SALUDO DE BIENVENIDA Fundación Benito Menni En nombre de la Fundación Benito Menni, expreso a todos ustedes mi cordial saludo de bienvenida a esta “Jornada Solidaria” a favor de África, en la que se presentará el documental “Senderos de Dignidad” y el caso concreto de Guinea. Es una jornada que hemos organizado juntamente con la Provincia de Madrid de las Hermanas Hospitalarias. En primer lugar, permítanme expresar mi agradecimiento Un agradecimiento sincero, también, a la Congregación de las Hermanas Hospitalarias por su apoyo constante de forma especial a esta casa que hoy nos acoge. Mi enhorabuena a las organizadoras de la jornada, por su constancia y su trabajo; ellas han sabido afrontar las distintas dificultades para que pudiera llevarse a cabo. Esta jornada tiene por objetivo acercar la realidad del continente africano a todos nosotros y a nuestra sociedad en general; el documental “Senderos de dignidad” y las experiencias de primera mano de quienes hoy estarán con nosotros nos introduce en el tema de la Salud Mental en África y hará que regresemos a nuestras casas con nuevas inquietudes. El continente africano afronta hoy un doloroso contraste: por una parte, posee una enorme riqueza y un gran potencial de desarrollo debido a la abundancia de sus recursos y a lo joven que es su población, (…); y por otra, la mayoría de los países africanos ocupan hoy los últimos puestos del índice de desarrollo humano en el mundo y la esperanza de vida de sus habitantes sigue bajando cada año. (Javier Ojeda que, en el lanzamiento de la campaña “África cuestión de vida cuestión debida”) A pesar de los pasos que se están dando en la línea del desarrollo en África, todavía hoy existe un deterioro generalizado de la calidad de la vida, hay escasez de medios para la formación de los jóvenes, no se cuenta con los suficientes servicios sanitarios y sociales básicos, de lo que se deriva una persistencia de enfermedades endémicas; el SIDA se difunde a gran velocidad, la mortalidad infantil aumenta, el acceso al agua potable es difícil para muchos pueblos. La deuda externa sigue pesando sobre los distintos países, las guerras fraticidas continúan, alimentadas por el tráfico de armas sin escrúpulos, y podemos contemplar la situación de los prófugos e inmigrantes que llegan hasta nosotros, también aquí a España. (Cfr Lineamenta Sinodo de Africa, nº 2, 2009) Más que nunca, este continente depende de las ayudas de los países ricos, lo cual no favorece que los propios pueblos africanos puedan asumir ellos mismos la toma de decisiones y ser protagonistas de su desarrollo. La pobreza, el desempleo, los conflictos y la guerra tienen efectos adversos sobre la salud mental. Además, las personas con problemas de salud mental —y sus familias— son víctimas de estigmatización, discriminación y victimización, que las privan de sus derechos políticos y civiles, y limitan su capacidad para participar en la vida pública (cfr. discurso del Secretario General ONU octubre 2011). No podemos permanecer indiferentes ante la suerte de tantas personas; esta situación debe interpelarnos, todos nosotros tenemos una responsabilidad frente esta realidad. En su mensaje con ocasión del día mundial de la salud mental en octubre 2011, el Secretario General de Naciones Unidas decía que “No hay salud sin salud mental. Los trastornos mentales contribuyen en medida considerable a la enfermedad y la muerte prematura y representan el 13% de la carga mundial de morbilidad. Con la crisis económica mundial y las medidas de austeridad conexas, los riesgos de sufrir problemas de salud mental están aumentando en todo el mundo. Los recursos tanto humanos como financieros que destinan los gobiernos y la sociedad civil a la salud mental suelen ser muy escasos. Los datos recientes de la Organización Mundial de la salud muestran claramente que la proporción de los presupuestos de salud que se dedica a la salud mental es insuficiente. La mayoría de los países de ingresos bajos y medianos destinan menos del 2% de su presupuesto de salud, y muchos países tienen menos de un especialista en salud mental por cada millón de personas. Más del 75% por ciento de las personas que sufren problemas mentales en los países más desfavorecidos no reciben tratamiento. Las Hermanas Hospitalarias, en los 8 países africanos donde desarrolla su actividad sanitaria, trabajan para que se respete la dignidad de estas personas y se protejan sus derechos. Promueve su autonomía mediante programas adaptados a sus necesidades e implica a las familias en el tratamiento, ayudando así a la reinserción de estos enfermos en su ambiente familiar y social. Son ellos quienes nos animan a seguir buscando respuestas y senderos nuevos de dignidad en medio de una realidad llena de contrastes; y es a ellos a quienes queremos dedicar esta jornada. Hoy queremos compartir con ustedes algo de este trabajo, invito pues a todos a participar activamente en esta jornada para que, juntos, continuemos impulsando y sensibilizando a nuestra sociedad y seamos generadores de cambios en nuestros sistemas de modo que ayuden a quienes son más desfavorecidos, se capaciten y se desarrollen como personas integras, y puedan saborear la vida y el progreso en la convivencia pacífica. Muchas Gracias Begoña Pérez Presidenta de la Fundación Benito Menni