Literatura, migración y nación en Livro de José Luis Peixoto

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Literatura, migración y nación en Livro de José Luis Peixoto y Una vez
Argentina de Andrés Neuman
Dagmar Vandebosch
KU Leuven Kulak
Los movimientos migratorios que se han producido desde la segunda mitad del
siglo XX, tanto en el interior de Europa como entre continentes, no solo han
contribuido al cuestionamiento de las identidades culturales homogéneas y
estables, sino también a la marginación de la nación como categoría analítica
para el estudio de la producción artística (véase, entre otras fuentes, Noguerol
Jímenez et al. 2011, Mesa Gancedo 2012, Gallego-Cuiñas 2012;
Lie/Mandolessi/Vandebosch 2012). Paralelamente, se observa en nuestras
sociedades marcadas por una movilidad creciente un interés cada vez más agudo
por las nuevas relaciones entre lo global o lo transnacional, por una parte, y lo
local, por otra (Montoya Juárez/Esteban 2008; o, sobre el cine, Pohl/Türschmann
2007). Quisiera detenerme en este artículo en dos novelas que, por lo menos a
primera vista, discrepan de esta evolución al conceder un lugar primordial a la
nación, centrándose, precisamente, en el papel de la migración en la historia
nacional.
Las dos obras son Una vez Argentina (2003) de Andrés Neuman, autor nacido
en Buenos Aires en 1977 y emigrado a España a la edad de 14 años, y Livro
(2010) de José Luís Peixoto, quien vio la luz en 1974 en un pueblo del Alto
Alentejo portugués. Ambos libros tematizan la importancia de la migración –me
refiero tanto a la emigración como a la inmigración– en la historia reciente de su
país a través de la narración biográfica de unos personajes ‘migrantes’. En Una
vez Argentina, la narración de la historia familiar de Neuman, descendiente de
judíos rusos, lituanos y polacos por el lado paterno, y de franceses, italianos y
españoles del lado materno, esboza un retrato de la Argentina del siglo XX
como nación de inmigrantes. Peixoto, por su parte, cuenta en su libro la historia
de amor fracasado entre dos jóvenes pueblerinos portugueses que emigran a
Francia en los años 60 del siglo pasado, y en fases diferentes de sus vidas
regresan a Portugal.
Apoyándome en la obra de Søren Frank, argumentaré en primer lugar que
ambos libros pueden ser leídos dentro del marco de una ‘literatura de la
migración’, para analizar en un segundo tiempo qué función desempeña el
fenómeno de la migración, tanto en su dimensión individual como nacional o
colectiva, en cada una de las obras.
El concepto de ‘literatura de la migración’ o migration literature, propuesto por
Søren Frank, a diferencia de otros términos como el de ‘literatura migrante’,
supone una mirada enfocada en la obra, más que en la biografía del autor. De
hecho, una de las diferencias más llamativas entre las dos obras que nos
interesan es el hecho de que el autor de Una vez Argentina sea a la vez
descendiente de inmigrantes y ‘escritor migrante’ por la emigración de sus
padres a Granada durante la adolescencia del autor, mientras que José Luis
Peixoto vive y escribe en su Portugal natal. No obstante, el autor portugués no
puede considerarse como un escritor sedentario, pues vivió un año en Cabo
Verde, y hasta se puede considerar como un inmigrante urbano si se tiene en
cuenta su desplazamiento del pueblo de Galveias a la capital portuguesa. En el
debate ya gastado acerca de la relevancia de la biografía del autor para la
interpretación literaria, Frank toma posición en contra de la reducción del
paradigma de la literatura de migración a los autores con una experiencia
migratoria personal. Si bien reconoce la influencia que la biografía del autor
puede tener sobre la obra y su recepción, concuerda con Rebecca Walkowitz en
que lo que ocurrió en la vida del escritor es menos importante en estos relatos
que lo que ocurre durante la escritura y la lectura (Frank 2008: 16-17). También
Peixoto demuestra estar al tanto de este debate, como ilustra el reproche irónico
que dirige el narrador de Livro a un antiguo compañero de infancia que se hizo
escritor y acaba de publicar un libro –titulado Livro– en el que aborda la
emigración portuguesa a Francia: “A raíz da vulgaridad generalizada está, sem
dúvida, na falta de experiencia vivida do autor (…). É por isso que me indigna
que ele, nunca tendo passado pelas difficuldades da emigração, se tenha atrevido
a tocar no assunto. (…) Não se pode falar daquilo que não se conhece” (Peixoto
2010: 224-225).
Haré, pues, abstracción del factor biográfico como criterio decisivo para el
análisis literario; en cambio, analizaré algunas características textuales y
discursivas de las dos novelas a fin de examinar en qué medida y de qué forma
se aproximan al paradigma de la literatura de la migración. Estas categorías se
basan en parte en el modelo de Søren Frank, quien distingue entre cinco
subcategorías ‘sociales’ (además de la biografía autorial: los personajes, la
presencia de la nación y el nacionalismo, Europa y la globalización) y tres
subcategorías formales o ‘estilísticas’ (la enunciación, la composición o forma
narrativa y el lenguaje). En mi análisis de las novelas de Neuman y Peixoto,
hago un uso ecléctico del modelo de Frank, seleccionando las categorías más
relevantes y ampliándolo con otras categorías donde me parece oportuno. Me
centraré en cinco categorías: el paratexto, el narrador y los personajes, el
lenguaje, la presencia de la nación y la historia nacional y la composición o
estructura narrativa del libro.
Paratexto(s)
El título Una vez Argentina llama la atención sobre dos aspectos del libro de
Andrés Neuman: en primer lugar, su dimensión narrativa; en segundo, el hecho
de que el objeto de esta narración sea una historia colectiva, nacional. La
presentación del libro en la contracubierta, por su parte, resalta el tema de la
migración y lo recontextualiza, sacándolo del entorno estrictamente argentino
para subrayar su relevancia a la vez ‘global’ y contemporánea: “Una vez
Argentina cuenta la historia sentimental y política de una familia venida de todas
partes, y de un país con una cultura migratoria o errante que empieza a ser la de
nuestro mundo”. Otro elemento paratextual digno de interés es la advertencia al
lector, en la que se revela a la vez el carácter ficticio y la aspiración realista de
una obra que abiertamente explora los límites entre novela y autobiografia:
ADVERTENCIA
Todos los personajes reales de esta novela aparecen como ficciones. Todas
las invenciones que hay en ella quisieran parecer probables.
En el caso de Livro, el título remite tanto a la obra misma, mediante un juego
autorreferencial que explicaré más adelante, como a su narrador –un personaje
que tiene el nombre poco habitual de Livro–. En la contracubierta se destaca la
importancia de la “saga de la emigración portuguesa hacia Francia” como
trasfondo de la novela, situando el tema de la migración, pues, en un marco
claramente nacional. El tema viene realzado además por un elemento gráfico, a
saber el icono de la maleta que marca el inicio de los capítulos. En la
presentación visual de las novelas, es de notar que ninguna de las dos cubiertas
contiene imágenes que directamente remiten a la migración o la movilidad en un
sentido estricto. La novela de Neuman muestra en la cubierta un cuadro de
inspiración surrealista de una banda musical con unos instrumentos, aludiendo a
la afición de la familia por el arte, y más directamente a la profesión de los
padres del autor/narrador, ambos músicos de orquesta. La portada de Livro
contiene una foto de carácter nostálgico, en el que aparece un viejo cochecito
para bebés en un entorno natural –un jardín o parque otoñal–. La imagen solo
evoca muy lateralmente la trama del libro (el nacimiento del narrador en los
años setenta); la idea de movilidad que podría sugerir el cochecito se ve anulada
enseguida, pues no aparece en la foto quien lo empuje, de modo que la imagen
produce más bien una sensación de soledad y abandono.
Voces y personajes ‘migrantes’
En Una vez Argentina, tanto el narrador Andrés como buena parte de los
personajes tienen una experiencia directa de la emigración o, en algunos casos,
del exilio. Con excepción de una tatarabuela criolla, los bisabuelos y
tatarabuelos de Andrés migraron desde los rincones más diversos de Europa a la
Argentina en las primeras décadas del siglo XX. Neuman, por su parte, emigra
de su país natal a España a la edad de 14 años –evento que significativamente da
cierre a la obra–. El libro muestra un gran interés por estas figuras de migrantes,
destacando su doble filiación cultural y su posición entre dos mundos. Para
Neuman, esta experiencia del in-between de ningún modo tiene que ser
problemática o desgarradora, sino que la considera valiosa y potencialmente
enriquecedora:
Estar hecho de orillas no es algo de lo que lamentarse. Estar hecho de
orillas, tener en dos lugares el origen, puede ser una manera de vivir más
tiempo. Mudarse de hemisferio significa un rito de renacimiento que
merece dolor primero, y después celebrarse. Mi bisabuelo Jonás, por
ejemplo, (…) cambió de niño Polonia por Argentina; cerca de la vejez,
supo cambiarse también de amor. (Neuman 2003: 111)
Le fascina el caso de su bisabuela Sara, quien había nacido en una zona de
Polonia que “había pasado de mano en mano, de país en país, de una frontera a
otra durante años”, haciéndole ver que “para bien o para mal, hay quien se cría
sin patrias” (Neuman 2003: 90). Su propio estatuto de in-between, ya sea como
niño que no es católico ni judío o como alumno que ya sabe que no va a
terminar el curso en su escuela argentina, no parece preocuparle demasiado:
Yo, en cambio, ni siquiera estaba bautizado, me costaba una barbaridad
sentir alguna culpa por ser malo y los domingos no iba ni a la
Bombonera: mi calendario era el de un náufrago. Parecía que yo no era
ellos, ni tampoco era nosotros. Pero ¿quién tenía ganas de ponerse a
averiguar? (Neuman 2003: 99)
(…) tuve la sensación de que viviría por siempre en la frontera: a punto
de partir, pero permaneciendo. Acaso ése no sea un mal estado. (Neuman
2003: 231)
Se podría incluso afirmar que en el mundo de Neuman la movilidad, el exilio y
la migración se convierten en norma, hasta tal punto que en el retrato de su tío
abuelo Rubén Casaretto destaque como una curiosidad su afán de “quedarse”
(Neuman 2003: 207). Neuman se conforma con describir esta movilidad,
deteniéndose mucho más en sus consecuencias que en sus causas o motivos. En
una sola ocasión, la presenta como un rasgo típicamente judío:
De todos los nietos que tuvo el zeide Jonás, benefactor de la comunidad,
sin duda el más judío ha sido [mi primo Martín Kovensky]. Si su primera
emigración fue forzada, lo cierto es que ésta pareció poner en marcha un
remoto mecanismo errante que alcanzaría no sólo su afición por los
viajes repentinos, sino también su costumbre de mudarse de casa con
compulsiva frecuencia (Neuman 2003: 209).
Sin embargo, la migración no se relaciona en este libro exclusivamente con los
personajes de origen judío, es decir, con el lado paterno de la familia, sino que
constituye una condición vital de los personajes. El caso de Martín Kovensky,
viajero compulsivo, al igual que el del del ‘inmóvil’ tío Rubén, son meros
extremos que confirman la norma.
También en Livro el narrador y los principales personajes experimentan una o
varias migraciones. Los primeros viajes son los de los padres del narrador, cuya
historia se relata en la primera parte de la novela. Se trata de la historia de amor
frustrado entre Ilídio y Adelaide, historia que se vincula estrechamente con la
historia de la emigración portuguesa de los años 60 debido a la decisión de la tía
de Adelaide, contrariada por los planes de matrimonio de la pareja, de mandar a
su sobrina a Francia. Ilídio sigue a su amada, pero tarda años en encontrarla en
París, y cuando finalmente lo logra, ella está a punto de casarse con Constantino,
un portugués exiliado. Esta primera parte del libro termina con el nacimiento de
Livro, fruto de un único encuentro adúltero entre Adelaide e Ilídio en el pueblo
natal, y quien resulta ser el narrador del libro. La segunda parte de la novela
narra en primera persona la migración ‘inversa’ de Livro y su madre Adelaide al
pueblo portugués en la primera década del siglo XXI.
Está ausente en el discurso de Peixoto y de su narrador la celebración del
nomadismo y de la hibridez que prevalece en la novela de Neuman. Los
personajes ‘migrantes’, que sean exiliados o emigrados por necesidad
económica u otra, se retratan de un modo muy convencional, que roza con el
estereotipo. Así, los capítulos que se desarrollan en París privilegian algunos
espacios tópicos relacionados con el éxodo portugués y su asentamiento en
París, como las estaciones de Austerlitz y de Hendaya o los barrios populares o
bidonvilles de Champigny y de Saint-Denis. Tampoco se rehúyen las
representaciones estereotipadas del habla de los emigrantes –punto que trataré
más detenidamente en el apartado siguiente– y de sus actividades profesionales:
Ilídio trabaja en la construcción, mientras que Adelaide encuentra empleo en el
servicio doméstico y más tarde como limpiadora en la biblioteca municipal.
Hasta sus sueños y ambiciones carecen de originalidad, como ilustra el hecho de
que Ilídio mande construir en el pueblo una casa grande, cubierta de azulejos y
con un garaje, a pesar de que no tiene coche ni sabe conducir. En la segunda
parte del libro, el narrador ironiza acerca de esta estética de ‘emigrante
regresado’ al observar que los planes de su madre Adelaide para revestir con
azulejos las paredes de la vieja casona que acaba de adquirir, se han topado con
el veto del concejo municipal. La estética del emigrante en el Portugal
contemporáneo, en definitiva, se juzga ‘fea’ e inauténtica (Peixoto 2010: 229).
Contrasta con este entorno el ambiente en el que se desarrolla el narrador Livro,
quien es educado como inmigrante de la segunda generación sin necesidades
económicas, pues la familia vive de la mensualidad que Constantino, refugiado
político del salazarismo, recibe de su padre en Portugal. La relación entre
Constantino y su padre es ambigua y bastante torcida: a pesar de una manifiesta
falta de respeto mutuo y de profundas diferencias políticas e ideológicas –
Constantino se refiere sistemáticamente a su progenitor como “el fascista”–, el
marido de Adelaide vive del patrimonio paterno. Esta relación se repite,
paradójicamente, entre Constantino y su presunto hijo Livro, quien en muchos
aspectos se ha convertido en el doble del padre tan odiado: es un hombre
inteligente y bilingüe, un lector ávido pero sin sentido empático y un parásito
social. Livro nunca terminó sus estudios en la Sorbona; a sus treinta y tantos
años no tiene trabajo y sigue viviendo en casa de sus padres. Es, por tanto,
sumamente irónico el reproche dirigido repetidamente por Constantino a su hijo
de que “le falta una dirección”. No obstante, las palabras del viejo exiliado
también apuntan hacia una desorientación y un desarraigo mucho más profundos
del personaje. El desamparo existencial de Livro apenas se trasluce en su
discurso de narrador, con la excepción llamativa de algunas reflexiones
literalmente marginadas: a saber, relegadas en un puñado de notas a pie de
página. En una nota adjunta a la palabra ‘casa’, por ejemplo, el narrador confiesa
que se siente profundamente desabrigado: “Nunca encontrei o abrigo que ainda
procuro, uma mão que me feche no seu interior e me guarda no bolso de dentro
do casaco (…)” (Peixoto 2010: 211). En otra nota, cuestiona el vínculo que une
a las personas con los lugares en los que viven, o incluso en los que nacieron:
Eu não tenho para onde voltar. Paris não é minha, nem dos magrebinos,
nem dos búlgaros (...) muito menos é dos franceses, atarefados com erres
y vogais babosas. Se me dessem Paris, é tua, eu não a quería porque sei
que os espectros dessa natureza não se deixam possuir (Peixoto 2010:
218).
Ante la necesidad de tomar decisiones, Livro se encuentra totalmente
desconcertado, sin rumbo ni seguridades:
Mal comparado, é como acordar na estação Sèvres-Lecourbe e não ter
mapa do metro, nunca ter estado ali, não saber sequer onde se está, não
saber sequer o que é o metro. (…) Ao fim de algum tempo, com sorte,
(…) talvez se consiga chegar à conclusão que se quer ir para a estação
Ourcq, esse é o lugar onde se poderá ser feliz, mas como encontrar o
camino sem mapa, sem conhecer linhas e ligações? É possível arrastar a
vida inteira no metro de Paris e nunca passar por Ourcq. É também
possível passar por lá e não reconhecer que é ali que se quer sair.
(Peixoto 2010: 217)
Si los pasajes citados revelan una falta de arraigo y protección, un estado general
de ‘perdición’ del sujeto, este sentimiento se explica no solo por su condición de
migrante o heredero de la migración, sino también –y quizá en mayor medida–
por otros factores, como la relación conflictiva y poco cariñosa con su padre
Constantino, su escasa capacidad para las relaciones afectivas y un secreto no
confesado que solo es revelado en las últimas páginas del libro, a saber el de
haberse dado a la fuga tras haber atropellado a una anciana (que, para colmo,
resulta ser portuguesa). Este delito es el motivo callado de su decisión de
‘remigrar’ a Portugal; más que de un regreso, se trata entonces de una huida.
Lengua(je)
Las dos novelas comparten un interés pronunciado por la variación y la hibridez
lingüísticas como resultados de la migración. Si bien los personajes de Livro en
un principio están asustados por la idea de que los franceses “falavam
extranjeiro”, no tardan en integrar palabras francesas en su propio lenguaje hasta
crear un híbrido sui generis. Este lenguaje en ocasiones es adoptado con
naturalidad por el narrador, como en la siguiente frase en estilo indirecto libre
que se hace eco de un enunciado de Adelaide: “A francesa e o marido estavam
reformados, na retraite” (Peixoto 2010: 139). En otros casos, sin embargo,
produce un efecto de distanciamiento humorístico. Éste particularmente es el
caso del amigo de Ilídio, Cosme, y sus tres hijas ‘afrancesadas’:
Depois, quando as trigémeas começavam a ser umas pequenas mulheres,
o Cosme não as queria ouvir falar de fiançados na vila, não se haviam de
mariar com marrocanos dessa ordem. Se elas se preparavam para fazer
um turno, generalmente, virava jalú, quando elas protestavam, ele
ordenava: Tá gola. (Peixoto 2010: 232).
El narrador Livro, perfecto bilingüe, en cambio, salta con facilidad de un idioma
a otro sin muestras de hibridación lingüística1.
En Una vez Argentina, Neuman presenta el cambio de lengua –o de variante de
la misma lengua– como una experiencia compartida entre muchos personajes del
libro y estrechamente relacionada con el proceso de reterritorialización en tierras
nuevas: “Adquirir un habla ajena para arraigarse: ése ha sido, acaso, el
aprendizaje de todo un país” (Neuman 2003: 243). Al igual que uno de sus
bisabuelos se esforzó por sustituir su acento hispánico por uno porteño a fin de
‘arraigarse’ en la comunidad argentina, el joven Andrés, en la víspera de su
salida a España, introduce ciertas modificaciones gramaticales y léxicas en su
relato más reciente para ajustarlo a su futuro entorno lingüístico. Al cabo de los
años, se da cuenta de que “ha aprendido a hablar como otro”. El lenguaje está,
pues, estrechamente vinculado al sentimiento de identidad. En el caso de
Neuman, las dos variantes del español forman parte de ella: “No soy el mismo,
pero aún puedo recordar las palabras del que fui. Esas otras palabras que, sin
duda, también me constituyen” (Neuman 2003: 243). Es de notar que en Una
vez Argentina, los idiomas o hablas de su vida constituyen sendas caras o facetas
de la identidad del migrante; no se produce una hibridación total, tal como la
observamos en el lenguaje de Cosme. La presencia del yiddish hablado por sus
bisabuelos paternos, por ejemplo, se reduce a los tratamientos cariñosos entre
familiares: zeide (abuelo), baba (abuela), inguele (niño). Aun así, estos términos
siempre aparecen en cursivas, diferenciándolos por lo tanto netamente del
castellano del narrador. Además, el habla porteña viene citada, antes que usada,
en la novela.
La nación y su historia
Las dos novelas se desarrollan durante buena parte del siglo XX. Una vez
Argentina se remonta a la Rusia zarista de la que huyó el bisabuelo Jacobo,
adoptando ilegítimamente el apellido de Neuman, para facilitar su emigración a
la Argentina. La narración de Neuman abarca, pues, la parte más importante del
siglo XX, desde las primeras décadas hasta la salida de la familia a España en
1
Es cierto que la novela contiene algunos errores menores de ortografía y gramática francesas (Peixoto 2010:
211, 246, 254). Como no me parecen significativos, tiendo a considerarlos como no intencionados y a atribuirlos
al autor y no al narrador.
1991. En Livro, la narración se inicia en el año 1948, cuando la madre de Ilídio
lo deja al cuidado del albañil Josué, dejándole como única herencia y recuerdo
un libro. La novela termina un día de agosto de 2010, cuando el narrador ve
confirmada, por boca de su madre, la verdad acerca de su origen, es decir, el
hecho de que Ilídio sea su padre.
La delimitación temporal de las novelas está claramente relacionada con la
migración como fenómeno colectivo, si bien es enfocada desde la perspectiva de
un individuo y su historia familiar. En Una vez Argentina, se tiende un arco que
arranca con la llegada y el asentamiento de los bisabuelos y tatarabuelos de
Neuman en el país, prosigue al modo de una saga familiar que esboza el
crecimiento de la familia y el desarrollo personal de sus miembros, para
desembocar en la emigración de los padres de Andrés. Este arco ‘familiar’ se ve
desdoblado en otro arco narrativo, más estrictamente autobiográfico, que se
inicia con el nacimiento de Andrés y finaliza con su despedida de amigos y
familiares en el aeropuerto de Ezeiza. En Livro se observa un movimiento
parecido, con la narración de la emigración portuguesa en los años 60 en la
primera parte, y el regreso a Portugal de Adelaide y Livro en la segunda. Con
respecto a las migraciones en Livro, llama la atención que los motivos del
desplazamiento de estos personajes no reflejan del todo las condiciones de la
mayor parte de los emigrados portugueses, quienes abandonaban su tierra por
motivos fundamentalmente económicos. Adelaide se marcha por fuerza,
obedeciendo a su tía que la quiere alejar de Ilídio; éste se va a Francia en busca
de su novia, acompañado por su amigo Cosme, quien se escapa del servicio
militar para evitar ser alistado para la guerra en África. Paralelamente, el motivo
de Livro para volver a Portugal es enteramente personal: se trata de huir del
sentimiento de culpa y de la posible persecución judicial por el delito de fuga
cometido en París. La dimensión colectiva, nacional, de la migración se
encuentra, por lo tanto supeditada a la narración de la historia individual y
familiar del narrador. Esta dimensión sí se ve esbozada a través de personajes
secundarios, como Libânia, la amiga de Adelaide, e incluso la mujer portuguesa
atropellada por Livro.
El período cubierto por la narración, tanto en el caso de Livro como de Una vez
Argentina, corresponde a unas décadas muy accidentadas de la historia nacional,
que incluyen uno o varios regímenes autoritarios y represivos, así como el
regreso a la democracia. En Una vez Argentina, la historia política del país está
muy presente como marco o trasfondo. A veces repercute directamente en las
vidas de los personajes, como es el caso de la dictadura de Videla, que fuerza al
exilio a los tíos y a una tía abuela del escritor, o de la política económica del
presidente Menem, que lleva a la emigración de los Neuman. En otros episodios,
uno de los personajes presencia acontecimientos que han marcado la historia
nacional. Así, la madre de Andrés, en su calidad de violinista de la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, asiste a la masacre en el aeropuerto de Ezeiza el
día del regreso de Perón a Argentina, en 1973. En la mayoría de los casos, sin
embargo, la dimensión política se presenta en un segundo plano y se vincula con
la historia familiar de un modo meramente asociativo. Estas asociaciones
pueden ser arbitrarias y anodinas, como cuando el autor observa que “El mismo
día en que Perón pronunció su último discurso y repudió a las huestes
montaneras, mi bisabuelo Jonás fue ingresado de urgencia” (Neuman 2003: 27).
En otros casos, se trata de un modo poético y sugestivo de abordar temas
delicados. Al afirmar que “Yo adelgazaba; el país también. Las cosas queridas
desaparecían de pronto”, Neuman remite tanto a las desapariciones que asolaban
el país en 1980 como a la desolación que le produjo una separación temporal de
sus padres. En algunas ocasiones, la elipsis sugiere un vínculo más directo entre
la política nacional y la situación individual de los argentinos: “El Estado se
saldaba. Nuestra casa también” (Neuman 2003: 232).
En cualquier caso, estos entrelazamientos muestran una clara conciencia política
por parte del narrador adulto Andrés Neuman. No es así en Livro, donde el
narrador se mantiene al margen en la primera parte, en la que se narra el periodo
de 1948 a 1974. A falta de intervenciones narratoriales, las referencias a la vida
nacional, y particularmente a la política nacional, son más indirectas y corren
exclusivamente a cargo de los personajes, reflejando su falta de vocabulario
político y el miedo a la censura y la represión en el Portugal de Salazar. Así, no
se usa el término ‘exilio’, sino que llegamos a saber, a través de otro pasaje en
estilo indirecto libre en que se trasluce el discurso de Adelaide, que Constantino
“não podía ir a Portugal por causa da política” (Peixoto 2010: 169). Si Cosme
deserta del servicio militar, no es por pacifismo o por oposición al régimen, sino
que su falta de patriotismo se origina en el miedo de morir o de resultar mutilado
en la guerra colonial (Peixoto 2010: 76-77). La única referencia directa al
régimen fascista se hace, de hecho, en la intimidad de la casa, cuando Josué, el
padre adoptivo de Ilídio, le explica cómo los fascistas del pueblo, apoyados por
el cura, presionan a la población para contribuir con una donación a la
construcción de un puesto de la guardia civil (que irónicamente nunca será
utilizado). Esta conversación hace que el joven Ilídio se sienta ‘hombre’
(Peixoto 2010: 98). Este trato ambiguo, a la vez manifiesto y elusivo, de la
historia nacional se observa más claramente en la manera en que se alude a la
fecha clave del 25 de abril de 1974, día de la revolución de los claveles que
significa el retorno a la democracia. Para Adelaide, embarazada de nueve meses
en su casa en París, el 25 de abril es un día como otro cualquiera; no comparte la
euforia y la agitación de su marido por los sucesos en Portugal. Su hijo Livro, en
efecto, nace el 27 de abril, en una fecha que ya carece de simbolismo político,
pero hace coincidir plenamente la vida del narrador con el periodo postdictatorial.
Estructura narrativa
Según Søren Frank, la literatura de la migración se caracteriza por cierta
‘impureza’ a nivel discursivo y estilístico, por una preferencia por las
composiciones complejas y la hibridez de géneros y discursos. Una vez
Argentina se compone de 75 capítulos breves que narran de un modo
fragmentado la historia de la familia del escritor desde las primeras generaciones
de inmigrantes hasta la adolescencia del escritor y su propia emigración. No se
adopta un orden cronológico estricto, sino que con frecuencia se salta de un
episodio a otro mediante una asociación de ideas o de temas. A pesar de este
desorden aparente, el libro se muestra perfectamente coherente, debido
principalmente al respeto de una cronología latente dentro de los dos hilos
narrativos principales –los dos ‘arcos’ que he mencionado arriba–:
respectivamente desde la inmigración de los bisabuelos hasta la muerte de los
abuelos en la línea ‘familiar’, y desde el nacimiento de Neuman hasta su
emigración en el relato autobiográfico. En cada capítulo se reconoce la voz del
narrador Andrés; a lo largo de la novela predomina el discurso narrativo, sin
notables incursiones en otros discursos o géneros.
La estructura de Livro, en cambio, es más compleja y más disruptiva. Si el libro
se presenta hasta la página 200 como un relato realista bastante tradicional –a
pesar de su estructura fragmentaria y unos episodios sueltos que se hacen eco de
otros géneros como la novela fantástica de terror2–, en la segunda parte, mucho
más reducida que la primera, se convierte en un relato autorreferencial y
declaradamente metaliterario. Así, el título Livro no solo se refiere al nombre del
narrador-protagonista, sino también a un objeto diegético, a saber, el libro que la
madre de Ilídio le regala el día en que lo abandona con Josué, libro que Ilídio
luego ofrece a Adelaide como muestra de su amor, y que tendrá un papel de
mediador en la historia de amor entre Adelaide y Constantino. Este libro resulta
ser el mismo que el que estamos leyendo –un juego autorreferencial que hace
pensar en el anillo de Moebius construido por Cortázar en “Continuidad de los
parques”. Además, el libro de Livro lleva el mismo título y muestra parecidos
considerables con una novela publicada por un compañero de la infancia de
Livro, un chico del pueblo convertido en escritor. De él solo llegamos a saber
que su nombre en las estanterías alfabéticas de las bibliotecas viene justo antes
de Pessoa (Peixoto 2010: 225), y que su apellido plantea problemas de
pronunciación a las hijas de Cosme, que ya no saben cómo se pronuncia la ‘x’
en portugués. Este vuelco hacia una literatura enfáticamente postmoderna y
autorreferencial plantea una serie de preguntas, entre las cuales quiero destacar
una: ¿qué función desempeña la emigración, que en la primera parte del libro
tenía una importancia central y netamente referencial, en el conjunto de la
novela?
Vuelvo brevemente a Una vez Argentina, en la que esta pregunta no parece
problemática. Los movimientos migratorios, primero de los bisabuelos de
Neuman hacia Argentina, y luego la emigración de su propia familia, a la vez
ponen marco a la obra y remiten al núcleo de lo narrado. Neuman quiere
recordar, abrir el cajón olvidado de su memoria (Neuman 2003: 242-243), una
memoria de Argentina que por ser argentina no puede ser sino compuesta y
múltiple, ‘migrante’. Si bien los recuerdos pueden ser dolorosos, la memoria
2
Se trata de dos episodios ocurridos durante el viaje clandestino de Cosme e Ilídio a París. En el primero, la
mujer del traficante se convierte en mujer-lobo e intenta matar a Ilídio; en el segundo, un desconocido con una
pesada maleta les compra los billetes a Paris; desaparece y los deja con la maleta en la que resulta estar un (¿su?)
cuerpo muerto.
puede sanar; nacida del miedo de “desaparecer antes de haber hablado”
(Neuman 2003: 15) logra vencer el olvido.
En Livro, sin embargo, la emigración portuguesa a primera vista no parece
constituir más que un marco, un trasfondo contra el que contrasta el discurso a la
vez autobiográfico y metaliterario del narrador Livro. Un análisis más detenido
sugiere, sin embargo, que el contexto de la migración desempeña un papel a la
vez más central y más ambiguo en la novela, al servir también como máscara o
como escudo que debe proteger al narrador-protagonista contra una de las
verdades que ha sido incapaz de afrontar, la de su origen. Aunque a sus 18 años
Cosme ya le haya puesto al corriente del breve encuentro amoroso entre Ilídio y
Adelaide en el verano de 1973, con 36 años Livro sigue reacio a la idea de
aceptar que Ilídio es su padre biológico. El fragmento siguiente ilustra cómo
Livro, en un intento semi-autístico de mantener su equilibrio mental cuando su
madre lo confronta con la realidad, busca refugio en su propia escritura, por una
parte, y en el análisis de la historia de la emigración portuguesa, por otra,
cuantificando ambos fenómenos y equiparándolos de un modo que no deja de
ser artificial:
Tenho trinta e seis anos, tenho um bilhete de identidade, numerado, que o
comprova.
Até este xis, este: X, o livro que estás a ler tem 404853 caracteres,
incluindo notas de rodapé e espaços.
Em 1990, viviam na França um total de 798837 pessoas de origem
portuguesa, 603686 dos quais nacidos em Portugal e 195151 nacidos na
França.
Cada letra e cada espaço das páginas anteriores equivale a quase duas
pessoas de origem portuguesa a viverem na França em 1990.
Cada batido no teclado, na barra de espaços. Estão a bater à porta do
quarto.
(...)
A minha mãe tem voz (...): já sabes o que tengo para te dizer. As palavras
acertam-me numa espécie de peito. A minha mãe agarra a mão do Ilídio
com toda a força, passa os dedos por dentro dos dedos dele.
(...)
Quero sobreviver (...)
Tento equilibrar-me. Como dizia, entre 1960 e 1974, cerca de um milhão
e meio de portugueses emigraram para a França.
(Peixoto 2010: 260-261)
Livro, más que una novela sobre la emigración portuguesa, o más allá de ello, es
entonces el relato de un escritor, que más que nada es lector, incapaz de
enfrentarse, ni con la verdad acerca de su propio origen, ni con las
consecuencias de sus acciones (el delito de fuga). Por otra parte, el hecho de que
el narrador sea un personaje ‘migrante’ tiene su funcionalidad en la novela. Si en
el plano de la trama su condición de inmigrante de segunda generación hace que
pueda trasladarse con su madre a Portugal sin levantar sospechas, en un sentido
más profundo, el ser-de-dos-lados le permite vivir y perderse en un perpetuo
vaivén entre identidades. El foco de la novela se desliza de este modo de la
migración como fenómeno histórico a una condición humana de enajenación.
Conclusión
La novela de Neuman Una vez Argentina otorga un papel central al fenómeno
de la migración. Mediante el entrelazamiento sugestivo de la biografía del
narrador Andrés y la historia de su familia, fuertemente marcadas por la
migración, por una parte, y la historia nacional argentina, por otra, la novela
otorga a la migración un valor constitutivo, tanto de la identidad nacional como
de su identidad personal. En el caso de la nación argentina, se trata de una
corroboración parcial de la imagen tradicional de Argentina: si bien se confirma
la imagen de un país de inmigración, Neuman no deja de contrastar la tradición
del país de acogida con el éxodo de las últimas décadas. Su condición de
migrante, por otra parte, está en el origen de la novela, pues la distancia física y
temporal suscita en el narrador Andrés la necesidad de recordar, de reconstruir
el recuerdo de lo que quedó atrás en un ejercicio de memoria que también abarca
lo personal y lo colectivo.
En Livro de José Luís Peixoto, la centralidad de la temática de la migración y su
dimensión nacional, ejes privilegiados de lectura durante buena parte de la
novela, al final del libro se ponen en tela de juicio, al presentarlos como
pretextos o pararrayos utilizados por un narrador que vive en la negación de su
propia identidad. Sin embargo, tanto el tema de la migración como las
características literarias de la literatura de la generación resultan ser elementos
funcionales en la construcción del personaje central de Livro como sujeto
alienado. Si bien Livro no puede ser leído entonces como una “saga de la
emigración portuguesa hacia Francia”, el paradigma de la literatura de la
migración, con sus características temáticas y formales, se usa en esta novela, al
igual que otros recursos literarios como la metaliteratura, para construir un libro
que en última instancia solo pretende ser literatura: Libro, nada más.
Bibliografía
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