En el tai chi no hay principio ni fin, sino una sucesión permanente de principios y finales: el alma fluye sin interrupciones. agradecimiento Quinta de anauco 92+SALUD ego Eduardo González practicante de la Escuela Pachi Tang Lang Tai chi Armonía interior Con movimientos suaves, respiración lenta y mirada puesta en las manos, esta disciplina milenaria busca el equilibrio entre el cuerpo y la mente. De efectos terapéuticos comprobados, cultiva la serenidad, la buena salud y la alegría de vivir / José Ramón Villalobos fotografía roberto mata En la práctica del Tai chi el cuerpo y la mente trabajan unidos para lograr dos bienes preciados en estos tiempos: paz y armonía. En China –su país de origen– es una disciplina popular que se practica con el objetivo de alcanzar una longevidad saludable. Sobran las razones: el tai chi tiene una finalidad terapéutica y meditativa. Permite, a sus practicantes, “danzar” equilibradamente por el mundo. En la literatura china el término tai chi es traducido de varias maneras. “Gran pilar que sostiene el techo de la casa” y “ley o combate supremo” son las dos más comunes. Ambos significados están muy en sintonía con el taoísmo –base filosófica del tai chi–, donde el yin (femenino, blanco, suavidad) y el yang (masculino, negro, fortaleza) son dos energías complementarias que favorecen el movimiento, la armonía con la naturaleza y la no violencia. Su origen proviene de un combate animal presenciado –en el siglo XIII– por el monje taoísta Chang San Feng, quien observó, mientras descansaba debajo de un árbol, la lucha entre una grulla (un ave) y una serpiente. El equilibrio instintivo y la defensa del reptil –esquivando la agresión– lo inspiraron a crear una serie de movimientos encadenados que fluían sin rupturas. Así nacieron los principios y los ejercicios del tai chi. La disciplina es considerada un arte marcial interno, porque, a diferencia de los externos (como el shaolin o el mantis), el enemigo no está afuera sino adentro del ser (el practicante 93+SALUD ego tai chi * La Asociación Venezolana de Tai Chi (www.asoventaichi.com) agrupa a cerca de 60 escuelas en el país. Sólo en Caracas hacen vida más de 20. Variantes Existen más de 20 estilos de tai chi. Los cuatro originales y más populares toman el nombre de los maestros que los desarrollaron. Yang. Creado por Yang Lu Chan (1799-1872), tiene una orientación más meditativa y terapéutica que marcial. Mantiene posturas extendidas, movimientos ininterrumpidos, lentos y firmes, y un ritmo continuo y circular. Es el más común y extendido en América Latina. Ideal para iniciarse. Wu. Fundado por Wu Chuan Yau (1834-1902), utiliza ejercicios flexibles y posturas moderadas. Los desplazamientos son lentos –como la danza– y coordinados a partir de trayectorias circulares. Es el segundo más practicado. Chen. Creado por Chen Wang Ting (1597-1664), alterna movimientos livianos con ejecuciones explosivas, rápidas y pisadas fuertes. Suele ser difícil para los principiantes (algunos esquemas son complejos). Utiliza –con frecuencia– sables, espadas o lanzas. Sun. Fundado por Sun Lu Tang (1861-1932), incluye secuencias rápidas y ágiles. Contempla mucha acción en los pies. 94+SALUD “boxea” imaginariamente con su sombra). “El tai chi tiene como objetivo la defensa interna: se combate contra el ego, el miedo, la agresividad y la desarmonía con el entorno”, ilustra José Kutos, presidente de la Asociación Venezolana de Tai Chi. En Oriente su práctica diaria es un ritual. Buena parte de los chinos, los japoneses y los tailandeses, por ejemplo, acuden cada mañana a plazas y parques para danzar unidos con movimientos donde simulan estar en cámara lenta (así se describe su ejecución). Su popularidad también se ha extendido en el mundo occidental. La Asociación Latinoamericana de Tai Chi registra a más de 30 millones de practicantes. Iniciar la experiencia Solemnidad y elegancia definen la atmósfera de una sesión. Quien practica la disciplina por primera vez se sorprende al realizar ejercicios –sublimes y suaves– que generan una profunda vibración interior. Si bien se puede ejecutar en espacios cerrados, resulta realmente gratificante al aire libre y en contacto con la naturaleza. La clase consta de dos partes –una de calentamiento y otra de ejercicios coreográficos– y Omnain Kutos Medallista en el campeonato mundial de Tai Chi y Kung Fu, China, Octubre 2006 Medallista en el campeonato sudamericano de kung Fu y Tai Chi, SÃO PaUlo, Junio 2007 tiene una duración aproximada de hora y media. Eduardo González –practicante desde hace más de quince años– explica cómo se inicia: “cada participante se coloca donde desee, siempre y cuando sus brazos no toquen al compañero. Generalmente los más avanzados se sitúan delante para guiar a los principiantes. Luego, todo el grupo se saluda con una pequeña reverencia, en señal de respeto por el compartir”. El calentamiento inicial busca acondicionar el cuerpo con movimientos ligeros de articulaciones, estiramientos de músculos y tendones, respiración consciente y coordinación corporal. Luego, se ejecutan movimientos encadenados donde se unen –en una suerte de coreografía secuencial– los ejercicios practicados en la primera fase. ¿Cómo es el vestuario? Depende de la academia. A tono con el principio armónico de la disciplina, muchas escuelas –sobre todo las de orientación más espiritual– prefieren que los practicantes porten monos holgados de un mismo color, para equilibrar la energía durante la sesión. Algunos instructores eligen el blanco (simboliza transparencia y luz) o el negro (representa la preservación de la energía producida). Aunque se puede practicar descalzo (especialmente frente al mar), la mayoría lo hace con zapatos deportivos. Aprendizaje progresivo En el tai chi cada movimiento forma parte de un esquema (se cuentan más de 50), series de ejercicios establecidos según el nivel del practicante (suelen dividirse en principiantes, intermedios o avanzados). Los esquemas más utilizados son: • Yang Tai chi corto. Compuesto por 36 series de movimientos, está orientado a quienes se inician. Cada una de las series tiene más de cinco ejercicios. La ejecución total puede durar unos 5 minutos. • Yang Tai chi largo. Constituido por 108 series de movimientos, está dirigido a los más avanzados. Al igual que en el corto, cada serie consta de aproximadamente cinco ejercicios. La realización completa puede llevar unos 15 minutos. • Chen Tai chi. Consta de 81 series –con cierta complejidad– que combinan ejercicios rápidos y lentos. Todos los movimientos del tai chi comparten algunas características (la intensidad varía 95+SALUD ego tai chi 太極拳 según el esquema): el desplazamiento del peso de una pierna a otra, el giro de la pelvis y del torso, pasos hacia adelante y hacia atrás, y movimientos circulares con los brazos que siguen diferentes direcciones. Si bien algunas series pueden hacerse en pareja, la práctica es individual. El camino del aprendizaje es progresivo. Como punto de partida se interiorizan los movimientos básicos. Los instructores son claros: se necesita tiempo –alrededor de un año– para manejar con propiedad los ejercicios, por ejemplo, del tai chi corto. “Lo más importante es lograr el equilibrio fluido entre movimiento, respiración y concentración”, describe González. Además de paciencia, disciplina y constancia, el tai chi requiere de un sentimiento especial: el disfrute del proceso. Bien lo dice un proverbio taoísta: “lo esencial no es el objetivo, sino el camino que se emprende para llegar a él”. En foco Los instructores reconocen dos claves indispensables en la práctica del tai chi: La respiración. Durante los movimientos se debe inhalar y exhalar suavemente con una postura corporal adecuada. “Se busca llevar el aire y la atención consciente hacia el punto tan tien (ubicado en el vientre), para dejar que esa energía se incorpore al organismo y después retorne al medio ambiente a través de los pulmones”, explica Soledad Yriza, instructora de la Asociación Pachi Taichi Chuan. La mirada. Debe seguir a una de las manos (generalmente la que está más retirada del cuerpo) para potenciar la concentración mediante la observación fija y serena. Ese foco permanente (en un contrincante imaginario) facilita, además, centrarse en el “aquí y el ahora”. 96+SALUD A saber • Es común encontrarse con la expresión tai chi chuan. La sílaba chuan significa “esquema o estilo de trabajo” y recuerda que la disciplina es un arte marcial que deriva del kung fu. • El círculo del yin y el yang es el símbolo que identifica al tai chi. • Algunas academias utilizan cinturones que cambian de color según el grado de enseñanza. Los principiantes emplean amarillo y naranja, los intermedios verde y azul, y los avanzados rojo y negro. • El Sifu es el nombre que recibe el instructor principal. Exige respeto, organización y disciplina. Se forma –durante años– con maestros en artes marciales y tiene conocimientos de filosofía taoísta. Es cinturón negro. • Todos los estilos de tai chi pueden practicarse con las manos libres –lo más frecuente– o bien con la incorporación de armas (sables, espadas o abanicos), cuya utilización es más común en competencias y exhibiciones. • Para hacer tai chi no existe límite de edad –hay escuelas que tienen alumnos desde 4 años hasta 85– ni contraindicaciones médicas. La práctica no requiere de esfuerzos físicos exagerados. • En China está considerada como una disciplina deportiva y gimnástica, con campeonatos internacionales y exhibiciones públicas llenas de color, magia y trajes especiales. En tai chi... • Todas las partes del cuerpo forman una unidad. • Los movimientos –lentos, circulares y fluidos– se realizan sin esfuerzo. • El cuerpo está en equilibrio mediante el cambio constante del peso de una pierna a otra (yin/yang). • La energía tiene su origen en los pies, sube por las piernas, se divide en las caderas y fluye por las manos hasta los dedos. • La mirada, además de seguir los movimientos de las manos, percibe la fuerza que circula alrededor. • El espíritu está vivo, alegre y atento. • Se aprende a conocer el funcionamiento mecánico y energético del cuerpo. • Los ejercicios en pareja forman un círculo yin/yang. 97+SALUD ego tai chi La mayoría de los movimientos del tai chi aluden a la naturaleza. • El fénix despliega las alas. • Retroceder un paso y montar al tigre. • Paso atrás y rechazar al mono. • Coger la cola del gorrión. • Empujar la montaña por detrás. • Eliminar la maleza del arroz. • Patada de loto. • Abrazar al tigre y regresar a la montaña. De infinitas bondades El tai chi considera que el ser humano es una unidad compuesta por cuerpo, alma y espíritu, un principio que deriva de la medicina tradicional china. Amparada en ese fundamento, la disciplina persigue que sus efectos terapéuticos sean integrales (físicos y mentales). Las asociaciones médicas respaldan la contribución del tai chi a la salud. La Sociedad Americana del Corazón, por ejemplo, recomienda la disciplina para mantener una buena salud cardiovascular, y la Sociedad Mundial de Osteo- 98+SALUD porosis subraya que su práctica regular reduce significativamente las enfermedades óseas. “Cuando hay un desequilibrio de la energía yin/yang de los meridianos –canales energéticos que recorren el corazón, los pulmones, el hígado, el estómago, los riñones– aparecen las afecciones. Con el tai chi se movilizan esos puntos para activar y preservar la salud”, describe Kutos. Entre sus bondades físicas se cuentan la relajación muscular, la mejora de la postura corporal (especialmente de la columna), la estimulación sanguínea, la protección de los huesos, la activación bilateral (izquierda/derecha) del cuerpo y el fortalecimiento del sistema inmunológico, metabólico y nervioso. Quien practica tai chi, en definitiva, obtiene ventajas en todo el organismo. Las tensiones psíquicas también se liberan: “es una de las herramientas más poderosas que existe, además de la meditación, para dominar la mente”, precisa González. Durante las ejecuciones de tai chi el espíritu está alerta, concentrado y callado, un estado que favorece el alivio de las preocupaciones cotidianas y los pensamientos perturbadores (“reposa el alma”, dicen sus maestros). La práctica propicia, igualmente, la alegría de vivir mediante la armonía con los compañeros y el entorno. • F u e n t e s c o n s u lta d a s º José Kutos, Sifu y presidente de la Asociación Venezolana de Tai Chi. º Soledad Yriza, Sifu de la Asociación Pachi Taichi Chuan. º Eduardo González, practicante de la Escuela Pachi Tang Lang. º Tai chi. Movimientos relajantes y meditación. NGV Naumann & Gobel Verlagsgesellschaft. Colonia, Alemania. º Asociación Latinoamericana de Tai Chi.