“Los principios de YOGYAKARTA”.

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I COGRESO ITERACIOAL DE IDEOLOGÍA DE GÉERO
Pamplona, 9-11 de febrero de 2011
Universidad de avarra
Comunicación:
LOS PRICIPIOS DE YOGYAKARTA
Carmen González Marsal∗
¿Qué son los Principios de Yogyakarta?
Los Principios de Yogyakarta fueron difundidos internacionalmente en el año 2007 con el
subtítulo “Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos
en relación con la orientación sexual y la identidad de género”.
Se trata de un intento de redefinición de la legislación internacional en materia de derechos
humanos con la finalidad de crear nuevos derechos humanos para quienes dicen ser
homosexuales y prohibir toda manifestación contraria a la homosexualidad. Pretenden elevar
las prácticas homosexuales a derecho humano universal y conseguir que en todos los ámbitos
sean presentadas y comprendidas dentro de la normalidad.
¿Cómo entienden la sexualidad?
Los Principios de Yogyakarta no parten de una interpretación neutral de la sexualidad, sino
que se basan en una ideología: la de género. La objetividad de la naturaleza humana sexuada
es sustituida por la subjetividad de las emociones individuales. Quieren desvincular la
identidad personal del sexo que nos viene dado de manera natural. La identidad dependería
entonces únicamente del “género”, una autoconstrucción individual potencialmente
cambiante. Por ello, la palabra sexo es sustituida conscientemente por la palabra género. Ya
no habría dos sexos, sino hasta siete géneros. La identidad no sería sexual, sino “de género”.
∗
Universidad Complutense de Madrid, Doctoranda en Filosofía del Derecho, Especialista en Derechos
Humanos. Universidad San Pablo-CEU, Instituto de Estudios de la Familia, Investigadora externa.
1
De esta forma, niegan la diferencia sexual natural entre el hombre y la mujer, para en su lugar
afirmar un sinfín de falsas “identidades de género” y “orientaciones sexuales”, utilizando el
término “diversidad sexual”, confundiendo así los trastornos de la identidad sexual con la
realidad de la sexualidad.
¿Quién los ha escrito?
Los Principios de Yogyakarta fueron redactados por un autodenominado “panel internacional
de especialistas en legislación internacional de derechos humanos y en orientación sexual e
identidad de género” formado ad hoc. Están firmados por veintinueve personas: activistas
feministas y de asociaciones de gais y lesbianas, profesores de Derecho y magistrados,
presidentes de comisiones de derechos humanos, relatores y miembros de comités de la ONU.
Este grupo carece de legitimidad para establecer obligaciones internacionales o comprometer
a país u organización alguna. Sin embargo, ha pretendido autoinvestirse de autoridad para
propagar unos principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos
humanos al servicio del lobby pro ideología de género.
¿Qué carácter tienen?
Los Principios de Yogyakarta carecen de carácter jurídico y NO son vinculantes para país ni
organización alguna. NO constituyen una resolución internacional, ni mucho menos un
tratado internacional.
Sin embargo, han sido escritos como si de un compendio de obligaciones internacionales se
tratara, e intentan mandar a Naciones Unidas, organizaciones internacionales, Estados,
tribunales de justicia, ONG, organizaciones profesionales, comerciales, medios de
comunicación y agencias financiadoras. De esta forma, los Principios de Yogyakarta
constituyen una imposición de la ideología de género, que actuando de forma antidemocrática
busca la ciega adhesión de todo el mundo a sus postulados.
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¿Qué peligro suponen?
A través de los Principios de Yogyakarta un reducido grupo de personas pretende imponer la
ideología de género en todos los ámbitos de la vida social, a pesar de que ningún estado haya
debatido ni firmado este documento. Estos principios no buscan simplemente el respeto hacia
quienes se consideran homosexuales, sino que quieren atribuir presuntos derechos a estas
personas, que se resumirían en la consagración de las prácticas homosexuales como derecho
humano, imponiendo la comprensión de la homosexualidad como una conducta normal.
La universalidad de los derechos humanos está en peligro, pues al crear privilegios para
quienes dicen ser homosexuales, son el hombre y la mujer quienes resultan discriminados.
¿Cuál es su objetivo?
Los Principios de Yogyakarta persiguen cambiar radicalmente la sociedad rediseñando la
percepción y la vivencia de la sexualidad. Su objetivo es influir en la identidad sexual de las
personas –especialmente de los niños y adolescentes a través de la educación– y controlar las
relaciones interpersonales. Así pretenden implantar la ideología de género en la legislación, la
política, la educación, la cultura y cualesquiera otras actividades de la sociedad para construir
un nuevo modelo social en el que se haya destruido la diferencia sexual, la maternidad y la
paternidad. Nos encontramos ante una estrategia de manipulación de los derechos humanos
para utilizarlos como motor de cambio político, social y cultural al servicio de la ideología de
género.
Al sostener que la realidad concreta y objetiva –que diferencia al hombre y la mujer– no
existe, la interpretación de la sexualidad de la que parten los Principios de Yogyakarta se
manifiesta acientífica e ideológica. Hannah Arendt –una de las filósofas políticas más
relevantes del siglo XX– ya advirtió que «la ideología no es la ingenua aceptación de lo
visible, sino su inteligente destitución»1.
1
Hannah ARENDT, Los orígenes del totalitarismo, Madrid, Alianza, 2002, p. 696.
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