La relación de causalidad en los procesos de responsabilidad civil

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artículo de reflexión
rML año xv nº1,2009 28
procesos civiles
La relación de causalidad
en los procesos de responsabilidad
civil médica profesional
C
Luis Felipe Giraldo*
Resumen
Con el fin de comprender cuál es el procedimiento que se lleva a cabo en los procesos civiles
para llegar a declarar la responsabilidad de un
profesional de la salud investigado, debe tenerse
en cuenta que quien solicita una indemnización
tiene la obligación de establecer unos elementos
para que pueda configurarse en cabeza del demandado la obligación de reparar.
Los elementos que deben quedar plenamente
probados en el proceso civil son el daño, el nexo
causal y el fundamento o deber de reparar.
La siguiente reflexión está encaminada a estudiar el elemento de la responsabilidad que busca
demostrar que el daño alegado por el paciente
se presentó como un resultado de la conducta,
acción u omisión del profesional de la salud que
está bajo investigación. El establecimiento de esa
relación causa-efecto se consigue a través de la
prueba del nexo de causalidad.
Ahora bien, para lograr establecer el mencionado nexo causal se han aplicado a lo largo de la historia diferentes teorías de causalidad, pero son dos
de ellas: la teoría de la equivalencia de las condiciones y la teoría de la causalidad adecuada, las que
merecen una especial atención por ser las que han
tenido mayor acogida por el derecho de daños.
*Abogado asesor Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, Departamento Civil.
☞☞ Recibido para publicación: Agosto 1 de 2008.
Aceptado para publicación: Septiembre 15 de 2008
| Revista Medico Legal |
Palabras clave
Responsabilidad civil, causalidad y condiciones
sociales (Término DeCs).
Abstract
In order to understand which procedure is
appropriate to declare a health practitioner responsible in a malpractice trial, it is important to
keep in mind that the complainant must establish some elements regarding the damage suffered as a result of a medical act. The elements
that have to be proven in the trial are: the damage, the causal link and the base or duty to
repair.
In this article, the author studies the responsibility elements that disclose negligence, misconduct or omission from the health practitioner.
The cause-effect relationship is established by
the causal link proof.
To establish this causal link, people along
history have used different causality theories.
However, two of them deserve more attention
due to their popularity among the damage right
law: the equivalence condition theory and the
theory of the suitable causality.
Key Words
Liability, Legal, causality, legal cases, Damage
Liability ( término Mesh)
Introducción
En nuestro país, al igual que en la mayoría de
ordenamientos jurídicos del mundo, se tiene es-
Giraldo L.F.
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procesos civiles
tablecido como uno de los pilares fundamentales
de la estructura del orden social, el deber de que
cada uno se haga cargo y responda por los daños
que pueda haberle ocasionado a otro, a tal punto
de elevar tal consideración a rango constitucional, haciendo énfasis en la necesidad de respetar
los derechos ajenos, so pena de tener que responder en caso de que éstos sean vulnerados(1).
Esta pauta constitucional de hacernos responsables de nuestros propios actos es corroborada
por la codificación civil(2), la cual consagra en el
artículo 1494 una regla general de la obligación
de reparar, indicando que tal obligación puede
surgir, entre otras, “…a consecuencia de un hecho
que ha inferido injuria o daño a otra persona…”
La mencionada disposición expresa claramente cómo el daño, jurídicamente hablando, constituye una de las fuentes que pueden dar origen
a la obligación de indemnizar las consecuencias
nocivas que hayan podido generarse en el patrimonio de la víctima, erigiéndose tal norma en
una consagración legal del fundamento de la responsabilidad civil y de la imposición de un deber
de conducta que obliga a cumplir con la máxima
de “no causar daño”(3).
Ahora bien, y para entender cuál es la dinámica
que rige los procesos civiles en donde se discute
este tipo de responsabilidad y específicamente la
de los profesionales de la salud, se debe tener en
| Revista Medico Legal |
De ahí que el
daño sea en
este sentido
un elemento
constitutivo
de la
Responsabilidad
civil, en tanto
que ésta no
puede darse sin
aquél, ya que
de otro modo
estaríamos ante
una obligación
de indemnizar
donde no
habría nada que
reparar.
cuenta que jurídicamente es necesario el establecimiento de unos elementos que componen el
fenómeno de la responsabilidad civil, carga que
debe ser asumida por aquel que pretende la indemnización de sus perjuicios(4).
Así, para que pueda declararse la responsabilidad de un profesional de la salud, se requiere
que en el proceso estén acreditados el daño, la relación de causalidad y el fundamento por el cual se
considera que el hallado responsable debe reparar o
indemnizar(5).
Conforme a lo anterior, el primer elemento a
demostrar en los procesos de responsabilidad, el
daño(6), entendido como todo detrimento o menoscabo sufrido por la víctima(7), y el tercero de
ellos, el fundamento del deber de reparar, entendido como la razón que habilita a desplazar esa
situación nociva al patrimonio del autor del daño
para que sea reparado, no serán objeto de estudio
de este artículo, no obstante, y para mayor claridad, se insiste en afirmar que el daño constituye
un elemento indispensable para que pueda hablarse de responsabilidad; de ahí que ante la ausencia de éste o de su prueba, la acción entablada
por el paciente frente al profesional de la salud
carecería de causa y no habría necesidad de seguir estudiando los otros elementos requeridos(8);
lo anterior lo confirma el principio del derecho de
la responsabilidad, el cual indica “sin perjuicio no
hay responsabilidad”.
Entendido lo anterior, se puede establecer de
manera preliminar que el fin de toda acción de
responsabilidad es la de conseguir una indemnización o reparación del daño padecido como
consecuencia de la conducta (acción-omisión) de
otro, esto es, procurar porque las cosas vuelvan a
su estado anterior(9).
De ahí que el daño sea en este sentido un elemento constitutivo de la responsabilidad civil, en
tanto que ésta no puede darse sin aquel, ya que de
otro modo estaríamos ante una obligación de indemnizar donde no habría nada que reparar(10).
Pese a lo anterior, debemos decir que si bien
este principio es lógico y debe ser respetado, su
materialización no basta para que el sujeto que
demanda pueda obtener una reparación y ver así
satisfecha su pretensión; esto es así por cuanto el
daño es el primer elemento(11) a probar en un juicio de responsabilidad, pero tan sólo se erige en
un presupuesto necesario pero no suficiente, para
que se configure la obligación de indemnizar(12),
Giraldo L.F.
de esta manera y como ya se ha establecido, habrá
que demostrar la existencia de otros elementos
para que la responsabilidad se materialice en su
totalidad.
En otras palabras, sin causa no hay efecto, entendiendo por causa la ocurrencia del daño y el
efecto su reparación. Así, “el daño constituye, de
tal modo, uno de los presupuestos de la obligación de resarcir, o, si se prefiere, de la responsabilidad jurídica” (13).
Así, debe quedar claro que el primer paso que
debe dar el paciente a la hora de iniciar una acción civil en contra de un profesional de la salud
es probar la existencia de un daño, que en la mayoría de los casos estará representado en una lesión o en la muerte -caso este último donde serán
los familiares del paciente quienes reclamarán la
reparación, pero será necesario además acreditar en el proceso que ese daño se presentó como
consecuencia de la conducta –acción u omisión–
del profesional de la salud que es demandado.
El establecimiento de esa relación causa-efecto se logra a través de la prueba del nexo de causalidad, elemento que será objeto de revisión a
continuación.
El elemento nexo de causalidad
Una vez establecida la existencia de un daño,
será menester pasar al segundo elemento necesario para que se pueda hablar de responsabilidad,
denominado nexo de causalidad(14), requisito este
que se ha convertido en uno de los temas más
dif íciles de abordar por el derecho(15), toda vez
que para hacerlo se hace indispensable remitirse
al estudio de la causalidad, tema que ha sido debatido tanto por la filosofía como por las ciencias
naturales, sin que se haya cerrado aún de manera
satisfactoria su estudio.
No obstante lo anterior, se puede sostener que
el causalismo ha sido entendido como un método filosófico-científico que intenta explicar los fenómenos a través del estudio de sus causas(16), de
tal manera que la pretensión de reconocer en los
sucesos de la vida una relación de causa-efecto se
presenta como una de las búsquedas más grandes
del ser humano, máxime cuando el fin perseguido es encontrar una respuesta a la pregunta de
por qué suceden las cosas, esto es establecer qué o
quién ocasionó determinada consecuencia, cuál
fue la causa, origen o génesis por la cual sucedió
esto y no lo otro, teniendo que reconocer que,
El causalismo
ha sido
entendido como
un método
filosóficocientífico que
intenta explicar
los fenómenos
a través del
estudio de sus
causas, de tal
manera que
la pretensión
de reconocer
en los sucesos
de la vida una
relación de
causa-efecto
se presenta
como una de las
búsquedas más
grandes del ser
humano.
31
las más de las veces, estas preguntas quedan sin
respuesta.
Esta incansable y loable búsqueda de la respuesta al interrogante de la causa de un suceso
ha sido objeto de debate a lo largo de la historia
tanto por los filósofos como por los estudiosos de
las ciencias naturales, los cuales han partido de la
premisa de que nada se puede cambiar a sí mismo,
expuesta por Aristóteles, quien indicó, además,
que se hace necesario para generar un cambio
que entren en interrelación dos principios, esto
es, el sujeto y la causa eficiente.
En otras palabras, para el estagirita, la causa
del cambio se da cuando entra en juego la materia –entendida como sujeto– y la causa eficiente
–entendida como aquello de donde proviene el
movimiento–(17).
La anterior situación, por supuesto, no es ajena
a los procesos de responsabilidad civil de los profesionales de la salud, incluso se hace aún más delicada en esta materia si se tiene en cuenta que en
la mayoría de los casos en los que se discute este
tema la causa de la lesión o muerte del paciente
es desconocida, aun para los profesionales que
intervinieron en la atención de la víctima(18).
Ahora bien, a pesar de que en el ámbito de la
responsabilidad civil no existe una norma específica que aluda a la obligación de tener que establecer el elemento nexo de causalidad en un proceso de responsabilidad, bien sea contractual o
extracontractual, sí pueden encontrarse algunos
artículos en la codificación civil que permiten ver
el deseo del legislador en este sentido.
En relación con este tema se ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia, al indicar
que: “El fundamento de la exigencia del nexo
causal entre la conducta y el daño no sólo lo
da el sentido común, que requiere que la atribución de consecuencias legales se predique de
quien ha sido el autor del daño, sino el artículo
1616 del Código Civil, cuando en punto de los
perjuicios previsibles e imprevisibles al tiempo
del acto o contrato señala que si no se puede
imputar dolo al deudor, éste responderá de los
primeros cuando son ‘consecuencia inmediata
y directa de no haberse cumplido la obligación
o de haberse demorado su cumplimiento’. Por
lo demás, es el sentido del artículo 2341 ib. el
que da la pauta, junto con el anterior precepto,
para predicar la necesidad del nexo causal en la
responsabilidad civil, cuando en la comisión de
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un ‘delito o culpa’ –es decir, de acto doloso o
culposo– hace responsable a su autor, en la medida en que ha inferido ‘daño a otro’.” (19)
Una vez dejado claro que existe la obligación
legal de probar la relación de causalidad para
que pueda configurarse la obligación de indemnizar, se hace necesario no perder de vista que
en materia de responsabilidad médica la acreditación de tal elemento se hace más compleja que
en otras áreas del derecho de daños, puesto que
como lo indica el autor argentino Ricardo Luis
Lorenzetti: ‘‘Es preciso comprender que para la
ciencia médica no será una causa lo que produzca un resultado, sino un conjunto de ellas que en
grado diverso aportarán para la conformación
del resultado final’’(20).
Así las cosas, lo que sucede en el mundo físico
respecto de la indeterminación causal se traslada
también al mundo jurídico, de ahí la dificultad
que se tiene para lograr establecer que una persona es la autora de un hecho que ha perjudicado a
otro, y por tal motivo debe reparar esta situación;
por ello, será necesario como primera medida determinar si se está frente a lo que constituye un
daño indemnizable (21), para luego proceder a demostrar que existe una relación entre la conducta
asumida por el agresor y el daño padecido por
la víctima, comprobación que se logra realizando una atribución física y luego jurídica de esas
consecuencias, en cabeza de la persona que las
ocasionó; esta atribución sólo se obtiene con la
prueba de una relación de causalidad.
De tal manera que puede sostenerse que el
nexo causal(22) hace referencia a la relación que
debe existir entre el comportamiento o conducta
del agente y el resultado desfavorable producido;
esta verificación causal(23) debe hacerse a través
de un estudio retrospectivo donde se tienen en
cuenta los hechos acaecidos que se considera han
sido el antecedente de la consecuencia producida, teniendo siempre presente que en este proceso cada antecedente es un eslabón más de la cadena causal que ha intervenido en la generación
del hecho que se investiga.
El objetivo que se busca entonces, con la carga que se impone de tener que probar el nexo de
causalidad (24), en los procesos de responsabilidad
civil, es establecer una relación entre la conducta
asumida por una persona y las consecuencias de
sus actos, en otras palabras, lo que se pretende
es probar la existencia de una conexión necesaria
| Revista Medico Legal |
El objetivo
que se busca
entonces, con
la carga que
se impone de
tener que probar
el nexo de
causalidad, en
los procesos de
responsabilidad
civil, es
establecer una
relación entre
la conducta
asumida por una
persona y las
consecuencias
de sus actos.
entre un antecedente (causa) y un consiguiente
(efecto) (25).
Ahora bien, para cumplir con tal fin se debe primero determinar cuál es el concepto que se tiene
de causa, por lo cual acudimos a lo expresado por
el autor argentino Mario Bunge (26), quien considera que fue Galileo quien definió este concepto
como “la condición necesaria y suficiente para la
aparición de algo: “Aquélla, y no otra, debe llamarse causa, a cuya presencia siempre sigue el efecto
y a cuya eliminación el efecto desaparece.”
Por consiguiente, para lograr establecer la
causa de un suceso debemos acudir al mundo
f ísico (27), es decir, verificar cómo se desarrolló
el proceso fáctico que condujo a la producción
de un daño; lo anterior puede lograrse si se indagan y se determinan cuáles fueron los hechos
que condujeron a la producción de la situación
nociva. Estos hechos dañinos constituyen el hilo
conductor del nexo de causalidad.
La anterior verificación permitira, a su vez, poder establecer, de ser ello posible, cuál fue la causa
material del daño que se alega, teniendo que reconocer que en el tema de la responsabilidad por
actividad médica(28) no siempre es posible encontrar esa causa, puesto que la mayoría de las veces
ésta es desconocida.
Pese a la claridad de lo enunciado, debemos
decir que la búsqueda de la causa en términos
científicos no satisface la pretensión de encontrar
un concepto de causa para el derecho en el tema
de la responsabilidad, toda vez que se trata de una
acepción del concepto en un sentido muy general, que para su aplicación requeriría de la constatación de un indeterminado número factores,
haciéndola inoperante, además de llevar a una
consecuencia jurídica no menos importante, de
tener que considerar a cualquier hecho o persona
que haya tenido alguna incidencia en el resultado
como responsable del mismo.
Esta dificultad de encontrar un concepto de
causa que satisfaga lo pretendido por el derecho
de daños ha sido abordada por las teorías de causalidad expuestas a lo largo de la historia por los
estudios del derecho (29), pero son sólo dos de
ellas, la teoría de la equivalencia de las condiciones y la teoría de la causalidad adecuada, las que
han tenido mayor aplicación en los ordenamientos jurídicos del mundo, por las que de alguna
manera han contribuido para dar claridad a este
tema.
Giraldo L.F.
La teoría de la equivalencia de las condiciones o “conditio sine qua non”
Esta teoría jurídica de causalidad está fundamentada sobre la idea de considerar a toda situación que haya intervenido en un proceso, como
causa de un resultado, por ello se ha denominado
como la teoría de la equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non(30), que como se indicó,
pretende dar respuesta al tema de la causalidad,
igualando a título de causa cualquier condición
que hubiese intervenido en el curso causal de un
suceso, es decir, para esta doctrina, la causa es el
conjunto de condiciones que han incidido en un
resultado.
En consecuencia, para determinar si una situación puede o no ser erigida como causa de un
efecto dado, basta con hacer una prueba mental,
de suprimir el evento que se quiere analizar, y si
el resultado no se produce, es porque ese evento
sí debe ser considerado como causa, en caso contrario, esto es, si haciendo la supresión mental del
suceso de todas maneras el resultado se produce,
ese hecho no sería entonces causa del mismo.
En materia médica, esta situación se puede
materializar en el siguiente ejemplo: un paciente acude al servicio de urgencias por presentar
cuadro de cólico y distensión abdominal de tres
días de evolución, con pujo y deposiciones diarreicas, encontrándose al examen f ísico un abdomen blando y depresible, dolor tipo cólico,
motivo por el cual se ordena aplicar una ampolla
de butilbromuro de hioscina con el fin de relajar
los músculos y así aliviar su dolor; una vez suministrado el anterior medicamento, el paciente
presenta somnolencia, malestar general y dificultad respiratoria, lo que obliga al personal médico a iniciar el respectivo tratamiento y asistencia
ventilatoria con apoyo farmacológico, debiendo
trasladar al paciente a la unidad de cuidados intensivos, en donde sufre un paro cardiorrespiratorio que al final le produce la muerte.
Frente al anterior ejemplo, se puede decir que
el paciente tenía una dolencia –dolor abdominal– que al ser tratada por el profesional que lo
atendió con la prescripción de un medicamento
– butilbromuro de hioscina– se generó una reacción alérgica que a pesar de las medidas tomadas
produjo un paro cardiorrespiratorio que lo llevó
a su deceso.
Con la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones o conditio sine qua non al
Pese a la
contundente
conclusión a la
que se arriba
con la aplicación
de la teoría
de causalidad
que aquí se
comenta, se
considera que
tal solución es
a todas luces
equivocada.
33
anterior ejemplo, se puede sostener que la causa
de la muerte del paciente fue el paro cardiorrespiratorio producido por la reacción anafiláctica
generada como consecuencia del medicamento
suministrado por el médico; ahora bien y con el
fin de determinar si la conducta del profesional
es o no causa del resultado desafortunado padecido por el paciente, hacemos uso de la regla de la
supresión mental del hecho que se investiga, teniendo que concluir en este caso que la conducta
del profesional de aplicar una ampolla de butilbromuro de hioscina al paciente, si se erige como
la causa de su muerte, en tanto que, al suprimir
mentalmente el hecho del suministro del medicamento, el resultado no se produce, motivo por el
cual debe considerarse que la conducta asumida
por el profesional es una condición de la muerte
del paciente, que junto con la enfermedad que padecía y el paro cardiorrespiratorio, se convierten
en la causa del resultado dañino.
En efecto, si se tiene en cuenta la anterior forma de razonar, se puede colegir que en el caso
planteado se ha establecido el elemento nexo de
causalidad, entre la conducta desplegada por el
profesional –suministro del medicamento– y el
resultado dañino presentado –muerte del paciente–, en otras palabras, ha quedado demostrado
con la aplicación de esta teoría que el profesional que prescribió el medicamento es el autor del
daño o muerte.
Pese a la contundente conclusión a la que se
arriba con la aplicación de la teoría de causalidad
que aquí se comenta, se considera que tal solución es a todas luces equivocada; ello es así, por
cuanto más allá de la constatación f ísica de los fenómenos, al derecho le interesa preguntarse si es
justo o no que una persona pueda ser considerada como autora de un daño, y en caso afirmativo
si debe o no correr con las consecuencias nocivas
de su actuar (31).
Es por lo anterior que el autor Jorge Joaquín
Llambías expresa con claridad que “…el derecho
no se satisface con una pura relación de causalidad material, puesto que no es una f ísica de las
acciones humanas” (32), de tal manera que al derecho no le es dado conformarse con tal forma
de razonar.
En consecuencia, el resultado que se genera en
el caso analizado con la aplicación de la teoría de
la equivalencia de las condiciones no satisface el
fin buscado por el derecho, esto es el de lograr
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procesos civiles
que se haga justicia, puesto que poner en cabeza
del profesional que prescribió el medicamento
todas las consecuencias nocivas que se generan
con la muerte del paciente constituye una aplicación errada y desproporcionada de la institución
de la responsabilidad civil (33).
Es por lo anterior que se hizo necesario generar una nueva teoría de causalidad, que viniera a
mitigar las consecuencias nocivas de la aplicación de la teoría de la conditio sine qua non, la cual
fundamenta su estudio en la comprobación de las
causas que sean jurídicamente relevantes para el
derecho, con el fin de llegar a resultados que puedan ser leídos en términos de justicia.
La teoría de la causalidad adecuada
Con el objetivo de paliar los efectos desproporcionados que se generaban en los procesos por
responsabilidad civil con la aplicación de la teoría
de la equivalencia de las condiciones, surgieron un
sinnumero de teorías nuevas que fueron denominadas “individualizadoras”, pues pretendían abordar el estudio de la causalidad verificando la causa
que fuera realmente determinante en el resultado
final presentado, con el fin de evitar regresos causales infinitos y multiplicidad de autores.
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Algunas de las
teorías surgidas
y que tuvieron
mayor acogida
por los estudiosos
del tema de
la causalidad
fueron la de
la causalidad
eficaz, la de la
causa próxima,
la de la causa
preponderante
y la de la
causalidad
adecuada.
Algunas de las teorías surgidas y que tuvieron
mayor acogida por los estudiosos del tema de la
causalidad fueron la de la causalidad eficaz, la de
la causa próxima, la de la causa preponderante y
la de la causalidad adecuada.
Esta última doctrina, la de la causalidad
adecuada(34) es la que hoy en día tiene mayor
aplicación(35) en los sistemas jurídicos del mundo por ser una teoría que permite cumplir con
el fin de lograr atribuir un daño a su autor, cuyo
fundamento se encuentra en el hecho de querer
eliminar las consecuencias nocivas de la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones (36), de ahí que se plantea la necesidad de
evitar los cursos causales hasta el infinito basada
sobre la realización de un juicio de adecuación
con sustentado en la normalidad, en lo que de ordinario ocurre, teniendo en cuenta si la acción u
omisión que se estudia es jurídicamente relevante
por tener la virtualidad de producir el daño que
se está imputando; esa virtualidad o idoneidad
de la acción se puede determinar conforme a la
probabilidad.
La forma de llevar a cabo ese juicio de probabilidad que predica esta doctrina es a través
de la realización de un análisis objetivo retrospectivo (37) de lo que sucedió, atendiendo a un
juicio de probabilidad general, con el objetivo de
lograr determinar in abstracto si la conducta que
se investiga tiene o no la virtualidad de producir
el daño irrogado, de manera normal y ordinaria.
En palabras de Luis Díez-Picaso, “… no se busca establecer si un elemento de hecho es la causa
de un resultado, sino que se intenta dar respuesta a la pregunta sobre si determinados hechos
causantes deben ser considerados jurídicamente
como relevantes y si permiten la imputación objetiva del hecho a una determinada persona” (38).
Para mayor claridad, retomemos el ejemplo
dado anteriormente del paciente que presentaba una dolencia –dolor abdominal– que al ser
tratada por el profesional que lo atendió con la
prescripción de un medicamento –butilbromuro
de hioscina– se generó una reacción alérgica que
a pesar de las medidas tomadas produjo un paro
cardiorrespiratorio que lo llevó a la muerte.
Si aplicamos la teoría de la causalidad adecuada
al ejemplo planteado será necesario preguntarse si
la aplicación de un medicamento como lo es el bu-
Giraldo L.F.
tilbromuro de hioscina a un paciente que presenta
un cuadro de cólico y distensión abdominal, de
manera normal y ordinariamente(39) produce un
resultado como la reacción anafiláctica que puede
llevar a la muerte; para lograr esto será necesario
verificar si es común que dicho medicamento produzca reacciones alérgicas en los pacientes, esto
se logrará con un análisis de la estadística en caso
de que se tenga tal información, lo que ayudará a
determinar la ocurrencia o no de esta situación,
permitiendo de esta manera al juez establecer si el
medicamento prescrito, en situaciones normales,
tiene la virtualidad o potencialidad de producir el
resultado dañino como la reacción anafiláctica que
genere a su vez la muerte.
Frente al análisis anterior, muy seguramente el
juez puede llegar a la conclusión de que el medicamento aplicado al paciente era un antiespasmódico utilizado en la gran mayoría de países del
mundo con el objetivo de aliviar los dolores abdominales, que en principio no tenía la virtualidad
de producir reacciones alérgicas en los pacientes
que la utilizan.
No obstante lo anterior, también habrá de reconocerse que cualquier medicamento tiene la posibilidad de generar un evento adverso que puede
llegar a ser previsible, en casos como la sobredosis, los efectos secundarios, efectos colaterales o
que se producen con ocasión de la utilización de
varios medicamentos al mismo tiempo, o puede,
por el contrario, generar efectos imprevisibles
en eventos donde la situación no se origina por
la acción del fármaco en sí, sino por la respuesta que el individuo tiene al medicamento, como
sería el caso de la intolerancia, la idiosincrasia o
la alergia.
En consecuencia, será imperativo concluir que
en el ejemplo analizado la causa de la muerte del
paciente no es la conducta del profesional que lo
atendió y que le prescribió el medicamento, puesto que éste no tiene en principio la virtualidad o
potencialidad de producir ese resultado de manera normal y ordinaria.
Situación diferente se presentaría si a los elementos del ejemplo dado se agregara el hecho de
que el paciente había informado con anterioridad
al profesional de su alergia a tal medicamento y
pese a tal información se hubiese decidido aplicarlo de igual manera, pues en este caso la con-
De tal manera
que si se logra
constatar que la
acción del sujeto
que se investiga
es adecuada o, en
otras palabras,
regular, normal y
ordinariamente
tiene la
virtualidad de
producir el daño
que la víctima
padeció, se habrá
establecido
jurídicamente
el nexo de
causalidad, no
simplemente
desde una
perspectiva física,
sino desde el
ámbito jurídico de
la adecuación.
35
clusión sería otra, es decir, que la utilización del
butilbromuro de hoscina en un paciente alérgico a este tipo de fármacos sí produce de manera
normal y ordinaria una reacción anafiláctica que
puede generar la muerte.
Conclusión
De tal manera que si se logra constatar que la
acción del sujeto que se investiga es adecuada o,
en otras palabras, regular, normal y ordinariamente tiene la virtualidad de producir el daño
que la víctima padeció, se habrá establecido jurídicamente el nexo de causalidad, no simplemente
desde una perspectiva f ísica, sino desde el ámbito jurídico de la adecuación(40), lo cual permitirá
hacerle atribuible a ese sujeto las consecuencias
derivadas de su actuar, para luego de ello pasar
a hacer el estudio del tercer elemento de la responsabilidad, esto es, el fundamento del deber de
reparar con el objetivo de determinar si ese daño
padecido por la víctima, que ya se encuentra en
relación causa-efecto con la conducta del investigado, desde un punto de vista jurídico(41) y no
meramente f ísico, debe ser resarcido por el sujeto
que se considera como autor del mismo.
Bibliografía
1. Constitución Política de Colombia de 1991, Titulo II, De Los
Derechos, Las Garantías y Los Deberes, Capítulo 5, De Los Deberes y Obligaciones. Artículo 95a.
2. Código Civil Colombiano, Libro Cuarto, De Las Obligaciones en General y De los Contratos, Título I, Definiciones, Artículo 1494. b.
3. Ripert G y Boulanger J, Tratado de Derecho Civil, según el
Tratado de Planiol, Buenos Aires, La Ley, Tomo V, Obligaciones.
a. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de
la comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y
dignificarla. El ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta
Constitución implica responsabilidades. Toda persona está obligada
a cumplir la Constitución y las leyes. Son deberes de la persona y del
ciudadano: 1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;
2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con
acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la
salud de las personas; 3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la independencia y la
integridad nacionales; 4. Defender y difundir los derechos humanos como
fundamento de la convivencia pacífica; 5. Participar en la vida política,
cívica y comunitaria del país; 6. Propender por el logro y mantenimiento
de la paz; 7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración
de la justicia; 8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar
por la conservación de un ambiente sano; 9. Contribuir al financiamiento
de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y
equidad.”
b “Fuentes de las Obligaciones. Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en los contratos
o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga,
como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a
otra persona, como en los delitos; ya por disposición de la ley, como entre
los padres y los hijos de familia.”
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rML año xv nº1,2009 36
procesos civiles
2ª Parte, 1965, p. 15. Título Original, Traité de droit civil, d´aprés
le traité de Planiol, Trad. de Delia García Daireaux.c
4. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 26 de abril de 1947. MP. Dr.: Pedro Castillo Pineda. Gaceta
Judicial No. 62, t LXII, p. 131. d
5. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera. Sentencia del 1° de agosto de 2002. C.P. Dra.:
María Elena Giraldo Gómez. Exp. 13.248. e
6. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera. Sentencia del 11 de noviembre de 1999. M.P.
Dr.: Alier Hernández Henríquez. Exp: 11.499. f
7. De Cupis A, El Daño. Teoría General de la Responsabilidad
Civil, Barcelona, Casa Editorial Bosch, 1975, p. 81. Titulo original,
Il Danno. Teoría generale de la responsabilità civile, 2ª edición,
1970, trad. de Ángel Martínez Sarrión.
8. Corte Suprema de Justicia Colombiana, Sala Casación
Civil, 4 de abril de 1968, M.P. Dr.: F. Hinestrosa, G.J., T. CXXIV, Nos.
2297 a 2299, p. 58. g
(9)Santos Briz, J. La Responsabilidad Civil, Derecho Sustantivo
y Derecho Procesal, Madrid, Editorial Montecorvo, 1970, p.
131.h
10. Ataz López, J. “El Daño Resarcible”. en José N. Duque Gómez (Comp), El Daño. Compilación y Extractos, Editora Jurídica
de Colombia, Primera Edición, 2001, p. 149.
11. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 27 de junio de 2005. M.P. Dr.: Carlos Ignacio Jaramillo
Jaramillo. i
c Por su parte en Francia los autores Georges Ripert y Jean Boulanger
exponen esta misma idea con fundamento en el artículo 1382 del Código
Civil Francés, diciendo que “La regla legal expuesta en el art. 1382 tiene
un carácter muy general. Contempla todo hecho del hombre y obliga a
reparación a toda persona que haya cometido una falta, sin que el legisladorse haya tomado el trabajo de definir la falta. La regla legal aparece así
como la sanción de la regla moral que prohíbe causar daño a un tercero
(neminem laedere)”.
d “El perjuicio es uno de los elementos esenciales de la responsabilidad civil, sin cuya existencia y demostración no cabe decretar indemnización alguna, porque en el campo extracontractual la ley no lo presume.
Sin daño fehaciente comprobado no nace a la vida jurídica la obligación
de indemnizarlo. Y conforme a las reglas generales del derecho procesal,
es el demandante en acción indemnizatoria a quien corresponde
demostrar en forma plena y completa la existencia del daño para que
así sea posible imponer al demandado, cuyo hecho lo ocasionó, el deber
consecuencial de repararlo.”
e “Recuérdese que la responsabilidad por falla probada requiere la
comprobación de todos los elementos integradores de responsabilidad
cuales son falla, daño y nexo causal (éste eficiente y determinante, en
aplicación de la teoría de la causalidad adecuada).”
f
“El daño, en “su sentido natural y obvio“, es un hecho, consistente en
“el detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia causado a alguien“,
“...en su persona, bienes, libertad, honor, afectos, creencias, etc….” y “...supone la destrucción o disminución de ventajas o beneficios patrimoniales
o extra patrimoniales de que goza un individuo”.
g “Por todo ello cabe afirmar, que dentro del concepto y la configuración de la responsabilidad civil es el daño un elemento primordial y el
único común a todas las circunstancias, cuya trascendencia fija el ordenamiento. De ahí que no se dé responsabilidad sin daño demostrado y
que el punto de partida de toda consideración en la materia, tanto teórica
como empírica, sea la enunciación, establecimiento y determinación de
aquél, ante cuya falta resulta inoficiosa cualquiera acción indemnizatoria.”
h “La indemnización de daños no conducirá en ningún caso a un
enriquecimiento del perjudicado; es decir, sólo debe obtener un resarcimiento de su daño, pero no más de aquello que tendría si el suceso, del
cual responde el agente, no hubiese tenido lugar.”
i
“No está demás insistir, como lo ha hecho esta Sala, que el daño
constituye “la columna vertebral de la responsabilidad civil, en concreto
de la obligación resarcitoria a cargo de su agente (victimario), sin el cual,
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12. Henao Pérez, J.C. El Daño. Análisis Comparativo de la
Responsabilidad Extracontractual del Estado en Derecho Colombiano y Francés. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Cuarta Reimpresión, julio de 2004, p. 38.
13. Zannoni, E. El Daño en la Responsabilidad Civil. Buenos
Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo de Palma S.R.L, 2ª
Edición Actualizada y Ampliada. 1987, p. 1.
14. Pizarro, R. “Causalidad Adecuada y Factores Extraños”, Félix A. Trigo Represas y Rubén S. Stiglitz (directores de la obra).
Derecho de Daños, Primera Parte, Buenos Aires, Ediciones La
Roca, 1ª Reimpresión, 1991, p. 255. j
15. Campagnucci de Caso, R. “Responsabilidad civil y relación de causalidad”, en Félix A. Trigo Represas y Rubén S. Stiglitz
(directores de la obra), Seguros y responsabilidad civil, Buenos
Aires, Astrea de Alfredo y Ricardo De Palma, 1984, p. 17.k
16. Goldemberg, I. La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo
De palma, 1984, p. 2.
17. Aristóteles, Metafísica, Madrid, Editorial Gredos S.A, 1ª reimpresión de la 1ª edición, 1998, p. 82. Trad. de Tomás Calvo
Martínez.
18. Reglero Campos, L. F. “El nexo causal. Las causas de exoneración de responsabilidad: culpa de la víctima y fuerza mayor. La concurrencia de culpas”, en L. Fernando Reglero Campos (Coord). Tratado de Responsabilidad Civil. Parte General,
Editorial Arazandi, S.A, 2002, p. 287. l
19. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Sentencia del 26 de septiembre de 2002. M.P. Dr.: Jorge Santos
Ballesteros. Exp. 6.878.
20. Lorenzetti, R.L. Responsabilidad civil de los médicos,
Tomo II, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni Editores, 1997, p. 115.
21. Se considera daño indemnizable aquel que cumple con
las características de ser cierto, personal y directo.
22. Peirano F.J. Responsabilidad Extracontractual, Bogotá,
Editoral Temis S.A, Reimpresión de la Segunda Edición, 2004,
p. 405. m
23. Yagüez., R.A. Tratado de responsabilidad civil, Madrid, Civitas, Tercera edición, 1993, p. 771. n
24. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 30 de noviembre de 2006.
C.P. Dr.: Alier Eduardo Hernández Enríquez. Exp. 15.201 o
de consiguiente, resulta vano, a fuer de impreciso y también hasta especulativo, hablar de reparación, de resarcimiento o de indemnización de
perjuicios, ora en la esfera contractual, ora en la extracontractual, habida
cuenta que ‘Si no hay perjuicio’, como lo puntualiza la doctrina especializada, ...no hay responsabilidad civil”.
j
“La necesaria relación que debe existir entre la acción humana
y el resultado dañoso producido constituye uno de los presupuestos
indispensables de la responsabilidad civil.”
k “Pocos temas han resultado tan dificultosos como el de la relación
de causalidad. No sólo tratado bajo la óptica jurídica, por los especialistas
del derecho penal, y después por los civilistas, sino por los filósofos y
científicos en general. Este vínculo y relacionamiento da lugar a diferentes
interpretaciones y teorías que han complicado soberanamente la tarea
del jurista y del juez.”
l
“Los problemas causales nacen sobre todo del hecho de que toda
consecuencia es normalmente resultado de una pluralidad de causas,
y que todas ellas, con independencia de que sean directas o indirectas,
remotas o próximas, constituyen un antecedente sin el cual aquélla no se
hubiere producido.”
m “El nexo causal señala la necesidad de un ligamen de causa a efecto
entre la acción humana y el daño producido.”
n “Esta expresión significa que el acto del obligado a indemnizar debe
ser la causa, o una de las causas, de la producción del resultado dañoso.”
o “La relación causal es aquel vínculo fáctico - jurídico que conecta la
producción del daño con determinado hecho generador o productor del
Giraldo L.F.
25. López Díaz, C. Introducción a la Imputación Objetiva, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004, p. 25.
26. Bunge, M. Causalidad. El principio de causalidad en la
ciencia moderna, Buenos Aires, Eudeba Editorial Universitaria,
Segunda Edición, 1961, p. 45. Título original, Causality, the place of the causal principle in modern science, trad. de Hernán
Rodríguez.
27. Mazeaud, H. y León M. Compendio del Tratado Teórico y
Práctico de la Responsabilidad Civil Delictuosa, Tomo II, México,
D.F, Editorial Colmex, s.a, p. 12. Título original, Recueil du Traité
théorique et pratique de la responsabilité civile délictuelle et
contractuelle, 1945, trad. de Carlos Valencia Estrada. p
28. Yagüez., R. Tratado de responsabilidad civill, Madrid, Civitas, Tercera edición, 1993, p. 704. q
29. Se mencionan entre ellas: a) Teoría de la equivalencia de
las condiciones o conditio sine qua non; b) Teoría de la causa
eficiente; c) Teoría de la causa próxima; d) Teoría de la causalidad
adecuada; e) Teoría de la causalidad probabilística.
30. La teoría de la equivalencia de las condiciones, fue
expuesta por el penalista alemán Maximiliano Von Buri, en el
año de 1860, sobre la base de la concepción filosófica de causa
del economista y filósofo Jhon Stuart Mill. Ver sobre este tema:
Claudia López Díaz, Introducción a la Imputación Objetiva, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004; Isidoro
Goldenberg, La relación de causalidad en la responsabilidad
Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, 1984.
31. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera. Sentencia del 16 de agosto de 2006. C.P. Dr.:
Mauricio Fajardo Gómez. Exp. 14.838. r
32. Llambías, J. Tratado de derecho civil, Obligaciones Tomo I,
Buenos Aires, Editorial Perrot, Cuarta Edición, 1983, p. 366.
33. Llambías, J. Tratado de derecho civil, Obligaciones Tomo I,
Buenos Aires, Editorial Perrot, Cuarta Edición, 1983, p. 369. s
34. López Díaz C. Introducción a la Imputación Objetiva,
mismo. Dicha correspondencia se erige como una relación material que
liga a determinada acción un preciso resultado generado en el mundo
exterior (modificación en el mundo externo); en otras palabras, el nexo de
causalidad permite atribuir o imputar a alguien un determinado resultado
o efecto como consecuencia de un preciso comportamiento activo u
omisivo.”
p “La Corte –se refiere a la Corte de Casación Francesa- sienta en principio que la apreciación del vínculo de causalidad es una cuestión de hecho,
lo cual no le impide casar las decisiones que no se ajusten a ciertas reglas.”
q “El establecimiento de la frontera que separa la negligencia o la
impericia del médico del juego de azar, del caso fortuito y de lo razonablemente imprevisible se convierte en un problema judicial de primer
orden, en el que con frecuencia quedan en entredicho las proposiciones
doctrinales comunes en esta materia (causa eficiente, equivalencia de las
condiciones, etc.).”
r
“La Sala reitera que lo determinante no es dilucidar cuál pueda ser
la “causa inicial”, desde una perspectiva puramente material, sino cuál ha
sido la “causa eficiente y adecuada” desde una perspectiva eminentemente
jurídica. Es, por consiguiente, la “causalidad jurídica” la que debe tener
aplicación en el sub exámine, porque entre todas las circunstancias que se
observan como eslabones de la cadena de acontecimientos que finalmente da lugar al daño, el juez debe seleccionar la que según las reglas de la
experiencia resulte haber sido determinante para producir -sea por sí sola
o sea como protagonista dentro de la cadena causal-, el daño irrogado.”
s “…esta tesis resulta impracticable en el plano jurídico, porque amplía
exageradamente la responsabilidad, y destruye todo principio éticojurídico al poner a cargo del agente, cualquiera fuere su intención, todas
las consecuencias, aun casuales y remotas, de su obrar: el caso fortuito no
excusaría la responsabilidad.”
37
Bogotá, Universidad Externado de Colombia, Centro de Investigación en Filosofía y Derecho, Cuarta Reimpresión, 2004;
Isidoro Goldenberg, La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo
Depalma, 1984.t
35. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 1° de agosto de 2002. C.P.
Dra.: María Elena Giraldo Gómez. Exp. 13.248. u
36. Alterini, Atilio A., Ameal O.J. y M. López R. Curso de obligaciones, Tomo I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, Segunda edición actualizada, 1984, p. 233. v
37. Goldenberg, I. La relación de causalidad en la responsabilidad Civil, Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo
Depalma, 1984, p 33. w
38. Díez-Picazo, L. Derecho de daños, Madrid, Civitas, Primera
Edición, 1999, p. 341.
39. Santos Briz, J. La Responsabilidad Civil, Derecho Sustantivo y Derecho Procesal, Madrid, Editorial Montecorvo, 1970, p.
190. x
40. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Sentencia del 16 de agosto de 2006. C.P. Dr.:
Mauricio Fajardo Gómez. Exp. 14.957. y
41. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera. Sentencia del 29 de enero de 2004. C.P. Dr.:
Alier Hernández Enríquez. Exp. 18.273. z
t
La teoría de la Causalidad Adecuada se le atribuye al fisiólogo J. von
Kries, quien la expuso en el año de 1888; no obstante ya en el año de
1871, Von Bar había introducido en sus planteamientos el concepto de
regularidad, por lo cual se le considera como el precursor de esta teoría.
u “Es necesario recordar que no cualquier causa en la producción
de un daño tiene nexo con el hecho dañino. Sobre el punto se han
expuesto dos teorías; la primera de la equivalencia de las condiciones,
según la cual todas las causas que contribuyen en la producción de un
daño se consideran jurídicamente causantes del mismo. Esta teoría fue
desplazada por la de causalidad adecuada, en la cual se considera que el
daño fue causado por el hecho o fenómeno que normalmente ha debido
producirlo (hecho relevante y eficiente). Por tanto puede suceder en un
caso determinado, que una sea la causa física o material del daño y otra,
distinta, la causa jurídica, la cual puede encontrarse presente en hechos
anteriores al suceso, pero que fueron determinantes o eficientes en su
producción.”
v “Esta teoría –quizá la de mayor predicamento- niega la equivalencia
de las condiciones y preconiza un criterio generalizador: el acto humano
debe haber sido, conforme a la experiencia, propio para producir el
resultado.”
w “A fin de establecer la vinculación causa efecto entre dos sucesos, es
menester realizar un juicio retrospectivo de probabilidad, cuya formulación en (sic) la siguiente: ¿la acción u omisión que se juzga era per se apta
o adecuada para provocar normalmente esa consecuencia?”
x “Para la doctrina de la adecuación la cuestión a resolver consiste
en determinar si la concurrencia del daño era de esperar en la esfera del
curso normal de los acontecimientos o si, por el contrario, queda fuera de
este posible cálculo.”
y “En el campo del derecho el asunto no es distinto y la adecuación
de las relaciones causa-efecto es aplicada no sólo por su éxito, sino por
una sentida necesidad, dando cabida a la denominada “causalidad adecuada”, ocasionalmente también llamada “causalidad jurídica”, apreciada
bastante bien en el tenia de la responsabilidad patrimonial. Pese al repetido intento por estructurar un modelo multifuncional, útil y verificable
para hacer esa adecuación en lo inherente al Derecho, nada ha resultado
mejor que el criterio.”
z “Debe precisarse también que, conforme a los principios decantados por la jurisprudencia nacional, la relación de causalidad sólo tiene
relevancia para el derecho cuando responde a criterios de naturaleza
jurídica, más allá de la simple vinculación física entre un comportamiento
y un resultado.
JUNIO DE 2009 scare
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