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manual de
ACTUACIONES
en SAlA
Técnicas prácticas del proceso penal
Fernando Pinto Palacios
Purificación Pujol Capilla
Prólogo de José Manuel Maza Martín
CONSEJO DE REDACCIÓN
Pedro González-Trevijano (Presidente)
José María asencio Mellado
Julio Banacloche Palao
Pilar Blanco-Morales liMones
Antonio cayón Galiardo
Guillermo Guerra MarTín
Eugenio llaMas PoMBo
Manuel lóPez Pardiñas
Blanca lozano cuTanda
José Luis MarTínez lóPez-Muñiz
Francisco Pérez de los coBos orihuel
Jesús-María silva sánchez
Enrique arnaldo alcuBilla (Secretario)
MANUAL DE ACTUACIONES
EN SALA
Técnicas prácticas del proceso penal
Fernando Pinto Palacios
Purificación Pujol Capilla
© Fernando Pinto Palacios y Purificación Pujol Capilla, 2014
© Wolters Kluwer España, S.A., 2013
Edita: LA LEY
Edificio La Ley
C/ Collado Mediano, 9
28231 – Las Rozas (Madrid)
Tel.: 902 42 00 10 – Fax: 902 42 00 12
http://www.laley.es
1.ª edición: mayo 2014
ISBN: 978-84-9020-336-1
Depósito Legal: M-13698-2014
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Printed in Spain
1.
ESQUEMA
Este procedimiento se utiliza para investigar y enjuiciar delitos
que estén castigados con pena de prisión superior a nueve años
(por ejemplo, delito de violación o de falsificación de moneda).
Este procedimiento es poco frecuente en la práctica diaria de los
Juzgados, por cuanto está reservado a infracciones penales especialmente graves.
Su regulación se establece en el Libro II (dedicado al sumario o
fase de instrucción) y en el Libro III (dedicado a la fase de juicio
oral o de enjuiciamiento).
El esquema de tramitación de este procedimiento es el siguiente:
En primer lugar, se llevará a cabo la fase de instrucción ante
el Juzgado de Instrucción del partido judicial en el que se haya cometido el delito o, en su caso, ante el Juzgado de Violencia sobre
la Mujer. Si se trata de los delitos competencia de la Audiencia
Nacional, se tramita por el Juzgado Central de Instrucción.
Durante esta fase el Juzgado practicará todas las diligencias de
investigación necesarias para el esclarecimiento de los hechos y
la determinación de las personas responsables. Estas diligencias
pueden ser, por ejemplo, tomar declaración a los testigos, oír a
los imputados, recabar informes periciales o acordar la inspección
ocular del lugar de los hechos.
Una vez que se han practicado todas las diligencias de investigación, existen dos posibilidades:
• Descubrimiento de una persona o personas responsables del
delito. En este caso, el Juzgado dicta auto de procesamiento y, acto
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seguido, recibe una nueva declaración al imputado que se denomina tradicionalmente «indagatoria».
• No descubrimiento de una persona o personas responsables
del delito. En este caso, se dicta auto por el que se declara terminado el sumario y no se procesa a ninguna persona.
En cualquiera de los dos supuestos, el Juzgado debe concluir la
fase de instrucción y remitir los autos originales al órgano competente para enjuiciar los hechos.
En segundo lugar, se tramita la llamada «fase intermedia»
ante la Audiencia Provincial o, en su caso, ante la Sala de lo Penal
de la Audiencia Nacional si se trata de los delitos competencia de
este órgano (artículo 65 LOPJ).
En esta fase procesal, dicho órgano puede acordar cualquiera de
las siguientes opciones:
• Acordar el sobreseimiento provisional o libre de las actuaciones y, por tanto, su archivo.
• Abrir juicio oral contra el procesado.
• Devolver el sumario al Juzgado de Instrucción, de Violencia
sobre la Mujer o, en su caso, Central de Instrucción para que
practique alguna diligencia de investigación adicional o procese a
alguna persona que no lo estaba.
En tercer lugar, se tramita la fase de juicio oral ante la Audiencia Provincial o, en su caso, ante la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional si se trata de los delitos competencia de este
órgano (artículo 65 LOPJ).
En esta fase se practican las pruebas solicitadas por las partes
y admitidas por el Tribunal como, por ejemplo, la declaración de
los acusados, el interrogatorio de testigos o de peritos o la lectura
de documentos.
Cuando termina el juicio, el Tribunal tiene que dictar sentencia
condenando o absolviendo a los acusados, previa valoración de la
prueba según su conciencia.
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2.
FASE DE INSTRUCCIÓN
La finalidad de esta fase procesal es practicar todas las diligencias de investigación necesarias para esclarecer los hechos y
determinar las personas responsables.
En este sentido, el artículo 299 LECR dispone que «constituyen
el sumario las actuaciones encaminadas a preparar el juicio y practicadas para averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos
con todas las circunstancias que puedan influir en su calificación, y
la culpabilidad de los delincuentes, asegurando sus personas y las
responsabilidades pecuniarias de los mismos».
La tramitación de esta fase se realiza de la siguiente manera:
En primer lugar, el Juez tiene que dictar auto de incoación
de sumario. Para ello es necesario que, después de la lectura del
atestado, de la denuncia o de la querella haya llegado a la conclusión de que existen indicios de la comisión de un delito castigado
con pena superior a nueve años de prisión, siempre que no se deba
tramitar a través de otro procedimiento. Así, por ejemplo, el delito
de homicidio está castigado con pena superior, pero su enjuiciamiento corresponde al Tribunal del Jurado (artículo 1 LOTJ).
En segundo lugar, el Juez debe practicar las diligencias de
investigación que considere oportunas. El Ministerio Fiscal y las
demás partes personadas a través de Abogado y Procurador pueden solicitar la práctica de diligencias y el Juez las admitirá si no
las considera inútiles o perjudiciales (artículo 311 LECR).
Es importante tener en cuenta que el Juez puede acordar el secreto de las actuaciones, en cuyo caso solo tendrá acceso a las mismas el Ministerio Fiscal (artículo 302 LECR). Esta medida se adopta
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cuando el conocimiento del proceso por los investigados o terceras
personas puede perjudicar su buen desarrollo. Así, por ejemplo, si
se ha acordado la intervención de una línea telefónica, resulta lógico pensar que el intervenido no tenga conocimiento de esta medida
porque, en tal caso, perdería toda su eficacia investigativa.
La LECR establece que el secreto no debe sobrepasar el mes. Sin
embargo, podrá prorrogarse de manera sucesiva por plazos iguales. En cualquier caso, el Juez debe tener presente que esta medida
restringe el derecho de defensa y, por tanto, su duración no puede
resultar excesiva, para lo cual se deberá atender a la naturaleza y
complejidad del delito investigado.
Las diligencias que puede practicar el Juzgado son de diverso
tipo. Podemos citar las siguientes:
• Declaración del ofendido y/o perjudicado por el delito y efectuar el ofrecimiento de acciones (artículo 109 LECR).
• Inspección ocular del lugar de los hechos (artículos 326 a 333
LECR).
• Ordenar la recogida de piezas de convicción (artículos 334 a
337 LECR).
• Ordenar la práctica de autopsia del cadáver por el Médico Forense (artículo 353 LECR).
• Reconocimiento por el Médico Forense de los perjudicados
(artículo 355 LECR).
• Práctica de análisis químicos (artículo 363, primer párrafo, LECR).
• Obtención y análisis de muestras biológicas del sospechoso
que resulten indispensables para la determinación de su perfil de
ADN (artículo 363, segundo párrafo, LECR).
• Tasación pericial de los objetos (artículo 365 LECR).
• Reconocimiento en rueda del imputado con personas de parecido externo semejante (artículos 368 a 374 LECR).
• Consulta de los Antecedentes Penales del imputado (artículo
379 LECR).
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Este manual ayudará al abogado a tener un completo dominio de las actuaciones que se realizan ante el Juez de Instrucción
y, posteriormente, ante el Tribunal sentenciador. Por tal motivo,
se incluye al inicio de cada Capítulo un esquema que contiene
la información esencial para saber cómo se va a desarrollar cada
actuación procesal. El objetivo es proporcionar pautas para conocer cuándo y cómo se puede recurrir una decisión judicial; cómo
desarrollar un informe oral de una forma clara, bien armada jurídicamente y, además, breve (el tribunal se lo agradecerá); cómo y
qué pruebas debe solicitar y el modo en que éstas deben practicarse; cómo rebatir la prueba de contrario, etc.
ISBN: 978-84-9020-336-1
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788490
203361
www.laley.es
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¿
Puedo hablar con mi cliente antes de que
la Policía le tome declaración? ¿Debo
decir algo si mi cliente no se parece a los
otros que forman la rueda de reconocimiento?
¿Puedo proponer nuevas pruebas al comienzo
de las sesiones de juicio oral? ¿Qué puedo
hacer si se deniega el procesamiento de un
imputado? ¿Debo recomendar a mi cliente que
preste declaración como imputado cuando las diligencias aún están
secretas? ¿Qué pasa si mi cliente reconoce su culpabilidad ante el
Juez de Instrucción? ¿Qué puedo decir al Tribunal si no ha venido
un testigo fundamental para mi acusación? ¿Es necesario que haga
constar protesta cuando me deniegan un medio de prueba? ¿Puedo
pedir la condena del acusado basándome solo en la declaración de la
víctima? ¿Qué plazo tengo para presentar un escrito de acusación?
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