programa de cooperacion tecnica control del gusano barrenador del

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AG:TCP/CUB/6613
PROGRAMA DE COOPERACION TECNICA
CONTROL DEL GUSANO BARRENADOR DEL GANADO PARA
APOYAR EL DESARROLLO AGROPECUARIO
CUBA
Relación final
preparada para
el Gobierno de Cuba
por
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION
Roma, 1999
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1. INTRODUCCION
1.1 Antecedentes del proyecto
El Gusano Barrenador del Ganado (GBG) es la larva de la mosca Cochliomyia
hominivorax, y es un parásito obligado del tejido vivo de los animales de sangre caliente,
incluyendo los seres humanos. Dicha entidad patológica se conoce como miasis.
En 1995 se realizó en la República de Cuba un sondeo nacional a cargo del Instituto de
Medicina Veterinaria (IMV) en colaboración con el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria
(CENSA), resultando que de los 426 casos de miasis diagnosticados, 394 eran positivos al
GBG y sólo 32 pertenecían a otras especies de moscas. Además, se pudo conocer que la
infestación abarcaba casi la totalidad de las provincias del país.
Ante la presencia y extensa distribución del GBG en Cuba, el gobierno solicitó a la
FAO una misión, en el marco del Sistema para la Prevención de Emergencias de Plagas y
Enfermedades Transfronterizas de las Plantas y Animales (EMPRES, siglas en inglés). Dicha
misión determinó el problema como grave, debido al peso económico que tiene en Cuba la
ganadería. Por otra parte, la escasez de recursos, tales como insecticidas eficaces y otros
medios de control, podría facilitar la aparición de epizootías en todo el territorio nacional y
ocasionar inseguridad alimentaria tanto en áreas rurales como urbanas, así como incrementar el
riesgo de que el parásito se disperse hacia zonas y países libres de la enfermedad. En vista de la
magnitud del problema, el gobierno de Cuba solicitó la asistencia técnica de la FAO, a través
de su Programa de Cooperación Técnica de respuesta inmediata, para prevenir y controlar las
miasis cutáneas causadas por el parásito y proporcionar apoyo en la preparación posterior de
una campaña zoosanitaria para su erradicación, mediante la aplicación de la técnica de insectos
estériles.
1.2 Bosquejo de los acuerdos oficiales
En respuesta a la solicitud, la FAO aprobó el 30 de septiembre de 1996 el
TCP/CUB/6613, con un presupuesto de $EE.UU. 353 000 y una duración de 18 meses.
El IMV del Ministerio de la Agricultura fue el organismo gubernamental de
contraparte encargado de la ejecución del proyecto y el responsable de brindar los servicios de
un especialista técnico como Director Nacional del Proyecto, al igual que quince directores
provinciales y los servicios del personal veterinario y del personal afín del IMV. Además, se
contó con el personal de las empresas ganaderas, que si bien no trabajaban directamente en el
proyecto colaboraron en el mismo. Asimismo, facilitó las instalaciones de laboratorios, salones
de estudio, el pago de beneficios sociales y viáticos del personal nacional, los medios de
comunicación, etc.
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La FAO contribuyó proporcionando expertos en la parasitosis con las siguientes
especialidades: vigilancia epidemiológica y control, economía, comunicación y desarrollo; y
crianza artificial e identificación del parásito. También contribuyó con varias misiones de
apoyo técnico, viajes oficiales, materiales, equipos y capacitación.
1.3 Objetivo del proyecto
El objetivo del proyecto era fortalecer la autosuficiencia alimentaria de Cuba, con
énfasis en la ganadería y el mejoramiento de la salud pública, mediante la caracterización
nacional de la infestación por GBG, el establecimiento y continuidad de sistemas efectivos de
vigilancia, prevención y control de la enfermedad. El objetivo se llevó a cabo mediante las
siguientes actividades:
ƒ Determinación del impacto económico y productivo causado por el GBG.
ƒ Capacitación a profesionales en las metodologías de vigilancia, monitoreo y control.
ƒ Examen y evaluación de los métodos de control susceptibles de ser adoptados bajo las
condiciones locales y el diseño de estrategias de control.
ƒ Disminución del riesgo de que la enfermedad se disemine hacia países no afectados de
la región.
ƒ Contribución al diseño de un proyecto para la erradicación nacional del GBG.
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2. RESULTADOS Y CONCLUSIONES
Se determinó que el IMV tenía la infraestructura y personal suficiente para llegar a los
productores y tenedores de animales, sin embargo, el muestreo de la enfermedad realizado
hasta 1996 era muy pobre, evidenciándose por el diagnóstico tan sólo 394 casos de GBG en
1995 y 1 103 en 1996. Esto se debía a que generalmente los propietarios de animales en
muchos casos no tomaban muestras para el diagnóstico del parásito, pues no existía material
para este fin, unido a la falta de medios de transporte público y privado, equipos de laboratorio
y capacitación del personal médico y paramédico. Como resultado del proyecto, a su
terminación en 1997 los casos diagnosticados fueron 4 414, o sea cuatro veces más que el
resultado obtenido antes de su inicio.
Durante la ejecución del proyecto se adquirió material de muestreo y tratamiento que
incluyó 100 000 bolsas de plástico, 200 000 tubos colectores con tapa, 100 000 formas de
reporte epidemiológico y 300 000 sobres de polvo larvicida organofosforado en presentación
de cinco gramos (Cumafos al 5%), lográndose entre otras cosas uniformar los tratamientos de
los animales con un larvicida de probada eficiencia.
Se modernizó el sistema de vigilancia epidemiológico y control del GBG mediante la
compra y distribución en el ámbito nacional de once computadoras, la instalación del programa
denominado Epi-Info versión 6.03 y la capacitación del personal responsable del control en las
provincias, sobre el uso del sistema y la versatilidad de sus aplicaciones. A la vez se creó un
módulo para obtener reportes acordes con las condiciones nacionales, el cual se adicionó al
programa.
Se incrementó la capacidad para el diagnóstico de laboratorio del GBG con la compra
y distribución de siete microscopios estereoscópicos y la distribución en todos los laboratorios
provinciales de diagnóstico veterinario de claves entomológicas para la identificación del
parásito en sus diferentes fases. Se impartió un curso con participación de las quince
provincias del país en la identificación, crianza y monitoreo de adultos por el sistema de
trampas orientadas por el viento y el empleo de animales centinelas.
La notificación y afluencia de casos de la enfermedad fue mejorada mediante el
robustecimiento del parque móvil del IMV con la compra y distribución de 312 neumáticos,
ocho motores para vehículos y motos, así como un vehículo todo terreno.
Se recomendaron técnicas de campo, tales como inspección frecuente, mejor dos veces
por semana, a fondo y a todos los animales, examen de todas las heridas buscando masas de
huevecillos y larvas. Estas últimas deben buscarse en lo más profundo de la herida, colocar las
muestras en los tubos colectores, llenar el reporte epidemiológico y tratar la herida con el
insecticida, asegurando la destrucción de todas las larvas para evitar que alguna caiga al suelo
viva y continúe con su ciclo pasando a la forma de pupa. Es necesario enviar de inmediato la
muestra al laboratorio de identificación más cercano y en caso de que existan infecciones
secundarias, tratarlas con un antibiótico de amplio espectro. También se debe revisar al día
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siguiente los animales infestados a fin de comprobar que estén curados y no tengan masas de
huevecillos o infestaciones nuevas, y sobre todo no vender o movilizar animales heridos o
infestados. Hay que eliminar clavos u otros objetos punzantes o cortantes de las instalaciones,
evitar la vegetación densa y espinosa cuando los animales se encuentren pastando, tal como el
marabú (planta espinosa altamente difundida en Cuba), y separar los animales agresivos. En
las condiciones cubanas actuales no se insistió mucho en el baño de los animales susceptibles,
ya que existe un excelente programa contra los ectoparásitos de los animales y éstos son
bañados cada quince días con un producto organofosforado de aplicación externa, hecho que
contribuye al control de la mosca del GBG.
Se encontró que la parasitosis está distribuida en la totalidad de las provincias del país,
mostrándose con mayor o menor abundancia durante todos los meses del año, y que está
afectando a todas las especies de animales domésticos. Las variaciones estacionales entre el
período seco y el de lluvias en el año no fueron consistentes, por lo que podría ser debido más
al nivel de trabajo en la inspección de los animales y reporte de muestras que a variaciones
climáticas. A través de los casos diagnosticados se encontró, siguiendo un orden de
importancia decreciente, que las especies animales con mayor incidencia de la enfermedad
eran: la bovina, la porcina, la ovina, la equina, la caprina, la canina y la humana. Se debe
señalar que a pesar de que los casos notificados de GBG durante 1997 fueron cuatro veces más
que los de 1996, se considera que este nivel es bajo en comparación con la incidencia real de la
enfermedad. El problema de salud pública causado por GBG en Cuba parece ser de bajo
impacto, lo cual se debe a factores culturales y/o a la presencia de un buen servicio médico,
logrando así que la mayoría de las heridas se traten de inmediato. Durante el proyecto sólo se
señalaron tres casos en humanos, procediéndose a implementar las medidas que garantizaran la
disponibilidad de los medios para la toma y el reporte de muestras en los hospitales y clínicas
cubanas.
La estrategia de comunicación y divulgación estuvo principalmente dirigida hacia tres
grupos. El primero conformado por el personal especializado, un segundo que comprendía
personal con nivel de escolaridad alto, sin llegar a ser especializado, y un tercer grupo formado
por propietarios, trabajadores de la ganadería, tenedores de animales y población en general.
Como vía principal se utilizó la capacitación, que incluyó un curso para formar capacitadores
en aspectos sobre biología, identificación, control y erradicación del GBG, entre otros temas, y
la posterior réplica del curso en todos los municipios de Cuba, consiguiendo impartir 345
cursos con una participación de 18 524 personas, 921 seminarios a personal de áreas de crianza
animal y 184 seminarios a las comisiones de salud animal. Asímismo, se llevó a cabo una
campaña de difusión sin precedentes en Cuba, que incluyó 313 notas periodísticas y 528
espacios en la radio y 43 espacios televisivos, la impresión de 15 000 afiches que fueron
fijados en los lugares de mayor importancia para esta tarea y otros sitios públicos, y el diseño y
distribución de 15 000 trípticos y 10 000 folletos. A la vez, por propia iniciativa del personal
provincial del programa de control, se contó con notas informativas en periódicos murales del
IMV y empresas pecuarias y folletos que informaron sobre la situación local. También a través
del proyecto, se consiguió que la Universidad de Tucumán, en Argentina, otorgara tres becas
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de estudio, con duración de un año, sobre comunicación social y desarrollo, a igual número de
profesionales cubanos, lo cual constituyó un logro adicional del proyecto.
La armonización e incremento de efectividad en homogeneización de los tratamientos
profilácticos y curativos, la capacitación técnica y los medios disponibles, llevaron al
establecimiento de medidas de protección válidas para evitar la diseminación de la parasitosis,
lo que indudablemente disminuye el riesgo de reinfestación a otros países de la región.
Para la determinación del impacto económico causado por el GBG se llevó a cabo un
estudio minucioso sobre las pérdidas que ocasiona su presencia en Cuba. Se trata del primer
estudio que se realiza de manera tan detallada en el Caribe sobre esta enfermedad parasitaria.
En él se evaluó el costo de los tratamientos específicos y complementarios, las horas-hombre
del personal veterinario o afín que se requieren para los tratamientos profilácticos y curativos,
las muertes y/o sacrificios de animales de granja, así como las pérdidas en la producción, los
costos de vigilancia epidemiológica y por la inspección ocular y al tacto de los animales. Como
resultado se determinó que las pérdidas totales anuales para Cuba ascendían a $EE.UU. 33,68
millones.
Basándose en la experiencia obtenida en programas para erradicar al GBG en las
Américas y Africa del Norte, los especialistas que proporcionó el proyecto, conjuntamente con
las autoridades zoosanitarias cubanas y otros expertos internacionales en el tema, diseñaron un
proyecto para la erradicación de la enfermedad en la República de Cuba. Con tal propósito,
tomando en cuenta que se desconoce la fuente de financiación y sus posibles aportes al
programa de erradicación, se contemplaron dos escenarios, el primero con duración de cuatro
años a un costo de $EE.UU. 62,5 millones y que contempla cubrir semanalmente la totalidad
del territorio con la liberación de los insectos estériles. Mientras que la segunda opción
comprende un período de seis años y una inversión de $EE.UU. 74,5 millones y para su
ejecución se considera dividir al país en dos partes, para la dispersión semanal de moscas
estériles de acuerdo a la disponibilidad de fondos. Sin embargo, de las dos alternativas se
recomienda la primera con duración de cuatro años, pero en ambos escenarios se contempla
una fase preparatoria que consistiría en la eliminación del parásito en el Municipio Especial de
la Isla de la Juventud.
La exitosa implementación y ejecución del proyecto dotó al país, no sólo de algunos
medios necesarios para el control de la enfermedad parasitaria, sino que además aportó y
generalizó estrategias prácticas, métodos de investigación epizootiológicos, análisis de costos,
medidas de protección, prevención y control, capacidad de análisis de riesgos, información
técnica, e intercambio entre países con experiencia en el tema, que además no sólo son válidos
para el GBG sino que podrían aplicarse para el control de otras enfermedades de los animales
con importancia económica para el país.
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3. RECOMENDACIONES
Se recomienda continuar con la aplicación de las medidas de vigilancia
epidemiológicas y de control del GBG, haciendo uso racional de los equipos que se
adquirieron con el proyecto, lo que permitirá un conocimiento más profundo sobre la
incidencia de la parasitosis en el país y sobre los métodos de control más efectivos, que
incidirán directamente en la disminución de las pérdidas que tiene la ganadería por esta
enfermedad incrementando así la autosuficiencia alimentaria.
También es necesario perfeccionar las estrategias de control epidemiológico en el
ámbito local para otras enfermedades animales, que permita al IMV desarrollar una mayor
capacidad de enfrentamiento a problemas graves de la salud animal.
Asímismo, se recomienda continuar con el monitoreo de los casos de miasis cutáneas
en las clínicas y hospitales de las ciudades y el medio rural, con el fin de obtener información
adicional sobre la conducta epidemiológica de la enfermedad en los seres humanos y
compararla con la de otros países caribeños, con el fin de mejorar los métodos a emplear en su
prevención y tratamiento.
Por fin, promover en los ámbitos nacionales e internacionales el establecimiento y la
financiación de un programa zoosanitario para erradicar el GBG de Cuba, el cual se justifica
plenamente no sólo desde el punto de vista económico conservador, al estimar una relación a
diez años de un beneficio/costo de 3:1, sino que por otra parte se tendrían ganancias
complementarias tales como: incrementos en la producción animal, eliminación de los
elevados costos a perpetuidad para lograr el control de la enfermedad, y disminución del riesgo
de reinfestación de los países actualmente libres del parásito en el Caribe, Norte y
Centroamérica. Además, se acabaría con una zoonosis importante en la población de Cuba y
se confirmaría la factibilidad de la realización de programas cooperativos internacionales en el
campo de la sanidad animal y se incrementarían los conocimientos de esta enfermedad y su
lucha en la región.
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