artículo de reflexión rML año xv nº1,2009 28 procesos civiles La relación de causalidad en los procesos de responsabilidad civil médica profesional C Luis Felipe Giraldo* Resumen Con el fin de comprender cuál es el procedimiento que se lleva a cabo en los procesos civiles para llegar a declarar la responsabilidad de un profesional de la salud investigado, debe tenerse en cuenta que quien solicita una indemnización tiene la obligación de establecer unos elementos para que pueda configurarse en cabeza del demandado la obligación de reparar. Los elementos que deben quedar plenamente probados en el proceso civil son el daño, el nexo causal y el fundamento o deber de reparar. La siguiente reflexión está encaminada a estudiar el elemento de la responsabilidad que busca demostrar que el daño alegado por el paciente se presentó como un resultado de la conducta, acción u omisión del profesional de la salud que está bajo investigación. El establecimiento de esa relación causa-efecto se consigue a través de la prueba del nexo de causalidad. Ahora bien, para lograr establecer el mencionado nexo causal se han aplicado a lo largo de la historia diferentes teorías de causalidad, pero son dos de ellas: la teoría de la equivalencia de las condiciones y la teoría de la causalidad adecuada, las que merecen una especial atención por ser las que han tenido mayor acogida por el derecho de daños. *Abogado asesor Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, Departamento Civil. ☞☞ Recibido para publicación: Agosto 1 de 2008. Aceptado para publicación: Septiembre 15 de 2008 | Revista Medico Legal | Palabras clave Responsabilidad civil, causalidad y condiciones sociales (Término DeCs). Abstract In order to understand which procedure is appropriate to declare a health practitioner responsible in a malpractice trial, it is important to keep in mind that the complainant must establish some elements regarding the damage suffered as a result of a medical act. The elements that have to be proven in the trial are: the damage, the causal link and the base or duty to repair. In this article, the author studies the responsibility elements that disclose negligence, misconduct or omission from the health practitioner. The cause-effect relationship is established by the causal link proof. To establish this causal link, people along history have used different causality theories. However, two of them deserve more attention due to their popularity among the damage right law: the equivalence condition theory and the theory of the suitable causality. Key Words Liability, Legal, causality, legal cases, Damage Liability ( término Mesh) Introducción En nuestro país, al igual que en la mayoría de ordenamientos jurídicos del mundo, se tiene es- Giraldo L.F. 29 JUNIO DE 2009 scare revista scare artículo de reflexión rML año xv nº1,2009 30 procesos civiles tablecido como uno de los pilares fundamentales de la estructura del orden social, el deber de que cada uno se haga cargo y responda por los daños que pueda haberle ocasionado a otro, a tal punto de elevar tal consideración a rango constitucional, haciendo énfasis en la necesidad de respetar los derechos ajenos, so pena de tener que responder en caso de que éstos sean vulnerados(1). Esta pauta constitucional de hacernos responsables de nuestros propios actos es corroborada por la codificación civil(2), la cual consagra en el artículo 1494 una regla general de la obligación de reparar, indicando que tal obligación puede surgir, entre otras, “…a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona…” La mencionada disposición expresa claramente cómo el daño, jurídicamente hablando, constituye una de las fuentes que pueden dar origen a la obligación de indemnizar las consecuencias nocivas que hayan podido generarse en el patrimonio de la víctima, erigiéndose tal norma en una consagración legal del fundamento de la responsabilidad civil y de la imposición de un deber de conducta que obliga a cumplir con la máxima de “no causar daño”(3). Ahora bien, y para entender cuál es la dinámica que rige los procesos civiles en donde se discute este tipo de responsabilidad y específicamente la de los profesionales de la salud, se debe tener en | Revista Medico Legal | De ahí que el daño sea en este sentido un elemento constitutivo de la Responsabilidad civil, en tanto que ésta no puede darse sin aquél, ya que de otro modo estaríamos ante una obligación de indemnizar donde no habría nada que reparar. cuenta que jurídicamente es necesario el establecimiento de unos elementos que componen el fenómeno de la responsabilidad civil, carga que debe ser asumida por aquel que pretende la indemnización de sus perjuicios(4). Así, para que pueda declararse la responsabilidad de un profesional de la salud, se requiere que en el proceso estén acreditados el daño, la relación de causalidad y el fundamento por el cual se considera que el hallado responsable debe reparar o indemnizar(5). Conforme a lo anterior, el primer elemento a demostrar en los procesos de responsabilidad, el daño(6), entendido como todo detrimento o menoscabo sufrido por la víctima(7), y el tercero de ellos, el fundamento del deber de reparar, entendido como la razón que habilita a desplazar esa situación nociva al patrimonio del autor del daño para que sea reparado, no serán objeto de estudio de este artículo, no obstante, y para mayor claridad, se insiste en afirmar que el daño constituye un elemento indispensable para que pueda hablarse de responsabilidad; de ahí que ante la ausencia de éste o de su prueba, la acción entablada por el paciente frente al profesional de la salud carecería de causa y no habría necesidad de seguir estudiando los otros elementos requeridos(8); lo anterior lo confirma el principio del derecho de la responsabilidad, el cual indica “sin perjuicio no hay responsabilidad”. Entendido lo anterior, se puede establecer de manera preliminar que el fin de toda acción de responsabilidad es la de conseguir una indemnización o reparación del daño padecido como consecuencia de la conducta (acción-omisión) de otro, esto es, procurar porque las cosas vuelvan a su estado anterior(9). De ahí que el daño sea en este sentido un elemento constitutivo de la responsabilidad civil, en tanto que ésta no puede darse sin aquel, ya que de otro modo estaríamos ante una obligación de indemnizar donde no habría nada que reparar(10). Pese a lo anterior, debemos decir que si bien este principio es lógico y debe ser respetado, su materialización no basta para que el sujeto que demanda pueda obtener una reparación y ver así satisfecha su pretensión; esto es así por cuanto el daño es el primer elemento(11) a probar en un juicio de responsabilidad, pero tan sólo se erige en un presupuesto necesario pero no suficiente, para que se configure la obligación de indemnizar(12), Giraldo L.F. de esta manera y como ya se ha establecido, habrá que demostrar la existencia de otros elementos para que la responsabilidad se materialice en su totalidad. En otras palabras, sin causa no hay efecto, entendiendo por causa la ocurrencia del daño y el efecto su reparación. Así, “el daño constituye, de tal modo, uno de los presupuestos de la obligación de resarcir, o, si se prefiere, de la responsabilidad jurídica” (13). Así, debe quedar claro que el primer paso que debe dar el paciente a la hora de iniciar una acción civil en contra de un profesional de la salud es probar la existencia de un daño, que en la mayoría de los casos estará representado en una lesión o en la muerte -caso este último donde serán los familiares del paciente quienes reclamarán la reparación, pero será necesario además acreditar en el proceso que ese daño se presentó como consecuencia de la conducta –acción u omisión– del profesional de la salud que es demandado. El establecimiento de esa relación causa-efecto se logra a través de la prueba del nexo de causalidad, elemento que será objeto de revisión a continuación. El elemento nexo de causalidad Una vez establecida la existencia de un daño, será menester pasar al segundo elemento necesario para que se pueda hablar de responsabilidad, denominado nexo de causalidad(14), requisito este que se ha convertido en uno de los temas más dif íciles de abordar por el derecho(15), toda vez que para hacerlo se hace indispensable remitirse al estudio de la causalidad, tema que ha sido debatido tanto por la filosofía como por las ciencias naturales, sin que se haya cerrado aún de manera satisfactoria su estudio. No obstante lo anterior, se puede sostener que el causalismo ha sido entendido como un método filosófico-científico que intenta explicar los fenómenos a través del estudio de sus causas(16), de tal manera que la pretensión de reconocer en los sucesos de la vida una relación de causa-efecto se presenta como una de las búsquedas más grandes del ser humano, máxime cuando el fin perseguido es encontrar una respuesta a la pregunta de por qué suceden las cosas, esto es establecer qué o quién ocasionó determinada consecuencia, cuál fue la causa, origen o génesis por la cual sucedió esto y no lo otro, teniendo que reconocer que, El causalismo ha sido entendido como un método filosóficocientífico que intenta explicar los fenómenos a través del estudio de sus causas, de tal manera que la pretensión de reconocer en los sucesos de la vida una relación de causa-efecto se presenta como una de las búsquedas más grandes del ser humano. 31 las más de las veces, estas preguntas quedan sin respuesta. Esta incansable y loable búsqueda de la respuesta al interrogante de la causa de un suceso ha sido objeto de debate a lo largo de la historia tanto por los filósofos como por los estudiosos de las ciencias naturales, los cuales han partido de la premisa de que nada se puede cambiar a sí mismo, expuesta por Aristóteles, quien indicó, además, que se hace necesario para generar un cambio que entren en interrelación dos principios, esto es, el sujeto y la causa eficiente. En otras palabras, para el estagirita, la causa del cambio se da cuando entra en juego la materia –entendida como sujeto– y la causa eficiente –entendida como aquello de donde proviene el movimiento–(17). La anterior situación, por supuesto, no es ajena a los procesos de responsabilidad civil de los profesionales de la salud, incluso se hace aún más delicada en esta materia si se tiene en cuenta que en la mayoría de los casos en los que se discute este tema la causa de la lesión o muerte del paciente es desconocida, aun para los profesionales que intervinieron en la atención de la víctima(18). Ahora bien, a pesar de que en el ámbito de la responsabilidad civil no existe una norma específica que aluda a la obligación de tener que establecer el elemento nexo de causalidad en un proceso de responsabilidad, bien sea contractual o extracontractual, sí pueden encontrarse algunos artículos en la codificación civil que permiten ver el deseo del legislador en este sentido. En relación con este tema se ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia, al indicar que: “El fundamento de la exigencia del nexo causal entre la conducta y el daño no sólo lo da el sentido común, que requiere que la atribución de consecuencias legales se predique de quien ha sido el autor del daño, sino el artículo 1616 del Código Civil, cuando en punto de los perjuicios previsibles e imprevisibles al tiempo del acto o contrato señala que si no se puede imputar dolo al deudor, éste responderá de los primeros cuando son ‘consecuencia inmediata y directa de no haberse cumplido la obligación o de haberse demorado su cumplimiento’. Por lo demás, es el sentido del artículo 2341 ib. el que da la pauta, junto con el anterior precepto, para predicar la necesidad del nexo causal en la responsabilidad civil, cuando en la comisión de JUNIO DE 2009 scare artículo de reflexión rML año xv nº1,2009 32 procesos civiles un ‘delito o culpa’ –es decir, de acto doloso o culposo– hace responsable a su autor, en la medida en que ha inferido ‘daño a otro’.” (19) Una vez dejado claro que existe la obligación legal de probar la relación de causalidad para que pueda configurarse la obligación de indemnizar, se hace necesario no perder de vista que en materia de responsabilidad médica la acreditación de tal elemento se hace más compleja que en otras áreas del derecho de daños, puesto que como lo indica el autor argentino Ricardo Luis Lorenzetti: ‘‘Es preciso comprender que para la ciencia médica no será una causa lo que produzca un resultado, sino un conjunto de ellas que en grado diverso aportarán para la conformación del resultado final’’(20). Así las cosas, lo que sucede en el mundo físico respecto de la indeterminación causal se traslada también al mundo jurídico, de ahí la dificultad que se tiene para lograr establecer que una persona es la autora de un hecho que ha perjudicado a otro, y por tal motivo debe reparar esta situación; por ello, será necesario como primera medida determinar si se está frente a lo que constituye un daño indemnizable (21), para luego proceder a demostrar que existe una relación entre la conducta asumida por el agresor y el daño padecido por la víctima, comprobación que se logra realizando una atribución física y luego jurídica de esas consecuencias, en cabeza de la persona que las ocasionó; esta atribución sólo se obtiene con la prueba de una relación de causalidad. De tal manera que puede sostenerse que el nexo causal(22) hace referencia a la relación que debe existir entre el comportamiento o conducta del agente y el resultado desfavorable producido; esta verificación causal(23) debe hacerse a través de un estudio retrospectivo donde se tienen en cuenta los hechos acaecidos que se considera han sido el antecedente de la consecuencia producida, teniendo siempre presente que en este proceso cada antecedente es un eslabón más de la cadena causal que ha intervenido en la generación del hecho que se investiga. El objetivo que se busca entonces, con la carga que se impone de tener que probar el nexo de causalidad (24), en los procesos de responsabilidad civil, es establecer una relación entre la conducta asumida por una persona y las consecuencias de sus actos, en otras palabras, lo que se pretende es probar la existencia de una conexión necesaria | Revista Medico Legal | El objetivo que se busca entonces, con la carga que se impone de tener que probar el nexo de causalidad, en los procesos de responsabilidad civil, es establecer una relación entre la conducta asumida por una persona y las consecuencias de sus actos. entre un antecedente (causa) y un consiguiente (efecto) (25). Ahora bien, para cumplir con tal fin se debe primero determinar cuál es el concepto que se tiene de causa, por lo cual acudimos a lo expresado por el autor argentino Mario Bunge (26), quien considera que fue Galileo quien definió este concepto como “la condición necesaria y suficiente para la aparición de algo: “Aquélla, y no otra, debe llamarse causa, a cuya presencia siempre sigue el efecto y a cuya eliminación el efecto desaparece.” Por consiguiente, para lograr establecer la causa de un suceso debemos acudir al mundo f ísico (27), es decir, verificar cómo se desarrolló el proceso fáctico que condujo a la producción de un daño; lo anterior puede lograrse si se indagan y se determinan cuáles fueron los hechos que condujeron a la producción de la situación nociva. Estos hechos dañinos constituyen el hilo conductor del nexo de causalidad. La anterior verificación permitira, a su vez, poder establecer, de ser ello posible, cuál fue la causa material del daño que se alega, teniendo que reconocer que en el tema de la responsabilidad por actividad médica(28) no siempre es posible encontrar esa causa, puesto que la mayoría de las veces ésta es desconocida. Pese a la claridad de lo enunciado, debemos decir que la búsqueda de la causa en términos científicos no satisface la pretensión de encontrar un concepto de causa para el derecho en el tema de la responsabilidad, toda vez que se trata de una acepción del concepto en un sentido muy general, que para su aplicación requeriría de la constatación de un indeterminado número factores, haciéndola inoperante, además de llevar a una consecuencia jurídica no menos importante, de tener que considerar a cualquier hecho o persona que haya tenido alguna incidencia en el resultado como responsable del mismo. Esta dificultad de encontrar un concepto de causa que satisfaga lo pretendido por el derecho de daños ha sido abordada por las teorías de causalidad expuestas a lo largo de la historia por los estudios del derecho (29), pero son sólo dos de ellas, la teoría de la equivalencia de las condiciones y la teoría de la causalidad adecuada, las que han tenido mayor aplicación en los ordenamientos jurídicos del mundo, por las que de alguna manera han contribuido para dar claridad a este tema. Giraldo L.F. La teoría de la equivalencia de las condiciones o “conditio sine qua non” Esta teoría jurídica de causalidad está fundamentada sobre la idea de considerar a toda situación que haya intervenido en un proceso, como causa de un resultado, por ello se ha denominado como la teoría de la equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non(30), que como se indicó, pretende dar respuesta al tema de la causalidad, igualando a título de causa cualquier condición que hubiese intervenido en el curso causal de un suceso, es decir, para esta doctrina, la causa es el conjunto de condiciones que han incidido en un resultado. En consecuencia, para determinar si una situación puede o no ser erigida como causa de un efecto dado, basta con hacer una prueba mental, de suprimir el evento que se quiere analizar, y si el resultado no se produce, es porque ese evento sí debe ser considerado como causa, en caso contrario, esto es, si haciendo la supresión mental del suceso de todas maneras el resultado se produce, ese hecho no sería entonces causa del mismo. En materia médica, esta situación se puede materializar en el siguiente ejemplo: un paciente acude al servicio de urgencias por presentar cuadro de cólico y distensión abdominal de tres días de evolución, con pujo y deposiciones diarreicas, encontrándose al examen f ísico un abdomen blando y depresible, dolor tipo cólico, motivo por el cual se ordena aplicar una ampolla de butilbromuro de hioscina con el fin de relajar los músculos y así aliviar su dolor; una vez suministrado el anterior medicamento, el paciente presenta somnolencia, malestar general y dificultad respiratoria, lo que obliga al personal médico a iniciar el respectivo tratamiento y asistencia ventilatoria con apoyo farmacológico, debiendo trasladar al paciente a la unidad de cuidados intensivos, en donde sufre un paro cardiorrespiratorio que al final le produce la muerte. Frente al anterior ejemplo, se puede decir que el paciente tenía una dolencia –dolor abdominal– que al ser tratada por el profesional que lo atendió con la prescripción de un medicamento – butilbromuro de hioscina– se generó una reacción alérgica que a pesar de las medidas tomadas produjo un paro cardiorrespiratorio que lo llevó a su deceso. Con la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non al Pese a la contundente conclusión a la que se arriba con la aplicación de la teoría de causalidad que aquí se comenta, se considera que tal solución es a todas luces equivocada. 33 anterior ejemplo, se puede sostener que la causa de la muerte del paciente fue el paro cardiorrespiratorio producido por la reacción anafiláctica generada como consecuencia del medicamento suministrado por el médico; ahora bien y con el fin de determinar si la conducta del profesional es o no causa del resultado desafortunado padecido por el paciente, hacemos uso de la regla de la supresión mental del hecho que se investiga, teniendo que concluir en este caso que la conducta del profesional de aplicar una ampolla de butilbromuro de hioscina al paciente, si se erige como la causa de su muerte, en tanto que, al suprimir mentalmente el hecho del suministro del medicamento, el resultado no se produce, motivo por el cual debe considerarse que la conducta asumida por el profesional es una condición de la muerte del paciente, que junto con la enfermedad que padecía y el paro cardiorrespiratorio, se convierten en la causa del resultado dañino. En efecto, si se tiene en cuenta la anterior forma de razonar, se puede colegir que en el caso planteado se ha establecido el elemento nexo de causalidad, entre la conducta desplegada por el profesional –suministro del medicamento– y el resultado dañino presentado –muerte del paciente–, en otras palabras, ha quedado demostrado con la aplicación de esta teoría que el profesional que prescribió el medicamento es el autor del daño o muerte. Pese a la contundente conclusión a la que se arriba con la aplicación de la teoría de causalidad que aquí se comenta, se considera que tal solución es a todas luces equivocada; ello es así, por cuanto más allá de la constatación f ísica de los fenómenos, al derecho le interesa preguntarse si es justo o no que una persona pueda ser considerada como autora de un daño, y en caso afirmativo si debe o no correr con las consecuencias nocivas de su actuar (31). Es por lo anterior que el autor Jorge Joaquín Llambías expresa con claridad que “…el derecho no se satisface con una pura relación de causalidad material, puesto que no es una f ísica de las acciones humanas” (32), de tal manera que al derecho no le es dado conformarse con tal forma de razonar. En consecuencia, el resultado que se genera en el caso analizado con la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones no satisface el fin buscado por el derecho, esto es el de lograr JUNIO DE 2009 scare artículo de reflexión rML año xv nº1,2009 34 procesos civiles que se haga justicia, puesto que poner en cabeza del profesional que prescribió el medicamento todas las consecuencias nocivas que se generan con la muerte del paciente constituye una aplicación errada y desproporcionada de la institución de la responsabilidad civil (33). Es por lo anterior que se hizo necesario generar una nueva teoría de causalidad, que viniera a mitigar las consecuencias nocivas de la aplicación de la teoría de la conditio sine qua non, la cual fundamenta su estudio en la comprobación de las causas que sean jurídicamente relevantes para el derecho, con el fin de llegar a resultados que puedan ser leídos en términos de justicia. La teoría de la causalidad adecuada Con el objetivo de paliar los efectos desproporcionados que se generaban en los procesos por responsabilidad civil con la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones, surgieron un sinnumero de teorías nuevas que fueron denominadas “individualizadoras”, pues pretendían abordar el estudio de la causalidad verificando la causa que fuera realmente determinante en el resultado final presentado, con el fin de evitar regresos causales infinitos y multiplicidad de autores. | Revista Medico Legal | Algunas de las teorías surgidas y que tuvieron mayor acogida por los estudiosos del tema de la causalidad fueron la de la causalidad eficaz, la de la causa próxima, la de la causa preponderante y la de la causalidad adecuada. Algunas de las teorías surgidas y que tuvieron mayor acogida por los estudiosos del tema de la causalidad fueron la de la causalidad eficaz, la de la causa próxima, la de la causa preponderante y la de la causalidad adecuada. Esta última doctrina, la de la causalidad adecuada(34) es la que hoy en día tiene mayor aplicación(35) en los sistemas jurídicos del mundo por ser una teoría que permite cumplir con el fin de lograr atribuir un daño a su autor, cuyo fundamento se encuentra en el hecho de querer eliminar las consecuencias nocivas de la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones (36), de ahí que se plantea la necesidad de evitar los cursos causales hasta el infinito basada sobre la realización de un juicio de adecuación con sustentado en la normalidad, en lo que de ordinario ocurre, teniendo en cuenta si la acción u omisión que se estudia es jurídicamente relevante por tener la virtualidad de producir el daño que se está imputando; esa virtualidad o idoneidad de la acción se puede determinar conforme a la probabilidad. La forma de llevar a cabo ese juicio de probabilidad que predica esta doctrina es a través de la realización de un análisis objetivo retrospectivo (37) de lo que sucedió, atendiendo a un juicio de probabilidad general, con el objetivo de lograr determinar in abstracto si la conducta que se investiga tiene o no la virtualidad de producir el daño irrogado, de manera normal y ordinaria. En palabras de Luis Díez-Picaso, “… no se busca establecer si un elemento de hecho es la causa de un resultado, sino que se intenta dar respuesta a la pregunta sobre si determinados hechos causantes deben ser considerados jurídicamente como relevantes y si permiten la imputación objetiva del hecho a una determinada persona” (38). Para mayor claridad, retomemos el ejemplo dado anteriormente del paciente que presentaba una dolencia –dolor abdominal– que al ser tratada por el profesional que lo atendió con la prescripción de un medicamento –butilbromuro de hioscina– se generó una reacción alérgica que a pesar de las medidas tomadas produjo un paro cardiorrespiratorio que lo llevó a la muerte. Si aplicamos la teoría de la causalidad adecuada al ejemplo planteado será necesario preguntarse si la aplicación de un medicamento como lo es el bu- Giraldo L.F. tilbromuro de hioscina a un paciente que presenta un cuadro de cólico y distensión abdominal, de manera normal y ordinariamente(39) produce un resultado como la reacción anafiláctica que puede llevar a la muerte; para lograr esto será necesario verificar si es común que dicho medicamento produzca reacciones alérgicas en los pacientes, esto se logrará con un análisis de la estadística en caso de que se tenga tal información, lo que ayudará a determinar la ocurrencia o no de esta situación, permitiendo de esta manera al juez establecer si el medicamento prescrito, en situaciones normales, tiene la virtualidad o potencialidad de producir el resultado dañino como la reacción anafiláctica que genere a su vez la muerte. Frente al análisis anterior, muy seguramente el juez puede llegar a la conclusión de que el medicamento aplicado al paciente era un antiespasmódico utilizado en la gran mayoría de países del mundo con el objetivo de aliviar los dolores abdominales, que en principio no tenía la virtualidad de producir reacciones alérgicas en los pacientes que la utilizan. No obstante lo anterior, también habrá de reconocerse que cualquier medicamento tiene la posibilidad de generar un evento adverso que puede llegar a ser previsible, en casos como la sobredosis, los efectos secundarios, efectos colaterales o que se producen con ocasión de la utilización de varios medicamentos al mismo tiempo, o puede, por el contrario, generar efectos imprevisibles en eventos donde la situación no se origina por la acción del fármaco en sí, sino por la respuesta que el individuo tiene al medicamento, como sería el caso de la intolerancia, la idiosincrasia o la alergia. En consecuencia, será imperativo concluir que en el ejemplo analizado la causa de la muerte del paciente no es la conducta del profesional que lo atendió y que le prescribió el medicamento, puesto que éste no tiene en principio la virtualidad o potencialidad de producir ese resultado de manera normal y ordinaria. Situación diferente se presentaría si a los elementos del ejemplo dado se agregara el hecho de que el paciente había informado con anterioridad al profesional de su alergia a tal medicamento y pese a tal información se hubiese decidido aplicarlo de igual manera, pues en este caso la con- De tal manera que si se logra constatar que la acción del sujeto que se investiga es adecuada o, en otras palabras, regular, normal y ordinariamente tiene la virtualidad de producir el daño que la víctima padeció, se habrá establecido jurídicamente el nexo de causalidad, no simplemente desde una perspectiva física, sino desde el ámbito jurídico de la adecuación. 35 clusión sería otra, es decir, que la utilización del butilbromuro de hoscina en un paciente alérgico a este tipo de fármacos sí produce de manera normal y ordinaria una reacción anafiláctica que puede generar la muerte. Conclusión De tal manera que si se logra constatar que la acción del sujeto que se investiga es adecuada o, en otras palabras, regular, normal y ordinariamente tiene la virtualidad de producir el daño que la víctima padeció, se habrá establecido jurídicamente el nexo de causalidad, no simplemente desde una perspectiva f ísica, sino desde el ámbito jurídico de la adecuación(40), lo cual permitirá hacerle atribuible a ese sujeto las consecuencias derivadas de su actuar, para luego de ello pasar a hacer el estudio del tercer elemento de la responsabilidad, esto es, el fundamento del deber de reparar con el objetivo de determinar si ese daño padecido por la víctima, que ya se encuentra en relación causa-efecto con la conducta del investigado, desde un punto de vista jurídico(41) y no meramente f ísico, debe ser resarcido por el sujeto que se considera como autor del mismo. Bibliografía 1. 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Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; 3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la independencia y la integridad nacionales; 4. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica; 5. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país; 6. Propender por el logro y mantenimiento de la paz; 7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia; 8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano; 9. Contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.” b “Fuentes de las Obligaciones. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia.” JUNIO DE 2009 scare artículo de reflexión rML año xv nº1,2009 36 procesos civiles 2ª Parte, 1965, p. 15. Título Original, Traité de droit civil, d´aprés le traité de Planiol, Trad. de Delia García Daireaux.c 4. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 26 de abril de 1947. MP. Dr.: Pedro Castillo Pineda. Gaceta Judicial No. 62, t LXII, p. 131. d 5. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 1° de agosto de 2002. C.P. Dra.: María Elena Giraldo Gómez. Exp. 13.248. e 6. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 11 de noviembre de 1999. M.P. Dr.: Alier Hernández Henríquez. Exp: 11.499. f 7. De Cupis A, El Daño. Teoría General de la Responsabilidad Civil, Barcelona, Casa Editorial Bosch, 1975, p. 81. Titulo original, Il Danno. Teoría generale de la responsabilità civile, 2ª edición, 1970, trad. de Ángel Martínez Sarrión. 8. Corte Suprema de Justicia Colombiana, Sala Casación Civil, 4 de abril de 1968, M.P. Dr.: F. Hinestrosa, G.J., T. CXXIV, Nos. 2297 a 2299, p. 58. g (9)Santos Briz, J. La Responsabilidad Civil, Derecho Sustantivo y Derecho Procesal, Madrid, Editorial Montecorvo, 1970, p. 131.h 10. Ataz López, J. “El Daño Resarcible”. en José N. Duque Gómez (Comp), El Daño. Compilación y Extractos, Editora Jurídica de Colombia, Primera Edición, 2001, p. 149. 11. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 27 de junio de 2005. M.P. Dr.: Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo. i c Por su parte en Francia los autores Georges Ripert y Jean Boulanger exponen esta misma idea con fundamento en el artículo 1382 del Código Civil Francés, diciendo que “La regla legal expuesta en el art. 1382 tiene un carácter muy general. Contempla todo hecho del hombre y obliga a reparación a toda persona que haya cometido una falta, sin que el legisladorse haya tomado el trabajo de definir la falta. La regla legal aparece así como la sanción de la regla moral que prohíbe causar daño a un tercero (neminem laedere)”. d “El perjuicio es uno de los elementos esenciales de la responsabilidad civil, sin cuya existencia y demostración no cabe decretar indemnización alguna, porque en el campo extracontractual la ley no lo presume. Sin daño fehaciente comprobado no nace a la vida jurídica la obligación de indemnizarlo. Y conforme a las reglas generales del derecho procesal, es el demandante en acción indemnizatoria a quien corresponde demostrar en forma plena y completa la existencia del daño para que así sea posible imponer al demandado, cuyo hecho lo ocasionó, el deber consecuencial de repararlo.” e “Recuérdese que la responsabilidad por falla probada requiere la comprobación de todos los elementos integradores de responsabilidad cuales son falla, daño y nexo causal (éste eficiente y determinante, en aplicación de la teoría de la causalidad adecuada).” f “El daño, en “su sentido natural y obvio“, es un hecho, consistente en “el detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia causado a alguien“, “...en su persona, bienes, libertad, honor, afectos, creencias, etc….” y “...supone la destrucción o disminución de ventajas o beneficios patrimoniales o extra patrimoniales de que goza un individuo”. g “Por todo ello cabe afirmar, que dentro del concepto y la configuración de la responsabilidad civil es el daño un elemento primordial y el único común a todas las circunstancias, cuya trascendencia fija el ordenamiento. De ahí que no se dé responsabilidad sin daño demostrado y que el punto de partida de toda consideración en la materia, tanto teórica como empírica, sea la enunciación, establecimiento y determinación de aquél, ante cuya falta resulta inoficiosa cualquiera acción indemnizatoria.” h “La indemnización de daños no conducirá en ningún caso a un enriquecimiento del perjudicado; es decir, sólo debe obtener un resarcimiento de su daño, pero no más de aquello que tendría si el suceso, del cual responde el agente, no hubiese tenido lugar.” i “No está demás insistir, como lo ha hecho esta Sala, que el daño constituye “la columna vertebral de la responsabilidad civil, en concreto de la obligación resarcitoria a cargo de su agente (victimario), sin el cual, | Revista Medico Legal | 12. Henao Pérez, J.C. El Daño. Análisis Comparativo de la Responsabilidad Extracontractual del Estado en Derecho Colombiano y Francés. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Cuarta Reimpresión, julio de 2004, p. 38. 13. Zannoni, E. El Daño en la Responsabilidad Civil. Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo de Palma S.R.L, 2ª Edición Actualizada y Ampliada. 1987, p. 1. 14. Pizarro, R. “Causalidad Adecuada y Factores Extraños”, Félix A. Trigo Represas y Rubén S. Stiglitz (directores de la obra). Derecho de Daños, Primera Parte, Buenos Aires, Ediciones La Roca, 1ª Reimpresión, 1991, p. 255. j 15. Campagnucci de Caso, R. “Responsabilidad civil y relación de causalidad”, en Félix A. Trigo Represas y Rubén S. Stiglitz (directores de la obra), Seguros y responsabilidad civil, Buenos Aires, Astrea de Alfredo y Ricardo De Palma, 1984, p. 17.k 16. Goldemberg, I. La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo De palma, 1984, p. 2. 17. Aristóteles, Metafísica, Madrid, Editorial Gredos S.A, 1ª reimpresión de la 1ª edición, 1998, p. 82. Trad. de Tomás Calvo Martínez. 18. Reglero Campos, L. F. “El nexo causal. Las causas de exoneración de responsabilidad: culpa de la víctima y fuerza mayor. La concurrencia de culpas”, en L. Fernando Reglero Campos (Coord). Tratado de Responsabilidad Civil. Parte General, Editorial Arazandi, S.A, 2002, p. 287. l 19. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 26 de septiembre de 2002. M.P. Dr.: Jorge Santos Ballesteros. Exp. 6.878. 20. Lorenzetti, R.L. Responsabilidad civil de los médicos, Tomo II, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni Editores, 1997, p. 115. 21. Se considera daño indemnizable aquel que cumple con las características de ser cierto, personal y directo. 22. Peirano F.J. Responsabilidad Extracontractual, Bogotá, Editoral Temis S.A, Reimpresión de la Segunda Edición, 2004, p. 405. m 23. Yagüez., R.A. Tratado de responsabilidad civil, Madrid, Civitas, Tercera edición, 1993, p. 771. n 24. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 30 de noviembre de 2006. C.P. Dr.: Alier Eduardo Hernández Enríquez. Exp. 15.201 o de consiguiente, resulta vano, a fuer de impreciso y también hasta especulativo, hablar de reparación, de resarcimiento o de indemnización de perjuicios, ora en la esfera contractual, ora en la extracontractual, habida cuenta que ‘Si no hay perjuicio’, como lo puntualiza la doctrina especializada, ...no hay responsabilidad civil”. j “La necesaria relación que debe existir entre la acción humana y el resultado dañoso producido constituye uno de los presupuestos indispensables de la responsabilidad civil.” k “Pocos temas han resultado tan dificultosos como el de la relación de causalidad. No sólo tratado bajo la óptica jurídica, por los especialistas del derecho penal, y después por los civilistas, sino por los filósofos y científicos en general. Este vínculo y relacionamiento da lugar a diferentes interpretaciones y teorías que han complicado soberanamente la tarea del jurista y del juez.” l “Los problemas causales nacen sobre todo del hecho de que toda consecuencia es normalmente resultado de una pluralidad de causas, y que todas ellas, con independencia de que sean directas o indirectas, remotas o próximas, constituyen un antecedente sin el cual aquélla no se hubiere producido.” m “El nexo causal señala la necesidad de un ligamen de causa a efecto entre la acción humana y el daño producido.” n “Esta expresión significa que el acto del obligado a indemnizar debe ser la causa, o una de las causas, de la producción del resultado dañoso.” o “La relación causal es aquel vínculo fáctico - jurídico que conecta la producción del daño con determinado hecho generador o productor del Giraldo L.F. 25. López Díaz, C. Introducción a la Imputación Objetiva, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004, p. 25. 26. Bunge, M. Causalidad. El principio de causalidad en la ciencia moderna, Buenos Aires, Eudeba Editorial Universitaria, Segunda Edición, 1961, p. 45. Título original, Causality, the place of the causal principle in modern science, trad. de Hernán Rodríguez. 27. Mazeaud, H. y León M. Compendio del Tratado Teórico y Práctico de la Responsabilidad Civil Delictuosa, Tomo II, México, D.F, Editorial Colmex, s.a, p. 12. Título original, Recueil du Traité théorique et pratique de la responsabilité civile délictuelle et contractuelle, 1945, trad. de Carlos Valencia Estrada. p 28. Yagüez., R. Tratado de responsabilidad civill, Madrid, Civitas, Tercera edición, 1993, p. 704. q 29. Se mencionan entre ellas: a) Teoría de la equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non; b) Teoría de la causa eficiente; c) Teoría de la causa próxima; d) Teoría de la causalidad adecuada; e) Teoría de la causalidad probabilística. 30. La teoría de la equivalencia de las condiciones, fue expuesta por el penalista alemán Maximiliano Von Buri, en el año de 1860, sobre la base de la concepción filosófica de causa del economista y filósofo Jhon Stuart Mill. Ver sobre este tema: Claudia López Díaz, Introducción a la Imputación Objetiva, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004; Isidoro Goldenberg, La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1984. 31. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 16 de agosto de 2006. C.P. Dr.: Mauricio Fajardo Gómez. Exp. 14.838. r 32. Llambías, J. Tratado de derecho civil, Obligaciones Tomo I, Buenos Aires, Editorial Perrot, Cuarta Edición, 1983, p. 366. 33. Llambías, J. Tratado de derecho civil, Obligaciones Tomo I, Buenos Aires, Editorial Perrot, Cuarta Edición, 1983, p. 369. s 34. López Díaz C. Introducción a la Imputación Objetiva, mismo. Dicha correspondencia se erige como una relación material que liga a determinada acción un preciso resultado generado en el mundo exterior (modificación en el mundo externo); en otras palabras, el nexo de causalidad permite atribuir o imputar a alguien un determinado resultado o efecto como consecuencia de un preciso comportamiento activo u omisivo.” p “La Corte –se refiere a la Corte de Casación Francesa- sienta en principio que la apreciación del vínculo de causalidad es una cuestión de hecho, lo cual no le impide casar las decisiones que no se ajusten a ciertas reglas.” q “El establecimiento de la frontera que separa la negligencia o la impericia del médico del juego de azar, del caso fortuito y de lo razonablemente imprevisible se convierte en un problema judicial de primer orden, en el que con frecuencia quedan en entredicho las proposiciones doctrinales comunes en esta materia (causa eficiente, equivalencia de las condiciones, etc.).” r “La Sala reitera que lo determinante no es dilucidar cuál pueda ser la “causa inicial”, desde una perspectiva puramente material, sino cuál ha sido la “causa eficiente y adecuada” desde una perspectiva eminentemente jurídica. Es, por consiguiente, la “causalidad jurídica” la que debe tener aplicación en el sub exámine, porque entre todas las circunstancias que se observan como eslabones de la cadena de acontecimientos que finalmente da lugar al daño, el juez debe seleccionar la que según las reglas de la experiencia resulte haber sido determinante para producir -sea por sí sola o sea como protagonista dentro de la cadena causal-, el daño irrogado.” s “…esta tesis resulta impracticable en el plano jurídico, porque amplía exageradamente la responsabilidad, y destruye todo principio éticojurídico al poner a cargo del agente, cualquiera fuere su intención, todas las consecuencias, aun casuales y remotas, de su obrar: el caso fortuito no excusaría la responsabilidad.” 37 Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004; Isidoro Goldenberg, La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1984.t 35. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 1° de agosto de 2002. C.P. Dra.: María Elena Giraldo Gómez. Exp. 13.248. u 36. Alterini, Atilio A., Ameal O.J. y M. López R. Curso de obligaciones, Tomo I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, Segunda edición actualizada, 1984, p. 233. v 37. Goldenberg, I. La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1984, p 33. w 38. Díez-Picazo, L. Derecho de daños, Madrid, Civitas, Primera Edición, 1999, p. 341. 39. Santos Briz, J. La Responsabilidad Civil, Derecho Sustantivo y Derecho Procesal, Madrid, Editorial Montecorvo, 1970, p. 190. x 40. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 16 de agosto de 2006. C.P. Dr.: Mauricio Fajardo Gómez. Exp. 14.957. y 41. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 29 de enero de 2004. C.P. Dr.: Alier Hernández Enríquez. Exp. 18.273. z t La teoría de la Causalidad Adecuada se le atribuye al fisiólogo J. von Kries, quien la expuso en el año de 1888; no obstante ya en el año de 1871, Von Bar había introducido en sus planteamientos el concepto de regularidad, por lo cual se le considera como el precursor de esta teoría. u “Es necesario recordar que no cualquier causa en la producción de un daño tiene nexo con el hecho dañino. Sobre el punto se han expuesto dos teorías; la primera de la equivalencia de las condiciones, según la cual todas las causas que contribuyen en la producción de un daño se consideran jurídicamente causantes del mismo. Esta teoría fue desplazada por la de causalidad adecuada, en la cual se considera que el daño fue causado por el hecho o fenómeno que normalmente ha debido producirlo (hecho relevante y eficiente). Por tanto puede suceder en un caso determinado, que una sea la causa física o material del daño y otra, distinta, la causa jurídica, la cual puede encontrarse presente en hechos anteriores al suceso, pero que fueron determinantes o eficientes en su producción.” v “Esta teoría –quizá la de mayor predicamento- niega la equivalencia de las condiciones y preconiza un criterio generalizador: el acto humano debe haber sido, conforme a la experiencia, propio para producir el resultado.” w “A fin de establecer la vinculación causa efecto entre dos sucesos, es menester realizar un juicio retrospectivo de probabilidad, cuya formulación en (sic) la siguiente: ¿la acción u omisión que se juzga era per se apta o adecuada para provocar normalmente esa consecuencia?” x “Para la doctrina de la adecuación la cuestión a resolver consiste en determinar si la concurrencia del daño era de esperar en la esfera del curso normal de los acontecimientos o si, por el contrario, queda fuera de este posible cálculo.” y “En el campo del derecho el asunto no es distinto y la adecuación de las relaciones causa-efecto es aplicada no sólo por su éxito, sino por una sentida necesidad, dando cabida a la denominada “causalidad adecuada”, ocasionalmente también llamada “causalidad jurídica”, apreciada bastante bien en el tenia de la responsabilidad patrimonial. Pese al repetido intento por estructurar un modelo multifuncional, útil y verificable para hacer esa adecuación en lo inherente al Derecho, nada ha resultado mejor que el criterio.” z “Debe precisarse también que, conforme a los principios decantados por la jurisprudencia nacional, la relación de causalidad sólo tiene relevancia para el derecho cuando responde a criterios de naturaleza jurídica, más allá de la simple vinculación física entre un comportamiento y un resultado. JUNIO DE 2009 scare