TSM REC 52.2013Abre en nueva ventana

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Roj: STS 1072/2014
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Militar
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 52/2013
Nº de Resolución:
Fecha de Resolución: 06/03/2014
Procedimiento: RECURSO CONTENCIOSO-DISCIPLINARIO MILITAR.
Ponente: FRANCISCO MENCHEN HERREROS
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
Art. 17.6 de la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de diciembre, del Régimen Disciplinario de
las Fuerzas Armadas. "Haber sido condenado por sentencia firme en aplicación de
disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con dolo que
lleve aparejada la pena de prisión". Sanción de separación del servicio.
Proporcionalidad adecuada a la realidad de los hechos de la condena penal.
Encabezamiento
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a seis de Marzo de dos mil catorce.
Visto el Recurso Contencioso-Disciplinario Militar Ordinario núm.
204/ 52/2013 que ante esta Sala pende, interpuesto por la Procuradora de los
Tribunales Doña Raquel Gómez Sánchez, en nombre y representación del Cabo
Permanente del Ejército de Tierra Don Horacio , contra la Resolución del Ministro de
Defensa de 28 de diciembre de 2012, confirmatoria en reposición de la de dicha
autoridad de fecha 19 de junio de 2012, por la que se le impuso la sanción disciplinaria
extraordinaria de "Separación del servicio". Ha sido parte recurrida el Abogado del
Estado y han concurrido a dictar Sentencia los Excmos. Sres. Presidente y Magistrados
antes mencionados bajo la ponencia del Excmo. Sr. D. Francisco Menchen Herreros
quien, previas deliberación y votación, expresa el parecer del Tribunal.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En virtud de Resolución del Ministro de Defensa de
19 de junio de 2012, recaída en el Expediente Gubernativo núm. NUM000 , le fue
impuesta al Cabo Permanente del Ejército de Tierra Don Horacio la sanción disciplinaria
extraordinaria de "Separación del servicio", como autor de la causa prevista en elnúm.
6 del art. 17 de la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de diciembre, de Régimen Disciplinario
de las Fuerzas Armadas, consistente en "haber sido condenado por sentencia firme en
aplicación de disposiciones distintas al Código Penal Militar, por un delito cometido con
dolo que lleve aparejada la pena de prisión".
SEGUNDO.- Los hechos que fundamentan la sanción impuesta
que forman parte de la resolución punitiva son los siguientes:
"1.- El Cabo MPTM Don Horacio fue condenado porsentencia
dictada el 3 de julio de 2008 por la Audiencia Provincial de Burgos, en el marco del
sumario nº 04/06 a la pena de dos años de prisión por un delito de agresión sexual,
ocho meses de prisión por un delito de maltrato en el ámbito familiar, nueve meses de
prisión por un delito de coacciones, un año y nueve meses de prisión por un delito de
amenazas graves y cinco días de localización permanente por una falta de vejaciones
injustas con las consiguientes accesorias.
Consta en la causa referenciada auto de firmeza de fecha 24 de
julio de 2009, dictado tras ser confirmada por el Tribunal Supremo en casación la
pronunciada por la Audiencia Provincial de Burgos condenando al expedientado a las
penas referidas en el apartado anterior.
2.- Los hechos declarados probados en la indicada sentencia
consistieron sustancialmente en lo siguiente:
<<El acusado Horacio , mayor de edad y sin antecedentes
penales tras haber mantenido una relación sentimental estable con Ruth , durante 18
meses, aunque no de forma continuada y que finalizó a instancia de ésta
definitivamente en el mes de diciembre de 2005, ha intentado en diversas ocasiones
ponerse en contacto con la misma con el fin de retomar la relación ejerciendo presión
sobre su voluntad, enviándole cartas, así como presentándose en los lugares públicos
frecuentados por la misma, a la salida del trabajo y a veces en presencia de su hija
menor de edad y enviándole numerosos mensajes desde su móvil personal...>>, de
contenido ofensivo que por su extensión no se reproducen y que aparecen
íntegramente reflejados a los folios 17 al 19, correspondiente al resultando de hechos
probados de la sentencia condenatoria.
De todo el relato fáctico ha de destacarse para la adecuada
valoración de la condena de la que trae causa este expediente, el antecedente relatado
en el apartado 4º, que hace referencia literal a que sobre las 10 horas del 8 de abril de
2006 <<...el acusado acudió al domicilio de Ruth sito en la CALLE000 nº NUM001 ,
NUM002 NUM003 . de esta capital, comenzando a llamar insistentemente al timbre y
al teléfono de ésta pidiéndole que le abriera la puerta para hablar con ella, mientras le
insistía en que se fuera, pese a lo cual finalmente accedió a abrirle la puerta con el fin
de no molestar a los vecinos y pensando que si aquél la encontraba sola se marcharía.
A continuación, el acusado entró precipitadamente en la casa,
abalanzándose sobre Ruth sujetándola de las muñecas con los brazos en la espalda,
arrastrándola hasta su habitación, donde tras cerrar la puerta por dentro, cogió las
llaves guardándoselas en el interior de sus calzoncillos, comenzando a insultar a
aquélla y a preguntarle con quién había estado a la vez que se quitó bruscamente la
camisa arrancándose los botones, mientras la empujaba contra las paredes y le
preguntaba por el teléfono móvil, el cual, tras encontrarlo y comprobar los mensajes
que tenía lo partió por la mitad.
Seguidamente, la tiró sobre la cama y, colocándose de rodillas a
horcajadas sobre ella, poniendo una pierna a cada lado, mientras que con una mano le
sujetaba las muñecas, con la otra comenzó a tocarle los pechos, a la vez que le decía
"pégame que soy un hijo de puta y un cabrón" insistiendo en que volviese con él,
intentando introducirle un dedo en la vagina con el fin de provocarla y excitarla,
consiguiéndolo en una ocasión, permaneciendo así por espacio de una hora y cuarto,
mientras Ruth no paraba de llorar y gritar, justo hasta que vomitó, momento en que
aquél le manifestó que "qué quería que hiciera para que volviese con él", insinuándole
que si quería se agachaba y chupaba lo que había vomitado.
Inmediatamente, cuando aquél comprobó que Ruth se sentía muy
mal y al pedirle ésta que necesitaba tomar un café, la soltó, accediendo a acompañarla
hasta un bar dirigiéndose hasta la cafetería "Hifi", sita en la calle San Pablo de esta
ciudad, donde el acusado se puso de rodillas diciéndole "que le perdonara, que haría lo
que ella quisiera para que volviese con él", y al salir cuando la víctima vio a un policía,
le dijo que se iba, marchándose del lugar, mientras aquél comenzó a dar puñetazos a
un kiosco de la ONCE existente en las inmediaciones del lugar.
A consecuencia de la agresión descrita, ese mismo día Ruth fue
asistida en el servicio de urgencia del Hospital General Yagüe de Burgos sufriendo
lesiones consistentes en: "Equimosis en brazo derecho" (por encima del codo),
antebrazo izquierdo en región dorsal-lumbar, así como "erosiones en mano izquierda y
en región lumbar", precisando para su sanidad de una primera asistencia facultativa
que no fue seguida de tratamiento médico o quirúrgico, con cuatro días de
estabilización lesional, sin impedimento alguno para el ejercicio desus ocupaciones
habituales>>".
TERCERO.- Contra dicha Resolución el Cabo del Ejército de
Tierra sancionado interpuso recurso de reposición, que fue desestimado por Resolución
del Ministro de Defensa el 28 de diciembre de 2012.
CUARTO.- Por medio de escrito que tuvo entrada en el Registro
General de este Tribunal con fecha 19 de marzo de 2013, la Procuradora de los
Tribunales Doña Raquel Gómez Sánchez, asistida de la Letrada Doña María Dolores
Flores González, actuando en nombre y representación de Don Horacio , interpuso ante
esta Sala Recurso Contencioso-Disciplinario Militar contra la Resolución del Ministro de
Defensa de 28 de diciembre de 2012.
Solicitado al Ministerio de Defensa el Expediente Gubernativo y
recibido el mismo, se concedió al recurrente el plazo de quince días para que dedujera
la demanda correspondiente, trámite que efectuó mediante escrito presentado el 19 de
julio de 2013 y en el que, tras las alegaciones que consideró oportuno formular según
su derecho, el interesado formuló el siguiente suplico:
"...Tenga por presentado este escrito con los documentos y
copias que lo acompañan y por devuelto el expediente administrativo y tener por
formulada y deducida demanda, en tiempo y forma legales, y previos los trámites
oportunos, proceder a dictar sentencia en la que se declare la nulidad de los siguientes
actos:
- La nulidad de la Resolución de fecha 28 de diciembre de 2012
dictada por el Excmo. Sr. Ministro de Defensa, por medio de la cual se acuerda
desestimar el recurso de reposición interpuesto contra la Resolución de fecha 19 de
junio de 2012, dictada por el Excmo. Sr. Ministro de Defensa, por la que se acordó
imponer a esta parte la sanción disciplinaria extraordinaria de separación del servicio
como autor de la causa prevista en elartículo 17.6 de la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de
diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadaspor no ser conforme a
Derecho.
- La anulación de la sanción impuesta de separación del servicio y
la sustitución por la sanción de suspensión de empleo, o en su caso, la menor de las
previstas por comisión de falta muy grave.
- La restitución de la situación jurídica individualizada, con el
reconocimiento de todos los efectos económicos y administrativos que le fueran
favorables a contar desde que se acordara la separación del servicio.
- La restitución de mi mandante a su anterior destino si a su
derecho conviniere.
- La recuperación de su situación en el escalafón, incluido el
ascenso que hubiera podido corresponderle.
- El cómputo del tiempo transcurrido separado del servicio a
efectos del tiempo de servicios, trienios y derechospasivos".
En el mismo escrito interesó el recibimiento a prueba del recurso,
señalando los puntos de hecho sobre los que habrá de versar la misma.
QUINTO.- Dado traslado del escrito de demanda al Abogado del
Estado por plazo de quince días, formuló contestación en la que terminaba suplicando
a la Sala la desestimación del recurso por ser plenamente ajustada a Derecho la
resolución disciplinaria que se impugna.
SEXTO.- Habiéndolo solicitado el recurrente en su escrito de
demanda, mediante Auto de fecha 30 de septiembre de 2013 la Sala otorgó el
recibimiento a prueba en el presente recurso, por el plazo de veinte días comunes para
proponer y practicar, formándose el correspondiente ramo de prueba con el resultado
que obra en las actuaciones.
SÉPTIMO.- No habiéndose solicitado por las partes la celebración
de vista y no estimándolo necesario la Sala, se concedió el plazo de diez días para que
formularan sus respectivos escritos de conclusiones acerca de los hechos alegados, la
prueba practicada y los fundamentos jurídicos en que, respectivamente, apoyaran sus
pretensiones. Evacuado el traslado por ambas partes, el Abogado del Estado interesó
que se dé por reproducida la súplica de su escrito de contestación, solicitando el
recurrente que se dicte sentencia en la que se estimen todos y cada uno de los
pedimentos contenidos en el suplico del escrito de demanda.
OCTAVO.- Por providencia de fecha 21 de enero de 2014 se
acordó señalar el día 4 de febrero siguiente para la deliberación, votación y fallo del
recurso, acto que se llevó a cabo en los términos que se recogen en la parte dispositiva
de esta Sentencia.
HECHOS PROBADOS
La Sala acepta el relato de Hechos Probados que se reproducen
en el Antecedente de hecho Segundo de esta resolución.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- La alegación de caducidad del
procedimiento disciplinario que el recurrente invoca para solicitar la nulidad de la
resolución disciplinaria no puede ser acogida. Funda su pretensión de caducidad en que
se ha superarlo el plazo de seis meses para resolver el expediente invocando la
aplicación de la regulación general de la Ley 30/1992, del Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, a pesar de que el
recurrente manifiesta conocer el tratamiento que recibe la caducidad en el ámbito
castrense y refiriéndose también al proyecto de Ley Orgánica del Régimen Disciplinario
de las Fuerzas Armadas que se publicó en el Boletín Oficial de las Cortes Generales de
13 de mayo de 2013 y se encuentra en tramitación parlamentaria.
Decimos que la pretensión de caducidad del
expediente debe ser rechazada porque, como dice conocer el recurrente, nuestra
jurisprudencia, desde laSentencia del Pleno de 14 de febrero de 2001,
viene<<reiteradamente negando la operatividad de esta figura jurídica en el ámbito
disciplinario de las Fuerzas Armadas, como consecuencia de la especificidad del mismo
proclamada en laDisposición Adicional 8ª y en elartículo 127.3 de la Ley 30/1.992, lo
que, en consecuencia, excluye la aplicación de la última normativa al específico ámbito
castrense, en los términos delartículo 44.2 de la Ley 30/1.992sobre archivo de las
actuaciones con los efectos previstos en su artículo 92.
En concreto, en dicha Sentencia declarábamos que
"el régimen disciplinario específico de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, es
ajeno a los efectos generales que se predican de la caducidad de los expedientes y
procedimientos sancionadores" y que "el efecto que se sigue del agotamiento del plazo
previsto para la tramitación y conclusión del Expediente, de seis meses en el presente
caso, es el de volver a contarse el plazo de prescripción de la falta, entendido como
volver a computarse de nuevo e íntegramente el plazo prescriptivo que corresponda",
señalando también que "las actuaciones practicadas en el Expediente no concluido
tempestivamente son válidas y tienen eficacia, cuando la Resolución sancionadora se
dicte y notifique dentro del plazo de prescripción, sin perjuicio de la responsabilidad en
que pudiera haber incurrido el funcionario por irregularidad en la tramitación".
Por ello, venimos insistiendo en que la superación
del plazo legalmente previsto para la tramitación de los Expedientes disciplinarios -de
seis meses en el presente caso por tratarse de falta muy grave, según establece
elartículo 64.1 LO. 8/1.998-, solo produce el efecto de reanudar el plazo prescriptivo
que corresponda según la clase de infracción, el cual deberá computarse de nuevo y
desde el principio (Sentencia de 13 de noviembre de 2013,que a su vez cita las de 14
de febrero de 2001,3 de Junio de 2003,10 de noviembre de 2005,3 de julio de 2006,17
de enero de 2008,14 de septiembre de 2009y4 de febrero,17 de junio de 2010y4 de
julio de 2012).
Así las cosas, carece de relevancia, a los efectos de
apreciar la alegada caducidad, el hecho de que la resolución que ponía fin al
expediente sancionador se dictara transcurridos ya los seis meses legalmente previstos
para la tramitación del mismo, por lo que el motivo debe ser desestimado>>.
SEGUNDO.- Se refiere en segundo término el
demandante a la aplicación del principio de proporcionalidad al estimar que la decisión
adoptada de separarlo de las Fuerzas Armadas adolece de falta de criterio
proporcionado e individualizado a las circunstancias concurrentes, de conformidad con
lo dispuesto en elart. 6 de la Ley Orgánica del Régimen Disciplinario de las Fuerzas
Armadas.
Sostiene el recurrente que la sanción trae su razón
o causa de los hechos"de la Sentencia condenatoria dictada por la Audiencia Provincial
de Burgos (Sección nº 1), en el marco del Sumario nº 04/06, a la pena de dos años de
prisión por un delito de agresión sexual, ocho meses de prisión por un delito de
maltrato en el ámbito familiar, nueve meses de prisión por un delito de coacciones y
un año y nueve meses por un delito de amenazas graves, con las consiguientes
accesorias".Los hechos por los que fue condenado tuvieron lugar en el ámbito de su
esfera privada, sin que trascendiera a las Fuerzas Armadas ni se produjera lesión o
daño a dicha Institución. Tampoco cabe apreciar que se prevaliera de su condición
militar para llevar a cabo su conducta que ya fue valorada por el órgano judicial que lo
ha condenado. Por ello, entiende que procede para"ajustar la sanción a la naturaleza y
gravedad de los hechos con individualización de las circunstancias concurrentes del
autor, teniendo en cuenta los informes favorables, que no ha existido afectación al
servicio, ni trascendencia pública de la conducta enjuiciada, que durante el proceso
penal el recurrente prosiguió con su trayectoria profesional sin ninguna modificación,
que el recurrente fue acreedor de una alta consideración por sus mandos, que goza
con unos informes personales de calificación muy positivos, que cuenta con un historial
profesional sin tacha disciplinaria alguna, y que la conducta enjuiciada, por muy
reprochable que resultara y por la que recibió el castigo por la vía penal, respondió a
un hecho aislado en la vida de mi patrocinado que no puede conllevar una calificación
irreversible o perjuicio irreparable, se considera que, de merecer reproche disciplinario,
la sanción a imponer debe ser la de suspensión de empleo", que propuso la
Instructora.
Sin embargo, no cabe acoger tal objeción, pues con
independencia de la argumentación que hubiera podido formular la Instructora del
expediente en su propuesta de resolución, es lo cierto que la Autoridad disciplinaria
explicita suficientemente las razones de su elección de la más grave de las sanciones,
al señalarse en la resolución sancionadora que:"a las consideraciones incorporadas a la
sentencia para la determinación de la pena y a la entidad de las penas impuestas, una
vez sumadas todas ellas, así como al carácter que motivó la condena, especialmente
ominoso -consistente en síntesis, en acosar, coaccionar, amenazar y agredir
sexualmente a su ex-compañera sentimental-, ha de añadirse la trascendencia de la
condición profesional del condenado, la entidad de la condena impuesta, que no admite
un horizonte razonable de posible rehabilitación y el tratamiento jurisprudencial de
supuestos análogos, del que resultanuestra la sentencia de 5 de junio de 2011, que en
relación con un delito también contra la libertad sexual, confirmó la separación del
servicio, argumentando que <<...resultarán determinantes en el ámbito de las Fuerzas
Armadas para escoger, entre las diferentes sanciones que ofrezca la norma
sancionadora, los criterios que ofrece elartículo 6 de la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de
diciembre, que regula su régimen disciplinario, y que establece que "las sanciones que
se impongan en el ejercicio de la potestad disciplinaria militar guardarán proporción
con los hechos que las motiven y se individualizarán atendiendo a las circunstancias
que concurran en los autores y a las que afecten o pueda afectar al interés del
servicio".Y en este caso, cuando la condena penal por delito transciende al ámbito
disciplinario y la base del reproche reside en la afectación de los deberes de honradez
y probidad, exigibles a los miembros de las Fuerzas Armadas por su condición de
militares, resulta evidente que para elegir la sanción a imponer resultan decisivas la
naturaleza y la gravedad del delito y de los hechos que dieron lugar a la condena>>,
concluyendo en definitiva en que:<<...la condena impuesta y la especial naturaleza y
gravedad de los hechos que la han motivado, justifica, por sí sola y sobradamente, la
adecuada proporcionalidad e individualización de la sanción disciplinaria, que acordó
imponer la Ministra de Defensa, sin que los datos favorables que se alegan, ni el buen
comportamiento profesional del expedientado puedan compensar o atemperar tal
gravedad de la conducta y aminorar la importancia del reproche y la sanción, ni sirvan
para desvirtuar el juicio de indignidad y descrédito que los hechos comportan y que
demuestran la incompatibilidad del recurrente para seguir perteneciendo a las Fuerzas
Armadas>>.
En el caso que examinamos, los criterios de
individualización apuntados por la Instructora del procedimiento, invocando los
favorables informes del Coronel Director del Establecimiento Penitenciario Militar y el
Teniente Jefe de la Sección de protección de la Comandancia Militar de Vizcaya, no
pueden contrarrestar la naturaleza de al menos uno de los delitos cometidos -agresión
sexual- y la extensión de las condenas impuestas, que se prolonga a cinco años y dos
meses, circunstancias éstas (la naturaleza del delito y la larga duración de la pena de
prisión) que excluyen cualquier pretensión individualizadora, al resultar la única
sanción proporcionada a los hechos cometidos la que supone la ruptura del vínculo con
las Fuerzas Armadas, es decir, la separación del servicio.
A mayor abundamiento, el informe de conducta
penitenciaria aludido, hace referencia exclusiva al comportamiento observado en el
interior del centro, lo cual, al igual que la carta de arrepentimiento aportada, coadyuva
a efectuar un favorable pronóstico sobre la reinserción social y laboral del Cabo
Horacio , una vez que salde su deuda con la sociedad, pero no puede desvirtuar la
repugnancia que merecen los delitos cometidos desde el punto de vista de la
deontología castrense, ni tampoco la consideración de que la prolongada situación de
internamiento a la que se encuentra compelido -con constancia incluso de otra
condena posterior por quebrantamiento de medida cautelar (informe obrante al folio
80)-, permita concluir sobre la viabilidad de la reintegración a los Ejércitos del
sancionado, tras un prolongado periodo de tiempo alejado de ellos.
En definitiva y para concluir, cuando, según
criterios de estricta proporcionalidad, como aquí sucede, la única sanción es, por razón
de la naturaleza de la condena y la extensión de la pena, la de separación de servicio,
de ejecución instantánea y no susceptible de variación en su intensidad o rigor, no
pueden entrar en juego criterios de individualización del castigo, por razón de las
circunstancias personales del autor, o incidencia en el servicio, pues aún cuando la
evaluación de tales criterios de valoración fuera la más favorable para el interesado, la
respuesta punitiva proporcionada al injusto cometido habría de ser necesariamente la
más rigurosa. En resumen, el memorial de servicios meritorios y recompensas
anteriores más brillante, no puede determinar la exclusión de la sanción más aflictiva,
cuando la naturaleza de la infracción cometida, objetivamente ponderada, impone la
ruptura definitiva del vínculo con el Ejército del que se forma parte.
Sin perjuicio de que la conducta del sancionado
quebrantó claramente y en cualquier contexto los principios de probidad y rectitud que,
como norma de vida, imponen al militar losartículos 15,24y42 de las Reales
Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, vigentes al tiempo de ocurrir los hechos, así
como el deber de respetar la dignidad y los derechos inviolables de la persona -regla
esencial Quinta delart. 4.1 de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la Carrera
Militar.
Por ello, la condena impuesta y la especial
naturaleza y gravedad de los hechos que la han motivado justifica, por sí sola y
sobradamente, la adecuada proporcionalidad e individualización de la sanción
disciplinaria, que acordó imponer el Ministro de Defensa, sin que los datos favorables
que se alegan ni el buen comportamiento profesional del expedientado puedan
compensar o atemperar tal gravedad de la conducta y aminorar la importancia del
reproche y la sanción, ni sirvan para desvirtuar el juicio de indignidad y descrédito que
los hechos comportan y que demuestran la incompatibilidad del recurrente para seguir
perteneciendo a las Fuerzas Armadas.
Consecuentemente, una vez valorados los hechos
que dieron lugar a la condena penal y apreciada la manifiesta gravedad de la conducta
y la clara trasgresión del mínimo comportamiento ético a que estaba obligado el
sancionado, la Sala encuentra justificada la sanción impuesta, lo que nos lleva a
desestimar el presente motivo.
TERCERO.- El último apartado de la demanda se
refiere de nuevo a la sanción impuesta afirmando que:"En el presente caso, la
determinación de la sanción impuesta por la Administración disciplinaria se ha
obtenido, ya se ha dicho, de forma arbitraria, sin que pueda llegar a determinarse por
qué se considera acertada y ajustada a Derecho la imposición de la sanción de
separación del servicio y no otras diferentes y menos gravosas, previstas también para
este tipo de faltas de naturaleza muy grave. Y por ello, cabe señalar que resulta
inadmisible que la Administración sancionadora pueda tener un tan amplio margen,
que posibilite actuaciones arbitrarias o de una discrecional exacerbada, y pueda
imponer, sin mayor justificación, la sanción que en cada caso le parezca oportuna".
Advierte el demandante que:"se deja en manos de
la Administración disciplinaria la facultad de establecer, de forma arbitraria, o al menos
discrecional, qué sanción debe imponer en cada caso, algo que no resulta
mínimamente compatible con los principios de seguridad jurídica y de interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos reconocidos en elapartado 3 del artículo 9 de la
CE".
Ello supone a su juicio"una vulneración del principio
de legalidad en su vertiente de predeterminación de las sanciones aplicables y de los
criterios de graduación de las mismas, en la medida que con la misma se produce en la
práctica una verdadera deslegalización, dejando en manos de la Administración
disciplinaria, la determinación de la sanción procedente, incluso de su extensión den
determinados casos, de tal forma que aquella obedece a criterios arbitrarios o
discrecionales, no compatible con el citado principio de legalidad, en su vertiente de
derecho, fundamental, al amparo delapartado 1 del artículo 25 de la CE".
Ante estas genéricas afirmaciones, que vuelven a
insistir en la disconformidad con la imposición de la sanción de separación de servicio
al demandante, hemos de remitirnos al Fundamento de Derecho anterior donde se
hace extensa referencia a la motivación que sustenta la determinación de la sanción
impuesta por la Administración disciplinaria, que la Sala entiende que justifica la
adecuada proporcionalidad e individualización de la misma, sin que quepa apreciar
vulneración alguna de los principios de legalidad, seguridad jurídica e interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos (arts. 25.1y9.3 de la Constitución Española)
alegados por el demandante.
La resolución debe ser confirmada, y por ende
desestimado el recurso.
CUARTO.- Las costas deben declararse de oficio, al
administrarse gratuitamente la Justicia Militar, conforme alartículo 10 de la L.O.
4/1.987 de 15 de julio.
En consecuencia,
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el Recurso
Contencioso-Disciplinario Militar Ordinario núm. 204/ 52/2013 , interpuesto por la
Procuradora de los Tribunales Doña Raquel Gómez Sánchez, en nombre y
representación del Cabo Permanente del Ejército de Tierra Don Horacio , contra la
Resolución del Ministro de Defensa de 28 de diciembre de 2012, confirmatoria en
reposición de la de dicha autoridad de fecha 19 de junio de 2012, por la que se le
impuso la sanción disciplinaria extraordinaria de "Separación del servicio", como autor
de la causa prevista en elnúm. 6 del art. 17 de la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de
diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, consistente en "haber
sido condenado por sentencia firme en aplicación de disposiciones distintas al Código
Penal Militar, por un delito cometido con dolo que lleve aparejada la pena de prisión",
Resolución que declaramos firme. Sin costas.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección
Legislativa, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia
por el Magistrado Ponente Excmo. Sr. D. Francisco Menchen Herreros estando el
mismo celebrando audiencia pública en el día de la fecha, de lo que como Secretario,
certifico.
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