Philippine

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UNIVERSITY OF SANTO TOMAS - FILIPINAS
Prof. Dr. Armando F. de Jesús – Director de proyecto
El Prof. Armando F. de Jesús es profesor de Sociología, Educación y Gestión en la
University of Santo Tomas, en Manila, Filipinas, en la que ocupa varios cargos:
Presidente del Departamento de Ciencias Sociales, Director del Centro de Investigación
Social, Decano de la Facultad de Artes y Letras y Vicerrector de Asuntos Académicos.
Anteriormente trabajó para la Fundación de Investigación sobre el Abuso de Drogas,
Inc., actuando como responsable en uno de los centros de la comunidad terapéutica que
gestiona la Fundación. Además, ha llevado a cabo investigaciones en los siguientes
campos: Sociología de la religión, Educación y Desarrollo comunitario. Ha publicado
un gran número de libros y artículos. Entre sus publicaciones en el campo de las drogas,
están: «An Analysis of the DARE Program of Rehabilitation» (Análisis sobre el
Programa de Rehabilitación DARE) «Cell 13: A Glimpse into a Day of Drug
Dependents in a Manila Prison», (Celda 13: Un día en la vida de los toxicómanos en la prisión de Manila),
«Drugs and Substance Abuse among Filipino Street Children in an Urban Setting» (El abuso de drogas y otras
sustancias entre los niños de la calle filipinos en un entorno urbano), «Making Sense of the Philippine Drug
Policies» (Un sentido a las políticas de drogas en Filipinas), «Inhalant Use among Street Children» (El uso de
inhalantes entre los niños de la calle).
La cuestión de las drogas en Filipinas
- Como en muchos países, el consumo y abuso de drogas constituye uno de los mayores problemas sociales de
Filipinas, que es uno de los países del continente asiático cuyo índice de presencia es superior al 2% de la
población. En 1999, según un estudio del National Household Survey sobre el consumo de drogas en
Filipinas y su incidencia en el país, que llevó a cabo la Junta de Drogas Peligrosas (Dangerous Drug Board,
DDB), se estimó que 3,4 millones de habitantes de una población total de 75 millones son consumidores de
drogas ilegales. Según los datos del National Household Survey, en 2004 se estimó una cifra del 14% o de
aproximadamente 6,7 millones de entre la población de 10 a 44 años. En 2008 se llevó a cabo un estudio
similar cuyos resultados apuntaron hacia una mejora de la situación con un porcentaje de consumidores que
descendió al 2,53% o a 1,7 millones.
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El clorhidrato de metanfetamina ocupa la primera posición entre las drogas con más demanda en el mercado
por los consumidores filipinos. En 2004 el National Household Survey constató que el 74% de los
consumidores de drogas ilegales consume metanfetamina. En 2003 se llevó a cabo otro estudio en zonas con
un alto consumo de drogas, cuyo resultado apuntó que el 5,5% de los participantes en la encuesta consumían
metanfetamina, mientras que en otra encuesta local realizada entre jóvenes (de 16 a 25 años) se detectó una
presencia del 16%. La metanfetamina constituye la droga más común en la mayoría de casos de tratamiento
de desintoxicación (entre el 58% y el 88% desde el año 2000). La metilendioximetanfetamina (MDMA) o
éxtasis, otro tipo de estimulante, se consume mayoritariamente entre las clases bienestantes de la sociedad.
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Por otro lado, el cannabis es la segunda droga ilegal consumida con más frecuencia. Los inhalantes, que son
relativamente baratos, constituyen la droga más consumida entre los estratos sociales más pobres, como los
niños de la calle. En el mercado todavía se pueden encontrar consumidores de heroína, pero los índices han
disminuido considerablemente en comparación con años anteriores. La presencia de cocaína en el mercado
cuenta con un consumo local reducido y se encuentra más en el mercado internacional.
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En Filipinas los índices de consumo de drogas inyectables son bajos. La metanfetamina suele fumarse en
forma de cristal. El cannabis se consume fumando mientras que el «éxtasis» se ingiere en forma de píldora.
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Se estima que el tráfico de drogas ilegales genera un total de 3,5 mil millones de pesos anuales, mayormente
en metanfetamina y cannabis. El país ha sido clasificado como una de las mayores fuentes de estimulantes de
tipo anfetamínico, tanto como productor como punto de tráfico. El organismo gubernamental filipino contra
las drogas registró en el año 2010 la cantidad de drogas incautadas por un valor de 4,7 mil millones de pesos.
El valor de las cantidades incautadas en laboratorios clandestinos y almacenes ascendió a 502.895.033,
mientras que la cantidad de marihuana confiscada se calculó en 1.872.967.470.
Las políticas en materia de drogas en Filipinas
La respuesta política del gobierno filipino al problema de la droga se recoge en la ley R.A. 9165, popularmente
conocida como La Ley en materia de drogas de 2002. Esta política, que se acoge principalmente al modelo
prohibicionista, sigue la lógica de reducción de la oferta y la demanda mediante la aplicación de sanciones y
acciones judiciales como principales instrumentos de reducción de la oferta, mientras que las actuaciones de
prevención y tratamiento siguen siguiendo las principales estrategias para la disminución de la demanda. El
objetivo final es erradicar el consumo de drogas ilegales.
El Proyecto de investigación:
«Confronting substance abuse in the Philippines. A Multi-Dimensional Analysis of the Philippine Policies on
Illicit Drugs» (La lucha contra el consumo de drogas en Filipinas. Un análisis multidimensional sobre las
políticas del gobierno filipino en materia de drogas)
El presente proyecto se centró en los agentes contextuales de esta política y en el análisis de algunos de los
programas activados, en términos del objetivo de erradicar por completo el consumo de drogas.
Resultados y propuestas
• En la última década la realidad en Filipinas ha cambiado, lo cual ha generado dudas sobre la eficacia del
objetivo de las políticas actuales y pone en tela de juicio si la política actual basada en el modelo
prohibicionista responde a la nueva realidad. Una de estas realidades es el aumento de los casos de VIH y
SIDA en el país y la creciente importancia del consumo de drogas como factor de incidencia en este dato.
Otra de las realidades es la incapacidad del sistema de tratamiento de desintoxicación para poder atender al
gran número de drogodependientes que deberían acogerse al tratamiento. Asimismo, otro de los puntos clave
es la deficiencia del sistema penitenciario de Filipinas en el tratamiento de los casos relacionados con las
drogas.
• En el país está creciendo la conciencia sobre la necesidad de un nuevo modo de entender el problema de las
drogas. Dada la complejidad y el cambio constante del problema de la droga, esta necesidad debe englobarse
en un contexto de política holística, que permita percibir el problema del consumo de drogas desde una
perspectiva múltiple, y reconociéndolo como un aspecto complejo que no se puede combatir con un único
enfoque. En un enfoque holístico se implementa la fuerza disuasiva de la ley, pero a su vez no se descartan
otras estrategias como: la acción preventiva para impedir un futuro consumo, la aplicación de medidas de
tratamiento para los afectados que deseen curarse, y de programas de reducción del daño para los que no
puedan superar la dependencia por su cuenta.
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