LOS VERSOS DE UN CHILE pERDIDO

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Entrevista a Rodrigo Pérez
por Bosco Cayo
¿De qué manera aparece el Chile de los años ‘60 en
tu puesta en escena?
La obra habla de un tiempo nebuloso, de un país que visto hoy
día pareciera que no existe. Es una obra en que yo reconozco el
país, pero con un grado de extrañeza. Para mí tiene que ver con
el tiempo en que fue escrita, me da la sensación, de que en ese
tiempo, la vida era más lenta y todavía nuestro país no vivía
cambios tan radicales. El montaje dará cuenta de esa nebulosa,
de esos personajes que pareciera que perdieron cierta identidad,
que tienen una textura lejana y colores deslavados. La sonoridad
tendrá un rol protagónico para dar cuenta de ese tiempo, dejando
que la naturaleza o el espacio abierto se vuelvan el soporte de
la puesta en escena. Podríamos hablar de un tiempo anacrónico,
perdido en el recuerdo y en las fotos de esa época.
En la obra los tres músicos buscan una estrella.
¿Cómo aparece ese viaje en tu montaje?
Me interesa el concepto del tránsito, de ese tránsito eterno sin
ponerle el ojo al objetivo, porque en ese acto repetitivo aparece
el sentido de la obra. En lo repetitivo podría estar la posibilidad
del cambio, como aquella historia sobre el maestro que le dice
al discípulo que riegue todos los días una rama seca de un árbol,
pasan años y todos los días hace la misma acción, hasta que un día
aparece florecido. Aparentemente el gesto repetitivo, el gesto sin
sentido, el viaje constante se vuelve un rito, ese viaje me interesa
en la obra, pues se vuelve un sentido en sí mismo.
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T E AT R O U N I V E R S I DA D C AT Ó L I C A
LOS VERSOS
DE UN CHILE
PERDIDO
¿Con qué se va encontrar el público al ver el
montaje?
¿Y de qué forma se pondrá en escena ese tránsito
infinito del que hablas?
A partir del concepto de circularidad. Me parece que la mejor
manera de narrar este viaje es a partir de la idea de esa figura, de
ese movimiento. La obra ocurre en un espacio abierto donde no
hay casas, ni piezas, ni escuelas, ni oficinas, sólo estar al aire libre.
Entonces lo circular nos sirve para narrar que el viaje no termina,
que ha pasado tiempo, que se ha dado la vuelta y están en el
mismo sitio. Me gusta eso porque, si uno lo mira desde afuera, la
figura del círculo no tiene mucho sentido, pero el caminar tiene
un inmenso sentido.
Háblanos de la espacialidad. ¿Cuál es el espacio
donde ocurre este viaje?
Me parece muy interesante que la obra entera ocurra al aire libre,
no es en una casa, ni en un lugar cerrado, es decir, en contacto con
la naturaleza. Entonces la espacialidad estará llena de naturaleza,
de pequeños símbolos que nos den cuenta del espacio abierto,
la sonoridad de los personajes, la música de la obra, etc. Por otro
lado, el mundo popular también será parte de esa espacialidad,
trayendo a escena pedazos de la vida en el campo, la vida en un
pueblo lejano, lejos del centro y la capital.
En primer lugar, con la poesía de la dramaturgia de
Heiremans. Es un mecanismo que atraviesa toda la obra
y la puesta en escena da cuenta de ese lenguaje. La obra
habla de poesía y está escrita en poesía, por lo tanto lo que
sucede en escena busca crear un mundo donde exista ese
lenguaje, esos personajes de otro tiempo. La obra apunta
a la idea de un viaje en un contexto popular, por lo tanto,
el público verá cómo esos personajes se van encontrando,
armando este viaje.
versos de ciego
T E AT R O U N I V E R S I DA D C AT Ó L I C A
versos de ciego
2013, medio siglo después
RODRIGO PÉREZ, Licenciado en Psicología de la Universidad de Chile y Actor de la
Academia Club de Teatro de Fernando González. Se ha desempeñado como actor,
director y docente de diversas instituciones. En 1988 forma parte del elenco de Teatro
la Memoria, participando en obras como: La Manzana de Adán, Historia de la Sangre,
Los días Tuertos y Patas de Perro, entre otras. En 1998 es becado por el Goethe Institut
para viajar a Alemania y trabajar para el Teatro Municipal de Colonia, Sttutgart y
Esslingen. Con su compañía Teatro La Provincia ha dirigido, entre otros, los proyectos:
Provincia Señalada (2003), Provincia Capital (2004) La trilogía Patria: Cuerpo (2005),
Madre (2006) y Padre (2006), Las Brutas (2008), Violeta: al centro de la injusticia
(2008), Diatriba de la Victoria (2010), Interior (2011), Oratorio de la lluvia negra (2012),
Escuchar (2013). Dirigió la obra Los Perros (2012) para el Teatro UC en el marco del
ciclo Grandes Clásicos Latinoamericanos.
¿Qué elementos del mundo popular son los que
te llaman la atención y aparecen en la obra de
Heiremans?
El sentido común principalmente, esa sabiduría que tiene el
campesino que enfrenta los problemas con verdades irrefutables
y concretas, cercano más a la práctica que a las teorías. Me parece
importante ese saber, porque es transformador pues surge de la
relación directa con la vida. Las leyes están incorporadas en el
accionar de los personajes porque se vive en contacto con esa
naturaleza de forma permanente, por lo tanto los vuelve seres que
actúan por sentido común, no hay razones muy profundas, más
que seguir lo que corresponde, lo que dice ese saber ancestral. Esto
es importante porque hace que los personajes no sean buenos ni
malos, sino más bien lógicos dentro de su experiencia.
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