La Mujer en Sudán - Africa, cuestión de vida. Africa, cuestión debida.

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La Mujer en Sudán
Expedita Pérez
Esta noche compartiré con vosotros algo de lo mucho que viví y aprendí de las mujeres
en Sudán del Norte.
Para empezar diré que llegué allí el 18 de Septiembre de 1996 y permanecí hasta el día
22 de Diciembre del 2004.
En Sudán del Norte encontré Mujeres del Norte (árabes musulmanas en su mayoría) y
mujeres del Sur, que escapando de la guerra se vinieron allí (negras, de religiones
tradicionales africanas y unas minorías cristiana y musulmana).
Vi una gran diferencia entre ambos grupos de mujeres.
Las mujeres Árabes Musulmanas generalmente están recluidas en el ámbito familiar,
donde su principal labor es la de procrear y cuidar de la educación de los hijos en sus
primeros años de vida.
Ellas están sujetas a la ley islámica que en general discrimina la mujer (divorcio,
adulterio, herencia, propiedades, ablación, educación…).
Entre ellas necesitamos también distinguir entre la clase alta-media y la clase pobre.
Estás últimas necesitaban salir a la calle en busca de trabajo para mantener a sus hijos,
como las mujeres del sur.
Las mujeres del Sur, la gran mayoría muy pobres, son los pilares de sus familias y
también de las comunidades cristianas.
Mujeres y Economía:
Sobre ellas pesa el 90% del agua que se consume, y a ellas pertenece el 85% del trabajo
que se realiza.
Ellas llegan el norte con sus hijos, solas o con sus maridos. Estos en general encuentran
muchas más dificultades para encontrar trabajo o capacidad para adaptarse a esa nueva
realidad. Por ello son ellas las que aparte de los embarazos continuos, del trabajo de la
casa , del ir a buscar agua y leña cada día, deben salir a la calle en busca de un trabajo
renumerado que le permita alimentar mínimamente a sus hijos.
Mujeres y política:
Hasta el momento que yo dejé Sudán la mujer no tenía ningún papel en la política…
Mujer y Educación:
La Educación en Sudán del Norte no ha sido una prioridad de sus gobernantes en los
últimos años. Las estructuras y medios muy precarios y con poca continuidad. Los
maestros no reciben sus salarios por muchos meses y ellos lo pretenden de los niños!
Todo esto porque el centro de sus intereses estaba en la guerra que desde hacía años
existía entre el norte y el sur del país.
En Sudán como en muchos otros países africanos la educación no ha sido vista
necesaria para la niña o mujer .Solo en los últimos años y gracias a la labor de las
diferentes iglesias y ONG allí presentes, las niñas y mujeres han tenido la posibilidad de
acceder al menos a las primeras cursos de la enseñanza básica.
El porcentaje de mujeres árabes que saben leer y escribir es mayor que el de las mujeres
negras del sur, entre las cuales el analfabetismo es más elevado.
Mujer, salud y maternidad:
En una situación de emergencia continua es la mujer la que más sufre las consecuencias
pues ella por vocación y por tradición ofrecerá lo poco o mucho que hay en casa a sus
hijos y marido a la hora de comer… y ella será la última…si queda algo.
Por otra parte ella normalmente cada dos años lleva dentro de si otra vida ( en otras y
frecuentes ocasiones, cada año…) y por tanto se va debilitando año tras año, y con ella
esa nueva vida que nace lo hace ya seriamente dañada en sus genes por la falta de una
alimentación justa y básica.
Muchas mujeres mueren durante el embarazo, o durante o después del parto, por
anemia crónica! Muchas mueren también por falta de asistencia en los casos difíciles y
por falta de medios para ir al hospital más cercano (transporte , dinero, miedo…).
Mujer y conflicto bélico:
En el Norte de Sudán la mujer no participa directamente en la guerra (creo que en el
SUR si lo ha hecho en algunos casos). Ellas muchas veces son usadas como arma para
anular o humillar al enemigo (abusos, violaciones sistemáticas).
En mi experiencia allí tuve la suerte de conocer a un grupo de mujeres, árabes, negras,
musulmanas, cristianas… que semanalmente se encontraban para rezar juntas por la Paz
y también para vivir entre ellas la reconciliación y curación necesarias para pode vivir
en Paz y con justicia.
Sé que también en Kenia existían otros grupos de mujeres sudanesas que trabajaban por
la Paz y la reconciliación entre estos dos mundos tan diferentes entre ellos.
He visto que la mujer allí buscaba por todos los medios construir puentes de diálogo y
reconciliación, posiblemente porque como madres sentían en su carne los efectos de la
muerte y violencia ejercida sobre sus hijos, maridos, hermanos y padres.
En el acuerdo de paz firmado en el 2005 por las dos partes del país, aparecen
solamente nombres de hombres… pero detrás de ese tratado existen muchísimas
mujeres que en modos diferentes han trabajado por la Paz y la Reconciliación, y que
continúan haciéndolo.
Mujer y desarrollo:
En un contexto islámico donde la mujer tiene muy poca libertad y derechos, no es fácil
para ella poner al servicio de los demás todas sus capacidades. He conocido algunas de
ellas ayudadas por nosotras que han empezado la producción de la coloración de las
telas, la confección de vestidos típicos africanos…. Llegando incluso a dar trabajo ellas
mismas a hombres ¡!!!! Algo inaudito en ese mundo!
Hace muy poco tiempo, detuvieron en Khartoum a una mujer y al propietario de la
gasolinera, por haberle dado él trabajo a ella ( servir la gasolina a los clientes!!!).
La niña:
Las niñas que yo encontré en su gran mayoría cargaban ya desde los 4 años a un
herman@ pequeñ@ en su cintura, ayudaban a ir a traer el agua, la leña y a hacer los
quehaceres de la casa…. Para ellas en general la escuela estaba prohibida.
Normalmente casadas a edades muy tempranas y sin su consentimiento…Madres a los
14-15 años…
En algunos casos también domésticas en casa de los árabes pudientes…. Y en algunas
ocasiones violadas y humilladas.
La abuela:
Las abuelas, cuando existen, ayudan a tener a los pequeños mientras la Mamá está
fuera en el trabajo. En su ambiente en el sur eran muy respetadas y consideradas sabias.
En el Norte, muchos de los valores que regían sus vidas desaparecen, en parte porque la
familia y sociedad de clan ha sido deshecha, en parte por la fuerte influencia del mundo
islámico… A ellas las he visto dar a sus nietos el pellejo que les quedaba por pecho
para que ellos chuparan y creyeran que estaban bebiendo leche… He encontrado a
muchas abuelas como responsables de sus nietos (las mamás habían muerto o estaban
en la cárcel por la merisa, bebida alcohólica que ellas hacen para poder vivir aunque si
el alcohol está prohibido en el norte ).
Dediqué parte de mi tiempo de cada día a las mujeres, trabajando para ayudarlas en su
desarrollo integral como personas. Todo esto junto al comité de mujeres local. Pero con
sinceridad tengo que decir que de ellas recibí mucho más de lo que pude ofrecer.
• En ellas pude ver el amor a la vida, llevada hasta el extremo de elegir dar sus
vidas por la de sus hij@s, de intentar defender la vida con todas sus fuerzas. En
ellas pude fuertemente percibir el corazón de una Madre.
• En esa realidad de embrutecimiento por las circunstancias, senti la fuerza de su
fidelidad al compromiso asumido en el matrimonio y la fuerza de su esperanza
en que un dia todo lo bueno que la persona lleva dentro de si pueda salir y dar
frutos.
• La Fe en Cristo entre las cristianas y su cercanía a los más pobres entre los ya
pobres ( ancianos, enfermos, viudas, huérfanos…).
• Su solidaridad y empatía con los demás.
• Sus deseos de aprender y crecer como personas y como creyentes.
• Su compromiso en crear puentes de reconciliación y de perdón…y su
ESPERANZA en que la Paz era posible y no solo una utopía!
Las mujeres en la Iglesia :
Son la mayoría y además son los verdaderos pilares de ésta.
Ellas no aparecen en los diferentes grupos que deciden o toman decisiones, pero son las
que realizan el 90% del servicio de la comunidad cristiana ( en casi todos los ámbitos).
Son ellas las que conocen por nombres a los más necesitados, son ellas las que van a
visitarlos, a procurarles el tipo de ayuda que necesitan…).
Llevo conmigo memorias de nombres , rostros, historias ( Teresa, Batul, Rebeca,
Emilia, Lucia, Mary,Verónica, Elisabeth, Jazmin, Nura, Elisa…) que son parte de mi
propia historia de salvación y por las cuales daré siempre gracias a Dios.
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