas de los árboles de la plaza. Le lleva media vuelta más darse cuenta de que tiene dos hoyuelos en las mejillas cuando se sonríe, porque le está sonriendo, a ella, a Andrea. Y en la otra media vuelta algo raro le pasa, algo se agita dentro de su pecho, algo como un pájaro que aletea rápidamente; su corazón. Y él da otra vez la sortija a su hermanita. Los otros chicos se quejan: –Eh, no vale, no vale, siempre a la misma. Llega el calesitero, que se había ido a tomar un café. –Pero, don Carlos, cuatro veces se sacó la sortija la misma nena –rezonga una de las mamás que 76 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 77 Corazón sin llave todavía no se llevó a su hijo para bañarlo, darle de cenar y a la cama que mañana es día de escuela. Don Carlos mira a Andrea, mira a su sobrino, le da un suave coscorrón en la cabeza, más simbólica que coscorrón, como para acallar los murmullos. –Dale, vos... –le reprocha. –Pero si ella se la saca, tío, qué culpa tengo yo –y pone cara de mártir. A Andrea le tiemblan las rodillas. Quisiera tirarse de la calesita y caer al lado de Nacho (porque se llama Nacho). O seguir dando vueltas y vueltas sin parar, eternamente y mirarlo cada vez que pasa frente a él... Es la primera vez que está ahí arriba y no participa de la música (ni siquiera sabe que ahora suena algo de Guns and Roses). Es la primera vez que siente un mareo, una extraña agitación, como si hubiera estado corriendo... pero sin tocar la tierra con los pies, corriendo sobre nubes, o sobre un aire denso y azul... Terminó la música. Andrea se baja, con paso de reina. –Vamos que es tarde, Paulita –le dice a su hermana. –¡Pero si me saqué la sortija! –Don Carlos se va a acordar, ¿no, don Carlos? Y mañana te dejará dar una vuelta gratis. Pero ahora vamos. –Y lo dice fuerte, mirando a Nacho, que enrojece. 77 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 78 Poldy Bird Cuando sale de allí, fuera de la puertita de madera blanca, del alambre tejido, de la enredadera de campanillas violáceas trepando por el cerco, se vuelve y ve a Nacho boquiabierto, mirándola alejarse. Entre risitas, con el corazón brincándole, le hace adiós con la mano y él responde al saludo, muy serio. La de hoy ha sido su última vuelta en calesita. A ese país no volverá. Ni con dos monedas, ni con dos billetes ni con un saltito. Porque ha encontrado la llave que le permitirá entrar a otro país donde la carta de ciudadanía se saca con tres centímetros más de taco, un corpiño de encaje blanco y esa rara sensación que le da risa y pena a la vez, y le hace aletear rapidísimo un pájaro dentro del pecho. 78 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 79 El territorio El territorio azul azul Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 80 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 81 T homas es el territorio azul: la adolescencia. Durante muchos años no volvimos a vernos. Un día me llamó y dijo: “Soy el mismo”. Nos encontramos y era el mismo. Con barba ahora, y aquellos ojos color acuarela de océano en los mapas. Y aquella angustiosa soledad en la mirada. La soledad que nos hermanó siempre y hoy vuelve a juntarnos en estas largas charlas. Thomas adivina lo que voy a decir y eso me hace sentir pequeñita y cuidada. Me gusta sentirme así, como si me estuvieran abrazando. Tiene miedo de herirme y me explica largamente cada uno de los pasos que pueden alejarlo de mí. Por los matices de mi voz sabe si estoy triste, ansiosa, angustiada, si miento, si lo estoy escuchando o no le presto atención, si me aburro, si pienso en otra cosa y no en lo que digo. 81 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 82 Poldy Bird Me acepta como soy y conoce todas las causas de mis llantos. Las conoce desde el momento en que nacieron. Me descansa no tener que darle explicaciones ni tener que maquillarme para verlo: le gusto con la cara lavada. Me ve linda y me lo dice de una manera hermosa: –Hoy sos como un paisaje. –¿Qué paisaje? –Un paisaje de la campiña inglesa. Tus ojos el césped, tu pelo las crines de los caballos alazanes que corren desbocados por ahí. Subrayamos las mismas frases en los mismos libros. Nos acordamos de los mismos versos de los mismos poemas. Nos gusta el mismo pasaje de la misma canción. Él se acuerda de cosas que viví y que yo había olvidado: me entrega los pedacitos que me faltan para reconstruir a la muchachita de dieciocho años que lo enamoró. Yo los tomo con avidez y trato de colocar cada uno en su lugar. Me agita la alegría de ver que puedo, que sí puedo, no importa todo lo que haya sufrido. –Thomas, de veras yo no he crecido nada desde entonces. –Ni yo. Crecer no es tan fácil y no todos pueden. –Tal vez sea más fácil crecer que haber tenido que defender a capa y espada todo esto que tenemos todavía. 82 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 83 Corazón sin llave –¿Y para qué nos sirve? Para darnos la cabeza contra la pared. En el mundo se necesita otra armadura. –Nos sirve para nosotros. –¿Y a quién se lo damos, a quién le importa, quién lo entiende? –Vos y yo lo entendemos. –Pero es un lastre que no me deja obrar con rapidez, hacer buenos negocios, desenvolverme con astucia entre la gente que trato diariamente. –No, no es un lastre, Thomas: es un par de alas... es lo que te hace volar como un águila. Los otros son perdices de cortito vuelo: caen ni bien quieren remontarse, aunque caigan sobre diamantes. Vos tenés todo el cielo, aunque el cielo sea un aire sin valor material. Aunque caminemos por las calles del centro de la ciudad siempre estamos cruzando una plaza. Quisiera decirle que si lo perdiera ahora me moriría de miedo, pero no me atrevo. También quisiera decirle que me gustaría hacer la prueba de amarlo. ¿Y si no pudiera? No pude antes. Ahora sería un manotón de ahogado. –Thomas... –¿Qué? –No me animo a preguntarte una cosa, y parece tan fácil. –Ya sé... no me la preguntes, a mí también me da miedo. Hace casi veinte años que pienso en eso, que lo estoy esperando... y tampoco me atrevo... 83 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 84 Poldy Bird Pero todo vuelve a quedar así: nos llamaremos alguna vez, nos veremos alguna vez. La adolescencia no se repite. Es sólo la soledad la que enciende vanamente la esperanza cuando tenemos miedo. 84 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 85 Pasarán Pasarán cosas cosas Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 86 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 87 H a empezado otro año. Como un cuaderno nuevo está ante mí, y me acuerdo de cuando era chica, iba a la escuela y me apuraba para terminar el viejo cuaderno y así comenzar el otro. En las últimas páginas hacía letra grande, enormes dibujos apresurados. Pegaba dos hojas con engrudo de fabricación casera: agua y harina en la cocina. Los cuadernos nuevos se empiezan con letra pequeña, pareja, prolija, cuidada... Igual que los años. Igual que éste. ¿Borrón y cuenta nueva? No, no, sin borrón. Y sumando a la cuenta nueva las otras cuentas que antes nos sirvieron. 87 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 88 Poldy Bird Porque no todo está para el olvido. Porque no todo fue para dejarlo atrás, disimulado entre las hierbas secas del otoño. Pasaron cosas. NOS PASARON COSAS. Crecimos un poquito, un poquito así, pero crecimos. Llorar hace crecer, es esa lluviecita de uvas de cristal sobre el techo de chapa de nuestro corazón. Pica, repica, musiquea, despierta. Nadie es el mismo después de haber llorado. Reír hace crecer. También reímos. Algunas veces, quizá podemos contarlas con los dedos de una mano... ¡Y cómo une la risa!: dos que se rieron juntos, a carcajadas limpia, no se desatan nunca en el recuerdo. Yo tengo siete chistes favoritos, y me acuerdo de quiénes fueron las siete personas que me los contaron. En cambio, no me acuerdo de todas las que me hicieron llorar o compartieron mis angustias. No creas que se trata de mala memoria... me parece que es puro instinto de conservación. Fijate que la gente le huye a la tragedia. En algún tiempo me daba mucha rabia, pero ahora lo entiendo y no la juzgo mal. Una amiga de la infancia, que quiero profundamente, todavía no habló conmigo desde que murió mi compañero. Y si yo no la llamo no es porque no tenga ganas de hacerlo ni porque piense que es a ella 88 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 89 Corazón sin llave a quien le corresponde llamarme... sino simplemente porque me da miedo que se sienta mal... A ella le digo: si leés esto, no busques entre líneas... te quiero mucho, me gustaría que estuvieras cerca. No temas, no estoy desahuciada, no contagio las penas, las tengo dentro de mí, tan escondidas que para hallarlas tendrías que escarbar demasiado. Y, además, a los muertos queridos no los recuerdo muertos, los recuerdo con su olor a perfume y su camisa favorita, con la música que les gustaba, con las anécdotas que los muestran en su mejor momento. No hablaremos de heridas ni agonías, ni hablaremos de nieblas o tormentas... no, ¿sabés qué haremos?... terminaremos la charla aquella que empezamos una tarde en un café de la calle Córdoba... o la seguiremos, porque las charlas entre amigas no se terminan nunca, son siempre una continuación de la anterior, que fue una continuación de la anterior... y así, siempre, siempre, hayan pasado días, meses, años. Trabajar, hace crecer. Y me ha dado un poco de trabajo trabajar. Porque mi trabajo es solitario, callado, sin jefes que me obliguen a hacerlo, sin un horario que cumplir. Se trata de transformarme en médium y sentir lo que todos sienten a mi alrededor... e interpretarlo con palabras escritas que traduzcan exactamente eso que siento, eso que sentís, eso que sienten otros. 89 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 90 Poldy Bird Admirar hace crecer. Es tan larga la lista de la gente que admiro, que te cansaría leerla. Pero en esos nombres seguramente nos reconoceremos, hermanadas, vos y yo: Violeta Parra, Mozart, Mick Jagger, Horacio Molina, Paganini, Cortázar, Woody Allen, Silvio Rodríguez, Beethoven, Raúl Porcheto, Chopin, Alejo Carpentier, Fellini, la hermana Teresa, Silvina Ocampo, Bergman, Ricardo Montaner, siempre mi Felisberto Hernández que releo, los hermanos Marx, Olga Orozco, Humphrey Bogart reviviendo cada vez que pasan “Casablanca” por televisión (ojalá que no dejen de pasarla nunca). Al admirar abrimos una ventanita del alma que, a veces, está cerrada con candado. Al abrirla, nos abrimos. Dejamos que eche a volar un pájaro cautivo y que entre el aire con olor a magnolias y a flores de tilo, ese olor que es olor a verano y a plaza (Cuando era chica llevaba botellitas a la plaza, las movía, dando vueltas, y luego las tapaba, creyendo que en ellas podían guardarse los olores. Tal vez sí. Nunca las encontré, después, nunca tuve oportunidad de destaparlas...). Agradecer es crecer. Amar es crecer. Crear es crecer. Ha empezado otro año. Cuadernito nuevo. Cuadernito de hojas inmaculadas, todavía en blanco. 90 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 91 Corazón sin llave Cuadernito que en la tapa dice Poldy. Solamente que yo podré escribir en él los días que vendrán. La vida es un cuaderno. No un “cuaderno borrador”, sino un cuaderno de clase. No se puede borrar nada de lo que escribimos, ni se pueden corregir los errores, ni se puede escribir encima en la misma página. Vamos a usar bien este cuaderno. No vamos a dejar ningún espacio en blanco. No pegaremos hojas para terminarlo antes. Y no nos vamos a saltear las cosas lindas, por chiquititas e insignificantes que parezcan. Porque son esas “cositas” las que le dan, en muchos momentos, valor y sentido a la vida. Me tiembla la mano. ¿Qué pondré en el primer renglón de la primera hoja? Una frase corta. Dos palabras: “ESTOY VIVA”. Estoy viva. Ya vendrá lo demás. Pasaron cosas. Y pasarán cosas mientras esté viva. 91 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 92 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 93 La sustancia La sustancia de la luz de las estrellas de la luz de las estrellas Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 94 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 95 C uando una mujer le dice a sus amigas: –Bueno, tengo que irme, él me espera... –a ninguna se le ocurre replicarle: –Quedate un rato más. Que te espere. A ninguna se le ocurre hacerle reproches por aquello de que él te interesa más que nosotras, sos una sometida, o ya no nos querés tanto como antes. Pero cuando un hombre le dice a sus amigos que se va porque tiene que encontrarse con ella... ¡los machos sangran! –Dejala plantada. –Llamala y decile que vas a llegar más tarde. –Avisale que no podés ir. –¡Mirá que te tiene agarrado de...! Una cita con una mujer no es, para un hombre, tan importante como su cita con el mecánico del 95 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 96 Poldy Bird automóvil, su agente de seguros, el contador que le hace el papeleo de réditos... ¿Qué mujer podría robarle una tarde en el club al jugador de golf? ¿Qué cara pone el dueño del yate cuando su “amada” le dice que quiere acompañarlo en ese viajecito a Carmelo que él decidió hacer “entre muchachos solos”? En las “comunidades masculinas” las mujeres siempre están de más, sobran, molestan, estorban, interfieren, aunque esporádicamente aparezcan en las conversaciones, si no enteras... por lo menos con algunas de sus partes: la pechera de Fulana, el flor de traste de Mengana, los muslos de Zutana. Dos minutos, tres groserías, cuatro risotadas. Y después, vuelta al plan Ovalo, a la cotización del dólar, a la imbecilidad del socio que ya no lo aguanto más, a la úlcera del presidente del directorio que cada día está más imbancable, a la inutilidad de los empleados... Estamos viviendo en una época en que las necesidades amorosas y sexuales han pasado a segundo término para los hombres. ¿Segundo... tercero... cuarto...? Cualquier problema, por pequeño que sea, por insignificante que parezca, puede distraerlo de esas cosas. Es muy probable que la culpa tengamos que compartirla con ellos. 96 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 97 Corazón sin llave Las mujeres le hemos ganado terreno al río... pero lo pagamos con la mejor moneda que teníamos: la femineidad. Me parece que los hombres se sienten un poco apabullados frente a la mujer que sabe hacer de todo y que machaca con eso, lo demuestra con más ferocidad que orgullo, con el aire de lucir una condecoración. Apabullados y a la vez lanzados a una competencia que ni siquiera buscaron. Nos necesitan fuertes para apoyarse en nosotras. Pero quieren que les hagamos creer que somos frágiles... y que los fuertes son ellos. Nos consultan, y después esgrimen nuestras opiniones o nuestros consejos como si se les acabaran de ocurrir. Cuando las mujeres, en general, hablan de los hombres en general, toda la cháchara podría resumirse en una sola frase: –Son como niños grandes. Hay una pizca de ironía, otra pizca de compasión y una gran dosis de ternura en la apreciación. Pero cuando los hombres, en general, hablan de las mujeres en general, el resumen es una pregunta llena de agresividad: –¿Quién las entiende? No dicen: “Me gustaría entenderlas”. Dan por sentado que eso es absolutamente imposible. 97 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 98 Poldy Bird ¿Intentarlo? A ninguno se le ocurre intentarlo. Lo consideran una pérdida de tiempo. Igual, nos entiendan o no, estamos allí: disponibles y dispuestas. Su mayor temor, lo que los hace entrar en pánico, es hacer el ridículo. Y cometen la equivocación de poner en el casillero de lo ridículo unas cuantas cosas que deberían estar en el casillero de lo sublime. Por ejemplo: la demostratividad, la ternura, la espontaneidad. Hasta los comentarios después de una buena relación amorosa les parecen ridículos: tema tabú, sólo se comenta entre los amigos como si fuera una bravuconada. Pero no se conversa con la compañera de cama. Y sería tan hermoso decir que fue hermoso. Sería tan hermoso oír a un hombre decir que fue hermoso y por qué fue hermoso. Otro temor: fracasar. En lo que sea. No se permiten el fracaso. Eso me da pena. Cuando fracasan sienten que el mundo se les acaba. Se paralizan, pierden la fuerza vital, el machismo se les arruga, se convierten en “hijos de madres terribles”, los atemorizan las mujeres, a las que 98 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 99 Corazón sin llave viven como jueces de su fracaso y con las que no se atreven a compartirlo. En este sentido, las mujeres, menos presionadas por la educación y por el medio, cuando fracasamos buscamos la manera de volver a empezar, en eso mismo o en otra cosa: nos damos otra oportunidad, nos levantamos más rápidamente, no nos reprochamos tanto. Los hombres creen que nosotras esperamos de ellos sólo triunfos, éxitos, revelaciones trascendentales. Y no es así. Esperamos de ellos, más que nada, pequeños gestos, palabras que nos confirmen sus sentimientos, una mano en el hombro. El hombre que yo amo, si me dice que me ama, puede esperarlo todo de mí: la lucha hombro con hombro, la ayuda, el sacrificio, el renunciamiento... Será para mí Súperman, aunque actúe como el ratón Mickey. Será el mago, el rey, porque me habrá dado la sustancia de la luz de las estrellas, el secreto profundo de la rosa, la suprema razón de la existencia. Hombre de la ciudad, hombre de la oficina, cansado y agobiado, quereme, y yo haré que vivas el mayor de tus fracasos con la misma naturalidad con la que el campesino vive el desastre de la cosecha arruinada por la tempestad: con dolor, pero sin culpa. 99 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 100 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 101 ¿Y esto ¿Y esto era así? era así? Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 102 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 103 U n rapto de locura ¿no lo tuviste nunca? ¿No lo querés tener? Hacer algo que no estaba previsto. Llamarme a las cuatro de la mañana para decirme solamente “te quiero”. O “vestite y bajá que quiero verte, estoy en el bar de la otra esquina”. Hacernos la rabona como chicos y caminar por el Jardín Botánico, un beso frente ante cada cartel con un nombre raro de planta. Sacar entradas en el cine para abrazarnos en la última fila del pullman; pedirlas capicúa. Y yo me visto y bajo y camino con vos y soy una gota de lluvia corriendo por tu espalda y electrizando cada terminación nerviosa de tu cuerpo y soy tus jadeos y tu orgullo de hombre y el mar y las violetas y la saliva que brilla en las comisuras de tu boca. 103 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 104 Poldy Bird ¿Esto era así? Este lujo. Este cofre de pirata lleno de pedrería. Estos tigres estirándose y saltando de mí. ¿Era así y yo no lo sabía? ¿Era así o es así ahora porque vos y yo? ¿Te pasó antes con otras? ¿Te pasó? Quiero que me digas que no, que nunca. Pero que no sea una mentira, no. Que sea verdad. Te sonreís, mudo. ¿Nunca voy a saberlo? Tengo celos. Te arrancaría toda la piel del pasado. Amnésico te quiero. Que empieces a recordar las cosas del amor recién a partir de mí. Que mi lágrima haya sido la primera que cayó en el cuenco de tus ojos. Que tu primera visión de una mujer haya sido la mía: el retrato cobrando vida, encarnándose, de una mujer aguardando serena tu llegada, con una paloma picoteando el ruedo de su falda y un ramo de rosas desarmado sobre su regazo... Que mi nombre haya sido el primer nombre de mujer que tu voz diera al aire, a la oreja de nácar, a la hoja de papel que garabateás mientras hablás por 104 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 105 Corazón sin llave teléfono... círculos, triángulos, y mi nombre escrito cien, doscientas veces, sólo mi nombre... Tengo celos. Celos retrospectivos. Quisieras que no pregunte. Y yo quisiera no preguntarte, pero no puedo. Porque si no te lo pregunto a vos me lo pregunto a mí y es igual... ¡no me gusta lo que me contesto!: a los treinta y siete años un hombre tiene historia. Y tu historia no me pertenece, se escribió sin mi tinta. Te odio por haber vivido sin mí. Te odio por haberte reído sin que yo tuviera nada que ver con tu risa. Te odio por haber andado por ahí sin llevarme colgada de tu brazo. Por haber escuchado con otra gente la música que te gusta. Por haber dicho frases que ahora me decís a mí y a mí me emocionan, pero antes... antes... deben haber emocionado a otra. ¿Qué pedacito de tu corazón tengo que arrancarte con mis uñas para arrancar lo anterior? ¿En qué vuelta del laberinto de tu memoria debo tirar ácido para que se borren, se destruyan los otros rostros, los otros gestos, lo que te dio placer, lo que te hizo sufrir, el terremoto que cambió las piedras de lugar? Porque esto es tan hermoso... 105 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 106 Poldy Bird ¿Era así... o es así ahora? No enmudezcas... para no herirme. O para no herirte. O por comodidad. No quiero un amor cómodo. Quiero un amor con la respiración entrecortada. Un amor sin calma y que no se calme con nada de nada. Un incendio de bosque quiero. Permanente. 106 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 107 Sin canción Sin canción de cuna de cuna Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 108 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 109 S eñora Claudia: Perdóneme la letra, que no es muy linda, perdóneme algunas faltas de ¿ortografía? ¿se dice así, no?, pero hace bastante que quería decirle un montón de cosas, y nunca me animé a hacerlo personalmente... Usted todo el tiempo se ha estado quejando de lo mismo, con esos lindos ojos que se le llenan de lágrimas cada vez que comenta “No pude tener hijos, con lo que me hubiera gustado, con lo feliz que hubiera sido”... Y la gente, que es sensible a este tipo de confesiones, toda la vida se ha apiadado de usted. –Pobre Claudia –decían, y dicen todavía–. No es justo que haya tenido que pasarle a ella, una mujer tan buena... 109 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 110 Poldy Bird Usted va a pensar, seguramente, que una chica como yo no tiene derecho a meterse, a darle su opinión. Una chica de veinte años que trabaja en su casa de sirvienta. “Para todo trabajo”, especificaba el aviso del diario. Y a mí el trabajo no me asusta ni me hace sentir inferior. Lo único que me asusta es la tristeza. Y la soledad. Eso sí que me da escalofrío, eso sí que me da ganas de salir corriendo a esconderme aunque sea adentro de un placard, para protegerme de la intemperie, de los golpes... Para protegerme del silencio... Es tan aterrador el silencio cuando uno está esperando el sonido de una voz... el sonido de algo vivo, gente, perro, gato... Algo como un llamado que sea para uno, ¿sabe? un llamado de un ser que lo quiera a uno, o que sencillamente lo necesite. Mire, señora Claudia, le voy a contar: hace dieciocho años, cuando usted era una señora joven todavía y hacía ocho años que se había casado y había andado de médico en médico buscando una solución para poder ser madre con el cuerpo (porque hay otra manera de serlo, pero primero hay que sufrir mucho, lo adivino, y hay que llorar y desesperarse y morderse los puños antes de llegar a esa 110 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 111 Corazón sin llave conclusión)... bueno, hace dieciocho años, cuando usted supo que ya no era posible, por más tratamientos costosos, tener un hijo... a mí... a mí me llevaron de la mano, me pusieron delante una cama pintada de blanco, descascarada la pintura, sí, una cama entre muchas de dos largas hileras que recorrían de lado a lado el pabellón. Y me dijeron: –Aquí vas a dormir. Tienen un nombre triste esos lugares. Pero el nombre no es nada. Lo más triste son los chicos que viven en esos lugares. ¡Tantos! Imagínese una nena flaquita, con el pelo cortísimo para no agarrar piojos, con las manitos apretadas de terror, con agujeros en las zapatillas, tan muerta de hambre que la primera sopa aguada que comió le pareció un manjar... Imagínese una remerita chica, una pollera cortita y unos bracitos amoratados de frío, escondiendo pan duro debajo de la almohada destripada, queriendo gritar “Vení, mamá, vení, dónde te fuiste, por qué no me llevás con vos”, pero calladita, porque la sorpresa y el temor mataban las palabras. Esa era yo. Todos ahí teníamos ganas de apretarnos contra un pecho mullido, calentito. De aferrar con las manos una pollera enorme, como un cielo, como la carpa de un circo, y refugiarnos bajo su sombra. 111 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 112 Poldy Bird Una pollera de madre, señora Claudia. Y un beso en la frente, señora Claudia. Y un empacho de caramelos. Y una torta con velitas para el cumpleaños. (Yo no estoy segura de qué día cumplo años, me parece que lo de 21 de junio es un invento, que en realidad fue un veintiuno de junio el día que llegué ahí). Podría hacerle una lista de cosas que deseábamos. Una lista larga, larga, larga. Pero nunca sería una lista del todo completa, porque me olvidaría de incluir un montón de cosas: alguien que prendiera los zapatos que quedaban sin abrochar... poder usar el pelo largo como las nenas que veíamos en esas ocasiones especiales en las que salíamos a la calle y la gente nos miraba con lástima y hacía comentarios en voz alta, como si no les importara que los oyéramos. Queríamos una persona que se dedicara toda entera a una de nosotras cuando estaba enfermita, anclada en la cama, sin patio, sin visita, y a veces hasta sin remedios que apresuraran la cura. Qué sé yo... tantas cosas... Y de mí, bah... de todas las que estábamos ahí, apenas si algún diario o alguna revista decía de tanto en tanto: “Se ruega enviar ropa usada o productos alimenticios no perecederos, arroz, fideos, leche en polvo...” Si usted hubiera visto la ropa usada... 112 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 113 Corazón sin llave Si usted hubiera visto cómo las cocineras les sacaban los gorgojos a las bolsas de arroz... las veces que tomábamos mate cocido sin azúcar... los ovillitos enroscados en que se transformaban nuestros cuerpecitos en las noches de frío para presentarle menos superficie desabrigada a las bajas temperaturas. Un frío que nos recorría todo el invierno, señora Claudia, porque desde que el invierno empezaba hasta que terminaba, no habíamos podido entrar en calor ni un solo día... Pasamos meses, años... algunas veces se llevaban a alguna... generalmente a las más chiquititas, y a pesar de ser también pequeñas, nos alegrábamos de que por lo menos alguna tuviera suerte, y nos poníamos a soñar... soñábamos: “La próxima seré yo”. Soñábamos. Esperábamos. Esperábamos que eso ocurriera. Era el primer pensamiento de todas las mañanas y el último pensamiento antes de dormirnos. Una obsesión. Y una decepción. Y después un desgano, una falta de apetito, de ansias de jugar, hasta... de ganas de vivir. Yo pienso: usted estaba tan sola y yo estaba tan sola... ¿Y cómo es que a ninguna de las dos se nos ocurrió llamarnos? Pero yo era muy chica, y usted, tan elegante... ¿a qué iba a ir a un lugar tan feo? 113 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 114 Poldy Bird Si alguien le hubiera dicho... a lo mejor... ¿Se imagina cuántas cosas lindas hubieran podido pasar? Todos hubiesen venido a visitarnos, a traernos regalos, a felicitarla por tener “una nena”, a alabarle el buen gusto para decorar el cuarto de su hija..., porque yo hubiera sido su hija. Antes, digo, porque ahora es imposible, yo tengo veinte años, usted tiene treinta y pico más que yo... Lo que me apena es que yo hubiera podido llenarle de alegre ruido el silencio con que usted tropezaba en los rincones. Y usted hubiera llenado de ternura los vacíos adonde sus amigos le tiran la compasión porque no pudo tener hijos. Sí, lo que me apena, señora Claudia, es que hayamos tenido... yo una cuna sin canción... y usted una canción sin cuna, para siempre. 114 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 115 Rendición Rendición Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 116 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 117 S eñor: Me diste la vida para cosas sencillas: para oler las manzanas y las rosas, para que el sol evapore las gotitas de mar que mojaron mi piel, para que mi oído distinga el canto del zorzal y el sonido del viento entre los álamos, para que mi voz redondee la palabra en el aire, para que mis manos se tiendan en el gesto sublime de dar y el gesto humilde de pedir y recibir. Me diste la vida para descubrir a los demás y para ser descubierta. Para la sed y el hambre. Para el amor y el ansia y las ganas de vivir. Para la siembra y la siega. Para el amanecer y el sueño y el cansancio. 117 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 118 Poldy Bird Para la voz del hijo llamándome en la noche. Para el mantel bordado y la copa de vino. Para la charla con los amigos. Para confiar en ellos y mostrarles mi corazón desnudo, mi puerta abierta, sin candado, sin llave. Sí. Señor. Para cosas sencillas y primarias. Tú me diste la vida. Y la he gastado en esas pequeñas cosas cotidianas y conmovedoras. Pero no me explicaste, no me dijiste nunca que todo tenía un precio. Y ese precio era alto. Y que había que pagarlo: cada paso por una calle clara y arbolada, cada sonrisa, cada latido de mi corazón. Por todo me han cobrado con pedazos de mí los buitres de la tierra. Ahora tengo miedo. Me rindo. Ya no quiero más nada. No me des, que no pido, estrellas en el cielo. No me des sol, ni risas, ni verdad, ni poesía. Nada me queda para comprar lo que me das tan generosamente. A mi madre la enterraron de veintinueve años. No me puso compresas frías en la frente con fiebre. No ató el lazo de seda blanco de mi vestido de comunión. No compró mi corpiño de señorita. No me enseñó a ordenar los placares de mi casa de recién casada. 118 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 119 Corazón sin llave No alcanzó a darme la receta de la mermelada de naranjas de oro. No fue madrina de mi boda ni madrina de mi hija. Amigos, tengo algunos. No todos los que creía. Descubrí que las confidencias más íntimas y sinceras, más espontáneas y descarnadas, los secretos más dolorosos y más bellos, pueden ser traicionados. Señor: ¿por qué no me pusiste un dedo sobre los labios obligándome a callar, a guardarme para mí las lágrimas y las luces, por qué no me diste una señal de alarma? Ahora tengo vergüenza. He quedado desnuda, desprotegida, como en esos sueños terribles de la infancia en los que me veía llegando sin ropa al colegio de monjas y mis compañeras se reían de mí. Yo cubría mi cuerpo pequeño con mis manos chiquitas y me despertaba transpirada, temblando, llorando a los gritos. Mi abuela Sara venía, se sentaba junto a mí en la cama, me acariciaba el pelo, las mejillas, me daba un caramelo, me calmaba, y entonces volvía a dormirme abrazada a la almohada. Pero ahora no tengo una abuela que escuche mis llantos en la noche. ¿Por qué me hiciste sagaz y perceptiva y al mismo tiempo crédula y exageradamente confiada? 119 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 120 Poldy Bird Y tan fácil de herir, Señor, de ser herida, de ser deshecha en un instante, de quedar apaleada como un perro en la calle, temerosa de cada persona que se acerca, espantada cada vez que alguien mueve el brazo, porque pienso que en vez de acariciarme va a golpearme. Lo que me ha quedado, Señor, es soledad y dolor. Toma. Por favor, tómalos. No quiero que me miren si cada vez que me miran me arrancan la piel para dejarme en carne viva. No quiero herir ni quiero que me hieran. No quiero llorar. No quiero ser un muñequito que baila sin música. No quiero despertarme para vivir un día de soledad. No quiero que me des una gota de agua y me cobren un océano. No quiero que me des un pétalo de violeta y me cobren un jardín. No quiero que me des un granito de arena y me cobren un desierto. No quiero que me des la llamita de un fósforo y ellos me incineren en el incendio de un bosque de araucarias. Ay, Señor, yo me rindo. Incondicionalmente. Con las persianas bajas, en esta siesta soleada y azul. A oscuras, forzándome a esta oscuridad fabricada por mí, me rindo. 120 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 121 Corazón sin llave Aquí tienes todo lo que tengo. Llévate hasta mi inspiración. Y mi vida, si para Ti tiene un sentido. Me rindo incondicionalmente, yo, mi respiración, mis sentimientos. Pero no dejes que sufran los que amo. Haz lo que quieras con este poquitito de mí que quedó en pie. Túmbame. Derríbame. Tálame como a un árbol. Quítame los pasos que tengo por delante. Quítame la memoria que tengo por detrás. Termina de quitarme las ganas. Las ganas de despertar. Las ganas de sonreír. Las ganas de querer. Las ganas de hacer. Las ganas de seguir. Las ganas de sentir. Las ganas de tener ganas. Yo me rindo, me rindo, me rindo. Mis lágrimas se rinden. Mis pesares se rinden. Mis dolores se rinden. Se rinde mi nostalgia. Se rinde mi credulidad. Se rinde mi emoción. Y mi asombro tan empecinado. 121 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 122 Poldy Bird Y mi espíritu de lucha que me hizo renacer de mis propias cenizas tantas veces. Se rinde mi papel prolijamente apilado en un cajón del escritorio. Se rinden mis fotografías y las tarjetas postales de todas partes del mundo que colecciono. Se rinden todas las cartas de afecto que me han escrito mis lectores y guardo en cajas y en bolsas y en altos estantes de armarios. Se rinden mi pino Archibaldo y mi magnolia Perfumada. Mis discos se rinden. Mi máquina de escribir se rinde. Mi lámpara. Mi mesa. Mi palabra. Tú, Señor, que me diste la vida para cosas sencillas, entenderás por qué me rindo. Porque no sé manejarme con cosas complicadas como muertes y ausencias y traiciones y soledad. Por eso. Y porque no quiero que mi tragedia salpique a nadie. 122 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 123 Punto Punto final final Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 124 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 125 N os hemos quedado mirándonos, un poco incómodos, sin saber qué decir. Yo tengo tantas preguntas que quiero hacerte y no me atrevo. Vos tenés tanto miedo de que te las haga... Me calla el miedo de perderte. Para ganar tiempo enciendo un cigarrillo, sonrío tontamente, hago un comentario estúpido. Por debajo de nuestras voces, inaudible, hay un diálogo que no tiene nada que ver con lo que nos estamos diciendo. ¿Qué pasó en realidad? ¿Por qué nos hemos convertido de pronto en estos dos extraños acartonados con ganas de ponerse a llorar? 125 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 126 Poldy Bird Porque yo tengo ganas de llorar... y vos tenés los ojos vidriosos. Y nos incomoda la mesa de por medio, las tacitas de café, el mozo mirando, la gente. Nos incomoda la ropa, la hora, el lugar, nuestras propias historias divergentes, el encuentro a destiempo... o por lo menos en un tiempo que todavía no se ha cumplido para que podamos estar juntos siempre. ESPERA. Qué palabra horrible. Que sinónimo horrible de agonía. Repentinamente recuerdo todos los consejos que me han dado con buena voluntad algunos amigos. “No lo presiones.” “Dejá que sea él el que decida.” “Dale tiempo.” “No le hables de...” “No le digas que...” “Que él encuentre en vos tranquilidad y un poco de alegría.” Conviene. No conviene. ¿Por qué tengo que hacer las cosas que convienen si no son las cosas que quiero hacer? ¿Por qué no puedo decirte lo que necesito decirte? –Casi me jugué por vos... –murmurás. Casi. Ya sé: son años de convivencia, aunque nunca haya sido el amor. Ya sé, es la enfermedad llamada costumbre. 126 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 127 Corazón sin llave Casi. Casi te jugaste por mí. Mirás la hora en tu reloj, disimuladamente, haciéndote el que se acomoda el puño de la camisa. No te atrevés a decirme que es tarde, que te están esperando para comer, que hay que empezar de nuevo a cuidar los horarios... que no te puedo llamar por teléfono a la noche, que debemos ser cautos, cuidadosos, hipócritas. Todavía no te atrevés a decírmelo, pero yo entiendo. ¿Por qué entiendo? ¿Por qué siempre tengo que entenderlo todo? Nos ponemos de pie. Me llevás a mi casa en tu auto. Y me asombra no ponerme a gritar, a golpearte con bronca. Me asombra mi silencio resignado. No sé cómo empezar, cómo decirte que lo estuve pensando, que hace ya muchas noches que no puedo dormir y cuando el sueño por fin me vence, el sobresalto me despierta. Miro tu pelo. Nadie va a acariciarlo. Miro tus manos huérfanas. Todo lo que crecía, lo que remontaba vuelo, volverá a tu contorno. Serás un cuerpo bello debajo de la camisa, un cuello envuelto por la corbata, una firma al pie de 127 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 128 Poldy Bird las planillas, una conversación con los amigos después del club el viernes a la noche. Serás un hombre como tantos hombres acelerando el auto para no llegar tarde a la oficina, tomando la pastilla antes de las comidas, organizando cuidadosamente su rutina. Ya basta de jazmincitos en los bosillos de los sacos. Ya basta de cartas de amor escondidas en los cajones de tu escritorio. Ya basta de bajar la ventanilla del coche, al despedirnos, para que yo te pregunte: “¿Me querés?” y vos me digas: “Siempre preguntando lo mismo.” Y te sonrías: “Sí que te quiero, tonta.” No sé cómo empezar, cómo decirte que es más fuerte el dolor de compartirte que la alegría de tenerte. Y de repente oigo mi voz que habla, que te da las palabras por su cuenta: –No lo resisto más. Se acabó. –Necesito más tiempo... No es fácil. –Nada es fácil. Tampoco para mí es fácil. –Si entendieras... –Entiendo. Por eso me hago a un lado y te dejo no solamente un poco más de tiempo sino TODO el tiempo. –Yo te dije una vez que ibas a cansarte, que vos ibas a dejarme a mí... –No te dejo. No me cansé. No aguanto, que es distinto. Se está desmoronando lo que construiste en mí, y no quiero quedar otra ves tabla rasa. 128 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 129 Corazón sin llave Me ayudaste, te ayudé: nos usamos en el mejor sentido de la palabra. –Estás furiosa. –No, estoy asustada. –Mejor seguimos hablando mañana... –Mañana no. Digamos todo ahora. –Estoy cansado. Estás cansada. Nos vamos a herir. No quiero seguir hablando ahora. Dejás el café por la mitad, te levantás, aferro la manga de tu chaqueta. No podría resistir hasta mañana, ¿y si no me atreviera a repetirlo? –No me llames, no me busques, no nos veremos hasta que arregles tu situación. Y si no te animás... Chispas tus ojos. Y el brillo de una lágrima que no querés soltar, pero que está, que cae y llega hasta la comisura de tu boca. Mientras vas caminando hacia la puerta siento que me vacío. Todavía es invierno mientras vas caminando hacia la puerta. ¿Te olvidarás de mí? ¿Arreglarás las cosas? ¿Soportaré la soledad, mi mano que quiere discar tu número y aprieta el puño y no? ¿Hice bien? ¿Debí darte un poco más de tiempo? Fumo un cigarrillo. Pago los dos cafés. Salgo a la calle. “Yo te dije una vez que vos ibas a dejarme.” Me da rabia la salida fácil, la escapatoria. 129 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 130 Poldy Bird Porque después de todo es una salida fácil esgrimir una predicción en vez de dar una respuesta valiente. ¿Y quién me dijo que los hombres son valientes? Es invierno y han podado los árboles de la calle. ¿Llegará la primavera, echarán hojitas nuevas, echaré yo hojitas nuevas alguna vez? Miro el reloj: las ocho y media. El llegará a su casa justo para la cena. 130 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 131 No puedo No puedo amarte todavía amarte todavía Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 132 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 133 N o puedo amarte todavía. Lo he intentado. He cerrado los ojos para zambullirme en ese océano de tibieza que me ofreces. He tomado tus manos, aferrándome a ellas con desesperación para espantar el fantasma de la soledad. He murmurado las palabras conocidas de la ternura y el afecto. Pero todo fue en vano. Inútilmente. Sé que esta confesión te dolerá. Sé que pensarás que soy un ser egoísta, sin compasión, que soy una persona despreciable, que te mentí. Pero no. 133 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 134 Poldy Bird No mentí. No engañé. En todo caso fue a mí misma a quien engañé. Hasta darme cuenta de la verdad. Y cuando supe, cuando descubrí que me estaba inventando una historia de amor construida sobre un pantano, sin cimientos, ni andamiajes, me hice a un lado. Me aparté. Callé. Te dejé el camino libre. No te cargues de culpas que no tienes. No me cargues de culpas que no tengo. No creas que si hubieras hecho las cosas de otra manera hubiese sido diferente. En realidad, no había nada que hubieses podido hacer. Me pareció que te abrí el corazón para que entraras en él. Te pareció que entrabas en mi corazón. Pero mi corazón es aún un terreno vedado. Es un desierto en el que nada puede florecer. Aunque parece tierra, no es tierra, es arena. Si lo riegas, la arena se devora el agua sin que ella lo vuelva fértil. Las semillas que echas en los surcos se mueren, porque el viento todavía borra los surcos y las semillas quedan expuestas a la cruda intemperie. Cada vez que llamas, siento una pena enorme. 134 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 135 Corazón sin llave Cada vez que me llamas, siento que te apenas. Dices que me extrañas. Y que soy cruel. Me duele que confundas con crueldad mi imposibilidad de amar. No. No es crueldad. Es ceniza sobrante de una hoguera. Es un montón de escombros que quedaron de la destrucción. Yo era una casa. Era una tarde de sol en una playa. Era la cima de una montaña desde cuya altura se veía casi todo el mundo. Era un pájaro mágico. Era una canción. Era una luz, un estremecimiento, el lucero del alba. Era una mujer y era la vida. Ahora soy solamente una mujer que no se anima. Soy una mujer que tiene miedo. ¿Lo entiendes? Para entenderlo, debes dejar de lado los rencores, el falso orgullo, los resabios de machismo que te empeñas en negar pero forman parte de ti. Para entenderlo, tienes que despojarte de tu armadura y permitir que mis palabras te lleguen hasta el fondo. Porque la única manera de entender las verdades es recibiéndolas con humildad. Yo te digo mi verdad con humildad. Te la digo con la voz opaca, quebrada por sollozos. 135 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 136 Poldy Bird Te la digo con los ojos bajos, porque no puedo mirarte a los ojos si sigues creyendo que soy cruel o que en algún momento te he mentido. Estoy tan herida, que no me queda en el cuerpo ni en el alma un lugarcito diminuto que no esté en carne viva, sangrando, doliendo. Óyeme con cuidado. Óyeme sin ira, sin considerarte un tonto: Todavía no puedo amarte. ¿Podrás alguna vez?, te preguntas. No lo sé. Yo también me interrogo: “¿Podré amar alguna vez?”, y no lo sé. Desconozco la respuesta. Quisiera poder contestar que sí. Creer que sí. Tener esa esperanza. Antes me ha sucedido que sí, que he podido. Pero ahora el desierto no se convierte en valle, la piedra no se transforma en jardín. No renazco. No resucito. No reacciono. Aparentemente estoy bien. La gente me ve bien. Guardo las formas y hasta sonrío. Encubro mi desesperación con la elegancia de parecer tranquila, en paz, casi mansa. 136 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 137 Corazón sin llave Y aunque a otros les ocurran cosas terribles, tristes, lamentables, no puedo salir de mi horror por el dolor que me fue infligido, y no hago más que preguntar: “¿Por qué a mí? ¿Por qué otra vez a mí?” Por eso te suplico que no te enojes conmigo. Que no te enojes contigo. Que no te culpes ni me culpes. Que no te acerques, tampoco. Porque nada servirá. Porque aún no es tiempo. Porque no sé si alguna vez será tiempo. Pero sí estoy segura de que de dos soledades que se unen no nace la compañía, nace una soledad mucho más grande, multiplicada por dos. Una inconmensurable soledad feroz y destructiva. Te digo: no puedo amarte todavía, para no suicidarme la ilusión. Quizás debiera decirte: no puedo amarte. Punto. No podré amar jamás. Pero... 137 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 138 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 139 En todas En todas partes partes Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 140 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 141 V os me hacés el amor en la cama. Yo te hago el amor en los bares, sentada frente al escritorio de tu oficina... Caminando con vos por la calle te hago el amor. En todas partes. Te quito la corbata (tan formal, qué sé yo cuántas vueltas para conseguir ese nudo). Te quito la camisa perfecta, planchada con apresto. Miro tu torso, tus brazos finos pero fuertes. Ya mismo te abrazo. Ya mismo recorro tu espalda con la punta de mis dedos, apenas alitas de mosca, ligerísimas. Tiro el cinturón al paso de un colectivo y el pantalón a la rama de un árbol, donde queda enganchado y me divierte que no puedas alcanzarlo. La gente pasa sin darse cuenta de nada. 141 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 142 Poldy Bird O come frente a nosotros como si fuéramos invisibles. Sos muy hermoso. El pasto verde tiene la intensidad cromática de tu color de canela molida. (Y ahora estamos sobre el verde pasto y la gente sigue sin darse cuenta de nada, haciendo ruido con las suelas de sus zapatos sobre los baldosones de la vereda). Soy yo la que besa, la que revuelve el pelo, la que clava despacito los dientes en tu mentón. Nuestras ganas son un océano, una nave con toda la arboladura al viento y arriba las estrellas con su incansable brújula. ¿Las estrellas se comen? Yo como estrellas. Las que pasan de tu boca a mi boca las lustro con mi lengua; a algunas las vuelvo a traspasar de mi boca a tu boca. Hay una dulce furia que se va aquietando poco a poco, suavemente, después de haber llenado de fuegos artificiales de colores el cielo de la ciudad. Todos esos que corren a encuentros, a cumplir horarios, a llegar antes de que cierre el banco. Los que salen de la disquería, del cine, bajan de los colectivos, esperan en la fila... Todos esos se creen que para hacer el amor se necesita un cuarto, una cama, una playa desierta... No saben que a veces basta con una sola nota musical robada al viento. 142 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 143 Corazón sin llave O con un pensamiento que se choca con otro y nos convierten en dos panales que han intercambiado la agitación de sus abejas, los zumbidos de oro, ese gusto del néctar transformado en miel... Toda la calle Corrientes ahí. Empleados que entran y te hacen preguntas. Ahora mismo te estoy haciendo el amor, yo aquí, frente a mi máquina de escribir. Y vos sin siquiera saberlo. Tal vez sin siquiera haberlo imaginado nunca. ¿Y vos dónde? ¿Viniendo hacia mi casa? ¿Entretenido en una charla con los amigos? ¿Dónde? 143 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 144 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 145 Favores Favores Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 146 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 147 N o sé por qué será, amiga mía, pero casi todos los tipos un poco, aunque sea un poquitito pensantes, sienten que si se acuestan con vos “te hacen un favor”. Ven pasar una linda mujer por la calle, y el comentario invariable es: –A ésa le haría un favor. Se cuidan. Es indudable que creen que tienen un número estipulado en la programación de su organismo... para hacer el amor. Tantas veces durante toda la vida. Ni una más. Ni una menos. Y las controlan como a todas sus pertenencias. 147 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 148 Poldy Bird ¿Para quién la número mil seiscientos noventa y cuatro? Qué dilema la elección. Demasiado lujo para su mujer. Tendrían que encontrar a alguien especial que les garantice absolutamente que se dará cuenta de la magnificencia de ese esfuerzo mágico, extraordinario, maravilloso, inigualable... que arrastra calorías, posibilidades... y mil etcéteras más. ¿Te dicen alguna vez “tengo unas ganas locas de acostarme con vos”? ¿Te lo dicen María? ¿O tenés que buscarle la vuelta a la conversación para hacérselos decir y que piensen que la idea nació de ellos, porque “machismo obliga” y guay de que se den cuenta de que la cosa vino guiada por el dulce manejo de la mente femenina? Bajarte una media y la otra no. Dejarte una liga con florcitas como al descuido. Poner el escote a la altura de sus ojos en el momento de ofrecer el vaso con whisky. Caminar hacia la ventana para bajar la persiana contoneando ostensiblemente las caderas. Que se te caiga la toalla de baño cuando entrás envuelta en ella al dormitorio... Todo eso y mucho más. Porque por el simple hecho de estar, así como sos, con los gestos distraídos de siempre, sin pasarte la lengua por los labios, sin agachar los párpados 148 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 149 Corazón sin llave con lentitud de vampiresa, sin clavar una mirada alucinada en sus ojos... no pasa nada. Hay que dar levísimas vueltas de tuerca. Hay que apretar el botón exacto en la computadora. Hay que crear senderitos de palabras y de preguntas que vayan llevando los pasos de la charla hasta el territorio de los instintos primitivos. Y aún así hay que señalar, sin ser descubierta, el cantero de los temblores, el macizo de la piel de seda, los turgentes pétalos de la luz, los arbustos de la saliva... Un trabajo terrible que te hace sentir “la abeja reina”. Como si una fuera devoradora de hombres. Por eso te voy a decir que algunas veces, algunas muchas veces, me siento cansada. Las que no tienen esos problemas son las protagonistas de las películas. Ellas se perfuman, agitan levemente los cabellos, y enseguida aparece Glenn Ford, Mike Rourke, Gregory Peck o Bruce Willis... o cualquiera de esos individuos de antes o de ahora, realmente apetecibles, las abordan sin más ni más, las asedian, las persiguen, les suplican... Ellas dicen que no, se los sacuden despectivamente, no, no, gracias, ahora estamos apuradas, el público está mirando desde la sala, y, al fin... tatán tatán... un abrazo, y sigue el no, pero los abrazos suben, las manos se entrelazan en la nuca, el beso crece hasta transformarse en un primer 149 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 150 Poldy Bird plano de bocas incontenible en la pantalla por más cinemascope que sea... ¡y encima con música de fondo! Y esto se repite en cada beso. Ellos besan, ellas se dejan besar y recién intervienen totalmente cuando los violines te ensordecen. Fuera del celuloide las cosas cambian, María. Las que besamos somos nosotras... Los que se van poniendo en clima paulatinamente son ellos... Una especie de oferta después de la demanda. El príncipe no es azul ni es príncipe, nosotras tenemos comprado el caballo blanco y lo vestimos al tipo de azul y le ponemos la capa de príncipe: lo inventamos de la cabeza a los pies. Le inventamos la mirada, la voz, las palabras... y después nos creemos el invento y lo defendemos a dentelladas. La que te cuente que lo encontró ya patentado y todo, te miente. Después de dos whiskies y tres copas de champagne ninguno baila el vals a lo Fred Astaire y te lleva a ventilarte al balcón florecido de rosas trepadoras; a todos les duele la cabeza o el hígado o les da un sueño que se te quedan dormidos sobre el hombro como si fueras la mamá. Además de cansada, estoy aburrida. Ya no se trata de un juego, amiga mía, sino de la repetición de un juego. 150 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 151 Corazón sin llave Y no es el alucinante juego de la verdad, sino el decadente juego de la hipocresía. No quiero que me hagan el favor. Quiero hacer el favor yo. Yo que tengo una selva dentro del cuerpo, todavía. Que me derrito en la cama solar para tener el color de los duraznos maduros. Que me siento millonaria con un ramo de flores. Que le meto cosas al espíritu para que tenga burbujas y poder compartirlas. No, no quiero que me hagan el favor. Ayer iba cruzando una calle, pasó un camión, el camionero frenó, sacó medio cuerpo por la ventanilla y me dijo unas obscenidades que hubiesen ruborizado a la misma Mae West. Pero en vez de sentirme ofendida... me quedé pensando que a ese tipo... a ese tipo el favor se lo hubiera hecho yo. ¿Y sabés, María, que no me pareció que estaba mal pensar así? 151 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 152 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 153 Niñito Niñito en guerra en guerra Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 154 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 155 N unca verá una rosa, nunca verá un jazmín, de esquirlas y carcazas y fuego es su jardín. Mama desesperado un gastado pezón, los ojitos cerrados, con miedo el corazón, sin saber si la muerte será el frío o la explosión. No soñará ese niño. Tal vez no crecerá más que un centimetrito y ya alcance las alas de un vuelo no querido: él ansiaba afirmarse 155 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 156 Poldy Bird con los pies en la tierra, en el agua, en el barro, en la arena, en la piedra. ¡Haber pujado tanto para nacer al mundo y ser borrado apenas después de unos segundos! Campana sin sonido lucerito sin luz, tuviste menos suerte que el Niñito Jesús. 156 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 157 Soplando Soplando todos juntos todos juntos Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 158 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 159 N o, no quiero abrir el diario, ni encender el televisor para saber las noticias del día. Noticias... en realidad, “malas noticias”. Como si una nube oscura hubiese descendido sobre todos, atrapándonos, cegando nuestra visión para las cosas bellas. Como si el sombrerito del payaso hubiera caído dado vuelta, convirtiéndose en un cono de sombra... y esperara un viento que lo arrastrara lejos... ¿No sucede nada bueno en el mundo? ¿Dónde han quedado las sonrisas, la esperanza, la música? ¿En qué hoguera se han quemado los poemas, las cartas de amor, el entusiasmo, las esperanzas? La violencia y el miedo nos contagian. Los reproches son como una constante. 159 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 160 Poldy Bird Nos encontramos con un amigo y lo primero que oímos es: “Hace mucho tiempo que no me llamás”. “Estaba esperando que me invitaras a tomar un café, pero no sos capaz de acordarte de mí”. Quejas. Reclamos. ¿Por qué no decir, sencillamente: “Qué alegría me da verte”. “Siempre me acuerdo de vos”. “Tengo muchas ganas de que conversemos?” No parece posible. La gente lleva sus manos apretadas, los puños cerrados, el corazón cerrado. Nadie quiere dar sin asegurarse primero qué es lo que va a recibir a cambio de lo que da. Todos somos sospechosos de algo malo, turbio, gris. Es que permanentemente se nos salpica con lodo: desde todas partes. Y la salpicadura nos ensucia. Y la manchita de barro arruina esa vestidura de espumita blanca que es el atuendo de nuestra ilusión. Vamos a hacer un trámite: nadie sabe nada. Hacemos una pregunta: nadie sabe la respuesta. Queremos comprar algo, nos dicen no hay más, y nuestros ojos escrutadores descubren que en aquel estante está lo que buscamos: mire, allá veo uno. Nos lo dan de mala gana. 160 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 161 Corazón sin llave Nadie está atento a lo que hace. Porque la atención se dispersa entre cientos de malas noticias, entre una persistente mala onda. Desgano. Sinónimo de desinterés. Muy pocos están verdaderamente interesa dos en lo que hacen. Muy pocos. Y no se puede estar contento haciendo algo que no interesa al que lo hace. Por supuesto que hay una respuesta generalizada: “A la gente no le alcanza lo que gana”. Me parece que hace muchísimos años que a la gente no le alcanza lo que gana. Y es bueno que todos aspiremos a ganar lo suficiente como para vivir con dignidad. Pero también tenemos que tener la dignidad de hacer bien las tareas que nos comprometimos a hacer por la poca o mucha paga que nos den por ellas. Tenemos que tener la dignidad de considerar a los demás con respeto y con afecto. Porque son nuestros prójimos. Porque también tienen problemas. Porque también están luchando. Porque SIENTEN y no merecen ser heridos. ¿O acaso una persona que está trabajando se cansa menos dando una mala contestación, teniendo un modo airado, siendo grosera? 161 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 162 Poldy Bird ¿Soluciona su vida haciendo desgraciado a otro? ¿Siente menos sus penas si puede apenar a otros? ¿Se anestesia su dolor si hiere a los demás? Todo es un bumerán. Si hacemos desdichado a alguien, esa desdicha, tarde o temprano, vuelve a nosotros multiplicada. Cada cosa que hacemos es una buena o mala semillita que ponemos al viento, y el viento se la lleva para sembrarla en alguna parte. Crecerá. Crecerá. Sus frutos alimentarán nuestro futuro. Elijamos los frutos desde ahora. Yo sé que te gustan dulces. Entonces, desechá las semillas de la cizaña. No desparrames ortigas. No distribuyas espinos. No le des a tus hijos el ejemplo detestable del malhumor permanente, tratando de justificarte con eso de que “Tengo muchas obligaciones, nada es fácil en este mundo”. Si vos, que ya sos grande, te abrumás de esa forma, ¿qué pueden hacer ellos sino cruzarse de brazos y darse por vencidos antes de comenzar? Es verdad. Nada es fácil. Pero nadie nos juró que todo iba a ser fácil. Tampoco fue fácil para nuestros antepasados, que no conocían la luz eléctrica, el gas, el lavarropas... y tenían que encender su fuego, amasar su pan, trabajar duramente para poder vivir. 162 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 163 Corazón sin llave Y no será fácil para nuestros hijos, que no frotarán dos piedras para sacar una chispa... pero llevarán sobre sus hombros toda esta carga de sombras que nosotros les estamos poniendo encima sin darnos cuenta... o sin querer darnos cuenta. ¿Qué te parece si ensayamos un ejercicio de alegría? O de amor. Como más te guste llamarlo. Hoy, ahora mismo, elijamos a alguien, a cualquiera de nuestros amigos, y llamémoslo solamente para decir: “te quiero mucho, y siempre podrás contar conmigo”. ¿Si se extrañará? ¡Claro que se extrañará! Y luego de un rato se sentirá rebien, y casi casi feliz. Y vos igual. Te costará. Pero después de hacerlo, estarás contenta, riéndote sola. Y que no termine ahí. Decíselo a tu marido. A tus hijos. A tus padres. A todos los seres que amás. Y repetilo mañana. Pasado mañana. El miércoles que viene. Y sonreíles a los que se acerquen a preguntarte algo. Y si trabajás, trabajá con ganas. Y tarareá algo mientras vayas caminando por la calle. 163 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 164 Poldy Bird Vamos, amiga, que entre todos tenemos que soplar fuerte para que se vaya esta bruma oscura. Para que vuele lejos el sombrerito dado vuelta del payaso, aquél que dibujaba el cono de sombra que nos envuelve. 164 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 165 Quiero Quiero volver a casa volver a casa Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 166 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 167 Q uiero volver a casa. ¿Y qué es la casa? ¿Paredes con colores elegidos mirando el muestrario de la pinturería? ¿Sillones que ojalá no se manchen porque no sé limpiarlos? ¿Un estante con libros de frases subrayadas con marcador azul? ¿Es la que tiene un número en la puerta y el nombre de una calle clavado en esa esquina? Me parece que no... que la casa es ésa que construimos andando los caminos, llorando los dolores, entrechocando copas en los festejos, reuniendo los amigos en la mesa del pan o en los rincones de las confidencias. 167 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 168 Poldy Bird Las sillas y las camas son solamente cosas que se llevan o traen los camiones de las mudadoras. Porque la casa, la que alberga el sueño y le da descanso al cuerpo cansado, la que se llena de olor a jazmines en verano y crepita con el fuego que calienta los días de frío, es intangible y leve, nos espera y nos suelta, está construida en nuestro corazón y en nuestro pensamiento. Quiero volver a casa... Y al decir casa quiero decir... el dulce de naranja en la cocina, las cáscaras de sol colgando de unos clavos mientras mi abuela espera que se sequen, como rizos de oro deshechos... Un canto de voz cascada, apenas un arrullo tímido, de alguna tía llenando la tetera. Quiero decir mi hija aún pequeña, saltando “al elástico”, y las risas de sus claras amigas. Quiero decir una perrita dálmata comiéndose un pedazo de mi blusa negra recién comprada. Quiero decir una noche de truenos y relámpagos, de lluvia azotando el techo, y nosotros pensando “qué suerte estar amparados”. Quiero volver a casa. Es decir... a no tener miedo del resultado del análisis de sangre, a no saber qué quiere decir “biopsia”, a encapricharme por un par de zapatos y contar con los dedos los días que faltan para cobrar el sueldo y poder comprarlos. Y pensar que la vida es para siempre. 168 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 169 Corazón sin llave Y para siempre quiere decir años y más años, arrugas, canas, pies doloridos, lamentos por las cosas “que les suceden a los otros”. A los otros, no a mí. Porque yo soy esa que corre por la playa con una perra blanca con pintitas marrones... Soy la que busca entre las hierbas de esmeralda un trébol de cuatro hojas, y como no lo encuentra toma dos, le quita a uno una hojita y se la pega al otro y sin pensar que miente grita: “¡Miren, uno de cuatro hojas, voy a ser tan feliz, feliz, feliz!” Y todos los amigos se acercan porque no temen el contagio de la pena: un amigo para cada tristeza, para cada alegría... Para cada momento un rostro, una palabra, un gesto de ahuyentar a los vampiros, al terror, a la desesperanza... Cuchichear pavadas, chismes sin importancia. No tener nada trágico para confiarle a nadie. Hablar de que se usan las polleras más largas, por suerte, de que se pueden comer tallarines una vez por semana sin que al dietista le dé un ataque de locura; de cómo me quedarían los ojos con lentes de colores. No pensar que en cualquier momento puede estallar el mundo, destriparse en pedazos, y cada uno de nosotros aferrado a una piedra, una parcelita de tierra, un bote, un madero... aferrados por siempre y girando, también por siempre en los espacios infinitos... alejados unos de otros, sin vernos, sin oírnos, con un vestido sin estrenar ¿colgado 169 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 170 Poldy Bird dónde?, y un beso que queríamos dar, muerto de frío, también girando a la distancia... Quiero volver a la casa. A la casa que tiene encima un cielo que no se borra. A la casa que tiene al lado el vecindario que pasea en la plaza. Y adelante una calle que me lleva a tu encuentro. Una calle que me lleva a la estación del tren que poco pasa ahora. Una calle que me lleva hasta el mar. (Al decir de la gente, podría llegar por esa calle a Roma... pero me gusta más el mar; en su verde sumerjo mi cuerpo y me vuelvo liviana como una mariposa, ¡hasta podrías alzarme entre tus brazos y llevarme a la cama como cualquier Glenn Ford en las películas!). ¿Con qué se compra el mar? ¿Con una estrella de la constelación de Orión? ¿Con un ramito de violetas? ¿Con un día de vida? Pero después... después... ¿dónde se compra el día que usamos para pagar el mar? ¿Dónde, a qué precio? Quiero volver a casa. Y que estés. Esperándome. Que abras amplios los brazos, que me aprietes en ellos hasta hacerme pequeña, hasta sofocarme y yo te pida: “¡Basta, basta!”, y te rías, y me digas que soy tuya, que siempre he sido tuya, que ayer perte170 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 171 Corazón sin llave necía a tu pasado y hoy soy el hoy, y el mañana, y el siempre. Cómo me gusta la palabra siempre. Esa palabra enorme, mentirosa, que realmente no quiere decir mucho, que, en realidad... no quiere decir nada, porque siempre puede llegar a ser sólo un segundo si la vida se queda atrás cuando doblamos esa esquina de aire y no sabremos ya nunca qué fue lo que queríamos decir al decir “siempre”... Igual... decime siempre. Igual, decime tuya. Igual, quereme tanto que me duela admitirlo, que cada célula de mí sienta la obligación de comprenderte, de creerte, de amarte, de devolverte lo que me das en luces, olores y sabores. Quiero volver a casa y que nada haya cambiado. Que pueda recorrerla de noche, a oscuras, sin tropezar con nada. Que todo esté en su lugar. Y que pueda llegar adonde estás sin llevar me las puertas por delante. Esquivando pesares y ausencias y temores. Que no me importe el tiempo que nos queda, sino la suma de lo que nos daremos en este tiempo, ¿corto, largo?: INTENSO. Así quiero que sea. Tan intenso, que parezca infinito, interminable. Tan intenso, que resuma el total de mi existencia. Que todo lo contenga, todo, todo. 171 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 172 Poldy Bird Y cuando digo “todo” quiero decir la cuna que mis canciones mecen todavía, el ladrido de Maravilla, un jazminero gigantesco abarcando la alta pared medianera (en diciembre, el perfume de sus flores llegaba hasta la estación del ferrocarril)... Quiero decir mi hija ya mujer haciéndome sentir un poco niña, el sonido de esta máquina de escribir ruidosa, unas fotos reviviendo, cartas en los cajones. Lo que se ve, lo que no se ve pero jamás desaparece. Intenso. Un tiempo de volver a casa INTENSO. A la casa... la casa, que soy yo. 172 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 173 Índice Para que el mundo no se quede a oscuras . . . 7 Por nosotros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Cajitas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Amores habrás tenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 La que no fue invitada . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Por soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Cosas valiosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Entre dos que se aman . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Cita con caramelos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 ¡No crezcas tan rápido . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Última vuelta en calesita . . . . . . . . . . . . . . . 71 El territorio azul . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 174 Pasarán cosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 La sustancia de la luz de las estrellas . . . . . . . 93 ¿Y esto era así? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Sin canción de cuna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Rendición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Punto final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 No puedo amarte todavía . . . . . . . . . . . . . . . 131 En todas partes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Favores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 Niñito en guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Soplando todos juntos . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 Quiero volver a casa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 175 Corazon sin... int 00 3/31/08 4:57 PM Página 176 Impreso en Gráfica Laf S.R.L. Monteagudo 741 – Villa Lynch – Prov. de Buenos Aires Tirada: 3000 ejemplares