Lección 2 -- El Libertador de Israel.p65

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Lección 2
Moisés – El Libertador de Israel
VERSICULO PARA MEMORIZAR: “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor
vuestro Dios os levantará profeta entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis
en todas las cosas que os hable; y todo alma que no oiga a aquel profeta, será
desarraigada del pueblo” — Hechos 3:22-23.
Esteban Narra La Historia
En los capítulos siete y ocho del Libro de Hechos, leemos una historia interesante de la audacia y sabiduría de uno de los ministros de la iglesia primitiva,
Esteban.
La Persecución de la Iglesia
La iglesia estuvo creciendo tremendamente durante este período (Hechos 6:1),
y aunque los Apóstoles habían sido perseguidos al menos en dos ocasiones, continuaron con la predicación del evangelio de Cristo (Hechos 5:40). Esteban había
sido escogido como uno de los siervos de la iglesia en Jerusalén (Hechos 6:1-5), y
había ido más allá de sus obligaciones de “servir a las mesas” para predicar la
Palabra de Dios, confirmando la verdad de sus palabras con milagros. Su predicación fue tan efectiva que algunos judíos que eran miembros de varias sinagogas lo
desafiaron y debatieron con él. No obstante, no pudieron refutar lo que Esteban
decía. La única forma que pensaron en que podían tomarle ventaja fue sobornando
algunos hombres para que dijeran cosas falsas acerca de él delante del concilio del
sumo sacerdote (Hechos 6:9-14).
Esteban Empieza a Predicar
Este concilio permitió que Esteban hiciera una defensa, y el capítulo 7 de Hechos registra lo que Esteban fue capaz de decir, antes de que los miembros del
concilio se enfurecieran tanto que quisieron matarlo. Esteban habló acerca de
Abraham, de la salvación de la familia de José del hambre, acerca del establecimiento eventual de la “tierra prometida” por parte de los israelitas, y acerca de la
edificación del Templo de Salomón. No obstante, la parte principal de su historia
fue acerca de la “liberación” de Israel de Egipto y de la esclavitud.
Mientas Abraham estaba viviendo en la tierra de Canaán, Esteban dijo que él no
tuvo lugar en esa tierra para llamarla su posesión o morada. Sin embargo, Dios
prometió que sus hijos la poseerían algún día (Hch. 7:4-5). Mientras tanto, después
de la muerte de Abraham, estas personas tendrían que vivir en una tierra extraña
por mucho tiempo, y luego serían sacados por Dios (Hechos 7:6-7 y Gén. 15:1-16).
Estas promesas indicaron que habría una “gran liberación”.
Ahora, todo lo que Dios necesitaba era un libertador. El tenía Su plan, y había
colocado la fecha para esto. Solamente el “libertador” necesitaría estar preparado.
En su defensa, Esteban sigue diciendo la breve historia del pueblo de Israel hasta
que fueron hechos esclavos en Egipto (Hechos 7:8-19). Luego, introduce la historia
de Moisés.
Moisés Crece
Moisés era un niño hermoso, pero había nacido en una época cuando era peligroso ser un niño Hebreo. El Faraón de Egipto quería reducir el número de los
Israelitas por medio de matar a los bebés varones. El padre y la madre de Moisés
fueron capaces de esconderlo por un tiempo, pero eventualmente pensaron en otro
plan para salvar su vida. Fue preparada una pequeña canastilla y él fue puesto a
flote en el río cerca al lugar donde la hija de Faraón venía a bañarse. Moisés fue
visto por esta mujer, y fue llevado a su casa para convertirse en su hijo adoptivo.
Moisés creció en la educación de los Egipcios, pero nunca olvidó a su pueblo.
Cuando tenía cuarenta años de edad, “le vino al corazón visitar a sus hermanos,
los hijos de Israel” (Hch. 7:23). En su visita, defendió a uno de los hijos de Israel de
un Egipcio, a quien mató. La narración de Esteban de este evento dice que Moisés
“... pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano
suya; mas ellos no lo habían entendido así” (Hch. 7:25). Moisés estaba deseando
ser el libertador de Israel, pero estaba tratando de hacerlo demasiado pronto, o en
la forma incorrecta. Su crimen de matar al Egipcio fue descubierto, y tuvo que huir
de Egipto.
Después de vivir cuarenta años en la tierra de Madián, donde se casó y tuvo dos
hijos, estaba cuidando las ovejas de su suegro cerca al Monte Sinaí. Esteban dice
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como él vio una zarza ardiendo (que no se consumía), y como Dios le habló desde
la zarza ardiendo. Dios le dijo que era el momento para sacar a los Israelitas de
Egipto, y dijo a Moisés, “Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto” (Hch. 7:34).
Moisés Libera a Su Pueblo
Esteban comenta en este punto en su discurso que “a este Moisés, a quien
habían rechazado, diciendo:
¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste envió Dios como
gobernante y libertador por mano
del ángel que se le apareció en la
zarza” (Hch. 7:35). Este mismo
Moisés que una vez fue rechazado por el pueblo, era ahora nombrado por Dios para ser su libertador. Sabemos la historia de las maravillosas señales y castigos que
Dios envió sobre los Egipcios por
medio de este hombre, y cómo finalmente permitieron a los Israelitas ser liberados de la esclavitud.
Los hijos de Israel salieron llevando grandes regalos que los Egipcios les urgieron a tomar. Ciertamente la liberación fue GRANDE.
Moisés y Jesús
No obstante, para Esteban, la
historia no termina aquí. Va a decir algo más acerca de Moisés. Dijo, “Este Moisés
es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de
entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis” (Hch. 7:37 y Dt. 18:15). Esta es
una profecía de la venida de Jesús para ser el Cristo. Jesús iba a ser como
Moisés, un profeta, un dador de la ley, y un libertador. En efecto, dos pasajes en el
Nuevo Testamento hablan de Cristo como un libertador (Rom. 11:25-27 y 1 Tes.
1:10). Debemos ser liberados del pecado y de la ira de Dios que viene para castigar
el pecado. Cristo hace esto por nosotros por medio de morir por nuestros pecados
y por dar el evangelio de la salvación.
Tal como los israelitas rechazaron a Moisés al principio, los hombres también
rechazaron a Jesús como su libertador (Jn. 1:10-12). No obstante, los apóstoles
nos dijeron que aún cuando fue rechazado, El aún sería el que Dios escogió para
ser salvador del mundo, En una ocasión, cuando Pedro estaba predicando a una
multitud de personas, dijo a su audiencia que Jesús era “... la piedra reprobada por
vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo”. Luego declaró que “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:11-12). Nuevamente,
Pedro escribe que aquellos que rechacen a Cristo como libertador “tropezarán” y
“caerán” en desobediencia, pero que aquellos que lo acepten serán llamados “de
las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:3-10). Puesto que los israelitas finalmente aceptaron a Moisés, y fueron salvos de Egipto, así Dios quiere que aceptemos a
Cristo, y seamos salvos del pecado.
Preguntas de Verdadero-Falso
1. Esteban era un siervo de la iglesia, pero no era un buen maestro. __________
2. El discurso que Esteban hizo en su defensa está en el capítulo 8 de Hechos.
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3. La parte principal del discurso de Esteban fue acerca de Moisés. ____________
4. Dios le dijo a Abraham que sus descendientes estarían en un país extraño, pero
no le dijo cuánto tiempo. _______________________________________
5. Moisés fue escondido por sus padres de manera que no lo mataran. _________
6. Cuando había crecido, Moisés trató de convertirse en el libertador de los israelitas por medio de conseguir un ejército. ______________________________
7. Moisés fue enviado por un ángel en la zarza ardiendo a sacar a los hijos de Israel
de Egipto. __________________________________________________
8. Moisés fue enviado a sacar a los hijos de Israel de Egipto por Dios quien le habló
desde la zarza ardiendo. _______________________________________
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