Introducción - Instituto Tomás Pascual Sanz

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Coordinador:
Dr. Carlos Luis de Cuenca y Esteban
Miembro de la Real Academia
de Ciencias Veterinarias.
Autores:
Dr. Alex Bach Ariza
Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote
Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras
Dra. M.ª Carmen Fuentes Álvarez
Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal
Dr. José Luis Ruiz Castillo
Dr. Antonio Velarde Calvo
Solicitada Acreditación
a la Comisión
de Formación Continuada
de las Profesiones Sanitarias
de la Comunidad de Madrid
© INSTITUTO TOMÁS PASCUAL SANZ
para la nutrición y la salud
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Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser
reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico,
incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de
almacenaje de información, sin permiso escrito del titular del copyright.
ISBN: 978-84-693-9023-8
Mejora genética del ganado bovino lechero . . . . . . . . . . . . . . Pág. 5
Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras
Servicio de Genética. Departamento de Producción Animal. Facultad
de Veterinaria. Universidad Complutense.
Alimentación en vacuno lechero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 47
Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal
Veterinario. NUTEGA, S.L.
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero . . . . . . Pág. 81
Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote
Académico correspondiente de RACVE. Profesor titular de Patología
Animal. Facultad de Veterinaria de Lugo. Universidad de Santiago
de Compostela (USC).
Manejo en explotaciones de vacuno de leche
e instalaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 107
Dr. José Luis Ruiz Castillo
Veterinario Consultor.
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Bienestar animal del vacuno lechero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 127
Dra. M.ª Carmen Fuentes Álvarez
Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Girona.
Dr. Alex Bach Ariza
Subprograma de Rumiantes, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Barcelona.
Dr. Antonio Velarde Calvo
Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Girona.
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Mejora genética del ganado
bovino lechero
Prof. Dr. Javier Cañón Ferreras
Servicio de Genética. Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria.
Universidad Complutense.
Introducción
La mejora genética, junto con la sanidad, la alimentación y la reproducción,
constituyen las herramientas básicas que han permitido el enorme progreso
alcanzado en bovino lechero. No tiene mucho sentido tratar de señalar a
alguna de estas herramientas como la pieza clave. Es evidente que todas se
necesitan mutuamente; es impensable que una vaca que genéticamente puede producir 10.000 litros de leche pudiera ser alimentada con los conocimientos de hace 40 años, como es difícil pensar que una nutrición adecuada pueda
hacer que una vaca produzca 10.000 litros cuando genéticamente sólo puede
producir 5.000.
Cualquier programa de mejora se estructura siguiendo una serie de pasos
muy similares, y lo que cambia de una a otra especie es el contenido de cada
una de esas etapas.
De una forma simplificada, un programa de mejora requiere completar, y por
el orden que se presentan, las siguientes etapas: 1) Definir el objetivo de
mejora, es decir, decidir qué caracteres son los que hay que mejorar, debido
a que contribuyen a los ingresos o a los gastos de la explotación; 2) Decidir
qué caracteres hay que registrar y en qué animales, es decir, establecer el sistema de evaluación genética; 3) Desarrollar el criterio de selección, es decir,
desarrollar índices de selección que combinen de forma óptima toda la información registrada en la etapa anterior; 4) Difusión de la mejora, esto es, organizar esquemas óptimos de difusión de la mejora mediante la utilización de
las técnicas de reproducción asistida disponibles.
Mejora genética del ganado bovino lechero
Lo que haremos en esta presentación es ir desarrollando con más o menos
profundidad cada una de las tres primeras etapas en el contexto del bovino
lechero.
Definición del objetivo de mejora u objetivo de selección
Decía J. W. James, genetista de la escuela de Edimburgo y profesor en la
Universidad de New South Wales (Australia), que la decisión más importante
en cualquier programa de mejora es la elección del objetivo de selección. Un
programa de selección muy eficiente para un objetivo erróneo puede ser
mucho peor que la ausencia de un programa de selección, de tal forma que el
progreso genético que se logre para ese objetivo erróneo puede dar lugar a
un deterioro económico.
Es posible que todos puedan estar de acuerdo en que el objetivo en bovino
lechero es, en términos generales, lograr un incremento del beneficio del
ganadero, y que lograr dicho incremento implica hacer más eficientes a los animales de su explotación manteniendo a un nivel adecuado su bienestar. La
complejidad surge a la hora de definir los elementos que deben tenerse en
cuenta para definir el beneficio del ganadero. Una forma sencilla de definir una
función de beneficios es combinar linealmente las variables que representan
ingresos y las que representan gastos. Así, por ejemplo, suponiendo que una
explotación sólo recibiera ingresos por la venta de la leche y sólo se computaran como gastos los de alimentación del ganado, esta función de beneficios
podría tener la siguiente forma:
B=p.l–c.k
[1]
donde: p representa el precio del litro de leche que le pagan al ganadero,
l representa los litros de leche que produce, c es el precio del kilogramo de alimento, y k son los kilogramos de alimento que se consumen
en la explotación.
La primera gran dificultad que surge para la definición del objetivo de selección
es consecuencia de las diferencias en la estructura de ingresos y costes entre
los ganaderos, y de la importancia relativa de las principales fuentes de ingresos y gastos, sobre todo cuando están bajo consideración ganaderos de muy
diferentes regiones, incluso países. De forma muy general podemos decir que
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Mejora genética del ganado bovino lechero
entre las fuentes de ingresos de una explotación lechera, la más importante
(80-90%) es la venta de leche (variable que incluye no sólo la cantidad de leche,
también depende de la calidad, contenido en grasa, proteína y calidad higiosanitaria), representando la venta de terneros (5-9%) y de vacas de desecho
(4-7%) el resto de ingresos relevantes de la explotación. Por otro lado, los principales costes variables son la alimentación (concentrados, 30-60%, y forrajes,
15-30%), gastos veterinarios y gastos en genética (reproducción y genética).
La mayoría de las variables mencionadas en el punto anterior deberán de formar parte de la ecuación [1], a partir de la cual es posible tener una idea de
la importancia económica relativa de cada una de ellas. Bastaría con responder a la siguiente pregunta: cuánto se modifica el beneficio si modificamos
(incrementamos o reducimos) en una unidad un determinado carácter, manteniendo el resto de caracteres invariables.
Este asunto, asignar la importancia relativa que en un programa de mejora
deben tener los caracteres a mejorar, es la segunda gran complejidad. Veamos algunas de las razones de esta dificultad. En principio la función de beneficios puede ser definida de varias formas, a diferentes niveles (explotación,
provincia, comunidad autónoma, país, etc.) y puede expresarse por litro de
leche producida, por vaca o por explotación. Parece lógico que, independientemente de cómo se definiera el beneficio, la importancia relativa de un carácter en un programa de mejora no dependiera ni de la forma o nivel al que
hemos definido el beneficio, ni de la unidad utilizada para definirlo.
Veamos un ejemplo sencillo utilizando los elementos que aparecen en la
ecuación [1].
En una situación de mercado en la que las producciones están sometidas a un
sistema de cuotas, como todavía lo es el caso del bovino lechero, se podría
pensar en que la mejor forma de definir el beneficio no es la que aparece en
[1], sino el cociente entre gastos e ingresos:
B=
c.k
p.l
[2]
Nuestro programa de selección pretende la mejora de dos caracteres: la cantidad de leche y el consumo de alimento. Lo que queremos es saber cuál es
la importancia relativa que estos caracteres deberían tener en el objetivo de
selección. Como hemos comentado anteriormente, la importancia económica relativa del carácter cantidad de leche (l) vendría dada por el incremento
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Mejora genética del ganado bovino lechero
que se obtiene en el beneficio (B) cuando aumentamos en una unidad (litro)
la cantidad de leche producida, manteniendo constante el consumo de alimento. Esto se puede obtener derivando la función de beneficios con respecto a cada uno de los caracteres de interés.
Si lo aplicamos a [1], tendríamos el siguiente resultado:
∂B
∂l
∂B
∂k
=p
=–c
Por lo que el valor relativo de un carácter frente al otro sería: –
p
c
Es decir, la importancia económica relativa sólo depende de los precios de la
leche (p) y del alimento (c).
Veamos ahora qué ocurre si en lugar de definir el beneficio como en [1], utilizamos la expresión [2]:
∂B
∂l
=
∂B
∂f
–c.k
pl2
=
c
pl
Por lo que el valor relativo de un carácter frente al otro sería: –
k
l
Es decir, en este segundo caso, la importancia económica relativa de estos
dos caracteres depende de la producción media de leche (l) y del consumo
medio de alimento (k), y no de los precios de la leche o del alimento, como
ocurría en el caso anterior. Como podemos ver, la importancia económica
relativa que estos dos caracteres tendrían en el objetivo de selección cambia
de manera significativa por el simple hecho de definir de una u otra forma la
función de beneficios, es decir, por el simple hecho de modificar cómo es la
relación entre ingresos y gastos.
Lo que hemos pretendido indicar con este sencillo ejemplo es que la decisión
sobre el peso relativo que un carácter debe tener en el objetivo de selección
no es trivial y puede ser muy compleja y sometida a una gran controversia.
Muchos expertos indican que bajo un sistema de cuotas, como el actual en
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Mejora genética del ganado bovino lechero
Europa, la importancia relativa del carácter sometido a la cuota sería más reducida que en aquellos lugares en los que este sistema de cuotas no rigiera.
De esta forma, la dirección del programa de mejora no tendría por qué ser el
mismo bajo esas diferentes circunstancias. Sin embargo, la tendencia genética
hacia vacas con mayores producciones podría dar lugar a mayores beneficios,
independientemente de la existencia o no de un sistema de cuotas, debido a
que se reduce el impacto de determinados costes, incluido el de alimentación.
Por otro lado, si la importancia económica relativa de la leche y sus componentes depende de los precios que paga la industria, es necesario tener en
cuenta el coste extra de alimentación asociado con dichas producciones, porque podría darse la situación de que dicho coste supere el diferencial de precio pagado por la industria. Además, en la medida que la leche sea utilizada
por la industria para producir derivados en mayor o menor proporción, variará la importancia relativa de los diferentes componentes de la leche. Así, una
industria que venda fundamentalmente leche líquida no tendrá tanto interés
en fomentar, a través de los sistemas de pago, los caracteres de composición,
como grasa, proteína, sólidos totales, etc. No obstante, la elevada correlación
genética entre cantidad de leche y cantidad de proteína o cantidad de grasa
hace innecesaria la discriminación entre objetivos que fomenten producción
lechera o producción de contenidos.
Aunque durante las últimas décadas la cantidad de leche ha constituido el
carácter más importante del objetivo de selección, hay, sin embargo, otros
caracteres de interés en bovino lechero que se incluyen con cierta frecuencia
en los programas de mejora de diversos países. Entre ellos, caracteres relacionados con la salud, fertilidad, facilidad de parto, velocidad de ordeño, temperamento o longevidad. Entre los caracteres relacionados con la salud del
animal, el más importante por su impacto económico posiblemente sea la
incidencia de mamitis (o una medida indirecta, el número de células somáticas), aunque también se incluyen en algunos países otro tipo de patologías
como las relacionadas con enfermedades metabólicas (cetonemias, fiebre
vitularia, etc.), retención placentaria, incidencia de quistes ováricos, desplazamiento de abomaso, neumonías, cojeras, etc.
Caracteres como tasa de no retorno al celo, número de inseminaciones por
gestación, intervalo entre el parto y nueva inseminación, intervalo entre partos,
o el intervalo entre parto y nueva gestación (días abiertos), constituyen los más
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Mejora genética del ganado bovino lechero
relevantes relacionados con la aptitud reproductiva. La dificultad al parto es un
carácter que puede tener un gran impacto económico debido al coste de
atención y a la elevada probabilidad de pérdida del ternero y de su madre.
Este carácter puede tener una cierta incidencia en novillas, y depende de la
genética de la madre y también de la del ternero. El carácter velocidad de
ordeño tiene un valor económico importante, sobre todo en determinados sistemas de ordeño en los que una única vaca con un ordeño significativamente
más lento retrasa el ordeño de un número importante de vacas que se ordeñan simultáneamente. Este retraso supone un incremento en los costes de
mano de obra. Relacionado con este carácter es el que se denomina temperamento, carácter al que resultaría difícil asignar un valor económico directo,
pero que resulta de gran interés para las tareas que implican un elevado nivel
de manejo, como son las actividades relacionadas con el ordeño.
Finalmente, un carácter que aparece cada vez más frecuentemente en los
objetivos de selección es la longevidad. Este carácter refleja la duración del
periodo de vida de un animal o la capacidad de una vaca para permanecer en
la explotación. La eliminación de una vaca de la explotación puede tener un
carácter involuntario cuando se produce por causas que no dependen del
ganadero, por ejemplo, un proceso patológico grave, o puede ser voluntaria
cuando depende de decisiones del ganadero, por ejemplo, bajo nivel productivo. Las ventajas que puede representar la mejora de este carácter tienen que
ver con la reducción de costes de reposición, el incremento de la proporción
de vacas con lactaciones de mayor media productiva, y con la posibilidad de
incrementar el número de animales que se eliminan voluntariamente, lo que, a
su vez, dará lugar a un aumento de la media del rebaño y a un incremento de
la tendencia genética de la explotación.
A pesar de que indicamos al principio de esta sección que uno de los costes
más importantes en el sistema de producción de bovino lechero es la alimentación, nada hemos comentado sobre caracteres relacionados con la eficiencia
alimentaria, o la eficiencia para transformar alimentos en leche. La importancia
económica de la alimentación es clara, aunque no lo es tanto el peso relativo
que podría tener en un objetivo de selección ya que, entre otros factores, es
muy dependiente del sistema de producción. Parece lógico pensar que la
importancia relativa de la alimentación puede ser diferente en sistemas de producción en los que el pastoreo es un elemento importante frente a sistemas en
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Mejora genética del ganado bovino lechero
los que la estabulación es el elemento dominante. Por otro lado, parece que
existe un gran consenso sobre la elevada correlación entre capacidad para
producir leche y eficiencia para transformar la energía ingerida en leche. De
hecho, las correlaciones genéticas entre cantidad de leche y eficiencia alimentaria o ingestión voluntaria superan el 80%. Esta elevada correlación genética
supone, en la práctica, que una selección para aumentar la producción lechera provocará también un incremento indirecto de la eficiencia para transformar
alimentos y de la capacidad para ingerirlos. Estas favorables correlaciones,
junto con el elevado coste que supone el registro preciso e individual del alimento (concentrados y forraje) que ingieren los animales en producción, son
los principales argumentos para justificar la no inclusión de estos caracteres en
los objetivos de selección. Sin embargo, algunos economistas llaman la atención sobre el hecho de que aunque, por las razones expuestas en el párrafo
anterior, no se registren caracteres de eficiencia alimentaria, sí sería de gran
interés incorporar al mérito genético de un reproductor el coste de alimentación adicional necesario para producir los diferenciales de producción de
grasa o proteína.
Tabla 1. Efecto sobre el índice PD$ (predicted difference dollars)
cuando se tiene en cuenta el coste del alimento necesario
para producir la grasa y proteína de la leche.
Semental
Méritos genéticos
PD$
Proteína
Ingresos en
relación al coste
marginal de la
energía (1)
PD$ por unidad
de coste
marginal de la
energía (2)
Leche
Grasa
A
+ 468
+ 10,9
+ 12,2
100
89
8,9
B
+ 171
+ 20,9
+ 4,5
100
85
6,5
(1) Se define como los ingresos relativos al coste marginal de la energía necesaria para producir la grasa y
proteína. Y se calcula mediante la forma: PD$ – [0,66 (mérito grasa) + 0,34 (mérito proteína)]. Se supone
que el coste del alimento por kilogramo de grasa producida es 0,66 y por kilogramo de proteína 0,34.
(2) Medida de la eficiencia en términos de PD$ por coste marginal de alimento, definido mediante la
expresión: PD$/[40,66 (mérito grasa) + 0,34 (mérito proteína)].
En la tabla 1, los sementales A y B tienen un mérito genético global similar, en
términos del índice sintético PD$. Sin embargo, si tenemos en cuenta el coste
de la energía necesaria para producir la grasa y la proteína, el mérito de ambos
animales puede cambiar al tener diferentes méritos genéticos para esos caracteres. Así, tanto en términos de ingresos relativos, como en términos de eficiencia, el semental A resulta superior al semental B. Es decir, el mero hecho
11
Mejora genética del ganado bovino lechero
de tener en cuenta el coste marginal del alimento necesario para las producciones modifica la clasificación relativa de los reproductores.
En España, en la raza Frisona, al objetivo de selección, la combinación lineal
de los méritos genéticos considerados ponderados por su importancia relativa, se le denomina ICO y constituye el índice de mérito genético global oficial
de CONAFE (http://www.conafe.com/documentacion/nuevo_ico09.htm).
Como se puede observar
en la imagen adjunta, en
la nueva propuesta realizada en 2010 para el objetivo de selección, los caracteres morfológicos tienen un peso global del
35%, y el carácter individual con más peso es el
de cantidad de proteína
(32%).
Esquema de evaluación genética
Debemos entender por esquema de evaluación el conjunto de caracteres
que se registran, en qué animales se miden y dónde están ubicados dichos
animales.
En el punto anterior hemos podido decidir qué variables inciden en el resultado económico de una explotación y cuál sería su importancia relativa dentro de un programa de selección. Sin embargo, en muchas ocasiones un
carácter que tiene un gran impacto económico puede plantear problemas
para ser registrado (difícil o costoso de medir) de manera habitual en muchos
animales, registrarse tarde en la vida del animal, incluso después de su sacrificio, o puede que manifieste un reducido nivel de heredabilidad. Por ejemplo, la incidencia de mamitis representa un factor económico importante en
bovino lechero, sin embargo, registrar de forma precisa esta patología no es
tarea sencilla y, además, su heredabilidad es muy reducida. La alternativa que
tenemos es registrar el número de células somáticas, carácter más sencillo de
medir, con un valor de heredabilidad más alto, y con una elevada correlación
12
Mejora genética del ganado bovino lechero
genética con susceptibilidad/resistencia a mamitis. Por lo tanto, nuestro interés es reducir la incidencia en mamitis, y es este carácter el que debe figurar
en nuestro objetivo de selección, sin embargo, lo que nosotros registramos
no es esta incidencia en mamitis, sino un carácter relacionado, como es el
número de células somáticas.
Es importante tener muy clara la diferencia entre lo que representa el objetivo
de selección y la información que se registra en el esquema de evaluación.
El progreso genético por unidad de tiempo (por año, por ejemplo) puede
expresarse de forma sencilla mediante la siguiente fórmula:
∆G =
i . rgg . σg
[3]
L
En esta expresión [3], i se refiere a la intensidad de selección que estamos aplicando, rgg se refiere a la precisión con la que estimamos el mérito genético de
un animal, medida en términos de correlación entre el mérito genético estimado y su verdadero mérito genético, σg es la variabilidad de los méritos genéticos, medida en términos de desviación típica, y L se refiere al intervalo entre
generaciones, es decir, la edad que tiene un reproductor cuando decidimos
quedarnos con un descendiente suyo para reproductor.
De los términos que aparecen en la expresión que mide el progreso genético
[3] nos interesa ahora comentar el término de la precisión (rgg ). De acuerdo con
la expresión [3], cuanto mayor sea la precisión mayor será la ganancia genética esperada por año. La precisión con la que estimamos el mérito genético de
un animal para un determinado carácter depende básicamente de la heredabilidad del carácter y de la cantidad de información disponible para estimar
dicho mérito genético. Así, cuanto mayor sea la heredabilidad de un carácter,
mayor precisión, y cuantos más registros dispongamos en el propio animal o
en sus parientes, mayor precisión. La precisión también depende de cómo
están distribuidos los registros de los parientes de dicho animal entre los diferentes niveles ambientales que consideremos, por ejemplo, de cómo están
distribuidas las hijas con lactaciones controladas de un semental entre los diferentes rebaños del control lechero, así como de cuántas hijas de otros toros
hay en esos mismos rebaños, lo que se conoce como hijas contemporáneas
del toro objeto de análisis. Siempre es posible aproximar este término a su
máximo valor, la unidad, todo lo que queramos, será cuestión sólo de registrar
13
Mejora genética del ganado bovino lechero
las producciones de un mayor o menor número de parientes de dicho animal.
Si la heredabilidad del carácter es baja, el número de parientes necesarios
para aproximarse a 1 será más elevado que si la heredabilidad del carácter es
muy elevada.
En la tabla 2 adjunta aparecen los valores de la precisión rgg en función del número de hijas del semental y de la heredabilidad del carácter.
Tabla 2. Precisión del mérito genético obtenido para un reproductor
en función del valor de la heredabilidad del carácter y del
número de hijos del reproductor.
N.º de hijas
1
10
20
50
100
500
Valores de heredabilidad
0,1
0,2
0,4
0,6
0,9
0,16
0,45
0,58
0,75
0,85
0,96
0,22
0,59
0,72
0,85
0,92
0,98
0,32
0,73
0,83
0,92
0,96
0,99
0,39
0,80
0,88
0,95
0,97
0,99
0,47
0,86
0,92
0,97
0,98
1,00
Cuando la heredabilidad es muy baja (0,1), el beneficio de registrar lactaciones
de muchas hijas es elevado, multiplicándose por 6 la precisión cuando pasamos de registrar una a 500 hijas. Sin embargo, cuando la heredabilidad es muy
elevada (0,9), la precisión de registrar una hija o 500 tan sólo duplica su valor.
Parece claro, por lo tanto, que el beneficio de registrar la producción de muchas hijas para conocer el mérito genético de su padre es más rentable cuando la heredabilidad es reducida que cuando es elevada.
La decisión de cuál debe ser la precisión del mérito genético de un reproductor es importante porque va a condicionar el coste del programa de mejora e
influir en las otras variables de la expresión [3]. Supongamos que deseamos
poner en marcha un programa de selección para el carácter "litro de leche"
con una heredabilidad de 0,20, que el dinero disponible para control lechero
es fijo y permite mantener en control a 10.000 vacas para probar nuevos sementales, y que necesitamos poner en funcionamiento todos los años cinco
nuevos toros. Podemos plantear diferentes estrategias que combinen, en primer lugar, las variables que aparecen en la expresión [3]. Una posibilidad es
probar 100 toros, cada uno de los cuales podrá ser juzgado por la producción
14
Mejora genética del ganado bovino lechero
de 100 hijas, en total 10.000 vacas en control. Elegir los cinco mejores sementales de 100 corresponde con un valor de intensidad de selección (i) de 2,064,
y, como puede observarse en la tabla anterior, la precisión obtenida sería de
0,92. Aplicando la expresión [3] nos daría como resultado un progreso genético por generación de 1,899 unidades de desviación típica genética (una unidad de desviación típica genética puede equivaler a 500 litros). Una alternativa es probar muchos más toros, cada uno de ellos con un número inferior de
hijas, por ejemplo, 500 toros, cada uno con las producciones de 20 hijas. En
este caso la intensidad de selección será mayor al seleccionar el mejor 1%, lo
que nos daría una intensidad de selección de 2,665, valor que, multiplicado
por la precisión que aparece en la tabla 2, indicaría un progreso genético en
unidades de desviación típica genética de 1,919. Parece que esta segunda
estrategia logra un mayor progreso genético en el supuesto planteado, pero
para saber si es el más razonable en términos económicos habría que tener en
cuenta otros factores adicionales, entre ellos los dos más importantes dependerían del coste de mantenimiento de los sementales en prueba (en el segundo caso hay que mantener 500 sementales, en lugar de 100) y del grado de
difusión del diferencial genético logrado en los sementales seleccionados, ya
que no es lo mismo que el diferencial genético afecte a unos pocos cientos de
vacas, a que sean miles las vacas afectadas por ese diferencial genético.
Para resumir, suponiendo un precio por litro de leche de 0,37 €, un intervalo
entre generaciones de 5 años, que el diferencial genético de los sementales se
transmitiera por completo a sus hijas y que éstas fueran 50.000, la segunda
estrategia daría lugar a un ingreso anual de unos 36.850 € más que la primera
estrategia, es decir, que si el coste de mantenimiento anual de esos 400 toros
adicionales respecto a la primera estrategia supera esa cantidad, resultará más
rentable valorar un menor número de sementales.
Con estos ejemplos tratamos de llamar la atención sobre los elementos o
variables a considerar cuando se plantean decisiones sobre esquemas de evaluación. Decíamos más arriba que la elección de los caracteres a registrar
depende no sólo del coste que esta operación implica, también de la precisión
que sobre el mérito genético de los animales nos proporciona dicho registro,
es decir, de la heredabilidad de los caracteres y de las correlaciones genéticas
entre éstos. En la tabla 3 se presentan rangos en los que dichos parámetros se
mueven para los caracteres más importantes en bovino lechero.
15
Mejora genética del ganado bovino lechero
Tabla 3. Heredabilidades (1) (en la diagonal) y correlaciones genéticas
para los caracteres de producción lechera.
Leche
Leche
Grasa
Proteína
Lactosa
% Grasa
% Proteína
0,25-0,35
0,85
0,90
0,95
– 0,27
– 0,30
0,25-0,35
0,87
0,67
0,26
– 0,11
0,25-0,35
0,81
– 0,15
– 0,10
0,20-0,30
– 0,36
– 0,29
Grasa
Proteína
Lactosa
% Grasa
% Proteína
0,30-0,45
0,55
0,35-0,50
(1) Los valores son promedios de valores que se encuentran en la bibliografía, por lo que es posible encontrar
estimaciones fuera de los rangos que aparecen en esta tabla.
Finalmente, hasta la actualidad, el esquema tradicional de evaluación genética en bovino lechero se basa en el registro de todos o una mayoría de los
caracteres que aparecen en la tabla anterior en vacas sometidas a control lechero en explotación, hijas de los toros a ser probados. Por lo tanto, la decisión de selección de mayor impacto en bovino lechero se establece sobre la
base de la información que proporciona la descendencia; es un ejemplo típico
de valoración por descendencia.
Sin embargo, no debemos olvidar que, siendo esta etapa de selección la de
mayor trascendencia, no es la única en la que se toman decisiones de selección. Todos los años nacen miles de machos, pero sólo unos pocos pasan a ser
probados por selección. El filtro se establece con la información que proporcionan los padres de los toros, es decir, sólo aquellos padres (toros y vacas) con
los méritos genéticos más elevados podrán dar lugar a toros elegibles para ser
probados por descendencia. Por lo tanto, en esta primera etapa de selección,
la información es proporcionada por los padres, se trata pues de un esquema
de evaluación basado en ascendentes, esto es, en la información que proporcionan los padres del candidato.
En la expresión [3] hay otra variable a tener en cuenta para la toma de decisiones sobre el esquema de evaluación, es el denominador de la expresión, L, el
denominado intervalo entre generaciones. El progreso genético, en términos
económicos, debe ser expresado por unidad de tiempo, por ejemplo, por año.
Un esquema de evaluación basado en descendientes garantiza precisiones elevadas, es decir, valores elevados en el numerador de la expresión [3], pero esta
16
Mejora genética del ganado bovino lechero
decisión tiene también implicaciones sobre el denominador, el intervalo entre
generación que, por lo general, será elevado si decidimos utilizar a los descendientes para evaluar a sus padres. Si suponemos que un toro empieza a producir semen y ser utilizado a los 12 meses, 9 meses después nacerán las hijas del
toro, y cuando éstas tengan 25 meses comenzarán la primera lactación, que se
completará 10 meses después. Por lo tanto, el toro tendrá aproximadamente 5
años cuando se pueda tomar la decisión sobre su calidad genética, siendo
estos 5 años el mínimo de duración del intervalo entre generaciones.
En la práctica, la transmisión genética de una generación a otra se produce por
cuatro vías: toro-toro, toro-vaca, vaca-toro, vaca-vaca. El resultado global del
programa de mejora será el que se obtenga de sumar los resultados parciales
de cada una de estas vías, según la expresión siguiente:
∆GT =
∆GT - T + ∆GT - V + ∆GV - T + ∆GV - V
LT - T + LT - V + LV - T + LV - V
En la tabla 4 figuran valores medios en un programa de selección tradicional
de bovino lechero de los intervalos entre generaciones (L), intensidades de
selección (i) y precisiones (rgg), así como el progreso genético por generación
de selección (∆G) y anual (∆G/L) global y para cada una de las cuatro vías de
transmisión genética.
Tabla 4. Progreso genético obtenido para cada una de las cuatro vías
de transmisión genética.
Vía de
transmisión
genética
Intervalo entre
generaciones
en años (L)
Intensidad
de selección
(i)
Precisión
(rgg)
Progreso
genético
(∆G = i . rgg)
Progreso
genético
(∆G/L)
Toro-toro
(padres de toros)
6,5
2,06
0,99
2,04
0,31
Toro-vaca
(padres de vacas)
6
1,40
0,75
1,05
0,18
Vaca-toro
(madres de toros)
4
2,42
0,60
1,45
0,36
Vaca-vaca
(madres de vacas)
4,25
0,27
0,50
0,14
0,03
4,68
0,23
Global
20,75
17
Mejora genética del ganado bovino lechero
Como podemos observar en esta tabla, la vía que mayor progreso genético
proporciona por generación es la de la elección de los sementales padres de
toros (2,04). Sin embargo, es importante llamar la atención sobre el hecho de
que cuando hacemos el cálculo del progreso genético anual, la vía vaca-toro
supera a la vía toro-toro. La razón es evidente, aunque en la vía vaca-toro el
progreso genético por generación es más reducido (1,45 vs. 2,04), debido
exclusivamente a la menor precisión en el conocimiento del mérito genético
de las vacas madres de toros que el de los toros padres de toros, el menor
intervalo entre generaciones de esta vía frente a la de toro-toro (4 años vs. 6,5
años) permite progresos genéticos más rápidos.
Los resultados que aparecen en la tabla 4 están expresados en unidades de
desviación típica genética, por lo que para obtener la ganancia genética esperada para un carácter concreto debemos multiplicar los valores que aparecen
en las dos últimas columnas de dicha tabla por el valor de la desviación típica
genética. Por ejemplo, para los kilogramos de leche producida por lactación
normalizada a 305 días, esta desviación típica genética podría tener un valor
entre 200 y 300 kg, por lo que el progreso global anual esperado de la tabla 4
sería: 0,23 x 300 = 69 kg de leche.
Esquema de evaluación basado en la descendencia
Un elemento peculiar en bovino lechero sobre el que queremos llamar la atención es el hecho de que nuestro deseo es conocer el mérito genético de los
toros para caracteres que no se expresan en los machos, ya que en el caso del
bovino lechero la información económica de interés está exclusivamente relacionada con las hembras, por lo que los animales en los que se registrará la
información relevante se refiere obviamente a las vacas ubicadas en las explotaciones que participan en el control lechero. Por lo tanto, para conocer el mérito genético de un semental, del que no tenemos información registrada de ningún carácter productivo, necesitaremos disponer de información registrada en
parientes hembras de dicho semental. Se plantea, por lo tanto, la necesidad de
tomar decisiones sobre qué tipo de pariente, madre, hermana, hija, es preciso
utilizar y en qué número. Este tipo de decisiones están condicionadas, entre
otros factores, por el valor de algunos parámetros genéticos de los caracteres
a registrar, y la decisión que se tome será la que maximice el progreso genético esperado, como se muestra en [3]. Como la heredabilidad de la mayoría de
18
Mejora genética del ganado bovino lechero
los caracteres productivos tiene unos valores relativamente bajos, la información
que proporciona uno o unos pocos parientes próximos (por ejemplo, la madre
o algunas medio hermanas) sobre el mérito genético de un semental puede
que no tenga una elevada precisión. Sin embargo, es relativamente sencillo,
mediante la utilización de inseminación artificial, obtener un elevado número de
hijas de un semental cuya información sí proporcionará un valor genético del
semental con elevada precisión (como puede verse en la tabla anterior).
La base del esquema de descendencia es la comparación entre las producciones de las hijas de los toros en prueba con las hijas de otros toros que están
produciendo en el mismo rebaño, año y época. Estas producciones, convenientemente promediadas entre todas las explotaciones, años y épocas, son
utilizadas para la predicción del mérito genético de los toros en prueba.
Hay una serie de características que se pueden considerar comunes en la
mayoría de los países que tienen establecidos estos esquemas.
En este esquema tradicional de bovino lechero, en el que la estrategia central
es la valoración por descendencia, es decir, lo que habitualmente se llama un
esquema basado en la prueba de progenie (progeny testing scheme, como
habitualmente se denomina en inglés), podríamos señalar dos puntos débiles,
que podrían ser paliados, al menos en parte, mediante esquemas alternativos.
Los puntos, digamos, menos favorables son, por un lado, el elevado intervalo
entre generaciones en la vía del toro, consecuencia de la prueba de la descendencia; por otro, la reducida precisión que se obtiene en la vía materna. Para
paliar, parcialmente, el primer problema podríamos seleccionar los toros sobre
la información proporcionada por otro tipo de parientes, por ejemplo, hermanas o medio hermanas, cuyas producciones pueden estar disponibles antes
que las de las hijas del semental. La forma de paliar, en parte, el segundo problema consistiría en aumentar en un tiempo razonable el número de parientes
de las vacas, por ejemplo, como en el caso anterior, utilizando información de
hermanas o medio hermanas. Por lo tanto, la cuestión importante es, de qué
manera sería posible disponer de un número de hermanas o medio hermanas
elevado para que su información pueda proporcionar valoraciones genéticas
precisas tanto de hermanos machos como de hermanas hembras. La respuesta obvia es la utilización de las técnicas de transferencia de embriones. El desarrollo de estas técnicas de reproducción asistida permitió el de los denominados esquemas MOET (del inglés, multiple ovulation and embryo transfer),
basados precisamente en esas técnicas reproductivas.
19
Mejora genética del ganado bovino lechero
El origen de estos diseños MOET hay que buscarlo en los denominados
esquemas de núcleos de mejora (en inglés, nucleus breeding schemes) que
surgieron antes de la extensión de los programas basados en pruebas de progenie. Básicamente se trataba de la utilización de equivalentes a los conocidos
como centros estaciones de "testaje" o de valoración de rendimientos, de
forma que permitían la comparación entre las producciones de los animales
sometidos a unas mismas condiciones ambientales. Una alternativa fue la creación de un gran rebaño "virtual", constituido por varios núcleos, en los que se
registraban las producciones de las hijas de los toros jóvenes en prueba. Estos
esquemas de evaluación tienen una serie de ventajas, entre ellas: 1) facilidad y
rapidez en la toma de decisiones sobre los objetivos, caracteres a registrar y
precisión de las medidas; 2) se elimina el riesgo que significa el tratamiento
preferencial; 3) posibilidades de registrar un mayor número de caracteres, y
caracteres más difíciles de medir, por ejemplo, patologías o, en general, caracteres relacionados con la salud; 4) costes más reducidos; 5) la reducción de la
variabilidad ambiental incrementa la heredabilidad de los caracteres y la precisión de los méritos genéticos, lo cual incide en el incremento de la eficiencia
del programa de selección.
Sobre la base de estos esquemas surgen los programas MOET, basados en las
posibilidades que ofrecen las técnicas de reproducción asistida para la transferencia de embriones. De esta forma, aquellas vacas élite, de mayor mérito
genético, se pueden constituir en hembras donantes de embriones y proporcionar un mayor número de descendientes. La posibilidad de garantizar un
elevado número de descendientes por vaca mejora una de las causas importantes de ineficiencia en los esquemas tradicionales de valoración por descendencia, relacionado con bajos niveles de gestación, y, como consecuencia, el
elevado número de vacas que deben ser inseminadas para producir las hijas
con controles lecheros finalizados necesarias para obtener una determinada
precisión en la valoración genética de sus padres. Este fenómeno afecta fundamentalmente a la intensidad de selección de la vía vaca-toro.
En los años 80 del siglo anterior, se proponen esquemas MOET como alternativa a los tradicionales basados en pruebas de descendencia. Estos esquemas
se basan en la generación de familias de hermanos completos cuya información será utilizada tanto para seleccionar toros jóvenes como futuras donantes
de embriones. En estos esquemas, los toros son seleccionados con la información que proporcionan sus hermanas, en lugar de utilizar la que proporcionan
20
Mejora genética del ganado bovino lechero
sus hijas, como ocurre en los tradicionales basados en prueba de progenie. La
ventaja es evidente en términos de intervalo entre generaciones si tenemos en
cuenta que las hermanas de un toro van a completar su primera lactación
mucho antes que las hijas de ese toro. Sin embargo, el resultado final del programa de selección deberá tener en cuenta no sólo la reducción del intervalo
entre generaciones (el denominador en la ecuación [3]), también debe contabilizar qué ocurre con la precisión (numerador en la ecuación [3]), que suele ser
más reducida en los esquemas MOET, debido a que el número disponible de
hermanas suele ser inferior al disponible de hijas.
Podemos esquematizar dos tipos de programas MOET en función del tipo de
información que utilicemos para seleccionar a las futuras donantes de embriones. En el denominado esquema MOET joven, la selección de las donantes de
embriones se basa exclusivamente en la información de los ancestros (padres),
mientras que en los denominados MOET adulto, la selección se basa en la
información conjunta de una lactación de la propia candidata y la proporcionada por el resto de parientes (por ejemplo, hermanas o medio hermanas). En
estos esquemas MOET, joven y adulto, el intervalo medio entre generaciones
está alrededor de 1,8 y 3,7 años, respectivamente, muy inferior a los algo más
de 6 años que se obtiene para este intervalo en los programas de pruebas de
progenie tradicionales.
Los principios básicos que subyacen en estos esquemas de núcleos de mejora, constituidos por un reducido número de explotaciones, en los que las técnicas de reproducción asistida pueden ser aplicadas de forma masiva y muy
eficientemente, es muy posible que constituyan los elementos más valiosos
para la puesta en funcionamiento de nuevas estrategias de selección basadas en la información que proporciona directamente el genoma de un animal a través del genotipo de miles de genes del que es portador, lo que se
empieza a conocer como selección genómica, que veremos más adelante.
En la actualidad, los esquemas MOET se encuentran integrados, como una
herramienta más, dentro de los programas basados en la descendencia, por lo
que no deben ser considerados como alternativa a dichos programas, sino
como un complemento que mejora algunos de los aspectos relacionados con
las variables de la ecuación [3].
Dos ventajas que pueden proporcionar los núcleos MOET integrados en los
esquemas de progenie. La primera es que los núcleos MOET permiten dispo-
21
Mejora genética del ganado bovino lechero
ner de una información más precisa sobre las madres de futuros sementales de
lo que lo hace el esquema tradicional. Dos son las razones fundamentales para
que esto sea así: 1) menor posibilidad de tratamiento preferencial; 2) mayor
número de parientes próximos, hermanas y medio hermanas. La segunda ventaja de los núcleos MOET es que constituyen una buena fuente de toros jóvenes para su valoración por descendencia al disponer de mayor información
sobre dichos toros, que es proporcionada por el grupo de hermanas o medio
hermanas al que pertenecen.
El control lechero
Los esquemas tradicionales de prueba de la descendencia en bovino lechero
se basan en programas nacionales de control lechero. Las características de
estos programas de control están cada vez más estandarizadas entre los diferentes países, encargándose de desarrollar los procedimientos y normas el
ICAR (International Committee for Animal Recording) (www.icar.org) o Comité
Internacional para el Control del Rendimiento Animal, que establece los procedimientos normalizados internacionales sobre comprobación de rendimientos de las especies ganaderas (http://www.icar.org/Documents/Rules%20and
%20regulations/Guidelines/Guidelines_2009.pdf).
Mediante el control lechero se registran los caracteres más relevantes que posteriormente son utilizados para la obtención de los méritos genéticos de los
animales implicados en la selección. La recogida de información se basa en la
visita mensual a cada explotación adscrita al programa de un controlador, el
cual registrará la leche producida en los dos (a veces tres, a veces un único control, que se alternan en las sucesivas visitas entre el control de tarde y el control de mañana) ordeños diarios de las vacas incluidas en el programa de selección. El controlador se encarga también de la toma de muestras para los análisis de composición y calidad de la leche, grasa, proteína y células somáticas.
Aunque lo habitual para valorar los méritos genéticos de los reproductores ha
sido la utilización de la información de una lactación completa, entendida
como aquella que se obtiene utilizando los resultados de los controles mensuales (aproximadamente, 305 días en lactación que equivalen a 10 controles
mensuales) durante un tiempo fijo [lactación normalizada (1)], con cierta fre(1) La lactación normalizada es aquella que se calcula sobre una duración o longitud estándar; por ejemplo, en bovino lechero es habitual la duración estándar de 305 días. Sin embargo, la lactación natural se entiende que es la
cantidad de leche (grasa o proteína) producida a lo largo de la lactación, independientemente de su duración. Si
la duración de la lactación es inferior a 305 días coincidirán ambas producciones.
22
Mejora genética del ganado bovino lechero
cuencia la información de lactaciones más cortas han sido aprovechadas para
obtener valoraciones genéticas. Por otro lado, vacas con elevadas producciones difícilmente pueden dar lugar a intervalos entre partos de 365 días, y
parece ser que, en determinados ambientes, puede ser más eficiente desde
un punto de vista biológico y económico, en estos casos, alargar la lactación.
Una alternativa para obtener el mérito genético de una vaca puede ser utilizar todos los controles individuales que se han obtenido para esa vaca, habitualmente entre ocho y nueve, y como las congelaciones genéticas entre los
caracteres de producción entre sucesivos controles son muy elevadas, es
posible la utilización de un reducido número de controles para predecir el
mérito genético. La utilización de controles individuales ha favorecido la práctica de la extensión de las lactaciones a partir de los primeros controles lecheros para predecir la producción total y obtener así una valoración genética
"precoz", con el beneficio de una importante reducción en el intervalo entre
generaciones.
Para obtener la cantidad de leche, grasa o proteína natural o estandarizada por
lactación se utiliza el método Fleischmann, que se basa en el cálculo de la
siguiente expresión:
producción =
Σ
(pi + pi+1)
2
n.º controles
x (di + 1 – di)
siendo: pi la producción (de kilogramos de leche, grasa o proteína) en el control número i, donde i va de 0 (parto) a n (secado); di son los días que
la vaca lleva en lactación cuando se le realiza el control número i.
En la tabla 5 figuran los resultados del control lechero en España durante el
año 2008.
Tabla 5. Resultados del control de rendimiento lechero del periodo enerodiciembre de 2008 (año natural).
N.° de
Edad
lactaciones (meses) Días
Lactación natural
kg
kg
Leche Grasa
Lactación ajustada a 305 días
kg
%
% Rend. kg
kg
kg
%
%
Prot. Grasa Prot. diario Leche Grasa Prot. Grasa Prot.
1.ª
108.716
26
376 10.074
369
326
3,67
3,24 26,83 8.368
301
265
3,61 3,18
2.ª y sucesivas
239.857
60
366 10.840
400
346
3,7
3,2
29,61 9.435
344
296
3,65 3,14
Todas
348.573
49
369 10.601
390
340
3,68
3,21 28,73 9.102
330
286
3,63 3,15
Datos obtenidos en http://www.conafe.com/clechero/rendimientos.htm
23
Mejora genética del ganado bovino lechero
Calificación morfológica
El registro de caracteres de conformación o de tipo ha sido una de las características tradicionales en bovino lechero, y no exento de cierta polémica. En
primer lugar, hasta la implantación del actual sistema de calificación lineal, los
caracteres que se registraban adolecían de una serie de problemas que difícilmente justificaban su utilización en programas de mejora. Se trataba de caracteres con una fuerte componente subjetiva, muy poco repetibles y con reducida o nula correlación genética con los caracteres de interés económico. Por
otro lado, era conceptualmente difícil entender cómo estos caracteres podían
incluirse en un objetivo de selección cuando era complicado entender cuál era
su contribución económica. Es cierto que cuando una parte de la actividad
económica de una ganadería se basa en la venta de reproductores, y esa venta
depende, en gran medida, de la morfología, estos caracteres tendrían una
contribución económica en la función de beneficios de esas explotaciones. Sin
embargo, parece evidente que la mayoría de las explotaciones que tienen
vacas de aptitud lechera tiene como objetivo obtener beneficios de la venta
de lo que sus animales producen y no de la venta de reproductores.
Actualmente, la valoración morfológica se basa en un método de evaluación
lineal, en España, vigente desde 1984 y que registra información de 21 características o rasgos (tabla 6).
Tabla 6. Caracteres descriptivos que se evalúan en cada animal en una
escala del 1 al 9, valores que representan los extremos
biológicos de cada uno de los caracteres.
Rasgos descriptivos
Estatura
Tercio anterior
Pecho
Lomo
Profundidad corporal
Anchura de grupa
Ángulo de la grupa
Ángulo podal
Calidad del hueso
Vista lateral patas
Vista posterior patas
Movilidad de patas
Textura de la ubre
Inserción anterior
Altura inserción posterior
Anchura inserción posterior
Ligamento suspensor medio
Profundidad de la ubre
Colocación pezones anteriores y posteriores
Longitud pezones anteriores
Angulosidad
Condición corporal
En negrita los caracteres que más aportarían a la economía de una explotación.
24
Mejora genética del ganado bovino lechero
Aunque es cierto que para una mayoría de los caracteres incluidos en el sistema actual de evaluación lineal las puntuaciones siguen teniendo una componente de subjetividad, al estar basados en una apreciación visual, los resultados que se obtienen son más repetibles, los caracteres tienen heredabilidades
más elevadas, y existen correlaciones genéticas significativas (tabla 7) entre
algunos de los caracteres lineales de tipo y caracteres de importancia económica (longevidad, resistencia a enfermedades, producción lechera, etc.).
Tabla 7. Correlaciones genéticas entre algunos de los caracteres de
tipo y caracteres productivos de interés económico.
Longevidad
Estatura
Profundidad corporal
Anchura de grupa
Ángulo de la grupa
Ángulo podal
Vista lateral patas
Inserción anterior
Ligamento suspensor medio
Profundidad de la ubre
Colocación pezones anteriores y posteriores
Longitud pezones anteriores
Angulosidad
0,00
– 0,03
– 0,11
0,03
0,09
– 0,05
0,06
0,02
0,14
0,00
– 0,19
0,13
Producción Producción
lechera
proteína
0,22
0,24
0,00
– 0,11
0,02
0,07
– 0,29
0,10
– 0,48
0,38
0,18
0,44
0,25
0,24
0,00
– 0,11
0,07
0,07
– 0,28
0,15
– 0,44
0,36
0,17
0,43
La heredabilidad de estos caracteres varía de forma significativa, siendo relativamente reducida para
caracteres como vista lateral o vista posterior de patas, ángulo podal (0,10-0,15), y relativamente elevada en
Caracteres reproductivos
En la mayoría de los programas nacionales de control lechero se registran
datos relativos a las inseminaciones realizadas, a partir de los cuales se puede
obtener información sobre caracteres reproductivos de interés en bovino
lechero.
La intensa selección artificial para caracteres de producción a que se han visto
sometidas algunas de las razas bovinas de aptitud lechera ha tenido como
consecuencia una depresión de aquellos caracteres relacionados con la efica-
25
Mejora genética del ganado bovino lechero
cia biológica, entre los que se encuentran un buen número de caracteres
reproductivos. Esta depresión es consecuencia de dos fenómenos que se
solapan en cierto modo. Por un lado, es sabido que cuando la selección artificial para algún carácter productivo avanza, la eficacia biológica se reduce, y
con ella se reduce la media de todos los caracteres correlacionados con dicha
eficacia biológica, entre los que se encuentran de forma destacada muchos
de los caracteres reproductivos. Por otro lado, las intensas presiones de selección son posibles gracias a la posibilidad que ofrecen las técnicas de reproducción asistida en bovino lechero de utilizar un reducido número de reproductores, lo cual da lugar a una drástica reducción de los censos efectivos (2)
bajos de la población y, como consecuencia, a incrementos en los niveles de
endogamia (3).
Es bien conocido el fenómeno de la depresión endogámica o depresión consanguínea, que afecta fundamentalmente a los caracteres reproductivos, aunque también pueden verse afectados de forma significativa algunos caracteres productivos, como la producción lechera o la de grasa. Han sido, en gran
medida, estos fenómenos de reducción de censos efectivos e incremento en
endogamia los que recientemente han fomentado estrategias de cruzamiento entre razas de aptitud lechera con el fin de incrementar la media de los
caracteres relacionados con la aptitud reproductiva a través del denominado
vigor híbrido, efecto este de signo contrario al de la depresión endogámica.
Aunque está por ver si este "renacimiento" del cruzamiento se prolonga en
el tiempo, en qué condiciones y bajo qué sistemas de producción, conviene
recordar que el efecto de la heterosis es completo en la F l, pero se reduce a
la mitad en una F2.
Como puede verse en la tabla 8, las heredabilidades de los caracteres reproductivos que comúnmente se registran en los programas de evaluación de reproductores son generalmente muy reducidas, lo que dificulta su selección directa.
(2) El censo efectivo de una población (Ne) puede definirse como el censo de una población que, si mantuviera una
estructura reproductiva óptima, expresaría los niveles de variabilidad genética encontrados, o como el número de
animales que darían lugar al incremento en endogamia observado si su contribución a la generación siguiente
fuera idéntica. Cuando se tiene conocimiento de la estructura reproductiva de la población es posible aproximar
el cálculo del censo efectivo a partir del censo real de reproductores, así, por ejemplo, cuando el número de reproductores machos (Nm) y hembras (Nh) es diferente, el censo efectivo se puede aproximar mediante la expresión:
4NmNh Así, por ejemplo, si suponemos una población con un millón de vacas y un único semental el censo
Nm + Nh efectivo aproximado de esa población será cuatro.
(3) Recordemos que existe una relación entre censo efectivo (Ne) e incremento en consanguinidad (∆F) a través de la
expresión: ∆F = I/(2Ne). Por lo tanto, en el ejemplo anterior, de un censo efectivo de cuatro, esperamos que en
cada generación la endogamia aumente en la cantidad de 1/8, es decir, 12,5%, lo que equivale a la endogamia a
que daría lugar el apareamiento entre medio hermanos.
26
Mejora genética del ganado bovino lechero
Tabla 8. Heredabilidades de algunos de los caracteres reproductivos
que habitualmente se registran en bovino lechero.
Carácter
N.° de inseminaciones por gestación
Días hasta primera inseminación
Días abiertos
Intervalo entre partos
Dificultad al parto (1)
Mortalidad perinatal (1)
Heredabilidad
0,01-0,03
0,01-0,03
0,01-0,03
0,03
0,03-0,20
0,01-0,05
(1) La heredabilidad de estos caracteres es un poco más elevada cuando se mide en la escala continua
subyacente.
Caracteres relacionados con la salud
Utilizando los mismos argumentos que en el apartado anterior, podemos pensar que la presión de selección ejercida sobre determinados caracteres productivos puede dar lugar a un aumento considerable en la frecuencia de aparición de algunos procesos patológicos. Por ejemplo, es posible pensar que
animales con elevadas producciones lecheras sean más susceptibles de padecer problemas de mamitis u otros relacionados con el metabolismo de la
leche. Los países escandinavos comenzaron a principio de los años 70 del siglo
anterior un registro sistemático de incidencias de procesos patológicos en un
conjunto importante de los animales sometidos a control lechero. El conjunto
de caracteres patológicos se pueden agrupar en cinco categorías: reproductivos, mamarios, digestivos, locomotores y respiratorios.
En general, presentan heredabilidades reducidas (ver promedios en tabla 9) y
correlaciones genéticas importantes con caracteres productivos (tablas 10 y 11).
Tabla 9. Valores promedio de heredabilidades para grupos
de caracteres relacionados con la salud.
Grupo de caracteres
Reproductivos
Mamarios
Digestivos
Locomotores
Respiratorios
Heredabilidad
0,02
0,07
0,17
0,08
0,01
27
Mejora genética del ganado bovino lechero
Tabla 10. Correlaciones genéticas entre grupos de caracteres
relacionados con la salud y los caracteres productivos de
cantidad de leche y cantidad de grasa.
Grupo de caracteres
Correlación genética
Producción lechera
Reproductivos mamarios
Digestivos
Locomotores
Respiratorios
Producción de grasa
– 0,27
0,44
0,48
0,02
0,25
– 0,06
0,45
– 0,39
Tabla 11. Correlaciones genéticas entre algunas de las patologías más
importantes y la cantidad de leche y grasa producida por
animal adulto.
Carácter
Correlación
Producción lechera
Abortos
Quistes ováricos
Retención placentaria
Mamitis
Fiebre vitularia
Cetonemia
Desplazamiento de abomaso
Patologías extremidades
Patologías pezuña
Neumonía
– 0,33
– 0,01
– 0,43
0,18
0,33
0,26
– 0,15
0,32
0,31
– 0,21
Producción de grasa
– 0,40
0,24
– 0,57
0,00
– 0,01
– 0,14
– 0,28
0,21
0,27
– 0,08
Los valores de correlación positiva indican que una selección para leche o grasa
incrementa la frecuencia de la patología, mientras que una correlación negativa indica lo contrario, un incremento en la producción reduce la frecuencia de
la patología.
Una de las patologías de mayor trascendencia es la mamitis que, sin embargo,
resulta difícil de manejar desde el punto de vista de selección, debido, primero, a su reducida heredabilidad, y segundo, por la dificultad de registrar con
precisión. Aunque se propusieron medidas directas como el registro de la
inflamación de la ubre o la presencia del síntoma clínico, por ejemplo, el número de tratamientos realizados por lactación, ha sido una medida indirecta la
que más éxito ha tenido, el número de células somáticas en la leche. Esta varia-
28
Mejora genética del ganado bovino lechero
ble permite detectar tanto mamitis clínicas como subclínicas al verse aumentado su número de forma significativa al aparecer dichos fenómenos inflamatorios. Por otro lado, el número de células somáticas tiene una heredabilidad
superior (0,10-0,12) y una elevada correlación genética con diferentes medidas
de mamitis (0,40-0,80). La selección directa para la reducción del número de
células somáticas tiene como consecuencia una reducción de la incidencia de
la mamitis.
Otros caracteres de interés
Algunos caracteres de comportamiento influyen en la facilidad del manejo en
las tareas que más mano de obra demandan en este tipo de producción, por
ejemplo, un buen temperamento y facilidad de ordeño pueden ejercer una
influencia importante en el manejo del rebaño durante las tareas de ordeño.
Aunque la forma de seleccionar a favor de estos caracteres se ha limitado
durante mucho tiempo a una eliminación de los animales con peor comportamiento, desde hace años se están incorporando en los esquemas de control
lechero el registro de información sobre la facilidad o velocidad de ordeño
para ser utilizados en la elaboración de un criterio de selección que permita su
mejora. Este tipo de caracteres tienen valores de heredabilidad bajo-medio
(0,10-0,20).
El sistema más habitual de registro es la puntuación en una escala categórica
de unos pocos niveles. Por ejemplo, en España, el dato de velocidad de ordeño está tomado por el controlador en la primera lactación de cada animal, clasificando la velocidad de ordeño en tres categorías: uno, para ordeño rápido;
dos, para ordeño normal; y tres, para ordeño lento.
Desarrollar el criterio de selección
El objetivo de esta etapa del programa de mejora es decidir como podemos
combinar de forma óptima toda la información que tenemos recogida para elaborar el criterio que nos permita clasificar a los posibles reproductores.
Podemos también hablar, por lo tanto, de la valoración genética de los reproductores.
De una forma sintética podemos imaginar el proceso de la siguiente manera:
primero, queremos conocer cuál es el mérito genético de cada candidato a
29
Mejora genética del ganado bovino lechero
selección para cada uno de los caracteres de interés; en segundo lugar, para
cada candidato ponderamos sus méritos genéticos para cada carácter por la
importancia económica que hemos establecido en la primera etapa. Por lo
tanto, podemos disponer de varias clasificaciones o listas de candidatos ordenados en función de diferentes criterios. Por ejemplo, podemos tener una lista
de candidatos clasificados en función de su mérito genético para el carácter
cantidad de leche, otra en la que los animales aparecen ordenados en función
de su mérito genético para el carácter cantidad de proteína, etc. De la misma
forma tendremos una lista de candidatos ordenados por su mérito genético
global, entendido éste como la combinación lineal de los méritos genéticos
para cada uno de los caracteres ponderados, bien por su importancia económica relativa, lo que en CONAFE llaman ICO, o por factores de ponderación ad
hoc, como en los índices sintéticos de CONAFE para caracteres de tipo: índice
de capacidad (ICAP), índice de patas y pies (IPP), índice compuesto de ubre
(ICU) e índice global de tipo (IGT).
Entendido este aspecto general, comentaremos brevemente la metodología
que se utiliza para predecir el mérito genético de un animal para uno o varios
caracteres.
Entender el concepto de mérito genético aditivo o valor mejorante de un animal es un aspecto central en selección. Mérito genético aditivo hace referencia
al valor promedio que para un determinado carácter o conjunto de caracteres
tienen los genes de los que es portador un individuo. Recordemos que los individuos transmiten a los descendientes genes y no genotipos, por lo que el valor
de un animal como futuro reproductor es el valor de los genes que transmitirá
a sus hijos, y es, por lo tanto, el valor medio de los genes de los padres el que
determina el valor fenotípico medio de sus hijos. Por esta razón, el valor mejorante de un individuo se puede calcular a partir del valor medio de sus hijos.
Efectivamente, si la media de los hijos de un reproductor se desvía de la media
de la población a la que pertenecen esos hijos, ese valor representa la mitad del
valor mejorante del reproductor. Dicho de otra forma, el valor mejorante de un
reproductor representa dos veces la desviación de la media de sus hijos respecto a la media de la población a la que pertenecen. Esto es así, porque la producción de los hijos de ese reproductor es consecuencia al 50% de los genes
recibidos por cada uno de sus padres.
Como hemos dicho más arriba, el mérito genético verdadero de un reproductor nunca lo podremos conocer, pero podremos acercarnos a él todo lo que
30
Mejora genética del ganado bovino lechero
deseemos, simplemente registrando las producciones de un elevado número
de descendientes.
Evidentemente, no podemos registrar un número muy elevado de descendientes puesto que el coste sería difícil de asumir y justificar, por lo que lo que hacemos es estimar o predecir el valor mejorante o mérito genético de los candidatos a selección.
El valor mejorante puede ser estimado a partir de diferentes tipos de información: la que proporciona el propio candidato (selección individual), la que proporcionan sus padres (selección por ascendentes), la que proporcionan hermanos y medio hermanos (selección por colaterales), la que proporciona su progenie (selección por descendencia), la que proporcionan combinaciones de esos
u otros parientes, o una combinación de información de parientes y del propio
candidato. De forma general podemos decir que el mérito genético de un animal se obtiene mediante la siguiente expresión:
MG = bMG/X * (X – X)
[4]
donde: bMG/X representa el coeficiente de regresión del mérito genético (MG),
que es la variable que queremos predecir, sobre la fuente de información fenotípica disponible (X) (medida/s en el propio candidato, medidas en n hijos del candidato, etc.). X representa la producción fenotípica media de sus contemporáneos.
Veamos ejemplos sencillos de cómo se utilizan las diferentes fuentes de información para estimar el mérito genético de un candidato a selección. En primer
lugar, supongamos que deseamos conocer el valor mejorante de una novilla a
partir del registro de producción de su primera lactación. En este caso, el mérito genético estimado, se calcularía mediante el producto de la heredabilidad
del carácter en cuestión por la desviación de la producción de la novilla respecto a la producción media del resto de novillas contemporáneas:
MG = h2 * (X – X)
El valor del mérito genético puede ser positivo, en el caso de que la producción
de la novilla sea superior a la media de producción de sus contemporáneas,
negativo en el caso contrario, que la producción de la novilla sea inferior a la
media, o nulo, en el caso de que su producción sea igual a la media de sus contemporáneas. En la expresión anterior, el coeficiente de heredabilidad puede
interpretarse como el coeficiente de regresión del mérito genético de un ani-
31
Mejora genética del ganado bovino lechero
mal (lo que queremos predecir) sobre el valor fenotípico del propio animal (la
variable que observamos). Si mérito genético y valor fenotípico fueran coincidentes, es decir, si de la observación del fenotipo de un animal pudiéramos
deducir sin error el mérito genético de dicho animal, la heredabilidad valdría la
unidad y, por lo tanto, el mérito genético de un animal sería igual a la desviación de su fenotipo respecto a la media de sus contemporáneos. Cuando esto
no ocurre así, es decir, cuando la heredabilidad es inferior a la unidad, indica
que existen factores ambientales que influyen en la expresión del carácter, y las
desviaciones con respecto a la media de contemporáneas están multiplicadas
por un valor inferior a 1.
Un caso particular en bovino lechero es el concepto de índice de pedigrí, que
es el mérito genético que se calcula para animales sin datos productivos. En
este caso, teniendo en cuenta el modelo de herencia mendeliano, cada animal
recibe la mitad de sus genes de un padre y la mitad del otro, por lo que el mérito genético de un animal es el promedio de los méritos genéticos de sus
padres:
MGpadre + MGmadre
MG =
2
Esta expresión se puede generalizar para cualquier tipo de pariente de la forma
siguiente:
MG = Parentesco genético aditivo (porcentaje de genes en común con el
pariente) x MGpariente.
Así, por ejemplo, si queremos calcular el mérito genético de un animal y disponemos del de un hermano suyo, la expresión sería: MG = 0,5 x MGhermano. En esta
expresión, el valor de 0,5 representa el porcentaje de genes en común entre
dos hermanos.
En bovino lechero se da la circunstancia de que los toros no disponen de registros de caracteres productivos, por lo que la información de caracteres productivos disponible tiene que proceder de sus parientes hembra. Para obtener el
mérito genético de un semental a partir de la información que proporciona n
hijas del mismo, la expresión [4] quedaría de la siguiente forma:
MG =
2n
* (X – X)
(4 – h2)
n+
h2
[5]
32
Mejora genética del ganado bovino lechero
en la expresión anterior, n es el número de hijas del semental, cada una de
ellas fruto de un apareamiento con una vaca diferente que, además, no están
emparentadas, y h2 el valor de la heredabilidad del carácter.
Vemos cómo el coeficiente de regresión de la expresión [4] vale ahora
MG =
2n
(4 – h2)
n+
h2
y este coeficiente de regresión se aproxima a 2 a medida que el número de hijas
de un semental aumenta, lo que concuerda con la definición que habíamos
dado más arriba sobre el mérito genético de un individuo, dos veces la desviación de la media de las hijas respecto a la media de contemporáneas.
Durante los años 50 del siglo XX se generalizó la aplicación del método de evaluación basado en la comparación con contemporáneas (CC), o comparación
con compañeras de establo, y cuyos fundamentos estadísticos fueron establecidos por Atan Robertson. Este método estableció un procedimiento para calcular de forma adecuada el término (X – X) de la expresión [5]. En resumen, lo
que hacía este procedimiento era comparar la producción media en la primera
lactación de las hijas de un semental en prueba con la producción media de
otras novillas nacidas en el mismo año y época del año y criadas en la misma
explotación. Posteriormente se promediaban los resultados obtenidos en las
diferentes explotaciones en las que el semental había tenido hijas utilizando un
factor de ponderación que tenía en cuenta el número de hijas del semental en
prueba y el de contemporáneas.
Este procedimiento estuvo en uso hasta que comenzó la aplicación de la metodología actual a finales de los años 70 del siglo pasado. El método estadístico
que se utiliza en la actualidad es el denominado genéricamente BLUP, acrónimo que hace referencia a las propiedades estadísticas del método: B = Best (en
el sentido de obtener estimaciones de mínima varianza), L = Lineal (el modelo
es lineal en los parámetros), U = Unbiased (proporciona soluciones insesgadas
bajo ciertas condiciones), P = Prediction (se trata de obtener predicciones y no
estimaciones). La aplicación de estas herramientas estadísticas en el contexto
de la genética animal se debe a Henderson, quien lo propuso a finales de los
años 40 del anterior siglo.
La metodología BLUP que actualmente se aplica, lo hace a través de lo que se
denomina en el contexto de mejora genética un modelo animal, introducido en
33
Mejora genética del ganado bovino lechero
la mayoría de los países a lo largo de los años 90. El desarrollo de este modelo
evita y supera algunas de las más importantes limitaciones que tenía el método
hasta entonces en vigor, comparación con contemporáneas. El método de CC
asume que todas las explotaciones tienen el mismo mérito genético, y que el
único parentesco que existe entre las novillas es el que tienen con su padre,
ignorando cualquier otro tipo de parentesco entre las novillas. Por el contrario,
la aplicación del modelo animal a través de la metodología BLUP tiene como
ventajas más importantes la de estimar los efectos ambientales (efectos no
genéticos) simultáneamente con la predicción de los méritos genéticos, y lo
que es más importante, es posible incluir en el modelo, es decir, tener en cuenta todas las relaciones de parentesco entre todos los animales, lo que permite
no sólo lo que acabamos de indicar, de estimar efectos ambientales simultáneamente a la predicción de los méritos genéticos, sino también tener en cuenta
apareamientos preferenciales y corregir para la tendencia genética en la población (los animales jóvenes tienen mérito genético mayor que sus ancestros), así
como obtener los méritos genéticos de toros y vacas simultáneamente.
Estos modelos pueden ser aplicados individualmente a cada uno de los caracteres de interés, pero también es posible la aplicación de esta metodología de
forma simultánea a un conjunto de caracteres de interés (evaluación multicarácter), que, aunque presenta ventajas, como el incremento en la precisión de
las estimaciones de los méritos genéticos al tener en cuenta las correlaciones
entre caracteres, en ocasiones, el elevado número de registros e incógnitas del
modelo dificultan su aplicación a nivel nacional.
Precisión, fiabilidad y repetibilidad de los méritos genéticos
Independientemente del procedimiento estadístico utilizado para estimar el
mérito genético de los toros y vacas, puede resultar útil conocer la precisión de
dichas estimaciones. La precisión se refiere a la correlación entre el mérito genético verdadero y el mérito genético estimado, por lo que el rango se moverá
entre 0 y 1, aunque con cierta frecuencia estos valores se multiplican por 100
para ser expresados en porcentaje. La fiabilidad o repetibilidad del mérito genético es el cuadrado de la correlación, por ejemplo, una repetibilidad de 0,81 se
corresponde con una precisión de 0,90. El hecho de utilizar en bovino lechero el
cuadrado de la correlación pone el énfasis en aquellos animales con méritos
genéticos muy precisos, es decir, en aquellos sementales masivamente utilizados
frente a toros jóvenes o con un número reducido de descendientes controlados.
34
Mejora genética del ganado bovino lechero
Valores elevados de fiabilidad indican que el mérito genético estimado será
muy próximo al verdadero mérito genético, mientras que fiabilidades bajas
indicarían una baja asociación entre los méritos genéticos estimados y verdaderos. Por lo tanto, la medida de la precisión es un indicador de las posibilidades
de que el mérito genético futuro de un animal difiera del actual. Por ejemplo,
una precisión baja del mérito genético de una animal indicaría una elevada probabilidad de que dicho mérito cambie cuando se incorpore nueva información
propia o de sus familiares. Aunque el probable cambio en el mérito genético es
igual de probable que se produzca hacia arriba que hacia abajo, al ganadero
sólo le preocupa lo segundo por lo que limita el uso de reproductores cuyos
méritos genéticos tienen baja fiabilidad.
La fiabilidad de los méritos genéticos depende de varios factores, entre ellos:
la heredabilidad del carácter, el número de registros en el propio animal o en
sus parientes, el número de animales contemporáneos.
El énfasis que el ganadero debe poner en las precisiones de los méritos genéticos está sometido a cierta controversia, ya que los procedimientos BLUP que
actualmente se utilizan tienen en cuenta, en la estimación del mérito genético de
un candidato, la cantidad de información disponible, de tal forma que a medida
que este volumen sea más elevado más probable será obtener un mérito genético muy elevado o muy bajo. Es decir, el procedimiento BLUP ya está teniendo
en cuenta los factores que afectan a la precisión, por lo que volver a tener en
cuenta a la hora de seleccionar, las precisiones o fiabilidades, es posible que
reduzca algo los riesgos, pero también que se reduzca el progreso genético.
Evaluación internacional
El enorme comercio que existe para el ganado bovino lechero impulsó la necesidad de disponer de méritos genéticos en la escala de evaluación de cada
país; INTERBULL es la organización que se encarga de llevar a cabo la combinación de toda la información disponible en los diferentes países para generar
esta información.
En un principio, la forma de resolverlo fue mediante la transformación de los
méritos genéticos utilizando los parámetros de una recta de regresión que relacionaba los países por parejas, y que se obtenían a partir de las pruebas que de
algunos sementales había disponibles en los diferentes países. Actualmente, sin
embargo, el problema se resuelve de una forma más satisfactoria a través del
35
Mejora genética del ganado bovino lechero
procedimiento denominado multi-trait across country evaluation o MACE, que
se basa en un BLUP multicarácter, de forma que un mismo carácter, por ejemplo, la cantidad de leche por lactación, se considera como un carácter diferente en cada país incluido en los análisis. En el caso de que no existiera correlación genotipo-país, es decir, en tanto en cuanto la clasificación de los toros
fuera la misma en todos los países, la correlación genética entre países sería la
unidad, lo que significa que se trataría del mismo carácter desde el punto de
vista genético. Sin embargo, es posible que diferentes condiciones ambientales, de manejo, etc., den lugar a que los genes que se expresan en la producción lechera no sean exactamente los mismos, o exista variabilidad en los niveles de expresión de alguno de ellos, lo que, en definitiva, daría lugar a que la
base genética de la producción lechera no fuera la misma en los diferentes países, por lo que la correlación genética para producción lechera entre países
fuera inferior a la unidad. En la tabla 12 aparecen las correlaciones genéticas
para producción de proteína calculadas en enero de 2010 en INTERBULL
(http://www-interbull.slu.se/eval/framesidaprod.htm).
Tabla 12. Correlaciones genéticas para producción de proteína entre países,
obtenidas por INTERBULL en el análisis de enero de 2010.
CAN DEU DFS FRA
ITA NLD
USA CHE
GBR NZL AUS BEL
IRL
ESP CZE SVN
EST
ISR CHR
FRR HUN POL ZAF
JPN
LVA SVK
CAN
DEU
0,89
DFS
0,91 0,89
FRA
0,91 0,85 0,88
ITA
0,91 0,86 0,87 0,88
NLD
0,91 0,90 0,90 0,88 0,86
USA
0,92 0,87 0,88 0,90 0,92 0,87
CHE
0,91 0,85 0,90 0,93 0,85 0,90 0,86
GBR
0,88 0,85 0,88 0,87 0,85 0,90 0,86 0,88
NZL
0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75
AUS
0,76 0,75 0,75 0,77 0,75 0,76 0,75 0,83 0,79 0,85
BEL
0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75
IRL
0,75 0,75 0,75 0,82 0,75 0,79 0,76 0,80 0,83 0,85 0,85 0,76
ESP
0,89 0,85 0,89 0,87 0,88 0,88 0,89 0,88 0,85 0,75 0,76 0,85 0,78
CZE
0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85
SVN
0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,76 0,76 0,86 0,77 0,86 0,86
EST
0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,77 0,77 0,86 0,77 0,86 0,86 0,88
ISR
0,81 0,77 0,79 0,79 0,77 0,77 0,80 0,78 0,76 0,76 0,76 0,76 0,76 0,78 0,76 0,78 0,82
CHR
0,86 0,85 0,91 0,88 0,85 0,87 0,85 0,95 0,86 0,76 0,78 0,85 0,75 0,85 0,85 0,87 0,87 0,78
FRR
0,87 0,86 0,87 0,86 0,87 0,86 0,87 0,88 0,87 0,78 0,78 0,86 0,78 0,87 0,87 0,89 0,92 0,82 0,87
HUN
0,87 0,85 0,85 0,87 0,90 0,85 0,88 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,86 0,79 0,86 0,88
POL
0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,86 0,76 0,85 0,89 0,85
ZAF
0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,87 0,77 0,86 0,89 0,85 0,85
JPN
0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,75 0,75 0,85 0,75 0,85 0,85 0,86 0,87 0,79 0,86 0,88 0,85 0,85 0,85
LVA
0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,87 0,86 0,77 0,76 0,86 0,76 0,86 0,86 0,88 0,87 0,78 0,87 0,89 0,86 0,86 0,87 0,86
SVK
0,85 0,85 0,86 0,85 0,85 0,85 0,85 0,86 0,85 0,76 0,76 0,86 0,76 0,85 0,85 0,87 0,90 0,80 0,86 0,90 0,88 0,86 0,86 0,86 0,88
LTU
0,87 0,85 0,87 0,87 0,86 0,86 0,86 0,88 0,86 0,77 0,78 0,88 0,78 0,86 0,86 0,89 0,90 0,80 0,89 0,91 0,87 0,86 0,88 0,88 0,87 0,88
Una correlación genética inferior a la unidad indica la existencia de interacción
genotipo-país, lo que se reflejaría en que el mejor semental en uno, no lo fuera,
36
Mejora genética del ganado bovino lechero
sin embargo, en otro. En la medida en que la correlación sea más baja, más
diferencias existirán entre las clasificaciones de los sementales en uno y otro
país. Si observamos las correlaciones de la tabla 12, nos daremos cuenta que
los países con sistemas de producción más extensivos o basados en una mayor
proporción de forraje, como son Australia, Nueva Zelanda e Irlanda, son los que
presentan valores de correlación más bajos con casi todos los demás países.
En la actualidad, INTERBULL genera estas evaluaciones MACE de forma rutinaria para leche, grasa y proteína en los sementales de las razas Ayrshire, Brown
Swiss, Guernsey, Holstein y Jersey.
Para un mayor detalle del procedimiento y modelos concretos que se utilizan
en España con la raza Frisona, consultar el documento que CONAFE tiene en
la web: http://www.conafe.com/evaluacion/metodologia.htm.
Selección Genómica en bovino lechero
Esta denominación de Selección Genómica proviene de un trabajo publicado
en 2001 por Meuwissen, Hayes y Goddard, en el que proponían predecir el
mérito genético total de un animal utilizando un elevado número de marcadores distribuidos por todo el genoma.
Se puede considerar esta propuesta como un caso particular de la Selección
Asistida por Marcadores, de la que, a su vez, se puede citar como trabajo pionero el publicado por Lande y Thompson en 1990.
La selección asistida por marcadores se refiere a la posibilidad de incorporar
información molecular en el criterio de selección o de utilizarla como único criterio de selección. El criterio de selección hasta ahora se obtenía combinando
los datos productivos con la información genealógica.
En el caso del bovino lechero, como una gran mayoría de caracteres sólo se
pueden registrar en las vacas, la forma de obtener el valor genético de los
machos con una fiabilidad elevada era registrando las producciones en muchas
de sus hijas, lo cual alarga el intervalo entre generaciones.
La utilización de información molecular como complemento a la información de
caracteres productivos o, incluso, en sustitución de los registros de producción
puede presentar ventajas cuando se dan alguna o algunas de las siguientes
condiciones:
37
Mejora genética del ganado bovino lechero
• Caracteres difíciles de medir.
• Caracteres con heredabilidades reducidas.
• Caracteres que se expresan tarde en la vida del animal.
• Correlaciones genéticas negativas entre caracteres de interés.
• Existencia de efectos de interacción (no aditivos).
Parece evidente que, en la medida que exista la posibilidad de registrar con un
coste bajo fenotipos en el propio candidato a selección, que estos fenotipos
puedan ser obtenidos pronto en la vida del animal y constituyan un buen reflejo de su mérito genético (h2 elevada) entenderemos que la utilización de información adicional, como son los marcadores genéticos, tendrá un escaso impacto en el progreso genético. Por el contrario, cuando los caracteres de interés
manifiesten heredabilidades bajas, sean el resultado de acciones génicas no
aditivas o de interacciones epistáticas, se registren tarde en la vida del animal o
después de su sacrificio (caracteres de canal y calidad de carne), sean costosos
de medir o sólo se puedan medir en uno de los dos sexos (caracteres lecheros),
la posibilidad de utilizar marcadores de ADN puede representar una alternativa
de gran interés para aumentar el progreso genético por unidad de tiempo.
El progreso genético (∆G) por año puede expresarse, como vimos en la expresión [3], mediante la siguiente fórmula:
∆G =
i . rgg
L
En esta expresión, i representa la intensidad de selección aplicada, rgg es la precisión con la que conocemos el mérito genético de los animales y L es el intervalo entre generaciones, expresado en años.
La utilización de información molecular puede contribuir a incrementar tanto los
factores que aparecen en el numerador (i y rgg) como a reducir de forma drástica el denominador, es decir, el intervalo entre generaciones.
Estas tres variables de las que depende el progreso genético pueden verse
favorecidas por la utilización de Selección Asistida por Marcadores. Un aumento de la intensidad de selección sería esperable por el hecho de aumentar el
tamaño de la población candidata a selección, de tal forma que si el número de
reproductores que se requieren para reposición constituye un valor fijo, el
aumento del número de candidatos implica una mayor intensidad de selección.
38
Mejora genética del ganado bovino lechero
La precisión de selección, r, también puede verse aumentada si la información
disponible para conocer el mérito genético de un animal aumenta al incorporar los registros moleculares. Finalmente, la posibilidad de combinar la utilización de información molecular con técnicas sofisticadas de reproducción asistida puede permitir una drástica reducción del intervalo entre generaciones. Un
ejemplo extremo se proponía hace ya más de 15 años bajo el nombre de velogenética (combinación de Selección Asistida por Marcadores y la manipulación
de la línea germinal), con una recogida de ovocitos directamente del ovario de
una ternera cuando todavía no ha nacido. Estos ovocitos serían madurados y
fertilizados in vitro y seleccionados mediante la utilización de información molecular antes de ser transferidos a una vaca receptora. El intervalo generacional
se verá reducido a 3-6 meses.
Una forma muy intuitiva de ver cómo puede ser incorporada la información
molecular junto con el resto de información fenotípica es planteándolo en términos de un índice clásico de selección, de la forma:
I = bf Xf + bmXm
siendo: Xf y Xm la información fenotípica y el valor molecular, respectivamente
que tenemos disponible para cada uno de los candidatos a selección.
bf y bm son las ponderaciones de las fuentes de información fenotípica
y molecular, respectivamente, cuyo cálculo se hace de forma que se
maximice el progreso genético.
Por lo tanto, la selección puede practicarse utilizando como criterio un valor
global que incluye tanto el valor genético debido a los marcadores, como el
debido al efecto de los genes.
¿Cuál es la novedad para que se produzca ahora este gran
interés?
La novedad fundamental es la disponibilidad de miles de marcadores distribuidos por todo el genoma. Actualmente, hay disponibles herramientas que permiten ubicar un marcador informativo cada 0,1 cM (en promedio, podemos
decir que 1 cM equivale a un millón de nucleótidos), y en unos meses esa distancia se verá reducida a 0,03 cM. Es decir, podemos ubicar QTL o regiones de
ADN que afectan a caracteres de interés a 50.000 nucleótidos de un marcador,
y en breve a 15.000 nucleótidos. Esta abundancia de marcadores ha sido posi-
39
Mejora genética del ganado bovino lechero
ble gracias a la secuenciación completa del genoma bovino hace unos 5
años. Desde entonces, algunos laboratorios (Illumina, Afymetrix) se han
dedicado a validar un conjunto muy
elevado de marcadores y, en estos
momentos, está a punto de ver la luz
un chip que incluye 600.000 marcadoLaboratorio de Genética. Facultad de
Veterinaria de Madrid
res del tipo SNP. Estos marcadores se
caracterizan por tener sólo dos alternativas, es decir, se presentan bajo dos formas diferentes, y son consecuencia de cambios en un único nucleótido, como
puede verse en la figura adjunta.
Esta abundancia de marcadores permite, si se dispone de la información adicional de los caracteres productivos, identificar combinaciones de marcadores
asociadas con las características deseadas y ser, por ello, utilizados para conocer el mérito genético global de un candidato a reproductor.
Hasta ahora, la información molecular era escasa y, por ello, la precisión que
podía proporcionar del mérito genético global de un candidato era reducida.
Los esfuerzos en la utilización de la información molecular se dirigían más hacia
la identificación de QTL primero (años 90) y, finalmente, a la identificación de las
mutaciones causales. De esta forma, se han identificado numerosos QTL para
casi todos los caracteres de interés en bovino lechero (http://genomes.
sapac.edu.au/bovineqtl/; http://www.vetsci.usyd.edu.au/reprogen/QTL_Map/)
y, posteriormente, se empezaron a identificar mutaciones funcionales que afectaban a caracteres de interés económico (tabla 13).
Tabla 13. Ejemplos de mutaciones funcionales en ganado bovino.
Locus/gen
Nombre
Cromosoma Carácter o caracteres afectados
CD18
Complemento receptor
C3 beta-subunit.
SLC35A3
Transportador de
UDP-N-acetylglucosamina.
Diacilglicerol
O-aciltransferasa.
Miostatina.
DGAT1
MSTN
BLAD: deficiencia de
adhesión leucocitaria bovina.
3
14
2
CVM: malformación
congénita de las vértebras.
Cantidad y composición
lechera.
Desarrollo muscular, calidad
de carne, eficiencia en
transformación de alimentos.
40
Mejora genética del ganado bovino lechero
Sin embargo, la selección genómica puede reducir el interés por estos objetivos de identificación de mutaciones funcionales, al menos, desde la perspectiva de su utilización en programas de selección.
Características de la estrategia de la selección genómica
El resultado de mayor impacto del trabajo de Meuwissen, Hayes y Goddard en
el que propusieron esta denominación de selección genómica fue que la precisión con la que se conocían los méritos genéticos estaba entre 0,78 y 0,85 para
los valores típicos de heredabilidad, de tal forma que un animal al nacimiento
podía disponer de un mérito genético con una precisión del 80%. Esta precisión
es raramente lograda en vacas y para que se logre de un toro es necesario que
transcurran más de 6 años.
Con el fin de proporcionar un ejemplo del impacto que bajo determinadas condiciones puede tener la selección genómica, utilizaremos los datos básicos de
Schaeffer (2006). Las etapas en un esquema tradicional de prueba de descendencia aparecen en la tabla 14.
Tabla 14. Esquema de actividades de una prueba de descendencia
tradicional.
Meses
0
9
21
30
45
54
57
64
Actividad
Se eligen y cubren las vacas élite.
Nacen los terneros, hijos de las vacas élite.
Los terneros con 12 meses se utilizan para cubrir mediante IA. Toros
en prueba.
Nacen las hijas de los toros en prueba.
Las hijas de los toros en prueba son cubiertas.
Las hijas de los toros en prueba paren y comienzan la primera
lactación.
Se obtiene la primera estimación del valor genético de los toros
jóvenes mediante la utilización de los controles individuales.
Las hijas de los toros finalizan la primera lactación y se toma la
decisión de seleccionar o eliminar los toros jóvenes.
De acuerdo con este esquema, transcurridos algo más de 5 años se dispone del
mérito genético de los toros jóvenes para caracteres de producción lechera con
una precisión del 75% (se supone que de cada toro se obtienen 100 hijas).
En un esquema en el que se dispone de 1.000 vacas élite, que generan 400-600
toros jóvenes, cada uno de los cuales inseminará a 500-800 vacas para obtener
41
Mejora genética del ganado bovino lechero
100 hijas con las que valorar a cada toro joven, en la estructura de costes de
Canadá, el coste de probar un toro es de unos 50.000 $, por lo que probar 500
toros/año tendría un coste de 25 millones $/año, y asumiendo una presión de
selección equivalente al 4%, se seleccionan los 20 mejores toros cada año, el
coste de cada uno de esos toros "positivos" sería de 1,25 millones de $.
Siguiendo el ejemplo propuesto por Schaeffer (2006), hagamos ahora alguna
suposición sobre los costes implicados en la puesta en marcha de un programa
de estas características. Para conocer los marcadores asociados y su efecto supongamos que necesitamos 50 familias, cada una constituida por 50 hermanos,
en total 2.500 toros que tendrán que ser genotipados. De cada toro necesitaremos 100 o más hijas en las que se registrarán los caracteres productivos. En
estos momentos el coste de genotipar un animal debe estar alrededor de 350 $
(aunque es muy probable una importante reducción en estos costes), por lo que
el coste de genotipado sería 0,875 millones de $. Se propone obtener 1.000
vacas élite a partir de los méritos genómicos con una precisión del 75% a partir
de las mejores 2.000 vacas que han podido ser seleccionadas con la información disponible en ese momento. El coste de genotipado de estas 2.000 vacas
será de 0,7 millones de $. Suponiendo que estas 1.000 vacas élite dan lugar a
500 novillos, que serán genotipados para estimar su valor genómico con precisión de 0,75 y un coste de 0,15 millones de $. De estos toros se adquieren los
mejores 20 para el programa de selección y para ser probados mediante su descendencia; los dos o tres más sobresalientes son los utilizados para cubrir a las
vacas élite al año siguiente. Es decir, no necesitamos llevar a cabo una prueba
de descendencia para los 500 toros jóvenes, sino sólo para 20, lo cual representa un enorme ahorro. Los costes anuales incluyen, por lo tanto, el genotipado
de 2.000 vacas y 500 toros jóvenes, y la compra y mantenimiento de 20 toros
jóvenes durante 3 años. Aproximadamente 1,6 millones de $. Si se incluye el
coste de puesta en funcionamiento del programa, con el coste inicial de genotipado para conocer los efectos de los marcadores, el coste total sería mayor,
alrededor de 2,4 millones de $, aunque también habría que tener en cuenta que
en sucesivos años el coste de genotipado podría reducirse, porque algunas
vacas repiten como madres de toros, etc.
Este coste de 1,6 millones de $ es muy inferior al coste del programa tradicional de prueba de la descendencia para esos 500 toros, que podría suponer alrededor de 25 millones de $.
42
Mejora genética del ganado bovino lechero
Para comparar el progreso genético que se obtiene bajo un esquema de prueba de descendencia tradicional (T) frente al alternativo de selección genómica
(SG), vamos a suponer un carácter con una heredabilidad de 0,4 y los parámetros que aparecen en la tabla 15.
Tabla 15. Parámetros de selección en las cuatro vías de transmisión
genética en el caso de prueba de descendencia tradicional
y selección genómica (SG).
Vía de transmisión
genética
Intensidad
de selección
(i)
Toro-toro
Precisión
(rgg)
Intervalo entre
generaciones
(L)
Progreso
genético
(LG = i*rgg)
Progreso
genético anual
(∆G/L)
T (1)
SG (2)
T
SG
T
SG
T
SG
2,06
0,99
0,75
6,50
1,75
2,04
1,54
0,310 0,880
1,40
0,75
0,75
6
1,75
1,05
1,05
0,180 0,600
2,42
0,60
0,75
4
2
1,45
1,82
0,360 0,910
0,27
0,50
0,50
4,25
4,25
0,14
0,14
0,030 0,033
20,75
9,75
4,68
4,55
0,230 0,467
(padres de toros)
Toro-vaca
(padres de vacas)
Vaca-toro
(madres de toros)
Vaca-vaca
(madres de vacas)
Global
(1) Prueba de descendencia tradicional.
(2) Selección Genómica.
El progreso genético anual se obtendrá sumando los progresos genéticos
para cada una de las vías de transmisión genética y dividiendo el resultado
por la suma de los intervalos entre generaciones de cada una de las vías
genéticas.
Como se puede apreciar, la precisión que se obtiene mediante selección genómica para los padres de toros es significativamente inferior a la que se obtiene
en un esquema tradicional de prueba de descendencia (0,75 vs. 0,99). Es muy
posible que estos valores de precisión cuando se utiliza la selección genómica
se vean significativamente aumentados con el incremento en la densidad de
marcadores disponible. Los valores de la tabla 5 se estimaron sobre la base de
unos 3.000 SNP informativos (aproximadamente, unos 10.000 SNP), cuando está
a punto de salir al mercado un chip con 600.000 SNP, lo que podría proporcionar unos 200.000 SNP informativos.
Tal y como puede apreciarse en este sencillo ejemplo, la ventaja de la selección
genómica no proviene del incremento en la precisión con la que conoceremos
43
Mejora genética del ganado bovino lechero
el mérito genético de los animales, sino como consecuencia de una drástica
reducción en el intervalo entre generaciones.
Finalmente, teniendo en cuenta los costes que antes hemos descrito y la ganancia genética anual, podemos tener una idea de la ventaja relativa de ambas
estrategias.
De acuerdo con las dos últimas columnas de la tabla 5, el progreso genético
anual logrado mediante ambos procedimientos sería el siguiente:
Método tradicional: 4,68/20,75 = 0,230 σA
Selección Genómica: 4,55/9,75 = 0,467 σA
Obsérvese que la ganancia genética por generación (el numerador de la expresión [3]) es mayor en el caso del método tradicional que utilizando selección
genómica: 4,68 frente a 4,55.
Supongamos que la desviación típica aditiva (σA) fuera de 500 litros. El progreso en litros de leche sería entonces:
Método tradicional: 4,68/20,75 = 0,230 σA = 115 litros/año.
Selección Genómica: 4,55/9,75 = 0,467 σA = 233 litros/año.
Es decir, el progreso genético que se lograría utilizando la estrategia de la
selección genómica es aproximadamente dos veces superior a la que actualmente proporciona un esquema tradicional basado en la prueba de descendencia. Pero, además, habría que tener en cuenta que los recursos necesarios
para llevar a cabo el esquema de selección genómica representan un coste muy
inferior al actual, ya que si dividimos 1,6 millones de $ de coste por los litros por
año que se logran obtenemos un coste con la selección genómica por litro de
progreso que sería de 6.867 $, mientras que con el procedimiento tradicional
de la prueba de la descendencia esta relación es de 217.391 $. Es decir, el coste
para obtener una mejora por año de 1 litro mediante selección genómica es
aproximadamente sólo el 3% del coste que tiene obtener esa mejora mediante el esquema actualmente en vigor.
Evidentemente existen factores limitantes, dificultades, riesgos y otros elementos que pueden incidir de forma negativa en el resultado global de esta nueva
estrategia.
44
Mejora genética del ganado bovino lechero
Bibliografía
Fries R, Rubinsky A (editores). The Genetics of Cattle. CABI Publishing. Oxon, Reino
Unido. 1999.
Es un libro con capítulos dedicados a numerosos aspectos de interés en bovino, como
los de genética molecular de la producción lechera, la resistencia genética a las enfermedades o el dedicado a la mejora del bovino lechero.
Kinghorn R, Van der Werf J, Ryan M (editores). Animal Breeding: Use of New Technologies. The Post Graduate Foundation in Veterinarian Science of the University of
Sydney. 1999.
Un libro muy práctico, pero que está dedicado fundamentalmente al diseño de programas de mejora y la utilización de técnicas de reproducción asistida dentro de las
estrategias de mejora.
Simm G. Genetic Improvement of Cattle and Sheep. Farming Press Miller Freeman UK
Ltd. Reino Unido. 1998.
Es un libro también muy práctico, todos los capítulos tienen ejemplos sencillos para
explicar los diferentes conceptos. El capítulo dedicado a la mejora del bovino lechero es minucioso.
45
47
Alimentación en vacuno lechero
Dr. Miguel Ángel Gómez Berzal
Veterinario. NUTEGA, S.L.
Introducción
Cuando hablamos de nutrición en vacas de leche, rápidamente pensamos en
racionamientos, en programas informáticos, en…, y en los sistemas de cálculo de necesidades (NRC, INRA y ARC).
Y rápidamente nos preguntamos ¿cuál es el mejor sistema? Yo respondería:
“que aquel que mejor sepamos manejar, aquel con el que más nos identifiquemos, aquel que mejor sepamos interpretar”.
Las vacas no entienden de sistemas, entienden de que si lo que les ofrecemos
cubre sus necesidades o no, de que si es capaz de expresar al máximo su potencial genético o es un factor limitante para la producción, reproducción, etc.
Los resultados van a estar relacionados con el cálculo de las necesidades, pero
sobre todo con la estimación del valor nutritivo, más próximo a la realidad, de
los alimentos que vamos a utilizar y de cómo se van a manejar, o cómo se han
manejado, en las recolecciones, almacenamiento, mezclado y distribución en
los pesebres.
A la hora de hacer una ración para vacas de leche debemos tener en cuenta,
como factor fundamental, que trabajamos con rumiantes, cuyo estado natural
sería pastar y comer cuando lo deseen, sin ningún tipo de restricciones horarias y, normalmente, durante todo el día la misma combinación de materias primas (plantas del prado).
Con este recordatorio en mente, deberemos intentar hacer una alimentación
económicamente rentable y, dentro de lo posible, lo más parecida a lo natural,
siempre y cuando cubramos las necesidades totales del animal.
Alimentación en vacuno lechero
En la alimentación diferenciamos dos facetas:
a) Estudio teórico del cálculo.
b) Resultados de la puesta en práctica de ese cálculo teórico.
El estudio teórico lo hacemos los técnicos detrás de una mesa, tras una recogida de datos en las explotaciones, en base a:
1. Los datos recopilados de la bibliografía (necesidades, características de
las materias primas, etc.).
2. Los análisis bioquímicos de las materias primas para determinar sus aportes, lo más próximo a los reales.
3. Cálculo de los valores de los aportes, que no se pueden determinar mediante análisis, y que necesitamos utilizar en los cálculos ecuaciones
matemáticas.
Asimismo, los resultados dependerán de:
1. La correcta forma de realizar la toma de muestras.
2. El propio análisis bioquímico.
3. Las variaciones de las materias primas (variabilidad).
4. La mayor o menor buena voluntad del personal de las explotaciones para
poner en práctica el trabajo que hemos desarrollado previamente.
Una ración puede estar perfectamente calculada y equilibrada, pero si al
ganadero (o a su personal) no le gusta esa ración, no funcionará nunca.
Cuando me refiero a que "no le gusta", hablo de que no esté de acuerdo con una introducción de materias primas nuevas o poco conocidas por
él, una cantidad baja o alta de lo que él entiende como correcto, porque
le provoque un mayor esfuerzo, etc. Por esto, el personal es un factor determinante para que una ración funcione o no.
El cálculo lo hacemos como un simple BALANCE económico.
Por un lado, tenemos el HABER, que lo componen los aportes en nutrientes
que proporcionan todas las materias primas que tiene el ganadero en existencias, aquellas que pueden comprar a buen precio y el pienso compuesto, o
cereales, tortas, semillas, subproductos, minerales, buffer y correctores de que
dispongamos o podamos disponer.
48
Alimentación en vacuno lechero
Por otra parte, tenemos el DEBE, que son las necesidades que tienen los animales para su mantenimiento y gestación más la producción esperada en cantidad y calidad.
Este HABER y este DEBE tenemos que ajustarlos lo más posible, para que las
diferencias sean las esperadas en los distintos nutrientes.
¿Qué son los nutrientes?
Los nutrientes son los diferentes componentes nutricionales que aportan las
diferentes materias primas (MP).
Todas las MP tienen, prácticamente, todos los nutrientes, unos en más cantidad y otros en menos; esto nos lleva a decir que tal o cual MP es más proteica, o más energética, o que es rica en fibra, etc. Pero todas tienen energía, proteína, fibra, etc.
Aportes nutricionales
Lo principal para hacer una buena alimentación no es saberse las necesidades
que tienen los animales, es saber con la mayor precisión la composición de las
materias primas con que vamos a cubrir esas necesidades.
Las necesidades las podemos encontrar en diferentes publicaciones y revisiones, sin embargo, lo que aportan las MP es exclusivo de cada explotación,
puede ser parecido a lo que vemos en las tablas, pero hay diferentes factores
que hacen que las MP no sean nunca iguales, pues el método de cultivo, recolección, abonados, tipos de tierra, etc., nos hacen que en cada explotación las
MP sean diferentes.
La mayor parte de los errores que nos encontramos, o mejor dicho la falta de
respuesta o una respuesta inesperada, no son como consecuencia de un mal
cálculo de necesidades, sino un mal cálculo o previsión de lo que aportan las
MP que disponemos; y sobre todo de los forrajes, que en vacas de leche no
debería ser nunca menor del 40% de la materia seca (MS).
Determinación por tablas
Como ya dijimos al principio, estos aportes dependen de las materias primas que
tiene o puede tener el ganadero. Tanto a nivel de forrajes como de concentrados.
49
Alimentación en vacuno lechero
Las características de estas materias primas, lo mejor sería obtenerlas de un
análisis bioquímico, pero a veces esto no se hace, bien sea por imposibilidad
de mandarlas a un laboratorio y obtener los resultados en un periodo de tiempo más o menos corto, o bien sea por dejadez y comodidad.
En el caso de no hacer los análisis, las fuentes de datos nos las proporcionarán
ciertas tablas; así, las más interesantes son:
1) Tablas del INRA.
2) Tablas del NRC.
3) Tablas del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza.
Determinación por análisis bioquímico o por NIRS
Los análisis bioquímicos convencionales se hacen por vía húmeda. En la actualidad se ha desarrollado la técnica NIRS, que es una técnica basada en que
cada nutriente de las MP se relaciona con un espectro en un rango de longitud de onda determinado.
Para hacer este tipo de análisis, primero hay que calibrar los aparatos, para ello
se pasan los MP por el aparato, después se hace la analítica convencional y, en
función de los resultados obtenidos por vía húmeda, se le asignan los valores
a los espectros obtenidos. Para hacer una calibración correcta se necesitan, al
menos, el análisis de 100 muestras de cada MP.
Cuando se hace el análisis bioquímico, hay algunos parámetros que los determinan casi todos los laboratorios, aunque algunos requieren técnicas especiales:
• Humedad.
• Cenizas.
• PB.
• Materia grasa.
• FB.
• Ca.
• P.
• Urea.
• Solubilidad del nitrógeno.
50
Alimentación en vacuno lechero
• FAD.
• FND.
• Lignina.
• Proteína ligada a FND.
• Almidón ligado a FND.
• Azúcares.
• Almidón.
En función de estos resultados, nosotros podemos determinar las características de los productos que vamos a tratar de equilibrar, bien directamente como
resultado de los análisis o por algún tipo de fórmula de regresión.
• Parámetros directos que se pueden analizar en el laboratorio.
• Parámetros a calcular:
a) Materia seca:
% Materia seca = 100 – Humedad.
b) Materia orgánica:
% Materia orgánica = 100 – Humedad – Cenizas.
c) La energía y la proteína metabolizable.
Para ello, tanto INRA como NRC, en sus diferentes publicaciones nos ofrecen
diferentes ecuaciones, unas más exactas y otras con un mayor coeficiente de
variación.
Necesidades
Las necesidades de las vacas de leche se fundamentan en:
• Peso vivo del animal.
• Litros de leche que produce.
• Calidad de la leche.
• Estado de gestación.
• Crecimiento.
• Tipo de estabulación (fija, libre o pastoreo).
• Condición corporal.
51
Alimentación en vacuno lechero
• Tiempo que lleva parida (DEL).
• Racionamiento (individual, lotes o único).
Diferenciamos entre necesidades de mantenimiento (necesidades para vivir
manteniendo su estado corporal), necesidades de producción y necesidades
de gestación. Para las vacas en lactación sus necesidades son la suma de necesidades de mantenimiento y necesidades de producción, y se expresan por
vaca y día.
Cuando las vacas están de menos de 7 meses de preñez, el estado de preñez
(necesidad de gestación) no se tiene en cuenta en el cálculo de las necesidades.
Cuando las vacas están secas y preñadas de 7 o más meses, las necesidades
se calculan como la suma de las necesidades de mantenimiento más las necesidades de gestación.
La edad (crecimiento) sólo influye en la recría y en las novillas de primer parto.
Factores que debemos tener en cuenta para el cálculo:
• Tipo de estabulación: influye sobre las necesidades de mantenimiento,
pues según el tipo los animales harán más o menos ejercicio en función de
los espacios a recorrer y de los metros cuadrados de que dispongan.
En una estabulación fija, al no poderse mover, no hay ninguna modificación sobre las necesidades de mantenimiento calculadas.
Cuando los animales están libres en una parcela pastoreando y pueden
moverse sin límites, prácticamente, y tienen que andar bastante para ir a
la sala de ordeño, las necesidades de mantenimiento las debemos incrementar en un 20%.
En situaciones intermedias, como una estabulación libre convencional, el
incremento que haremos será del 10%.
• Condición corporal: nos sirve para saber si tenemos que incrementar o
disminuir los aportes energéticos para conseguir un estado óptimo, según
el momento de la lactación en que se encuentre.
• DEL: es un buen indicador para determinar la capacidad de ingesta de
materia seca (IMS) que debemos ofrecer y, a su vez, estimar si el consumo
es correcto o no. También va a ser un factor de concentración.
52
Alimentación en vacuno lechero
• El tipo de racionamiento irá en función del tipo de instalaciones de que
dispongan en las explotaciones y nos marcará, al igual que los DEL, la concentración que debemos utilizar.
Las necesidades se calculan en función de los siguientes nutrientes:
• Energía: UFL (unidadades forrajeras leche) o Mcal de energía neta.
• Proteína: PB (proteína bruta), PDI (proteína digestible intestinal), PDIA (proteína del alimento que no se degrada en panza, es la proteína bypass).
• FB (fibra bruta), FND (fibra neutra detergente), FAD (fibra ácida detergente) y FNDf (fibra neutra detergente ligada al forraje).
• Almidones y CNF (carbohidratos no fibrosos).
• Vitaminas: A, D3 y E.
• Minerales:
- Macrominerales: calcio (Ca), fósforo (P), magnesio (Mg), sodio (Na).
- Microminerales: cobre (Cu), manganeso (Mn), zinc (Zn), iodo (I), selenio
(Se), cobalto (Co).
Todo esto con un mínimo de forraje con fibra larga (2,5 cm) en la ración 35-40%
de la MS total, con una humedad controlada y dentro de una MS que sean
capaces de ingerir las vacas.
Energía
Para que funcione el organismo, sintetice tejidos, dé leche y se muevan las
vacas, es necesario energía. Estas necesidades son proporcionalmente las más
importantes y, a menudo, las más difíciles y caras de cubrir.
Solamente parte de la energía es aprovechada, ésta se llama energía neta, el
resto se pierde por las heces, gases, orina, etc.
Las UFL es una manera de expresar la energía neta para producir leche. Se
toma como referencia la energía neta de 1 kg de cebada de calidad media con
un 86% de MS, que es 1,7 Mcal. Actualmente siguen siendo 1,7 Mcal de energía neta, pero ya no hace referencia a la cebada.
1 UFL ≈ 1,7 Mcal
53
Alimentación en vacuno lechero
Se compara la energía neta (EN) de los diferentes alimentos respecto a la
energía de la cebada, y de aquí salen los valores de cada MP respecto a la
energía.
El NRC (o sistema americano) trabaja directamente con Mcal de EN, mientras
que el INRA (o sistema francés) trabaja con UFL.
a) Necesidades de mantenimiento
Las necesidades de mantenimiento, según el INRA, las determinamos por la
siguiente ecuación:
UFL = (0,041 · PV 0,75) + aumento marginal de 0,006 UFL/kg PV
Aunque es más práctico utilizar la ecuación:
UFL = (PV x 0,006) + 1,4
(PV = Peso vivo)
Según el NCR 2001:
ENL (Mcal/día) = 0,080 PV 0,75
PV
PV 0,75
400
500
600
700
800
89,8
105,7
121,2
136,1
150,4
En esta ecuación hemos de descontar del PV, en el caso de estar gestante, el
peso del feto y de sus anejos.
Según esto, las necesidades para los diferentes pesos serán:
Peso vivo
INRA Energía
NRC Energía
kg
UFL
Mcal
Mcal
UFL
400
450
500
550
600
650
700
3,8
4,1
4,4
4,7
5,0
5,3
5,6
6,460
6,970
7,480
7,990
8,500
9,010
9,520
7,184
4,226
8,456
4,974
9,596
5,704
10,888
6,405
Si comprobamos las necesidades de uno u otro sistema, observamos una diferencia del 11 al 14% para pesos similares. Esto nos plantea que, cuando vamos
a calcular las necesidades, debemos elegir entre uno u otro sistema, pero
NUNCA entremezclar datos.
54
Alimentación en vacuno lechero
b) Necesidades de producción
Se calcula que las necesidades energéticas para la producción son iguales a la
energía contenida en la leche. Así, la energía que tiene un kilogramo de leche
con el 4% de grasa y 3,2% de proteína es 748 kcal de EN o 0,44 UFL. Para el
resto de los porcentajes de grasa se hizo con la ayuda de la fórmula de Gaines,
equiparando con leches del 4%:
kg leche 4% = kg leche (0,4 + 0,15 x % grasa)
El resultado es el siguiente:
%
UFL/l leche
3,2
3,4
3,6
3,8
4,0
4,2
0,387
0,400
0,414
0,427
0,440
0,453
Para transformar leche de diferentes porcentajes de MG y MP en leche estandarizada al 4% MG y 3,1% MP podemos utilizar la siguiente ecuación:
1 kg LC 4% – 3,1% = 1 + [[(0,055 x
x (% MG – 4)) + (0,033 x (% MP – 3,1))]: 0,44]
Según INRA, conociendo el % MG y % MP de la leche, podemos determinar
las necesidades de UFL para 1 kg de leche:
UFL / kg de leche = 0,44 + (0,055 x (% MG – 4)) + (0,033 x (% MP – 3,1))
También se puede calcular directamente los Mcal de EN según ecuaciones del
NRC, en función de la grasa y proteína de la leche, en el caso de conocer
ambos datos, o de la grasa solamente.
ENL (Mcal/kg de leche) = [(0,0969 x % MG) + (0,0547 x MP)] + 0,191
Cuando sólo conocemos la MG:
ENL (Mcal/kg de leche) = (0,0969 x % MG) + 0,360
Y si tenemos una leche corregida al 4% MG (LC 4%):
ENL (Mcal/kg de leche) = 0,748 x LC 4%
Particularmente, creo que lo más normal sería corregir la leche por MG y MP, y
el resultado multiplicarlo por 0,748 Mcal o 0,44 UFL.
c) Necesidades de crecimiento
Sólo es importante para la recría y en la primera lactación. En este segundo
caso variará 100 a 200 g de crecimiento diario, dependiendo de la edad a la
que se efectúe este primer parto.
55
Alimentación en vacuno lechero
Si pare alrededor de los 2 años, el crecimiento será de 200 g/día y, si es pasado los 30 meses, será de 100-120 g/día.
Esto hace que aumentemos los requerimientos de mantenimiento durante la
primera lactación en 2 UFL/día para las novillas que paren de 2 años a 28 meses.
Para las que paren alrededor de los 3 años aumentaremos 1,3 UFL/día.
En resumen, equivaldría a un aumento de las necesidades de producción de
5 kg de leche para los partos cercanos a los 2 años y de 3 kg de leche para los
cercanos a los 3 años.
d) Necesidades de gestación
Estas necesidades sólo se calculan para el 7.º, 8.º y 9.º mes de preñez. Podemos calcular las necesidades según la ecuación del NRC:
ENL (Mcal/día) = [(0,00318 D – 0,0352) x (PVTN/45)]/0,218
D = Días de gestación.
PVTN = Peso vivo de la/s cría/s al nacer.
Se estima que el peso medio de los terneros al nacer es de 45 kg y que normalmente son partos simples. Si los terneros nacidos pesan más o menos de
esta cantidad estimada se hará una corrección de las necesidades.
Según el INRA, las UFL gestación se calcularían con una ecuación en la que intervienen el peso vivo de las crías, la semana de gestación e incluso la edad de
las madres. Pero para hacer más sencillos los cálculos y teniendo en cuenta
que sólo se consideran estas necesidades durante los 3 últimos meses de gestación, en los que los animales ya no estarán en producción o a punto de dejar
de estarlo, se estiman las necesidades de:
7 meses: 0,9 UFL
8 meses: 1,6 UFL
9 meses: 2,6 UFL
Para realizar unos cálculos más sencillos, podemos estimar estas necesidades
como si fueran litros de leche corregida 4%.
Meses
NRC
INRA
7
8
9
3,9
4,5
5
2
3,6
6
Aunque estas necesidades
las podemos aumentar de 2
a 5 litros más, dependiendo
de la condición corporal (CC)
del animal.
56
Alimentación en vacuno lechero
e) Otros aumentos o disminuciones de las necesidades
Deberíamos tener en cuenta, al calcular las necesidades, que durante la primera parte de la lactación los animales pierden peso fisiológicamente, y eso nos
supondría poder considerar una minoración de las necesidades y, por lo tanto,
un ahorro.
Por el contrario, al final de la lactación, si los animales tienen una CC baja,
deberíamos incrementar las necesidades energéticas para que los animales
recuperaran peso antes del secado.
En el caso de la movilización de las reservas corporales, el valor energético de
1 kg de PV depende de la CC que tenga el animal, y, por lo tanto, de la cantidad de grasa que movilice.
Esto puede variar de 3 a 6 Mcal por cada kilogramo de PV movilizado, lo que
supondría disminuir, de 4 a 8 litros de LC 4%, las necesidades de los animales.
En el caso de necesitar aumentar la CC, el aumento de 1 kg de PV también
depende de la CC que tienen los animales que queremos aumentar de peso.
Así irá de 4 a 7 Mcal en función de si la CC es 1 ó 4, que supondría aumentar
de 5 a 9 litros de LC 4% al día.
Aunque el INRA estima 7.500 kcal (7,5 Mcal) por cada kilogramo de ganancia
de PV, lo que supondría un equivalente de 10 kg de LC 4% por cada kilogramo que queramos recuperar, y unas 6,8 Mcal (9 LC 4%) por cada kilogramo
movilizado.
En la práctica, normalmente no se tienen en cuenta para evitar pérdidas de peso
mayores de las esperadas o aumentos de peso excesivos. Aunque si la condición corporal es muy escasa, sí sería conveniente aumentar las necesidades.
f) Necesidades totales
En principio, serían la suma de las necesidades de cada uno de los apartados
anteriores. Pero hemos de tener en cuenta que:
a) El valor energético de algunas materias primas (sobre todo forrajes)
depende de si se suministran ad libitum o restringido.
b) El valor real de la energía en la ración total suele ser inferior a la suma de
los aportes por separado (efecto asociativo).
57
Alimentación en vacuno lechero
c) También depende de la calidad de los forrajes y del porcentaje de concentrados en la ración (efecto sobre la digestibilidad).
Además, a la ración total se le debe exigir una concentración adecuada en función de la producción y el momento de la lactación, la cual nos va a determinar en gran parte las características de los ingredientes. Las concentraciones
de UFL/kg MS, según INRA y NRC, deberían ser las siguientes:
Litros 4%
UFL/kg MS
INRA
NRC
0,96
0,99
Estas concentraciones son tanto
más importantes cuanto mayor es
la producción, y durante el postparto, ya que su capacidad de
30
0,95
0,93
ingesta es menor y debemos ase25
0,93
0,87
gurarnos que el animal reciba los
20
0,86
0,87
aportes necesarios. Por eso pen15
0,78
0,82
samos que es mejor basar la
concentración en el momento de lactación y no en los litros que esté produciendo, así:
+ 35
Comienzo de lactación: 0,96-0,98 UFL/kg MS, incluso de 1,02 ó más.
Mitad de lactación: 0,95 UFL/kg MS.
Segunda mitad de lactación: 0,92 UFL/kg MS.
Proteínas
Los animales necesitan proteínas para que funcione adecuadamente el organismo, el crecimiento de los diferentes tejidos, se produzca leche, etc. Estas
proteínas se sintetizan partiendo de 20 aminoácidos elementales. Algunos de
estos aminoácidos se sintetizan por el propio organismo, pero otros tienen
que ser absorbidos por el intestino procedentes del rumen y del alimento.
PDI (proteína digestible intestinal)
Como hemos dicho antes, los rumiantes necesitan aminoácidos para cubrir sus
gastos nitrogenados. Los avances nos permiten expresar las necesidades y los
aportes como proteína digestible en el intestino, es decir, la cantidad de aminoácidos absorbidos en el intestino delgado.
58
Alimentación en vacuno lechero
Este sistema surgió una vez vistos los problemas que planteaba el sistema
MND (materia nitrogenada digestible), siendo muy eficaz en animales de alta
producción.
Proteína indegradable
del alimento
(proteína bypass)
PDIA
+
UFL/MN
g
g
Nutrición
Microorganismos
PDIME
Degradación del
N del alimento
Energía
disponible
PDIN
PDIE
Nutrición
del animal
El valor PDI se determina en gramos de proteína metabolizable y corresponde
a la suma de la proteína de origen alimenticio (PDIA) no degradable en panza
(proteína bypass) y de la proteína de origen microbiano (PDIM). La proteína de
origen microbiano depende de la fermentabilidad de la energía y de la proteína disponible en el rumen. Por lo que el valor PDIM puede a su vez tener dos
valores, PDIMN y PDIME, dependiendo de que sea el aporte de nitrógeno
fácilmente degradable o la energía fermentescible quien limite la síntesis de
proteína microbiana. De aquí que cada alimento tenga dos valores PDI:
PDIN = PDIA + PDIMN
PDIE = PDIA + PDIME
A la hora de calcular una ración, nosotros sumaremos los valores PDIN, por un
lado, y los valores PDIE, por otro, de las diferentes materias primas a utilizar en
la ración, tomando como referencia para hacer el cálculo aquél de los dos que
sea inferior.
Pero para calcular las necesidades solamente se determina un valor PDI, que
será el que balancearemos con el valor más bajo de los PDIN y PDIE de los
aportes.
Actualmente, se pretende que la diferencia entre PDIN y PDIE sea mínima,
pues un exceso de PDIN, aunque favorece la producción de leche, también
produciría un aumento de la excreción de NH3 a la atmósfera.
El actual sistema estima que al llegar a un determinado punto de cumplimiento de las necesidades y un determinado aporte por encima de estas necesidades, no tendremos ninguna respuesta en la producción de leche y, sin embar-
59
Alimentación en vacuno lechero
go, sí habría un exceso de nitrógeno excretado, con las pérdidas que ello supone y la contaminación correspondiente.
En la práctica, con los cálculos actuales de necesidades y aportes, una determinada diferencia entre PDIN-PDIE nos permite obtener mejores resultados
productivos sin comprometer el metabolismo ni la fisiología del animal.
a) Necesidades de mantenimiento
El NRC calcula las necesidades de proteína metabolizable de mantenimiento
(PMm) en función de la proteína endógena de la orina, la proteína de la piel y
los poros, la proteína fecal y del resto de las secreciones orgánicas.
Para esto, utilizan una ecuación que podrás encontrar en algunas publicaciones
del NRC, que no es demasiado accesible para los usuarios de a pie. Se basa en
el PV, IMS y PM bacteriana, que a su vez se basa en el total de nutrientes digestibles (TDN) ajustados según la ingestión, para lo cual se hace una estimación.
PMm (g/día) = 4,1 PV 0,50 + 0,3 PV 0,60 + [(30 IMS) – 0,5 [(PMbacteriano/0,8) –
– PMbacteriano]] + [(0,118 IMS/0,67]
PMbacteriano = 0,64 x 0,13 TDNa x IMS
TDNa = TDN ajustados a la ingestión ≈ 70%
IMS y PV en kg.
PMbacteriano en g.
El INRA determina las necesidades de proteína metabolizable como PDI, según
la ecuación:
PDI (g/día) = 3,25 PV 0,75 + aumento marginal de 0,5 g PDI/kg PV
Para evitarnos el cálculo del peso vivo metabólico PV 0,75 se puede utilizar
PDI = (PV x 0,5) + 95
Según varían los pesos, las necesidades serán:
Peso vivo
g. PDI
400
450
500
550
600
650
700
295
320
345
370
395
420
445
60
Alimentación en vacuno lechero
b) Necesidades de producción
A diferencia de los demás nutrientes, las necesidades en PDI las deberíamos
fijar en función del contenido en materias nitrogenadas de leche, en vez del
porcentaje en grasa, aunque la grasa también influye.
Si bien es verdad que casi siempre hay una correlación entre estos dos parámetros, puede ser que, debido a la alimentación, tengamos variaciones independientes, incluso algunas inversas.
El NRC calcula la PMlactación a partir de la proteína neta de la leche, asumiendo
una eficacia de conversión de la PM o proteína neta de la leche del 67%, utiliza la ecuación:
PMlactación (g/día) = 1,49 * MP de la leche expresado en g
El INRA también utiliza la proteína de la leche expresada en g/día y utiliza la
ecuación con una eficacia del 64%.
PDIlactación (g/día) = 1,56 * MP
A nivel de usuario, tradicionalmente se ha utilizado la leche corregida que
habíamos calculado para la energía y fijábamos que para cada kilogramo de
esa leche corregida las necesidades eran de 48 g/kg LC 4%.
Así, para una leche con el 4% MG y 3,1% MP, las necesidades para cada kilogramo de leche serán de 48 g.
Para otros porcentajes diferentes, utilizaremos cualquiera de los dos sistemas
explicados en el punto de necesidades energéticas de producción para transformar la leche en leche estandarizada y lo multiplicaremos por 48; o simplemente calculamos las necesidades, según la proteína de la leche y las ecuaciones expresadas anteriormente, y el resultado se multiplica por los litros que
tenemos.
c) Necesidades de crecimiento
Tomamos los mismos criterios que para las UFL. Es decir, 5 kg de leche más,
si el primer parto es cercano a los 2 años, y 3 kg si es cercano a los 3 años.
Realmente serían 240 y 140 g/día, respectivamente, pero prefiero considerarlo, a nivel práctico, como una mayor producción.
61
Alimentación en vacuno lechero
d) Necesidades de gestación
Las necesidades de gestación, al igual que en los cálculos de la energía, sólo
se deben tener en cuenta durante los 3 últimos meses. Aunque el INRA marca
necesidades para el séptimo, octavo y noveno mes, el NRC considera que se
deben tener en cuenta entre 190 y 279 días de gestación.
Además, el NRC considera que la eficacia de la proteína metabolizable para
la gestación (PMg) es del 33%, de aquí que utilice la siguiente ecuación:
PMg = [(0,69 x días – 69,2) x (PVTN/45)]: 0,33
INRA hace los cálculos en función del peso de la cría al nacer y la semana de
gestación, así:
PDIg = 0,07 PVTN x e 0,111 x semana de gestación
De todos modos, si seguimos el mismo criterio de las necesidades de energía, las necesidades son similares a la producción de 1,6, 2,8 y 4,3 litros al 4%
de grasa y 3,1% de proteína, respectivamente, para el 7.º, 8.º y 9.º mes de
gestación.
e) Necesidades totales
Como en los anteriores casos, sería la suma de todos los apartados anteriores. También considerando los efectos asociativos.
Al igual que decíamos en el caso de la energía, es práctico y muy interesante
considerar la concentración total de PDI en la ración, además de ver si cumple o no los mínimos.
Así, la concentración de PDI/kg MS:
• Al comienzo de la lactación sería 120 g.
• En mitad de la lactación, 110 g.
• En la segunda mitad de la lactación, 100 g.
Además, la relación de PDI/UFL debe ser:
• Al comienzo de la lactación, 125-122.
• En mitad de la lactación, 116.
• En la segunda mitad de la lactación,109.
62
Alimentación en vacuno lechero
Proteína bruta
Aunque actualmente tanto NRC como INRA tienden a trabajar con proteína
metabolizable, en la práctica sigue siendo un nutriente de referencia.
Las proteínas están compuestas por aminoácidos. Cada aminoácido contiene
oxígeno, hidrógeno, carbono y nitrógeno (16%).
Además, hay otros aportes de N que no están ligados a las proteínas y es lo
que se denomina NNP (nitrógeno no proteico), como la urea.
La proteína bruta está determinada por la cantidad de N total que tienen los
alimentos o las raciones, multiplicado por el factor 6,25.
Este valor 6,25 viene de que, como hemos dicho, la proteína tiene un 16% de N:
100 : 16 = 6,25
Las vacas pueden utilizar tanto las proteínas como el NNP para satisfacer sus
necesidades y esto es debido a que la microflora de la panza es capaz de sintetizar N simple para fabricar sus propias proteínas que son después utilizadas por la vaca (proteína microbiana).
De aquí que podamos determinar también el valor nutritivo de una ración, en
función del valor proteico bruto; además, se ha visto que es conveniente marcar unos mínimos sobre esa ración total dependiendo de los niveles de producción; así el NRC determina unas necesidades para el mantenimiento y
otras para la producción. Éstas son:
a) Mantenimiento
Peso vivo (kg)
g PB
500
550
600
650
600
364
386
406
428
449
% MG
g PB
3,0
3,5
4,0
4,5
78
84
90
96
b) Producción
63
Alimentación en vacuno lechero
c) Crecimiento
En animales de primera lactación es interesante aumentar las necesidades de
mantenimiento en un 20%.
d) Gestación
Durante los 2 últimos meses aumentaremos las necesidades de mantenimiento entre 37,2 y 38,7%.
e) Necesidades totales
Son la suma de todas las necesidades de los puntos anteriores.
La concentración aproximada en función de la producción debería estar alrededor de:
Litros de leche
% PB
– 15
15-25
26-34
35-40
+ 40
13
14
15
16-18
Aminoácidos digestibles en el intestino
Las vacas de leche tienen unas necesidades en proteína muy elevadas relacionadas con una secreción alta de proteína en la leche. Por lo que son muy sensibles al equilibrio entre los aminoácidos que se absorben y a la digestibilidad
de las proteínas.
El INRA, mediante un sistema que denomina AAdi (ácides aminés digestibles),
permite argumentar este equilibrio.
Para las vacas de leche los dos aminoácidos esenciales, identificados con
mayor frecuencia como limitantes, son la metionina y la lisina.
Las necesidades se expresan como un porcentaje del PDIE de la ración, y son
2,5 y 7,3% del PDIE, como metionina y lisina digestible en el intestino, respectivamente.
Hay otros aminoácidos cuyas necesidades no están muy bien descritas. De
todos modos se estima que las necesidades de:
64
Alimentación en vacuno lechero
Aminoácido
% de PDIE
Leucina digestible
8,9
Histidina digestible
2,4-2,8
Se ha demostrado que, cuando nosotros tenemos una ración de 7% de lisina
y 2,2% de metionina, podríamos tener entre 0,15 g (0,015%) y 0,25 g (0,025%)
menos de proteína en la leche, y con niveles de 7,5% de lisina y 2,7% de
metionina se podría incrementar de 0,07g (0,007%) a 0,08 g (0,008%) los niveles de proteína sobre unos niveles propios de los animales que se conseguirían con los valores normales de estos dos aminoácidos (7,3 y 2,5% de lisina y
metionina, respectivamente).
Ingesta de MS (IMS)
Cuando nos proponemos hacer un racionamiento para vacas de alta producción, las necesidades a nivel de energía, proteína, minerales, fibra, etc. las
podemos encontrar en publicaciones que están en el mercado y sobre las que
no hay mucho que añadir, salvo visiones particulares.
Sin embargo, queremos hacer hincapié en la ingesta de materia seca, que se
le da más o menos importancia, según los técnicos, pero que puede ocasionarnos problemas a la hora de racionar las vacas.
La capacidad de ingestión
Es, como decíamos, el principal problema a solventar en las vacas de alta producción (VHP).
Una vaca puede comer normalmente alrededor de 3,5 kg de MS por cada
100 kg de peso vivo. Sin embargo, el récord está en vacas productoras de
más de 22.000 kg de leche, que fueron capaces de consumir alrededor de 6,5 kg
de MS por cada 100 kg de PV (25 kg de heno y 25 kg de concentrados).
El consumo de MS es importante en las vacas de alta producción, suele ser
bajo e impide que se cubran las necesidades energéticas que los animales
tienen. La disminución de la ingesta es la mayor limitación que nos encontramos para maximizar la producción de leche. Podemos formular para adminis-
65
Alimentación en vacuno lechero
trar una cantidad correcta de nutrientes, pero es necesario saber qué consumo de materia seca tienen los animales.
En función de ese consumo, las raciones pueden ir más o menos concentradas, con el costo económico que esto supone (véase ejemplo en cuadro 1).
Cuadro 1
Ejemplo: vaca de 630 kg PV con 36 litros al 4% MG.
Necesidades PB = 4,19 kg.
IMS
Necesidades
% PB/MS
24,6 (predicción)
4,19
17,03
22,1 (90% predicción)
4,19
18,96
19,7 (80% predicción)
4,19
21,30
Como vemos, es constante el peso de la vaca, la producción y las necesidades
de proteína. Pero el porcentaje de PB aumenta según disminuye la ingesta.
Es frecuente considerar solamente un 80% de la predicción de ingesta en las
vacas de alta producción y formular el resto de los nutrientes con sus valores
normales.
También quiero resaltar que utilizar el concepto de proteína o cualquier otro
en porcentaje (%) puede conducirnos a cometer errores, pues los animales
tienen unas necesidades no en porcentaje de lo que coman sino en función
de peso, producción, etc. Otra cosa es que, si nosotros aportamos suficiente
66
Alimentación en vacuno lechero
cantidad de comida, la concentración de los diferentes nutrientes nos da una
idea del potencial de esa ración.
¿Cómo determinaremos la MS que es capaz de comer una vaca?
No sabemos cómo las vacas regulan el consumo. El gusto es un factor de regulación, pero el consumo está influenciado por muchos factores que actúan
combinados o por separado, dependiendo de las condiciones.
Diferentes publicaciones indican los posibles mecanismos de control:
• La capacidad física del tracto gastrointestinal (Conrad, 1964). Esto ocurre
fundamentalmente cuando la digestibilidad de la ración es inferior al 67%.
• Factores químicos, tales como los ácidos grasos volátiles (AGV) del líquido
ruminal y de la sangre, regulan el consumo de MS en raciones con alto contenido en concentrados.
• La regulación de los centros nerviosos (hipotálamo) vía neurotransmisores
va a regular el consumo de MS. Este mecanismo no está muy definido
(DellaFera, 1981).
A pesar de los intensos estudios realizados por centros de investigación, industrias y universidades, no se han podido determinar exactamente los mecanismos de regulación, lo que produce grandes dificultades a la hora de predecir el consumo de MS. Los factores que complican este cálculo son las variaciones ambientales, manejo, características de los alimentos (físicas, químicas,
etc.), factores sociales, condición física de los animales y palatabilidad.
Factores que afectan a la capacidad de ingestión
Las vacas de alta producción tienen características propias relacionadas con
la ingestión y además aumentan el apetito con el peso de los animales y la
producción. Con un ensilaje de hierba o con heno, la capacidad puede aumentarse 0,8 kg MS/100 kg PV y si es un forraje muy apetecible hasta 1,5 kg
MS/100 kg PV.
a) Tamaño. Peso vivo
Con los mismos forrajes, de buena calidad, ofrecidos a voluntad y bien complementados, 100 kg de diferencia de PV pueden producir 2 kg de leche más.
Las vacas grandes valoran mejor los forrajes que las vacas pequeñas.
67
Alimentación en vacuno lechero
Según algunos autores, el consumo de MS aumenta de 0,6 kg MS a 1,2 kg MS
por cada 100 kg de PV.
b) Nivel de producción
El nivel de producción aumenta la capacidad de ingesta de 200 a 400 g de MS
por cada litro de leche corregido al 4% MG.
Es el factor más importante que afecta al consumo.
En el comienzo de la lactación la ingesta retrasa el aumento de la producción.
Sin embargo, en el último tercio de la lactación la ingesta puede ser mayor
que la predicha, cuando la condición corporal es la adecuada y la palatabilidad de la comida ofrecida a libre disposición es buena.
c) Estado de lactación
Según el estado de lactación la capacidad varía enormemente.
Al comienzo de la lactación la capacidad de ingesta no supera los 170 g de
MS por litro. Esta es la consecuencia de la subalimentación, que suele provocar grandes pérdidas de peso por movilización de las reservas corporales.
Dependiendo de la velocidad y kilogramos de las pérdidas, se pueden provocar problemas metabólicos que bajan las defensas de los animales, alterando
su salud y la reproducción.
Cuadro 2. Variaciones en porcentaje sobre la predicción del consumo
de MS, según las semanas de lactación.
Semana de lactación
Primer parto novillas
Otros partos
1-2
70
70
3-4
80
80
5
85
85
6-9
90
90
10-30
100-105
100-105
31-34
95-100
90-100
Este cuadro nos indica cómo aumenta la capacidad de ingesta según las
semanas de lactación.
68
Alimentación en vacuno lechero
d) Estado de gestación
Es difícil determinar el efecto del estado de gestación sobre la ingesta de
materia seca, porque este efecto no se puede ver separadamente del efecto
del estado de lactación.
El efecto del estado de gestación se ha visto que no está asociado con los
cambios de forraje consumido.
Teniendo en cuenta que el mayor crecimiento del feto es durante el período
seco (2 últimos meses de gestación), no es probable que tenga un efecto significativo sobre el consumo de materia seca en las vacas en lactación.
e) La edad
Las novillas con un primer parto a los 2 años, pueden llegar a comer de 5 a
5,5 kg MS menos que las vacas con igual producción.
Esta diferencia es debida a la diferencia de peso, pero también a la edad y al
nivel de producción. Suele estar asociado al tipo de alimento (gráficos 2 y 3).
En la práctica se cuantifica que las novillas de primer parto consumen un 25%
menos que las vacas adultas.
f) Estrés por calor
Las altas temperaturas reducen el consumo de MS, pero principalmente de
forrajes, en un 10%, debido a la mayor capacidad de fermentación que tienen
69
Alimentación en vacuno lechero
éstos respecto a los concentrados. Este hecho se produce más en raciones
con forraje y concentrados por separados.
En las épocas calurosas aumenta el consumo durante la noche para compensar parcialmente el descenso de consumo durante las horas de sol.
En tiempos muy fríos el consumo aumenta, pero baja la producción y el porcentaje de MG.
En periodos de estrés por el calor, las vacas que no tienen sombra consumen
un 13% menos que las que sí la tienen.
Se ha observado que entre 5 y 20 ºC la vaca no necesita activar ningún mecanismo de termorregulación y la IMS no se modifica. Fuera de este rango,
habrá variaciones al alza o a la baja que pueden oscilar entre 10 y 15% la IMS.
Esto nos obliga a realizar los ajustes necesarios.
g) Frecuencia de ordeño
Las novillas ordeñadas tres veces diarias durante la primera lactación pueden
producir 400 kg más de leche. Sin embargo, no aumentan el consumo.
Las vacas multíparas pueden aumentar 1.300 kg de leche con tres ordeños, lo
que puede representar un 18% de aumento en la producción. La ingesta aumentará solamente del 3 al 5%.
70
Alimentación en vacuno lechero
A estos animales ordeñados tres veces al día les cuesta más recuperar las
reservas durante la lactación y hemos de recuperarlos en el periodo seco.
El consumo de MS no aumenta proporcionalmente el aumento de la producción en las primeras lactaciones o en las vacas que se ordeñan tres veces al
día, por los que es necesario ajustar la ingesta de estos animales.
h) Frecuencia de las comidas
El número de comidas afecta directamente al consumo de MS, pero hay
investigaciones que no dan una respuesta consistente a esta información.
Sin embargo, podemos decir que la cantidad de heno y silos consumidos en
una o más veces no varía a lo largo de toda la lactación.
Cuando se dan separados los forrajes y los concentrados, pero se mantiene
constante la relación forraje/concentrado, la frecuencia en el consumo de
concentrado no afecta a la ingesta de MS total.
La frecuencia del número de comidas de ración total en primera lactación no
afecta significativamente al consumo.
El mayor número de comidas minimiza las fluctuaciones en las fermentaciones
ruminales, favoreciendo la digestión de las fibras y un mayor consumo de MS.
En vacas, el aumento de comidas (de dos a siete) puede aumentar un 8,5% el
consumo de MS. Esta experiencia se hizo en raciones con 55% de forraje
(heno de alfalfa) y 45% de concentrado.
En períodos de calor o con raciones altas en humedad, aumentar el número
de comidas puede elevar el consumo de MS.
i) Sistema de alimentación
La alimentación en grupo contra la alimentación individual aumenta el consumo un 7,1%. Esto se debe a un incremento en las necesidades de mantenimiento y a la competitividad. También ha influido en el cálculo alguna pequeña pérdida de alimentos.
En la alimentación total mezclada contra una alimentación separada no hay
diferencias, salvo en algún individuo aislado, según algunos autores (Wangsness, 1981).
Sin embargo, otros predicen un mayor consumo y un aumento del 4% en la
producción en las raciones completas (Eastridge, 1986).
71
Alimentación en vacuno lechero
j) El alimento
Las características físicas y nutritivas tienen gran influencia sobre el consumo
de MS.
El tamaño de los forrajes y concentrados tiene un efecto significativo. La molienda de forrajes de mala calidad aumenta su consumo. Si el forraje es bueno
no hay variación.
Las características físicas de los concentrados afectan significativamente al
consumo, principalmente cuando se dan separados de los forrajes.
Así se ha visto cómo los granos enteros se consumen de 450 a 560 g/minuto,
los granos partidos o aplastados de 340 a 450 g/minuto y, cuando están finamente molidos, oscilan de 220 a 340 g/minuto.
Efecto parecido tienen las diferentes presentaciones de los concentrados,
gránulos, harinas groseras y harinas finas, con unos consumos similares a los
anteriormente mencionados.
El consumo de silo de maíz y del heno de alfalfa no es afectado por la forma
de presentación de los concentrados.
k) Calidad y tipo de forraje
Es difícil prever la capacidad aproximada de ingestión de forraje, si no se sabe
su composición nutritiva.
Es muy necesario conocer lo mejor posible las características de los alimentos. Especie, ciclo y estado vegetativo, conservación, humedad, etc., para
poder hacer una formulación lo más correcta posible.
La capacidad de ingesta de un forraje es proporcional a su digestibilidad, así,
por ejemplo, una vaca sería capaz de comer hasta 17 kg MS de forraje verde
de primavera, sin embargo, de un heno de gramíneas posiblemente no llegue a los 10 kg MS. Las leguminosas las comen mejor que las gramíneas.
La disminución de la ingesta por baja digestibilidad es mayor en las gramíneas
que en las leguminosas debido al mayor porcentaje de FND de las gramíneas.
La FND aumenta más en las gramíneas, según aumenta la maduración de las
plantas, que en las leguminosas y la digestibilidad disminuye.
72
Alimentación en vacuno lechero
El consumo de forraje es inversamente proporcional a su contenido en FND.
Sin embargo, no está bien definida la relación entre la FND del forraje y la
capacidad de ingesta de la ración total.
k.1) Silos contra henos
El consumo de MS aumenta cuando cambiamos silo de gramíneas o leguminosas por heno. El menor consumo de silos no se debe al bajo pH o al
alto contenido en humedad.
Sin embargo, algunos autores (Broderick, 1985) utilizando la ración total
mezclada, no han encontrado diferencias en la capacidad de ingesta utilizando henolaje de alfalfa, silo de maíz o heno de alfalfa entre el 60 y 79% de
la MS total. Incluso Shaver (1985) obtuvo mejor consumo con silo de maíz
que con heno de alfalfa o heno de bromo en la ración base.
Pensamos que es más determinante la potabilidad del forraje para un mayor
o menor consumo, pero es más difícil de considerar este factor.
k.2) Estado de maduración del heno
Como decíamos antes, está relacionado con la digestibilidad, la cual depende del nivel de fibra.
Así se comprobó que en raciones con 60 y 40% concentrado, comparando
heno de alfalfa en diferentes estadios vegetativos (pre, media y total floración), con proteínas brutas de 23,2, 17,8 y 16,7%, y fibra ácido detergente de
32,6, 43,7 y 45,8%, el consumo fue de 23,7, 20 y 19,8 kg, respectivamente.
Sin embargo, en otras experiencias en las que se utilizaron dos henos de
alfalfa, uno con 24,4 de PB y 28,6 de FAD y otro con 18,1 de PB y 37,6 de
FAD, en raciones totales mezcladas (unifeed) con relación forraje/concentrado de 50/50 y 70/30, la ingesta de MS no fue afectada ni por el estado de
maduración del forraje ni por la relación forraje/concentrado.
De todos modos, no podemos asegurar rotundamente la relación entre
estado de maduración del forraje y consumo total de MS.
k.3) Nivel de forraje
Es difícil determinar exactamente el efecto del nivel de forraje de la ración
con la capacidad de ingesta total de una manera separada, debido al efecto que tiene sobre los cambios en la fibra y en el nivel energético.
73
Alimentación en vacuno lechero
De Peters-Smith (1986) demuestra cómo el consumo total de MS es similar
en raciones con 50 o 70% de heno de alfalfa en raciones mezcladas. Incluso
hay experiencias que demuestran que hasta niveles del 79% de forrajes en
raciones unifeed, no varía la DMI.
Hay una influencia entre el nivel de FB y la predicción de consumo de MS. El
máximo consumo de MS se da cuando la FB es del 16,15%, según Brown
(1977).
Kesles y Spahr (1964) demostraron que el consumo energético se maximiza
en raciones que contienen del 50 al 60% de concentrados.
El aporte adecuado de fibra (forraje) en raciones para vacas lecheras nos
puede dar los máximos consumos de MS. Raciones bajas en fibras disminuyen el consumo de MS.
La ausencia de fibra larga puede aumentar el tránsito intestinal y a su vez una
disminución de la digestibilidad total, acidificación del rumen y acidosis.
Actualmente se trabaja con niveles del 16 al 17% mínimo de FB en la ración
total. La forma física de esta fibra es muy importante. El consumo mínimo de
1 a 2 kg de heno o de 0,8 a 1 kg de paja regulariza el tránsito, la salivación y
estabiliza el pH ruminal.
I) Humedad de la ración
El aumento de la cantidad de MS de la ración favorece el consumo.
Sin embargo, es difícil predecir el efecto de la humedad sobre el consumo de
MS. Este efecto depende de si trabajamos con ración total o alimentos separados, pero es también diferente según los forrajes utilizados y tipos de concentrados.
Generalmente, raciones con más de 50% de humedad limitan el consumo de
MS, pero no podemos determinar cómo disminuye la ingesta en función del
aumento de humedad.
Al mismo tiempo, hemos comprobado que en raciones con forrajes verdes, la
humedad puede llegar hasta el 60% o más sin disminuir la IMS.
Por el contrario, sí podemos decir qué raciones excesivamente secas tienen
poca apetecibilidad. Nosotros hemos encontrado un mínimo óptimo alrededor del 30-35% de humedad.
74
Alimentación en vacuno lechero
m) Buffer
Es conocido el efecto que tienen aumentando el % MG de la leche en raciones con mucho concentrado y poca fibra en la ración. Cómo actúan exactamente los buffer no es muy conocido, pero sí está bien documentada su utilización para aumentar el pH de la panza.
Pueden darnos problemas de palatabilidad, pero éstos son mínimos si las
mezclamos con suficiente cantidad de concentrados o forrajes. Una vez que
se acostumbran no hay problemas.
Hay numerosos trabajos publicados sobre buffer, pero los resultados no son
definitivos ni consistentes sobre ese efecto, sobre la capacidad de consumo
en vacas lecheras.
En raciones con silo de maíz, no se observan efectos sobre IMS con la adición
de buffer. Sí observamos aumento de IMS en raciones unifeed sin silo de
maíz. También vemos aumentos de IMS en raciones unifeed con silo de maíz
durante las 2 primeras semanas de lactación.
Predicción del consumo de MS
La mejor predicción de la IMS es preguntar al ganadero qué es lo que están
comiendo los animales en ese momento y calcular qué cantidad de MS están
consumiendo en función de lo que nos respondan.
Si bien, podremos aumentar estas cantidades poco a poco en el tiempo,
cuando las cifras obtenidas al valorar son muy inferiores a las que podemos
obtener en el NCR-88 u otros autores, como las predicciones de la Universidad de California-Davis.
En general, todas las ecuaciones que encontramos nos relacionan el peso
vivo y la producción corregida al 4% de MG. Hay otras que también tienen en
cuenta la proteína y el número de lactaciones.
Así, el NRC 2001 propone la siguiente ecuación para el cálculo de kg IMS/día:
IMS = [(0,372 x LC 4%) + (0,0968 x PV 0,75)] x [1-e (-0,192 x (SemL + 3,67))]
Donde: LC 4% es leche corregida al 4%.
SemL es la semana de lactación.
75
Alimentación en vacuno lechero
Pero ¿cuál es la semana de lactación de un lote o de una explotación en el
caso de lote único? En estos casos nos basamos en los DEL (días en leche) del
lote o del rebaño.
El INRA, en su última revisión, propone una ecuación para el cálculo de UEL
(unidades lastre o de sustitución de forraje), que es un sistema algo más complicado.
En estas ecuaciones, el INRA ha introducido para el cálculo también el PV y
SemL, pero además introduce la semana de gestación (SemG), la condición
corporal, la edad, un coeficiente para diferenciar primer parto y multíparas, así
como un concepto de producción de leche potencial (PLpot). Este PLpot lo
calcula en función de la cantidad máxima de leche producida por los animales o que pensamos que puedan llegar a producir y la SemL y SemG en que
se encuentran las vacas. En principio, al meter tantos datos, nos parecía una
ecuación que podría ser bastante completa, pero al darnos los resultados en
UEL no lo hace muy utilizable, salvo que trabajemos directamente con estas
unidades en vez de MS.
Puede ser un reto el buscar unas correlaciones, para esta ecuación, en función
de los animales y las producciones.
A lo largo del tiempo hemos ido viendo diferentes ecuaciones de predicción,
todas con más o menos exactitud; así, en la última ecuación del NRC, expresada más arriba, el error estándar es de ± 1,8 kg, lo cual es bastante.
Otras ecuaciones de predicción:
IMS = 2% PV + (0,333 x LC 4%)
CV > 30%
A.F. Kertz y L.F. Reutzel publicaron en un artículo una ecuación en la que combinaban la SemL, LC 4%, PV y una corrección en función de la lactación, y mejoraban la ecuación NRC-88:
IMS = coef1 según SemL + (coef2 según SemL x LC 4%) +
+ (coef3 según SemL x x PV) + corrección por lactación
CV = 10,3%
76
Alimentación en vacuno lechero
Ajuste de la predicción de MS
a) Estado de lactación
Hay que tener en cuenta el tiempo que hace que han parido y disminuir o aumentar los resultados de la ecuación en función de lo expuesto en el cuadro 2.
b) Estrés por calor o por bajas temperaturas
Es complicado el hacer este ajuste, pues deberíamos tener en cuenta la
humedad relativa, velocidad del aire, temperatura mínima nocturna, etc.
Nosotros pensamos que en períodos de calor moderado se puede disminuir
entre el 5 y el 10% la predicción de IMS. En períodos extremos es normal una
reducción del 20 al 30%. La producción en estos períodos como es normal se
reduce también.
De todas formas, el NRC 2001 propone una ecuación para modificar la IMS
cuando la temperatura supera los 20 ºC:
IMS corregida = IMS calculada x (1 – ((Tª - 20) x 0,005922)
En los casos de temperatura inferior a 5 ºC también se propone otra ecuación
de corrección:
IMS corregida = IMS calculada : (1 – ((5 - Tª) x 0,004644)
En ambos casos la Tª es la temperatura del momento.
c) Número de ordeños
En primeras lactaciones, con producciones similares, cuando se ordeña tres
veces al día, consumen entre el 3 y 5% menos que cuando se ordeñan dos
veces.
En lactaciones sucesivas la disminución oscila entre 1 y 3%.
d) Humedad de la ración
Como hemos dicho, no podemos establecer una relación entre humedad y
consumo de MS. Es aceptable reducir el 1% la MS por cada 1% que aumenta la humedad de la ración por encima del 60%, salvo que la humedad provenga de forrajes verdes.
El problema se agrava cuando, además de raciones húmedas, tenemos temperaturas altas.
77
Alimentación en vacuno lechero
Resumen
No es conocido cómo regulan las vacas la capacidad de ingesta. Factores físicos, químicos y nerviosos combinados ejercen de llave para la regulación de
la capacidad de ingesta total.
Medir la capacidad de ingesta es prácticamente imposible.
La predicción de la capacidad de ingesta es difícil debido a los cambios
ambientales, del manejo, del tipo de comida utilizada y de las variaciones del
propio animal. No es posible obtener una medida directa de la capacidad de
consumo, la predicción siempre debe tener una gran dosis de confianza.
Es bueno pesar las sobras cada 15-30 días, y, restándoselo a lo que estamos
echando, sabremos los kilogramos de consumo diario, aproximadamente. No
sabremos si lo que sobra es más o menos homogéneo hasta que lo analicemos, y esos valores los comparemos con las raciones a las que pertenecen.
Según nuestra experiencia, los análisis de las sobras son bastante parecidos a
los análisis de las raciones a los que pertenecen, aunque podríamos pensar
que no tendría nada que ver.
De esta manera podríamos estimar cuál es el consumo medio de MS de cada
grupo de alimentación.
Cuadro 3. Resumen factores que afectan al consumo de MS (IMS).
Incidencia
Factor
Peso corporal
Producción
Estado de lactación
Estado de gestación
Edad
Estrés por calor
Ordeño (dos o tres veces)
Frecuencia de comidas
Sistema de alimentación
Presentación física:
Concentrados
Forrajes
Calidad y tipo de forrajes
Humedad
Buffer
Alta
Media
Baja
+
+
+
–
–
+
–
–
–
–
–
–
–
–
–
+
–
–
–
–
–
+
+
–
+
+
–
–
–
+
+
–
+
–
+
+
–
–
+
–
–
+
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Alimentación en vacuno lechero
Bibliografía
INRA-Alimentación de Bovino, Ovino y Caprino 1978, 1988, 2002 y 2007.
Kertz AF, Reutzel LF. Dry Matter Intake of lactating Cows.
Necesidades Nutricionales para Rumiantes de Leche. FEDNA 2009.
NRC-Nutrient Requirements of Dairy Cattle. Sixth Revised Edition Update 1989 y 2001.
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81
Sanidad en las explotaciones
de ganado vacuno lechero
Prof. Dr. José Luis Benedito Castellote
Académico correspondiente de RACVE. Profesor titular de Patología Animal.
Facultad de Veterinaria de Lugo. Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Introducción
Para establecer una rentabilidad tanto productiva como económica en una
explotación de ganado vacuno lechero, es fundamental establecer unos programas sanitarios, teniendo en cuenta siempre que el mejor método y más
barato de atajar las enfermedades es la prevención, por lo tanto, y siguiendo
este axioma de medicina preventiva, y considerando la granja una empresa en
donde los gastos deberán ser menores que los beneficios, porque en caso
contrario se va a la ruina, es muy recomendable la aplicación de programas
sanitarios para enfermedades infecciosas y parasitarias, limpieza, desinsectación y desratización en el ganado vacuno lechero.
Es evidente que el animal enfermo ocasiona unos gastos de medicamentos,
honorarios del veterinario, pérdidas por descenso de la producción de leche
(y en muchos tratamientos hay que tirarla por la presencia de residuos), pérdida de la cría o crías, venta a la baja de los animales y, lo peor, la muerte de
los animales y el posterior gasto de reposición de los mismos.
Incluso debemos incluir la alimentación malgastada y las horas de dedicación
extraordinaria del personal de la explotación a los animales enfermos, que
disminuye notablemente el rendimiento laboral de la granja. Si, a mayores, la
granja debe hacer pagos a entidades de préstamos, esto podría retrasar la
deuda, con los correspondientes intereses.
Aunque lo primero y esencial al valorar una explotación es su diseño; de ello
dependerá en una gran medida la sensibilidad del establo a las enfermedades, de optimizar el trabajo en la misma y, por lo tanto, en llevar a esa explotación a una elevada y sostenible producción láctea.
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
De aquí en adelante denominaremos a la vaca de leche de alta producción
VLAP; es un animal delicado y como tal debemos de manejar y cuidar, conociendo que unos simples cambios en los hábitos rutinarios de ordeño, manejo, etc., pueden influir para desencadenar un estrés en el rebaño lechero.
Los programas obligatorios para una explotación son los realizados anualmente por las Campañas de Saneamiento, en donde se revisan enfermedades
como la tuberculosis, brucelosis, perineumonía y leucosis bovina, y que son llevados por los servicios veterinarios de las distintas comunidades autónomas,
donde la tuberculosis se realiza en el propio establo mediante una prueba
intradérmica y comprobación a las 48-72 horas (en los casos positivos o dudosos, aumento del grosor de la piel, que se mide con un cutímetro; además conviene realizar una exploración complementaria de ganglios). Mientras que para
la brucelosis, perineumonía y leucosis, se extrae sangre de los individuos
mayores de 1 año y se realiza un diagnóstico laboratorial. Es muy importante
que cuando compremos ganado proceda de explotaciones que tengan el certificado de saneamiento.
Programas sanitarios contra enfermedades infecciosas
La inmunidad que es aportada por el calostro es fundamental para la adaptación de la cría al establo y para posteriores situaciones de estrés que puedan
acontecer, como, por ejemplo, traslado a centro de recría. El vacunar a animales antes de los 3 meses de vida no es aconsejable, ya que los anticuerpos
que aporta el calostro tienen una vida media de 3 meses y, por lo tanto, interfiere las posibles vacunaciones, haciéndolas menos efectivas. Por todo ello, el
programa vacunal comienza a partir de los 3 meses de edad.
Rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR).
Enfermedad infecto-contagiosa, causada por un herpesvirus bovino tipo 1, que
cursa con cuadros clínicos diferentes, según la vía de entrada de la infección, así:
una forma respiratoria-ocular, vulvovaginitis pustular infecciosa (IP9), cuadros nerviosos, alteraciones reproductivas, cuadros neumoentéricos, mamitis y dermatitis.
Su contagio fundamental es por vía aerógena y por la existencia de animales
portadores latentes (que algunos pueden ser negativos a la prueba de anticuerpos séricos).
82
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Las pérdidas económicas de esta enfermedad pueden estar en las restricciones que puedan ocasionar en el movimiento de animales.
Por lo tanto, las medidas pasan por controlar los animales que puedan llegar
a la explotación y por descubrir a los portadores latentes. Si existe la obligación de hacer un programa vacunal, entonces las vacunas empleadas serán
marcadoras (que no llevan una proteína estructural gE); entre las proteínas
responsables de la inmunidad está la proteína gB, que produce una respuesta inmune rápida, y la proteína gD, responsable de una respuesta inmune eficaz, de modo que su introducción en el animal va a desarrollar las respuestas
inmunes orgánicas, pero en estos animales vacunados con vacunas marcadoras serán negativas a la prueba de los anticuerpos anti-gE.
Cuando el animal está en contacto con el virus de campo, lo cual acontece en
los animales que se han infectado de forma natural, tienen la proteína gE y
son positivos a anticuerpos anti-gE. Entonces, en los animales que tomamos
sangre, podemos encontrar dos situaciones:
1) Negativos a Ac gE y positivos a gB, serán animales vacunados con vacunas
marcadoras.
2) Positivos a Ac gE y a gB, son animales que sufrieron la infección de campo.
Vacunas IBR
1.ª dosis de vacuna marcadora a los 3 meses de edad de la cría.
2.ª dosis de la misma vacuna a los 4 meses.
Revacunación cada 6 meses.
Características de las vacunas
Las vacunas marcadoras pueden ser vivas o inactivadas, cada una tiene sus
ventajas, así la vacuna viva activa mejor la respuesta celular, mientras que la
vacuna inactivada potencia la respuesta humoral. Pero, como hemos indicado
arriba, las vacunas tienen que ser marcadoras.
Diarrea vírica bovina (BVD)
Es otra enfermedad infecto-contagiosa producida por un pestivirus que se
caracteriza por producir un gran numero de infecciones subclínicas e inmuno-
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
supresión transitoria, cursando clínicamente con trastornos digestivos, con
lesiones de la mucosa digestiva y diarreas crónicas, alteraciones reproductivas
como abortos, momificaciones de fetos y efectos teratógenos.
Su difusión en el mundo es muy alta, ocasionando grandes pérdidas por los
distintos cuadros clínicos de la enfermedad, así como por las infecciones
secundarias que se producen en los animales infectados por BVD. El hecho
donde radica toda la contagiosidad del BVD es la presencia de animales persistentes infectados (PI) que se caracterizan:
• Por eliminar el virus toda su vida.
• Ser animales inmunodeprimidos.
• Los anticuerpos calostrales descienden más rápidamente que los no infectados, por lo tanto, son más sensibles a padecer infecciones secundarias.
• Adultos PI aparentemente normales.
Por tanto, la lucha de la enfermedad se basa en localizar y eliminar los PI, para,
una vez eliminados, vigilar mediante el control de incorporaciones y monitoreo de todo el rebaño.
La identificación de PI se realiza mediante ELISA de detección de antígeno a
partir de muestras de sangre, leche individual o leche de tanque o muestra
del epitelio de la oreja en animales con menos de 3 meses. El utilizar ELISA es
para la detección de anticuerpos anti-p80, que aparecen cuando hay replicación del virus, bien por infección o por vacunación con vacuna viva, de ahí que
no se equivoque con vacunaciones con vacuna inactivada.
La vacunación de las hembras tiene como fin fundamental evitar la infección
del feto y disminuir las pérdidas ocasionadas por el cuadro agudo.
Vacunas BVD
1.ª dosis de vacuna inactivada a los 8 meses de edad de la cría.
2.ª dosis de la misma vacuna a los 9 meses.
Revacunación cada 6 meses.
Paratuberculosis bovina
Enfermedad infecto-contagiosa crónica del tracto intestinal que afecta a múltiples especies y, en concreto, a los rumiantes. Está causada por el Myco-
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
bacterium avium subespecie paratuberculosis Map, que produce una enteritis
crónica que no tiene tratamiento, afectando del 10 al 15% de la cabaña bovina.
Prohibida su vacunación por reacciones cruzadas con la prueba de la tuberculina, por lo tanto, la forma de controlar la paratuberculosis y su prevención es
el manejo adecuado de las crías en los primeros meses, así como poniendo
normas de bioseguridad estrictas en la explotación, y vigilancia permanente
mediante diagnóstico clínico y laboratorial.
El diagnóstico clínico se basa en apreciar la presencia de diarreas que no responden a tratamientos, edemas y pérdidas de peso. Hay otros signos menos
evidentes, como disminución de la producción, aparición de mamitis y reducción de la fertilidad.
El diagnóstico laboratorial se basa en tres pruebas:
a) ELISA por detección de anticuerpos con baja sensibilidad y especificidad,
pero rápida, y se usa para saber el riesgo de distintos grupos de animales
frente a la infección y también para conocer si han sido efectivas las medidas de control aplicadas.
b) PCR es una técnica muy sensible y rápida para detectar Map; el inconveniente es que es costosa.
c) Aislamiento del Map e identificación mediante cultivos, son muy lentos
pero con una especificidad del 100%; muy sensible con animales infectados, pero con poca sensibilidad con animales con infección subclínica.
Un manejo adecuado del rebaño, prestando atención a la recría y al ganado
de reposición que proceda de regiones libres de paratuberculosis, y observar
unas medidas de seguridad estrictas en el control de entrada de personas,
vehículos y animales, así como de movimientos dentro de la propia explotación.
Enfermedad respiratoria bovina o síndrome respiratorio
bovino (SRB)
Este síndrome tiene carácter plurietiológico y multifactorial, afectando al desarrollo de las crías; si en las explotaciones la incidencia es elevada, se recomienda la vacunación como forma de control, usándose vacunas inactivadas o vivas
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
contra el virus sincitial bovino, parainfluenza tipo 3 o vacuna inactivada contra
Mannheimia hemolítica (serotipo 1) o el propio leucotoxoide.
Vacunas SRB
1.ª dosis de vacuna viva o inactivada a partir del tercer mes.
2.ª dosis al mes de la primera.
La vacuna con virus vivos puede hacerse por vía intranasal, que proporciona
una buena inmunidad, sin interferir anticuerpos calostrales.
Diarreas neonatales
Es el proceso más frecuente en crías de ganado vacuno lechero, incluso superior a los síndromes respiratorios. Aunque el buen manejo e higiene de los
establos que alojan terneros y sus madres es fundamental para sacar adelante todos o la mayoría de la recría, también podemos reforzar estas medidas
higiénicas para salvar terneros mediante la vacunación de las madres al comienzo de la fase de secado con vacunas que lleven coronavirus, rotavirus y
Escherichia coli (colibacilares).
Otras enfermedades bacterianas
También debemos considerar las clostridiosis, provocadas por gérmenes del
género Clostridium, con diferentes especies patógenas para el ganado vacuno, dando lugar a unos cuadros clínicos distintos:
C. Perfringens: enterotoxemias.
C. Sordelli y C. Septicum: edema maligno.
C. Chauvoei: carbunco sintomático.
C. Tetani: tétanos.
Existen en el mercado vacunas que contienen combinaciones de varias especies de Clostridium, incluso otras formas comerciales utilizan toxina inactivada o toxoides. Se suele vacunar a las madres y a la recría a partir del 4.º mes.
La leptospirosis es otra enfermedad bacteriana a la que tenemos que prestar
atención, que, aunque existe una menor incidencia del género Leptospira
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
spp., en zonas endémicas nos interesa inmunizar con una vacuna inactivada
que contenga la especie L. Hardjo para evitar problemas reproductivos.
Vacunas leptospiras
1.ª dosis de vacuna inactivada al sexto mes.
2.ª dosis al mes de la primera.
Revacunación cada año.
Programa de control de parásitos
Una de las pautas generales que debemos seguir es conocer qué densidad de
carga parasitaria tenemos, y qué especies de parásitos están afectando a la
explotación, para lo cual sería necesaria una revisión de los alojamientos, limpieza de los mismos, eliminación de residuos y restos de alimentos, una exploración de los animales y una recogida selectiva de muestras para su análisis
coprológico; una vez que tengamos todo los datos y conociendo el ciclo de
los parásitos aplicar el programa de control y, si es necesario, un tratamiento.
Un hecho muy frecuente es que las explotaciones utilicen antiparasitarios
para prevenir; cuando no hay parásitos o su carga es muy pequeña no usaremos antiparasitarios para prevenir, porque estamos creando resistencias en
los parásitos frente a esos fármacos.
Luego, tras la exploración generalizada y comprobada la carga parasitaria,
podemos adoptar las medidas de control y erradicación, si fuesen necesarias.
I. Enfermedades causadas por protozoos
Neosporosis
Enfermedad protozoaria que causa abortos y mortalidad perinatal en ganado
vacuno, y que en el perro ocasiona trastornos neuromusculares, y además es
el hospedador definitivo de este parásito Neospora caninum, perteneciente
al género Coccidia y similar en sus características biológicas y morfológicas
con el Toxoplasma gondii.
Luego, lo primero que debemos realizar es un diagnóstico preciso, para lo
cual tendremos en cuenta lo siguiente:
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
• Presencia de abortos.
• Datos clínicos-epidemiológicos del grupo.
• Toma de muestras: fetos, restos de placenta, abortos y suero.
El diagnóstico de la infección se realiza comprobando la presencia de anticuerpos específicos en el suero de los animales adultos mediante técnicas
laboratoriales concretas (inmuno-fluorescencia indirecta IFI, aglutinación directa, western blot y ELISA). Entonces un animal con seropositividad nos indica que está o ha estado expuesto a este parásito, por lo tanto desarrolla una
respuesta inmune humoral, pero los seronegativos no nos permiten desechar
su posible infección, puesto que los títulos de anticuerpos son variables con
el estado de gestación y con la edad. De hecho, en vacas o novillas seronegativas durante varios controles, cuando se aproximan al parto, aparecen los
anticuerpos a neospora. En los animales recién nacidos, si no tienen anticuerpos de neospora nos indica que no ha existido transferencia durante la gestación de la madre al feto. Por ello es preciso realizar un análisis precalostral,
que, en caso positivo, nos indica la infección fetal.
Las medidas de control radican en los tipos de transmisión:
1) Transmisión vertical o congénita: es la principal forma de infección, ya que
una vaca infectada transmite la infección a toda su descendencia.
Diagnóstico etiológico y diferencial de los abortos; muy importante los análisis de tejidos, como sistema nervioso (cerebro), corazón e hígado, para aislar la neospora o comprobar la presencia de anticuerpos de neospora.
Si existe relación entre los animales seropositivos a neospora y los abortos, habrá que adoptar medidas según la prevalencia del rebaño.
2) Transmisión horizontal o postnatal: se ha comprobado que existe la infección entre el perro y la vaca, pero no entre una vaca y otra vaca que compartan instalaciones. De hecho es una transmisión asociada a que concurran otros factores estresantes que produzcan inmunodepresión, como
puede ser la infección de BVD.
Impedir que los perros ingieran restos de abortos, ni tengan acceso a los
depósitos de alimentos (ni los perros ni otro hospedador).
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Limpieza y desinfección de instalaciones y materiales contaminados con
abortos.
Controlar el acceso de animales a la explotación; ya hemos hablado del
perro, pero hay otros hospedadores que debemos vigilar, como aves de
corral, palomas, felinos, zorros, y otros herbívoros, como equinos, ovinos, caprinos y camellos. Y por supuesto, si hay reposición de hembras, controlar
mediante petición de análisis oficiales la ausencia de positivos a neospora.
Cryptosporidiosis
Otro proceso menos grave al no producir abortos, pero que produce una mortalidad elevada sobre todo cuando se asienta en los establos de cría y recría,
es el producido por los Cryptosporidium spp., provocando unas diarreas de
muy difícil tratamiento; bien es verdad que la limpieza de cubículos y eliminación de excretas de los animales ayudan en gran medida, pero además podemos administrar halofuxinona a las terneras que vamos a recriar.
II. Otros parásitos
Fasciolosis
La Fasciola hepática es un trematodo que causa lesiones y alteraciones en el
hígado, cursando de forma crónica en el ganado vacuno, provocando trastornos digestivos y alterando la funcionalidad hepática, lo que ocasiona pérdidas, como disminución de la producción y calidad de la leche; en animales
jóvenes acontece un retraso del crecimiento y pérdidas de peso, atraso de la
aparición de la pubertad, con lo que se ve afectada la fertilidad, etc.
La fasciolosis tiene una serie de factores que favorecen la infección de este
parásito, como son:
• Factores climáticos y edafológicos: debemos conocer el ciclo del parásito,
pero también las condiciones de vida de los hospedadores, sobre todo del
caracol (Lymnaea truncatula), que es el hospedador intermediario (HI),
pero también las fases libres del ciclo.
• Resistencia a tratamientos, ya que el uso inadecuado ha creado resistencias muy importantes.
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
El programa sanitario de la fasciolosis debe de contener los siguientes
puntos:
a) Informar y motivar a los ganaderos.
b) Estimación de la prevalencia al comenzar el programa, tomando muestras
de sangre y heces para aplicar las distintas pruebas diagnósticas.
c) Aplicar las medidas de control directamente en el ganado vacuno, así
como contra el caracol (HI) y su hábitat.
d) Valoración de las medidas de control, y sobre todo de tratamientos fasciolicidas, para lo cual elegiremos los estudios de muestras de heces.
e) La última, pero la fundamental, la vigilancia anual de los rebaños, que
debe ser por lo menos una vez, y observar si hay cambios en la prevalencia. Lo normal es que al principio se utilicen fasciolicidas dos veces al año,
pero con el tiempo, y si estas medidas han tenido éxito, se usen una vez
al año o incluso se espacien en el tiempo. Bien es verdad que seguiremos
vigilando aunque la prevalencia sea muy baja o nula.
Programa anual: un programa general no vale por las condiciones climáticas
y del suelo, las propias características de la explotación y su manejo, el grado
de prevalencia, etc., pero un programa de control anual debe de tener las
siguientes actuaciones:
Época del año
Diagnóstico
Acciones
Febrero-marzo
Negativo
Sobre el caracol
y su hábitat.
Febrero-marzo
Positivo
Caracol y hábitat.
Tratamiento toda la
explotación.
Octubre-noviembre
Negativo
Sobre el caracol
y su hábitat.
Octubre-noviembre
Positivo
Caracol y hábitat.
Tratamiento toda
• Evitar encharcamiento.
• Cercar los humedales para que no puedan pastar en ellos los animales.
• Drenaje de las zonas pantanosas.
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
• Colocación de bebederos en zonas seguras.
• Utilizar molusquicidas, uno apropiado sería la cianamida cálcica.
• También en los ensilados será aconsejable su desecación y almacenamiento en lugares sin presencia de caracoles.
• Tratar el estiércol con cal, sobre todo en zonas endémicas donde exista
este parásito.
Programa sanitario frente a ectoparásitos
En la naturaleza hay una gran cantidad de artrópodos, pero desde nuestro
enfoque de la sanidad del ganado vacuno lechero, tenemos dos grandes grupos de interés por las repercusiones sanitarias y productivas con las consecuentes perdidas económicas, como son los arácnidos, donde se incluyen los
ácaros de la sarna y garrapatas, y los insectos, que contiene a grupos tan interesantes como moscas, mosquitos, pulgas y piojos. La acción directa de estos
artrópodos produce trastornos en el organismo parasitado, pero además en
muchas ocasiones actúan como vectores de enfermedades producidas por
bacterias, virus u otros agentes infecciosos. Un ejemplo lo tenemos con las
garrapatas, que en ganado vacuno son vectores de enfermedades, como la
babesiosis o la theileriosis.
Otros procesos son altamente contagiosos e incluso para el hombre, como
acontece con los piojos o las pulgas y las sarnas.
Control de las garrapatas
Hay dos actuaciones de lucha y control contra estos arácnidos, en primer
lugar su tratamiento directo con fármacos denominados acaricidas, y en
segundo lugar intervenir en las fases de su desarrollo y en el propio hábitat
donde se desenvuelven.
Hay dos problemas que han surgido: el primero, las resistencias a los acaricidas, y el segundo, el impacto en el medio ambiente del uso de productos
contra las garrapatas; para ello se han combinado diversas acciones, como
modificación del hábitat de las garrapatas, control inmunológico y genético,
combinaciones de lucha biológica y mecánica.
91
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Así, el control de garrapatas en su hábitat va encaminado a crear un medio
hostil por medio de:
• Prácticas agrícolas de laboreo y rotación de cultivos, evitando en todo
momento la entrada de ganado vacuno en zonas de riesgo de infestación.
• Delimitar zonas pastables y aledaños de alta carga parasitaria, donde se
pueda realizar una quema controlada.
• Evitar contactos del ganado vacuno con reservorios silvestres.
• La lucha biológica en contra de las garrapatas con introducción de enemigos naturales, como ciertos himenópteros y hormigas, leguminosas como
la Stylosanthes biflora, que es comestible para el ganado vacuno pero que
produce una sustancia que actúa como veneno mortal para las garrapatas.
• Los ensayos de vacunación contra las garrapatas están en fase experimental, emplean antígenos de las glándulas salivares o del aparato digestivo
para activar la inmunización del animal. Aunque es una acción prometedora todavía no están comercializados en Europa. En Iberoamérica se comercializa una proteína recombinante de intestino de la Boophilus microplus que tiene una protección muy variable entre 55 y casi el 100% frente
a esta especie.
• La manipulación genética encaminada a reducir el potencial reproductivo
de las garrapatas, mediante la creación de híbridos de las distintas especies de garrapatas, donde los machos son estériles y, aunque las hembras
sean fértiles, los huevos que ponen no eclosionan.
Programa de control de mamitis
La mamitis o mastitis bovina es el proceso patológico que mayores pérdidas
económicas origina en el ganado vacuno de leche, superando ampliamente
las producidas por enfermedades podológicas, infertilidad y otros problemas
reproductivos. De hecho, la pérdida de leche en cantidad y en calidad es un
problema fundamental en las explotaciones lecheras, no en vano es un parámetro para el pago de la leche y es además el reflejo del manejo, sanidad, alimentación y gestión en la explotación de leche.
92
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Se estima que por cada 100.000 células por encima de esas 200.000 células/ml
(consideradas signo de infección), se pierden aproximadamente 13,26 litros/vaca/mes.
Las pérdidas económicas se producen también por disminución de la calidad
de la leche, descenso del rendimiento de productos derivados de la leche que
requieren fermentaciones, etc. Además pueden presentarse problemas de
salud pública, siendo la leche el vehículo de bacterias o de toxinas (estas últimas pueden ser incluso resistentes a procesos de pasterización).
Hay dos clases de mastitis dependiendo de los gérmenes que las provocan:
1) Gérmenes contagiosos: los mas importantes de este grupo son Streptococcus agalactiae y Staphylococccus aureus. Sus reservorios son las ubres
infectadas, se eliminan por la leche, y la transmisión se produce de cuarterones infectados a otros no infectados preferentemente durante el periodo
de ordeño (máquina de ordeño, manos del ordeñador, paños, etc.).
En el caso de S. agalactiae, su eliminación de la ubre no es demasiado
difícil, ya que suele ser bastante sensible a tratamientos sencillos con
penicilina. En el caso de S. aureus, su total erradicación es bastante más
complicada, aunque el objetivo del establo es alcanzar niveles muy bajos
o nulos.
2) Gérmenes medioambientales: en este grupo se incluyen varios tipos de
Streptococos (Streptococcus no agalactiae), Escherichia coli, Listeria,
Klebsiella, etc. Su reservorio es el medioambiente que rodea la vaca:
heces, tierra, alimentos, etc. No se puede evitar el contacto con la vaca,
aunque debemos proporcionar a los animales un ambiente lo más limpio
posible.
Las infecciones suelen ser de corta duración y pocas veces quedan en
forma subclínica o crónica.
Además de estos dos grandes grupos, existen gérmenes muy importantes
por la gravedad de los casos que originan, como Arcanobacterium pyogenes (antes Actinomyces pyogenes), Nocardia o Mycoplasma spp. Finalmente, existe otro grupo llamado de patógenos secundarios compuesto
por Corybacterium bovis y Staphylococcus coagulasa negativos que suelen
originar un aumento ligero del recuento celular y, en el caso de este últi-
93
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
mo, son flora normal de la piel de la ubre. También son responsables de
casos clínicos.
El diagnóstico debe realizarse a dos niveles:
I. De explotación.
II. De individuo.
I) A nivel de explotación es imprescindible conocer dos datos: el recuento
celular y la bacteriología de la leche de tanque. El recuento celular debe
permanecer inferior a 200.000 cel/ml para minimizar las pérdidas económicas, aunque el nivel legal exigido sea muy superior. Además, buscamos
conocer el cultivo de leche de tanque, es decir, las bacterias que tenemos
en el establo y de esta manera establecer unas pautas de tratamientos,
normas de manejo, etc.
II) A nivel de la vaca intentaremos conocer los animales con mastitis subclínica, bien mediante recuentos celulares o bien mediante el test de California.
Examinaremos la leche para determinar si su aspecto es normal. Además,
podemos realizar un examen físico del estado de la ubre mediante palpación, preferentemente de la ubre de la vaca justo después del ordeño.
También podemos tomar muestras bien de animales con mastitis clínica o
subclínica para identificación de ciertos gérmenes (S. aureus, S. agalactiae,
Nocardia, Micoplasma). Las muestras para bacteriología deben tomarse de
forma aséptica (previa desinfección con alcohol de 70°) y pueden conservarse durante 5-7 días en la nevera, aunque ciertos gérmenes son muy sensibles y pueden desaparecer de la muestra en pocas horas.
Control de la mastitis en la explotación
Las bacterias que infectan la ubre pueden provenir directamente del
medioambiente o bien de ubres infectadas. En cualquier caso las bacterias
entran en el 99,9% de los casos por el esfínter del pezón (de ahí la importancia de visualizar las puntas de los pezones). Por lo tanto, todo programa de
control de mastitis tiene que evitar o minimizar las infecciones.
Para evitar las mastitis llamadas contagiosas, deberemos realizar un estricto
control durante el ordeño. Las recomendaciones principales serían los lavados
de ubres bien en "seco" o con agua. En este caso se tiene que realizar un
94
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
secado con toallas de papel individuales. No es nada recomendable la utilización de trapos para lavar y secar los animales, aunque se aclaren después de
cada vaca. Puede realizarse en este momento un baño de pezones a base de
iodo, que debe permanecer en contacto al menos 30 segundos. En todos los
casos debe realizarse la retirada de los primeros chorros de leche. Además se
debe realizar un control al menos anualmente de la maquinaria de ordeño.
Después del ordeño, se recomienda la utilización de baño de pezones preferiblemente en vaso o en spray. Antes, los baños de pezones eran germicidas
(iodóforos, con hipocloritos, a base de clorhexidina, etc.); en la actualidad, se
están comercializando algunos que actúan como barreras físicas entre el
pezón y el medioambiente, que se basan en látex, acrílicos y polímeros.
La diferencia entre vaso y spray es que en spray es más difícil que todo el
pezón quede bien impregnado y además el gasto por vaca es muy superior al
vaso.
Para evitar las mastitis medioambientales tenemos que controlar los intervalos entre ordeños, es decir, controlar las camas de los animales, evitar la
sobrepoblación, pudiéndose emplear desinfectantes en las camas tipo superfosfatos, mantener los animales limpios (afeitando ubres y cortando el rabo,
actuación que se considera contra el bienestar de la VLAP).
En todos los casos debemos recomendar un tratamiento antibiótico de los
animales al secado. Estos tratamientos se basan en productos de lenta liberación. Los fines de este tratamiento son:
• Reducir las infecciones en las primeras semanas del secado. El índice de
curación es mayor en el secado que en la lactación.
• Minimizar la presencia de residuos de antibióticos.
La curación de las mastitis, sobre todo en las contagiosas, es muy superior por
los tratamientos de secado que con los tratamientos en lactación.
En general, sea cual sea el tipo de mastitis debemos recomendar extremar las
medidas de higiene, realizar apuntes de las vacas con mastitis clínica o subclínica y sacrificar los animales crónicos (hay granjas conservacionistas, pero que
terminan dándose cuenta de su error de mantener animales con mamitis). En
algunos casos se pueden utilizar vacunas que disminuyen el número de infecciones y su gravedad.
95
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Una cuestión alimentaria es la necesidad de suplementar la ración con ciertos
minerales (zinc, cobre, etc.) para mejorar la capacidad de defensa ante la
infección.
De forma general las medidas se resumen en el llamado Plan de los 5 puntos:
• Higiene mantenida durante 24 horas al día.
• Terapia antibiótica de secado.
• Correcto uso y control de la maquinaria de ordeño (robot de ordeño).
• Detección, registro y tratamiento de los casos clínicos.
• Sacrificio de los animales crónicos.
Finalmente, tenemos que conocer cuáles deben ser los objetivos que nos
debemos fijar en la ganadería:
• Recuento celular: < 200.000 cel/ml.
• Sacrificios por mastitis: menos de 3% al año.
• Muertes por mastitis: menos de 1% al año.
• Casos de mastitis clínica: menos de 3% al mes (o menos del 0,5% de vacas
en tratamiento en cualquier día del mes).
Programa de prevención de enfermedades de las pezuñas
de la VLAP
Como enfermedades que acontecen en el ganado lechero y su elevada incidencia, tienen una importancia económica para la producción del animal.
Aunque estrictamente las afecciones de las pezuñas son multicausales, entre
las que también están las causas infecciosas, pero también las alimenticias, las
productivas, los partos, los alojamientos, los suelos, la climatología, etc.
Puntos a tener en cuenta en la prevención:
1) Quizás deberemos empezar a seleccionar ganado lechero con una buena
genética en conformación ósea, adecuada a la estabulación donde van a
desarrollar toda su vida; además, siempre en todas las explotaciones hay
animales más resistentes a padecer enfermedades podológicas, siendo
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
conveniente aprovechar esta resistencia natural de algunas vacas para
elegir sus crías para la reposición.
2) El animal, desde que nace hasta el final de su vida productiva, debe de
tener cubículos adecuados a su tamaño y peso, con cama seca y limpia
para que el animal pase el mayor tiempo posible acostado, por lo que los
cubículos estarán en mayor número que los animales estabulados. Aunque también se deben tener patios de paseo o pastos para que el animal
haga ejercicio.
3) Factores como la humedad y el frío son totalmente indeseables en un
rebaño intensivo, éstos, unidos a gérmenes anaerobios (Fusobacteriom
necrophorum, Bacteroides melanogenicus, Dictelobacter nodosus y otros
microorganismos), ocasionan la infección podal.
4) Está demostrado que la humedad reblandece la queratina de la pezuña y
la suciedad produce una irritación de los epitelios de la pezuña. Además,
la vasoconstricción del frío hace que la circulación de las extremidades
sea una situación propicia para la anaerobiosis.
5) Los suelos deben estar limpios y sin humedad, deben de ser de materiales no abrasivos pero no resbaladizos, por lo tanto, suelos rayados, sobre
todo en zonas de tránsito de animales. También se pueden poner otros
suelos antideslizantes, como los de goma.
6) Cuidar que las raciones de los distintos lotes de animales estén equilibradas en proteínas, lípidos y glúcidos, pero también tiene que haber aportes de minerales y vitaminas. Un desequilibrio proteico lleva a una acidosis subclínica o clínica del rumen con el peligro de liberación de sustancias vasoactivas (histamina), que producen una extravasación sanguínea
en el corion podal y asociándose al comienzo de la laminitis.
7) Situaciones de aumento de temperatura medioambiental llevan a un fin
similar que el que acontece en la acidosis ruminal.
Un programa de revisión podológica comienza con la observación directa del
rebaño, donde revisamos el ángulo de las extremidades posteriores con respecto al plano vertical, animales que cruzan las extremidades anteriores o que
las meten hacia adentro. Con el animal en movimiento observaremos la incurvación de la línea de la espalda al caminar, animales que se retrasan al caminar y posibles cojeras o claudicaciones.
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
• Revisar las pezuñas antes del primer parto (novillas), normalmente pueden
necesitar los animales un recorte funcional para que el reparto de peso sea
equilibrado.
• En general, y para todo el rebaño, revisar dos veces al año como mínimo,
una puede ser al comenzar la primavera y otra al comienzo de otoño (que
a veces coincide con la salida a los pastos y la entrada a la estabulación
invernal, respectivamente).
El recorte funcional va encaminado a igualar la superficie de pisada para que
los crecimientos exagerados no desequilibren el paso del animal, limpiezas
de talones, espacios interdigitales y dedos rudimentarios.
Se recomienda en los lugares de tránsito de las vacas poner unos pediluvios
(baños de pezuñas) de sulfato de cobre que inhiben gérmenes y la aparición
de dermatitis. Estos pediluvios se degradan con rapidez y hay que reponerlos; en el caso que la incidencia de dermatitis sea baja o no haya buena reposición de líquido con sulfato de cobre, no se deben de poner.
Programa de desinfección, desinsectación y desratización
(DDD)
Desinfección
En todos los establos de vacuno lechero se debe, por lo menos una vez al
año, realizar una desinfección de todas las instalaciones, personas y equipos,
lo aconsejable son dos por año (en el caso de no existir cama, la desinfección
será cada 2 meses), encaminada a la eliminación de la materia orgánica. La
limpieza y desinfección va desde la sala de ordeño y la lechería, con cambios
de piezas perecederas a zonas al abrigo de las limpiezas rutinarias, pasando
por las zonas de descanso, cría y recría, pasillos de tránsito, etc., teniendo la
precaución de la recogida en seco de los residuos sólidos antes de limpieza y
desinfección con equipos de lavados a alta presión.
Se debe de realizar la desinfección de la sala de partos y enfermería después
de cada ocupación, y diaria en las zonas de conducciones del establo y rejillas
de heces.
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Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
La limpieza y desinfección de la sala de ordeño es rutinaria después de cada
ordeño.
Realizar la desinfección en alojamientos de recría después de su vaciado.
Mantener limpia y seca la zona de almacenamiento de alimentos.
Llevar un registro de la fecha, si hubo una empresa externa con autorización
legal para este fin, con los datos de la misma y de los métodos empleados,
qué zonas fueron tratadas y qué productos fueron los empleados (usar aquellos productos de limpieza y desinfección que figuren en el registro de biocidas y con la nula o menor toxicidad posible). Usar equipos de limpieza con
agua a alta presión.
Si la limpieza y desinfección la realiza el personal de la propia explotación, se
tendrán en cuenta unas normas genéricas de cómo utilizar productos homologados, con registro sanitario y con la menor toxicidad posible, siguiendo en
todo momento lo marcado en el prospecto. Mantener estos productos en su
embalaje original y herméticamente cerrados, en lugar seco y sin posibilidad
de rotura accidental. También hay que tener la precaución de mantenerlo
fuera del alcance de personas (sobre todo niños) y animales, lo conveniente
para cumplir lo anterior expuesto es guardarlo en un armario o habitación con
llave controlada en todo momento.
Normas para aplicar la limpieza y desinfección:
1) Airear los locales que van a ser desinfectados. Limpiar en seco todo lo que
sea posible de materia orgánica, como heces, alimentos, camas y suciedad. Los materiales y utensilios en contacto con los animales, limpiarlos al
aire libre y si es al sol, mejor.
2) Antes de la aplicación del producto, las personas se protegerán contra
inhalaciones con mascarillas, contra lesiones de la piel y ojos, como fundas, guantes, gorros, gafas, etc., en definitiva una protección individual
adecuada.
3) Saber en todo momento las medidas de actuación si hay un accidente con
el producto utilizado, incluso guardar el teléfono de urgencia del Servicio
de Información Toxicológica (tel.: 91 562 04 20) del Instituto Nacional de
Toxicología (www.mju.es/toxicologia).
4) La forma que aplicaremos a continuación será lavar con agua a presión
todas las superficies, raspando y aplicando detergente. El siguiente paso
99
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
es aclarar con agua abundante, y seguidamente, y cuando esté menos
húmedo, aplicar el desinfectante y dejarlo actuar según nos indica el prospecto. Tras lo cual enjuagar con agua abundante. Dejar el máximo tiempo posible los locales vacíos y que entren el aire y el sol.
En las explotaciones ganaderas podemos utilizar los siguientes productos:
clorhexidina, formaldehídos, cloraminas, iodóforos, hidróxido sódico, amonio
cuaternario, fenoles, cresoles, monopersulfato potásico, etc., dependiendo
de lo que se quiere erradicar y la toxicidad que puede acarrear.
Suministrar ropa de protección (calzas, fundas y gorros) a las visitas que entren
en los recintos de producción.
Desinsectación
La lucha contra los insectos se puede llevar a cabo mediante una desinsectación activa con repelentes de insectos o insecticidas (biocidas/productos zoosanitarios) en los animales y en las instalaciones. En otras ocasiones podemos
utilizar una desinsectación pasiva, impidiendo el acceso de los insectos con
redes en las ventanas, evitar huecos y zonas sucias donde los insectos ponen
huevos, encalar y pintar de forma usual, siempre retirando materia orgánica
de los locales, incluso en las zonas de lechería, manteniéndola escrupulosamente limpia, porque es una zona especialmente predispuesta a la aparición
de moscas.
Cubrir con los plásticos los silos después de extraer la ración diaria, eliminar los
restos de silos fermentados. Almacenando la hierba en zonas secas y limpias.
Mantener los bebederos y comederos sin restos orgánicos, manteniéndolos
limpios en todo momento, lo mismo que las zonas de almacén de piensos y
alimentos, como los silos y pajares.
Emplear cintas adhesivas o cebos apropiados para moscas en zonas de alta
densidad de las mismas.
Buen manejo del estiércol, del material de las camas y de los alimentos, para
que no queden restos y sean lugares de cría de insectos. En época de calor,
retirar el estiércol lo antes posible y en las fosas de purines realizar un tratamiento con larvicidas para cortar el ciclo de los insectos.
100
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Cuando hay alta densidad de moscas sobre los animales usar repelentes o
ectoparasiticidas por medio de baños o bien con tratamiento pour-on con
avermectinas. Aplicar plaguicidas, como piretrinas, carbamatos, organofosforados, etc., teniendo en cuenta el riesgo de toxicidad.
Y siempre, que exista una buena ventilación de las instalaciones.
Desratización
Es un programa importante, ya que eliminando las ratas y ratones estamos disminuyendo el riesgo de transmisión de enfermedades para personas y animales (leptospirosis, pasteurelosis, salmonelosis, colibacilosis, virosis, etc.). Además, los roedores en las explotaciones producen diversos daños y pérdidas
económicas relevantes, como ingestión de pienso, daños en estructuras, materiales y equipamientos, rotura de canalizaciones, equipos eléctricos, etc.
Los signos de presencia se detectan al encontrar heces, roeduras de cables y
tubos, ruidos en falsos techos, huecos de las paredes, etc. Una vez evidenciados los roedores tenemos que realizar un buen saneamiento, poniendo trampas/cebos con raticidas, como fosfuro de zinc, brometalina, y otros raticidas
que actúan como anticoagulantes, como la bromodiolona, brodifacoum o
difetiolona.
Se debe de tener un plano de la situación de los cebos/trampas e ir cambiándolos de ubicación para que no se acostumbren, y en todo momento que no
se encuentren al alcance de personas (sobre todo niños) y animales.
Las medidas de eliminación se deben de combinar con otras de prevención:
• Los alimentos en lugares a salvo de estos roedores.
• Integridad de instalaciones, y en caso de nuevas, realizarlas con materiales
a prueba de roedores.
• Eliminar la maleza en el contorno de las instalaciones; es conveniente
poner grava en el perímetro de las edificaciones.
• Eliminar localizaciones donde puedan criar, como basura, huecos entre las
paredes de las edificaciones, vigilancia de silos y maquinaria poco o nada
utilizada (aperos, tractores viejos, etc.).
101
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
Legislación
L.1 Orden APA/1668/2004, de 27 de mayo, por la que se modifican los anexos I y II del Real Decreto 2459/1996, de 2 de diciembre, por el que se
establece la lista de enfermedades de animales de declaración obligatoria y se da la normativa para su notificación (BOE n.º 138, de 8 de junio
de 2004).
L.2 Ley 8/2003, de 24 de abril, de sanidad animal (BOE n.º 99, de 25 de abril
de 2003).
L.3 Reglamento CE 1760/2000, de 17 de julio, que establece un sistema de
identificación y registro de los animales de la especie bovina y relativo al
etiquetado de la carne de vacuno y de los productos a base de carne de
vacuno, y por el que se deroga el Reglamento (CE) n.º 820/97 del
Consejo (DOCE n.° L-204, de 11 de agosto de 2000).
L.4 Real Decreto 348/2000, de 10 de marzo, por el que se incorpora al ordenamiento jurídico la Directiva 98/58/CE relativa a la protección de los
animales en las explotaciones ganaderas, modificado por el Real
Decreto 441/2001, de 27 de abril (BOE n.º 61, de 11 de marzo de 2000).
L.5 Decreto 141/2004, de 6 de julio, por el que se establecen las normas técnicas, higiénico-sanitarias y medioambientales de las explotaciones ganaderas (BOPV n.º 169, de 3 de septiembre de 2004).
L.6 Real Decreto 1679/1994, de 22 de julio, por el que se establecen las condiciones sanitarias aplicables a la producción y comercialización de
leche cruda, leche tratada térmicamente y productos lácteos (BOE n.º
229, de 24 de septiembre de 1994), modificado por el Real Decreto
402/1996, de 1 de marzo (BOE n.º 85, de 8 de abril de 1996).
L.7 Real Decreto 1749/1998, de 31 de julio, por el que se establecen las
medidas de control aplicables a determinadas sustancias y sus residuos
en los animales vivos y sus productos (BOE n.º 188, de 7 de agosto de
1998).
L.8 Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del medicamento (BOE n.º 306, de 22
de diciembre de 1990).
L.9 Real Decreto 109/1995, de 27 de enero, sobre medicamentos veterinarios (BOE n.º 53, de 3 de marzo de 1995).
102
Sanidad en las explotaciones de ganado vacuno lechero
L.10 Reglamento 852/2004, de 29 de abril, relativo a la higiene de los productos alimenticios (DOCE n.° L-139, de 30 de abril de 2004).
L.11 Gestión de residuos:
Orden MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos y la lista europea de
residuos (BOE n.º 43, de 19 de febrero de 2002).
Ley 10/1998, de 21 de abril, de residuos (BOE n.º 96, de 22 de abril de
1998), modificada por Ley 16/2002, de 1 de enero, de prevención y control integrados de la contaminación (BOE n.º 157, de 2 de julio de 2002).
Real Decreto 833/1988, de 20 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986, básica de residuos tóxicos y peligrosos (BOE n.º 182, de 30 de julio de 1988).
L.12 Real Decreto 857/1992, de 10 de julio, sobre condiciones generales de
higiene de las explotaciones de producción de leche, a efectos de los
intercambios comunitarios (BOE n.º 186, de 4 de agosto de 1992).
L.13 Real Decreto 217/2004, de 6 de febrero, por el que se regulan la identificación y registro de los agentes, establecimientos y contenedores que
intervienen en el sector lácteo, y el registro de los movimientos de la
leche (BOE n.º 43, de 19 de febrero de 2004).
L.14 Real Decreto 479/2004, de 26 de marzo, por el que se establece y regula el Registro general de explotaciones ganaderas (BOE n.º 89, de 13 de
abril de 2004).
L.15 Real Decreto 569/1990, de 27 de abril, relativo a la fijación de contenidos máximos para los residuos de plaguicidas sobre y en los productos
alimenticios de origen animal, modificado por Real Decreto 2460/1996,
Decreto 246/1995 y Real Decreto 1800/1999.
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105
107
Manejo en explotaciones de vacuno
de leche e instalaciones
Dr. José Luis Ruiz Castillo
Veterinario Consultor.
Introducción
El sector de vacuno de leche se mueve en unos márgenes de beneficios económicos muy pequeños, por lo que cualquier mala gestión, errores a la hora
de tomar decisiones, realizar inversiones y compras puede suponer perder la
viabilidad de la explotación. Por ello debemos estar muy atentos a la situación concreta de cada explotación.
El vacuno de leche está basado en cuatro pilares básicos:
1. Reproducción.
2. Selección.
3. Nutrición.
4. Instalaciones.
El manejo interviene en cada una de las funciones anteriormente citadas, ya
que, por muy buenos técnicos que seamos, si no nos acompaña un buen
manejo de la explotación, iremos encaminados al fracaso o a tardar mucho
tiempo en ver las mejoras en la misma.
Como todos sabemos, estamos en un sistema de cuotas desde 1986, cuando
ingresamos en la Comunidad Económica Europea; esto es un derecho que
cedía el Estado a los ganaderos para producir leche, por consiguiente se
puede decir que la cuota es la cantidad máxima que un ganadero podía producir. Había libertad de compra-venta, siempre quedando una parte de esa
cuota en un banco de reserva nacional, hasta el año 2006, 15 de diciembre,
cuando el sistema cambió. Los ganaderos venden la cuota, pero a un banco
nacional coordinado de cuotas lácteas: 100% de la cuota del ganadero, el 80%
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
de esa cuota del ganadero vuelve a su comunidad previo pago de la misma y
con adición de un concepto de criterios propios, 20% reserva nacional.
La consecuencia de la instauración de cuotas fue que granjas con poca cuota,
medios y población mayor abandonaran el sector, lo cual fue aprovechado
por granjas de mayor potencial, adquiriendo esta cuota que se iba dejando,
transformando en granjas mayores y con mayor capacidad de mejora y de tecnificación, ordenadores, instalaciones, etc.
Al ser un sistema de no poder producir más de lo que puedes, las granjas se
deben de adaptar a esta situación y reestructurarse en el número de animales, maquinaria, campos, etc.
A modo de recordatorio para cuando estemos hablando de los diferentes
tipos de animales que nos encontraremos en la explotación, podemos dividirlo en:
1. Terneras.
a) Van desde 0 días de vida hasta el primer parto. Más o menos 24 meses.
b) Animales que nunca han parido.
2. Primíparas: animales que sólo han parido una vez en su vida productiva.
3. Secundíparas: animales que han parido dos veces en su vida productiva.
4. Adultas: animales que han parido tres o más veces en su vida productiva.
Recordaremos también nociones básicas de la vida productiva del vacuno de
leche.
1. Parto. Inicio de la vida productiva de una vaca de leche.
2. Periodo de descanso. Va desde el parto hasta el momento en que se decide empezar a inseminar o la monta natural. Control de todas las patologías de postparto.
3. Periodo de cubrición. Va desde el momento en que se decide empezar a
inseminar hasta que la vaca es diagnosticada preñada.
4. Periodo de gestación. Desde que es diagnosticada preñada hasta que
vuelve a parir.
Periodo seco. Las vacas, cuando les faltan 2 meses para parir, pasan de
hacer leche a estar secas para preparar la ubre para el siguiente parto,
período de descanso de la ubre.
108
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
5. Desde el parto hasta el momento del secado se denomina lactación del
animal. Se habla de días de lactación, DEL.
Manejo general de explotación
El manejo general de explotación está totalmente ligado al trabajo que debe
desempeñar el ganadero aparte de sus rutinas habituales, como son la de
ordeñar, hacer el carro unifeed de comer, dar de tomar leche a los lactantes.
Todo debe estar coordinado con el veterinario de la explotación donde se
instaurarán las pautas de trabajo.
1. Protocolos vacunales.
2. Cambios de patio de animales.
3. Tratamientos terapéuticos:
a) Intramamario.
b) Parenteral.
c) Subcutáneo.
Diferentes cambios de manejo en los animales:
A) Nacimiento. Calostro.
B) Lactantes.
C) Destete.
D) Crecimiento. Hasta el año de vida.
E) Crecimiento hasta el parto.
F) Lactación:
a) Frescas o recién paridas.
b) Primerizas
c) Secundíparas.
d) Adultas.
G) Secado.
H) Preparto.
109
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
A) Nacimiento
Todo debemos empezarlo desde el principio y este es el nacimiento; debido
a la placentación las terneras nacen sin inmunidad, así es que es básico el
encalostrado temprano y rápido para poder dar la inmunidad al animal, ya
que si no lo recibiera quedaría comprometida su vida. Davis dijo en 1998,”es
el factor de manejo más importante y único que determina la salud y supervivencia de la ternera”. Hay que tener en cuenta que el calostro aporta un alto
porcentaje de inmunoglobulinas imprescindibles para que el animal pueda
defenderse de las infecciones, aparte de energético y laxante.
Fowler, en 1998, hizo un estudio con 2.016 animales, los dividió por niveles de
inmunoglobulinas en cinco grupos y vio los datos productivos y sanitarios
durante las primeras 4 semanas de vida.
Niveles de inmunidad en suero mg/ml
0-4,9
5,0-9,9
10,0-14,9
15,0-24,9
> 25,0
N.º animales
129
224
323
592
748
% del total
6,4
11,1
16
29,4
37,1
Ganancia peso
Increnento
Incrementode
depeso
pesoen
enun
un20%
20%
Días con diarrea
7,3
5,7
4,8
5,0
4,9
% de mortalidad
29
16
11
8
8
Aquí empieza el control que tiene que tener el ganadero en la explotación:
control de calidad del calostro. Es básico tener un banco de calostro congelado, con duración de 1 año sin perder las calidades, refrigerado no más de 1
semana. El calostro debe ser de la granja y de animales adultos con periodos
de secado normales entre 50-70 días secos, que lleven tiempo en la explotación, para que estén familiarizados con las patologías de la granja y den una
inmunidad más específica. No dar nunca calostro de primerizas ni de vacas
enfermas.
B) Lactantes
Desde 0 nacimiento al destete, dos tipos, precoz 45 días de vida y tradicional
o tardía 77-85 días de vida.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Aquí hay dos tipos de manejo:
1. Casetas individuales:
a) Animales solos.
b) Cama abundante, seca y limpia.
c) Comederos limpios y rotación de alimento.
d) Animales sanos con buen desarrollo esquelético, rumen y crecimiento
adecuado.
e) Siempre disposición de agua.
2. Casetas de tres-cuatro animales. Aplicable todo lo anterior, con cierto
control al principio cuando se juntan varios animales, por presentar alguna diarrea, proceso neumónico.
C) Destete
Se les retira la leche y pasan a ser ya propiamente rumiantes. Otra vez aquí se
juntan con otro grupo mayor, por lo que hay que controlar las posibles patologías al juntar diferentes animales: diarreas, procesos neumónicos, toses, etc.
En esta fase, hay granjas donde ya se instauran protocolos vacunales frente a
virus BVD, IBR, RS, PI3.
D) Crecimiento. Hasta el año de vida
Después del destete deben reunirse, en grupos pequeños de 6-12 animales,
dependiendo del tamaño y siempre en grupos homogéneos, para minimizar
la competencia. Las instalaciones han de ser similares a las que tuvieron en la
fase de lactancia, dando gran importancia sobre todo a la ventilación, limpieza y acceso a la comida.
Después de los 6 meses se pueden juntar en grupos más numerosos, más de
20 animales, supone un cambio a naves más grandes y siempre con fácil acceso al comedero y bebedero.
La ventilación es muy importante, hay que evitar corrientes que pueden provocar patologías respiratorias.
111
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Entre los 6 meses y un año realizan los recuerdos vacunales instaurando un
protocolo semestral. En este punto hay una gran variedad de criterios dependiendo de la ganadería, veterinario, etc.
E) Crecimiento hasta parto
Hay ganaderías que no inician los protocolos vacunales hasta un año de edad.
A partir de un año se agrupan en lotes mayores para una mejor detección de
celos por observación visual. También se pueden utilizar otros sistemas como
por ejemplo, sistemas de podómetros, pintar la cola con tiza de color…
Se realiza la inseminación a partir de 400 días de vida para intentar que nuestros animales paran entre 24-25 meses de vida.
Para finalizar es muy importante que nuestras terneras paran con 23-24 meses
de edad. Por cada mes que superemos esta edad será necesario un 4,2% más
de recría, con el consiguiente aumento de gastos que representa disponer de
más animales en nuestra ganadería.
No tener problemas en los primeros días de vida, una dieta e instalaciones
adecuadas a la edad hará que disminuya la competencia entre los animales y
nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos.
F) Lactación
Después del parto se inicia la lactación de los animales, aquí, dependiendo
del tamaño de la granja, podemos dividir los animales en diferentes patios:
Frescas: son los animales recién paridos, donde se deben de detectar todos
los problemas postparto, como veremos más adelante. Como hemos dicho,
pueden estar en un patio independiente o no, dependiendo del tamaño de
la granja.
Primerizas: igual que hemos dicho anteriormente, según el tamaño de la
granja, pueden estar separados o no. Si están separados deben permanecer
en el patio hasta que vuelvan a ser secadas o si tuvieran algún problema.
Segundas y adultas: juntas hacen toda su vida como vacas en lactación, también dependiendo del tamaño de la granja.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
G) Secado
Periodo que comprende desde el fin de una lactación hasta el comienzo de
la siguiente. Periodo de descanso entre dos lactaciones. Cuando el animal
está preñado entre 208-220 días de gestación finaliza su lactación, la secamos,
deja de producir leche; cómo:
1. Se deja de ordeñar.
2. Antibiótico intramamario.
3. Sellador pezón.
En el periodo seco debemos querer:
1. Mantener buena CC.
2. Preparar la glándula mamaria para la siguiente lactación.
3. Disminuir problemas metabólicos después del parto.
4. Hacer que el rebaño sea más rentable económicamente en la siguiente
lactación.
H) Preparto
Cambio de los animales antes de parir entre 15 y 21 días; por qué:
1. Mejor observación. Patio donde habitualmente pase la gente.
2. Control de variación de peso.
3. Control de relajación de esfínteres de ubre para prevención de posibles
mamitis.
4. Realización de vacunaciones para el calostro. Prevención de diarreas de
terneras, rotavirus, coronavirus, E. coli, IBR, BVD, RS, PI3.
Como ya ocurre en un gran número importante de explotaciones, los ganaderos se están formando cada vez mejor: manejo de ordenadores con programas de gestión y de control de animales y su alimentación, lo que nos ayuda
a todos a tomar mejores y más eficientes decisiones en el campo profesional.
Por aquí, debemos de seguir el camino de formación tanto técnica como profesional de los ganaderos.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Manejo veterinario de explotación
El veterinario clínico es una de las tres piezas básicas en una explotación de
vacuno de leche, junto con el dueño y el nutricionista. Todo debe ser un equipo, cada uno en su campo, pero todos trabajando por el bien de la granja, que
son los animales. Así es que, desde este punto de vista, el veterinario de campo es una pieza básica en lo que acontece en la explotación; se debe de llevar un registro sistemático de todas las incidencias ocurridas en la granja para
así posteriormente poder tomar decisiones sobre lo que ha ocurrido en ella.
A nivel general podemos tener dos tipos de veterinarios:
1. Veterinario de granja.
2. Veterinario que visita diferentes granjas.
El veterinario de granja es un profesional que hace un trabajo integral de
granja, supervisa todo lo visto anteriormente de manera más personal, debido a que son profesionales de ganaderías grandes donde la gente en su
mayoría son asalariados, porque los dueños o tienen otros negocios o derivan
la responsabilidad en terceras personas.
El veterinario que visita diferentes granjas basa su trabajo en diseñar unos
protocolos, como hemos visto en el punto anterior, pero debe de encargarse
de que esos protocolos se cumplan y si no se cumplen, cuál fue el motivo y
cuál fue la consecuencia.
El trabajo del veterinario de vacuno de leche está basado en dos pasos:
1. Rutina reproductiva. Estas visitas son organizadas en tiempo y fecha y
están encaminadas a hacer un control exhaustivo de las patologías reproductivas de la granja.
2. Clínica. Son visitas menos organizadas porque depende de problemas
puntuales que pueden ocurrir en las explotaciones.
Por lo comentado anteriormente, vamos a determinar una serie de pautas en
la visita reproductiva que es organizada en fecha y hora.
1. Primero: concretar el número de visitas.
2. Segundo: qué rutina de visita vamos a hacer.
3. Tercero: introducción de datos y comentarios generales.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
A) Primero: concretar el número de visitas a realizar:
a) Si la granja es menor de 100 vacas, la visita debería de ser de 15 días a
3 semanas.
b) Si la granja es mayor de 100 y menor de 300 vacas, la visita debería de
ser de una vez a la semana o cada 15 días.
c) Si la granja es mayor de 300 vacas, la visita debería de ser de una vez a
la semana y máximo 10 días.
Este tipo de visitas no se realizan por puro azar, porque lo que intentamos es
encontrar estados fisiológicos diferentes en los ovarios, con el sentido de
poder determinar si hay algún problema en la granja, nutricional, fallo en la
detección de celos, etc. En las revisiones de 3 semanas o de 1 mes es demasiado tiempo si el tratamiento hormonal instaurado no funciona.
B) Segundo: qué rutina de visita vamos a realizar:
1. Preparar la visita de los animales que queremos visitar.
2. Visitar vacas recién paridas. Vacas paridas entre 5-21 DEL, para chequear
a las vacas de metritis y cetosis. Vacas enfermas y con fiebre. Diagnóstico
de desplazamientos de cuajar y cirugía si procede o planificarla. Tratamientos para curar a los animales en el menor tiempo posible.
3. Chequeo de vacas con más de 30 DEL, máximo 40 DEL, para ver la
involución uterina.
4. Vacas en anestro, no presencia de celo, a partir del período de reposo
de la granja, decidido por nosotros y el ganadero. Novillas por encima
de 13,5 meses.
5. Vacas y novillas tratadas para celo hace más de 10 días y no inseminadas.
6. Vacas con más de tres inseminaciones y no preñadas.
7. Vacas y novillas para diagnóstico de gestación. Nuevas y para reconfirmar la gestación.
8. Vacas y novillas con diagnóstico negativo de gestación y no vueltas a
inseminar.
9. Política de inducción de partos. A determinar. Novillas.
10. CC al parto, al secado y la inseminación entre 40-60 DEL.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
La condición corporal (CC) es uno de los puntos de más actualidad, su uso
nos puede ayudar a determinar fallos en el manejo en las diferentes fases de
la vida productiva de los animales, para prevenir patologías y pérdidas en fertilidad, leche y economía.
C) Tercero: final de la visita:
1. Meter los datos en el ordenador.
2. Ver incidencia más destacable.
3. Controlar la producción de leche, grasa, proteína, células somáticas,
urea, si procediera.
4. Ver curvas de lactación de los animales, mensual o bimensualmente,
cuánta leche hacen, cuándo pican y qué persistencia de curva tienen.
5. Pico de lactación:
a) Primíparas: 3,5 a 3,9 meses.
b) Segundas: 2,6 a 2,9 meses.
c) Adultas: 2,6 a 2,9 meses.
Todo esto tanto en veterinarios de granja como los que visitan diferentes granjas; el final es el mismo, es el realizar análisis de la explotación y ver lo que ha
sucedido en ella y las decisiones a tomar. La base de todo está en la captación
de datos y que sean fiables, y hacerlo de manera rutinaria, siempre igual, para
que las decisiones tomadas en base a esta información sea la más correcta
posible. La base está en la vaca, tener todos los datos de los animales iguales,
procesar esta información y llevarla a la granja, y de la granja nos enviarán la
información de retorno sobre el animal para modificar tratamiento, manejos de
grupos, sistemas de alimentación en algún punto determinado. Y como final,
todo trasladarlo a pérdidas de fertilidad, producción y costo económico.
El control de la mamitis es un capítulo especial, donde se ve involucrado el
animal, la sala de ordeño, el equipo técnico y humano, así como la densidad
e higiene de las naves, ya que las pérdidas económicas, tratamientos animales, leche y fertilidad son muy importantes.
Control de sanidad de la explotación para prevenir la entrada de enfermedades infecciosas y parasitarias.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Instalaciones
1. Función de las instalaciones.
2. Orientación.
3. Tipos de las zonas de descanso:
a) Cama caliente.
b) Cubículos.
4. Sistemas antiestrés.
5. Básculas y separador.
6. Medición electrónica.
Función de las instalaciones:
a) Con la reestructuración del sector lácteo, se ha producido un proceso de
modernización de las instalaciones con el objetivo de buscar una mayor
rentabilidad de la explotación.
b) Una mejora en las condiciones de vida y salud tanto de los animales como
del ganadero.
c) El factor determinante para la consecución de los objetivos es la elección
del diseño de la estabulación y las instalaciones. Palmer, en 1999, dijo que
esta elección es básica para evitar tomar decisiones equivocadas que
puedan comprometer la viabilidad de la explotación. Ejemplo: sala de
ordeño, robots de ordeño.
d) Es donde desarrolla la vida productiva. Va desde las casetas hasta las
salas de ordeño, patios de descanso, lazaretos, por lo que deben de estar
bien diseñadas para que dispongan de un buen confort.
e) En la actualidad, el diseño de una granja debe ir asociado a un estudio de
impacto medioambiental, el tratado de las deyecciones deben de tenerse muy en cuenta. Debemos tener en consideración que una vaca corresponde a 70 personas en la producción de estiércol.
f) La alta producción no genera estrés, en realidad las vacas hacen más
leche cuando están capacitadas para desarrollar todo su potencial genético. Cambios en su bienestar representan beneficios económicos.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
g) Deben emplear el tiempo en tres cosas principales, que serían: levantarse para comer y beber y el resto del tiempo descansando. Como han analizado Metcalf y Rulquin, cuando la vaca está acostada aumenta el flujo
sanguíneo hasta un 25%, con lo que aumenta su eficiencia nutritiva y por
consiguiente la producción.
Orientación. Vivimos en un clima cálido donde en general nuestros animales
sufren estrés de calor no de frío.
h) El eje longitudinal de la nave debe tener una orientación este-oeste. Por
qué:
i. Invierno: el sol sale más bajo y la nave se seca por la actuación del sol.
ii. Verano: el sol está más alto y, por tanto, no entra en la nave.
i) La tenemos mirando al norte, por lo general el aire viene de norte a sur,
con lo que se genera una corriente de aire, frío y cálido. Si hubiera vientos
dominantes que no fueran norte-sur, se pueden poner cortavientos, barreras naturales, como árboles, o artificiales con chapas metálicas.
j) La altura en las naves es básico. Como mínimo, en la parte más baja, 5
metros de altura, hasta 8 a 14 metros en la parte más alta, para favorecer
la salida del aire caliente.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Tipos de las zonas de descanso. En las naves es donde los animales pasan
entre 16-18 horas diarias, por lo tanto, debemos tener zonas de descanso, limpias, secas, cómodas.
a) Cama caliente. Patio de descanso sólo con estiércol seco y paja. Para conseguir un buen nivel de bienestar de los animales se habla ya de 20
metros cuadrados.
Ventajas: más económica la instalación y menos animales en el patio.
Inconvenientes: más mantenimiento para conservar la nave en condiciones, caro por dicho mantenimiento y menos animales en el mismo espacio para alcanzar el bienestar animal.
b) Cubículos. Zona de descanso en espacios individuales.
Diseño. Nos encontramos con varios problemas y es que hay mucha bibliografía y muy diferente, por lo que hay que tener mucho cuidado a la hora de
tomar decisiones; el mayor problema lo vamos a encontrar en las camas
sobre todo, en el diseño y las medidas. Schoonmaker (1999) sugirió que el
tamaño del cubículo debería ser entre 120-130 cm de ancho y 255-270 de
largo; Leonard y col. (1997) decían que 111 y 200 cm.
Partes del cubículo:
• Barra del cuello o barra domadora. Evita el avance del animal dentro del
cubículo, da el espacio para que el animal se levante y se acueste, y coloca al animal también para que el recto quede fuera del cubículo y defeque
fuera.
• Tabla del pecho. Evita que la vaca gatee y se meta dentro del cubículo, es
el espacio disponible en la cama.
• Barras separadoras. Separa los espacios de reposo. Controla la posición
de los animales.
• Escalón del cubículo. Separa el cubículo del suelo, evita que las deyecciones del suelo de la nave vayan a la cama y evita que el agua de los lavados con agua de los patios entre en los cubículos.
• Base del cubículo. Debe de tener una pendiente para que drene.
• Cama del cubículo. Cómoda, seca, aislante de temperatura, que sea de
material que drene, no abrasiva para no dañar los corvejones, fácil de
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
mantenimiento. Tipos de cama más habituales: paja, estiércol, hormigón,
arena y esteras de caucho.
Para terminar, decir que las vacas prefieren usar las colchonetas blandas frente a las alfombras de goma. Otro factor a tener en cuenta es la rumia de los
animales tumbados en los cubículos. Se vio que en los cubículos nuevos y con
este material más blando rumian cerca del 65% de los animales, mientras que
en el sistema antiguo y de alfombra no llegaba al 50%. En conclusión, podemos decir que las vacas prefieren superficies blandas
Sistemas antiestrés.
Definición: pérdida de confort provocado por temperaturas ambientales, demasiado elevadas o demasiado bajas, a las cuales los animales no realizan sus funciones metabólicas y productivas de manera óptima. El rango de temperatura
en el que no existe estrés térmico está entre –5 y 22 ºC. En el siguiente cuadro
se ve la situación de un animal dependiendo de la temperatura y la humedad.
Gráfico del estrés térmico de la vaca.
Podemos encontrar unas diferencias entre las vacas sin estrés y con estrés de
calor:
• La temperatura rectal se incrementa por encima de 39,2 ºC.
• Las respiraciones por minuto se incrementan hasta 80, mientras los rangos
normales son de 45-50.
• El consumo de comida desciende más del 10%.
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Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
Aumento
temperatura
corporal
Estrés de calor
Menor consumo
de SS
Mayor BEN
Compromete
el ambiente
uterino
INFERTILIDAD
Granja
Mayor NEFA
Mala detección de celos.
Menos vacas inseminadas.
Más n.º de IA
Disminución
GnRH y estradiol
Fallo en la implantación
del embrión
Pobre calidad
del ovocito
Invierno
Verano
Nov.-abr.
Jun.-sept.
Consumo de SS
22,10
21,20
Leche por vaca lactante
35,89
33,36
% Grasa
3,89
3,67
% Proteína
3,14
3,11
% Abiertas 150 DEL
€/kg leche
26
0,455
39
0,456
121
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
• El consumo de agua se incrementa un 50% o más en comparación a los
niveles de invierno. 40-60 litros.
• La producción de leche desciende más de un 10%, así como un descenso
en el porcentaje de grasa y proteína.
• El rango de concepción puede descender más de un 75% del promedio.
En base a todo esto se han desarrollado diferentes sistemas de intento de
control de la temperatura del animal y el medioambiente por ventilación mecánica y refrigeración por agua.
El Dr. William Bickert (2001) afirma que tienen gran importancia en esta ventilación los siguientes aspectos:
• La altura de los techos.
• Con los techos bajos (de menos de 2,5 metros) hay muchos problemas
para mover el aire.
• Los ventiladores son una buena ayuda para mantener frescas a las vacas:
- Es aconsejable utilizar ventiladores encima de los cubículos para refrigerar y secar las camas.
- Así como la utilización de aspersores en la línea del comedero.
¿Dónde se deben de colocar los antiestrés?
• En el comedero, agua y aire.
• En la sala de espera de la sala de ordeño. Agua y aire.
• A la salida de la sala de ordeño. Agua.
• En las camas. Aire.
La ventilación es un mecanismo importante para controlar la salud respiratoria de los animales; tiene también otras funciones beneficiosas:
• Mantener la cama seca, con lo que se protege la salud de la ubre.
• Se espantan las moscas, que en épocas de verano genera mucho estrés
en las vacas.
• De esta manera también hay que hacer menos desparasitaciones a los animales, debido a que el aire y el agua hacen que desaparezcan en gran medida.
122
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
• También puede mantener los suelos secos.
• Sirve para preservar la salud de la pezuña.
• Mantiene el consumo de materia seca si hay suficiente aire y agua en la
zona del comedero.
Israel Flamenbaum (Curso de Medicina Veterinaria, 1997) aseguró que la ventilación y el agua tienen que estar bien regulados. La función es sacar el calor
de la vaca a través del agua y eliminárselo con el aire.
En la actualidad se han desarrollado pequeñas unidades climáticas que se
sitúan en las naves y nos dan una información a cada hora sobre temperatura
y humedad existente en la nave y fuera de ella, la dirección y velocidad del
viento, si es que lo hubiera, y la cantidad de lluvia.
Báscula, separador, medición electrónica
Inglaterra (Filby et al., 1979). Los autores señalaban que la recogida sistemática del dato de peso corporal de vacas individuales, combinado con el registro diario de su producción de leche, podría mejorar la estrategia de nutrición
y aportar información de utilidad respecto a la condición de salud del animal.
En Israel, Peiper y Maltz, en colaboración con investigadores de la Universidad de Illinois. Este equipo hizo la conexión entre el pesado automático de
vacas y un sistema automático de identificación ligado a un programa computarizado de gestión del rebaño.
Estudios realizados con la báscula demuestran que un animal enfermo, antes
de bajar su producción, lo que hace es disminuir de peso, y al día siguiente o
dos días después se manifiesta la patología: mamitis, fiebre, cetosis, problema digestivo.
La situación suele ser a la salida de la sala de ordeño.
El separador es otra herramienta de trabajo muy útil. Es una puerta que aparta de manera automática a los animales, a un patio específico, que queremos
visitar, así no hay necesidad de atrapar un patio entero para hacer tratamientos medicamentosos, hormonales e inseminar un determinado animal. Si un
patio está atrapado mucho tiempo se le está limitando el bienestar, porque
no está descansando o bebiendo.
123
Manejo en explotaciones de vacuno de leche e instalaciones
La medición electrónica es otra gran herramienta para poder tomar decisiones sobre la salud del rebaño, nos anticipa problemas en cuanto a la producción de leche, mamitis, cetosis, etc.; también nos indica las veces que un animal rumia, el tiempo que está descansado o de pie, situación que nos puede
ayudar a determinar si las instalaciones están correctas o no. La detección de
animales en celo por el aumento de actividad, posibilidad de reabsorciones
embrionarias (Fetrow et al., 1990), pérdida del embrión desde la concepción
hasta los 45 días de gestación, aborto (Committee in Bovine Reproductive
Nomenclature, 1972), pérdida de gestación entre los 42 y los 260 días de gestación y para vacas en anestro hacer tratamientos más específicos. Más útil es
el análisis de grasa y proteína en la leche sobre cada vaca individual y a diario, lo cual nos puede ayudar a determinar el estado energético del animal y
su influencia en la posible fertilidad y pérdidas de persistencias de la curva de
lactación. En la actualidad se están llevando a cabo investigaciones sobre
otros posibles usos, como por ejemplo, recuento de células somáticas, niveles de progesterona y urea en leche.
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125
127
Bienestar animal
del vacuno lechero
Dra. M.ª Carmen Fuentes Álvarez
Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Girona.
Dr. Alex Bach Ariza
Subprograma de Rumiantes, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Barcelona.
Dr. Antonio Velarde Calvo
Subprograma de Bienestar Animal, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries), Girona.
Introducción
El bienestar animal se ha convertido en un aspecto importante de la producción animal, de la política y de la sociedad europea. El sector agropecuario
está cambiando vertiginosamente, debido a las tendencias mundiales de globalización, internacionalización de mercados y acuerdos comerciales multinacionales. Uno de los temas emergentes en este escenario es el bienestar animal. Cada vez existe mayor preocupación por el bienestar animal a nivel mundial, principalmente en los países europeos, lo que ha llevado a la implementación de leyes que buscan mejorar la calidad de vida de los animales. La preocupación de la sociedad por el bienestar animal se origina por la intensificación de la producción animal (industrialización), por la aparición en las últimas
décadas de diferentes brotes de enfermedades contagiosas, como la fiebre
aftosa, la gripe aviar, la fiebre porcina, y por las masivas campañas de erradicación que siguieron estos brotes, y por la mayor concienciación social de que
los animales deben ser criados, transportados y sacrificados de manera humanitaria. Más allá de consideraciones éticas y legales, el bienestar animal es una
herramienta que permite mejorar la producción, ya que muchos problemas
de bienestar animal causan una disminución de la producción. Por lo tanto, el
hecho de que el técnico disponga de conocimientos sobre bienestar animal
Bienestar animal del vacuno lechero
debe redundar no sólo en una producción más acorde con las exigencias
actuales de la sociedad, sino también más competitiva y eficaz.
Tradicionalmente, el bienestar animal se definía como la ausencia de enfermedad y lesiones en el animal. Actualmente, las definiciones sobre bienestar
se pueden agrupar bajo tres conceptos: el estado emocional del animal, el
funcionamiento biológico del animal y la capacidad para mostrar su comportamiento natural (Duncan y Fraser, 1997).
En relación con el estado emocional del animal, el bienestar animal será tanto
mayor cuanto más intensas y duraderas sean sus emociones positivas, es decir,
las que le resultan placenteras; y, por el contrario, su bienestar se verá tanto
más reducido cuanto más intensas y duraderas sean las emociones negativas
que experimente, tales como dolor, miedo y ansiedad. La neurofisiología ha
permitido demostrar las similitudes existentes entre el cerebro humano y no
humano y, por tanto, permite conocer las emociones y percepciones que estos
animales pueden experimentar. El grupo de estructuras responsables de la
sensación y expresión de emociones se conoce como sistema límbico. En los
vertebrados superiores, como el vacuno, esta estructura es muy similar a la de
los humanos, por lo que es probable que el hombre y los vertebrados superiores experimenten emociones de una forma comparable. También el comportamiento de los animales ante situaciones que les causan estos sentimientos es muy parecido al del hombre. El problema principal de esta definición
estriba en la dificultad de estudiar las emociones de los animales de forma
científica.
Otras definiciones abordan el bienestar a partir del funcionamiento biológico
del organismo animal. Un elemento clave de esta definición es la capacidad
del animal de afrontar las posibles dificultades creadas por el ambiente en
que se encuentra (Manteca, 1998). En teoría, un animal puede encontrarse
frente a tres situaciones diferentes según su capacidad para afrontar las dificultades creadas por el ambiente. Una posible situación sería que el ambiente sea especialmente difícil para el animal y no pueda afrontar con éxito las
dificultades. En esta situación, el animal podría morir o sufrir enfermedades
multifactoriales, que son aquellas que dependen en parte de las condiciones
ambientales. Un ejemplo de enfermedad multifactorial en vacuno de leche
son las cojeras, consecuencia de factores tales como la alimentación, las
características del suelo de la granja, el diseño de los lugares proyectados
128
Bienestar animal del vacuno lechero
para el descanso de los animales y la disponibilidad de espacio por animal,
entre otros. Una segunda posibilidad sería que el ambiente no fuera tan difícil para el animal y finalmente pudiera adaptarse a él, aunque la adaptación
resultara un proceso difícil. La dificultad de la adaptación se refiere al coste
que el propio proceso de adaptación tiene para el animal. Este coste es el
resultado de dos elementos, por un lado, las posibles consecuencias negativas de la respuesta de estrés y, por otro lado, las posibles consecuencias
negativas de los cambios de comportamiento que muestra el animal. El término “estrés” hace referencia a la respuesta del organismo animal frente a
una situación de amenaza o que altera la homeostasis, es decir, el equilibrio
del medio interno del animal. Esta respuesta es muy parecida en todas las
especies e incluye cambios fisiológicos y de comportamiento. Los cambios
fisiológicos son consecuencia de dos mecanismos. En primer lugar, la activación del sistema nervioso autónomo simpático causa una serie de cambios
muy rápidos, por ejemplo, un aumento de la frecuencia cardiaca. En segundo
lugar, el aumento de la secreción de hormonas glucocorticoides –cortisol y
corticosterona, principalmente– por parte de la corteza de las glándulas adrenales da lugar a una serie de cambios más lentos, como la movilización de las
reservas de glucosa del organismo. La respuesta de estrés puede resultar en
una disminución del crecimiento, de la función reproductiva y de la eficacia de
los mecanismos de defensa del organismo frente a agentes patógenos. La
tercera situación en la que, teóricamente, puede encontrarse un animal es
que el ambiente sea lo suficientemente adecuado para él como para que la
adaptación al mismo no sea difícil y no le suponga ningún coste biológico.
El tercer concepto de definiciones relaciona el bienestar animal con la capacidad del animal de mostrar una conducta parecida a la conducta “natural”
de la especie en condiciones “naturales”. Sin embargo, esta definición presenta algunas dificultades de tipo conceptual. En primer lugar, no existe ninguna razón para pensar que las condiciones “naturales” son siempre adecuadas desde el punto de vista del bienestar animal; en segundo lugar, el proceso de domesticación puede haber modificado algunos aspectos de su biología, de manera que los animales domésticos se pueden adaptar a un ambiente “artificial” más fácilmente que sus antepasados salvajes; finalmente, es difícil definir qué es “natural”, porque los animales tienen una gran capacidad de
adaptación. A pesar de los problemas de esta definición, algunas de las conductas propias de cada especie son importantes en sí mismas, y es necesario
129
Bienestar animal del vacuno lechero
que los animales puedan llevarlas a cabo; de lo contrario, su bienestar se ve
perjudicado.
Estas tres aproximaciones del bienestar animal no son en ningún modo contradictorias; de hecho están relacionadas entre sí (figura 1). Por ejemplo, una
vaca lactante que no encuentra sombra en un día de calor (viviendo en condiciones naturales), sentirá calor (lo que afectará a su estado emocional) y
puede mostrar signos de hipertermia y reducir su producción de leche (funcionamiento biológico incorrecto). Las cojeras serían otro ejemplo de relación
entre las tres definiciones. Una vaca coja tiene dolor (estado emocional), tiene
una menor producción de leche y tasa de reproducción (funcionamiento biológico malo) y tiene una menor movilidad (comportamiento natural).
Figura 1. Áreas interrelacionadas en bienestar animal.
Así pues, el bienestar animal es un concepto multidisciplinar y, por lo tanto,
puede verse afectado por varios factores que comprometen la salud tanto física como psíquica. El proyecto Welfare Quality®, cuyo título es: “Integración
del bienestar de los animales en la cadena de la calidad alimentaria: de las
preocupaciones del público a un mejor bienestar y una calidad transparente”
(www.welfarequality.net), ha desarrollado un sistema estandarizado que permite la evaluación global y multidisciplinaria del bienestar animal, donde los
diferentes componentes del bienestar a evaluar se han clasificado en cuatro
principios que responden a las siguientes preguntas (Welfare Quality®, 2009):
• ¿Están los animales bien alimentados y bebidos?
• ¿Están los animales adecuadamente alojados?
130
Bienestar animal del vacuno lechero
• ¿Están los animales sanos?
• ¿Refleja el comportamiento de los animales un estado emocional óptimo?
Cada uno de estos cuatro principios son el punto de partida de un conjunto
de 12 criterios en los que debería basarse cualquier valoración del bienestar
animal (Botreau et al., 2007; tabla 1). Cada criterio representa un aspecto del
bienestar animal diferente.
Tabla 1. Principios y criterios del bienestar animal desarrollados por el
proyecto Welfare Quality® (Botreau et al., 2007).
Principios
Criterios
Buena alimentación
1. Ausencia de hambre prolongada
2. Ausencia de sed prolongada
Buen alojamiento
3. Confort durante el descanso
4. Temperatura confortable
5. Facilidad de movimientos
Buena salud
6. Ausencia de lesiones
7. Ausencia de enfermedades
8. Ausencia de dolor inducido por el manejo
Comportamiento apropiado
9.
10.
11.
12.
Expresión de comportamiento social
Expresión de otros comportamientos
Relación hombre-animal
Estado emocional positivo
Buena alimentación
El principio de una buena alimentación incluye dos criterios: la ausencia de
hambre prolongada y la ausencia de sed prolongada.
Ausencia de hambre prolongada
El hambre prolongada provoca debilidad, pérdida de condición corporal,
reducción de la productividad, inmunodepresión y enfermedad. La ingestión
de alimento es uno de los factores que tiene un mayor efecto sobre la producción de leche, por eso uno de los principales objetivos en una explotación
de vacas de leche es aumentar el consumo voluntario de materia seca. Sin
131
Bienestar animal del vacuno lechero
embargo, la conducta de alimentación es muy sensible a las situaciones de
estrés, tales como el estrés por calor, la presencia de insectos, el estrés social,
el miedo al ganadero y la dificultad para echarse con comodidad. Los efectos
del estrés sobre el apetito son bien conocidos, pero poco se conoce sobre los
mecanismos hormonales que median estos efectos. Recientemente, se ha
conocido que las hormonas principales responsables de la alteración de la
ingestión son la hormona liberadora de corticotropina y los glucocorticoides,
aunque más hormonas estarían implicadas en la respuesta. Los factores estresantes que afectan a la ingestión de alimento son especialmente importantes
en las fases del ciclo productivo, que ya son “delicadas” por sí mismas, y en
particular, durante las primeras semanas después del parto. La curva de lactación suele alcanzar su valor máximo unas 4-8 semanas después del parto,
mientras que la ingestión de materia seca alcanza su nivel máximo entre las
10 y las 14 semanas después del parto. Este “desfase” entre la producción de
leche y el consumo de alimento resulta en un balance energético negativo al
comienzo de la lactación, que se acentúa si el consumo de alimento disminuye por cualquiera de los factores de estrés mencionados.
La condición corporal, la productividad y la conducta de rumia resultan buenos parámetros a evaluar para comprobar la eficiencia de la alimentación.
La condición corporal de un animal expresa la cantidad de energía metabolizable almacenada como grasa y músculo (reservas corporales) en el mismo. La
evaluación de la condición corporal puntúa el nivel de reservas que tiene un
animal, y está basado en la apreciación visual de las reservas corporales en la
región de la espalda y zona pélvica del animal. El nivel inferior de la escala
representa al animal demacrado, mientras que el nivel superior un exceso de
reservas. El proyecto Welfare Quality® ha creado una escala basada en tres
puntos (0: condición corporal aceptable; 1: muy delgada; 2: muy gorda) (figura 2). Aunque los cambios en la condición corporal en el vacuno lechero es
algo inherente a su ciclo productivo y en pocas ocasiones las vacas lecheras
sufren de hambre, debido a que la ingestión de materia seca es uno de los
factores que más influyen en el nivel de producción, la pérdida de condición
corporal en un animal puede ser un indicativo de la presencia de otras patologías o lesiones.
Una disminución en la producción debe considerarse un indicador de falta de
bienestar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que una producción
132
Bienestar animal del vacuno lechero
satisfactoria no implica necesariamente que el bienestar sea adecuado. Esto
es debido a que las especies de abasto han sido seleccionadas para mantener una producción elevada incluso en condiciones subóptimas desde el
punto de vista de su bienestar.
Figura 2. Evaluación de la condición corporal según el protocolo
Welfare Quality®.
1
2
Demasiado delgada
3
Aceptable
Aceptable
(NIVEL 0)
(NIVEL 1)
4
5
Demasiado gorda
Demasiado gorda
(NIVEL 2)
Animal based on-farm scoring of cattle-condition scoring for dairy and beef Cattle. Welfare Quality®.
Deliverable 2, Subtask 2.2.1.3, 2006.
La rumia tiene dos funciones principales. Por un lado, aumenta el aprovechamiento de los nutrientes y, por otro lado, permite la producción de grandes
cantidades de saliva que contribuyen a amortiguar el pH del rumen y, por lo
tanto, disminuyen el riesgo de acidosis. Una vaca en producción debería estar
masticando y rumiando entre 9 y 12 horas diarias. En un rebaño con ausencia
de acidosis y buena salud ruminal es de esperar que, como mínimo, el 50%
(idealmente el 75%) de las vacas que estén tumbadas estén rumiando. Un porcentaje inferior de vacas tumbadas rumiando indicaría que existe una probabilidad alta de que las vacas no mastiquen 9 horas al día, y, por tanto, estén
en riesgo de acidosis.
Las vacas muestran un ritmo circadiano de alimentación bastante marcado, de
forma que tienden a comer sobre todo a primera hora de la mañana y a últi-
133
Bienestar animal del vacuno lechero
ma hora de la tarde. En situaciones de estrés por calor, modifican este ritmo
y aumentan el tiempo dedicado a comer por la noche. Este ritmo es importante por razones prácticas, puesto que su existencia sugiere que las vacas
deberían tener alimento a su disposición en los momentos del día en que de
forma natural se muestran más inclinadas a comer. Elevar el suelo del comedero unos 10 cm respecto al nivel donde se sitúan las vacas facilita el acceso
a la comida. La inclinación de la cornadiza unos 10º hacia delante respecto a
la vertical reduce la fuerza que efectúa la vaca con sus hombros sobre ésta y
también facilita el acceso al alimento. La limpieza diaria del comedero y la
presencia de un suelo del comedero liso, limpio y seco, así como cubrir el
pasillo de alimentación para proteger los alimentos de la lluvia y la radiación
solar, favorece la ingestión.
Ausencia de sed prolongada
La sed es la sensación que acompaña a la deshidratación, que si es prolongada y severa causa debilitación, pérdida de condición corporal y enfermedad.
La sed también reduce la ingestión, lo que a su vez puede provocar problemas relacionados con el hambre prolongada. Por otra parte, la producción de
leche requiere el consumo de cantidades muy altas de agua. Esta situación es
especialmente problemática en situaciones de estrés por calor, puesto que las
necesidades de agua se ven aumentadas mientras que el consumo de materia seca disminuye. La sed puede ocurrir si los animales reciben agua de poca
calidad o sucia, o cuando el acceso a los bebederos es difícil, bien porque hay
un número insuficiente de bebederos para el número de animales o porque
éstos no están bien diseñados y construidos. Además de la cantidad de agua
ingerida, la temperatura de ésta también es importante porque tiene un efecto sobre el consumo. Las vacas prefieren curiosamente el agua templada
incluso cuando hace calor. Si bien, hay varios estudios que indican que el consumo de agua fresca en situaciones de estrés por calor puede contribuir a
mejorar el confort de la vaca y a aumentar su productividad.
El flujo de agua también condiciona su ingesta. Éste debería de ser de al
menos 10 l/min, en el caso de cazoletas, y de 20 l/min en el caso de abrevaderos, ya que una vaca es capaz de beber entre 10 y 19 litros por minuto. De
nada sirve disponer de suficiente espacio para beber, en los mejores y más
limpios bebederos y del agua de mejor calidad, si el flujo no es suficiente.
134
Bienestar animal del vacuno lechero
Buen alojamiento
El principio de un buen alojamiento incluye tres elementos: confort durante el
descanso, confort térmico y la facilidad de movimientos.
Confort durante el descanso
Los animales están muy motivados a descansar. La falta de descanso o el descanso inadecuado causará estrés y provocará una reducción en la ingestión,
la rumia, la producción y un aumento del riesgo de padecer cojeras. Las vacas
reducen la ingestión de materia seca (uno de los principales factores que limita la producción de leche) cuando no pueden descansar el tiempo que necesitan. La conducta de rumia también se afecta si el animal no puede descansar adecuadamente, ya que las vacas rumian generalmente echadas. Además,
la producción de leche es mayor cuando las vacas pueden descansar echadas
un número suficiente de horas, debido a que el flujo sanguíneo a la glándula
mamaria es superior en una vaca echada que en una vaca de pie, lo que
aumenta el aporte de nutrientes y mejora la producción. Por último, las cojeras son uno de los principales problemas de bienestar en vacas y el riesgo de
padecerlas aumenta al tener que estar de pie más tiempo del necesario. Para
satisfacer las necesidades de confort durante el descanso, cada animal debe
disponer en el área de descanso o en los cubículos de suficiente espacio para
levantarse y tumbarse.
La falta de confort durante el descanso puede ser consecuencia de un espacio insuficiente o de unas instalaciones inadecuadas, particularmente importante resulta el diseño de los cubículos en vacuno lechero.
Un espacio insuficiente para el descanso debido a una elevada densidad
puede provocar competencia y agresiones entre los animales, e impide que
los animales descansen adecuadamente. En los sistemas de estabulación
libre, sin cubículos, se recomienda un espacio libre por vaca de 10 m2.
En los sistemas con cubículos, se recomienda al menos un cubículo por vaca,
de una longitud superior a 260 cm para permitir a la vaca hacer el movimiento correcto al tumbarse (figura 3). Las vacas adultas necesitan un espacio frontal extra de 70-90 cm de espacio para hacer el movimiento de abalanzarse
mientras se acuestan. El braguero y la cola fuera del cubículo indicarán que
135
Bienestar animal del vacuno lechero
estos son demasiado cortos para el tamaño de las vacas. Cuando diferentes
filas de cubículos están instaladas en paralelo en el patio, la distancia entre los
cubículos debería ser al menos de 1 m para permitir a las vacas que se puedan levantar fácilmente.
Figura 3. Conjunto de movimientos que realiza una vaca al tumbarse,
donde se puede observar el espacio de embestida necesario.
Una barra de pecho con una altura no superior a 15 cm colocada a 170 cm del
final del cubículo, para una vaca de 600-650 kg (figura 4) ayudará a la vaca a
posicionarse correctamente, permitiendo que las heces se depositen en el
pasillo, y además le permitirá levantarse más fácilmente. Esta barra debe ser
suficientemente baja para que la vaca pueda poner su pata delantera sobre
ella. El raíl del cuello se debe colocar a 160-180 cm desde la parte trasera del
cubículo y a una altura de, mínimo, 127 cm sobre la cama. Esta barra limitadora del cuello obliga a los animales a tumbarse a la distancia correcta del bordillo trasero. Si la barra está muy cerca del bordillo, las vacas son reacias a entrar
en el cubículo y permanecen de pie con las patas traseras en el pasillo. Si, por
el contrario, está situada demasiado hacia delante, las vacas defecarán en el
cubículo, aumentando el riesgo de mamitis. Los divisores entre cubículos han
de colocarse a 114-122 cm entre los centros, dependiendo del tamaño de la
vaca. En novillas, si la altura del bordillo del cubículo es superior a 20 cm, se
reducirá su aceptabilidad (ya que tienen miedo de recular en un bordillo alto)
y provocará que los animales permanezcan con medio cuerpo dentro y medio
fuera de los cubículos, favoreciéndose la transferencia de peso a las patas traseras, lo que aumenta el riesgo de padecer cojeras.
136
Bienestar animal del vacuno lechero
Figura 4. Barra de pecho con una altura mayor de 15 cm, que impide
que el animal eche su pata hacia delante al levantarse.
Las vacas tenderán a acostarse en diagonal para tener más espacio. Se
puede observar cómo el raíl inferior del divisor está brillante debido a
que las vacas se golpean contra él.
Foto: Nigel B. Cook, 2004.
El material de la cama debe evitar el crecimiento de bacterias, ya que existe
una clara correlación entre las bacterias en la cama y las bacterias en la piel
del pezón. Por lo tanto, al reducir la presencia bacteriana en el pezón también
se reduce la incidencia de infecciones intramamarias. Para ello, es recomendable utilizar materiales inorgánicos, como la arena, con una profundidad de
15 cm.
El confort de las vacas alojadas en cubículos se puede calcular mediante un
índice que consiste en dividir el número de vacas que están echadas en un
cubículo 2 horas antes del ordeño de la mañana por el número de vacas que
tocan la superficie del cubículo (incluyendo los animales que están echados y
los que no lo están), este índice debería ser superior a 8,5. Otra posibilidad es
calcular el cociente entre el número de vacas echadas en los cubículos y el
número total de vacas presentes que no están comiendo; un cociente inferior
a 7,5 podría indicar la existencia de algún problema en los cubículos. El con-
137
Bienestar animal del vacuno lechero
fort durante el descanso también se puede evaluar a partir de la secuencia de
movimientos que realizan las vacas para echarse y levantarse, así como el tiempo en tumbarse. Si la secuencia no es la normal o el tiempo que tarda en tumbarse es muy elevado puede indicar la existencia de problemas en las instalaciones. La conducta de echarse se inicia cuando el animal dobla el carpo y lo
baja, y termina cuando el cuarto posterior toca el suelo y el animal saca la pata
delantera de debajo de su cuerpo. En condiciones normales, el tiempo que tardan en tumbarse es inferior a 5,20 s. Un tiempo superior a 6,30 s indicaría problemas durante la conducta de descanso. Una de las causas en el retraso
puede ser la calidad de la cama. Se puede realizar una prueba que consiste en
dejarse caer de rodillas sobre la misma. Si el impacto resulta doloroso, significa que la cama no es lo suficientemente blanda. Si la pernera del pantalón a la
altura de las rodillas aparece mojada, significa que la cama está húmeda y no
es, por lo tanto, óptima para el bienestar y la salud de los animales.
Una acumulación excesiva de suciedad en las ubres, los flancos y la parte superior e inferior de las patas indica que los animales no disponen de una superficie limpia y seca en la que echarse. La suciedad de la ubre dificulta el ordeño
y aumenta el riesgo de mamitis. Existen varios métodos para valorar la limpieza de las vacas. El método propuesto por el Welfare Quality® evalúa en una
submuestra del rebaño tres áreas: la parte inferior de las patas posteriores, la
parte superior de las patas posteriores, los flancos y la cola, y la ubre. Se observa únicamente un lado del animal y éste se elige de forma aleatoria. Cada zona
recibe una puntuación de 0 ó 2. En el área de la parte inferior de las patas y la
parte superior de las patas, la puntuación 0 indica la no presencia de suciedad
o un salpicado de heces o barro; la puntuación 2 indica la presencia de placas
de suciedad del tamaño de la palma de la mano o cuando más de la mitad del
área está cubierta por suciedad. En el caso de la ubre, la puntuación 0 indica
la no presencia de suciedad o un salpicado de heces o barro en una zona distinta a los pezones; la puntuación 2 indica la presencia de placas de suciedad
en la ubre o cualquier tipo de suciedad en o alrededor de los pezones.
Confort térmico
La temperatura óptima para los animales se explica por el concepto de termoneutralidad, que se define como el rango de temperatura donde la producción
de calor del organismo (calor metabólico) compensa completamente las pérdidas al ambiente (pérdidas por conducción, convección, radiación y evaporación),
138
Bienestar animal del vacuno lechero
sin necesidad de incrementar la tasa de calor corporal producido. En este rango
de temperatura, los animales tienen mayor confort térmico y productividad. En el
bovino lechero de raza Frisona o Holstein, la denominada “zona termoneutra” va
aproximadamente desde los 4 hasta los 25 ºC. Así pues, por encima de esta temperatura, los animales empiezan a tener estrés por calor, el cual puede ser especialmente importante en vacas de leche, ya que, además de los efectos negativos sobre el bienestar, disminuye la producción de leche y la fertilidad. Las vacas
más productivas son más sensibles al calor, en buena medida debido a que una
alta producción de leche resulta en una mayor producción de calor. El estrés por
calor tiene un efecto negativo sobre la productividad de la vaca, debido fundamentalmente a tres mecanismos: 1) disminuye la ingestión de materia seca, 2)
aumenta las necesidades energéticas de mantenimiento y 3) disminuye la síntesis y liberación de hormonas tiroideas, que estimulan la producción de leche.
Para evaluar el estrés por calor no hay que tener en cuenta únicamente la temperatura ambiente sino la “temperatura efectiva”, que mide la sensación de
calor del animal, y resulta de la interacción de la temperatura ambiente, la
radiación solar, la ventilación y la humedad relativa. Uno de los parámetros más
utilizados para prever el riesgo de estrés por calor en ganado vacuno es el
denominado índice de temperatura-humedad (ITH), que se obtiene a partir de
la relación entre la temperatura ambiente y la humedad relativa. Cuando el ITH
es superior a 72 (tabla 2), las vacas de leche empiezan a experimentar las consecuencias negativas del estrés por calor.
Tabla 2. Grado de estrés por calor al que se ve sometida una vaca de
leche en función de la temperatura y humedad relativa del
ambiente.
Humedad relativa
T.ª
0
5
10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
23,9
26,7
29,4
72
73
73
74
74
72
72
73
73
72
72
73
74
75
76
76
77
78
78
79
79
80
72
72
73
74
75
75
76
77
78
79
79
80
81
81
82
83
84
84
85
74
75
76
77
78
79
79
80
81
82
83
84
85
86
86
87
88
89
90
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
83
84
85
86
87
88
90
91
92
93
94
95
97
98
99
86
87
88
89
91
92
93
95
96
97
96
97
32,2
72
35,0
75
76
77
78
79
37,8
77
78
79
80
82
40,6
79
80
82
83
84
73
72
43,3
81
83
84
86
87
89
90
91
93
94
46,1
84
85
87
88
90
91
93
95
96
97
48,9
88
88
89
91
93
94
96
98
Estrés moderado.
¡Atención!
Estrés grave.
Adaptado de Dr. Frank Wiersma (1990), Department of Agricultural Engineering, University of Arizona,
Tucson.
139
Bienestar animal del vacuno lechero
El estrés por calor también puede evaluarse a partir de su respuesta fisiológica. Así, si en más del 70% de las vacas la temperatura rectal es superior a 39 ºC
o la frecuencia respiratoria supera las 80 respiraciones/min, es muy probable
que exista un problema de estrés por calor.
En condiciones de estrés por calor es necesario crear un gradiente de temperaturas para reducir la temperatura ambiente y aumentar así las pérdidas de
calor por conducción en el animal. Para ello es recomendable que las naves
tengan tejados altos (5 m en los laterales y 11 m en la cruz) y que no tengan
paredes laterales. La utilización de nebulizadores enfría el aire y reduce la temperatura ambiente de 4 a 5 ºC. No obstante, este sistema no es recomendable
en zonas húmedas, ya que aumenta la humedad relativa del aire y reduce la
disipación de calor por evaporación. La disponibilidad de espacio suficiente
con sombra para todos los animales puede disminuir de un 30 a un 50% el
calor acumulado, asegurando el confort de las vacas y el consumo adecuado
de alimento. La superficie de sombra por animal debe ser de 4,2-5,6 m2 en climas húmedos, y de 3,5-4,5 m2 en climas secos. La sombra debe colocarse preferentemente en la zona de descanso, en la sala de espera, en los comederos
y en los bebederos. También en épocas de estrés por calor, las raciones deben
reformularse con el objetivo de evitar la reducción del consumo de materia
seca y compensar el aumento de las necesidades energéticas para disipar el
exceso de calor. Para ello, se debe aumentar la densidad energética de la
ración, añadiéndose un 2-4% de grasas y forrajes de mejor calidad, que tienen
mayor densidad energética. También puede bajarse la relación forraje-concentrado para aumentar la densidad energética, pero evitando niveles excesivamente bajos que puedan aumentar el riesgo de acidosis. La transpiración
resulta en la pérdida de potasio, por lo que se han de suplementar minerales
a la ración para compensar estas pérdidas (1-1,2% de la ración). Por último, el
estrés por calor también incrementa la cantidad de agua necesaria por lo que
puede incrementar el riesgo de tener sed prolongada si el aporte de agua es
limitado.
Facilidad de movimientos
La facilidad de movimientos se refiere a la capacidad de los animales para
girarse, levantarse, tumbarse y estirar sus patas, necesarios para mantener el
funcionamiento adecuado del cuerpo. Por ejemplo, el hecho de tener las vacas
140
Bienestar animal del vacuno lechero
atadas limita el repertorio de movimientos comportamentales. No obstante,
en España esta práctica es cada vez menos frecuente (3-5% de los animales).
El acceso de los animales a un área de ejercicio les permitirá moverse libremente y mostrar comportamientos como el grooming y el bullying. En estabulación libre, el área total (ejercicio + área de espera) mínimo para poder realizar adecuadamente estos ejercicios es de 3 m2 por vaca. Esta área ha de estar
cubierta para proteger a los animales de las condiciones climáticas adversas.
Es necesario mantener limpia esta área, para que las vacas puedan andar sin
dificultad y prevenir la aparición de cojeras por infecciones y resbalones.
Suelos resbaladizos en los patios o pasillos provocan resbalones y caídas, causando miedo, dolor y estrés. Los pasillos en un sistema de estabulación libre
han de ser suficientemente anchos (3 ó 4 m) para permitir un tráfico fácil y rápido de las vacas.
Buena salud
La salud es un componente importante del bienestar animal e incluye los criterios de: ausencia de lesiones, enfermedades y dolor inducido por el manejo
de los animales.
Ausencia de lesiones
Las lesiones causan dolor agudo o crónico en los animales y pueden estar causadas por un manejo o diseño inadecuado de las instalaciones (suelos resbaladizos, protrusiones en las paredes, etc.).
Las cojeras son un problema importante de bienestar animal en vacuno lechero, ya que provocan dolor e interfieren con la capacidad de la vaca para interactuar con el ambiente, especialmente con el ambiente social. Aunque los productores estiman que la incidencia de cojeras está entre el 5 y 10%, la media real se
sitúa en torno al 25% de las vacas lecheras (Proyecto Welfare Quality®). Esta diferencia puede ser debida a la dificultad para los productores de detectar animales con cojeras leves, que no producen cambios observables al caminar. Las
cojeras reducen la ingesta voluntaria de alimento y aumenta el tiempo que permanecen echadas, reduciendo así la producción de leche. Distintos autores han
determinado reducciones en la producción de leche de hasta 1,5 litros por día
141
Bienestar animal del vacuno lechero
en las primeras semanas (Warnick et al., 2001; Rajala-Schultz et al., 1999). Bach
et al. (2007) observaron que la reducción en la producción es más marcada en
vacas primíparas que en multíparas. En las primeras, las vacas con cojeras graves produjeron 23,8 ± 1,08 kg/d, en comparación con los 27,5 ± 1,02 kg/d que
produjeron las vacas que no mostraban cojera. En cuanto a las multíparas, las
que presentaban cojeras graves produjeron 32,9 ± 1,06 kg/d en comparación
con las que no mostraron cojera, que produjeron 33,8 ± 1,02 kg/d.
Las cojeras son debidas a problemas principalmente de pezuñas, y, en menor
medida, de patas, y pueden ser el resultado de una enfermedad infecciosa
(como dermatitis y putrefacción) o de lesiones causadas por alteraciones del
casco (úlceras, hemorragias, separación de la línea blanca). En cualquier caso,
las cojeras son el resultado de una interacción adversa entre el animal y su
ambiente. Los factores más importantes que predisponen a padecer cojeras
son:
• Tamaño y diseño inadecuado de los cubículos.
• Mala higiene, particularmente acumulación de excrementos.
• Superficies de paso y de patios resbaladizas, cortantes o irregulares.
• Selección genética basada en el aumento de la productividad sin tener en
cuenta los aplomos de los animales.
• Raciones inadecuadas o no balanceadas, especialmente con mucha energía.
• Cambios rápidos entre dietas.
• Cuidado no rutinario de pies.
Para reducir las cojeras, el primer factor a considerar es el sistema de alojamiento (ya comentado anteriormente). También es importante mantener seca
y libre de estiércol las zonas donde las vacas caminan y son ordeñadas para
disminuir el riesgo de infecciones que pueden provocar cojeras. El tipo de
suelo también va a influir en la predisposición a padecer cojeras. El hormigón
está lejos de ser la superficie ideal para que las vacas anden y permanezcan de
pie sobre él, ya que estos suelos no aportan suficiente fricción para permitir un
movimiento de locomoción natural. Los animales alojados sobre suelo de
goma resbalan menos, dan menos pasos y más largos, y caminan a mayor velocidad comparado con animales que caminan en cemento (Cook y Nordlund,
2009). No obstante, el suelo de goma es más difícil de limpiar, especialmente
142
Bienestar animal del vacuno lechero
cuando está seco y sólido, y puede hacer resbalar a los animales a pesar de la
superficie blanda. Estos suelos de goma se están empezando a instalar en
algunas partes de Europa en los pasillos que conducen de los patios a la sala
de ordeño para facilitar el movimiento de las vacas. Sin embargo, encontrar la
combinación de características favorables de los dos tipos de suelo que se
adapte mejor a cada situación puede ser un proceso de prueba y error.
La selección genética a favor de la producción de leche ha cambiado la forma,
el tamaño y el peso de las vacas, lo cual influye en la predisposición a padecer cojeras. Los cambios en la forma y especialmente el incremento del tamaño y el peso afectan a la mecánica de los movimientos que realizan las vacas
en, al menos, dos aspectos: a) el espacio necesario para que la vaca pueda
realizar sus movimientos libremente y b) la escala de fuerzas que debe realizar para levantarse y echarse.
La dieta de la vaca también influye en la aparición de cojeras. La administración de cantidades elevadas de concentrado en las raciones con el fin de elevar la producción de leche puede incrementar el riesgo de acidosis ruminal,
que puede provocar a su vez cojeras. La acidosis ruminal conlleva una acidosis
metabólica, con acúmulo de ácido láctico en la sangre y descenso del pH sanguíneo y, por lo tanto, un mayor riesgo de inducir laminitis, debido a que,
cuando el pH sanguíneo baja, se estimula la circulación digital y aumenta el
pulso sanguíneo. Por otro lado, si la pared ruminal resulta dañada por el bajo
pH, se absorberán sustancias vasoactivas, como la histamina, y endotoxinas
derivadas de los cuerpos de las bacterias ruminales, que van pereciendo conforme el pH disminuye. La combinación de altas concentraciones de histamina, el incremento del flujo sanguíneo digital y la alta osmolaridad sanguínea
inducen un aumento de la presión sanguínea en el interior de la pezuña de las
vacas (Vermunt y Greenough, 1994). Algunos de los vasos de la pezuña terminan por dañarse ocasionando un edema, y en muchas ocasiones hemorragia
(más en las primíparas que en las adultas), que con el tiempo acaba deformando el corion de la pezuña y provocando la cojera. Para mantener el entorno del
rumen estable, se aconseja un aporte mínimo del 25% de fibra neutro detergente y limitar la cantidad de concentrado.
Por último, recordar la importancia de implementar un programa de prevención de las cojeras, ya que un recorte del casco bien realizado puede reducir
la probabilidad de cojeras y mejorar el bienestar de las vacas.
143
Bienestar animal del vacuno lechero
La valoración de las cojeras se realiza utilizando escalas que puntúan la intensidad del dolor de acuerdo con los cambios en la postura y la forma de andar
de las vacas. El proyecto Welfare Quality® propuso una escala de 0 a 2. Los animales son evaluados mientras caminan en línea recta sobre una superficie lisa
y no resbaladiza. La puntuación 0 sería de un animal sin cojera que da pasos
sincronizados y que soporta el peso por igual en todas sus patas. La puntuación 1 sería un animal cojo, que presenta falta de ritmo en sus pasos a consecuencia de una cojera. La puntuación 2 sería un animal con una cojera severa,
y que se muestra reticente a apoyar el peso en una extremidad o que presenta más de una extremidad afectada.
Ausencia de enfermedades
Las enfermedades también pueden causar dolor e interferir con el comportamiento normal de los animales. Las enfermedades crónicas son especialmente
graves, no sólo porque afectan negativamente el bienestar durante un periodo
largo de tiempo sino también porque cuando un animal sufre dolor crónico
aumenta su sensibilidad ante cualquier otro estímulo doloroso. Algunas enfermedades también reducen la vida útil de los animales, lo cual se puede considerar un problema de bienestar.
Una de las patologías más frecuentes en explotaciones de vacas de leche es la
mamitis, inflamación de la glándula mamaria, causada normalmente por un
proceso infeccioso, que provoca dolor, disconfort y puede ser causa de sacrificio. Las mamitis se clasifican en clínicas y subclínicas. Las primeras producen
anormalidades visibles en la leche (puede contener grumos o sangre) y/o en la
glándula. La mamitis subclínica, en cambio, es la inflamación no visible de la
glándula y requiere de un recuento de células somáticas o un análisis microbiológico para diagnosticarla. El informe de la EFSA (2009) realizó una estimación de la incidencia de mamitis clínica en los diferentes países europeos de
entre 20-35% de las vacas por rebaño y año. Sin embargo, en un trabajo reciente en el Reino Unido se observó que la incidencia anual de mamitis clínica es
de 47-65%. Además de los efectos sobre el bienestar animal, tanto las mamitis clínicas como subclínicas causan graves pérdidas económicas ya que afectan a la producción de leche, así como a su calidad tecnológica e higiénica.
Una buena higiene del establo y de la sala de ordeño, un buen manejo de la
alimentación, junto con un estado inmunitario óptimo de las vacas, dificultarán
144
Bienestar animal del vacuno lechero
que los patógenos causen una infección intramamaria. El periodo seco de las
vacas es de gran importancia en la dinámica de las infecciones intramamarias,
y su manejo en esta fase también influye en el riesgo de padecer mamitis clínica en el postparto (Green et al., 2002). Las glándulas mamarias infectadas
durante el periodo seco tienen mayor riesgo de tener una mamitis clínica
durante la siguiente lactación comparada con las no infectadas. Además, las
mamitis clínicas postparto en vacas que padecieron una infección intramamaria en el periodo seco anterior se desarrollan más rápidamente que en vacas
no infectadas durante el periodo seco. La máxima susceptibilidad de la glándula mamaria a la infección durante el periodo seco se produce en los días
posteriores al secado y en las 3 semanas antes del parto (Bradley y Green,
2004). El estado nutricional de la vaca, en particular un nivel pobre de vitamina
E y selenio, así como el balance energético negativo, afectan negativamente
la inmunidad de la vaca (Smith y Hogan, 1993; Suriyasathaporn et al., 1999). Así
pues, el manejo de las vacas secas incluye factores como una ingestión alimentaria controlada y nutricionalmente balanceada, unas instalaciones limpias,
minimizar el estrés y la asistencia en el parto, cuando sea necesaria.
Ausencia de dolor inducido por el manejo
El último criterio de este principio hace referencia al dolor asociado a procedimientos de manejo, como el corte de colas y el desmochado/descornado. El
dolor se define como una experiencia mental desagradable causada por una
herida o lesión de los tejidos, y es, por tanto, un problema de bienestar.
La práctica de cortar la cola a las vacas de leche se originó en Nueva Zelanda,
y en la década de 1990 se extendió por muchos países, incluyendo España.
Actualmente, sin embargo, esta práctica está en desuso y empieza a ser cuestionada tanto por razones éticas como económicas. El corte de cola ya se ha
prohibido en algunos países como Alemania, Dinamarca, el Reino Unido,
Suecia y varios estados de Australia.
Las razones que suelen darse para justificar el corte de cola son principalmente las siguientes (Manteca, 2006):
1. Mayor limpieza de la vaca y, por lo tanto, disminución del recuento de células somáticas de la leche y de la incidencia de mamitis.
145
Bienestar animal del vacuno lechero
2. Mayor comodidad para las personas que ordeñan, al evitar ser golpeadas
por la cola de la vaca en el momento de poner o quitar las pezoneras.
3. Menor riesgo de lesiones causadas por el sistema automático de limpieza
de los pasillos en explotaciones con cubículos.
De las tres razones anteriores, la última parece ser la menos sólida y no existe
ningún estudio que la confirme. En realidad, las vacas –tanto si tienen la cola
cortada como si no– se adaptan perfectamente al sistema de limpieza mecánica. La segunda razón puede ser cierta, aunque depende del tipo de sala de
ordeño y es, en todo caso, muy discutible. Sea como fuere, en salas de ordeño
redondas con acceso a las vacas desde el interior o en explotaciones con sistemas de ordeño por robot, la cola no supone ningún problema. En salas paralelas o redondas con acceso a las vacas desde fuera, puede serlo, aunque aun así
resulta muy discutible. Finalmente, la primera razón –es decir, mayor limpieza
de la vaca y menor incidencia de mamitis– es probablemente la que a priori
resulta más difícil de rebatir. Sin embargo, al revisar los estudios científicos
publicados al respecto, se llega a las siguientes conclusiones (Eicher et al.,
2001; Stull et al., 2002):
1. El corte de cola tiene o bien un efecto positivo o bien ningún efecto sobre
la limpieza de la vaca, dependiendo del estudio.
2. Aun en los casos en los que existe un efecto positivo, éste se limita a la
grupa y a las patas posteriores. Que sepamos, hasta la fecha no se ha
publicado ningún estudio que demuestre un efecto positivo del corte de
cola sobre la limpieza de la ubre.
3. Igualmente, no hay ningún estudio que haya demostrado un menor recuento de células somáticas en la leche como consecuencia del corte de
cola.
Así pues, y como conclusión, hasta la fecha no se ha demostrado ningún efecto positivo del corte de cola, al menos en explotaciones con sala de ordeño circular con acceso a las vacas desde dentro o en sistemas de ordeño por robot.
Por otra parte, el corte de cola podría tener –al menos teóricamente– dos
consecuencias negativas: el dolor causado por la propia amputación y la disminución de la capacidad de la vaca para repeler las moscas. En relación al dolor,
la evidencia experimental disponible hasta la fecha parece indicar que el dolor
agudo causado por el corte de cola es poco intenso y dura muy poco tiempo,
146
Bienestar animal del vacuno lechero
por lo que aparentemente no constituiría un problema grave. La otra posible
consecuencia negativa del corte de cola ha sido más estudiada. En efecto, se
ha demostrado que las vacas a las que se les ha amputado la cola tienen en su
superficie corporal un número de moscas significativamente mayor que las
vacas que tienen la cola intacta. Si tenemos en cuenta que las moscas son un
problema no solamente de bienestar sino también productivo, esta consecuencia no puede tomarse a la ligera. En resumen, por lo tanto, teniendo en
cuenta toda la evidencia disponible hasta el momento, parece razonable concluir que el corte de la cola es una práctica desaconsejable tanto desde el
punto de vista económico como de bienestar animal (Stull et al., 2002). En los
casos en los que se considere necesario, puede ser recomendable como solución de compromiso afeitar los pelos del extremo de la cola. Cuando se realice esta práctica, resulta conveniente no hacerlo a principios de verano, al
menos en las explotaciones en las que no se consigue controlar eficazmente el
número de moscas.
El desmochado consiste en la eliminación del núcleo del cuerno en el ternero
a una edad temprana (hasta 2 ó 3 meses de edad), cuando éste aún no está
desarrollado. El descornado se usa en animales mayores de 2 ó 3 meses e
implica la eliminación de los cuernos cuando estos ya están formados.
El desmochado/descornado, por un lado, facilita el manejo de los animales. El
ganado con cuernos resulta más peligroso para los trabajadores, ya que movimientos normales de cabeza de los animales pueden ocasionar lesiones en el
personal. Además, las vacas con cuernos son más agresivas y tienen un temperamento menos calmado.
Por otro lado, la presencia de cuernos aumenta el estrés social, los hematomas
y las heridas causadas por peleas entre los animales en estabulación libre,
durante el transporte y en la espera en el matadero. La severidad de las heridas causadas por los cuernos puede variar desde pequeñas lesiones en la piel
hasta heridas graves, que son especialmente problemáticas cuando se afecta
la ubre o la vulva. Las heridas causadas en la ubre pueden producir la aparición
de sangre visible en la leche, lo cual tiene implicaciones económicas, ya que la
leche no puede comercializarse.
El objetivo del desmochado es destruir el anillo de piel alrededor del brote del
cuerno, ya que el tejido córneo se forma a partir de células especializadas loca-
147
Bienestar animal del vacuno lechero
lizadas en esta área. Los dos sistemas más utilizados son la pasta cáustica y la
cauterización eléctrica (figura 5).
El descornado se realiza mediante sierras (figura 6), eliminándose
los cuernos y al menos 1 cm alrededor de la base del cuerno, para evitar que vuelva a crecer.
La cauterización eléctrica produce quemaduras de tercer grado
en la zona de aplicación. Esto significa que se produce carbonización y daño tisular grave de la
epidermis, que llega a alcanzar el
tejido subcutáneo y a veces incluso el hueso del cráneo. El tejido
de alrededor de la zona de aplicación muestra quemaduras de
primer y segundo grado, y es en
este tejido donde se puede desarrollar una infección que produce
la sensibilización de los nociceptores y dolor (Taschke, 1995).
Figura 5. Cauterizador eléctrico.
Anderson, 2009.
Figura 6. Sierra de descornado.
El desmochado por pasta cáustica produce quemadura química
Anderson, 2009.
del tejido. El ingrediente activo
utilizado en la pasta cáustica es un álcali fuerte que actúa en primer lugar provocando la salida del agua del interior de las células afectadas. En segundo
lugar, produce la saponificación de la grasa subcutánea, provocando la pérdida de función del tejido graso, con un incremento del dolor debido al calor
de la reacción. En tercer lugar, la reacción con las proteínas causa otras reacciones químicas que inician una lesión más profunda del tejido. El aumento
de los niveles de cortisol, indicativo de estrés, varía según el método utilizado. La respuesta del cortisol a la cauterización eléctrica es menor y más corta
que al descornado, sugiriendo que el descornado por amputación es más
doloroso (Petrie et al., 1996; Stafford y Mellor, 2005). También se ha descrito
148
Bienestar animal del vacuno lechero
una respuesta del cortisol más elevada en terneros desmochados con pasta
cáustica que con cauterización (Morisse et al., 1995; Stilwell et al., 2007). Sin
embargo, el forcejeo y los intentos de escape que muestran los animales
durante la aplicación de la cauterización indican que también es una experiencia aversiva (Stafford y Mellor, 2005). De hecho, en términos de cambios
comportamentales durante el procedimiento en sí mismo, la cauterización
produce más forcejeo comparado con los otros métodos (Stilwell et al., 2007).
El forcejeo en animales desmochados con pasta cáustica es mínimo y no difiere del forcejeo observado en animales control a los que se les realizó el mismo
manejo, pero se aplicó un gel inerte, debido a que la actividad de la pasta
cáustica y el dolor consiguiente necesita un período de tiempo para empezar
a actuar (Stilwell et al., 2007, 2009). Morisse et al. (1995) no observaron diferencias en los cambios comportamentales relacionados con el dolor (aumento de los movimientos de cabeza, cola y orejas, y disminución de la rumia y la
ingesta) inmediatamente después del procedimiento de desmochado entre
animales desmochados con cauterización y con pasta cáustica.
El desmochado y el descornado causan daño tisular que resulta en una activación y liberación del contenido intracelular de las células dañadas, de las células inflamatorias y de las fibras nerviosas (Anderson y Muir, 2005), lo que provoca dolor. Para evitar el dolor asociado a estas prácticas se puede utilizar un
anestésico local; el más utilizado es la lidocaína. Sin embargo, éste sólo es
efectivo durante 2 o 3 h después de la administración, y terneros tratados con
lidocaína local presentan niveles elevados de cortisol, similares a los de animales no tratados una vez desaparece la efectividad del anestésico local (Stafford
y Mellor, 2005). Por lo tanto, el uso de únicamente anestésico local no mitiga
este dolor. El uso de antiinflamatorios no esteroideos (como el keptofreno, el
meloxicam, etc.), reduce el dolor postquirúrgico y, junto con un anestésico
local, pueden mantener los niveles de cortisol y los cambios de conducta asociados al dolor cerca de niveles basales en las horas que siguen al desmochado y el descornado. Por último, otra consideración es que los animales responden tanto al dolor como a la sujeción. Los terneros que se desmochan utilizando un anestésico local necesitan sujeción tanto para administrarles el anestésico local como durante el procedimiento del desmochado en sí mismo. Por lo
que el uso de un sedante (como xilacina) puede eliminar la necesidad de sujeción física durante la administración del anestésico local y el desmochado. Por
tanto, la combinación de un sedante, un anestésico local y un antiinflamatorio
149
Bienestar animal del vacuno lechero
no esteroideo reduce la respuesta al dolor durante el desmochado y en las
horas siguientes.
Comportamiento apropiado
Este principio incluye la expresión del comportamiento social y otros comportamientos, una buena relación hombre-animal y estados emocionales positivos.
Expresión del comportamiento social
Las vacas de leche son animales sociales y como tales están altamente motivados a vivir en grupos y a tener contacto con sus coespecíficos. Las interacciones sociales positivas, como el lamido, mejoran el bienestar por al menos dos
razones. Por un lado, producen respuestas fisiológicas agradables y/o placenteras, y por otro lado, reducen los efectos negativos de eventos estresantes,
conocido como social buffering de la respuesta de estrés. Las interacciones
sociales negativas, como las agresiones, resultan en heridas y dolor para el animal y también provocan miedo y estrés en el grupo. Las interacciones sociales
negativas también interfieren con la expresión del comportamiento normal,
sobre todo en animales subordinados, provocando estrés social, que puede
reducir la ingestión y el tiempo de descanso, lo que puede producir debilidad,
reducción de la producción de leche y problemas de salud, como las cojeras.
El estrés social se produce principalmente cuando los animales establecen la
jerarquía y como consecuencia de la competencia entre las vacas por el espacio de acceso a la comida y por un lugar para echarse con comodidad. Las
vacas, al igual que todos los animales sociales, forman jerarquías para establecer un orden de prioridad de acceso a recursos como el alimento, la sombra o
el espacio de descanso. Las relaciones de dominancia se establecen mediante interacciones agresivas, que pueden consistir en peleas propiamente dichas
o en comportamientos mucho más sutiles, tales como el desplazamiento sin
contacto físico. Una vez establecidas, las relaciones jerárquicas son bastante
constantes. No obstante, cuando se mezclan animales que no habían tenido
contacto entre sí, es inevitable que se produzcan interacciones agresivas precisamente con la finalidad de decidir el rango jerárquico de cada individuo. La
mezcla de vacas adultas y vacas primíparas puede resultar en una situación de
estrés muy marcado para éstas últimas, con posibles efectos negativos sobre
150
Bienestar animal del vacuno lechero
su consumo de alimento y su productividad. Esto es debido, probablemente,
a que la edad es uno de los factores determinantes del rango jerárquico, por
lo que las vacas primíparas deben enfrentarse no sólo a las peleas y desplazamientos causados por la mezcla con animales desconocidos, sino también al
hecho de verse relegadas a las posiciones más bajas de la jerarquía dentro del
rebaño. Para reducir las interacciones agresivas durante la mezcla es importante proporcionar a los animales suficiente espacio para que los subordinados
puedan huir. El acceso limitado a los recursos también provoca un exceso de
competencia, que provoca estrés y reduce el bienestar, la producción y la respuesta inmune. Un diseño inadecuado de las instalaciones puede provocar un
aumento de interacciones agresivas. Los aspectos a tener en cuenta en el diseño de las explotaciones para evitar la competencia entre animales son: la disponibilidad de suficiente espacio en el comedero y de suficiente número de
cubículos o de superficie por animal, en estabulaciones sin cubículos.
Tampoco deben olvidarse otras características más sutiles de la explotación,
como la anchura de los pasillos.
Para evaluar el comportamiento social se puede observar el número de interacciones agresivas que se producen en un segmento del parque durante un
periodo de tiempo. Las interacciones agresivas incluyen el número de golpes
con la cabeza, desplazamientos, peleas y persecuciones entre los animales.
Golpes de cabeza son movimientos bruscos realizados con la frente, los cuernos o la base de los cuernos, que incluye contacto físico con el receptor sin alterar su posición. Los desplazamientos son movimientos bruscos con la frente, los
cuernos, la base de los cuernos o cualquier otra parte del cuerpo, que incluye
contacto físico con el receptor y abandono de su posición. Las peleas se definen como el contacto de dos animales con sus cabezas (la frente, los cuernos o
la base de los cuernos), ofreciendo resistencia con las patas delanteras para
hacer más fuerza. Por último, las persecuciones aparecen cuando un animal
corre detrás del otro provocando su huida. Según resultados experimentales, el
número máximo de interacciones agresivas que se deberían observar en una
hora en un grupo de 100 vacas es de 500, incluyendo 340 desplazamientos.
Relación animal-hombre
La calidad de la interacción entre los animales y los cuidadores tiene un efecto muy importante en el bienestar y la producción del ganado. A menos que
151
Bienestar animal del vacuno lechero
se hayan acostumbrado a la presencia humana de una forma neutral o positiva, la reacción general hacia el hombre es de miedo. Por lo tanto, el comportamiento del personal, que puede variar de calmado, amable, frecuente y amigable a infrecuente, brusco y agresivo, es una variable importante que va a
determinar el miedo o la confianza en los humanos y que, por tanto, va a afectar a la calidad de la relación humano-animal. La respuesta de miedo resulta en
una reducción de la ingesta de alimento, de la rumia, de la producción de
leche y de la fertilidad. Cambiar la actitud negativa de las personas responsables del cuidado de los animales, por ejemplo, mediante cursos de formación,
disminuirá la respuesta de miedo y aumentará la producción de los animales.
A la hora de mover animales hay que tener en cuenta, por un lado, que el bovino, por la posición donde tiene situados los ojos, ve más en la zona por delante de ellos y, por otro lado, que los animales son más sensibles que las personas a los sonidos agudos, de tal forma que sonidos que no molesten a las personas pueden estresar o asustar a los animales. Además, hay que tener en cuenta que cuando una persona se acerca más que a una cierta distancia de los animales, éstos tratan de escapar. Esta distancia crítica, que se define como zona
de huida varía entre especies y entre individuos de la misma especie, y depende del contacto previo con humanos (figura 7). La entrada brusca en su zona de
huida puede causar una reacción de pánico y debería evitarse. La dimensión de
la zona de huida depende
Figura 7. Zona de huida.
de cómo estén de tranquilos los animales. CuanZona ciega
to más tranquilos estén,
Posición del
Límite de
operario para
la zona
más pequeña será la zona
detener el
de huida
movimiento
del animal
de huida y más fácil resultará acercarse a ellos. Si
Posición del
operario para
provocar el inicio
un animal se pone nerviodel movimiento
del animal
so, puede tardar entre 20
y 30 minutos en volver a
Punto de equilibrio
su estado “normal”. El
Adaptado de Temple Grandin.
punto de equilibrio es el
punto donde puede colocarse una persona y el animal no se mueve ni hacia
delante ni hacia atrás; este punto se encuentra situado a nivel de la cruz del animal. Si la persona se pone delante del punto de equilibrio el animal recula,
mientras que si se pone detrás el animal se mueve hacia delante.
152
Bienestar animal del vacuno lechero
Estado emocional positivo
En relación al estado emocional, entender el estado mental de los animales se
ha convertido en una área activa de investigación actualmente y el desarrollo de
medidas válidas para evaluar estos estados es uno de los temas más interesantes en la ciencia del bienestar animal actual.
El comportamiento de juego que muestran los terneros jóvenes es un indicador
de bienestar. La ausencia de motivación para jugar indica un pobre estado de
bienestar (debido, por ejemplo, a una nutrición pobre, a la presencia de enfermedades o heridas en los animales). La presencia de motivación para jugar indica un buen estado de bienestar porque las necesidades primarias están cubiertas y los animales no sufren. Más importante, sin embargo, es el hecho de que
el comportamiento de juego se asocie con emociones positivas, ya que la
expresión de este comportamiento es en sí misma gratificante para el animal
(Boissy et al., 2007). El hecho de que los animales busquen compañeros de
juego y soliciten este comportamiento son razones que evidencian que el comportamiento de juego es gratificante para los animales.
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