Desde el piso de remates Excelsior Maricarmen Cortés

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Desde el piso de remates
Excelsior
Maricarmen Cortés
14 DE AGOSTO DEL 2015
Interés internacional por impacto del IEPS a refrescos
Está en México Robert H. Lustig, director de la División de Endocrinología, del
Departamento de Pediatría de la Universidad de California y presidente del
Institute for Responsible Nutrition. Lustig es uno de los científicos de salud más
importantes del mundo y, al mismo tiempo, uno de los líderes del movimiento, que
crece a nivel internacional, en contra de la industria de alimentos y refrescos por el
severo daño que ocasiona el consumo adictivo del azúcar a nivel mundial. Lustig
ha colaborado en las películas Fed Up y Sugar Coated que, precisamente, alertan
sobre la epidemia mundial de salud que genera el consumo de azúcar, fructosa y
sustitutos como el caso de la diabetes, cáncer, hipertensión, demencia y obesidad.
Lustig fue invitado a México por Juan Lozano, secretario general de la Conferencia
Interamericana de Seguridad Social, CISS, con el objetivo de reunirse con la
secretaria de Salud, Mercedes Juan, y busca también una reunión que aún no se
ha concretado con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Al respecto, Lustig explica que México es, hoy, el país que más interés ha
despertado entre los científicos del mundo, quienes buscan que se reconozca que
el consumo de azúcar y fructosa puede ser tan dañino y tóxico como el tabaco y el
alcohol debido a los padecimientos que genera. Y el interés en México reside es
que somos el único país, en todo el mundo, que ha logrado vencer a la industria
de alimentos, al imponer desde enero del año pasado, un impuesto especial IEPS
de un peso por litro a las bebidas azucaradas.
Desde luego, la Universidad de California está entre los más activos impulsores de
que Estados Unidos siga el ejemplo de México e imponga también un impuesto,
no sólo a los refrescos, sino a todos los alimentos procesados que utilizan azúcar,
y que son la gran mayoría. La Congresista, Rosa DeLauro presentó ya la iniciativa
Sweet Act, que no ha logrado avanzar, aunque sí se logró que la ciudad de
Berkeley, California, sea la primera de Estados Unidos en aprobar un impuesto a
las bebidas azucaradas.
NO ES LA OBESIDAD, CARAJO
Lo que buscan, tanto Lustig como la CISS, es convencer a la Secretaría de
Hacienda de la importancia de realizar un estudio a fondo del impacto del IEEPS a
las bebidas azucaradas que, seguramente, será ratificado el año próximo. Lustig
está convencido de que si se demuestra que realmente se logró, a dos años de su
aplicación, reducir el consumo de bebidas azucaradas, otros países seguirán el
ejemplo de México, que es pionero en la materia. Aunque reconoce que habrá una
fuerte oposición de la industria de alimentos, señala que, en su momento, también
se doblegó a las industrias del tabaco y el alcohol con restricciones a su venta y
comercialización.
Señala también, y ése es el punto central de su investigación, que un enfoque
equivocado, no sólo en México sino a nivel mundial, es asociar el problema del
consumo de azúcar sólo al sobrepeso. "El problema no es la obesidad, carajo," y
lo dice así, textual, en español porque la investigación que ha realizado en
Estados Unidos demuestra que 80 por ciento de los obesos tienen problemas de
salud derivados de la diabetes, que son alrededor del 57 millones de personas,
mientras que 40% de personas sin sobrepeso, alrededor de 67 millones, tienen los
mismos problemas de salud derivados de diabetes.
El problema, explica Lustig, reside en el consumo de azúcar, y considera
alarmante el hecho de que en Estados Unidos haya más niños a los que se les ha
detectado hígado graso, la misma enfermedad de los alcohólicos, debido al
consumo de azúcar.
COLABORACIÓN CON EL IMSS
Lustig se reunió ayer con el director del IMSS, José Antonio González,
precisamente, para colaborar en el tema de prevención de la diabetes infantil, y la
detección temprana del hígado graso. Y el IMSS tiene una importante campaña de
prevención para combatir la diabetes y la obesidad. Será interesante detectar si
también en México hay niños sin problemas de sobrepeso, y que tienen ya hígado
graso, lo que podría derivar en diabetes.
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