Número de registro: 19608 Novena Época Instancia

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AMPARO EN REVISIÓN 116/2006.
Número de registro: 19608
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXIV, Agosto de 2006
Página: 2183
AMPARO EN REVISIÓN 116/2006. CONFECCIONES MARTÍN, S.A. DE C.V.
CONSIDERANDO:
TERCERO.-Por la relación íntima que entre sí guardan los agravios, se estudian en forma
conjunta y se declaran infundados.
En efecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en jurisprudencia definida ha
establecido que la falta de emplazamiento o su verificación en forma contraria a las
disposiciones aplicables, es la violación procesal de mayor magnitud y de carácter más grave
porque impide al demandado concurrir a juicio a contestar la demanda y ofrecer las pruebas
que le correspondan y que atienden a su defensa, por lo que la ausencia de éste o su
realización en forma contraria a las disposiciones procesales que lo regulan vicia el
procedimiento y viola en perjuicio del demandado las garantías consagradas en los artículos
14 y 16 constitucionales.
Ahora bien, es de explorado derecho que las personas morales o civiles, llamadas también
colectivas, son entidades jurídicas que, formadas de la reunión de varios individuos, gozan de
una personalidad propia e independiente de los miembros que la componen.
Como consecuencia de lo anterior, la persona moral requiere de una representación que haga
valer sus derechos y que a su nombre cumpla con sus obligaciones, tan es así que,
precisamente, la tercera perjudicada, también una persona moral, demanda por conducto de
su representante legal a la hoy quejosa en la vía mercantil diversas prestaciones, por lo tanto,
contrario a lo que la parte recurrente expone en sus agravios, la diligencia en que se pretendió
emplazar a Herdoma, Sociedad Anónima de Capital Variable, no se realizó con las
formalidades que para esta actuación judicial señala el artículo 49 del código procesal civil
para el Estado de Puebla, de aplicación supletoria al Código de Comercio, habida cuenta que
tal diligencia se verificó en dicha entidad federativa por virtud del exhorto que al efecto giró
el Juez Quincuagésimo Séptimo de lo Civil del Distrito Federal, ante quien se radicó el
aludido procedimiento mercantil, y toda vez que se trata de una persona moral, al constituirse
en el domicilio para tal efecto, debió requerir la presencia del representante de ella y no sólo
asentar o cumplir con los demás requisitos que consignan las fracciones de la IV a la VIII del
referido artículo 49, pues no basta que al ser atendido por quien dijo ser América Bautista
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Granados y tener el carácter de secretaria de la empresa demandada, haya dejado citatorio
porque "la demandada no se encontraba" lo que resulta obvio, pues no podía encontrarse la
persona moral, por ser ésta una ficción, sino que debió requerir la presencia de quien ejerciera
la representación de esa persona moral, lo que no hizo ni tampoco lo realizó cuando de nueva
cuenta se constituyó en el domicilio de la demandada y al serle informado que la buscada no
estaba, entendió la diligencia con América Bautista Granados.
Es decir, si las personas morales constituyen una ficción legal, que actúan en la vida jurídica
a través de quienes las representan, es lógico que el llamamiento a juicio que se siga en su
contra debe realizarse a través de solicitar la presencia de su representante y, de no
encontrarlo, dejarle citatorio y cumplir con todas las formalidades que para el caso del
emplazamiento señala la legislación procesal, lo que en el caso no realizó el actuario que
efectuó el emplazamiento, y que si bien éste se constituyó en el domicilio para tal efecto
señalado por la actora y se cercioró del mismo, no solicitó la presencia del representante de la
persona moral demandada, con lo que contravino lo dispuesto en las fracciones I, II y III del
artículo 49 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, transgrediendo
así las garantías constitucionales que los artículos 14 y 16 consagran en favor del gobernado.
Al apreciarlo así el Juez Federal, es evidente que su resolución no causa agravio alguno a la
parte recurrente.
Sólo resta decir que los argumentos relativos en las inconformidades del recurrente y que
expresan que no se tomaron en cuenta los alegatos vertidos por éste; que el Juez Federal dejó
de valorar sus pruebas aportadas; que se violaron los artículos 14 y 16 constitucionales por el
Juez Federal; que la resolución es infundada e inmotivada porque se citan tesis aisladas y que
no es necesario o constituye un requisito del Juez el cerciorarse de qué o con quién se
entiende la diligencia tenga las facultades para representar a la persona moral, devienen
inconsistentes, porque como ya quedó precisado, la sentencia que concede el amparo
descansa en el argumento básico que debe buscar o requerir la presencia del representante
legal, lo cual no se hizo, argumento que por estimarlo correcto con base en las
consideraciones expuestas por este órgano colegiado, resulta suficiente para concluir que por
esta razón es procedente el otorgamiento de la Justicia Federal.
En apoyo a las consideraciones antes vertidas se citan las siguientes tesis jurisprudencial y
aisladas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se comparte en lo sustancial la que
invoca el Juez de Distrito y que enseguida se enuncian: la primera encontrándose en el
Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Tercera Sala, Volúmenes 163-168,
Cuarta Parte, página 195, que es del siguiente tenor:
"EMPLAZAMIENTO. ES DE ORDEN PÚBLICO Y SU ESTUDIO ES DE OFICIO.-La
falta de emplazamiento o su verificación en forma contraria a las disposiciones aplicables, es
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la violación procesal de mayor magnitud y de carácter más grave, puesto que da origen a la
omisión de las demás formalidades esenciales del juicio, esto es, imposibilita al demandado
para contestar la demanda y, por consiguiente, le impide oponer las excepciones y defensas a
su alcance; además, se le priva del derecho a presentar las pruebas que acrediten sus defensas
y excepciones y a oponerse a la recepción o a contradecir las probanzas rendidas por la parte
actora y, finalmente, a formular alegatos y ser notificado oportunamente del fallo que en el
proceso se dicte. La extrema gravedad de esta violación procesal ha permitido la
consagración del criterio de que el emplazamiento es de orden público y que los Jueces están
obligados a investigar de oficio si se efectuó o no y si, en caso afirmativo, se observaron las
leyes de la materia."
La segunda tesis 248 de la Tercera Sala, localizada en el Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación 1917-1995, Tomo IV, Materia Civil, página 169, y que a la letra dice:
"EMPLAZAMIENTO, FALTA DE.-La falta de emplazamiento legal vicia el procedimiento
y viola, en perjuicio del demandado, las garantías de los artículos 14 y 16 constitucionales."
La tercera tesis aislada localizable en el Semanario Judicial de la Federación, Tomo LXXI,
Quinta Época, Tercera Sala, página 2802, que es del siguiente tenor:
"EMPLAZAMIENTO, DOMICILIO DEL DEMANDADO PARA LOS EFECTOS DEL.-Si
está plenamente establecido en autos que el actuario encontró al representante de la sociedad
demandada, en el lugar en que practicó el emplazamiento, debe presumirse que ésta tiene en
ese lugar su domicilio, y si dicho representante manifestó recibir con esa calidad el traslado
de la demanda, ello acredita la legalidad del emplazamiento."
Última tesis aislada localizada en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época,
Volumen 35, Cuarta Parte, página 64, que a la letra dice:
"EMPLAZAMIENTO, VALIDEZ DEL.-El emplazamiento hecho al apoderado cuyo carácter
se comprueba, llena la exigencia de la ley, sobre que la primera notificación se hará
personalmente al interesado, desde el momento en que se le hace por conducto de su
apoderado."
En consecuencia y con fundamento en el artículo 91 de la Ley de Amparo, se resuelve:
ÚNICO.-Se confirma la sentencia de 28 de febrero de dos mil seis, pronunciada por el Juez
Cuarto de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, en los autos del juicio de amparo
indirecto número 1019/2005, que concedió a Herdoma, Sociedad Anónima de Capital
Variable, el amparo y protección de la Justicia Federal respecto de los actos precisados en el
cuerpo de esta ejecutoria.
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Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvase el expediente respectivo al Juez de
Distrito que lo remitió y, en su oportunidad, archívese el presente toca como asunto
concluido.
Así por mayoría de votos de los Magistrados Sara Judith Montalvo Trejo y Manuel Ernesto
Saloma Vera, presidente y ponente de la mayoría, lo resolvió el Séptimo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito, contra el voto particular del Magistrado Julio César
Vázquez-Mellado García, quien como tal dejó su proyecto original que enseguida se inserta.
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