NOTAS SOBRE BIENESTAR Y LIBERTAD

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NOTAS SOBRE BIENESTAR Y LIBERTAD
Cuando se nos pregunta acerca de los atributos o virtudes que deberían presentar las
Sociedades Modernas, vienen a nuestras mentes conceptos tales como: libertad, justicia,
eficiencia, equidad. Es posible que se nos ocurran muchos más, pero es altamente
probable que los referidos no falten. Nuestra consideración estará fundamentada, en la
mayoría de los casos, en la intuición; y es que estos conceptos constituyen verdades que
penetran en nuestro ser sin necesidad de una holgada y profunda reflexión, son incluidas
en nuestras aspiraciones de una "Sociedad Ideal" sin ninguna consideración especial.
Una vez que nuestra intuición acepta estas virtudes pudieran surgir algunas preguntas:
- ¿El marco normativo en nuestras sociedades privilegia, la permanencia de estas
virtudes?
- De no ser así, ¿por qué no lo hace?
- ¿Qué tipo de leyes se necesitan para falicitar la consecución de estos principios?
- Si queremos leyes que posibiliten un marco de virtudes como el señalado, ¿cómo
elegir estas leyes?
-¿Por procesos electorales o por un consenso?
En el desarrollo de este ensayo, se pretende dar respuesta a las interrogantes planteadas.
Para ello, partiremos de una situación hipotética, en la cual ilustraremos cómo los
hombres una vez convencidos de lo ventajoso del marco de virtudes referido, tratarán de
elegir leyes, normas o preceptos coherentes con este marco; recurriendo así, a los
modelos construidos en la ciencia; específicamente, los formulados en la Economía del
Bienestar, por considerarlos el aporte más importante dentro del campo del problema de
la elección. Demostraremos luego, que estos modelos violan algunos de los principios
básicos deseados por los electores: la libertad y la justicia. Mostraremos que toda vez
que la Economía del bienestar abraza en su seno las ideas fundamentales del
"Utilitansmo Clásico", conduce irremediablemente a soluciones en las cuales se desestima la libertad de los individuos y el sentido por la justicia subyacente a ésta.
Adicionalmente, sostendremos que, sólo un marco legal constituido por leyes generales,
formales y abstractas es capaz de consolidar los principios y virtudes señalados
anteriormente, mientras que las leyes particulares y sustantivas son incompatibles con la
libertad, con la equidad, con la eficiencia y con un sentido de justicia basado en la
libertad. Demostraremos que los planteamientos de la Economía del Bienestar privi-
legian precisamente leyes particulares, violando las condiciones iniciales, a saber: Leyes
capaces de garantizar el establecimiento y permanencia de las virtudes y principios
deseados por los electores. Estos en su afán de mejorar el saldo de beneficio que se
deriva de vivir en sociedad, tratarán de escoger leyes que sean compatibles con los
principios y virtudes que los conduzcan a mejorar sustancialmente este saldo.
Por último, para solventar el problema de la elección que nos presenta la Economía del
bienestar, recurriremos a la propuesta de John Rawls, tomando de este autor, algunos de
los elementos que nos permitan ser coherentes con nuestra premisa básica, mediremos
hasta donde el enfoque de Raw1s nos da la oportunidad de definir el Marco de Virtudes
o Principios buscado incluiremos además, sus ventajas y limitaciones.
1.- Planteamiento Inicial: "Los hombres en un momento de conciencia"
Imaginemos que los hombres han decidido iniciar un proceso reflexivo en tomo a las
virtudes o principios que deben gobernar en sus sociedades. Conscientes de los
beneficios que obtienen asociándose en organizaciones Societales, deciden cuestionar el
marco legal que sustenta a estas organizaciones; consideran que, sólo a través de la
administración de leyes, se podrá garantizar una mejor Sociedad. Los hombres discuten
también, sobre cuáles de las virtudes y principios que deben estar presentes en una
sociedad, son capaces de privilegiar una mejora sustantiva de los frutos recibidos en su
asociación. Podríamos suponer que estos ciudadanos en sus aspiraciones elegirán
principios tales como: La libertad, la equidad, la justicia, la eficiencia. Por lo menos,
podemos establecer un acuerdo básico: de los principios planteados no existe ninguno
que no sea aceptado como requisito de una "Sociedad Ideal". Podrían surgir
cuestionamientos, en cuanto a que éstos sean los atributos y principios que los sujetos
deseen, siendo cierto que podríamos incluir muchos más, por ejemplo, la Igualdad. Pero
es que se podría considerar a la igualdad como parte de la equidad y la justicia. Lo
realmente importante es que estos principios son capaces de representar a cualquier otro
que haya sido olvidado. Este "Marco Virtual", por otra parte, es aceptado sin necesidad
de una holgada y profunda reflexión, pues principios como estos son considerados parte
de nuestro sistema ético y los mismos nos parecen verdades insoslayables. Es por ello,
que al considerar que éstos deben ser incluidos en nuestras sociedades, los sujetos de
nuestra hipótesis, al igual que muchos de nosotros, llegaríamos a un consenso a este
respecto.
Tal vez, este sea el único consenso al que se pueda llegar sin ninguna duda; claro está,
suponiendo que los individuos, realmente, en un momento de conciencia, desean
mejorar las condiciones que los agrupan en Sociedad. Un esquema como el planteado es
expuesto por John Rawls en su teoría de la justicia. En efecto, el autor sostiene que los
sujetos, con sentido por la justicia (1), cumpliendo con ciertas consideraciones podrían
ubicarse en un momento en el cual elegirían leyes o normas realmente justas. En nuestra
exposición hacemos uso de la situación hipotética sólo para ilustrar como los hombres
(con sentido por la justicia al igual que lo supone Rawls) pueden convencerse de lo
conveniente que resulta elegir un tipo determinado de ley, y una vez que llegan a un
consenso en torno a esta cuestión, enfrentarán dificultades cuando escojan los métodos
para elegir las leyes que les garanticen las virtudes aspiradas.
En la situación hipotética, los hombres en un momento de conciencia, son reflexivos,
saben que existen algunos que pueden aprovecharse de los otros en favor de sus
intereses personales, es por ello, que están convencidos de la importancia del marco
legal, ya que éste cumple la función de dictaminar a priori, cuáles serán las
consecuencias que se deriven de los actos emprendidos entre los hombres y entre éstos
y las instituciones sociales, de tal forma que las leyes terminarían convirtiéndose en
mecanismos estabilizadores de las acciones de los sujetos. Si ésta termina siendo la
función del marco legal, si éste es capaz de estabilizar la conducta de acuerdo a lo que
se considere ético, entonces las leyes, sin duda alguna, son el instrumento más idóneo
para garantizar el respeto por la libertad, la justicia, la equidad y la eficiencia. Es que las
leyes en tanto sean capaces de administrar lo bueno, o sea, lo correcto o en términos
Kantianos, lo que debe ser, serán capaces entonces, de transformar el «Marco Virtual»
planteado en ético, de tal forma, los sujetos incorporarán a sus códigos éticos los
principios que se encuentran en las virtudes referidas.
En suma, los hombres de nuestra situación hipotética, están convencidos de lo
conveniente que resulta elegir leyes, normas o preceptos, para garantizar que el "marco
Virtual" sea duradero, sólo así se logrará mejorar las condiciones que los agrupan en
Sociedades.
(1) véase: Jonh Rawls. Teoría de la Justicia. Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1978, pág 19.
2.- ¿Por qué leyes formales?
Hemos supuesto hasta el momento, que los hombres de nuestra situación hipotética, se
han convencido de la necesidad de resguardar el marco de virtudes deseado bajo un
sistema legal que sea capaz de transformar, el marco virtual, en moral, en lo bueno, en
lo correcto. Es por ello que las leyes que conforman este sistema deben, en su esencia,
privilegiar las ideas de libertad, deben defender el sentido de justicia que supone una
Sociedad libre, deben garantizar equidad a la hora de repartir los beneficios que se
obtienen en la asociación y deben, por último, procurar que las relaciones de
intercambio en la Sociedad sean eficientes. En tal sentido, sostendremos a lo largo de
este ensayo que la única forma de cumplir con el planteamiento anterior, es construir un
Marco legal sustentado por leyes formales, generales y abstractas, sólo así, podríamos
pensar en modelos societales como los planteados por Karl Popper en "La Sociedad
Abierta y sus Enemigos" y por Friednch Hayek en: "Derecho, Legislación y Libertad"
(2), en donde ambos autores describen las ventajas que se obtienen cuando las leyes se
construyen sólo en un marco de preceptos que indican las "Reglas del Juego", no en un
marco que pretende determinar los "resultados del Juego".
Pasemos ahora a puntualizar las características de las leyes formales, para luego extraer
una conclusión en tomo a las ventajas que éstas ofrecen a la hora de respaldar el marco
de virtudes deseadas por los hombres en nuestra situación hipotética.
2.1.- Cualidades y características de las leyes formales: un contraste con las
particulares.
Las leyes formales presentan las siguientes cualidades:
- Son de carácter general, es decir, legislan los derechos y deberes generales de los
individuos, no se refieren a hechos de naturaleza especíracterizado por leyes sustantivas,
son Sociedades jerárquicas, Piramidales
fica; por ejemplo: el derecho a la vida constituye un precepto general, mientras que una
regulación de precios, por el contrario, es de naturaleza específica. Con una regulación
de precios, el Estado pretende influir sobre variables económicas determinadas,
pretende corregir las desventajas que los funcionarios del Estado, consideren necesario
corregir. A través de la ley se altera las condiciones iniciales del juego, ya que antes de
una regulación como ésta, los agentes económicos podrían asumir conductas que luego
del control se convertirán en ilegales. Así el Estado pretende alterar los "resultados del
juego", creando leyes que afecten acontecimientos específicos asociados al
comportamiento de los individuos.
(2) véase: Fnédnch Hayek. Derecho Legislación y Libertad vol. I Normas y orden. ed. Editorial Unión, Madrid, 1985
- Se promulgan para períodos muy extensos. El derecho a la vida se incluye en las
constituciones para preservar un derecho que se considera universal. Cuando, por el
contrario, se crean leyes particulares, como el control de precios es porque se prevé que
su duración será muy limitada; son de carácter transitorio y su durabilidad se asocia al
fenómeno, hecho o acontecimiento que se pretenda controlar.
- Una cualidad que viene por añadidura a las anteriores, se refiere a la imposibilidad de
saber con exactitud, a quién o a quiénes, estas leyes, son capaces de perjudicar o
beneficiar; toda vez que son leyes que administran hechos generales y con una duración
prolongada, se hace imposible anticipar los efectos de su aplicación sobre los intereses
particulares de los individuos. Por otra parte, cuando nos referimos a leyes particulares,
sabremos con certeza a cuál grupo, o grupos, de la Sociedad son capaces de afectar,
siendo ésta una característica esencial de leyes tales como el control de precios o del
tipo de cambio; controles sobre las importaciones y sobre las exportaciones; entre otras.
De acuerdo a lo planteado en este aparte, podemos afirmar, entonces, que las leyes
formales no son capaces de prever fines específicos, siendo sólo mecanismos que
potencian los medios. Las leyes particulares pretenden regular los medios que apunten a
fines claros, específicos y determinados (3). Ahora bien, podría haber lectores
suspicaces que pudieran formular las siguientes preguntas:
3.- véase sobre todo el aparte denominados. "La coincidencia evolución del intelecto y la %' Sociedad: el papel que las
normas desempeñan ", en F. Hayek. ob. Cit. pág. 106.
-¿Hasta qué punto el marco virtual no constituye un fin específico claro y determinado?
Comentemos ahora sobre las ventajas que para el marco virtual planteado supone la
promulgación de leyes o normas formales.
-¿Si las leyes formales sólo privilegian los medios y no los fines, cómo es que se
pretende llegar a un fin (marco virtual) con leyes como éstas?
Estas cuestiones son válidas, pero la respuesta no es difícil. Las leyes formales, dadas
sus características, son coherentes con las virtudes deseadas. Ellas no pretenden,
exantes, llegar a un fin determinado; por el contrario, su aplicación supone que los
hombres, toda vez que conozcan las reglas del juego, serán capaces de multiplicar los
medios que les procuren múltiples fines. Se puede afirmar que las leyes formales y el
marco virtual deseado coinciden en el sistema de principios que sustenta a cada uno de
estos conceptos. Así pues, si coinciden es fácil suponer que a través de las leyes
formales se pueda volver moral al marco virtual, incorporándolo luego al marco
normativo de la Sociedad, lo que significa que el marco virtual se volverá ético.
Nuestros hombres hipotéticos desean volver al marco virtual ético en sus Sociedades, y
el medio para lograrlo es un Sistema Legal con leyes formales. El fin no es decretar el
marco virtual a través de la coerción de una ley; por el contrario, es dejar que los
individuos creen medios dentro de un marco de reglas conocido, pero para crear estos
medios deben ser sujetos libres, deben recibir lo que les corresponde por su
participación en la asociación; deben ser respetadas sus individualidades, etc... De esta
manera, los hombres lograrían un sistema que le permita una cantidad mayor de fines,
de la que habrían podido obtener en un régimen en el cual el Estado decide cuál de los
fines es moral y cuál no.
En suma, podemos afirmar que: 'las normas formales indican de antemano a la gente
cuál será la conducta del Estado en cierta clase de situaciones, definidas en términos
generales, sin referencia al tiempo, al lugar o a alguien en particular (4).
(4) Fnednch Hayek Camino de Servidumbre Editorial Afianza, Madnd 1985, pág. 106.
2.1.1.- Con respecto a la libertad:
Anteriormente hemos referido la importancia que tiene para los hombres el hecho de
que puedan decidir sobre los acontecimientos que les afectan en un cierto lugar y
momento. Las leyes formales son un mecanismo que permite, justamente, que los
hombres actúen de acuerdo a sus juicios,'dentro de un marco normativo conocido de
antemano, siendo libres dentro de éste, decidiendo sobre sus intereses personales, sin la
coerción del Estado ni la imposición de una moral basada en el Bienestar Social que
atente en contra de la planificación de los sujetos. Se debe garantizar que los individuos
desarrollen sus proyectos al igual que se les permite a los jugadores de Béisbol
desarrollar habilidades dentro de las reglas del juego. Esta es la idea que se encuentra en
la esencia misma de la Doctrina Liberal. Adam Smith sostenía en tal sentido que: "todo
hombre, mientras no viole lo que la justicia establece, debe gozar de plena libertad para
perseguir como considere más conveniente sus propios intereses" (5). Las reglas
formales interfieren lo menos posible en las particularidades de los sujetos; su
concepción va orientada más bien, a la administración de las generalidades, no de las
especificidades de los hombres. Si los hombres aceptan un marco legal con leyes
formales, estarán aceptando a su vez, la libertad que supone que el Estado no intervenga
en los acontecimientos particulares propios de las relaciones entre los hombres, y entre
estos y las instituciones.
2.1.2.- Con respecto a la justicia:
Cuando en este ensayo nos referimos a justicia, lo estaremos haciendo en un sentido
muy especial. Los hombres de nuestra situación hipotética están buscando la justicia
que se desprende de la consideración por la libertad. Ellos, no se esfuerzan por alcanzar
la justicia más justa, ni la justicia verdadera, saben muy bien que lo que definan como
justicia no será un concepto independiente del marco ético que deseen implementar. Si
los hombres desean ser libres, escogerán un sentido de justicia que no atropelle a la
libertad, aunque esto signifique violar el establecimiento y permanencia de otras
virtudes. Así pues, el sentido de justicia que supondremos a partir de ahora, estará
encaminado a la defensa de la libertad como virtud necesaria. Podemos ir un poco más
lejos y definir a la «justicia» como el sistema que se encarga del resguardo de la
libertad. Así lo supone John Rawls: "en una sociedad justa, las libertades de la igualdad
de Ciudadanía se toman como establecidas definitivamente", afirmando, además, que :
"la justicia niega que la perdida de libertad para algunos sea correcta por el hecho de
que un mayor bien sea compartido por otros" (6).
(5) Adam Smitó. "Wealth of Nadonios ". En F. Hayek Derecho Legislación y Libertad. Vol P Normas y orden. ob, cit. pág.
110
(6) J. Rawls. ob. cit. pág. 20
Por otra parte, la justicia que defiende la libertad, está defendiendo a su vez la idea
básica que se encuentra en cualquier concepto de justicia, a saber: Igualdad, sin
privilegios ni discriminaciones. Todos tienen la oportunidad de decidir, de planificar, de
actuar en la consecución de su intereses personales. Las leyes formales, dado que son
abstractas y que se promulgan para largos períodos, excluyen la posibilidad de
privilegiar a un sector determinado de la Sociedad, las leyes son "impersonales", lo que
le da un sentido de justicia claro al marco virtual fundado a partir de leyes formales.
2.1.3- Con respecto a la Equidad:
Quizás, sea este el aparte más difícil del ensayo -ya que muchos piensan que la equidad
y la libertad son virtudes excluyentes. Es cierto que, al defender la libertad en
sociedades con grandes desigualdades distributivas la equidad termina siendo la virtud
relegada, pero no es menos cierto que al defender la libertad y su sentido de justicia se
está defendiendo al mismo tiempo la posibilidad de eliminar los privilegios y las
discriminaciones personales. A pesar de lo injusto que resulta que los hombres no
cuenten con una dotación inicial equitativa, sería más injusto aún el establecimiento de
un sistema legal que privilegie no a los menos dotados, sino aquellos que siguen la línea
partidista del sector que detenta el poder. El marco virtual incluye a la equidad
entendida como la posibilidad de establecer en las sociedades, sistemas que permitan
una mejor distribución de los beneficios derivados de la asociación, pero sin establecer
privilegios ni selecciones convenientes; aquí no se pretende negar la contradicción que
generalmente surge entre libertad y equidad; por el contrario, se desea destacar cómo es
que con leyes formales se establecen condiciones que garantizan mayor equidad, no la
equidad. "No puede negarse que el Estado de derecho produce desigualdades
económicas; todo lo que puede alegarse en su favor es que esta desigualdad no pretende
afectar de una manera determinada a individuos en particular". Y esto es posible sólo
con leyes abstractas, que dadas sus características impiden prever efectos particulares
sobre los individuos de una Sociedad.
2.1.4.- Con respecto a la eficiencia:
En este sentido referimos el problema del manejo del conocimiento que supone un
sistema con leyes sustantivas o particulares en vez de un sistema con leyes formales.
Son básicamente dos los autores que han ilustrado el problema, Karl Popper y Friedrich
Hayek (s). En Estados donde se desea legislar las particularidades de las relaciones entre
los hombres, y entre éstos y las situaciones, se presenta el problema del manejo de una
cantidad ilimitada de aspectos que son imposible conocer y controlar. Las leyes
sustantivas pretenden alterar fenómenos, en los cuales sólo los actores involucrados son
los conocedores de las condiciones que se pretende alterar. Nadie mejor que los
protagonistas para tratar los inconvenientes que afecten sus acciones pues son ellos los
que tienen información precisa acerca del lugar y el momento que define a los acontecimientos. Si ésto es así, entonces resulta lógico pensar que si se desea que las
relaciones entre los individuos sean eficientes lo recomendable es dejar que sean ellos
los que resuelvan los conflictos que se puedan presentar, ya que sólo ellos poseen
información acerca de los conflictos en los cuales son precisamente los protagonistas.
Un marco legal formal no pretende legislar particularidades, ya que su filosofía está
sustentada en una idea básica: son los hombres los mejores jueces a la hora de decidir
sobre sus intereses particulares, nadie más
(8) véase: Friedrich Hayek. El Orden de la Libertad. Publicación de la Universidad Francisco Marroquin, Guatemala 1992.
veáse la conferencia dictada en ocasión de la entrega del premio Nobel: 'La Pretensión dél Conocimiento" en 1974, en
Friedriah Hayer Paro e Inflación. pág. 9. ' véase Kerl Popper La Miseria del Historicismo. Editorial Alianza, madrid 1981.
Con la descripción de las características de las leyes formales, hemos podido establecer
algunos vínculos con respecto al marco virtual planteado, siendo fácil suponer que la
implantación de un marco legal basado en leyes formales privilegia justamente las
virtudes que consideramos hasta ahora como ideales. No obstante debemos hacer una
consideración fundamental, buscando aclarar el panorama.
Con el desarrollo de estas líneas hemos construido un argumentó fundamentado en la
idea de un marco virtual deseado por los hombres con sentido de justicia; sin embargo,
debemos aclarar que este marco virtual es deseado no porque la libertad, la justicia, la
equidad y la eficiencia sean virtudes intrínsecamente verdaderas. Los hombres de la modernidad (9) las han considerado atributos indispensables para la Sociedad, han
construido definiciones nuevas acerca de las mismas, lo que quiere decir que no siempre
el concepto de libertad, por ejemplo, ha sido el que hemos definido a partir del siglo
XVIII. Tal concepto se encuentra estrechamente ligado a los mecanismos que los
sujetos han utilizado para fabricar verdades. Con la adopción de la ciencia como criterio
de verdad, el concepto de libertad se ha transformado radicalmente. Antes del siglo
XVIII la libertad era entendida como el alcance del reino de Dios; sólo se era libre bajo
la concepción del espíritu y la divinidad que Dios ofrecía.
(9) Cuando nos referimos a 'los hombres de la modernidad" lo estaremos haciendo empleado el modelo de análisis plantead9
por los Profesores Luis Bermúdez y Frak López en: 'Disputa deternimismo tecnólogico. Revista FACES, año 3 N° 9,
Universidad de carebobo, 1992, pág. 56; en el cual los autores impuesto por las instituciones dominantes. En tal sentido el
sistema epistemológico característico del período que empieza a partir del siglo XVIII hasta nuestros días.
Una vez desarrollado el racionalismo constructivista (l0), la concepción de libertad se
transformó, siendo libre ahora, todo aquel que pudiese conocer las leyes naturales o
físicas; es así pues, que para ser libres se debían desarrollar métodos que permitiesen
dominar estas leyes, y es a través de la ciencia que se ha pretendido este fin. A medida
que conocemos, somos capaces de alcanzar mayores grados de libertad. Así ocurre con
los conceptos de las otras virtudes deseadas, por ejemplo con la equidad. La equidad,"
que suponemos defienden nuestros hombres hipotéticos, es aquella que se define como
la justa distribución de los beneficios que se derivan de vivir en Sociedad. Pero la idea
de distribución, sólo tiene sentido en una Sociedad dedicada a la consecución del
progreso, del crecimiento o del desarrollo, porque lo que se distribuye es precisamente,
los frutos del progreso. De esta manera la equidad buscada en nuestra Sociedad es la
que se deriva a partir de las concepciones básicas de la Modernidad. Los conceptos de
justicia y eficiencia no escapan a esta consideración. Ahora bien, ¿por qué hacer estas
reflexiones?. Se pretende demostrar que los hombres no pueden abrazar las virtudes
"modernas" ni siquiera con los métodos científicos "modernos" (11).
Cuando nos convencemos de lo apropiado que resulta definir nuestros términos de
Asociación a partir del marco Virtual, es porque lo hacemos desde la modernidad, es
decir, juzgando a las virtudes desde la definición que han tomado a partir del siglo
XVIII. Cuando queremos elegir leyes que sustenten a estas virtudes lo hacemos con
leyes que sean coherentes con las mismas, con leyes que se definan de acuerdo a los
mismos principios que sustenten a estas virtudes, vale decir, las leyes formales son
también una concepción Moderna.
Este ensayo constituye un somero intento de iniciar una línea de pensamiento en cuanto
a los conceptos que determinan las virtudes y atributos deseados en las Sociedades es
por esta razón que la crítica no alcanzará las profundidades que sugiere una revisión
desde el punto de vista epistemológico. Seremos más modestos y dejaremos planteadas
una serie de interrogantes que servirán de impulso a los nuevos ensayos que precederán
a éste tratando de adentrarnos en el problema planteado hasta llegar al meollo del
asunto.
(10) Hemos tomado el término empleado por F. Hayer para rerefirse a la racionalidad dominante de Renato Descartes véase
F. Hayer Derecho, Legislación y Libertad vol. I ob.cit. pág. 29.
(11) Cuando se hace referencia a las "virtudes modernas" se desea descartar que las virtudes son el producto de un sistema
epistemológico común, a saber, el dominante a partir del siglo XVIII hasta nuestros días.
3.- Los hombres quieren elegir.
Ha llegado el momento de elegir las leyes formales y los hombres reflexivos deciden
acudir a la ciencia, ya que ésta constituye el criterio de verdad de la "Moderna
Sociedad" que estamos estudiando. En su afanosa búsqueda descubren que en la Ciencia
Económica se han realizado intensos esfuerzos en el estudio del problema de la
ordenación y elección de alternativas, lo anterior se evidencia en definiciones como
esta:
"La economía del Bienestar teórica es aquella rama de la Economía que trata de
formular proposiciones mediante las cuales se pueda clasificar en una escala de mejor a
peor las alternativas situaciones económicas que se presentan en la Sociedad" (12).
Saben estos hombres, que a pesar de referirse a elecciones de alternativas económicas,
la teoría de la Economía del Bienestar representa un poderoso instrumental teórico a la
hora de analizar problemas como el de la elección de leyes formales.
Ahora bien, podría surgir la siguiente pregunta:
- ¿Por qué escoger a la Economía del Bienestar como referente de elección de las leyes
formales, si ésta se encarga tan sólo de la ordenación de alternativas económicas?
La respuesta es complicada y debe ser analizada con sumo cuidado. En este ensayo
intentaremos dar la solución a esta cuestión haciendo la siguiente disgreción:
(12) E J. Misban. Economía del Bienestar ed. Rrálp, Maddd,1960, pág 25
3.1.- El legado de Cartesius:
A Renato Descartes, debemos la asombrosa revolución en el pensamiento
experimentado en las sociedades modernas una vez finalizada la edad media (13). La
duda metódica y la deducción de los hechos a través de la formulación de premisas
constituyen sin duda alguna, una huella profunda en los nuevos esquemas de
pensamiento adoptado luego de su obra. Entre las corrientes filosóficas que se nutren de
las ideas de Descartes, encontramos al Racionalismo Constructivista, donde se recogen
idéas encaminadas a la deducción de los hechos y de los acontecimientos a través de la
formulación explícita de premisas, con lo cual se pretende alcanzar la verdad absoluta.
En la medida que se puedan deducir las cosas, es fácil pensar en la idea del devenir, es
decir, en la posibilidad de construir las condiciones que sean reales o verdaderas, y
capaces de conducir a los hombres hacía fines definidos de antemano; esta idea nos
lleva a la siguiente conclusión:
"La moral, la religión y el derecho, el lenguaje y las escrituras, la moneda y el mercado
llegaron a ser considerados, por tales vías, creaciones deliberadas de alguien o, por lo
menos, en los que de positivo ofrecían, fruto de explícito designio" (14).
A través de la razón entonces, los hombres de la modernidad han pretendido alcanzar
sociedades construidas persiguiendo un fin claro, preciso y determinado: el desarrollo,
el progreso y el crecimiento. Para lograr este fin los hombres se han lanzado en un
desesperada carrera hacia el encuentro de la Sociedad verdadera, o sea, aquella en
donde la moral, las instituciones, la ética y todo concepto creado, sea pensado,
analizado y razonado. Sólo así se explica que, por ejemplo, toda costumbre que no
pueda ser deducida a través de premisas es puesta en duda y es considerada superflua.
(13) Esta es la percepción que se tiene de la obra de este autor, pero en nuestra opinión, la revolución Cartesiana fue el
producto de un determinado contexto histórico y epistemológico, lo que le permitió desarrollar su línea de pensamiento, su
obra fue letimada para su entorno.
(14) F. Hayek Derecho Legislación y Libertad Vol I c6. pág 33.
Ahora bien, ¿cuál es la relación de esta somera consideración con respecto a la
Economía del Bienestar?
Los hombres modernos de nuestra sociedad hipotética, al igual que todos nosotros, son
producto de un sistema epistemológico común, el surgido a partir del siglo XVIII y
sustentado entre otras cosas, en la racionalidad cartesiana. Con este nuevo esquema de
pensamiento los hombres empezaron a separar, a fragmentar y a delimitar los conceptos,
las nociones, las definiciones, los hechos, los acontecimientos. En tal sentido, los
hombres empezaron a distinguir entre la razón, la ética y la estética, nociones que antes
del siglo XVIII eran percibidas como una sola. Con la razón, los hombres trataron de
describir y formular las leyes naturales que daban, a fin de cuentas, la explicación de la
existencia del ser, pero para formular estas leyes naturales se hacía indispensable
fragmentar los problemas, creándose así toda una gama de disciplinas abocadas a la
resolución de estos problemas; disciplinas que sólo diferían las unas de otras, en el
problema de estudio, ya que todas adoptaron el mismo método de análisis. Así pues, el
hombre se empeño en descubrir lo "positivo", éste era el fin, ya que una vez alcanzado
el hombre llegaría a la libertad total, a la "Sociedad del Progreso".
En esta fragmentación, los hombres empezaron a desestimar todo aquello que no
pudiese ser formulado y demostrado o sea, todo aquello que no resistiese la prueba de la
razón, razón encamada en la ciencia, forma ésta de legitimar a la realidad. Entre los
conceptos que empezaron a ser estudiados con mucho interés se encontraba el de la
utilidad, éste se traduciría en bienestar para los hombres, en la capacidad de obtener
satisfacción, gozo y hasta placer. Así pues, los hombres, si deseaban alcanzar la
felicidad en la Sociedad del Progreso, debían procurar establecer fuentes permanentes
de utilidad. Con la idea de lograrlo, se debía, entonces, hacer estudios rigurosos en torno
a este concepto; de esta forma el concepto de utilidad empezó a experimentar un
cambio, originado gracias al nuevo enfoque adaptado por los hombres. Es importante
resaltar como brotaron estudios muy formales, con pretensión de científicos, en tomo al
problema de la utilidad. Para evidencia esto sólo hay que recurrir a las principales obras
de la Escuela Neoclásica (15).
La utilidad se asoció a nociones tales como: producción, consumo, distribución, entre
otras; en otras palabras la utilidad se vinculó con el concepto de Producción Nacional.
Este nexo fue establecido a partir del ingreso que en definitiva mide la capacidad de
adquirir bienes, o sea, de comprar los bienes capaces de satisfacer apetencias, a través
del consumo, el cual se satisface con la distribución de bienes, bienes que son
producidos. Todo este conjunto de relaciones son las que constituyen precisamente la
Producción de un país, lo anterior se evidencia en las siguientes líneas:
"¿Que puede ser más importante para una economía que producir y consumir grandes
cantidades de viviendas, alojamiento, alimentos, educación y actividades recreativas?
El indicador más amplio de la cantidad total de producción de una economía es el
Producto Nacional" (16).
Lo realmente importante de lo expresado hasta ahora es que la utilidad en tanto se
relaciona estrechamente con la Producción Nacional, da la oportunidad de poder ser
medida, lo que facilita el que pueda ser formalizada, y precisamente la Economía del
Bienestar es una de las ramas de la Ciencia que se ha encargado del estudio de cómo
lograr alcanzar la máxima producción, el máximo bienestar, la máxima utilidad.
(15) véase MarIrBlug Teoría Ecónomica en Retrospección Editorial Fondo de Cultura Económica, Mé-Veo, 1985 pág. 33.
(16)Paul Samuelson/NardhausH. EconomíaFditorlal Mc. GrawH9l, Méxlco,1992, pág. 91 y 92.
La idea de revolucionar al Bienestar con la Producción Nacional tiene un antecedente que no podemos dejar de referir. En
1932A.C Piogou publicó 'La Economía del Bienestar" en la cual, el autor hace un esfuerzo por tratar de buscar alguna
medida del bienestar, de acuerdo con Mishan este autor 'procede con cautela. Solamente cae dentro de su esfera el bienestar
que puede medirse con el patrón dinero ". Para tener alguna noción de la mejora del Bienestar, Mshan aclara que Piguo
define los siguientes criterios:
"un aumento del dividendo nacional sin que se produzca ningín crecimiento de la oferta de factores productivos, y una
transferencia de riqueza de los ricos a los pobres" (Mishan 1969, 32-33
Lo expuesto anteriormente nos da, grosso modo, una visión que nos conduce a pensar
que los hombres hipotéticos recurrirán a la Economía del Bienestar para intentar elegir
las leyes formales que les procure el marco virtual, marco éste que supone conceptos
ligados estrechamente a los criterios seguidos por la Economía del Bienestar.
Recordemos que el concepto de libertad que desean nuestros hombres hipotéticos es el
mínimo que se postula en el liberalismo, el cual tiene una expresión directa en la
Escuela Neoclásica que a su vez aporta los modelos formales en los cuales se apoya la
Economía del Bienestar, y es que los hombres han tratado de encontrar la Sociedad del
progreso respetando el sentido por la libertad definido a partir del siglo XVIII, la cual
postula que los hombres son los mejores jueces a la hora de evaluar las alternativas que
le afecten. Así mismo ocurre con los conceptos restantes del marco virtual, los mismos
se definen a partir de las mismas consideraciones que fundan a la Economía del
Bienestar. Esto se explica si pensamos que después del siglo XVIII todo se define de
acuerdo a un sistema epistemológico.
En conclusión la búsqueda del Marco Virtual conduce a los hombres hipotéticos a
recurrir a la Ciencia Económica, ya que ésta se ha abocado a la búsqueda de los
métodos que garanticen el Proceso, vale decir, la "Sociedad Optima", empleando para
ello supuestos que pretenden incluir las nociones de libertad, de eficiencia, de equidad y
de justicia. Esto se evidencia en los modelos que se postulan en la Economía del
Bienestar, y precisamente estos conceptos son los que se listan en el "Marco Virtual".
Esto, claro está, es muy lógico, pues los hombres desean estas virtudes y la ciencia las
ha validado. Nuestros hombres hipotéticos podrían recurrir a otras ciencias para
formular las leyes generales que desean, podrían buscar el auxilio de la sociología, de
las ciencias políticas, del derecho, etc. Estas disciplinas también se encuentran basadas
en los mismos principios científicos que definen a la Economía, pero también es cierto
que la Economía ha sido la disciplina que ha logrado el mayor nivel de formalización, lo
que ha significado para algunos, un criterio definitivo a la hora de evaluar la pertinencia
de cada disciplina. Incluso la Economía ha diseñado métodos de estudio para analizar el
comportamiento de burócratas, políticos y electores en función de las consideraciones
de la Economía de Mercado (17). Hechos como estos han convertido a la Economía en
la Ciencia por excelencia para el estudio del Bienestar de la Sociedad, "siempre que el
Economista propone una política económica, por ejemplo cuando defiende el pleno
empleo o se opone c la interferencia del gobierno en los asuntos económicos formula
una iroposición del Bienestar" (19), estos hechos constituyen un sesgo que rrastrará a
nuestros hombres hipotéticos hacia la Economía y específicamente lacia la teoría
Económica del Bienestar.
3.2.- El Utilitarismo como base del Discurso
En este ensayo señalaremos los estrechos vínculos existentes entre la Economía del
Bienestar y las concepciones del Utilitarismo Clásico. Para empezar a establecer
algunos nexos, destacaremos las opiniones de los autores más representativos de esta
corriente, tomaremos como referencia alguna de las ideas de John Stuart Mill, Jeremy
Bentham, William Jevons, F.Y Edgeworth.
Para comenzar tomemos dos de las principales opiniones de dos de estos autores y a
partir de allí desarrollaremos el resto del aparte:
"La felicidad de los individuos que componen la sociedad o, lo que es igual, su placer y
seguridad, constituye el fin, el único fin que debe perseguir el legislador, el cínico
patrón al que cada individuo, si cuenta con el legislador, debe acomodar su conducta"
(19).
Tomemos la segunda opinión:
"Placer y sufrimiento son sin duda alguna los objetivos últimos del cálculo económico:
satisfacer nuestras necesidades al máximo y con el mínimo esfuerzo para procurar la
mayor cantidad de lo que se desea al menor costo de lo que no es deseable; en otras
palabras, potenciar al máximo el placer. He aquí el problema para la ciencia
Económica" (20).
(17) véase: Jamas Buchanan la razón y las Normas. Ed. Unión Editorial. Madrid, 1974. (18) Tibor Scitovsky Panorama
Contempofaneo de la teoría Económica.
(19) Jeremy Bantham 'Principios ofMorales and legislation "en Adrew Schotter. La Econoo'tfa de libre mercado. Ed. Ano],
MMrid, 1987, pág. 22.
(20) Wilháms S. Jerons "The Theory ofPolibcal Economy"en A. Schotter ob. cit. pág. 29.
En las posiciones anteriores podemos destacar algunos puntos básicos del utilitarismo
Clásico, a saber:
- Si alguien mejora y nadie empeora, se puede decir que el Bienestar Social mejora.
- Los sujetos deben abocarse a la búsqueda de la felicidad o del placer, lo que convierte
a esta concepción en hedonista,
- Las comparaciones interpersonales de utilidad no son deseables
- La sociedad debe, como consecuencia del punto anterior, lanzarse a la búsqueda de la
felicidad, éste es el fin último.
- Se debe, no sólo procurar el encuentro con la felicidad, también se debe maximizar el
saldo entre felicidad y sufrimiento, tomando en cuenta además las restricciones que
pudieran surgir.
- Los agentes que participan en la sociedad son perfectamente racionales, son capaces
de tomar decisiones siempre respetando esta racionalidad.
- El objetivo es ordenar los Estados Sociales de tal manera que le logre determinar cuál
es el mejor de éstos (22).
- La Economía, en tanto ha desarrollado modelos formales, puede más fácilmente
abocarse al estudio del problema de la maximización de la felicidad que cualquier otra
disciplina. En el fondo, aquí subyace el principio de la escasez.
- Cuando se ordena se está maximizando, tomando en cuenta las dotaciones iniciales,
las técnicas de producción, las condiciones de intercambio, etc.
- El utilitarismo se basa en un principio claro y sencillo: el fin justifica los medios.
Tratemos ahora de establecer los vínculos que relacionan al utilitarismo con la
Economía del Bienestar; listemos las siguientes vinculaciones:
- La felicidad es convertida en una categoría objetiva, deja ser etérea, así se percibe al
leer cualquier trabajo basado en esta concepción.
- En ambas concepciones se propone la consecución de un fin último la maximización,
ya sea de la felicidad o de la utilidad.
Ahora bien, señalemos algunas de las características básicas de la Economía del
Bienestar, para luego poder hacer comparaciones entre éstas y el Utilitansmo. Al revisar
los diferentes autores que han tratado el problema de Bienestar, se puede extraer de
ellos algunos puntos comunes que se pueden considerar representativos de esta Escuela
Económica. Listemos aquellos que son considerados básicos:
- Los autores coinciden en que el individuo y nadie más, es el mejor juez a la hora de
evaluar las proposiciones de Bienestar.
- El bienestar se define como la utilidad que se percibe por el consumo, que a su vez se
traduce en la satisfacción de las necesidades.
- Se propone en ambas unificar los esfuerzos en la consecución de esta meta, tomando
en cuenta las preferencias y gustos individuales.
(21) Sin embargo, debemos decir que no todos los autores que han escrito sobre Economladel Bienestar estarfan de acuerdo
con esta aseveración recordemos por ejemplo, el criterio de KaldorHicks. Luego de la controversia generada por las
conclusiones de Kaldor y Hicks, los autores consideraron necesarios rechazarlas composiciones interpersonales de utilidad,
basando sus conclusiones, sólo en criterios de eficiencia.
(22) Cuando empleamos el término 'Estados Sociales "lo estamos haciendo de acuerdo a la delmición hecha porKennetb Ano
w cl cual considera que:
"Un estado social serla una descripción completa de la cantidad de cada tipo de bienes en manos de cada individuo, la
cantidad de trabajo que aporta cada individuo, la cantidad de recurso productivo que se in vierte en cada tipo de actividades
productiva, y las cantidades de varios tipos de actividades colectivas, tales como servicibs muniálpaks la diplomacia... "
veáse: Kennetb Arro wlSoto vky. T. (Compiladores) La Economía del Bienestar (Tomo I y II) Ed. Fondo de Cultura
Económica, México, 1974. pág. 1975.
- La felicidad del utilitarismo se traduce en la utilidad que se estudia en la Economía del
Bienestar.
- En ambas, se considera que tanto la felicidad como la utilidad son categorías, si no
mensurables, por lo menos jerarquizables (23).
- Si las categorías mencionadas en el punto anterior son mensurables, entonces son
objetivas o positivas.
- Ambas se postulan con el fin de descubrir las leyes que permitan establecer cuáles son
las condiciones necesarias para llegar a la sociedad de la felicidad o del bienestar.
Debemos ir un poco más allá. El utilitarismo clásico, al igual que la Economía
neoclásica es una de las ramas fundamentales de los modelos de la Economía del
Bienestar. Esta última es la formalización de las concepciones fundamentales del
Utilitarismo Clásico del siglo XIX. La transformación de la Economía política en la
ciencia económica es la misma transformación que sufrió el utilitarismo cuandos se
incorporó a la Economía del Bienestar.
Ahora bien ¿por qué destacar esta relación? Esta relación constituye una más de los
argumentos que justifican el por qué los hombres acudirían a la Economía del Bienestar
para tratar de establecer las leyes formales que les procure el Marco Virtual. Si la
Economía del Bienestar pretende ordenar los estados Sociales que a su vez nos permita
revelar cuál es el mejor de ellos, entonces los hombres hipotéticos deberán considerar
las leyes formales que desean y, hay una sencilla razón para creer en lo expuesto en
estas lineas:
(23) Algunos autores sostienen que la felicidades una categoría mensurable, recordemos las obras de Jeremy Betham, por el
conóario hay quines sólo sostienen que la felicidad o la uálidad son categorías jerarquizables enul sentido recordemos los
esfuerzos resalizados por W. Pareto, porP Smuelson y por Litte entre otros. Lo importante es que los autores en general han
tratado de objetivizarcategorías que siemprehablan sido consideradas subjetivas, sólo pensando en variables objetivas es que
podemos pretender formalizar modelos que nos permitan derivar las leyes que expliquen cómo lograr alcanzar la 'Sociedad
Optima".
Cuando se ordenan los Estados Sociales se está ordenando a su vez el grado de.
intervención del estado sobre la actividad económica, sobre el bienestar de cada
individuo, por lo tanto el problema de la formulación de leyes generales no está
desvinculado de las proposiciones que se puedan llegar a formular con el empleo de los
modelos de la Economía del Bienestar. Estos, a fin de cuentas, están analizando nada
más y nada menos que las condiciones que se deben cumplir para alcanzar el Bienestar
que se genera de un mayor Progreso y Crecimiento. Con la Economía del Bienestar se
desea estudiar los estatutos sociales óptimos, que contribuyan a organizar nuestras vidas
Sociales y Económicas (24).
Hemos puesto todo nuestro empeño tratando de justificar que los hombres hipotéticos
recurrirán a la Ciencia Económica para formular las leyes generales deseadas, para
concluir con este aparte resumamos lo expuesto considerando las siguientes líneas:
"No cabe duda de que la inclinación que gentes sensatas experimentan hacia los
planteamientos de tipo utilitarista es en gran parte debida a que, interpretando de la
manera apuntada, comprende toda discusión racional en tomo a la pertinencia de las
normas (25).
4.-La Economía del Bienestar vs. La Libertad:
Los hombres hipotéticos comenzarán a reflexionar en torno a los esquemas propuestos
en la Economía del Bienestar y en su intento por establecer sus preferencias en cuanto a
las leyes formales que pretenden promulgar empezarán a enfrentar una serie de
contradicciones, toda vez que desean preservar al "Marco Virtual". Pero ¿por qué se
presentan estas contradicciones? Trataremos de dar respuesta a esta cuestión a
continuación.
Cuando se desea aprehender al Marco Virtual, empleando concepciones Utilitanstas, se
permite desestimar cualquier virtud, siempre y cuando se logre un mayor Bienestar
Social. Esta afirmación se sustenta en la idea siguiente:
(24) A. Scholter ob. cit pág. 28.
(25) Friednóh Hayer, Derecho, Legislación y Libertad vol. /l El Espejismo de la Justicia Social. Ed. Unión Editorial, Madrid
1988.pág 46.
Toda vez que el Utilitarismo permite definir lo bueno independientemente de lo
correcto, entonces permite que se violen virtudes tales como la libertad. Lo correcto es
maximizar la utilidad, utilidad que es obtenida de la satisfacción de necesidades
humanas, sin considerar que esta acción pueda llegar a dañar a otros. Cuando se
pretende llegar a la maximización del Bienestar Social, lo que se sugiere es
precisamente maximizar el saldo de felicidad y sufrimiento, no considerando qué tan
importante es el sufrimiento de algunos, lo indispensable es que la felicidad de muchos
es más importante (26). Son muchas las evidencias que sustentan lo dicho
anteriormente. En la Economía del Bienestar se han formulado propuestas que
reconocen que al elegir algún Estado Social que se considere superior en términos de un
saldo neto de utilidad Social, existen grupos que son perjudicados, pero que pueden ser
compensados, así por ejemplo, encontramos autores como Kaldor (27), que sostiene que
los perdedores pueden ser compensados gracias al mayor saldo de Bienestar que se
genera al alcanzar un Estado Social superior. Este criterio funda sus recomendaciones
siguiendo sólo consideraciones de eficiencia, tratando de basarse en criterios
"objetivos". proposiciones como las de Kaldor constituyen una abierta violación de las
preferencias individuales de algunos, "este principio de compensación ha irritado
siempre a los modernos liberales que lo consideran desleal" (28); si el Sr. "A" gusta
pintar su casa de color rosa la sociedad no debería impedir que lo hiciese sólo porque la
mayoría pudiera experimentar un estado mayor de felicidad inpidiéndoselo, y no se
puede justificar esta acción con una somera comprensión al Sr. "A" quien ha sido
abruptamente atropellado. Ahora bien, los estudiosos de la Economía del Bienestar para
evitar violaciones tan fragantes de la libertad y de la justicia, han basado sus modelos en
los que se denomina el "Criterio de Pareto" (29), el cual evade las comparaciones
interpersonales de utilidad, es decir, se considera que si alguien mejora y alguien
empeora entonces en ese momento nos encontramos en una situación insuperable, sólo
se podía mejorar si nadie empeora. Esta consideración dio un respiro a la teoría de la
Economía del Bienestar permitiéndole ulteriores desarrollos. Pero a pesar de lo justo
que parece al criterio de Pareto, ya que impide la formulación de juicios de valor, en
1970 Amartya Sen formula un teorema que demuestra la imposibilidad de considerar el
criterio de Pareto al mismo tiempo que a las ideas liberales. Este autor sostiene en la
conclusión de su teorema que:
"En un sentido muy básico, los valores liberales entran en conflicto con el principio de
Pareto. Si alguien toma en serio el principio de Pareto, como parecen hacerlo los
economistas, tendrá que afrontar problemas de consistencia con respecto a los valores
liberales, aunque sea muy moderados" (30).
El teorema de la Imposibilidad de A. Sen no es más que una consecuencia directa de
otro teorema más general.Nos referimos al postulado de Kenneth y Arrow (31), donde
el autor en una asombrosa demostración postula una conclusión que conduce a la
siguiente idea:
"Las decisiones sociales basadas exclusivamente en preferencias individuales no son
racionales, ya que por lo general no existe un mecanismo electoral lo suficientemente
fiable como para traducir las preferencias individuales en preferencias Sociales" (32).
La única forma de ordenar los estados Sociales, sostiene Arrow, es a través de la
imposición de un dictador, lo que demuestra que a pesar de respetar el criterio de
Pareto, del Homo Economicus, de la libertad de elección individual, no se puede
formular un ordenamiento de alternativas que no viole la libertad de los individuos.
(26) véase! Rawls. ob. cit. pág. 49
(27) véase Nicholas Kaldor 'Las proposiciones del Biénestaren la Economía, y las comparaciones interpersonales de
utilidad" en La Economía del Bienestared. Fondo de Cultura Económica. México, 1974.
(28) A. Schotter ob cit. pág. 23.
(29) véase: RobertFrank.Microeconomía y Conducta. Editorial Me. Gra w Hill, Madnd 1992, pág. 675-676.
(30) Amartya Sen 'La Imposibilidad de un liberal Peretiano "copilado por Frank Hahn/Hollis M. Filosofia y Teoría
Ecommca. Editonál Fondo de Cultura Económica ; México, 1986, pág. 261. (31) véase K Arrow ob.cit
(32) A. Schotierob. cit. pág.
De la somera revisión hecha hasta el momento podemos extraer las siguientes
consecuencias:
- La Economía del Bienestar en tanto se fundamenta en las ideas del utilitansmo Clásico
permite en sus proposiciones que se desestime la libertad, ya que lo importante no son
los sacrificios personales, sino el Bienestar de la Sociedad. Recordemos que el fin es
maximizar.
- Cada vez que se desee revelar las preferencias sociales partiendo de las elecciones
individuales, sería sacrificada por lo menos una de las individuales en pro de la
consecución de un mayor bienestar, lo que conduce a una violación de la libertad que no
resulta justa.
- La proposiciones emergidas de las conclusiones de los modelos de la Economía del
Bienestar conducen inexorablemente a la formulación de leyes particulares o
sustantivas. Por ejemplo, cuando se adopta las conclusiones de Kaldor sobre el criterio
de compensación, lo que se sugiere es que, una vez alcanzado el estado Social superior,
los perjudicados sean refrendados, a través de mecanismos tales como: transferencias,
subsidios, etc. Todo criterio que degener en una compensación conducirá a formular
leyes que busquen compensar a los perjudicados. Estos serán entonces, amparados con
la promulgación de medidas especiales que sólo los beneficie a ellos. Así se tratará de
hacer equitativa la repartición de Bienestar obtenida en los estados Sociales superiores.
Con estas consideraciones hemos visto que la Economía del Bienestar conduce a
violaciones importantes de los principios de libertad y justicia, generando
contradicciones entre sus modelos y el marco virtual deseado, por lo tanto si nuestros
hombres hipotéticos desean preservar los principios del Marco Virtual deberán recurrir
a otras opiniones distintas a las contenidas en le Economía del Bienestar.
5.- ¿Cuál es la Solución?.
Expondremos la propuesta contenida por John Rawls en su "Teoría de la Justicia", en
donde el autor trata de plantear los fundamentos que se deben considerar para alcanzar
una sociedad que respete un sentido por la justicia basado, en primer término, en
consideraciones sobre la libertad.
En esta obra Rawls parte de una situación hipotética a la que denominamos: Situación
inicial, en la cual los hombres son racionales, tienen un sentido moral de la justicia, son
reflexivos. En esta situación los hombres deben adicionalmente cumplir con ciertas
condiciones que garanticen una elección de reglas justa. Entre estas consideraciones
debemos señalar:
- Nadie debe estar colocado en una posición ventajosa o desventajosa, por la fortuna
natural o por las circunstancias sociales, a la hora de escoger los principios.
- Los individuos no serán capaces de proyectar las consecuencias de los principios en el
tiempo, o sea, no podrán anticipar cómo serán afectados por los principios.
- Las inclinaciones y aspiraciones particulares así como las concepciones que tienen los
sujetos sobre el bien, no serán capaces de afectar a los principios adoptados.
- Se deben eliminar aquellos principios que generarían conveniencias personales para su
aceptación.
- Se excluye el conocimiento de aquellos acontecimientos, hechos o circunstancias que
ponen a los hombres en situación de desigualdad y que les permitirían dejarse guiar por
sus prejuicios.
De la formulación de las condiciones anteriores de desprender lo que Rawls denomina
como: El velo de la ignorancia, es decir, aquella situación en donde las condiciones de
elección sean tales que, las reglas, normas o principios postulados sean realmente justos.
Los hombres sólo serán guiados por un mecanismo que es denominado Equilibrio
Reflexivo, es decir, un proceso que genere el punto en el cual los hombres encuentran
un balance entre sus juicios de valor y los principios que se quieren elegir. Procesos de
ajuste mutuo entre principio y juicios; es un punto de equilibrio ya que significa un
estado en donde los juicios de los hombres se adecuan a los principios. Debemos señalar
que es éste el mecanismo sugerido por Rawls para llegar a formular los principios que
garanticen una verdadera justicia. Los hombres reflexionan, comparan sus juicios de
valor con los principios, desechan principios, desestiman juicios, hasta que alcanzan un
punto en el cual les parece que existe plena concordancia entre los juicios y los
principios.
Lo importante de lo expuesto, grosso modo, es que los principios de la propuesta de
John Rawls son compatibles justamente con la promulgación de leyes formales, así lo
suponen las condiciones que definen el velo de la Ignorancia. Con la promulgación de
leyes formales se puede aprehender con facilidad el "Marco Virtual". Es por ello que la
concepción que sea escogida como sustento para elegir los Principios que permitan
promulgar estas leyes debe ser coherentes con los fundamentos mismos de ellas. Así
pues, la propuesta de Rawls constituye un asombroso intento por resguardar principios
tales como la libertad y la justicia.
6.- ¿Cuál es la Conclusión?
A pesar de nuestro osado intento por deducir los principios que deberían tomarse en
cuenta a la hora de aspirar a la construcción de la Sociedad Ideal, la conclusión es
penosa y desalentadora.
Cuando revisamos algunos de los rasgos principales de las Sociedades Modernas,
vemos que las mismas han desestimado en repetidas veces el sentido de justicia que se
deriva de la libertad. Observamos que las constituciones, de estas sociedades que
contienen un marco legal ca disciplinarias, es decir Sociedades fundadas sobre
principios contrarios a los decididos por los hombres hipotéticos de nuestro ensayo.
Ahora bien, ¿qué ocurre entonces?
- ¿Son acaso los hombres hipotéticos más inteligentes y racionales que los verdaderos?
- ¿Acaso no se han hecho suficientes esfuerzos para la construcción de Sociedades
Ideales?
- ¿Cómo se explica que las teorías científicas hayan postulado modelos como los
formulados, atropellando a la libertad?
- ¿Por qué los hombres se han sacrificado desestimando a la libertad?
- ¿Son irracionales acaso?
La única respuesta que puede surgir es este ensayo debe girar en tomo a una idea básica:
La libertad, la justicia, la equidad y la eficiencia no se decretan, no son verdades
absolutas que podamos imponer. Existen discursos que generan marcos éticos que son
en definitiva los que dictaminen qué es lo moral y qué no lo es, y en la modernidad el
"Marco Virtual" deseado no ha sido del todo privilegiado. Creemos que somos libres
cuando realmente nos acercamos a Sociedades en donde se violan frecuentemente los
principales fundamentos de la libertad. ¿Por qué?
Con este ensayo se espera recorrer un largo camino, se espera asentar las bases para una
línea de investigación que pretenda dar respuesta a las cuestiones aquí formuladas. Este
es sólo el primer paso.
- ¿por qué hemos confiado en estos modelos?
BIBLIOGRAFÍA
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(1974): Lecturas sobre la Economía del Bienestar.
Fondo de Cultura. Tr. Eduardo L. Suárez y Manuel Sánchez Sarto. México, D.F.
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