Principio del entrenamiento de la fuerza

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Principio fundamental del entrenamiento de la fuerza
Oscar Alfredo García Carvajal. Mag.
(Colombia)
La producción y el entrenamiento de la fuerza dependen de procesos neuromusculares. La fuerza
no depende fundamentalmente del tamaño muscular, sino de los adecuados músculos potentemente
contraídos por una estimulación nerviosa efectiva. Esta es la base para todo entrenamiento de la
fuerza. La estructura es una consecuencia de la función, donde la hipertrofia es una respuesta de
adaptación a la estimulación neuromuscular a un determinado mínimo de intensidad. (Siff.
Verhoshansky. 2000)
La estimulación nerviosa produce dos efectos básicos de adaptación en el cuerpo:
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Una acción muscular funcional (efecto funcional).
Una hipertrofia muscular (efecto estructural).
El principio fundamental de todo entrenamiento de la fuerza se basa en que todo aumento de fuerza
es iniciado por la estimulación neuromuscular.
Aunque la hipertrofia es un resultado a largo plazo de un cierto régimen de estimulación
neuromuscular, no es la consecuencia inevitable de todos los tipos de trabajo contra cierta
resistencia.
El entrenamiento funcional:
Este pretende básicamente producir una hipertrofia muscular (junto con algunos aspectos de
flexibilidad del tejido), este entrenamiento se asocia con muchos y diferentes objetivos de
rendimiento que incluyen la mejora de la fuerza estática, la fuerza rápida, la resistencia muscular y
la capacidad de reacción, el entrenamiento funcional produce un aumento del diámetro y la fuerza
de las fibras musculares individuales
El entrenamiento funcional conlleva los siguientes procesos:
1. Contracción intermuscular entre diferentes grupos musculares:
Esta incluye la sincronización o secuencia de acciones entre diferentes grupos musculares que están
realizando cualquier tipo de movimiento articular. Algunos músculos pueden ser inhibidos en la
cooperación, mientras otros pueden desinhibirse y contribuir al movimiento.
2. Coordinación Intramuscular:
Coordinación intramuscular de fibras dentro del mismo grupo muscular. Ello implica uno o más de
los siguientes mecanismos de control fibrilar:
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Reclutamiento de fibras: el control de la tensión muscular se realiza a través de la activación
o desactivación de cierto número de fibras musculares.
Grado (frecuencias) de estimulación: el control de atención por la modificación de la
frecuencia de los impulsos de las fibras activas.
Sincronización: el control de la tensión por la sincronización o secuenciación de los impulsos
de los diferentes tipos de fibras musculares (por ejemplo, fibras de contracciones rápidas o
lentas).
3. Procesos reflejos facilitadores
Procesos reflejos facilitadores o inhibidores en las vías neuronales actuando a varios niveles en el
sistema nervioso pueden modificarse para optimizar el desarrollo de la fuerza, tanto con la mejora
de la coordinación intra e intermuscular como con la promoción de cambios de adaptación a los
varios sistemas reflejos del cuerpo.
4. Aprendizaje Motor
El aprendizaje motor es el proceso de programación del cerebro/sistema nervioso central para ser
capaz de llevar a cabo movimientos específicos.
El entrenamiento estructural
Este implica la contracción de numerosas fibras musculares para producir el adecuado efecto de
rendimiento.
Es importante resaltar quel entrenamiento puramente estructural no existe, ya que todo
entrenamiento es esencialmente funcional, y bajo ciertas condiciones, pueden obtenerse cambios
estructurales.
La producción de fuerza máxima depende en gran medida de la existencia de un grado óptimo de
hipertrofia muscular.
Para determinar si un deportista requiere un tipo específico de entrenamiento con pesas (estructural
o funcional), es útil el concepto de déficit de fuerza.
Bibliografía.
Siff, M. Verhoshansky, Y. (2000). Superentrenamiento. Editorial Paidotribo. Barcelona
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