SALUD Y FELICIDAD: RELACION EPISTEMOLOGICA. Por: Jesús Rico Velasco, Ph.D.1 Sociólogo-Demógrafo Palabras- clave: salud pública, felicidad, epistemología. Resumen: La aproximación epistemológica y sistémica permite organizar el conocimiento que se tiene sobre la relación que existe entre el concepto de salud y los niveles de felicidad. Se avanzan algunas ideas para el análisis de estos conceptos utilizando formulas de lógica matemática que permiten mostrar el papel de sus determinantes. La trama de la relación se construye mostrando la participación de tres componentes principales: el patrimonio genético, las características y externalidades, y el papel definitivo de las actividades deliberadas del comportamiento humano para producir salud y felicidad. Summary: The purpose of this article is twofold: 1) to demonstrate the use of epistemology and systemic approaches to help the organization of knowledge in simple logical mathematical formulas. And 2) to show the network of the relationship between the factors that explain the differences of the variations in health status and levels of happiness. 1. Introducción: El propósito de este trabajo es utilizar una aproximación epistemológica para analizar la relación que existe entre el concepto de salud y la naturaleza de la felicidad. Los esquemas conceptuales y teóricos se nutren de aproximaciones sucesivas que presentan evidencias para aumentar el conocimiento científico. La epistemología es una rama de la filosofía que se ocupa de los esquemas conceptuales y teóricos del conocimiento. La palabra viene del griego “epistem” que significa “origen” y de “logos” teoría, tratado o estudio del conocimiento. Se trata entonces, de comprender y entender cómo se construye el conocimiento a partir de las relaciones epistémicas entre los elementos que determinan la salud y la felicidad. La aproximación a la definición operacional de los conceptos sobre salud y felicidad se hace partiendo de la base de la existencia del concepto de “interacción social” con la ayuda de un modelo formal en el cual se acepta que las realidades conceptuales estudiadas tienen las propiedades de un “sistema”. De esta manera se puede afirmar que el fundamento teórico o imperativo categórico en esta aproximación a los conceptos de salud y felicidad está basado en la existencia de la interacción social y el enfoque sistémico. El enfoque sistémico es una valiosa herramienta para ver totalidades en funcionamiento, entender la realidad compuesta por elementos en interrelación y comprender que la totalidad es el resultado de la interdependencia funcional de los elementos y no es la sumatoria simple de 1 Profesor titular Emérito Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle (jubilado). 1 ellos. La esencia del pensamiento sistémico radica en “poder ver las interrelaciones en vez de las concatenaciones lineales de causa-efecto y ver procesos de cambio en vez de instantáneas estáticas”2. En pocas palabras, hay que desarrollar el arte de ver los árboles sin dejar de ver el bosque. Esas totalidades como la interacción social, la salud y la felicidad pueden ser analizadas como sistemas utilizando diseños de investigación exploratorios, descriptivos y explicativos que pueden ser expresados en términos lógicos, matemáticos, cuantitativos o cualitativos. 2. Interacción social. La interacción social es el pilar epistémico sobre el cual se construye la totalidad del pensamiento sociológico independientemente del acercamiento teórico que se tenga. Sin la existencia de la interacción social como principio fundamental no se podría hablar de la salud o de la felicidad. El punto de partida en el análisis está determinado por la relación entre la persona “a” con todo su contenido biopsicosocial y las interrelaciones con la persona “b” con su carga social, mental, y espiritual en un entorno o ambiente físico y biológico. La interacción social resulta de la percepción estructurada que una persona “a” toma de la otra “b” y viceversa en un proceso dinámico de adaptación al otro. La estructura de las relaciones sociales se transforma y cambia constantemente en actos recíprocos y continuos de adaptación y readaptación simultánea de acuerdo con las expectativas que tienen el uno del otro. En resumen se podría decir que los elementos más importantes que entran en la definición del sistema señalado como interacción social serían 1) las personas tienen en cuenta el comportamiento de los demás, y la presencia y existencia de los mismos; 2) la interacción tiene un significado, un signo o símbolo para los demás y para el sujeto de la acción; y 3) la conducta o el comportamiento de ambos está condicionada por la percepción y comprensión mutua del significado de la acción.3 Para facilitar el análisis se utiliza una aproximación epistémica que puede ser representada en un ecuación de lógica matemática en la cual literalmente se lee que “la interacción social es igual a una función de lógica matemática que toma los elementos biopsicosociales de la persona “a” y los suma con todos los elementos de la persona “b” ambas afectadas en mayor o menor medida por su entorno físico y biológico “k”.” Este se expresa en una formulación de lógica matemática de la siguiente manera: 2 Peter Senge. La quinta disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje. Granica :(Buenos Aires, México, Santiago, Montevideo), edición 2003. 3 Max Weber. Economía y Sociedad. México. Fondo de Cultura Económica. 1964 2 En la ecuación lógica la “f” expresa las probabilidades y ocurrencias estocásticas de los elementos que de manera operacional utiliza el investigador para medir los niveles de interacción entre “a” y “b”. Se entiende, por supuesto, que este es un enunciado inicial en el cual la textura o densidad de las relaciones sociales o interpersonales está determinada por los elementos biológicos, sociales, sicológicos y espirituales que incluya el investigador en la definición del estudio. Se podría llegar a sugerir que cada ser humano produce su propia “curva” de interacción social, de salud y de felicidad y que de alguna manera estas curvas forman conjuntos (“clusters”) que se entrecruzan y se interrelacionan para definir la textura o densidad de las relaciones sociales, determinar el estado de salud y el nivel de la felicidad. 3. Algunas consideraciones sobre el concepto de salud. Antes de avanzar en el desarrollo de este trabajo es necesario establecer algunas consideraciones generales sobre el concepto de salud. De manera hipotética y epistémica para generar conocimiento se podría partir de la idea de que la salud como concepto se reduce proporcionalmente a la participación de tres componentes de la siguiente manera: aproximadamente un 25% del estado de salud de las personas está representado por el comportamiento del “patrimonio genético” identificado en los antecedentes familiares y personales que ayudan a detectar factores de riesgo que son trazadores en las personas, en la agregación familiar y en las comunidades. Es claro que este componente genético puede ser modificado por las conductas de las personas de tal manera que no necesariamente la presencia de las dolencias o enfermedades de los antepasados familiares (hipertensión, dislipidemias, cáncer, diabetes, entre otras) se tienen que reproducir en el presente. Actividades deliberadas de las personas pueden reducir el efecto acumulado de los antecedentes familiares y personales para lograr mantenerse relativamente saludables. Precisamente una gran parte de las actividades que se realizan en los programas de promoción y prevención en los servicios de salud están orientadas a disminuir los riesgos que se presentan como resultado del “patrimonio genético”4. Un segundo componente explicaría más o menos un 10% de las variaciones que ocurren en el estado de salud y estaría representado por la presencia y organización de los “servicios de salud”. Indudablemente la disponibilidad y la accesibilidad a los servicios de salud son circunstancias que ayudan a mejorar los niveles de salud produciendo diferenciales importantes de acuerdo con el lugar en donde se prestan estos servicios los cuales están claramente asociados con muchos de los elementos que conforman la cultura. La presencia de recursos humanos, físicos, financieros, gerenciales e intersectoriales que condicionan la disponibilidad sirve para garantizar la presencia o existencia de los servicios. La accesibilidad estaría condicionada por la situación social y económica de los usuarios frente 4 Jesús Rico Velasco. Sociología e investigación en gerencia de servicios de salud. Editorial Feriva : Santiago de Cali. 2010. 3 a una organización legal y administrativa (aseguramiento) que aumenta o disminuye su oportunidad. Este 10% es necesariamente “externo” a las personas a pesar de que por definición su construcción debería ser participativa. Un tercer componente y definitivamente el más importante que podría explicar hasta el 65% restante del estado de salud de las personas y las poblaciones está determinado por los “estilos de vida”. Este es un saco grande en donde caben todas las actividades y actos deliberados de las personas para permanecer sanas o lograr un buen estado de salud. La salud es una institución social que se basa en la interacción de los seres humanos y cuya percepción se manifiesta como un componente de la estructura social. Los ideales de salud y su manifestación real son elementos de la cultura en el imaginario personal y colectivo que define normas, comportamientos, hábitos, creencias, costumbres, y valores que forman la estructura social. Así las cosas, se podría llegar a afirmar de manera hipotética que un alto porcentaje de los elementos que definen el estado de salud de una persona (cerca del 90%) está directamente relacionado con los estilos de vida y las características incluidas en el patrimonio genético. La valoración hipotética de la realidad sirve para identificar variables e indicadores que el investigador puede incluir en el acercamiento sistémico de la salud. En la investigación se pretende identificar el menor número posible de variables e indicadores medibles de manera cualitativa o cuantitativa (variables independientes) que expliquen la mayor proporción de las variaciones que se presentan en el fenómeno estudiado (variable dependiente). Este principio metodológico es importante tenerlo en cuenta a la hora de identificar elementos y componentes que entran en la definición de la salud. 4. Definición de salud. La definición clásica de la “salud” más aceptada y difundida en la literatura es la avanzada por la Organización Mundial de la Salud5. “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia”. Este concepto en su esencia es lo suficientemente amplio para orientar cualquier investigación de la salud de las personas y las poblaciones. Se le pueden agregar otros elementos de eficacia funcional y metabólica más algunas variables que representen el medio ambiente físico y biológico (como por ejemplo: características de la vivienda) en donde se desenvuelven los seres humanos en cuestión para ampliar la definición6. 5 Organización Mundial de la Salud. Constitución de la Organización Mundial de la Salud, aprobada en la Conferencia Internacional de Salud de 1.946, y que entró en vigor el 7 de abril de 1.948. 6 Es posible organizar acercamientos epistemológicos en cualquier campo de la salud. La idea es tratar de identificar los componentes más importantes que entran en la explicación de un fenómeno en estudio. En las ciencias de la salud existen ejemplos muy importantes como el Reporte Lalonde que identificó cuatro determinantes epistemológicos para definir la salud de los canadienses: 1) biología humana; 2) ambiente; 3) forma de vida; y 4) organización del cuidado de la salud. Veáse: Marc Lalonde. A new perspective on the 4 Un acercamiento epistemológico y sistémico a la definición anterior muestra que existen como mínimo cinco grandes componentes que tienen en su interior una posibilidad muy amplia de identificar “elementos” (variables o indicadores) que matricialmente se interrelacionan y colapsan teóricamente para formar el campo de la salud. Estos componentes o subsistemas se pueden organizar en factores determinantes por categorías homogéneas. Para fines prácticos tomando la definición de la OMS se podrían identificar estos cinco grandes grupos de elementos que son determinantes de la salud. Elementos determinantes del bienestar físico (BF) Elementos determinantes de la salud Mental (M) Elementos identificables en el bienestar Social (S) Ambiente físico y biológico (A) Restricciones o reductores del bienestar (R) que de manera directa o indirecta afectan los factores BF, M, S y A. En el bienestar físico (BF) se encuentran elementos medibles de las necesidades alimentarias, fisiológicas, y dietéticas. El investigador debe buscar datos, realizar observaciones cuantitativas y cualitativas para medir el bienestar físico. Con mucha frecuencia se realizan estudios nutricionales con recuentos de las últimas 24 horas y el consumo y tipo de alimentos. Por otra parte es importante incluir en el sistema elementos que indiquen la participación de las personas en el deporte, la proporción de personas que rutinariamente realizan ejercicios moderados como individuos o en grupos con la intención de mantenerse en buen estado de salud. La presencia de organizaciones que tienen como objetivo la realización de actividades al aire libre, y otras manifestaciones lúdicas como el teatro, la música, el baile, la risa, los juegos de mesa o de salón. Los darwinistas sociales han amarrado al bienestar físico la idea del más “apto” en la naturaleza humana como una extensión de la selección natural. En un ambiente bien protegido se espera que el 95% de las personas se adapten favorablemente a su ambiente y solamente un 5% tengan en peligro su supervivencia. La adaptación en el bienestar físico en los seres humanos (bilogía humana) se aleja de la contención popular del “más fuerte” health of Canadians. A working paper. Ottawa: Government of Canada 1974. De igual manera se pueden utilizar la mayoría de los documentos relacionados con las declaraciones de Alma Ata “Salud para todos”, y muchas otras declaraciones de principios, componentes y determinantes de la salud. 5 que corresponde a una falsa y equivocada interpretación de las ideas de Charles Darwin 7 y de Thomas Malthus8 . El elemento básico de la salud mental (M) se relaciona con la manifestación de las emociones. Este es un componente psicológico muy difícil de medir para determinar el estado de salud. Sin embargo, es de gran importancia por la presencia de restricciones muy prevalentes como la depresión, las psicosis, las violencias, los problemas sexuales, y muchas otras dificultades que se pueden incluir en el análisis como elementos epistemológicos para la construcción del conocimiento sobre la salud mental. Los avances científicos están demostrando que la salud mental de las personas y las poblaciones pueden estar sujetos a procesos de cambios y adaptación para que podamos ser mejores seres humanos. Los salubristas del futuro podrán echar mano a la neuroplasticidad para desarrollar proyectos y programas en salud mental personal y comunitaria. Sharon Begley en su excelente libro sobre el entrenamiento de la mente y el cerebro concluye “Si los descubrimientos de la neuroplasticidad aplicada y autodirigida llegan a nuestras clínicas, escuelas y hogares, la capacidad de cambiar voluntariamente el cerebro se convertirá en una parte central de nuestras vidas y de nuestra comprensión de lo que significa ser humanos”9. Los elementos identificables en el componente de bienestar social (S) son muchísimos. El papel del investigador en este caso es tratar de identificar las variables e indicadores mejor presentados en la literatura científica y para los cuales existe evidencia suficiente. Se pueden utilizar indicadores muy sólidos que indirectamente miden el estado de salud de las personas y las poblaciones. En el campo de la demografía, los estudios de población y la epidemiología se han desarrollado indicadores muy robustos como la esperanza de vida al nacer, las tasas específicas de mortalidad con sus niveles y diferenciales por edad y sexo, las tasas específicas de fecundidad, los años de vida potencialmente perdidos (AVPP), y las tasas de morbilidad por grupos de edad y genero. También en los indicadores de “jerarquización” se han desarrollado procesos e índices para medir las necesidades en salud que incluye: 1) nivel de salud; 2) situación socioeconómica; 3) disponibilidad de recursos; y 4) uso de servicios de salud. Las variables 7 Charles Darwin. El origen de las especies. Edición Sarpe. Madrid 1983. Título original en Inglés: On the origen of species by means of natural selection, or the preservation of favoured races in the struggle for life. El concepto central en la teoría de Darwin es el de “adaptación” que se puede correlacionar con la idea de la existencia individual de una curva que representa el estado de salud de cada ser humano. 8 Thomas Robert Malthus. Primer ensayo sobre la población. Edición Sarpe. Madrid, 1983. Título original: An essay on the principle of population, as it affects the future improvement of society, with remarks on the speculations of Mr. Godwin, Mr. Condorcet, and other writers. 9 Sharon Begley. Entrena tu mente, cambia tu cerebro. Grupo editorial Norma 2008. 6 e indicadores disponibles son numerosos y su selección o inclusión en el análisis depende en gran parte de su disponibilidad y la imaginación del investigador. Los elementos identificables en el componente sobre el ambiente físico y biológico (A) se relacionan principalmente con las mediciones y variaciones de temperatura, cambios atmosféricos y climáticos que inciden sobre la vida de los seres vivos y especialmente los humanos. El deterioro del medio ambiente físico y biológico, la deforestación masiva, el calentamiento global, la contaminación del aire, la tierra, el agua, el espacio visual está cambiando la manera como vive la gente y se relaciona. La globalización y expansión del capitalismo moderno se contrapone a un sistema basado en la vida, el amor, la felicidad, la ética y participación ciudadana, los derechos humanos y la bioética. El resultado actual es una sociedad cada vez más individualista orientada al consumo, controlada por grandes grupos que manejan el capital, la renta y el dinero sin considerar el impacto negativo que se puede causar sobre el bienestar social, físico y mental de las personas y las poblaciones. De todo lo anterior se desprende la existencia de una serie de elementos reductores del bienestar que se han denominado como “restricciones” (R) cuyo efecto directo o indirecto afecta los elementos de la salud física, mental, social y ambiental. Entre las restricciones se encuentran lo que Malthus10 llamaba los “vicios sociales” y que se pueden identificar como la prostitución, la drogadicción, el alcoholismo, las violencias de todo tipo, las afecciones y enfermedades y daños causados al interior de los servicios de salud. Existe como restricción a la salud la carga genética heredada, sin embargo se ha demostrado científicamente que la salud de las personas no está “determinada” por los genes, así como la felicidad a pesar de estar relacionada con los genes se puede modificar por la conducta o por actividades voluntarias. La carga heredada del patrimonio genético (25%) puede ser modificada sustancialmente y reducir su impacto como factor de restricción. Finalmente se pueden mencionar algunas restricciones que surgen como parte de la cultura social asociadas a la existencia de creencias religiosas, estrés real o imaginado, y ritos y comportamientos que atentan contra los ideales de salud de las personas y las poblaciones muy próximas a determinantes esotéricos, como el impacto de la brujería, la hechicería, el chamanismo y otras condiciones con características paranormales que afectan el bienestar de algunas personas. 5. La fórmula de la salud. Con el armamento epistémico anterior se puede pensar en la construcción de un esquema conceptual basado en aproximaciones sucesivas para el análisis sistémico de la salud. Es posible reducir grandes cantidades de conocimiento a una formula de lógica matemática que resume el pensar reflexivo y ayuda a organizar el proceso de investigación. 10 Thomas Robert Malthus. Op. Cit. 7 La idea es muy sencilla al retomar los distintos factores de la salud que entran en su definición y presentarlos en una formula de lógica matemática que literalmente se leería de la siguiente manera: “la salud en un enfoque sistémico sería igual a una función (f) en términos probabilísticos o estocásticos de una serie de elementos interdependientes que entran en la denominación del bienestar físico (BF), adicionándole los elementos utilizados en la construcción de indicadores y variables para medir la salud mental (M), más los factores que se incluyen en la denominación de bienestar social (S), y considerando algunos elementos identificables en el medio ambiente físico y biológico (A). En el denominador aparecen las restricciones (R) que afectan directa o indirectamente los factores (BF)+(M)+(S)+(A) ”. La formula de lógica matemática sería: Cada componente que se incluye en el análisis del estado de salud individual o poblacional deberá ser tratado como una matriz en la cual los elementos identificados son interdependientes y se correlacionan en el análisis cuantitativo o cualitativo con las otras matrices. Hay que tratar de incluir en la construcción epistemológica y operacional un pequeño número de indicadores o variables que se consideren esenciales en el análisis para producir un resultado o “índice” que de alguna manera señala el estado de salud individual o poblacional en un lugar y momento determinado11. 6. Algunas consideraciones sobre la Felicidad. Desde el punto de vista epistemológico la felicidad puede ser analizada como un dato cualitativo dicotómico o un número que expresa cantidad. Se avanza en la construcción epistémica al considerar “la felicidad” como un concepto susceptible de ser medido o expresado en forma de indicador ya que la felicidad en sí misma no tiene un referente empírico en el plano de la realidad. A partir de los conceptos se elaboran las hipótesis que han generado una abundante cantidad de investigaciones sobre la felicidad. Las evidencias publicadas han acrecentado significativamente el conocimiento del área y han producido un cuerpo organizado de 11 Es importante señalar que existen actualmente programas computarizados que permiten el manejo simultáneo de elementos contextuales cualitativos para producir resultados cuantificables en un acercamiento que se aproxima a la construcción de un índice de salud. Veáse por ejemplo: Análisis cualitativo de datos textuales, gestión y creación de modelos. www.atlasti.com. También el trabajo de Priscilla R. Ulin, Elizabeth T. Robinson y Elizabeth E. Tolley. Investigación aplicada en salud pública: Métodos cualitativos. Organización Panamericana de la Salud: Washington D.C.: Publicación científica y técnica No 614 año 2005. 8 conocimiento teórico. Las teorías sobre la felicidad son las bases sobre las cuales hoy en día se levanta todo un conocimiento científico sobre el área que ha sido resumido de manera excelente por Sonja Lyubomisky en su libro titulado “La ciencia de la felicidad”. 12 La felicidad como “concepto” ha sido el centro de análisis de innumerables libros, doctrinas, filosofías, creencias, en diferentes lugares y épocas de la historia de la humanidad. Por ejemplo, en la antigüedad para Aristóteles la felicidad es un fin en sí misma. “La felicidad es el bien supremo por encima de todo. El hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque virtualmente hemos definido la felicidad como una especie de vida dichosa y de conducta recta. La felicidad debemos colocarla entre los actos deseables por sí mismos y no por otra cosa, puesto que la felicidad no necesita de otra cosa alguna, sino que se basta a sí misma”13. Otros grandes pensadores como Buda, y Confucio incluyeron la “felicidad” como concepto en sus filosofías. Las enseñanzas budistas muestran como “todo el sufrimiento humano (ausencia de felicidad) se desvanece abriendo el ojo interior, conectando con el corazón generoso y domando la mente salvaje. Un ser que practica estas enseñanzas extingue sus anhelos, alcanza y refleja serenidad, trasciende los pesares de la existencia, atraviesa el mar del sufrimiento, ayuda a todos y no daña a nadie y alcanza el potencial ilimitado del don más valioso: la humanidad. La práctica budista diaria disipa el odio, la codicia y la envidia, entre otros venenos de la mente, del mismo modo que desatender esta práctica los acumula”14. Confucio por su parte fundamenta su filosofía en la ley moral universal de causa y efecto, el orden equilibrado que se arraiga en el Tao “el camino de las relaciones unificadas y armoniosas entre los complementos”. “Destacó la gran importancia de cultivar una disposición universal de benevolencia hacia los demás, de alinearse con lo que es correcto con independencia de las ganancias y las pérdidas egoístas, de hacer el bien sin tener en cuenta las ventajas ni los perjuicios personales; siempre en aras de respetar el camino en sí. La medida de nuestra valía como seres humanos no es el éxito en servirnos a nosotros mismos, sino el éxito en servir a los demás.”15 En las dos últimas décadas las publicaciones científicas sobre la felicidad han aumentado significativamente. El surgimiento de campos teóricos del conocimiento como la psicología positiva ha puesto el concepto de felicidad bajo el rigor de los estudios científicos. El profesor Tal-Ben Shahar de la Universidad de Harvard dicta clases y realiza conferencias a las cuales asiste cada semestre un 20% de todos los graduados en la Universidad. Realiza 12 Sonja Lyubomirsky. La ciencia de la felicidad. Ediciones Urano, 2008. Aristóteles. Etica Nicomaquea. Ediciones Universales-Bogotá, mayo de 1987. 14 Lou Marinoff. El ABC de la felicidad: Aristoteles, Buda y Confucio. Ediciones B.S.A: Barcelona 2006. 15 Lou Marinoff. Op.cit. 13 9 investigaciones sobre la Psicología Positiva y publica libros ampliamente difundidos en el mundo académico y no profesional16. Para él la felicidad es la moneda suprema. La bibliografía sobre el tema se amplía cada vez más y surgen nuevas técnicas cuantitativas y cualitativas para elaborar escalas de medición como la “escala de la felicidad subjetiva” desarrollada por S. Lyubomirsk y H.S Lepper 17, o el “ Cuestionario de Oxford sobre la felicidad”18 que son utilizadas en universidades, grandes empresas y en la vida cotidiana de los que asisten a los consultorios de los alineados con la psicología positiva. Las preguntas que se utilizan en la construcción de las escalas son muy sencillas. Por ejemplo, en la escala de la felicidad subjetiva se incluyen 12 actividades para lograr un diagnóstico de adecuación entre la persona y las actividades que se deben realizar para lograr un cierto nivel de felicidad. Estas actividades se relacionan con: 1) Expresar gratitud; 2) Cultivar el optimismo; 3) Evitar pensar demasiado y evitar la comparación social; 4) Practicar la amabilidad; 5) Cuidar las relaciones; 6) Desarrollar estrategias para afrontar; 7) Aprender a perdonar; 8) Hacer más actividades que realmente te atraigan; 9) Saborear las alegrías de la vida; 10) Comprometerte con tus objetivos; 11) Practicar la religión y la espiritualidad; y 12) Ocuparte de tu cuerpo19. 7. Componentes de la felicidad. La evidencia científica sobre la felicidad tiende a demostrar que aproximadamente el 50% de las variaciones encontradas en el análisis de los niveles de felicidad de las personas depende de su “valor de referencia” determinado genéticamente al nacer. El valor de referencia con que se nace está determinado por el padre, la madre o ambos de la misma manera como se interpreta el valor de referencia para el peso, el nivel de inteligencia, los niveles de colesterol, o los antecedentes familiares al examinar el estado de salud de una persona. Es importante señalar, como se dijo al analizar el estado de salud, que las variaciones porcentuales en los niveles de felicidad amarrados a la carga genética podrían ser modificadas por el estilo de vida, la inteligencia emocional y espiritual o simplemente por el entrenamiento mental20. 16 Tal Ben-Shahar. Ser más feliz. Aprenda los secretos de la alegría cotidiana y la satisfacción duradera. Editorial Planeta-Bogotá, 2008. 17 S. Lyubomirsky y H.S. Lepper. “A measure of subjective happiness: Preliminary reliability and construct validation” (“ El cálculo de la felicidad subjetiva: Fiabilidad preliminary y validación del concepto”), Social Indicators Research, 46 (1999) pp. 137-155. 18 M. Argile, M. Martin y J. Crossland. “Happiness as a function of personality and social encounters” (“La felicidad como function de la personalidad y las relaciones socials”) en J. P. Forgas y J. M. Innes (eds.) Recent advances in social psychology: An international perspective. Elsevier Science Publisher, Amsterdam, 1989, pp.189-203. 19 Sonja Lyubomirsky, op.cit pp.91-95. 20 Mattieu Ricard. En defensa de la felicidad. Ediciones Urano: Barcelona 2005. 10 Aproximadamente el 10% de las variaciones encontradas en los niveles de felicidad se explica por las diferencias en las “circunstancias de la vida” asociadas a factores externos como la educación, el estado civil, la condición socioeconómica, de la misma manera como sucede con los condicionantes generales del estado de salud relacionada con la presencia de los servicios de salud, su disponibilidad, accesibilidad y posiblemente calidad de la atención. Es difícil aceptar que algunas circunstancias de la vida como la riqueza, la belleza, y el estatus socioeconómico tengan un efecto a corto plazo y bastante limitado para alcanzar la felicidad. El 40% de las variaciones en los niveles de felicidad se explica en función del comportamiento de las personas por actividades deliberadas que se realizan en la vida cotidiana de la gente. Es un margen bastante grande (40%) que estaría prácticamente en las manos de las personas para aumentar o disminuir sus niveles de felicidad. El comportamiento humano y la manera de actuar y de pensar son los factores más importantes para alcanzar los niveles de felicidad que están única y exclusivamente al interior de uno mismo. La carga genética (50%) y las externalidades (10%) se pueden modificar, hasta cierto punto, entrenando la mente, cambiando el cerebro y actuando con vehemencia sobre las características de la vida (Neuroplasticidad). Queda un 40% fácilmente manipulable a través de actividades deliberadas de nuestro comportamiento que aumentan los niveles deseados de felicidad. 8. La formula de la felicidad. El análisis epistémico anterior sirve como marco teórico para la construcción de una formula de lógica matemática que puede ser utilizada en la medición de los niveles de felicidad. Eduardo Punset21, economista, abogado y prolífico escritor presenta en uno de sus libros titulado “El viaje a la felicidad”, la formula de la felicidad 22. Es un acercamiento que pretende reducir o sintetizar la gran cantidad de ideas, evidencias, y explicaciones sobre la felicidad a una formula sencilla de lógica matemática. En otras palabras se pretende identificar los factores epistemológicos que de alguna manera inciden en el nivel de felicidad. Los factores que sustentan la formula de la felicidad están organizados de la siguiente manera23: 1) Factores reductores (R) que tienen relación con: 1.1 la ausencia de 21 Eduardo Punset. El viaje a la felicidad: Las nuevas claves científicas. Ediciones Destino: Barcelona. 2005. Es importante incluir otras dos obras del autor que complementan la idea: El Viaje al Amor: Las nuevas claves científicas .Editorial Destino: Barcelona, 2007. Y El viaje al poder de la mente. Editorial Destino: Barcelona, 2010. 22 Eduardo Punset. El viaje a la felicidad. Op.cit. pp. 197 23 Eduardo Punset. Op.cit “Cuadro 2: Factores que inciden en el nivel de felicidad” pp.195. 11 desaprendizaje. “Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es mucho más importante que aprender”; 1.2 Recurso a la memoria grupal. “Filtrar todas las instrucciones inspiradas en la memoria grupal”; 1.3 Interferencia con los procesos automatizados. “No hace falta coordinar lo que ya se coordina por si solo, empezando por los átomos y las células compuestas de átomos que se autoorganizan en sistemas ordenados”; 1.4 Predominio del miedo. “La felicidad es primordialmente, la ausencia del miedo. Al final de cualquier proceso esa emoción se ha canalizado en el perfeccionamiento de las competencias propias y en profundizar las relaciones interpersonales para garantizar la supervivencia”. 2) La carga heredada (C) que tiene relación con: 2.1 Mutaciones lesivas. “Todos somos mutantes, aunque algunos más que otros.”; 2.2 Desgaste y envejecimiento. “El desgaste de los materiales es inevitable. El envejecimiento depende de la habilidad en evitar las miles de agresiones que soportan las células diariamente y en reforzar sus mecanismos de regeneración”; 2.3 Ejercicio abyecto del poder político. Es una carga heredada “puesto que se trata de un hecho cultural y los ritmos de los cambios culturales son extremadamente lentos respecto a otros cambios como los técnicos e incluso los sociales.”; 2.4 Estrés imaginado. “En este sentido tienen razón los neurocientíficos cuando recuerdan que la mente influye sobre el metabolismo de las personas”. 3) Factores significativos (S): 3.1 Emoción al comienzo y final de un proyecto en la vida cotidiana (E). “La E de emoción multiplicará a los demás factores en la formula; si es cero, nada de todo lo restante tendrá valor”. 3.2 Mantenimiento y atención al detalle (M). “Su aplicación a la vida cotidiana requiere un cambio de estrategia psicológica que consiste en incorporar el gusto característico del resto de los animales por el detalle, renunciando en parte a la querencia humana por la idea o el conjunto de la obra.”; 3.3 Disfrute de la búsqueda y la expectativa (B). “Solo vemos e imaginamos lo que estamos acostumbrados a ver. En la búsqueda y la expectativa radica la felicidad. En la vida cotidiana esto supone cambiar el ensimismamiento por el espíritu multidisciplinar y la capacidad metafórica. El placer, el bienestar y la felicidad residen en el proceso de búsqueda y no tanto en la consecución del bien deseado”. 3.4 Relaciones personales (P). Las nuevas teorías de las redes demuestran como la “gente está mucho más cerca una de otra que en toda la historia de la evolución. La incidencia de las relaciones interpersonales en los niveles de felicidad cobra hoy en día un relieve especial a raíz de la interconectividad planetaria impuesta por la tecnologías de la información y las comunicaciones”. Considerando las denominaciones definidas anteriormente se puede concluir que las diferencias en los niveles de felicidad de las personas se pueden determinar utilizando una formula de lógica matemática que literalmente se leería como: la felicidad es igual a E que representa la emoción al comienzo y final del proyecto como factor que multiplica a M que representa el mantenimiento y atención al detalle, más B que denomina el disfrute de la búsqueda y la expectativa, más P que expresa las relaciones personales. El denominador 12 esta dado por la suma de los factores reductores R y la carga heredada C. La formula de la felicidad sería: 9. Relación epistemológica: Conclusión. El andamiaje conceptual y teórico presentado en este trabajo permite al investigador organizar los elementos que se encuentran en la realidad social estudiada de una manera epistemológica y sistémica. Se trata de identificar los elementos empíricos que de alguna manera forman grupos homogéneos que metodológicamente pueden ser tratados como factores determinantes del fenómeno en estudio (salud y felicidad). Por ejemplo, en el caso de la salud el investigador puede identificar variables o indicadores cualitativos o cuantitativos que expresen algo del componente BF (bienestar físico), mental (M), Social (S), ambiental (A) analizando igualmente las Restricciones (R) que se oponen a la salud y tratar de organizar los datos o eventos como se sugiere en el manejo de redes y sistemas para facilitar el trabajo científico. La variable dependiente “estado de salud” comúnmente identificada como “Y” puede ser medida utilizando aproximaciones de medición nominal del tipo “buena o mala salud”, o profundizar un poco con indicadores en escalas ordinales que muestren una dimensión continua desde excelente, muy buena, buena, regular y mala salud. Se avanza en el proceso con mediciones más sofisticadas utilizando “escalas” de medición que resumen en valores numéricos las variaciones que se presentan al medir el estado de salud. Las observaciones anteriores son válidas para el manejo epistémico y sistémico en el análisis de la felicidad. A las personas se les puede preguntar si “son felices o no lo son” en una medición simple dicotómica. Sin embargo, la intención en el proceso de la investigación es ser capaces de identificar los elementos homogéneos que de alguna manera se constituyen en factores determinantes de la felicidad y cuyas interrelaciones son las que producen las explicaciones de las variaciones de los valores de referencia que tienen las personas en la realidad. Las formulas para medir el estado de salud y el nivel de la felicidad constituyen modelos de lógica matemática para organizar el conocimiento que surge de la realidad observada. Los cuerpos teóricos existentes sobre ambos campos muestran evidencias científicas basadas en la comprobación de hipótesis por aproximaciones sucesivas que nutren el área del conocimiento. 13 Los trabajos recientes de Daniel Goleman24 sobre la “Inteligencia Emocional” y la “Inteligencia social” muestran el camino epistemológico y sistémico para realizar estudios sobre la salud y la felicidad. El “cuadro de cociente emocional” desarrollado por Robert K. Cooper y Ayman Sawaf 25 es un excelente ejemplo de cómo utilizar escalas nominales y ordinales para medir las “emociones” entre las cuales se incluyen necesariamente la salud y la felicidad como elementos constitutivos de los sucesos de la vida y las manifestaciones para determinar la calidad de vida. Otro ejemplo bien elaborado es el “Cuestionario breve de Calidad de vida” de los adultos mayores, construido por R. Fernández Ballesteros y M.D. Zamarrón26 basado en la identificación de 9 determinantes de la calidad de vida entre los cuales se incluyen: 1) Salud (salud subjetiva, objetiva y psíquica); 2) Integración social;3) Habilidades funcionales; 4) Actividad y ocio; 5) Calidad ambiental; 6) Satisfacción con la vida; 7) Educación; 8) Ingresos; y 9) Servicios sociales y sanitarios. No cabe la menor duda de que la salud y la felicidad son dimensiones de la vida que se relacionan. Sin embargo, se podría caer en la afirmación simplista de “somos saludables porque somos felices; o somos felices porque somos saludables”. Esta relación cierta no lleva a ninguna parte. El papel del investigador es mostrar como ocurre esta relación y como intervienen los determinantes en una posible relación de causa-efecto. Hipotéticamente se podría pensar en una población de 100 personas seleccionadas al azar a quienes se les determina su estado de salud y su nivel de felicidad. Evidentemente entre ellas algunas están enfermas, otras podrían opinar que su salud es mala, regular o muy buena. En relación con su nivel de felicidad algunos dirían que son muy felices, otros opinarían que no tanto, y unas podrían clasificarse como infelices. Aunque parezca increíble el 50% de las diferencias medidas en relación con los valores de referencia encontrados en los niveles de felicidad, y un 25% de las diferencias encontradas en el estado de salud está determinado genéticamente. El peso específico del patrimonio genético en salud se conoce por la presencia de los antecedentes familiares que determinan unas probabilidades de ocurrencia de enfermedades como la hipertensión, cáncer, hiperlipidemias, diabetes y otras. En el caso de la felicidad se podría concluir que al analizar los niveles de felicidad en el estudio de las 100 personas incluidas al azar la mitad de las variaciones en los valores de referencia se producen por la carga genética: “Hijos de padres felices tienden a ser felices”. 24 Daniel Goleman. Inteligencia emocional. Editorial Kairos: 2001 Ver también del mismo autor: Inteligencia Social. Editorial Planeta: Mexico 2006. 25 Robert K. Cooper y Ayman Sawaf. La inteligencia emocional aplicada al liderazgo y a las organizaciones. Grupo Editorial Norma: 1998. 26 R. Fernández Ballesteros y M.D. Zamarrón. Cuestionario breve de calidad de vida. Tea Ediciones: Madrid 2007. 14 Uno de los hallazgos más sorprendente es que tan solo un 10% de las discrepancias en las mediciones del estado de salud y en los valores de referencia para los niveles de felicidad, aplicados a una población hipotética de 100 personas, se explica por las diferencias en las circunstancias de la vida o sus situaciones, y las externalidades en salud representadas en términos de disponibilidad y accesibilidad de los servicios. Ser rico o pobre, profesional o con baja escolaridad, casado, divorciado o en unión libre, religioso, y otras características de la vida agregan muy poco en la explicación de la felicidad. Igualmente las construcciones o estructuras disponibles en servicios de salud, las clínicas, hospitales, tecnologías, etc. explican un porcentaje bajo en las discrepancias o variaciones en los valores de referencia. Finalmente, en el análisis de la población hipotética de 100 personas se encontraría que aproximadamente el 40% de las, diferencias en los niveles de felicidad y el 65% de las discrepancias en el estado de salud estarían explicadas por actividades deliberadas derivadas de la conducta y el comportamiento humano. Con estos resultados es fácil concluir que prácticamente las personas tienen en sus manos su salud y su felicidad. Las distribuciones porcentuales de los componentes analizados se muestran en el siguiente cuadro: Cuadro 1. Participaciones porcentuales en las varianzas del estado de salud y los niveles de felicidad. Componente 1.Carga genética 2.Características externas 3.Actividad deliberada Estado de salud 25% 10% 65% Nivel de felicidad 50% 10% 40% Como puede inferirse la relación de los datos tiene validez a la cara. También se puede comprobar estadísticamente para satisfacer a los amantes de los cálculos estadísticos. Una simple prueba de X2 aplicada a las distribuciones porcentuales muestra un valor igual a 14.29 con dos grados de libertad y valor de p =0.0007. Es importante señalar que los “valores de referencia” para la salud y la felicidad no son estáticos. Existe una relación cambiante como lo demuestran los más recientes descubrimientos de la neuroplasticidad y los avances en el campo de la psicología positiva. El determinismo genético tiende a variar y a ser controlado por el ser humano con actos de su voluntad, su interacción social y acciones derivadas de su comportamiento frente a las diferencias en el estado de salud y en los niveles de felicidad. Se mira hacia el horizonte un futuro lleno de cambios tecnológicos y científicos que seguramente impactarán las características o externalidades de la salud y la felicidad. Lo cierto de todo esto es que la 15 salud y la felicidad son en gran parte resultantes del autocuidado, actividades de promoción y prevención, y actividades deliberadas de nuestro comportamiento. El ser humano en su interior es el único responsable de su estado de salud y su propia felicidad. Santiago de Cali, Abril 2013 [email protected] 16