ABORTO FRANCIA 71 - Decidir es un derecho

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Las 343 Sinvergüenzas*
Para las que quieran saber más de este acto histórico del 15 de abril de 1971 vean
http://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_de_las_343 (dice 5 de abril pero es el 15)
Las 343 Sinvergüenzas* (de la lista de RIMA aparecido en
http://www.convencion.org.uy/menu6-081.htm)
por Mabel Bellucci
El 15 abril de 1971 , en Francia, el Movimiento de Liberación Femenino (MLF)
inauguraba una manera de hacer campaña por la conquista del derecho del aborto
mediante una modalidad sumamente novedosa y superadora de las prácticas
tradicionales, recreando lógicas de acción. Apareció entonces a doble página, en el
periódico Le Monde, un manifiesto firmado por 343 mujeres que reconocían
públicamente haber abortado.
El mismo fue conocido bajo el nombre de las 343 Sinvengüenzas; en el cual
periodistas, artistas, obreras, intelectuales, amas de casa, activistas, escritoras, entre
otras tantas, salían de la esfera privada a partir de su pública reivindicación política.
Hubo firmas de talla por su trayectoria que provocaron un fuerte impacto a esta
estrategia de visibilidad: Simone de Beuavoir, Christine Rochefort, Delphine
Seyrig, Catherine Deneuve, Giséle Halimi, Micheline Presle, Jeanne Moreau,
Marguerite Duras y Françoise Fabian. El texto era breve pero contundente:
Un millón de mujeres abortan cada año en Francia.
Ellas lo hacen en condiciones peligrosas a causa de la clandestinidad a la cual están
condenadas, cuando esta operación practicada bajo el control médico, es de las más
simples.
Se hace el silencio sobre este millón de mujeres.
Yo declaro ser una de ellas.
Yo declaro haber abortado.
De la misma manera que nosotras reclamamos el libre acceso a los medios
anticonceptivos, reclamamos el aborto libre.
Piera Oria en su artículo Los manifiestos que la recuerdan se preguntaba ¿ Qué
impulsó a estas y las otras intelectuales burguesas parisinas privilegiadas material y
culturalmente, antaño un poco desdeñosas de las “otras”, las que no lograban como
ellas, a firmar un Manifiesto que era una provocación deliberada, una trasgresión a
las reglas comunmente admitidas de la discreción y el ocultamiento de tales temas
“tan íntimos y personales”?. Y también se respondía “ sin duda que la campaña a
favor de la despenalización del aborto constituyó, más allá de los debates y
tendencias, un polo aglutinador del movimiento de las mujeres francesas”.
En tanto que una de las integrantes, Daniéle Leger, declaraba “ si esa campaña ha
podido jugar ese papel, es porque el aborto no ha sido nunca encarado en el
Movimiento sólo bajo el ángulo de un problema social a resolver. El aborto es ante
todo una experiencia- efectiva o potencial- que determina la conciencia que todas
las mujeres tienen de sí mismas, de la relación con su cuerpo, con su sexualidad y
con su maternidad”.
Simone de Beauvoir reconoció que el primer paso como feminista fue firmar ese
manifiesto ya que finalizado su libro El Segundo Sexo ella aún sostenía no serlo.
Por esa misma fecha, se fundó el grupo Choisir- La cause des femmes. Su directora
fue Giséle Halimi, tunesina de origen y de profesión jurista, escritora y diplomática
de Francia ante la Unesco. Si bien su lucha se centró intensamente por la
legalización del aborto pero también- con el mismo compromiso- denunció las
violaciones a los derechos humanos que se llevaban a cabo básicamente en el norte
de Africa, por parte de las potencias imperiales.
Choisir, en donde colaboraba Simone de Beauvoir, se proponía pugnar por la
eliminación de todas las leyes o reglamentaciones que reprimiesen la libertad de
decisión sobre el propio cuerpo, la gratuidad y el uso masivo de la
contraconcepción. A la vez, bregaba por la defensa de toda persona perseguida por
sus acciones a favor del aborto libre.
Finalmente, en 1974, bajo el gobierno de Giscard D´Estaing, siendo su Ministra de
Salud Simone Veil, las feministas francesas lograban el derecho del aborto.
* Este artículo nos ha llegado a través de RIMA
Nota de Angeline Montoya
Más que "sinvergüenza", la palabra francesa "salope" se podría traducir por
"atorranta" (en el sentido insultante de la palabra), "puerca" o "puta".
Fue muy impactante esta denominación ("343 salopes"), porque retomaba el insulto
que se les hacía a las mujeres que pretendían controlar su sexualidad y su aparato
reproductor (no podían ser otra cosa que putas, ya que se negaban a ser madres).
Enviado por el Circulo Autonomo Feminista
Por Miriam Libertad del Circulo Autónomo Feminista
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