Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar “Las misiones de la Educación para la era planetaria en dos obras de Edgar Morín” Prof. José Antonio Medei Enríquez Año 2004. INTRODUCCIÓN El tema que abordamos fue elegido en razón de la urgencia por ir esclareciendo, de modo gradual pero efectivo, las misiones que competen a la Escuela, y los desafíos que debe asumir la misma, en esta nueva encrucijada de la era planetaria que es el inicio del siglo XXI. Para ello nos hemos valido de un autor como Edgar Morín que responde admirablemente a una visión lo más integral posible tanto del hombre como de la historia, la política, la educación y la realidad en general. Es decir, ofrece una “cosmovisión” que, si bien reclama ser pensada y precisada desde las particularidades propias de los sujetos receptores de tal doctrina, sin embargo, hace posible una apertura a la totalidad de los factores que constituyen el entramado de lo real, sin censuras ni exclusiones de ningún tipo. Si bien la cuestión educativa amerita un desarrollo más amplio y de mayor especificación, acotamos nuestro abordaje por diversas razones, siendo la más decisiva de todas el hecho de que el Autor de referencia ha desarrollado sus propuestas en muchas obras y mantiene abierto tal desarrollo; esto hace que cualquier juicio sobre el tema deba permanecer también abierto a nuevos avances y/o rectificaciones. Por ello, hemos tomado como textos orientadores a sus dos últimas obras: “La cabeza bien puesta” (1999), un texto clave ya que en él Morín desarrolla las líneas fundamentales del paradigma de la Complejidad teniendo como destinatarios principales a los docentes, los cuales se hayan inmersos en un generalizado programa de reformas educativas; la otra es la de reciente publicación (2003) titulada “Educar en la era planetaria”, elaborada en colaboración a partir de las experiencias educativas realizadas por la cátedra itinerante “UNESCO-Edgar Morín para el Pensamiento Complejo”, obra que aborda el tema educativo ante la tensión que vive la humanidad planetaria entre la cultura científica-tecnológica-económica, y la cultura humanistaemancipadora. Todo este recorrido será enriquecido por un juicio pertinente a la situación de la Escuela en nuestro medio, siempre teniendo en cuenta, como referencia ineludible, la propuesta para la educación en la era planetaria en su aplicación a los diversos Niveles del Sistema educativo. 1.- LOS DESAFIOS DE LA REFORMA EN LA ERA PLANETARIA. Hablar de “reforma” no implica, al menos en este trabajo, reducir su significado a los distintos procesos de modificación a que se ven sometidos los Sistemas educativos de diversos países del mundo, entre ellos el nuestro, sobre todo a Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 1 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar partir de la sanción de la Ley Federal de Educación en el año 1993 y su posterior implementación mediante los Acuerdos Marco surgidos del seno del Consejo Federal de Educación. Más bien hablamos aquí de reforma en sentido “paradigmático”, no “programático”, mucho más abarcativo ya que llega al orden de los fundamentos mismos de lo real incluyendo, por lógica consecuencia, todos los factores y procesos que constituyen una época histórica determinada. En concreto, hablamos de aquella revolución paradigmática referida por Thomas Kuhn en “La estructura de las revoluciones científicas”, revolución/reforma que es consecuencia del agotamiento de los marcos conceptuales y cosmovisionales de una época, generándose la necesidad del surgimiento de nuevos criterios hermenéuticos que permitan explicar los nuevos problemas. De tal modo, si nos atenemos a las fases que en dicha obra jalonan el progreso histórico de la Ciencia y permiten explicar los cambios de “paradigma” (ciencia normal-crisis-revolución-nueva ciencia-......), podemos arriesgar la siguiente conclusión a modo de hipótesis de trabajo: ” nos hallamos inmersos en el período de crisis del paradigma moderno, período cargado de desafíos, incertidumbres y posibilidades a la búsqueda de un nuevo paradigma”. Esta situación de crisis paradigmática ha impactado, de modo particular, en la Escuela, y pone en cuestión tanto los actuales modelos de gestión institucional como los mismos modelos pedagógicos-didácticos vigentes, así como también afecta a las epistemologías subyacentes en la formación docente, las cuales determinarán la selección y organización de los conocimientos que impartirán en la aulas. Esto hace que no sea viable, hoy, seguir asumiendo la tarea educativa como si fuese posible poner “vino viejo en odres nuevos, algo que está sucediendo de modo alarmante, no sólo en las instituciones educativas sino en muchas decisiones oficiales. Como nos señaló un colega al tomar conocimiento de la R.M. N° 0389/04: “están poniendo vino nuevo en odres impresentables”. De este modo, la única viabilidad posible para la educación hoy, es afrontar los nuevos desafíos y las nuevas incertidumbres paradigmáticas que la era planetaria nos plantea. He aquí la importancia de la propuesta moriniana, y la razón de por qué hemos asumido la misma. En su obra de divulgación (ya mencionada) “La Cabeza Bien Puesta” (CBP), Edgar Morín deja constancia de una sensación muy extendida hoy en diversos ambientes intelectuales: “...convencido de la necesidad de una reforma del pensamiento y, por lo tanto, de una reforma de la enseñanza...”.1 No hay otra alternativa, para solucionar los complejos problemas que plantea la era planetaria, que una radical reforma del pensamiento y de las Instituciones, para que puedan asumir adecuadamente el desafío de la “complejidad” como el gran desafío del siglo XXI. 1 MORIN, Edgar. La cabeza bien puesta. Nueva Visión. Buenos Aires. 1999. pag. 9 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 2 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Por ello la Escuela, en cuanto Institución dedicada a la enseñanza, debe recuperar su propia naturaleza para impartir lo que Edgar Morín llama “enseñanza educativa”, enseñanza cuya misión es “...transmitir, no saber puro, sino una cultura que permita comprender nuestra condición y ayudarnos a vivir... ...favorecer una manera de pensar abierta y libre”.2 Ante esta nueva situación, Morín plantea allí los distintos desafíos que debe afrontar la Escuela en esta tarea, desafíos que surgen de la constatación hecha por nuestro tiempo acerca de la falta de adecuación entre los saberes disociados y fragmentados en disciplinas que imparte la misma Escuela, y los problemas cada vez más pluridisciplinarios y complejos que se nos presentan en el mundo de la vida. Esta ha sido (situación que no se ha modificado sustancialmente) la tradición escolar de nuestro país en sus distintos Niveles. Por un lado la distancia que existe entre la Escuela y la vida como si fuesen dos mundos separados y sin conexión. Por el otro, una enseñanza memorística y enciclopédica, fragmentaria y con una gran disociación entre teoría y praxis, al punto que impide pensar la realidad y generar las competencias necesarias para comprenderla, vivir y trabajar en ella y sobre ella. Un fruto paradigmático de esta cultura escolar ha sido la “hiperespecialización” reinante en el ámbito del saber (pensemos, por ej, en la Medicina humana), la cual ha tornado invisible (y por ello mismo impensable) la complejidad de lo real, es decir, hace posible que escape a la mirada esa contextura a raíz de la cual no es posible separar los diversos componentes que constituyen un todo, ya que existen tejidos en forma interdependiente. De este modo, la hiperespecialización (es decir, una consideración fragmentadora de la realidad que sólo considera un aspecto de la misma) ha tenido dos consecuencias nefastas: un enfoque reduccionista y una inteligencia ciega. Por este reduccionismo, la inteligencia disyuntiva se remite a una sola serie de factores para solucionar la totalidad ;es decir, elige uno de los distintos factores que constituyen lo real y lo erige en criterio hermenéutico absoluto para entender el todo. De este modo, tal inteligencia se vuelve “ciega”, incapaz de encarar el contexto y lo complejo, generando lo que Morín ha denominado, en repetidas ocasiones, un “neo-oscurantismo”; una época marcada, paradójicamente, por la ceguera y la ignorancia en el seno de una civilización que asiste a inusitados y vertiginosos adelantos tecnológicos. Detrás de esto se oculta otro serio problema: la expansión descontrolada del saber. Esta situación hace que no podamos dominar los mismos conocimientos que nosotros engendramos; el despotismo de la “información” pone en evidencia este hecho. Y Morín, para ejemplificarlo, recurre a la pregunta formulada por el escritor inglés Thomas Stearn Elliot: “Dónde está el conocimiento que perdemos en la información?”.3 A esto se agrega la incapacidad del hombre actual cuando se trata de integrar el conocimiento para la conducta de la propia vida. También aquí nuestro Autor 2 3 oc. pag. 10-11 ib. pag. 16 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 3 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar recurre al escritor inglés ya mencionado: “Dónde está la sabiduría que perdemos en el conocimiento?”.4 Sin embargo, lo más grave de esta situación indicada por Morín es que el mismo Sistema educativo la obedece, es más, el mismo Sistema educativo juega como partícipe necesario en la tarea reproductora de esta cultura dominante. Y esto es grave porque hace de la misma Escuela una “estafa” (montada con formato legal, por supuesto) ya que “...nos enseña desde la escuela primaria a aislar los objetos (de su entorno), a separar las disciplinas (más que a reconocer sus solidaridades), a desunir los problemas, más que a vincularlos e integrarlos. Nos induce a reducir lo complejo a lo simple, es decir, a separar lo que está unido, a descomponer y no a recomponer, a eliminar todo lo que le aporta desorden o contradicciones a nuestro entendimiento. En estas condiciones, las mentes jóvenes pierden sus aptitudes naturales...”5 Y así la Escuela termina entrampada en una contradicción con sus fines naturales, convirtiéndose en un espacio en el que se imparten saberes que sólo son válidos en el interior de esta misma escuela reductivista, pero cuyo graduados serán incapaces de afrontar la complejidad de lo real fuera de ella. De toda esta situación desafiante, Morín va a desprender, como una especie de reacción en cadena, tres grandes desafíos plasmados en el ethos cultural de nuestra época: el desafío “cultural”: es decir, la tarea, urgente e insoslayable, de provocar el reencuentro y el diálogo de la cultura de las humanidades con la cultura científica, dada la ruptura sufrida en el siglo XIX con las nefastas consecuencias que hemos visto en el siglo XX. el desafío “sociológico”: o sea, reconocer que el pensamiento es el capital más preciado para el individuo y la sociedad; por ello a él deben estar sometidos e integrados tanto el conocimiento como la información. el desafío “cívico”: frente a un saber que se ha tornado esotérico y anónimo, es preciso devolverle al ciudadano común el derecho al conocimiento, un conocimiento que hoy es privativo de los expertos. Sin embargo, Morín reconoce lo difícil y problemático que es hacer frente a estos desafíos interdependientes debido, sobre todo, a la situación actual de la inteligencia. Por ello, la reforma del pensamiento debe permitir el pleno empleo de la inteligencia. “Se trata de una reforma no programática sino paradigmática, que concierne a nuestra aptitud para organizar el conocimiento”.6 2. Una nueva inteligencia para una nueva Escuela: la cabeza bien puesta. Edgar Morín toma esta expresión, “cabeza bien puesta”, de Michael de Montaigne, para quien valía más una cabeza bien puesta que una cabeza repleta. 4 ib . pag. 17 ib. pag. 15 6 ib. pag.21 5 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 4 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Una cabeza repleta, según nuestro autor, es aquella en la que el conocimiento se ha acumulado, se ha apilado sin disponer de un principio seleccionador y organizador que otorgue sentido a tal conocimiento. En cambio, una cabeza bien puesta es aquella que reconoce que, más importante que acumular conocimiento es disponer de dos factores esenciales: una aptitud general para plantear y analizar problemas. principios organizadores que permitan vincular los saberes para otorgarles un sentido. En relación al primer factor mencionado, decimos que es esencial ya que, desarrollar las aptitudes generales del pensamiento es condición sine qua non para desarrollar las competencias particulares del mismo. Morín utiliza recurrentemente, como criterio interpretativo, el “principio pascaliano” cuando se trata de fundamentar este factor: “Como todo es causado y causante, ayudado y ayudante, mediato e inmediato, y como todo se mantiene por un vínculo natural e insensible que relaciona a los más alejados y a los más diferentes, considero imposible conocer las partes sin conocer el todo y conocer el todo sin conocer particularmente las partes...”.7 Por ello la educación debe favorecer esta aptitud natural del pensamiento humano para plantear y resolver problemas, y a la vez estimular el pleno empleo de la inteligencia, es decir, su rendimiento “complejo”. Para lograrlo, la Escuela debe hacerle lugar al libre ejercicio de la curiosidad, algo que, por el contrario, el proceso de instrucción escolar termina apagando. Más allá de la ironía, es lo que expresa el lenguaje de un graffiti pintado por estudiantes en la pared de una escuela de nuestra ciudad: “Interrumpí mi educación a los seis años para ingresar a la escuela”. En este caso, más grave que la comprensible y esperable ironía escéptica de un estudiante secundario, es hallar esta misma idea en un documento oficial del Ministerio de Educación y Cultura de nuestra Provincia, “Acerca de la Evaluación”, del año 1999. Ahora bien según Edgar Morín, este aguijonear la capacidad interrogadora, aventurera e inventiva, no es fruto de un programa sino de un fervor educador. Y esto es lo realmente difícil: si el mismo educador no lo vive, no lo puede contagiar o despertar en los alumnos. Para cerrar este punto, una breve referencia de Morín a la Filosofía. Su contribución al desarrollo de esta aptitud es eminente ya que ella “...es, ante todo, un poder de interrogación y de reflexión sobre los grandes problemas del conocimiento y de la condición humana”.8 Para realizar este cometido, la Filosofía debe renovar la misión que tuvo desde Aristóteles, es decir, debe recuperar su dimensión sapiencial: debe aplicarse al saber sobre el ser para poder fundar el saber hacer y el saber ser. Esto significa que la filosofía debe volver a vincular los momentos antropológico, gnoseológico, ético, tecnológico y político, reunidos y sintetizados en su 7 8 ib. pag. 28 ib. pag. 25 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 5 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar fundamento ontológico. Esto hace que, aquellos que se dedican a enseñar filosofía deban “...hacer aportes al conocimiento reflexivo e interrogativo sobre los conocimientos científicos, la literatura, la poesía y, al mismo tiempo, nutrirse de las ciencias y de la literatura”.9 En cuanto al segundo de los factores señalados para una cabeza bien puesta, Morín precisa, no una definición pero sí una descripción de lo que es el conocimiento: “...una traducción y una reconstrucción a partir de señales, signos, símbolos, en forma de representaciones, ideas, teorías, discursos”.10 Ahora bien, los diversos conocimientos deben organizarse según principios y reglas que implican operaciones de unión y separación, en un proceso circular y recursivo por el cual se pasa, necesariamente, de la unión a la separación y viceversa, así como del análisis a la síntesis y de la síntesis al análisis. Por el contrario, la cultura educacional moderna ha privilegiado la separación y el análisis en detrimento de la unión y de la síntesis. Pero hoy la Psicología cognitiva nos ha mostrado que el conocimiento se construye y progresa, principalmente, por la aptitud para integrar los distintos conocimientos en sus respectivos contextos. Esto ha despertado la conciencia acerca del “imperativo categórico” de la educación actual: desarrollar la aptitud para contextualizar y totalizar los diversos saberes con el fin de poder otorgarles unidad y sentido. Alcanzar esto es alcanzar, según Edgar Morín, un pensamiento ecologizante, es decir, un pensamiento que sitúa todo acontecimiento, toda información y todo conocimiento en una relación simbiótica con el medio. Este pensamiento de lo complejo tiene la virtud de buscar siempre las relaciones y las inter.-retro-acciones entre todo fenómeno y su contexto, entre el todo y las partes, es decir, comprender cómo una modificación de lo general incide, necesariamente, sobre lo particular. Estas son las razones que llevan a la necesidad de transformar los principios organizadores del conocimiento, razones claramente expresadas en el ya mencionado principio pascaliano. Llegados aquí se impone la pregunta: ¿cuáles son los principios organizadores que, según Edgar Morín, permiten el desarrollo (y a la vez son fruto) de un pensamiento ecologizante?. 3. Los Principios de la reforma: un nuevo espíritu científico. Los principios rectores del paradigma moderno (disyunción y reducción en el punto de partida, simplificación en el punto de llegada) han mostrado sus límites, y terminaron por agotarse después de haber dejado a su paso una estela de fragmentación y ocultamientos. Por ello ha llegado la hora de un tipo de pensamiento que, en la línea del gran principio pascaliano, reconozca que el conocimiento de las partes depende del conocimiento del todo y viceversa; que reconozca y analice los fenómenos 9 ib. pag. 26 ib. pag. 26 10 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 6 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar multidimensionales, solidarios y conflictivos a la vez; que reconozca y respete la diversidad en la unidad y la unidad diversificada. En suma, un pensamiento complejo y de lo complejo. Estrictamente hablando, este tipo de pensamiento reconoce sus antecedentes privilegiados tanto en la filosofía como en la literatura y hoy, traspuesto al ámbito de las Ciencias, nos permite recuperar el “paradigma perdido” por el reduccionismo de la Modernidad. De hecho, las Físicas de la relatividad y de los quantos, así como las visiones sistémicas y ecologizantes, iniciaron una reforma del pensamiento en las mismas ciencias de la Naturaleza tras las huellas de la complejidad. La visión del mundo y de la sustancia de la realidad que hoy tenemos gracias a la Física de partículas es un claro ejemplo de lo que decimos. Surge así un pensamiento de lo complejo que, superando polémicas epistemológicas ya superadas, vincule estrechamente la explicación a la comprensión y a la descripción en el análisis de todos los fenómenos: naturales, históricos, políticos y humanos. De este modo Edgar Morín esboza los grandes principios rectores para generar un pensamiento de lo complejo. En el capítulo 8 de “La cabeza bien puesta” adelanta siete principios, los cuales son complementarios e interdependientes. Y en la Parte I de “Educar en la era planetaria” los explicita con mayor precisión. Ellos son: a. El principio “sistémico”. Es el principio de la organización, es decir, permite vincular el conocimiento de las partes con el conocimiento del todo, según el principio pascaliano. Por contraposición al reduccionismo, este principio lleva a reconocer que el todo es más que la mera suma de las partes, es decir, “...la organización de un todo produce cualidades o propiedades nuevas en relación con las partes consideradas de forma aislada: las emergencias”.11 Sin embargo, a la vez, por este principio podemos afirmar que “...el todo es menos que la suma de las partes, cuyas cualidades están inhibidas por la organización del conjunto”.12 b. El principio “hologramático”. Este principio se inspira en el “holograma”, tomado analógicamente.13 Aquí se evidencia la paradoja de toda organización compleja: “...no solamente la parte está en el todo, sino que el todo está inscripto en la 11 ib. pag. 98 ib. pag. 98 13 Al hablar de “holograma” hacemos referencia a una imagen física que, a diferencia de las imágenes fotográficas ordinarias, es proyectada al espacio en tres dimensiones, quedando el objeto hologramado restituido con una fidelidad notable. Esto se debe a que cada punto de tal objeto hologramado es “memorizado” por todo el holograma, y cada punto del holograma contiene la presencia del objeto en su casi totalidad. Debido a esto, la ruptura de la imagen hologramática no determina imágenes mutiladas sino imágenes completas, demostrando así la realidad física de un tipo asombroso de organización en la que el todo está en la parte que se halla en el todo, y en la que la parte es apta para regenerar el todo y hacerlo visible. 12 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 7 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar parte”.14 Morín lo ejemplifica recurriendo tanto al vínculo existente entre el patrimonio genético y la célula individual (ciencias de la naturaleza) como al que existe entre la sociedad humana y cada uno de los individuos que la conforman (ciencias del hombre).15 c. El principio de “retroactividad”. Por contraposición a la causalidad lineal, este principio permite ver cómo no sólo la causa actúa sobre el efecto, sino que el mismo efecto retroactúa sobre su causa y la retroalimenta. d. El principio de “recursividad”. Este principio apunta a permitir reconocer y explicar los fenómenos de auto-producción y auto-organización. Morín utiliza para ello la imagen del “bucle recursivo” por el cual, tanto los productos como los efectos son, a la vez, productores y causantes de aquello mismo que los produce y causa. e. El principio “auto-eco-organizador”. Este principio sintetiza las ideas de autonomía, ecología y organización, y se aplica, principalmente, a los seres vivientes los cuales, en cuanto “autoorganizadores y autoproductores”, necesitan energía e información para tales procesos. Y esto sólo puede darse en una apertura al ecosistema del que se nutren y al que alimentan. Por ello la autonomía de todo sistema es inseparable de tal dependencia. Esta situación alcanza su mayor nivel de complejidad en el caso de los seres vivientes humanos, cuya organización autónoma depende no sólo de la energía que captan biológicamente del eco-sistema, sino también de la información cultural que les brinda su entorno geo-ecológico. f. El principio “dialógico”. Gracias a este principio es posible pensar, en un mismo espacio mental, lógicas que, a la vez, se complementan y se excluyen. Morín lo define diciendo que es “...la asociación compleja (complementaria/concurrente/antagonista) de instancias necesarias, conjuntamente necesarias, para la existencia, el funcionamiento y el desarrollo de un fenómeno organizado”.16 Esto significa concebir la dialógica “orden/desorde/organización” que, a través de innumerables inter.-retroacciones, está en acción constante tanto en el mundo físico-químico como en el biológico y el humano. g. El principio de “reintroducción del sujeto cognoscente en todo conocimiento” Contrariamente a lo que podría pensarse, el paradigma moderno dejó fuera del conocimiento al mismo sujeto que conoce. Y esto en pos de una objetividad y neutralidad que pudiera garantizar la validez de dicho 14 ib. pag. 99 MORIN, Edgar. Educar en la era planetaria. Gedisa. Barcelona. 2003. pag. 38 16 oc. pag. 41 15 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 8 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar conocimiento. Sin embargo, este principio opera la restauración del sujeto y permite resaltar el problema cognitivo central: todo conocimiento es una reconstrucción/traducción que hace una mente/cerebro en el contexto de una cultura y en un tiempo histórico determinados. Esto significa que el sujeto, cuando conoce, no “refleja” la realidad sino que la reconstruye y la traduce por medio de los principios aquí señalados. Por ello, el conocimiento no es una acumulación de datos y de información, sino que es “organización” de los mismos. Además, teniendo en cuenta tanto las incertidumbres como el inacabamiento propios del conocimiento humano, Morín afirma que dicha construcción “...es siempre incierta porque el sujeto está dentro de la realidad que trata de conocer. No existe el punto de observación absoluta ni el meta sistema absoluto. Ahora bien, la objetividad absoluta, al igual que la verdad absoluta, es un engaño”.17 No es posible cerrar este tema sin puntualizar, como contextualización de los Principios señalados, dos cuestiones referidas tanto al Método como al nuevo espíritu científico que se está gestando paradigmáticamente. En relación al primer punto, debemos señalar que los Principios mencionados en este apartado son los principios generativos y estratégicos de un “método”, el método de la complejidad (recordemos que, en griego, método significa “camino”; con ello queremos significar que las sendas que debe transitar todo pensamiento complejo están hechas, necesariamente, a base de aquellos principios enumerados). Para Morín “el método no es sólo una estrategia del sujeto, es también una estrategia generativa de sus propias estrategias... ...es aquello que nos ayuda a conocer y es también conocimiento”.18 Esto implica romper con la visión clásica (el método entendido como mera herramienta) para dar lugar a una nueva visión que reconoce, en el método, dos niveles que se distinguen con claridad pero, a la vez, se articulan y retroalimentan con no menor claridad: en el primero de dichos niveles se facilita el desarrollo de estrategias para el conocimiento; en el segundo se facilita, asimismo, el desarrollo de estrategias para la acción. A raíz de este modo de concebir el método, se produce lo que Morín denomina “el pleno empleo de la inteligencia”, o también “el pleno empleo de las cualidades del sujeto”, ya que en él se dan cita tanto el arte como la estrategia, factores fundamentales de todo pensamiento complejo. En relación al segundo punto arriba señalado, el nuevo espíritu científico, debemos afirmar que es el fruto y a la vez el causante de esta perspectiva compleja. Y su contribución a formar una cabeza bien puesta es decisiva ya que la reforma del pensamiento integraría en las dos culturas (ciencias y humanidades) las ideas fundamentales, restableciendo así la comunicación entre ambas; según afirma Edgar Morín, la cultura científica y la cultura de las humanidades terminarían, 17 18 ib. pag. 43 ib. pag. 35 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 9 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar de este modo, por ser los dos polos de “la” cultura. Y esta es la única salida posible para la regeneración del humanismo, un humanismo que fue distorsionado por el reduccionismo moderno. Por ello concluye Morín diciendo que “...nuevas humanidades emergerían de esta manera del contacto entre los dos polos culturales. Estas humanidades revitalizarían la problematización que permitiría la plena emergencia de los problemas globales y fundamentales. Y así, para cada futuro ciudadano, si hay que ir a la especialización, entonces habrá que pasar por la cultura”.19 Si lo que nuestro autor indica es acertado (y entendemos que lo es sobremanera), entonces la urgencia y la gravedad por iniciar esta reforma paradigmática en la Escuela es impostergable. Es más, su postergación implica una negligencia inexcusable. Aquí vemos con mayor claridad y perspectiva que la distancia entre nuestra Escuela argentina y el mundo de la vida (la “sociedad-mundo” dice Morín) ha introducido una distorsión tan desfigurante en la naturaleza específica de esta Institución que, si no es salvada, de modo gradual pero efectivo, terminará por quitar el resto de legitimidad y validez que aún le reconoce la cultura contemporánea. Por ello, la reforma debe ser “integral” si quiere ser paradigmática y no meramente programática. Y si es así “...la reforma del pensamiento tendría consecuencias existenciales, éticas y cívicas”.20 4.La reforma de la Escuela para la era planetaria. Cuando hablamos de “era planetaria”, con tal expresión queremos significar aquella situación cuyo conocimiento nos puede abrir a la comprensión, no sólo de la condición humana, sino también del mismo mundo humano. Según Edgar Morín, “en el nacimiento de la historia moderna la condición del mundo humano se transformó en era planetaria”.21 Concretamente, a partir de 1492, las jóvenes naciones europeas, lanzándose a la conquista del planeta, dieron comienzo a una nueva era, caracterizada por dos tipos de “mundializaciones”: la mundialización de la dominación y la mundialización de las ideas. Dada la complejidad de lo real, la planetarización de la humanidad hace que ésta reedite la aventura incierta del Odiseo homérico, embarcado en una travesía errante, desconocida y cargada de incertidumbre pero siempre en búsqueda de su destino. Por ello dice Morín que “...comprender esta aventura y su posible destino es el desafío principal de la educación planetaria y, en este contexto, es primordial para alcanzar una civilización planetaria”.22 Ahora bien, ¿está la Escuela, concretamente nuestra Escuela argentina tan alejada, históricamente, del mundo de la vida, en condiciones de asumir la responsabilidad de semejante misión?. Y aquí es donde, aparentemente, nos hallamos en una especie de punto muerto: “...no se 19 MORIN, Edgar. La cabeza bien puesta. Nueva Visión. Bs As. 1999. pag. 101-102 ibidem 21 MORIN, Edgar. Educar en la era planetaria. Gedisa. Barcelona. 2003. pag. 81. 22 ibidem 20 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 10 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar puede reformar la institución sin haber reformado previamente las mentes, pero no se pueden reformar las mentes si no se reformaron previamente las instituciones”.23 La pregunta que nos desafía es doble ya que es doble la contradicción que se nos abre camino: por un lado la oposición “mente-institución” y por otro la que surge entre “escuela-sociedad”. Edgar Morín no tiene dudas acerca de lo incómodo de la situación, sin embargo plantea alternativas. “Existe una imposibilidad lógica de superación de las dos contradicciones que acabamos de enunciar, pero de este tipo de imposibilidad la vida siempre se burló”24 Por ello es necesario volver la mirada a la historia para encontrar allí los caminos seguidos por los diversos procesos de reforma, reforma que siempre y necesariamente, empieza de forma periférica y marginal. Un proceso que nunca es masivo, ni su avance es arrollador como tampoco es lineal. Esta es la razón por la cual entendemos que la cuestión no debe centrarse tanto en el “cómo” (es decir, en el proceso mismo) sino que, más bien, deberíamos apuntar a esclarecer dos factores esenciales: el primero de ellos es “quiénes” (por lo tanto, la cuestión del sujeto activo de la reforma); el segundo se refiere al “para qué” (es decir, los fines de la misma). Frente a ambas cuestiones, Morín manifiesta una certeza que, si bien es abierta, a la vez es inquebrantable: “...la iniciativa sólo puede venir de una minoría, al comienzo incomprendida, a veces perseguida. Luego se produce una diseminación de la idea que, al difundirse, se vuelve una fuerza que puede actuar.” “Una minoría de educadores, animados por la fe en la necesidad de reformar el pensamiento y en regenerar la enseñanza. Serán educadores que ya sienten el sentido de su misión”.25 Morín ve que el lugar propio del docente no es el propio del “funcionario” ni siquiera el del “experto”, sino, más bien, el del “misionero”, lo cual no significa que la enseñanza erradique de su naturaleza específica los aspectos funcionales, profesionales o de especialización. Más bien significa que no puede reducirse a los mismos sino que debe volver a convertirse en una “misión” es decir, una tarea de salvación pública. Esta propuesta es, sencillamente, fascinante. Retomemos la analogía del “misionero”. Este no es un experto en la organización, la gestión y la administración (tal sería el caso del “obispo”); sin embargo, no puede prescindir de una mínima competencia en tales áreas con el fin de poder encuadrar con mayor eficacia la acción educativa. Tampoco el docente es un experto en la investigación y producción bibliográfica (como sí lo es el “teólogo”); pese a esto, no debe serle extraña la tarea reflexiva en torno a su propia praxis así como en torno a los contenidos de la propia disciplina, y en muchas ocasiones deberá 23 MORIN, Edgar. La cabeza bien puesta. pag. 103 oc. pag. 104-105. 25 ib. pag. 105 24 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 11 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar confeccionar textos específicos para el uso del alumnado, debiendo estar capacitado para ello. Del mismo modo, el docente tampoco es un “contemplativo (tarea propia del monje) ni un profesional de la cátedra (no es un “pensador” ni un creador de sistemas), sin embargo debe ser una persona con pensamiento propio, es decir, alguien que, no sólo imparte conocimientos, sino que, fundamentalmente, desde la propia disciplina, hace posible un pensamiento abierto y constructivo, tanto para su propia vida como para la de sus alumnos. Alguien que ha meditado en sí mismo lo que luego propone a otros, no sólo “para saber” sino también y sobre todo, para “saber hacer” y para “saber ser”. Y podríamos seguir así, sacando todas las consecuencias contenidas virtualmente en esta analogía. Sin embargo, lo importante es comprender que, sólo así, la enseñanza se convierte en “educativa” para dejar de ser lineal, transmisiva y reproductiva, es decir, simplificadora. Para alcanzar esta enseñanza educativa se necesita, sí, de la competencia disciplinar, pero además es necesaria una técnica, un arte y, sobre todo, “eros”, es decir, “...deseo, placer y amor, deseo y placer de trasmitir, amor por el conocimiento y amor por los alumnos. El eros permite dominar el gozo ligado al poder, en beneficio del gozo ligado al don. Esto es lo que en primer lugar puede provocar el deseo, el placer y el amor por el alumno...”.26 Solamente desde aquí es posible señalar los “fines” de tal enseñanza educativa. Ellos son: “proporcionar una cultura que permita distinguir, contextualizar, globalizar, dedicarse a los problemas multidimensionales, globales y fundamentales; preparar las mentes para que respondan a los desafíos que plantea para el conocimiento humano la creciente complejidad de los problemas; preparar las mentes para que enfrenten las incertidumbres que no dejan de incrementarse, no sólo haciéndoles descubrir la historia incierta y aleatoria del Universo, de la vida, de la humanidad, sino favoreciendo en ellas la inteligencia estratégica y la apuesta a un mundo mejor; educar para la comprensión humana entre los seres cercanos y los que están alejados; enseñar la filiación de (Argentina), en su historia, en su cultura, en la ciudadanía republicana e introducir la filiación de (América Latina) 27; enseñar la ciudadanía terrestre, enseñando la humanidad en su unidad antropológica y sus diversidades individuales y culturales, así como en su comunidad de destino propia de la era planetaria, en la que todos los humanos se enfrentan a los mismos problemas vitales y mortales.”28 Morín entiende que esta reforma del pensamiento a través de la educación es una necesidad histórica clave para, desde la complejidad, poder pensar los problemas de la humanidad en la era planetaria, “...una reforma vital para los ciudadanos del nuevo milenio que permitiría el pleno empleo de 26 ib pag. 106 la precisión aclaratoria de la Nación y del sub-continente es nuestra. 28 ib. pag. 106-107 29 ib. pag 108 30 ib. pag. 80 27 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 12 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar sus aptitudes mentales y que constituiría, no por supuesto la única condición, pero una condición sine qua non para salir de nuestra barbarie”.29 Frente a tal planteo de la cuestión se torna imperativo ver la situación real de la escuela argentina, en sus distintos Niveles del sistema, a comienzos del siglo XXI, para confrontarla con la propuesta que Morín realiza, en el capítulo 7 de La cabeza bien puesta, confrontación que nos permita encarar una enseñanza educativa en dichos Niveles. Si bien un análisis detallado del tema excede las posibilidades del presente trabajo, haremos unas breves consideraciones al respecto. En relación con la educación Primaria (nuestra actual EGB), Morín propone un programa interrogativo que partiera del ser humano para despertar las preguntas fundamentales y últimas. “De esta manera se realizaría desde la escuela primaria un camino que vincularía la interrogación sobre la condición humana con la interrogación sobre el mundo"30. En este método es necesario hacer un recorrido de ida y vuelta entre los conocimientos parciales y un conocimiento de lo global. A su vea, si bien el currículo se compone de materias distintas, no por ello deben estar aisladas sino integradas en un contexto. Y lo más importante, “...hay que aprender a conocer, es decir, simultáneamente separar y unir, analizar y sintetizar... ...aprender a considerar las cosas y las causas”.31 Esto significa que la tarea educativa consiste no tanto en brindar información sino, más bien, en enseñar la manera en que se estructura el modo de pensar. Ahora bien, más allá de los aspectos positivos que puedan vislumbrarse en este Nivel de nuestra Escuela, existen ciertas cuestiones paradigmáticas fuertemente arraigadas en la tradición y la cultura escolar que vuelven muy difícil llevar a cabo las reformas señaladas. A modo de muestreo vamos a indicar sólo algunas de estas cuestiones. En el plano directivo, un modelo de gestión institucional claramente verticalista, que no permite reconocer la autonomía propia de los diversos actores institucionales sino en el que toda decisión se concentra en quien detenta el poder. A su vez, éste es concebido como dominación, desde el momento que todo conflicto u objeción a la autoridad es visto como factor de desorden, es decir, negativo. En el plano docente, diseño y desarrollo de clases según un modelo tecnológico obsesionado por los objetivos, con una visión lineal, acumulativa y mecanicista de los procesos de enseñanza-aprendizaje. También una fuerte disociación entre teoría y praxis, con un notorio menosprecio de la teoría. En el caso de la educación Secundaria (nuestro Polimodal; pero,¿dónde ubicar a la EGB 3?) nuestro Autor entiende que “...debería ser el lugar del aprendizaje de lo que debe ser la verdadera cultura, la que establece el diálogo entre cultura de las humanidades y cultura científica, no sólo por medio de una reflexión sobre lo ya adquirido y el devenir de las ciencias, sino también considerando la literatura como escuela y experiencia de vida”.32 31 32 ib. pag 8l ib. pag. 82 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 13 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Por otra parte, es notable el énfasis que Morín pone en la enseñanza de la Historia (algo devaluado en el Polimodal) para que el alumno, al situarse en el contexto del devenir histórico pueda desarrollar un modo de conocimiento que aprehenda los caracteres multidimensionales o complejos de las realidades humanas. Y la misma insistencia vale para la Filosofía, la cual “...debería tener como uno de sus núcleos la reflexión sobre el conocimiento, científico y no científico, y el papel, de mayor importancia en nuestras sociedades, de la técnica y de la ciencia”.33 Y para que esto no quede en una mera intención, Morín señala algunos modos concretos de llevarlo a cabo. Así dice que “...los programas tendrían que reemplazarse por guías de orientación que permitieran que los profesores situaran las disciplinas en los nuevos contextos: el Universo, la Tierra, la vida, lo humano. ...debería instituirse una enseñanza agrupada de las ciencias humanas cuyo eje fuera, según las disciplinas, el destino individual, el destino social, el destino económico, el destino imaginario y mitológico del ser humano”.34 Un último aspecto, cuya importancia no es de segundo orden: los docentes de este Nivel están obligados a educarse y conocer a fondo la cultura adolescente, así como también la cultura mediática. Dice Morín que “...al respecto, más que ignorar a las series de televisión, mientras los alumnos se alimentan con ellas, los docentes deberían mostrar cómo estas...hablan...de las aspiraciones, temores y obsesiones de nuestras vidas”.35 También en este caso podemos hallar elementos positivos que permiten abrir las perspectiva de la complejidad, sin embargo, a la vez es evidente cómo la cultura escolar está marcada, en la mayoría de sus criterios de juicio y acción, por el paradigma de la simplificación. A modo de ejemplo, nada mas, citamos los siguientes. En el plano directivo, una visión excesivamente pragmatista en la gestión a la vez que poca estima por los aspectos teóricos subyacentes en dicha praxis. En el plano docente, un modelo pedagógico-didáctico obsesionado por los contenidos (tradicional) así como una concepción preferentemente cuantitativa de la evaluación; poca preocupación por los procesos en la construcción del conocimiento y por la diversidad de estilos cognitivos del alumnado; y, finalmente, en muchos casos, ceguera total ante la necesidad de cambios paradigmáticos debida al dogmatismo del “programa”. Si nos situamos en el Nivel Superior del sistema educativo, podemos observar la altísima estima que Morín tiene por la Universidad, la cual “...tiene una misión y una función trans-seculares, que a través del presente, van del pasado al futuro; tiene una misión tras-nacional que conserva a pesar del encierro nacionalista de las naciones modernas. Dispone de una autonomía que le permite llevar a cabo esta misión”.36 Y a partir de aquí define el sentido de la Universidad diciendo tiene una función paradójica, 33 34 35 36 ib. pag. 83 ibidem ib. pag. 84-85 ib. pag 85 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 14 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar “...adaptarse a la modernidad científica e integrarla, responder a las necesidades fundamentales de formación, proporcionar profesores para las nuevas profesiones pero también...proporcionar una enseñanza metaprofesional, meta-técnica...una cultura.”37 Aquí podemos descubrir una multiplicidad de significados en relación con la naturaleza propia de la Universidad. Morín pone el acento en el hecho de que, en la misión trans-secular, la Universidad inocula en la sociedad una cultura hecha para ayudar a los ciudadanos a vivir su destino aquí y ahora. Y son los valores propios de la vida universitaria los que coadyuvan en esta tarea: “...la autonomía de la conciencia, la problematización, la primacía de la verdad sobre la utilidad, la ética del conocimiento”.38 A su vez, la Universidad se debe adaptar a la sociedad en la que vive y llevar a cabo su misión de transmisión y enriquecimiento, a la vez que recreadora, del patrimonio cultural. Como no podría ser de otro modo, nuestra Universidad tiene magníficos antecedentes tanto en la formación de profesionales como en la investigación y en la recreación de la cultura. Pero a la vez no puede escapar a las generales de la ley ya que “...existe la disyunción radical de los saberes entre disciplinas y la enorme dificultad para establecer un puente institucional entre disciplinas... ...hay disyunción entre cultura humanista y cultura científica, que entraña la compartimentación entre las ciencias y las disciplinas. La falta de comunicación entre las dos culturas implica graves consecuencias para la una y para la otra”.39 Tal vez lo más preocupante del caso argentino sea no hallar en este Nivel, como sí ocurre en los otros, una conciencia más clara de las propias limitaciones, conciencia que abra la posibilidad de introducir reformas. Si bien hemos observado, sobre todo a partir de la Ley Federal de Educación y la Ley de Educación Superior, interesantes intentos de reforma, en la práctica concreta éstas han sido más “programáticas” que paradigmáticas. Y en el caso puntual de la formación docente, hemos asistido a decisiones erráticas que sólo han generado confusión y desaliento, por no hablar del perfeccionamiento docente, lleno de agujeros negros que se han devorado las mejores intenciones. A modo de síntesis de este apartado, señalemos lo siguiente: se impone con urgencia una reforma paradigmática de la escuela argentina, más allá de lo planteado por la Ley Federal de Educación. en este sentido, también se impone una reorientación radical del perfeccionamiento docente en servicio. con la misma urgencia se impone una revisión de fondo en la formación docente inicial, decisiva para la viabilidad de toda reforma de la escuela. La Universidad debe reconocer, con una sano realismo, su responsabilidad en esta tarea y arbitrar todos los medios a su alcance para autoreformarse en el sentido de la complejidad. 37 38 39 ib. pag 86 ib pag. 87 ibidem Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 15 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar 5. Los ejes directrices de la reforma educativa. “La misión de la educación para la era planetaria es fortalecer las condiciones de posibilidad de la emergencia de una sociedad-mundo compuesta por ciudadanos protagonistas, conciente y críticamente comprometidos en la construcción de una civilización planetaria”.40 Para alcanzar este objetivo, Morín propone un tipo de gestión institucional que incorpore, en los diversos espacios curriculares y de acuerdo a los distintos Niveles del sistema educativo, “...seis ejes estratégicos directrices para una acción ciudadana articuladora de sus experiencias y conocimientos, y para una contextualización permanente de sus problemas fundamentales en la prosecución de la hominización”. 41 De este modo, no sólo se podrá superar la histórica dosociación de la Escuela respecto al mundo de la vida, sino que ahora “...la educación planetaria debe propiciar una mundología de la vida cotidiana”.42 Aquí se inserta la finalidad de estos seis ejes directrices: organizar la información y la dispersión de los conocimientos para elaborar una “mundología cotidiana”. Y en esta tarea nos encontramos con un principio estratégico vertebrador y constitutivo de cada uno de tales ejes: comprender y sustentar nuestras finalidades terrestres. Y esto es así ya que la educación planetaria debe apuntar a “...fortalecer las actitudes y las aptitudes de los hombres para la supervivencia de la especie humana y por la prosecución de la hominización”.43 Por ello es imprescindible que, en esta tarea, concurran también los principios generativos y estratégicos del Método para garantizar la perspectiva compleja de la misma. Ahora bien, ¿cuáles son esos seis ejes directrices para la educación planetaria?. 1. El eje “conservador/revolucionante”: consiste en aprender a percibir y generar acciones que, por lo general son vistas como antagónicas y excluyentes, pero que, para un pensamiento complejo, aparecen como antagonistas y complementarias a la vez. Así, dice Morín que “...es el despliegue de una acción paradójica, porque toda acción conservante requiere del complemento de una acción revolucionante que asegure la continuación de la hominización. Y toda acción revolucionante requiere a su vez, una acción conservante de nuestros patrimonios biológicos, de nuestras herencias culturales y de la civilización”.44 2. El eje “para progresar resistiendo”: apunta a orientar las actitudes de los ciudadanos para resistir el retorno permanente de la barbarie, resistencia que se inscribe en el proceso de hominización porque “...la resistencia a la barbarie se vuelve condición conservante de la supervivencia de la humanidad y condición revolucionante que permite el progreso de la hominización... ...vínculo recursivo dialógico entre resistencia, conservación y revolución”.45 40 41 42 43 44 45 MORIN, Edgar. Educar en la era planetaria. Gedisa. Barcelona. 2003. pag. 122 oc. pag. 123 ibidem ib. pag. 125 ib. pag. 126 ib. pag. 127 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 16 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar 3. El eje “para problematizar y repensar el desarrollo”: hay que recuperar la experiencia pasada en torno a las promesas del progreso y del desarrollo, poniendo ahora lo antropológico en el centro de los mismos. Para ello “...la educación debe colaborar en el rescate de la idea de desarrollo del encuadre y la simplificación producido por el reduccionismo economicista”.46 La educación planetaria debe permitirnos reconocer la multidimensionalidad del desarrollo así como sus fines más nobles: la solidaridad y la justicia. Y para ello debe hacerle lugar a la música, la poesía, la mística y las artes, es decir, factores que exceden los objetivos de un mero desarrollo económico. 4. El eje “regreso del futuro y reinvención del pasado”: como toda sociedad vive de la dialéctica pasado/presente/futuro, ante la hipertrofia de la misma favorecida en la época moderna, uno de los fines de la educación es renovar y aumentar la complejidad de esta dialéctica, sobre todo para asegurar la intensidad concreta del vivir que es el eje del “presente”. 5. El eje “complejización de la política para una política de la complejidad”: esto significa que hay que complejizar el, pensamiento unidimensional implícito en el ejercicio de la política actual; la educación debe permitir la percepción y crítica de la falsa racionalidad política, abstracta y unidimensional, que ignora las necesidades no cuantificables ni identificables por las encuestas y la naturaleza compleja del hombre así como el contexto planetario. De este modo, incorporar el pensamiento complejo en la educación favorecerá generar una política compleja que, según Morín, “...se expresa por la doble pareja <pensar global/actuar local, pensar local/actuar global>”.47 6. El eje “civilizar la civilización”: para alcanzar una civilización planetaria es preciso construir una geopolítica que permita civilizar la civilización, es decir, “...la supresión de cualquier forma de explotación y dominación, de la justa repartición de los bienes, de la solidaridad efectiva entre todos, de la felicidad generalizada...”.48 El testimonio de la historia es una galería de permanente traición a estas intenciones, por ello tal geopolítica debe apoyarse en nuevas entidades planetarias: “...en el fortalecimiento y desarrollo... ...de la asociación y de la cooperación, mediante la dinámica de las redes sociales horizontales articuladas con organismos de vocación planetaria... ...redes fundamentales para la creación y el sustento de una conciencia cívica planetaria que articule la información y los conocimientos necesarios para la implementación participativa de la política compleja y la construcción de una mundología de la cotidianeidad, capaz de percibir la interrelación y recursividad entre el contexto local, el individuo y el contexto planetario.49 Conclusión Hemos querido esbozar de un modo sintético, y por ello tal vez muy simplificador, la propuesta de Edgar Morín para la educación en la era planetaria. En la misma queda en evidencia la misión grave que la educación 46 47 48 49 ib. pag. 127-128 ib. pag. 135 ib. pag. 136 ib. pag. 137 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 17 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar tiene en el proceso de reforma paradigmática iniciada a nivel planetario. A la vez, queda en evidencia la inadecuación de la Escuela actual, en nuestro país, para asumir este desafío, quedando abierta la cuestión sobre los nuevos caminos que debería seguir el proceso de “reforma” iniciado con la nuevas leyes educativas de la última década. RESUMEN A comienzos del siglo XXI nos hallamos en el umbral de una nueva fase de la llamada “era planetaria”, habiendo quedando en evidencia el agotamiento del paradigma de la simplificación engendrado por el pensamiento científico de la Modernidad. Así aparece en escena la propuesta del sociólogo francés Edgar Morín sobre la necesidad de un paradigma alternativo, el “paradigma de la complejidad” Según este Autor, frente a la necesidad de una reforma paradigmática, nos encontramos con desafíos de todo tipo que la educación debe asumir. Para ello se hace necesario gestar una nueva Escuela a partir de una nueva idea de racionalidad, compleja y abierta a lo multidimensional. Aquí aparecen los nuevos Principios gestores de un nuevo Método para una nueva comprensión de la realidad compleja y global. Sólo a partir de tales Principios se puede construir un nuevo espíritu científico y una “cabeza bien puesta” que permita convertirse a la Escuela en constructora de una civilización planetaria apoyada en seis ejes estratégicos y directrices . Desde esta nueva Escuela, en la que se facilita el diálogo entre lo local y lo global, el todo y las partes; en la que se reconcilia la cultura de las humanidades con la cultura científica, abierta al progreso y al desarrollo pero centrados antropológicamente, es posible construir una civilización planetaria y asegurar la continuidad del proceso de hominización hacia una mayor plenitud de lo humano. Queda abierta la cuestión acerca de la situación de la Escuela argentina en sus distintos Noveles educativos frente a la propuesta de la complejidad y su adecuación para asumir los desafíos allí planteados. Bibliografía MORIN, Edgar. La cabeza bien puesta. Nueva Visión. Bs As. 1999. MORIN, Edgar. Educar en la era planetaria. Gedisa. Barcelona. 2003. Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 18 Celebración del 88º aniversario de Edgar Morin Homenaje Virtual – Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar INDICE TEMÁTICO Introducción……………………………………………… 1 1. Los desafíos de la reforma en la era planetaria….. 1 2. Una nueva inteligencia para una nueva Escuela: la cabeza bien puesta………………………………….. 4 3. Los principios de la reforma un nuevo espíritu científico……………………………………………….. 6 a. El principio sistémico……………………………….. 6 b. El principio hologramático………………………….. 6 c. El principio de retroactividad………………………. 7 d. El principio de recursividad………………………… 7 e. El principio auto-eco-organizador…………………. 7 f. El principio dialógico………………………………… 7 g. El principio de reintroducción del sujeto Cognoscente en todo conocimiento……………… 7 4. La reforma de la Escuela para la era planetaria…… 9 5. Los ejes directrices de la reforma educativa……….. 14 Conclusión…………………………………………………. 16 Resumen…………………………………………………… 16 Bibliografía…………………………………………………..16 Indice Temático……………………………………………..17 Comunidad de Pensamiento Complejo http://www.pensamientocomplejo.com.ar Julio 2009 19