sentencia numero - Justicia Córdoba

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SENTENCIA NÚMERO:
Córdoba,
de marzo de dos mil nueve.------------------------------------------
Y VISTOS: Estos autos caratulados “M. S. M.C/ F. A. G.–OTROS ORDINARIOS”
Expediente Nº 391657/36, traídos a despacho a los fines de resolver de los que resulta 1) Que
a fs. 1/5 comparece la Sra. M.S. M.M. promoviendo formal demanda ordinaria en contra de F.
A. G. , persiguiendo el cobro de la suma de pesos diez mil ($ 10.000) o lo que en más o
menos resulte de la prueba a rendirse, todo ello con especial imposición de costas. Como
presupuesto fáctico de su pretensión expresa que conoció al demandado en el año 1992 en la
ciudad de Santa Fe e iniciaron una relación sentimental, mediante el cual todos los viernes, sin
excepción él viajaba a visitarla y convivían durante el fin de semana. En el mes de marzo de
1994 decidieron ir a vivir juntos por ello se mudó junto a sus hijos A. M. y S. M. a la ciudad
de Córdoba, en la calle Av. Sabattini nº ------ donde vivían juntos. Continúa su relato diciendo
que en el mes de mayo de 1996 se trasladaron en Valle de Sol y al poco tiempo adquirieron
por medio de un préstamo en dinero efectuado por la madre y hermano del demandado, la
casa que fuera su hogar hasta que se retiró. Recalca que dicho préstamo fue devuelto en su
totalidad y en una proporción importante fue con dinero propio el que no fue reconocido, pues
el inmueble se escrituró a nombre del demandado.- Destaca que el carácter del demandado
siempre fue estricto y severo para con ella y sus enojos se manifestaban pasando días enteros
y hasta de mes en mes sin dirigirle la palabra, o bien escondía el televisor o la trataba
despectivamente, aún frente a terceros. No obstante hasta que empezaron los ataques físicos la
vida en familia podría considerarse aceptable, pues tenía regularmente buen trato con sus
hijos y aún con desplantes no tenían la gravedad que alcanzaran más adelante. Por otro lado se
dedicaba mucho a la casa y al jardín y a la restauración de muebles y todo tipo de tareas de las
cuales disfrutaba mucho. A partir de principios del año 2000 comenzaron, junto al
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demandado, a desarrollar un proyecto juntos de construcción de una posada en el Valle del
Sol, pensado como lugar para artistas plásticos y artesanos de la zona que pudieran exponer y
vender sus obras y además para la recepción de público de clase media. Dichos inmuebles
también fueron escriturados a nombre del demandado, con lo cual el se beneficiaba de todo el
esfuerzo personal y económico, pues a la vez de aportar dinero trabajo durante muchísimas
horas en la obra. Todo se desarrollaba normalmente cuando a raíz del atentado de las torres
Gemelas los mercado comenzaron a convulsionarse y el dinero de reserva utilizado para la
construcción de la obra comenzó a correr riesgo según decía el demandado, a ello se sumo el
debacle financiero del año 2001 lo que dificultó que la obra pudiera terminarse. Es a partir de
allí que la conducta del demandado comienza a agravarse paulatinamente para culminar en
gravísimos hecho y donde comienza a beber en exceso y a ponerse cada vez más agresivo con
su persona. El día 19 de octubre de 2002 el demandado pasó de las ofensas verbales a las
físicas golpeándola por primera vez, a la vez que rompió varios muebles y tiro los alimentos a
la basura, así fue que el día 22 de octubre se retiró de su casa para volver en el mes de
noviembre por consejo de su madre ya que opinaba que se le pasaría pronto. El día 30 de
diciembre de 2002 cuando regresaba de cuidar unos niños el demandado le golpeó con una
tabla en todo el cuerpo lastimándola en la cadera izquierda, dejó de hacerlo solo cuando se
canso tanto de la agitación.- El 31 de diciembre se dirigió a la policía en compañía de una
amiga llamada Y. R. a efectuar la denuncia pertinente y el oficial que la atendió le aconsejó
que no lo denunciara porque se pondría mas violento pero sí que efectuara una exposición
policial, por ello efectúo la exposición policial Nº----/02 que en copia acompaña.- El día 23 de
febrero de 2003 el demandado le proporcionó una nueva paliza entre medio de insultos, gritos
destrucción de muebles y utensilios diversos echo a sus dos hijos a la calle, amenazándolos
con que los iba a denunciar por robo, se refugiaron en la casa de Y. R.. Fue esa misma vecina
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quien al acompañó a la comisaría para efectuar la denuncia, el comisario le aconsejó que no
efectuara la denuncia ni que tampoco se fuera de su hogar porque haría abandono de hogar y
ello no era recomendable, regresó a la casa sin sus dos hijos que quedaron al resguardo de una
vecina. El día 26 de febrero sus hijos regresaron y el demandado echó al mayor de ellos el que
por miedo a sufrir daños se fue a la Provincia de Santa Fé a vivir con su padre. Ese mismo día
el demandado le azotó con el cable de la computadora y la golpeó en todo el cuerpo. Al día
siguiente sufrió un desmayo y tuvo que ser asistida en el Hospital Municipal Josefina Prieur
de Villa Allende, allí fue asistida por el médico de guardia y luego por la Psicóloga A. LL.
quien conforme el certificado que adjunta certificó que se “encontraba en estado de Shock a
causa de una violenta pelea con su cónyuge, el Sr. F. G. …” y que “…Tenía visibles huellas
de golpes en el rostro y todo el cuerpo. Su estado psíquico era de una profunda conmoción,
pudiendo apenas conservar la coherencia lógica en su relato…”. Con fecha 04 de marzo de
2003 el demandado volvió a golpearla y efectúo la exposición policial Nº----/03 que en copia
acompaña. Agrega que se encontró sola, viviendo un verdadero calvario sin un lugar a donde
ir con sus hijo y el demandado cada vez se ensañaba más y vivía insultándola y
menospreciándola aún frente a terceros como albañiles que trabajaban en la obra.- Que a raíz
del grave desequilibrio comenzó a menstruar tres veces al mes y recurrió a la consulta de una
médica A. Cornejo quien la derivó con urgencia al Hospital de Villa Allende para consulta de
un Psicólogo. Refiere asimismo que el demandado cortaba la conexión de gas, así que tenía
que cocinar en el horno a leña hasta que el demandado les tiró la leña, ponían en marcha el
calefón a leña y el los rompía armaron una salamandra pero el demandado les quitó los caños
así que unos vecinos les prestaron una anafe y una garrafa y ello enfureció la demandado
quien les corto el suministro de agua.- El día 1º de junio de 2003 el demandado cortó la luz,
rompió la máquina de coser y un telar la golpeó hasta arrastrarla a la calle, donde la pateó y
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escupió, ya no ofrecía resistencia cuando pasó un repartidor de pizza lo cual distrajo al
demandado y permitió en ese momento que pudiera entrar a cambiarse. Fue alojada por
vecinos hasta el día 07 de junio de 2003 donde se presentó en la guardia del Hospital
Municipal Josefina Prieur donde fue examinada por la Dra. S. M. quien constató hematomas
localizadas en manos izquierda, hombro zona anterior de tórax izquierdo, pierna derecha,
refiriendo dolor en zona lumbar, todo ello conforme consta en el libro de guardia. El día 10 de
septiembre de 2003 alquiló una casita en Villa Allende y luego de peregrinar en casa de varios
vecinos y desde el mes de julio de 20032 comenzó un tratamiento psicológico en la licenciada
S. J.y tratamiento psiquiátrico con el Dr. D. F. todo ello según certificados médicos que
acompaña. El día 27 de octubre de 2003 fueron con su hijo menor a retirar algunas
pertenencias suyas y pasaron a ordenar las cosas cuando desconecto el lavarropas el
demandado se puso nervioso y cuando le pidió la heladera exhibidora de su propiedad el
demandado se puso furioso y comenzó a dar alaridos dándole un puñetazo en la cara, allí
intervino su hijo Ag. para que no le pegara más y al él también lo zamarreó y luego le siguió
pegando y comenzó a pedir ayuda, los vecinos llamaron a la policía, cuando ésta llegó el
demandado dijo que su hijo y la compareciente le estaban allanando la casa y saqueando. El
policía la invitó a que se retirara a hacer la denuncia y Ag. no quiso moverse sin retirar sus
cosas. A la 00:00 hs. Del 28-10-2003 realizó la exposición Nº1222/03 de allí fue retirada al
Hospital Municipal siendo atendida a las 01:10 hs. Por la Dra. Vaz – Oxley quien constató
que tenía lesiones en pómulo derecho, mano derecha, MM SS DE izq. Y MM TT izq. Y
cuello, todo según consta en la hoja Nº 19 del libro de guardia respectivo. En horas de la
mañA. de ese mismo día concurrió a la Comisaría de Villa Allende a efectuar la denuncia
policial, iniciándose el Sumario Nº ----/03 atendida por el ayudante Fiscal Dr. Lo. a través de
él y en compañía de un policía pudo sacar algunas pertenencias de la vivienda del demandado
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que repetía una y otra vez que le estaban robando y amenazando al personal policial con
denunciarlos por complicidad. La noche del episodio el demandado había afirmado que iba a
volar la cabeza y a su hijo lo amenazaba con que iba a ligar si sacaban alguna cosa del
inmueble.- Las Actuaciones suM.les se caratularon como Lesiones Leves y Amenazas y se
labran con intervención y conocimiento de la Fiscalía de Instrucción del Distrito Judicial ----,
Turno -----, Secretaría a cargo de la Dra. Ba. todo ello conforme certificado de denuncia que
acompaña. Agrega que luego de esos hechos aberrantes vividos se enteró de que el demando
había tenido un comportamiento similar con su ex esposa, Sra. S. C. T.. Daños Reclamados:
Daño Moral: Las agresiones físicas y verbales, las amenazas y reiteradas injurias y ofensas de
todo tipo de la que fue victima le han provocado un importante daño moral, que se traduce en
una modificación disvaliosa del espíritu, derivado del maltrato del demandado, quien fuera el
compañero de toda la vida, en presencia de sus hijos, el sufrimiento provocado al vera sus
hijos con miedos y alterados sin poder encontrar una solución inmediata a su problema, que
difícilmente podría haberla encontrado sin la ayuda de profesionales, pues por obra del
demandado había ingresado en un espiral de caída de su autoestima que a la vez era
aprovechado por él mismo situación que la paralizaba y la sumía en una gran desesperación y
dolor. Ese Daño Moral lo estima en la suma de pesos diez mil ($ 10.000) ó lo que en más o
menos resulte de la prueba a rendirse.- Daño Material: constituido por todos los gastos de
tratamiento médico, psiquiátrico y psicológico que tuvo que afrontar para recomponer su
salud psíquica. Reclama además Lucro cesante: derivado de la incapacidad parcial y
permanente que padece a raíz del deterioro de su salud psíquica, producto de los malos tratos
del demandado.- Respecto de la Responsabilidad expresa que el demandado es el responsable
de los daños que le ocasionó su accionar, a tenor de lo dispuesto por el art. 1072 del C.C. pues
ha cometido en su perjuicio numerosos actos ilícitos a sabiendas y con intención de causar
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daño, actuación que se tradujo en un resultado dañoso susceptible apreciación pecuniaria.
Agrega que de los hechos explicitados en la demanda dan cuenta de que el accionado ha
cometido numerosas ofensas físicas e injurias de toda especie y por ello está obligado
civilmente a la reparación del perjuicio sufrido. Pide en definitiva que al sentenciar se haga
lugar a la demanda en todas sus partes con especial imposición de costas.- 2) A fs. 21
comparece la Sra. M. S. M. M. y amplía la demanda en el rubro Daño Material por gastos de
Tratamiento Psicoterapéutico y Psicofármacologico en la suma de pesos tres mil ($ 3.000) y
Lucro Cesante.- 3) Impreso el trámite de ley y citado de comparendo el demandado, éste lo
hace a fs. 29. 4) corrido traslado de la demanda en los término del art. 493 del C de P.C. a fs.
32 lo evacua el Dr. I. H., apoderado del demandado Sr. Frenando G. , conforme poder apud
acta obrante a fs. 28 de autos, solicitando el rechazo de la demanda interpuesta en contra de su
representado con especial imposición de costas.- Niega en primer lugar todos los hechos y
derecho afirmados por la actora en su escrito de demanda y ampliación de demanda, salvo de
aquello hachos que sean de expreso reconocimiento. Expresa que es cierto que el demandado
inició con la actora una relación sentimental, el cual se terminó pero niega haberla visitado
todos los viernes de la semA. en la provincia de Santa Fe y quedarse los fines de semana.Niega especialmente lo expresado en el apartado c) punto II) de la demanda, por ello niega
que el préstamo en dinero fue devuelto en su totalidad y que una proporción importante fue
con dinero propio de la actora ya que la actora no soportado dinero alguno en la emergencia
que refiere la actora.- Niega todo los manifestado por la actora en apartado d) del punto II) de
la demanda, que su mandante haya tenido que para con la actora un trato despectivo, que le
haya ocultado objeto alguno y que le haya propinado algún ataque físico.- niega lo afirmado
en apartado e) punto II) de la demanda en el sentido de que la actora haya empezado un
proyecto de construcción de una posada en el Valle del Sol, que haya aportado su esfuerzo
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personal y económico. Niega lo afirmado pro la actora en los apartados f), g) y h) del punto
II), niega que a raíz del atentado de las Torres Gemelas los mercado comenzaron a
convulsionarse y el dinero de reserva utilizado para la construcción de la obra comenzó a
correr riesgo, niega el debacle financiero del año 2001, que haya dificultado las obras en
posada. Niega que su mandante haya comenzado a beber en exceso y a ponerse cada vez más
agresivo con la persona de la actora. Afirma que jamás estuvo agresivo con la actora. Niega lo
afirmado en al apartado i) del punto II), que el día 19 de octubre de 2002 el demandado pasó
de las ofensas verbales a las físicas golpeándola por primera vez, que haya roto muebles y
tirado los alimentos a la basura, ya que nada de ello ha tenido lugar. Niega lo afirmado en al
apartado j) del punto II), que el día 30 de diciembre de 2002 la haya pegado a la actora con
una tabla en todo el cuerpo lastimándola en la cadera izquierda, declara que jamás le ha
pegado a la actora, niega lo afirmado en el sentido de que la actora se encontró sin recursos
económicos y presa de una gran depresión y miedo, que no sabía que hacer, ni adonde ir.
Niega de manera especial y categórica lo afirmado en el apartado j) del punto II) y en
consecuencia niega que el día 23 de febrero de 2003 el demandado le haya proporcionado a la
actora una nueva paliza entre medio de insultos, gritos, destrucción de muebles y utensilios
diversos, manifiesta que su mandante nunca ha tenido una conducta de esa naturaleza, que
haya echado a sus dos hijos a la calle, ni que les haya amenazados con que los iba a denunciar
por robo como se expresa, que el día 26 de febrero haya echado al mayor de ellos, que le haya
golpeado en todo el cuerpo con el cable de la computadora, ya que nunca agredió a la actora.
Niega que al día siguiente la actora haya sufrido un desmayo, que haya tenido que ser asistida
en el Hospital Municipal Josefina Prieur de Villa Allende, que la actora se encontraba en
estado de Shock a causa de una violenta pelea con su defendido, que tuviera visibles huellas
de golpes en el rostro y todo el cuerpo. Niega que su estado psíquico era de una profunda
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conmoción, pudiendo apenas conservar la coherencia lógica en su relato, como se expresa.
Que el día 04 de marzo de 2003 su mandante le haya golpeado a la actora. Niega que la actora
estuviera viviendo un verdadero calvario, sin un lugar a donde ir con sus hijos y el su
representado se ensañara cada vez con la actora, que vivía insultándola y menospreciándola,
aún frente a terceros como albañiles que trabajaban en la obra.- Que su defendido haya
cortado la conexión de gas, que tiró la leña, que haya roto los caños de una salamandra, que
haya cortado el suministro de agua.- niega especialmente que su defendido el día 1º de junio
de 2003 haya cortado la luz, rompió la máquina de coser y un telar, que golpeó a la actora
hasta arrastrarla a la calle, donde la pateó y escupió, ya que nada de eso ocurrió. Niega que el
27 de octubre de 2003 su mandante le haya propinado un puñetazo en la cara, que haya
zamarreado a su hijo Ag., que le haya seguido pegando, como expresa. Que ese mismo día le
demandado haya amenazado con volarle la cabeza a ella y que a su hijo lo amenazara con que
iba a ligar si sacaban alguna cosa del inmueble. Que su defendido haya tenido un
comportamiento plagado de agresiones para con su ex esposa. Solicita el rechazo de la
demanda impetrada en su contra con especial imposición de costas. Señala además la absoluta
sorpresa del demandado ante la inverosimilitud de los hechos afirmados en la demanda, las
cuales constituyen antojadizas fantasías elaboradas con el único propósito de impresionar al
tribunal, persiguiendo a través de su defendido un grosero beneficio económico. Que el daño
moral pretendido carece de sustento fáctico ya que todas las circunstancias relatadas en la
demanda no ocurrieron. Respecto al Lucro Cesante reclamado el mismo debe ser rechazado
por cuanto se encuentra desprovista de sustentabilidad legal y jurídica. Resalta algunas
circunstancias que pueden llegar a ser de interés para la causa referidas a la conducta de la
actora, en ese sentido expresa que en el año 1996 comenzaron los comportamientos extraños
de la actora, con supuestos desmayos y pérdida de memoria, por lo que le efectuaron varios
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estudios clínicos y radiológicos resultando finalmente que no existía enfermedad alguna, de lo
que se desprende la actitud simuladora y ficticia de la misma. Que esos comportamientos
extraños se fueron profundizando con los sucesivos abandonos de la pareja por aquel entonces
y se iba a vivir por varios días en diferentes casas con diversas personas, en todos los casos
dejando a sus hijos al cuidado del demandado. Que en varias oportunidades se fue a pasear a
la ciudad de Santa Fé y Bs.As. Que en el momento que ella denuncia que el comportamiento
del demandado comienza a agravarse lo que en realidad ocurría era que la actora tenía
violentas discusiones con su hijo mayor por diversas razones, entre las cuales menciona la
concurrencia de su hijo a un grupo católico del barrio, formado por misioneros del Verbo
Divino. Que en dicho grupo Sebastián conoce a una chica llamada Lorena con la que inicia
una relación sentimental, lo que provoca reacciones desmesuradas de la actora. Que su
representado trató de aconsejar a los protagonistas hasta lograr la asistencia con mucho
esfuerzo a una psicóloga la Licenciada A. B.a quien la actora rápidamente abandona para
proseguir con sus violentas agresiones. Pide en definitiva que al resolver se rechace la
demanda en todos sus términos con especial imposición de costas.- 5) Abierta a prueba la
causa se diligencian las que constan en autos. La parte actora ofrece: Testimonial,
Documental, Pericial y Confesional. En tanto la parte demanda ofrece: Constancias de autos,
Testimonial, Informativa y Pericial. 6) Corridos los traslados de ley para alegar la parte actora
lo hace a fs. 346. En tanto la parte demandada lo hace a fs. 349.- 7) Dictado y firme el decreto
que ordena autos queda la causa en estado de ser resuelta.----------------------------------------------------Y CONSIDERANDO: I) Que la Sra. M.S. M.M. promueve demanda ordinaria en contra del
Sr. F. A. G. persiguiendo el cobro de una indemnización por los daños y perjuicios que le
habría ocasionado el demandado por actos de violencia ejercidos en su contra. Así, reclama la
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cantidad de pesos diez mil ($ 10.000), en concepto de daño moral y la suma de pesos tres mil
($ 3.000) como daño material configurado por los gastos de tratamiento médico psiquiátrico
y psicológico que tuvo que afrontar por las repercusiones del accionar de G. Ambas
pretensiones las deja sujetas al resultado de la prueba. Asimismo pretende lucro cesante
derivado de la incapacidad parcial y permanente que dice padecer a raíz del deterioro de su
salud psíquica producto de los malos tratos recibidos, dejando supeditada su cuantificación a
la etapa probatoria. El fundamento fáctico de la acción lo constituyen los episodios de
violencia física y psíquica, a los que dice haber sido sometida por su concubino, hoy
demandado, quien le habría propinado golpizas, insultos y malos tratos en general hasta la
separación definitiva y aún después cuando decidió retirar sus cosas del lugar dónde
convivían. Los detalles del relato de la actora se encuentran plasmados en la relación de causa
precedente a la que me remito en honor a la brevedad.------II) El demandado al contestar la demanda solicita el rechazo total de la acción. En la
oportunidad reconoce la relación sentimental que lo unió a M. y la convivencia que
mantuvieron hasta el año 2003, pero niega haberla agredido física y/o verbalmente. Afirma
que la actora tiene un modo de operar fantasioso y que a partir de 1996 comenzaron sus
comportamientos extraños con desmayos y pérdidas de memoria, por lo que procuró hacerle
todos los estudios médicos necesarios, sin que se le detectara enfermedad alguna. Agrega que
la actitud extraña de su ex pareja se profundizó con el tiempo y con sucesivos abandonos,
dejando a sus hijos a su cuidado. Aduce que en el tiempo que la actora le reprocha una
conducta violenta lo que en realidad sucedió fue que la Sra. M. comenzó a tener fuertes
discusiones con su hijo mayor, circunstancia que él trató de solucionar aconsejando la
concurrencia a una psicóloga a la que la actora abandonó rápidamente para continuar con su
conducta violenta y agresiva.-----------------------------------------------------------------------------10
Conforme lo ya señalado, los términos exactos de la litis han quedado plasmados en los Vistos
que encabezan la presente resolución y a los que remito.-------------------------------------------III) Así trabada la litis corresponde analizar la cuestión a la luz de las probanzas arrimadas al
proceso, valoradas conforme las reglas de la sA. crítica racional, para definir la procedencia o
rechazo de la acción interpuesta.-----------------------------------------------------------------En primer lugar es necesario resolver los incidentes de inidoneidad de testigo articulados por
la parte demandada conforme surge de las constancias de fs. 384 a 401 de autos. En efecto, el
Dr. H. como apoderado del Sr. G. impugna la idoneidad de los testigos A. M. y Sandra S.C.
Lapuente, en virtud de que el primero de los nombrados es hijo de la actora lo que –según su
entender- lo inhabilita para declarar conforme las previsiones del art. 309 del C. de P.C.,
además de lo cual señala que no fue veraz en su declaración en tanto por un lado expresó que
no tiene enemistad con el demandado y por otro reconoció estar peleado con el mismo, así
como también afirmó haber sacado con su madre las cosas de la casa, cuando fue una amiga
de la actora quien realizó esa tarea. Respecto a la testigo C. Lapuente cuestiona su amistad
íntima con la actora y marca la existencia de falsedades en el contenido de su declaración,
conforme surge del escrito de fs. 395/396, al que me remito en honor a la brevedad.- En
primer lugar es dable destacar que conforme el régimen previsto por nuestro rito el ataque al
testigo por esta vía sólo es posible cuando el cuestionamiento se dirige a la persona misma del
declarante, a sus cualidades individuales y a su vínculo con las partes, por cuanto la
impugnación de sus dichos debe hacerse valer en la etapa de las alegaciones. Como bien
destaca Palacio, en Derecho Procesal Civil, Tomo III pág. 575, en lo que concierne a las
circunstancias personales del testigo la crítica del testimonio debe computar, por una lado, los
rasgos individuales de aquél y, por otro lado, las relaciones que pueden tener con las partes.
Dentro de la primera corresponde examinar las condiciones físicas (sexo, edad, existencia de
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motivos permanentes o transitorios susceptibles de impedir o deformar la percepción de los
hechos), intelectuales, (grado de cultura y educación), morales (honestidad o deshonestidad de
la conducta) y sociales (raza, religión, grupo social al que pertenece). En la segunda categoría
se halla incluido el análisis de todos aquellos móviles internos que son susceptibles de
determinar una deformación de la verdad como el parentesco, la afección o aversión y el
interés material o moral en que la causa sea resuelta en cierto sentido, aunque tales
circunstancias deben valorarse atendiendo, eventualmente, al carácter necesario del testigo, es
decir a la indudable posibilidad con que aquel contó, en el caso concreto, de acceder
efectivamente al conocimiento de los hechos.- En el caso bajo examen más allá del
cuestionamiento a los dichos de los testigos, la parte demandada ataca la idoneidad misma de
los Sres. M. y C. por su vínculo con la actora, en tanto uno es hijo de M. y la otra amiga
íntima.- Al respecto, luego de analizar minuciosamente la causa, considero que en ambos el
planteo debe rechazarse.- Ello es así en atención a la específica problemática que trata esta
causa, que tiene su génesis en un conflicto de índole familiar, acaecido entre convivientes. En
éstos casos, análogos a aquellos en los que se ventilan problemas conyugales, las personas del
círculo íntimo de las partes, ya sea familiares o amigos, son los que tienen el conocimiento
directo del conflicto y por ende son aquellos que se encuentran en mejores condiciones para
dar testimonio de lo sucedido. Así lo ha entendido reiteradamente tanto doctrina como
jurisprudencia sobre la materia. Al respecto Zannoni expresa precisamente que “la
jurisprudencia ha resuelto que en los juicios de esta naturaleza el testimonio de los parientes o
de los amigo íntimos o de los dependientes de una de las partes, o de ambos, puede ser
admitido, ya que las personas más allegadas son quienes tienen mejor conocimiento de los
hechos y constituyen testigos necesarios” (Derecho de Familia, Tamo II, Ed. Astrea, 5ª
edición, pág. 109).- No obstante ello, la valoración de las declaraciones tanto del hijo de la
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actora como de la Sra. C. me llevan a afirmar que son contestes con las producidas por los
demás testigos declarantes, vinculados con la actora, y con las actuaciones labradas en sede
penal, no logrando evidenciarse las contradicciones que se señalan.- Sin perjuicio de lo
expuesto considero necesario manifestar, adelantándome a lo que se expondrá infra, que el
testimonio receptado a los testigos impugnados no tendrán –frente a otras pruebas aportadasinfluencia decisiva en la decisión que se adopte.- Por lo expuesto, los incidentes de que se
tratan deben ser rechazados. Las costas se impone por el orden causado atento a que el
impugnante pudo considerarse con fundamento legal para el planteo a tenor de los dispuesto
por los arts. 298 y 209 del C de P.C.----------------------------Corresponde retomar ahora el análisis de la causa.---------------------------------------------------El hecho denunciado por la actora como generador de los daños reclamados, lo constituye la
violencia física y psíquica ejercida por el demandado en su contra durante los últimos años de
convivencia. De tal manera, al hacer el relato circunstanciado de la base fáctica de su
pretensión indica que si bien el carácter de G. hacia ella siempre fue estricto y severo desde el
comienzo de la relación (año 1994), fue recién en el año 2001 cuando la conducta del
demandado comenzó a agravarse paulatinamente. Así, indica que el 19 de octubre de 2002 fue
golpeada por G. por primera vez, oportunidad en la que también rompió muebles y tiró
alimentos que ella había comprado. El segundo episodio de violencia física lo padeció el 30
de diciembre de 2002 cuando, según relata, al regresar a su casa el demandado le pegó con
una tabla en todo el cuerpo, lastimándole la cadera izquierda. El día 23 de febrero de 2003
dice haber recibido una nueva golpiza acompañada de insultos, gritos, destrucción de muebles
y utensilios diversos, echando a sus hijos a la calle, por lo que se debieron refugiar en la casa
de una vecina llamada Y. R. El 26 de febrero siguiente, la volvió a golpear en todo el cuerpo,
azotándola con el cable de una computadora. La siguiente golpiza se produjo el 4 de marzo de
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2003. En el relato manifiesta que el demandado le cortó la conexión del gas, forzándola a
cocinar en el horno de leña que tenía en el quincho de la vivienda hasta que le tiró la leña,
rompió el calefón y le quitó los caños de la salamandra que había armado. Ante tal situación
unos vecinos le prestaron un anafe y una garrafa, lo que habría enfurecido al demandado
quien la dejó sin agua. Sigue diciendo que el 1 de junio de 2003 G. cortó la luz, rompió su
máquina de coser y el telar y la golpeó hasta arrastrarla a la calle, dónde la pateó y escupió.
Este episodio hizo que se retirara de su casa, alojándose en la vivienda de unos vecinos hasta
el 7 de ese mismo mes, día en que fue examinada en el Hospital Municipal Josefina Prieur de
Villa Allende, donde constataron que tenía hematomas localizados en mano izquierda,
hombro, zona anterior del tórax izquierdo, hematoma en pierna derecha y dolor lumbar. Por
último indica que regresó con su hijo menor al domicilio en el que habitaba con G. , el 27 de
octubre de 2003, con la intención de buscar algunas de sus cosas. Que en esa oportunidad
cuando desconectó el lavarropas el demandado se puso nervioso y cuando le pidió la heladera
que era de su propiedad, enfureció aún más y le dio un puñetazo en la cara, debiendo
intervenir su hijo para que dejara de pegarle. En tal ocasión efectuó la correspondiente
denuncia penal.-------------------------------------------------------------------------El análisis del material probatorio arrimado a la causa genera convicción respecto a que los
hechos denunciados como generadores del daño existieron, de tal manera que es posible
afirmar que la Sra. M. fue víctima de violencia por parte de su ex concubino.---------------Doy razones: en primer lugar es necesario señalar que hechos de la naturaleza del que se
ventila en esta causa, en la generalidad de los casos, suceden en el ámbito privado de la
familia o de la pareja donde se desarrolla el conflicto, por lo que su prueba directa resulta de
dificultosa producción. Esta circunstancia, no ajena al conocimiento que las reglas de la
experiencia le dan al sentenciante, hace que tomen relevancia los indicios y presunciones
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judiciales que derivan del desmenuzamiento y estudio de todos y cada uno de los elementos
de prueba incorporados por las partes.
Al respecto Roland Arazi expresa que “las
presunciones no establecidas por ley constituirían prueba cuando se funden en hechos reales y
probados que, por su número, gravedad y concordancia, produjeren convicción según la
naturaleza del juicio, de conformidad con las reglas de la sA. crítica. Estos hechos “reales y
probados” son los llamados indicios o fuentes de presunciones; se diferencian de las fuentes
de prueba en que de aquellos se infiere no ya la certeza de la existencia de un hecho
desconocido, como sucede con éstas, sino sólo la probabilidad, según las reglas usuales de la
vida práctica, de que aquél haya existido (cfr. Revista Derecho de Daños, Daño Moral, Ed.
Rubinzal Culzoni, pág. 105).-----------------------------------------------------------------------------A fs. 12, 14 y 17 obran incorporadas a la causa copia de las exposiciones policiales realizadas
por la actora en oportunidad de haber sido agredida por su ex pareja. Si bien, como lo indica
el demandado, constituyen elementos que han sido generados unilateralmente por la
accionante, resultan concordantes con la base fáctica relatada en la demanda y encuentran
apoyatura tanto en las constancias emitidas por médicos del hospital de Villa Allende que
atendieron a la actora como en los testimonios vertidos en la causa. Efectivamente, a fs. 13
obra un certificado suscripto por la Lic. A. I. , psicóloga del Hospital Municipal de Villla
Allende, en el que hace constar que el día 27 de febrero de 2003, la Sra. M. se encontraba en
estado de shock a causa de una violenta pelea con su cónyuge, el Sr. F. G. , mostrando
visibles huellas de golpes en el rostro y todo el cuerpo. Asimismo, a fs. 15 obra agregada una
constancia médica de atención a la Sra. M. en el mismo hospital, el día 7 de junio de 2003, es
decir unos días después de acaecido uno de los hechos de violencia referidos, constatándose
hematomas localizados en mano izquierda, hombro y zona anterior del tórax izquierdo y
pierna derecha. Asimismo, luego del episodio ocurrido el 27 de octubre del 2003, -según
15
relato- la actora efectuó la exposición que da cuenta la fs. 17 de autos para luego radicar la
denuncia ante la autoridad pertinente, dando lugar a las actuaciones caratuladas “G. F.
Alberto- amenazas, daño, lesiones leves” (fs.4/6), habiendo sido constatadas las lesiones en el
hospital municipal Josefina Prieur, conforme surge de la constancia de fs. 18, y del informe
médico legal efectuado en el marco del proceso penal según se desprende de la fs. 314 de
estas actuaciones, indicando que la Sra. M. presentaba “lesiones en pómulo derecho, mano
derecha, miembro superior izquierdo, miembro inferior izquierdo, lesiones en cuello”. El
sobreseimiento de G. no resulta óbice para considerar probado el hecho en sede civil en tanto
la conclusión de la causa penal se debió a la causal de prescripción. ----------------------------------------------------------------------------------------------Resultan relevantes para el estudio de la causa las testimoniales rendidas a propuesta de la
parte actora, que dan cuenta del estado en que se encontraba la Sra. M. a consecuencia del
conflicto que vivía con su pareja. La mayoría de los testigos declarantes admiten conocer a la
actora y tener algún vínculo de amistad con ella, más o menos estrecho. Como señala
Zannoni, en juicios donde se ventilan problemas de índole familiar, la prueba testimonial
además de ser decisiva, proviene de personas muy allegadas a las partes en conflicto ya que
en general, las injurias, los malos tratamientos, en su caso el abandono de hogar, son
conocidos por quienes con alguna frecuencia han tratado a los cónyuges y, por eso mismo,
perciben en mayor medida su intimidad y sus conflictos. Precisamente por ello se coincide, en
general, en que no rige la exclusión establecida por la ley de rito que dispone que no pueden
ser ofrecidos como testigos los consanguíneos o afines en línea recta directa. La
jurisprudencia ha resuelto que en los juicios de esta naturaleza (en el caso refiriéndose a los
divorcios), el testimonio de los parientes o de los amigos íntimos o de los dependientes de una
de las partes, o de ambos, puede ser admitido ya que las personas más allegadas son quienes
16
tienen mejor conocimiento de los hechos y constituyen testigos necesarios. (cfr. “Derecho de
Familia” T. 2, Eduardo Zannoni, Ed. Astrea, 5ª edición, pág. 109).--------------------------------A fs. 153 obra el acta de audiencia de recepción de la declaración de la Sra. C. B. M., vecina
del frente de la casa dónde habitaban las partes de este juicio. Esta testigo afirma haber visto
en dos oportunidades a la Sra. M. con rastros de violencia física. Al responder a la pregunta
segunda afirma: “ La primera oportunidad fue al regreso de un viaje mío a San Juan, que será
más o menos año 2002, y tenía moretones en el brazo y ya se le estaban pasando, estaban
amarillentos. En la segunda oportunidad también tenía moretones en la cara, en la espalda y
fue en verano porque andaba con campera para ocultar los rastros y hacía calor. En la espalda
se los vio porque se los mostró. Que la primera oportunidad fue en diciembre y la segunda fue
en el mismo verano, ya en 2003. Que como vecina he escuchado las peleas entre el
matrimonio G. , que se escuchaban gritos, y lo que me quedó grabado es que cortaban las
luces de la vivienda y en una oportunidad nosotros llamamos al móvil de la policía porque era
muy violento los gritos de ambas partes. La policía vino y se quedó haciendo guardia, porque
consideraron que la situación debe haber estado tensa”. A la tercer pregunta consignada en el
acta, para que diga si recuerda lo que decían los gritos en ocasión de las peleas, respondió:
“Me acuerdo que Marisu pedía ayuda, que alguien la ayude, que eran insultos por parte de
ambos y silencios prolongados”,
preguntada sobre si alguna vez vio a las partes
inmediatamente luego de una pelea dijo: “ Que no, que los ha visto al otro día a la
mañana….Que en la pelea grande no esta segura de haberla visto a la mañA. porque andaba
acompañada de la policía haciendo la denuncia. Que luego de la pelea grande fue que vio los
rastros de violencia…”.----------------------------------------------------------------------------------A fs. 176/177 obra la declaración de la testigo M. S. G., psicóloga del Hospital de Villa
Allende, quien al responder a la pregunta tercera dijo que la primera vez que vio a la actora
17
fue en el hospital cuando fue llevada por otra médica en el año 2000. Al respecto señala “Que
el motivo de la consulta fue una crisis familiar que ella estaba viviendo, que por lo que ella
expresaba y por las condiciones en que estaba, había violencia. En esa oportunidad no
recuerda que haya sido violencia física pero sí había otro tipo de violencia por parte de la
pareja de Marisu. Que esto lo se por relato de la paciente. Que creo que ella decía la verdad,
incluso después hubo una crisis más adelante donde se constataron golpes. Ella ha sido
revisada en el Hospital y en el Hospital debe haber algún registro. Que yo la atendí por un
tiempo largo y la veía muy débil, muy frágil, muy atormentada, deprimida, y en esa situación
lo que se aconseja es que no permanezca en el lugar donde ella es victimizada.” Luego agrega
“Hay una segunda etapa más reciente que puede ser de finales del 2003 o comienzos del 2004,
en esta etapa aparece más agravada la situación ya era más manifiesta la violencia, yo le veía
marcas en su cuerpo y los médicos que la vieron en el hospital vieron más. En esta
oportunidad al ser recibida por guardia y observar los golpes, también estuvo presente la Lic.
I. me la derivan nuevamente a mi por ser la terapeuta que la atendió anteriormente. En esta
situación estaba doblemente agravada su salud y situación, más deteriorada su salud mental,
más debilitada, deprimida, muy hipersensible, no estaba en condiciones ni de buscar trabajo.
Luego de esa crisis que fue de mucha violencia ella se retira de la casa y era lo mejor que
podía hacer.-------------------------------------------------------------En sentido similar se expresa la testigo J. R., licenciada en psicología, quien conoce a las
partes por ser vecina y además amiga de la actora, a quien trató profesionalmente durante un
tiempo. Al responder a la pregunta segunda del pliego de fs. 131 dijo que acompañó a M. en
dos oportunidades a la policía, la primera un 31 de diciembre (no recordando el año) y la
segunda ocasión fue en verano, en febrero. Agrega que en ambas oportunidades la actora se
presentó muy golpeada a su casa y que le manifestó que había tenido dificultades con su
18
marido. Al respecto sigue diciendo “…yo estaba al tanto de la situación que se vivía en la
casa, que consistía en situación de violencia, que no era hasta ese momento con lesiones
físicas, y que el marido la había golpeado, a raíz de conocer el perfil de violencia que venían
viviendo ella y sus hijos en la casa, que los hijos también eran víctima de violencia sicológica
por parte del Sr. G. , como por ejemplo omitir la provisión de elementos básicos para vivir y
me consta porque vivían sin gas para cocinar, sin alimentos para comer y sin luz. En esas
condiciones le sugiero de ir a la policía a hacer una exposición y fuimos a la policía de Villa
Allende y hacemos una exposición y en la segunda ocasión no se la toman”. Seguidamente la
misma testigo reconoce que la actora y sus dos hijos luego del primer episodio violento que
relatara, estuvieron viviendo por un tiempo en su casa, porque G. los había echado (cfr. Fs.
132 vta.).---------------------------------------------------------------------------------------------------Por su parte la Sra. M. A. S. en la declaración receptada según acta de fs. 138, entre otras
cosas, expresa que la actora estuvo alojada en su casa durante un tiempo prolongado cuando
se fue de su casa luego de haber sido maltratada por su concubino. Al respecto dice: “En ese
tiempo yo trabajaba como administrativa en el Hospital de Villa Allende y la acompañé para
que la vea una médica porque estaba muy dolorida y presentaba muchos hematomas en el
cuerpo, en la espalda, en el pecho, en las piernas, en la cola y en la espalda”. Al ser
preguntada por la posibilidad de que la actora fuera golpeada por otra persona, respondió
“Que no cree. La relación entre ellos no venía bien y en oportunidades en que estaban
ofendidos o peleados, yo se porque eso si lo he visto, Marisú no tenía luz, no tenía teléfono,
no tenía televisor y en ocasiones hasta no tenía comida, a ella y a los chicos”.-El material analizado hasta aquí permite tener por acreditado el hecho antijurídico denunciado
como sustento de la primera pretensión indemnizatoria, ya que tanto del relato de los testigos
que pertenecen al círculo cercano de la actora, como de las constataciones médicas efectuadas
19
en su persona, y de las actuaciones labradas en sede policial y penal, es posible concluir que la
Sra. M. fue víctima de violencia física y psíquica por parte de su concubino. ---------------No enerva la conclusión expuesta la declaración de los testigos ofrecidos por el demandado
que expresan coincidentemente que el Sr. G. es una persona tranquila, correcta, no impulsiva,
rechazando todos la posibilidad de que pudiera ser victimario de su concubina y afirmando
inclusive la actitud fabuladora de la actora. Al respecto resulta trascendente la declaración de
la psicóloga Giménez, quien al responder a la pregunta séptima refiriéndose al perfil de las
mujeres golpeadas y hombres golpeadores, dijo: “Con respecto a la mujer tiene una actitud
sumisa con respecto a la pareja, tiende a aislarse presionada por la situación, suelen ocultar al
ser víctima de violencia durante mucho tiempo, a veces lo logran y a veces se destapan en
crisis donde se transparentan las cosas, son débiles, son muchos los indicios. En Marisú en los
tiempos en que estuvo en crisis tenía estos indicios, hoy está más fortalecida y en condiciones
de tener proyectos. El perfil del hombre golpeador se suele dar dos situaciones distintas, una
en el contexto donde él es victimario que no corresponde con la imagen social. En muchos
casos he visto que en el círculo familiar es un violento y en su trabajo y sus vecinos no lo
pueden creer, goza de un buen concepto. En relación a la víctima el golpeador establece una
relación de poder, sea económico, intelectual o puede se la fuerza. Generalmente trata de
aislarla para mantener todo a puertas cerradas. A veces da apariencia de personas tranquilas
pero explotan en un ámbito más privado”.--------------------------------------Por lo expuesto hasta aquí considero que el demandado es responsable del hecho dañoso que
se le imputa y, en consecuencia, deberá indemnizar los daños que su proceder ha generado en
la actora.- ---------------------------------------------------------------------------------------------------IV) Así las cosas, la Sra. M. reclama en primer lugar en concepto de daño moral la suma de
pesos diez mil, sujeta a las resultas de la prueba. Aduce que las agresiones físicas y verbales,
20
las amenazas y las reiteradas injurias de las cuales fue víctima le han provocado un importante
daño de índole moral, traduciéndose en una modificación disvaliosa de su espíritu derivada
del maltrato proporcionado por quien fuera su compañero durante años. Relata al respecto el
sufrimiento que le provocó ver a sus hijos alterados y con miedos sin poder encontrar una
solución inmediata a la situación ya que había ingresado en una espiral de caída de su
autoestima, lo que la paralizaba y la sumía en un gran dolor y desesperación a la par que la
hacía más vulnerable.----------------------------------------------------------------------------------Se ha sostenido con frecuencia que el daño moral es –efectivamente- una modificación
disvaliosa del espíritu en el desenvolvimiento de su capacidad de entender, querer o sentir,
que se traduce en un modo de estar de la persona diferente de aquel en que se hallaba antes
del hecho, como consecuencia de éste y anímicamente perjudicial (II Jornadas Sanjuaninas de
Derecho Civil, despacho de la mayoría). El dolor, la pena, la angustia, la inseguridad, etc., son
sólo elementos que permiten determinar la entidad objetiva del daño moral padecido (conf.
Pizarro, "Valoración del daño moral", LA LEY, 1986-E, 831). Para fijar su cuantía es
necesario sortear las dificultades de imaginar el dolor que el evento produjo en la esfera
íntima de la actora, para luego transformarlo en una reparación en dinero que compense ese
dolor y el trastorno espiritual sufrido; motivos éstos por los que el juzgador, más que en
cualquier otro rubro, debe atenerse a una prudente apreciación y a las características
particulares de la causa (CNCiv., sala L, Espinosa Jorge c. Aerolíneas Argentinas, JA, 1993-I13, del 30/12/91). Por su carácter espiritual, es difícil determinar la dimensión económica del
daño moral ya que su entidad se traduce en vivencias personales del afectado y en general no
se exterioriza fácilmente. En este sentido, resulta necesario y útil tener en cuenta algunas
pautas específicas de valoración, tales como las características de las lesiones sufridas, el
modo traumático en que se produjeron, las secuelas padecidas. Las circunstancias del caso
21
tienen una gran significación para la determinación objetiva del daño moral experimentado
por el damnificado y, al mismo tiempo, para facilitar una solución. De esta manera se presenta
con autonomía que se asienta en aspectos presentes y futuros, propios del dolor, la herida a los
sentimientos, los padecimientos de toda índole que el mal acarrea, las afecciones destruidas.
Tiene por ello, configuración independiente de los detrimentos patrimoniales y de
subsistencia (conf. CNCiv., sala H, "in re" "Fioriti, Elvira c. Maldonado, Ramón y otros", del
14 de junio de 1996 -La Ley, 1997-A, 179-).-En base a las pautas teóricas expuestas cabe
sostener que el hecho generador de responsabilidad, es decir la violencia ejercida por el
demandado hacia la actora conforme lo verificado precedentemente, es susceptible de
provocar por sí mismo un profundo padecimiento espiritual, sin que sea necesaria la
comprobación objetiva a través de prueba específica del daño. Al respecto se ha dicho: “La
historia jurisprudencial norteamericA. da cuenta de que a las víctimas de la violencia les
resulta muy complicado probar el sufrimiento y/o la aflicción que intencionalmente le causó
su pareja. La dificultad es doble, bien porque la lesión no siempre se puede probar, bien
porque, aunque se la haya probado, resulta inconmensurable. En el caso “Ruprecht vs.
Ruprecht”, el tribunal resolvió que no existía una razón de interés social o lógica para permitir
que una esposa demandara a su esposo por daños físicos para negarle la acción para reclamar
daños psicológicos en ausencia de daños físicos. El tribunal afirmó que ciertas aflicciones
emocionales o mentales eran tan “reales” como el dolor físico, aunque fuesen más difíciles de
probar” (cfr. “Daños en el Derecho de Familia” Ed. Rubinzal Culzoni, Graciela Medina, pág.
107/108).---------------------------------------------------------------------------------------------------No obstante ello, el relato de los testigos que acompañaron a la actora ya sea personal o
profesionalmente, es coincidente a la hora de afirmar el estado de debilidad en que se
encontraba la misma a raíz de las agresiones padecidas. En tal sentido la Lic. Giménez a fs.
22
176 vta. señala que se la veía muy débil, frágil, muy atormentada, deprimida y en esa
situación le aconsejaba que no permaneciera en el lugar donde ella era victimizada, agregando
“...se retira un tiempito y luego regresa. Que ella no trabajaba, estaba en una situación muy
vulnerable, los chicos en esa época eran muy chicos. Yo pienso que esa circunstancia la lleva
nuevamente a la casa de F. G. . Que esa primera etapa la puede situar aproximadamente en el
2000. Hay una segunda etapa más reciente que puede ser de finales del 2003 o comienzos del
2004, en esta etapa aparece más agravada la situación , ya era más manifiesta la violencia, yo
le veía marcas en su cuerpo...En ésta situación estaba doblemente agravada su salud y
situación, más deteriorada, me refiero a su salud mental, más debilitada, deprimida, muy
hipersensible, no estaba en condiciones de buscar trabajo...”. En igual sentido la testigo M. al
responder a la pregunta segunda (fs. 153 vta.) relata que la actora iba a su casa porque en la
suya se sentía mal, tenía miedo a las peleas y no se encontraba tranquila.- Del informe pericial
psiquiátrico agregado a fs. 231/238 se desprenden las patologías diagnosticadas a la actora,
entre las cuales fueron informadas: “problemas conyugales”, “ruptura familiar por separación
o divorcio” y “abuso físico del adulto” (fs. 235). Al respecto el perito al responder a la
primera pregunta del cuestionario propuesto por la parte accionante dice: “De probarse
jurídicamente los hechos denunciados por la actora, sus patologías psicofísicas, si bien no
podemos aseverar que se originaron a partir de su convivencia con el Sr. G. , por cuanto según
el relato de la Sra. M. con anterioridad ya había padecido la convivencia con su ex marido
Ricardo M. , podríamos inferir que se renovaron o agravaron” (fs. 238).--------------------------------------------------------------------------------------De esta manera, es posible aseverar junto a Matilde Zavala de Gonzáles, que la lesión contra
la intangibilidad psicofísica de un ser humano desencadena necesariamente un daño moral.Ahora bien, el resultado de la pericia permite apreciar que la historia de vida de la actora ha
23
tenido influencia causal en sus actuales patologías, como así también que ella tenía
protagonismo en las peleas entabladas con su concubino. No obstante ello, la violencia directa
ejercida por el demandado en su contra, conforme ha quedado probado, es susceptible de
provocar objetivamente el daño moral que se denuncia, sin perjuicio de la incidencia que la
circunstancia apuntada pueda tener a la hora de definir la procedencia de los restantes rubros
indemnizatorios pretendidos.----------------------------------------------------------------------------La fijación del importe por daño moral no es tarea fácil, puesto que se trata de una
indemnización sujeta a la prudente ponderación del juez acerca de la entidad de las lesiones a
las afecciones íntimas de los damnificados…”. (cfr. CNCiv. Sala E, “Barrionuevo, Raúl y
otros c. Ciudad de Bs. As. y otros” , 27/04/2005, DJ 2005-2,578).- Al respecto son escasos los
antecedentes jurisprudenciales que han podido consultarse sobre la materia. Así en un caso en
el que una mujer accionó contra quien fuera su concubino reclamando el daño moral que le
ocasionaron los malos tratos físicos y verbales que éste le propinó en ocasión de procurar
retirar sus muebles y pertenencias del inmueble en el que convivían, la Cámara de
Apelaciones en lo civil y Comercial de Azul, Sala II, con fecha 28 de agosto de 2008, resolvió
admitir el reclamo por la suma de $ 2.500, atendiendo a la entidad y alcance de la situación de
zozobra y dolor y a que la agresión no determinó repercusiones psicológicas con grado de
patología (“Del Chiaro, Marta Clotilde c/ Forconi, Rubén Luis, LLBA 2008, 1122).- Teniendo
en cuenta el precedente citado, y que -en nuestro caso- la actitud agresiva del demandado
hacia la actora se configuró en más de una oportunidad, teniendo entidad suficiente para
agravar o exacerbar las patologías psiquiátricas diagnosticadas en el acto pericial, considero
adecuado a la justicia del caso establecer la indemnización por daño moral en la suma de
pesos siete mil quinientos ($ 7.500), con más los intereses que se determinarán infra.-----------
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V) También reclama la actora en concepto de daño material el costo de los tratamientos
psicoterapéutico y psicofarmacológico a los que debió someterse en virtud de los malos tratos
recibidos, cuantificándolo provisoriamente en la cantidad de pesos tres mil ($ 3.000).
Igualmente dice padecer una incapacidad laboral equivalente al 50% de la total obrera.
Reclama por este concepto lucro cesante que no especifica, dejándolo sujeto a la prueba a
rendirse.-----------------------------------------------------------------------------------------------------Ahora bien, a los fines de determinar la procedencia de la pretensión indemnizatoria por los
rubros mencionados corresponde establecer la relación causal susceptible de vincularlos con
el hecho base de la acción. Este indispensable presupuesto de la responsabilidad civil ha sido
definido como “ ... el vínculo externo que se establece entre el daño (o el peligro de daño) y
un hecho que lo ha generado “ (Zavala de González, solución de Casos 2 pag. 107), o como
la necesaria conexión fáctica que se tiene que dar entre el obrar humano y el daño producido,
es decir que lo que se trata de determinar con ello es que si un resultado dañoso determinado
puede ser materialmente atribuido a una persona (Pizarro-Vallespinos
Instituciones del
derecho Privado Obligaciones 3 pag. 94). Sobre el tema se ha dicho: “A la luz de lo expresado
se advierte que este presupuesto, ...es en verdad, el segundo elemento que debe ser ponderado,
después del daño, pues solo a partir de su existencia es posible indagar si ha mediado o no
antijuridicidad, culpabilidad u otro factor de atribución”.- ( cfr. autores y obra mencionada
supra fs. 96). En ese sentido y siguiendo la línea de razonamiento trazada, considero que la
pretensión indemnizatoria analizada e este acápite no puede ser receptada. Doy razones: de
acuerdo a lo ya expresado, el perito informante a fs. 238 claramente señala la imposibilidad de
aseverar que las patologías psiquiátricas de la actora se originaron a partir de su convivencia
con el demandado por cuanto según expresiones de la misma con anterioridad ya había
padecido problemas similares con su ex marido. Además de ello, los testigos son contestes en
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reconocer que la actora padece un cuadro de esclerosis múltiple que conforme lo manifestado
por el Dr. D. a fs. 134 puede originar cuadros compatibles con síndromes depresivos. Por su
parte la Lic. Giménez, al responder a la pregunta séptima en la audiencia de fs. 176, refiere
que la actora en la actualidad se encuentra más fortalecida y en condiciones de tener
proyectos.- De esta manera, no habiendo sido debidamente probados los extremos que
sostienen el reclamo por daño material y menos aún el nexo causal que permita atribuir la
responsabilidad del demandado en su producción, la pretensión debe ser desestimada lo que
así decido.---------------------------------------------------------------------------------------------------VI) En definitiva, de acuerdo a las consideraciones efectuadas la demanda entablada por la
Sra. M.S. M.M. en contra del Sr. F. A. G. , debe prosperar parcialmente, sólo por el rubro
daño moral que se cuantifica en la suma de pesos siete mil quinientos ($ 7.500), que
devengará intereses desde la fecha del último hecho denunciado como generador del daño,
esto es desde el 27 de octubre de 2003 y hasta el momento del efectivo pago, calculados en
base a la tasa pasiva promedio mensual que publica el BCRA con más el 1% nominal
mensual.------------------------------------------------------------VII) El resto de las argumentaciones vertidas por las partes para sostener sus pretensiones o
defensas, como así también toda la prueba incorporada ha sido debidamente valorada, no
teniendo incidencia significativa en la decisión que se adopta.--------------------------------------VIII) Atento al resultado al que se arriba conforme el cual la demanda solo prospera
parcialmente respecto al rubro daño moral, rechazándose las restantes pretensiones
indemnizatorias, las costas se imponen por el orden causado, en los términos de los arts. 107 y
140 del C. de P.C. para la Sra. M.S. M.M., por poseer acordado un Beneficio de Litigar sin
Gastos ( Auto N° 819 de fecha 29 de septiembre de 2005 en autos caratulados “ M. M. S. M.–
Beneficio de Litigar sin Gastos”- ).- En virtud de ello y de lo dispuesto por el art. 26 de la ley
26
9459 ( análogo al art. 25 de la ley 8226), no corresponde regular honorarios en esta
oportunidad. En relación a los honorarios profesionales del perito psiquiátra teniendo en
cuenta la labor desarrollada estimo ajustado regular el equivalente a 15 jus, los que deberán
ser soportadas por partes iguales entre actor y demandado en cuanto la pericia fue ofrecida por
ambas partes.------------------------------------Por todo lo expuesto, normas citadas y lo dispuesto por los arts. 1078, 1083, concordantes y
correlativos
del
Código
Civil,
------------------------------------------------------------------
RESUELVO: 1°) Rechazar los Incidentes de Inidoneidad de Testigo articulados por el
demandado Sr. F. A. G. , a través de su apoderado, a fs. 384 y 395 de autos, con costas por el
orden causado.- 2°) Admitir parcialmente la demanda interpuesta por la Sra. M.S. M.M. sólo
por el rubro daño moral que se cuantifica en la suma de pesos siete mil quinientos ($ 7.500),
con más sus intereses conforme a lo dispuesto en el Considerando VI).- 3°) Costas por el
orden causado. 4°) No regular honorarios profesionales a los Dres. F. H. e I. H. en esta
oportunidad (art. 26 de la ley 9459).- 5°) Regular los honorarios profesionales del perito
médico psiquiatra oficial Dr. J. D. S.en la suma de pesos novecientos treinta y uno ($ 931).Protocolícese, hágase saber y dése copia.-
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