Capitulos 13 y 14 Arturo Rojas - pe

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Universidad de Costa Rica
Escuela de Psicología
Historia y Sistemas de la Psicología
Priscilla Echeverría
Resumen de los capítulos 13 y 14
Arturo Bernardino Rojas Quijano
El movimiento de la Gestalt es un movimiento de la psicología que se
caracteriza por su antirreduccionismo. En la base de esta se encontraba una propuesta
innatista, es decir, que la organización de la actividad mental esta predispuesta de modo
que hace que el individuo se relacione con el medio en ciertas maneras. Aunque en ese
entonces en Estados Unidos el conductismo dominaba la psicología, el movimiento de
Gestalt influyó a muchos conductistas y sus aportes no pueden ser ignorados. El modelo
de Wundt y la Fenomenología Alemana son dos antecedentes importantes de este
movimiento.
En sí, la Gestalt examinaba la unidad y el todo de las experiencias en términos
de formas, y le daba más importancia a la experiencia mediata. Esto incluía la
investigación de los objetos, y consideraba que el individuo se relacionaba de forma
dinámica con el ambiente. Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka fueron
tres de los personajes más influyentes en la psicología de la Gestalt. El primero,
Wertheimer, publicó en 1912 “Estudios experimentales de la percepción del
movimiento” en el cual explicaba la experiencia subjetiva del movimiento, la cual es el
resultado de la relación dinámica entre el observador y los estímulos. Köhler ofrecía un
planteamiento innovador para el estudio del aprendizaje y discriminación y resolución
de problemas, que ofrecía otro método de aprendizaje aparte de la prueba y error. Fue
nombrado el sucesor de Stumpf, tras publicar “Gestalts físicas estáticas y estacionarias”.
Finalmente, Koffka publico “Perception: An Introduction to the Gestalt-Theorie” y
“Principles of Gestalt Psychology”, aunque nunca logro escribir una obra que definiera
el movimiento de la Gestalt. Lo único que hizo fue mostrar los postulados del
movimiento de la Gestalt a un mayor número de psicólogos gringos.
Entre los principios básicos de la Gestalt, se encuentra el centro de las relaciones
entre persona y entorno denominada campo perceptual, cuya característica principal es
la organización, con esquemas de fondo y figura. En otras palabras, ver siluetas y
formas sobre un fondo en el campo perceptual es algo innato y espontaneo, o sea, no se
aprende, y estamos predispuestos a verlos (Brennan, 1999). Las figuras completas están,
pues, completas, mientras que las incompletas también están completas gracias a una
característica llamada cerradura, en la cual nosotros completamos la parte de la figura
que falta. Además, las figuras organizadas son estables y tienden a conservar su
estabilidad como unidades estructurales a pesar de los cambios en las características de
los estímulos, llamado constancia de objeto (Brennan, 1999). Finalmente, está la
transposición, que es el reconocimiento de las relaciones sobresalientes y la
transferencia de ese conocimiento de una situación de aprendizaje a otra. Se aprecia, por
ejemplo, cuando reconocemos una melodía aunque cambien sus notas (Brennan, 1999).
Quizá una de las partes más débiles y elusivas del movimiento de Gestalt es el
isomorfismo, que es la explicación de la actividad cerebral que media los procesos
perceptuales (Brennan, 1999). Los psicólogos de la Gestalt estaban en contra de
cualquier modelo asociacionista o sensorial, y ampliaron la investigación psicológica de
la esfera limitada de la experiencia inmediata para que incluyera la experiencia mediata
de la conciencia (Brennan, 1999).
La Teoría del campo fue una teoría derivada de la Gestalt que realizó Kurt
Lewin. Esta argumentaba que la personalidad debe verse en el contexto del campo
dinámico o topológico de las relaciones del individuo con el medio, además de que la
restricción de las descripciones psicológicas a los promedios grupales o a resúmenes
estadísticos pierde de vista al individuo (Brennan 1999).
El psicoanálisis es un movimiento excepcional dentro de la psicología ya que no
es un modelo empírico como los demás, sino que da rienda suelta o libertad en ciertos
aspectos. El pilar del psicoanálisis es la división de los procesos mentales de un
individuo en tres: el Yo, el Ello y el Superyó. El yo se define como todos los procesos
conscientes, en otras palabras, la persona. Después sigue el Ello, que Freud define como
Libido. En el Ello se encuentran todas las pulsiones primitivas, y su único propósito es
satisfacer sus deseos. Finalmente está el Superyó, el cual se define como la moral. El
Superyó es más que todo social, y son las normas o conjunto de normas que nos ayudan
a discriminar que está bien y que está mal. En términos caricaturescos, el Superyó es el
ángel y el Ello el demonio.
El Psicoanálisis desde un principio se oriento por las enfermedades mentales, y
contribuyo a que la psiquiatría fuera reconocida como la rama de la medicina dedicada
en especial a las psicopatologías. Entre los exponentes más notables, se encuentra
Dorothea Dix, quien emprendió una campaña para mejorar las condicione de los
enfermos mentales indigentes, que eran mantenidos en la cárcel o asilos, junto a los
criminales (Brennan, 1999). También sobresale Jean Martin Charcot, quien por medio
de la hipnosis “curaba” a los pacientes histéricos, y dedujo que la catarsis es el método
por el cual se puede ayudar a los histéricos. Éste último paso tiempo con Freud e influyó
muchísimo en su carrera.
Sigmund Freud es conocido como el padre del Psicoanálisis, y a lo largo de su
vida publicó innumerable cantidad de artículos y trabajos que contribuyeron
enormemente al psicoanálisis. Freud rechazaba la hipnosis puesto que pensaba que solo
enmascaraba el problema, y una vez desaparecido el malestar inicial, aparecía otro
nuevo. En vez, Freud optó por la Asociación Libre, en la cual le pedía al paciente que
dijera lo primero que se le viniera a la cabeza, no importase lo que fuera, lo que Freud
luego relacionaba con el inconsciente de la persona. Para Freud, todo consistía en la
reducción de la tensión, la cual era generada al no poder llevar a cabo los deseos. Él
decía que la personalidad estaba determinada por el intento constante de identificar los
medios apropiados para descargas las energías instintivas originadas en las
profundidades del inconsciente (Brennan, 1999). También separó las pulsiones en dos
instintos innatos, los de vida (eros) y de muerte (thanatos). Los instintos vitales
comprenden la conservación e incluyen el hambre, sexo y sed, mientras que los de
muerte se dirigen al interior, como el suicidio o el masoquismo (Brennan, 1999).
Freud tuvo muchos discípulos, entre los cuales cabe notar a unos pocos. Alfred
Alder fue uno de los primeros seguidores de Freud, sin embargo, se separó de él pues
rechazaba la rigidez del sistema freudiano. Por ejemplo, argumentaba que la envidia del
pene no debía tomarse a la letra, sino como los celos simbólicos del dominio masculino
de la sociedad, y pensaba que una negación de la femineidad seria por fuerza neurótica.
Adler introdujo en el psicoanálisis un acento en los aspectos sociales y creativos de la
experiencia y se aparto de la insistencia rígida de Freud en la reducción de la energía
(Brennan, 1999). Carl Jung, otro estudioso seguidor de Freud, se separó del
psicoanálisis para definir su “psicología analítica”. Jung creía que el propósito central
de la personalidad era alcanzar un balance entre fuerzas conscientes e inconscientes
(Brennan 1999). Uno de los términos que llaman más la atención de Jung es el
“inconsciente colectivo”, el cual dice que una fuente más poderosa con contenidos
heredados y compartidos por otros miembros del grupo étnico, como el nacimiento, la
muerte, la unidad, el poder, Dios, el diablo, la magia, el viejo sabio y la madre tierra
(Brennan, 1999). Por último, esta Karen Horney, quien negaba la división estricta y
excluyente de la idea freudiana del ello, yo y superyó, y decía que el complejo de Edipo
no provenía de una relación sexual y agresiva entre padres e hijos, sino de una acción
reciproca emocional entre ambos.
En concreto, el Psicoanálisis dejo una marca en la psicología al abrirse paso
como un paradigma no convencional, y aportó y sigue aportando a las artes, literatura y
filosofía. Aunque no fue predominante en la psicología, termino colocándose
principalmente en la psiquiatría, que es donde mejor se le conoce. Se apartó de los
fundamentos empíricos de nuestra ciencia y comparte poco con otros sistemas que
dependen de esos planteamiento metodológicos (Brennan, 1999).
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