En blanco - Superintendencia de Sociedades

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Oficio 220-058587 del 11 de diciembre de 2007
ASUNTO: Fusión como procedimiento alternativo para concluir el proceso de
liquidación de una sociedad.
Me refiero a la comunicación radicada con el número 2007-01-176636, mediante el cual
se manifiesta que una sociedad se fusionó con otra que ya se encuentra registrada y
estaba en etapa de liquidación voluntaria, ya fueron registradas las escrituras en la
Cámara de Comercio. Al respecto se consulta que trámite debe seguirse para hacer la
liquidación de la anterior sociedad y registrar ésta ante la Superintendencia de Sociedades.
Al respecto, comoquiera que la respuesta involucra un doble aspecto, se procederá a tratar
el tema en el mismo sentido:
1. Es viable llevar a cabo la fusión de dos sociedades cuando una de ellas se
encuentra disuelta.
En torno a este aspecto, esta Superintendencia se pronunció en el oficio 220-11760 del
20 de abril de 2001, titulado, “ La fusión y la escisión como procedimiento alternativo
para concluir un proceso de liquidación de una sociedad” , publicado en la página web:
www.supersociedades.gov.co, cuyos apartes pertinentes me permito para los fines
pertinentes a continuación transcribir:
“ Pero en esta oportunidad, el Despacho se refiere a un caso sustancialmente diferente,
porque el trámite de la fusión o la escisión bajo el esquema propuesto tiene por objeto
únicamente facilitar el proceso de realización del patrimonio y la extinción de la persona
jurídica. Así las cosas, y con base en el conducto de normas aplicables a la liquidación de
una sociedad y de las correspondientes a la fusión y escisión, se tiene que:
La fusión excluye el adelantamiento de la liquidación, pero la liquidación no impide que
una sociedad pueda adelantar un proceso de fusión con fines liquidatorios (Artículo 178
del Código de Comercio, en adelante " C.Co.)"
En efecto, cuando en el artículo 172 C. Co. y en el artículo 3 numeral 2 de la Ley 222 de
1995 se establece que habrá fusión o escisión cuando una sociedad se disuelve sin
liquidarse para ser absorbida por otra o para crear una nueva, se consagra una excepción
a la regla del artículo 222 del C. Co., conforme con el cual la disolución implica
inexorablemente la liquidación de una compañía.
Y ello porque si los máximos órganos sociales acuerdan disolver la sociedad para fusionarla
o escindirla, la sociedad no comienza su proceso de liquidación, sino que éste se ve
desplazado por el de una reforma estatutaria tendiente a la consolidación patrimonial de
dos o más compañías. Pero esto, a su vez, no implica que a una sociedad que adelanta
un proceso de liquidación le esté prohibido adelantar una fusión o una escisión, si con ello
pretende la liquidación pronta y eficaz de la compañía absorbida o escindente.
Desde luego que en este punto es pertinente detenerse en los efectos ya consolidados
como consecuencia de la disolución y consiguiente liquidación de la sociedad y de su
patrimonio. Entre ellos se tiene que al representante legal (liquidador), le corresponde dar
por terminadas todas las relaciones jurídicas entabladas por la sociedad que se extingue,
igualmente, las deudas sometidas a un plazo se hacen exigibles por el hecho de la
disolución (artículo 244 C.Co.).
Así que cuando la sociedad en liquidación haya de ser absorbida mediante la fusión de su
patrimonio, tal reforma no causará automáticamente la suspensión de los efectos ya
surtidos; es decir, no implicará que las obligaciones dejen de ser exigibles o que los
contratos ya terminados por causa de la disolución de la sociedad vinculen nuevamente a
los respectivos contratantes, salvo, claro está, que el tercero consienta en fijar nuevos
términos para su obligación o en establecer un nuevo vínculo contractual.
El artículo 222 del C. Co., prohíbe iniciar nuevas operaciones en desarrollo del objeto de
la sociedad disuelta, a la vez que limita su capacidad jurídica para los actos necesarios a
la liquidación.
La fusión o la escisión qué esté encaminada a la finalización eficiente del proceso de
liquidación bajo el esquema que se analiza, está sujeta a los límites impuestos en el
artículo citado; en el caso contrario, es decir, cuando se pretenda la reactivación de la
empresa, no podría acudirse a uno de estos mecanismos, pues tal finalidad es la que está
expresamente prohibida en esa disposición. Y conviene agregar que para los casos en que
se busque la reactivación de la empresa respectiva, la legislación mercantil ha establecido
diferentes alternativas, tales como las que se mencionan a continuación:
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