LA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL Asignatura: Historia Profesor/a: Longeira Alumno/a: Juan MartÃ−n Herrera

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LA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL
Asignatura: Historia
Profesor/a: Longeira
Alumno/a: Juan MartÃ−n Herrera
Curso: 4° año bachiller
Año: 2004
Fecha de entrega: 14-07-04
(1) Carátula:
*Información del alumno
(2) Ã ndice:
*Lista ordenada del contenido del trabajo
(3) Trabajo propiamente dicho:
*Revolución Industrial (Hechos y Contexto)
*Revolución Industrial (Avances y Mejoras)
(4)BibliografÃ−a:
*Fuentes de información
(5) Conclusión:
*Reflexión realizada por el alumno
INTRODUCCIÃ N
“MARCO HISTÃ RICO REFERENCIAL”
Los avances tecnológicos en las sociedades se desarrollan sin pausa, pero en ciertos momentos se producen
saltos cualitativos que cambian la forma de vida. Hacia fines del siglo XVIII se produjo en Europa occidental
un cambio de este tipo: La Revolución Industrial.
Desde en punto de vista tecnológico, fue la introducción de una nueva forma de energÃ−a, la térmica,
producida por maquinas que funcionan quemando combustible. Con anterioridad, se disponÃ−a de la
energÃ−a fÃ−sica, proporcionada tanto por el propio hombre como por los animales de tiro, o la producida
por el agua y el viento.
Con la introducción de la maquina, la potencia disponible aumenta notablemente, ya que la industria tiene
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menor dependencia con respecto a las condiciones naturales y una gran libertad de localización, pues un
molino mecánico no necesita ubicarse cerca de un rÃ−o para funcionar.
La primera máquina Térmica es la “Maquina de vapor” de James Watt, que usa carbón como
combustible y genera un movimiento rotativo que fue aplicado a los más diversos usos. Sólo hacia la
segunda mitad del S. XIX surgirán otras máquinas alternativas, como los motores a explosión o los
motores diésel.
La introducción de estas máquinas cambia la imagen de tierra. El mundo campesino es reemplazado por
una sociedad urbanizada. Un planeta desarticulado se interconecta a través de medios de transportes que
cruzan grandes distancias con seguridad y rapidez. Pero para que esta tecnologÃ−a revolucionara el mundo,
fueron necesarios cambios previos en lo polÃ−tico, económico y social.
LA PRIMERA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL: “LOS HECHOS”
“EL CONTEXTO POLÃ TICO DE LA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL”
Para generar los diferentes tipos de cambios que permitieron el paso de una economÃ−a campesina a otra de
base principalmente industrial, se hacÃ−a necesaria la existencia de gobiernos firmemente identificados con
estos objetivos y una fuerte orientación hacia la buena marcha de los negocios. Este tipo de gobierno debÃ−a
eliminar los privilegios de los grandes aristócratas y liberar legalmente a la gran masa de los campesinos
atados a la tierra por vÃ−nculos feudales y formas de producción que ya resultaban obsoletos.
El proceso de revoluciones polÃ−ticas que se dio en Inglaterra en el S. CVIII y en Francia desde fines del S.
XVIII encaminó hacia el poder polÃ−tico a una nueva clase social: la burguesÃ−a. Esta clase se
diferenciaba de la nobleza, pues su importancia y su poder se sustentaban en el talento y en la riqueza, y no en
la cuna o en la sangre.
Todos estos cambios significarÃ−an avances para la humanidad. Pero estos avances no se dieron en forma
incruenta. Para muchos de los protagonistas constituyeron una auténtica pesadilla, ya que fueron
expulsados de sus campos y obligados a trabajar por medio de una legislación que claramente los condenaba
a vivir en penosas condiciones. En efecto, para quienes habÃ−an nacido y se habÃ−an acostumbrado al
contacto con la naturaleza y con un ritmo de vida acorde con las condicione climáticas y naturales, pasar
dieciséis horas por dÃ−a en oscuras fábricas donde el aire era irrespirable y el ruido insoportable,
significó una merma en su salud, fÃ−sica y mental. A esto se añadÃ−a que el resto del dÃ−a estaban
hacinados en viviendas estrechas, carentes de servicios y ubicadas en barrios cuya infraestructura era
prácticamente nula.
LA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL NACIÃ EN INGLATERRA
La industrialización no fue un proceso simultáneo de distintas zonas o paÃ−ses, sino se inició en un solo
paÃ−s: Inglaterra. Solo depuse de que la revolución industrial termino de afianzarse en Inglaterra se dio un
proceso expansivo que se inició en Europa occidental y que más tarde alcanzarÃ−a a los Estados Unidos y
Japón.
Esto no fue casual, ya que Inglaterra reunÃ−a una serie de particularidades polÃ−ticas, económicas y
sociales que le permitieron dar el gran salto hacia la industrialización.
A comienzos de la Edad Moderna, Inglaterra no era potencia dentro del contacto Europeo. No habÃ−a
construido ningún imperio colonial, como España y Portugal, ni habÃ−a consolidado una monarquÃ−a
con un ejército poderoso, como Francia. Una de sus pocas ventajas la constituÃ−a el hecho de encontrarse
protegida de los ataques externos debido a su carácter insular.
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Sin embargo, poseÃ−a diferencias sociales muy marcadas con el resto de los paÃ−ses europeos. A fines del S.
XVI, y luego de grandes levantamientos campesinos, habÃ−a comenzado un proceso de liberación de los
siervos, con una gran pérdida de poder por parte de la clase terrateniente feudal.
“UNA NOBLEZA MODERNA”
Esta clase terrateniente, a la cual se denominaba Gentry (colectivos de Gentleman, caballero), Debió buscar
formas alternativas de explotación para sus tierras. AsÃ− fue que se dedicó principalmente a explotaciones
del tipo comercial.
Por otro lado, la falta de monarquÃ−a fuerte que permitÃ−a incorporar a la nobleza en la burocracia estatal
llevó a la Gentry a Probar suerte en los negocios privados. La vinculación con esas actividades de carácter
privado cambió la percepción y las creencias de esa clase, empujándola a vivir de los negocios antes que
esperar los favores de los reyes. Por el contrario, les generó una cierta desconfianza hacia la corona, en tanto
esta resolvÃ−a el déficit en sus gastos con el simple expediente de establecer pesados impuestos.
En efecto, cuando a lo largo del S. XVII la monarquÃ−a intentó avanzar claramente hacia el absolutismo, se
encontró con una fuerte oposición de un gran sector de la Gentry y del pueblo, que desembocó en la
revolución Inglesa de 1648 y posteriormente en la de 1688. Este proceso revolucionario, que incluyó una
guerra civil y la decapitación, modificó sustancialmente el carácter del gobierno. Inglaterra fue el primer
paÃ−s en adoptar el lema de que “El rey reina pero no gobierna”. Esto quiere decir que la monarquÃ−a se
mantuvo, pero el poder pasó a manos del parlamento, donde los sectores comerciales tenÃ−an primacÃ−a,
Por lo tanto, desde fines del S. XVII, el eje de la acción gubernamental pasó por la buena marcha de los
negocios privados.
“EL COMERCIO DE ULTRAMAR”
La prosperidad económica Inglesa dependÃ−a del comercio ultramarino y, por ello, el gobierno decidió
construir una poderosa flota de guerra que le asegurara el dominio en los mares. Sin embargo, nunca tuvo un
ejercito terrestre igualmente poderoso, por lo que prefirió llevar a cabo una agresiva diplomacia que
apuntaba a mantener el equilibrio de fuerzas entre las potencias europeas dentro dl continente, al tiempo que
obtenÃ−a ventajas en el mundo colonial.
Durante todas las guerras del S. XVIII, Inglaterra participó de las diferentes coaliciones logrando que
ninguna potencia adquiriera supremacÃ−a en Europa. Mientras tanto consiguió ganancias territoriales en las
colonias y obtuvo privilegios comerciales. Ya durante la revolución Inglesa habÃ−a comenzado un proceso
de ampliación colonial mediante la conquista, pero luego arrebató a los Holandeses su imperio en
América del Norte y Oriente; a Los Franceses el Canadá y la India; y a los Españoles, Gibraltar, Belice,
y Ciertas islas caribeñas.
En suma, estas transformaciones polÃ−ticas permitieron que Inglaterra se orientara decididamente hacia el
comercio privado, en tanto que el resto de los paÃ−ses europeos dilapidaba fondos en aventuras militares o
negocios protegidos por la corona. Esto marcó la diferencia y permitió explicar por qué Inglaterra
superó una barrera frente a la cual el resto fracasó.
LA PRIMERA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL: EL CONTEXTO
“LA ECONOMÃ A”
Cuando se habla de Revolución Industrial no hay que pensar exclusivamente en un salto tecnológico. Hubo
muchas sociedades que desarrollaron grandes conocimientos que no tuvieron influencia en su vida cotidiana.
La Revolución Industrial fue trascendental porque la tecnologÃ−a transformó por completo la forma de
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producir de la sociedad. Es decir, tuvo un carácter eminentemente práctico.
La sociedad debió estar preparada para absorber este gran avance tecnológico y aplicarlo en un sentido
productivo. En primer lugar, porque la producción fabril requerÃ−a trabajadores, personas que no tuvieran
otra alternativa que ponerse a disposición de un empleador durante una parte del dÃ−a a cambio de un
salario con el cual pudieran abastecerse de los productos necesarios para vivir con cierta dignidad.
Esta fuente de trabajadores no podÃ−a ser otra que la población campesina, ya que constituÃ−a la franja
mayoritaria de la población. Sin embargo, para que este colectivo humano estuviera disponible y fuera
utilizado por la industria era necesario que previamente los siervos, que desde la Edad Media se encontraban
fijados a la tierra, fueran liberados y pudieran movilizarse libremente por el territorio. El proceso de
extinción de la servidumbre comenzó con la crisis del S. XIX, que trajo hambrunas y pestes y significó un
golpe irreparable para el sistema feudal. Por otra parte, este proceso de emancipación fue acompañado por
otro que llevó a la expulsión de los campesinos de las tierras que ocupaban, lo que generó una masa de
hombres y mujeres disponibles sin otro medio de subsistencia que su fuerza de trabajo.
“LOS CAMBIOS EN LOS ESPACIOS PRODUCTIVOS”
La Revolución Industrial transformó profundamente los espacios productivos, que pasaron de la casa y la
aldea campesina a las fabricas, edificios donde se agrupaban los trabajadores durante una gran parte del dÃ−a.
Debido a las largas jornadas y a la inexistencia de medios adecuados para el transporte masivo fue necesario
que los obreros se concentraran en las cercanÃ−as de las fabricas. Esta circunstancia generó un gran
crecimiento demográfico en ciudades que anteriormente se hallaban poco pobladas.
Para que este crecimiento urbano fuera sustentable, el campo debÃ−a seguir produciendo los alimentos
necesarios para abastecer a toda la nueva población. La agricultura comercial y el gran incremento en la
productividad agrÃ−cola fueron entonces dos prerrequisitos para la existencia de la sociedad industrial.
La rotación de cultivos, la utilización de abonos, la introducción de nuevas especies, como la papa y de
plantas forrajeras que elevaban la producción de carne, hicieron posible alimentar a los habitantes de las
ciudades y mejorar el valor nutritivo de su dieta. Esto aumento su esperanza de vida y el tamaño de la
población en general. Por otra parte, la agricultura comercial también se convirtió en una fuente de
materias primas industriales, como lana, cueros, maderas, linos, etc.
“LA SEGUNDA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL”
(1850-1914)
“MARCO HISTÃ RICO REFERENCIAL”
Desde las última década del siglo XIX y hasta el estallido de la Guerra Mundial, “la ciencia y la
tecnologÃ−a amplÃ−an la comprensión del hombre sobre la naturaleza”1. En esos años, cambian la vida
cotidiana, la vivienda, el trabajo, los viajes. Sobre todo, porque es el perÃ−odo de los grandes inventos, como
la energÃ−a eléctrica, el teléfono, las bicicletas, los aviones, los autos.
También se modifican muchas fronteras y se extienden áreas de influencia y dominio. Estos factores
transforman algunas potencias como el imperio Alemán, Gran Bretaña y Francia, a las que se suman
Estados Unidos y Japón, concentran el poder económico, polÃ−tico y militar. Logran expandirse
territorialmente y convierten a todo el planeta en zona de domino y de disputa. “Cambio” es el término que
define al S. XIX. Y este cambio se produce en función de determinadas zonas, núcleos de capital y para la
satisfacción de sus objetivos.
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Esta época, “llamada edad del progreso”, está llena de contradicciones. Este “progreso” logra prolongar la
vida de las personas y , al mismo tiempo, consigue fabricar las armas más letales. Algunos sectores sociales
consiguen mejoras en sus condiciones de vida con la sanción de leyes laborales. Pero crece la explotación
de territorios y de masas humanas. Los contactos entre pueblos y culturas son más frecuentes. Sin embargo,
culminan la explotación de grandes imperios coloniales. También denominada “La era del imperio” fue
una época de paz sin precedentes en el mundo occidental. Pero “el ritmo acelerado y optimista de esta
perÃ−odo culmina en una tragedia también sin precedentes en la historia de la humanidad: La Primera
Guerra Mundial”.
LA SEGUNDA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL:
“LOS HECHOS”
“REVOLUCIÃ N”
“El cambio constante que caracterizó este perÃ−odo significó progreso técnico” 2 y, como consecuencia,
progreso en la producción de bienes y en las comunicaciones.
La segunda Revolución Industrial combinó la expansión y el desarrollo de la tecnologÃ−a con avances
notables en las teorÃ−as cientÃ−ficas. La tarea de laboratorio y el conocimiento teórico se integró con
actividad tecnológica. Esta fusión de factores permitió que , en poco tiempo, se alcanzaran resultados
inesperados.
El hierro y el acero, esta en forma creciente, se utilizaron para fabricar máquinas modernas. El carbón
permaneció como la fuente de energÃ−a mas importante, mientras que la electricidad y el petróleo se
fueron imponiendo gradualmente en un triunfo de la tecnologÃ−a, visible y audible a través de grandes
maquinarias.
“LA EXPANSION DEL MUNDO INDUSTRIAL”
Las comunicaciones y los medios de trasporte posibilitaron al acceso a una economÃ−a de tipo mundial de
gran interdependencia, que no respetó fronteras ni distancias y provocó feroces luchas. Hasta ese momento,
los avances industriales tenÃ−an a Gran Bretaña como protagonista casi exclusivo. Sin embargo, entre 1870
y 1880 amplias zonas de Europa (varias regiones de Francia, Italia, y sobretodo, Alemania) junto con los
Estados Unidos y Japón, alcanzaron un importante desarrollo industrial.
“El potencial económico y, fundamentalmente, el industrial se convirtieron para los gobiernos en factores
esenciales para obtener poder polÃ−tico y militar”3. De modo que tendieron a consolidarse a través de la
realización de polÃ−ticas comerciales, la construcción de ferrocarriles o el desarrollo de la educación,
entre otros aspectos.
El desarrollo del tendido ferroviario y la navegación a vapor también incidieron el crecimiento de las
economÃ−as. Creció el tráfico de corta, media y larga distancia. Los ferrocarriles y los barcos a vapor
permitieron que los viajes intercontinentales y transcontinentales que duraban meses se acortaron a semanas.
Por ejemplo, al final de la construcción del tren transiberiano, el trayecto ParÃ−s-Vladivostk pudo hacerse
en 15 o 16 dÃ−as. Hubo otras obras importantes, como la perforación de 15 Km. del San Gotardo en los
Alpes y , fundamentalmente, la apertura del canal de Suez.
“LA CRISIS DE 1873 Y SUS CONSECUENCIAS”
La llamada “crisis de crédito” de 1873 afectó tanto a los Estadounidenses como a Europa Central y a Gran
Bretaña. Desde ese momento hubo un descenso general de los precios atribuible a diversas causas: La
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competencia agrÃ−cola de los paÃ−ses nuevos, el rápido agotamiento de las minas de oro, muchas empresas
creadas sin suficiente sustento y el alza de la productividad industrial.
“EL DESARROLLO INDUSTRIAL”
Durante los años de crisis, la agricultura fue la actividad más perjudicada y el precio del trigo fue un claro
indicador de su permanencia. En 1894 este llegó a cotizarse a un tercio del valor alcanzado en 1867. Esta
situación trajo aparejadas revueltas campesinas, agitación social y un fuerte movimiento emigratorio, sobre
todo hacia América.
El descenso de precios, intereses y beneficios no estuvo acompañado por una reducción de la producción
y los intercambios. Por el contrario, se produjo una crisis de superproducción en varias ramas de la industria,
por ejemplo, en la metalúrgica.
La prosperidad volvió en 1896 con el aumento de los precios y de los salarios. Este fenómeno coincidió
con la explotación de las minas de oro de transvaal (Sudáfrica).
“HACIA UN MERCADO MUNDIAL”
“Al avanzar la Revolución Industrial, los Estados ya no fueron autosuficientes y se convirtieron en
competidores”4. Esta tendencia, que irá aumentando con el correr del S. XX, se fundamentó en la creciente
especialización de las economÃ−as nacionales que modificó las importaciones y exportaciones.
Los paÃ−ses más industrializados comerciaban entre sÃ− e intercambiaban maquinarias, productos
quÃ−micos y textiles, entre otros. Esta actividad comercial generó lazos de independencia con los paÃ−ses
no industrializados, ya que importaban materias primas y exportaban productos manufacturados y equipos. En
1885 ya existÃ−a una economÃ−a de mercado mundial donde la diversión internacional de la producción
se impulsó tanto en la producción agrÃ−cola como en la industrial. Muchos paÃ−ses pasaron a depender
polÃ−tica y/o económicamente del núcleo desarrollado y el mundo se dividió progresivamente entre
fuertes y débiles.
“EL ROL DEL ESTADO”
Este perÃ−odo se caracterizó por un creciente protagonismo del estado en la economÃ−a. Se puso al frente
des desarrollo económico y el progreso industrial, sinónimos de poder polÃ−tico y militar. Además de
crear las estructuras favorables para la industrialización, el estado acompaño e, incluso, precedió a la
iniciativa privada en las industrias de base. En Japón, sólo el estado tuvo el capital suficiente como para
intervenir en estas actividades. Otro de los ejes importantes para aumentar el desarrollo fue el impulso que
recibió la educación pública.
Las naciones que tardaron más tiempo en acceder a la industrialización y al mercado mundial, como
Alemania y Japón, sellaron una evidente alianza entre estado e industria. El estado actuó como tutor para
solucionar problemas a acelerar los procesos. Y la coalición entre las autoridades y la iniciativa privada
generó la formación de sociedades mixtas de transporte y abastecimiento urbano de agua, gas o
electricidad.
LA SEGUNDA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL:
“EL CONTEXTO ECONÃ MICO Y SOCIAL”
“LA ECONOMÃ A”
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La riqueza de los estados europeos se incrementó con la mecanización de la industria. La fabricación y el
comercio de bienes y mercancÃ−as condujeron a la formación de capitales que desarrollaron una enorme red
económica. La inversión de estos capitales y la formación de compañÃ−as comerciales dieron un nuevo
impulso al comercio y mayores ganancias.
Hasta fines del perÃ−odo, Gran Bretaña permaneció como la mayor exportadora de capitales. En ese
mismo perÃ−odo Francia logró duplicarlas, y Alemania las cuadruplicó.
La complejidad creciente del comercio se reflejó en la organización polÃ−tica, en la estructura social de los
estados y las relaciones entre los paÃ−ses.
A este perÃ−odo corresponden la generalización del crédito y el surgimiento de grandes bancos de
depósito. Las grandes empresas tomaban créditos que les permitÃ−an inversiones innovadoras y
también peligrosas, que originaron la “crisis de crédito” internacional. En esta etapa del “capitalismo
organizado”, la concentración avanzo a expensas de la competencia del mercado.
“LA CONCENTRACIÃ N DE EMPRESAS”
La gran empresa fue la única de utilizar racionalmente maquinas complejas y costosas, invertir en
tecnologÃ−a, negociar con los bancos y exportar a grandes distancias. En Alemania fue muy elevado de
grandes sociedades, y esta concentración le permitió a su industria posicionarse a nivel mundial. Las
empresas se integraron vertical y horizontalmente. La integración vertical, sobre todo en el sector
metalúrgico, consistió en la agrupación en la misma empresa de la producción de materia prima (por
ejemplo, hierro), de materia semimanufacturada (acero) y del producto acabado (rieles ferroviarios). Un buen
ejemplo fue la krupp, que en 1912 abarcó la explotación de minas de carbón, hierro, fábricas de coque,
altos hornos, acerÃ−as, astilleros y fábricas de armas. La empresa horizontal, agrupó fabricas productoras
de un mismo producto. Este es el caso, por ejemplo, de la sociedad General Eléctrica alemana que en 1910
reunÃ−a diez fabricas en la zona de BerlÃ−n.
El crédito fue la base financiera de las empresas moderadas y su auge se debió a la organización que
alcanzaron las instituciones bancarias. Hasta mediados del S. XIX estas entidades (con medios privados y
rápidos de conformación) fueron sobre todo individuales o familiares (Rothschild, Baring, y Hope, etc.). En
la segunda mitad del siglo se hicieron necesarios capitales mayores y asÃ− surgieron los bancos de depósito
y descuento.
“LA FUNDACIÃ N DE LOS GRANDES BANCOS”
Los medios de información pública, como la agencia de noticias Reuters, privaron a las bancas particulares
del monopolio informativo del que habÃ−an obtenido tanto provecho.
Entre 1857 y 1873 fueron creados los grandes bancos. Estas nuevas ciudades buscaron invertir en las
empresas que pudieran ser más rentables. “La posibilidad de prestar y/o invertir les permitió ejercer control
sobre las empresas y colocarlas bajo su dependencia”5. En muchos casos, el poder que ejercieron superó al
polÃ−tico.
El Reino Unido llegó a desarrollar la organización bancaria más fuerte: el Loyds Bank absorbió a 164
pequeñas entidades. En el resto de los paÃ−ses se crearon sociedades de importancia.
“LAS SOCIEDADES ANÃ NIMAS”
Los banqueros y financieros vendieron acciones de grandes empresas y aumentaron l número de
inversionistas. Las empresas ferroviarias, que requerÃ−an una gran inversión inicial, fueron las primeras en
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aplicar el sistema, que luego se difundió notablemente. Con esta distribución de la prosperidad apareció el
principio de responsabilidad limitada. Esto significa que, en caso de quiebra, el inversionista sólo perdÃ−a
su inversión sin comprometer su patrimonio. Como consecuencia, mejoró la dispersión del capital por la
diversificación de inversiones entre distintas empresas y disminuyeron los riesgos. Las nuevas empresas
produjeron ganancias crecientes, aumentaron las transacciones financieras, y con ellas el poder de los
banqueros.
“LA CONCENTRACIÃ N ECONÃ MICA Y FINANCIERA”
“La concentración del mercado financiero llevó a la reducción del número de grandes bancos”6.
Aumentaron los capitales disponibles y mejoró la financiación de las empresas. Pronto se estableció una
estrecha relación entre las industrias y los bancos, que comenzaron a realizar nuevas operaciones de
crédito.
Como consecuencia de la crisis de 1873 se organizaron los primeros convenios entre grandes establecimientos
similares. AsÃ− se crearon los Trusts, que se difundieron en Estados Unidos, y los carteles, que alcanzaron su
mayor desarrollo en Alemania. Los Trusts fueron el resultado de individualidades poderosas, mientras que los
carteles tuvieron un carácter más colectivo y defensivo.
La tendencia a la formación de monopolios u oligopolios fue más notoria en la industria pesada y estuvo en
relación directa con los pedidos gubernamentales, sobre todo de armamento y energÃ−a. Los monopolios
permitieron el control del mercado a cargo de una sola empresa, mientras que en los oligopolios en control lo
ejercÃ−an un grupo de empresas dominantes. Las grandes compañÃ−as formaron Holdings y compraron
acciones de otras sociedades participando en su dirección y beneficios.
“PAÃ SES CENTRALES Y PERIFÃ RICOS”
El avance de la industrialización no fue uniforme y su Ã−ndice de crecimiento tampoco. De tal manera que
Europa, el núcleo general del desarrollo capitalista y componente más importante de la economÃ−a
mundial, quedó dividida en dos grandes zonas diferenciadas.
La primera se caracterizó por su poder y riqueza. Abarcó Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Francia el
norte de Italia y parte del imperio Austro-Húngaro. Estas potencias concentraron la industria pesada, la
mayor extensión de la red ferroviaria, tuvieran una agricultura comercializada y sistematizada, la mayorÃ−a
de los laboratorios de investigación cientÃ−ficos, motores de avances y descubrimientos. Fue la Más
reducida y presentó disparidades. Fuera del continente europeo, pero incluidos en esta zona, estaban los
Estados Unidos y Japón.
La segunda zona, más agrÃ−cola que industrial, incluyó la mayor parte del territorio de Irlanda y España,
el sur de Italia y Europa oriental. Con tierras dominadas por unos pocos terratenientes, ricos, y con una
enorme masa de campesinos sumidos en la miseria, estos paÃ−ses eran pobres, atrasados y dependientes.
Mucho más numerosos, estaban también más divididos, pues sus únicos lazos eran los de la
dependencia de las potencias centrales. En amplios sectores de los paÃ−ses periféricos, el progreso fue
visible sólo para una minorÃ−a, y para el resto representó un desafÃ−o y en muchos casos, un peligro.
LAS NUEVAS POTENCIAS: “LOS ESTADOS UNIDOS JAPÃ N Y ALEMANIA”
En 1868, Japón inició un proceso de occidentalización parcial y se incorporó a la economÃ−a mundial
con un avance en el ámbito polÃ−tico. Paralelamente, entre 1870 y 1890, las economÃ−as de Alemania
logró un rápido progreso después de la unificación y la consolidación del II Reich. Estos fueron logros
de Bismark, que como canciller de una nación tan poderosa fue el árbitro de Europa.
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El crecimiento demográfico fue notable. La población del Reich pasó de 41 millones de habitantes en
1871 a 68 millones en 1914 al descender la mortalidad, ascender el número de nacimientos y disminuir la
emigración por el aumento de puestos de trabajo.
“La agricultura se transformó con el uso de abonos y maquinarias”7. Duplicó la producción de trigo y
triplicó la producción de papas. Frente a la crisis de 1873, Bismark aplicó aranceles que elaboraron los
precios agrÃ−colas, reforzó la cohesión económica unificando la moneda, fundó el Reich Bark y
extendió l red ferroviaria.
La industria fue la actividad esencial y los nudos industriales fueron el Sarre, Sajonia, Silesia y West Falia. La
clave de su éxito estuvo en la calidad y la cantidad de la mano de obra, la organización y la riqueza natural
existente de hulla y lignito. Se abrieron laboratorios de investigación para las industrias eléctricas y
quÃ−micas y, a fines del siglo, la tecnologÃ−a Alemana en estos campos superaba ampliamente a la
británica.
Los industriales y los terrateniente formaron un frente común de solidaridad de intereses y conformaron la
“Alianza Del Cemento Y Del Acero”.
“LA RELACIÃ N ENTRE LOS BANCOS Y LAS EMPRESAS”
El crédito se utilizó ampliamente y los bancos proveyeron el capital necesario para la renovación del
material y la investigación. Estas transacciones se realizaron a cambio de acciones en las sociedades y la
participación en su gestión. AsÃ− fue como se estableció la relación entre las industrias y los bancos.
Entre 1871 y 1873 se fundaron bancos, sociedades por acciones y consecuencias industriales. Y entre 1890 y
1900, los principales bancos duplicaron su capital.
La industria Alemana se caracterizó por un alto grado de concentración y la formación de Carteles que
controlaban el mercado. Se formaron verdaderos gigantes, como la Siemens (eléctrica) y la Badish Anilin
(quÃ−mica) que , al disponer de grandes capitales, mejorar la producción y hasta bajaron los precios. De esta
manera, la industria quedó controlada por gigantescas empresas como la Krupp o la Thyssen.
El gobierno, por su parte, contribuyó con la construcción de ferrocarriles, canales y con una eficaz
polÃ−tica aduanera. Hamburgo fue el principal puerto europeo, y las compañÃ−as marÃ−timas
mantuvieron una relación cercana con la industria. En 1913, Alemania ocupó el segundo puesto en el
comercio mundial, lo que preocupó a Inglaterra. Su flota, que poco tiempo antes no existÃ−a, ya habÃ−a
duplicado a la Francesa. Bismark fue realmente un precursor en la aplicación de las leyes sociales.
Encabezó su aplicación polÃ−tica para garantizar el logro de sus objetivo y el desmantelamiento de sus
opositores, a los que les quitó algunas de las reivindicaciones obreras más importantes.
“EL NEO COLONIALISMO Y EL IMPERIALISMO ECONÃ MICOS”
La proliferación de productos manufacturados acarreó el fenómeno de una expansión comercial extensa,
compleja y lucrativa. La búsqueda de nuevos materiales y nuevos mercados llevó a los gobiernos y a los
particulares a comprender la necesidad del dominio y la explotación de mares y territorios.
Los intereses económicos impulsaron el imperialismo y el colonialismo, es decir, la ocupación y la
administración de territorios ajenos. Las potencias buscaron tierras para la explotación de sus recursos
naturales, pero también se impusieron a otros Estados y abrieron u mercado al comercio exterior. Este
perÃ−odo se caracterizó por el movimiento de bienes, individuos, capitales, e ideas, y también por una
profunda ascensión tanto económica como polÃ−tica.
Los paÃ−ses más pobres y atrasados fueron fácilmente dominados por la inferioridad de su tecnologÃ−a.
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Las industrias de las potencias los proveÃ−an de explosivos, ametralladoras y barcos de vapor. El fenómeno
del imperialismo colonial abarcó tanto a la India como al extremo oriente, Australia, los territorios insulares
del PacÃ−fico y culminó con el reparto de Ôfrica entre las diferentes potencias.
“LA EXTENSIÃ N DE LA REVOLUCIÃ N”
“UN PROCESO HISTÃ RICO ACELERADO”
El perÃ−odo histórico estudiado en este tomo corresponde con todos los matices cronológicos y de
localización geográfica que se considere oportuno hacer, a los años en los que se sitúa en centro de
gravedad de la revolución industrial.
Se utiliza el término revolución en el sentido que le asignaba Saint-Simon de muchos cambios en poco
tiempo. Quizá sea conveniente sustituir la palabra revolución por la expresión revolución, o , incluso por
la de proceso histórico acelerado. Este proceso histórico acelerado se produjo de modos de producción de
tal forma que llevó consigo un modificación de gran alcance en las condiciones de vida y trabajo del
hombre.
“LA APLICACIÃ N DE LOS INVETOS”
Si se quiere comprender mejor el proceso histórico que es la “Revolución Industrial”, es preciso distinguir
entre la invención de maquinas capaces de transformar el mundo y la transfiguración del mundo por esas
máquinas. Entre la aparición de un instrumento y su uso generalizado transcurrieron en algunos casos una,
dos o hasta tres generaciones, distancia cronológica capaz de provocar sensibles confusiones históricas. El
gran desarrollo industrial que tuvo lugar en algunas naciones, entre 1830 y 1870, se produjo a partir de
presupuestos y técnicas descubiertos en el S. XVIII y en algún caso en el XVII. La máquina de vapor
habÃ−a sido ideada por Newcomen en 1711; pero apenas se le pudo hallar aplicación práctica hasta que
James Watt (1736-1819), en 1769 le adicionó el condensador independiente. El proceso de mecanización
de la industria textil se inició en 1733, pero hasta 1830 no comenzó en Gran Bretaña la era de la plena
mecanización.
En este fecha se utilizaron ya sistemas mecánicos perfeccionados, tanto para hilar como para tejer.
“LA HULLA DE HIERRO”
El desarrollo industrial de la primera mitad del S. XIX se produjo sobre todo en el campo de la siderurgia por
la perfecta utilización de la hulla y el hierro. El alto horno experimentado en el S. XVIII recibió en el
primer tercio del S. XIX progresivas mejoras técnicas, que aumentaron su capacidad y rendimiento. La
aplicación de la hulla mejoró incuestionablemente sus posibilidades, al permitir más elevadas
temperaturas con menor cantidad de combustible, y mayor duración en el proceso de combustión para una
determinada cantidad de combustible. El empleo del carbón mineral sustituyó con ventaja a la leña.
Todos los altos hornos Británicos se alimentaban, en 1830, de carbón mineral, mientras que en el
continente seguÃ−an abundando los de leña. En un proceso que va aproximadamente de 1800 a 1830, se
perfeccionó la distribución de carga, el sistema de encendido, y se aumentó su tamaño y capacidad.
Hacia 1830 se introdujeron, el procedimiento de insuflado de aire y el método de pudelado húmedo de Sir
James Hall (1761-1832). Hacia 1840 la técnica del alto horno habÃ−a alcanzado una notable perfección
tanto en Gran Bretaña como en Francia. En 1856, Bessemer patentó su convertidor que, comenzó a
difundirse en torno a 1870. Mayor éxito técnico consiguió aún el complejo de modelos
Siemens-Martin, que se empezó a aplicar en la década de los sesenta.
“LA NAVEGACIÃ N A VAPOR”
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La técnica de fundición, pudelado, preparación y laminación del hierro pasa por ser el sÃ−mbolo más
caracterÃ−stico de la Revolución Industrial, tanto por los capitales invertidos, como por la cantidad de
actividades subsidiarias arrastradas por ese sector del desarrollo y por los avances técnicos de todo tipo a lo
que dio lugar. Resultado de la feliz simbiosis entre el carbón y el hierro fue el perfeccionamiento de la
máquina de vapor, que alcanzó sus usos más notables en la navegación a vapor y en el ferrocarril. La
aplicación a la navegación se hizo por primera vez en 1803, por el norteamericano Robert Fulton
(1765-1815). Las hazañas del Sirius, que cruzó el Atlántico en 18 dÃ−as y del Great Western, que hizo lo
mismo en 15, tuvieron lugar en 1838. Estas marcas no significan en si nada extraordinario, porque eran
igualadas o superadas por los más modernos de vela de diez mil toneladas y dieciocho nudos de andas
cuando el viento lo permitÃ−a. Sin embargo el invento de la hélice (SAUVAGA Y ERCSSON)
representó un triunfo sensacional para la navegación a vapor al permitir un menor tamaño de la
maquinaria, en método de propulsión más rápido y racional y la supresión de los molestos tambores
laterales. El Great Eastern, barco de vapor puesto en servicio en 1858, era un gigante de dieciocho mil
toneladas, que alcanzaba los 13 nudos. Si en 1880 la unidad del tonelaje marÃ−timo del mundo navegaba
todavÃ−a a vela, el triunfo del vapor estaba asegurado desde mucho tiempo antes.
“LA LOCOMOTORA”
El éxito de la máquina de vapor más reconocido por la opinión (y probablemente también el más
rentable) fue su aplicación al ferrocarril. El tirón que la demanda ferroviaria provocó en las industrias
minera y siderúrgica hizo progresas decisivamente a los sectores más representativos de la Revolución
Industrial. La máquina de vapor de alta presión, patentada por THAVISTICK en 1802, se prestaba
especialmente a su aplicación la locomotora. Por ese entonces ya funcionaban las primeras máquinas de
tracción automotriz en las minas británicas. La primera locomotora propiamente dicha fue patentada por
GEORGE STEPHENSON (1781-1848) en 1817, y aplicada en 1825 en la lÃ−nea
STOCKTON-DARLINGTON, pocos kilómetros de trayecto entre una mina y en puerto. El primer
ferrocarril merecedor de tal nombre se inauguró en 1830 y cubrÃ−a la lÃ−nea
LIVERPOOL-MANCHESTER: un puerto y una importante ciudad industrial separados por 65 kilómetros.
La locomotora era un modelo ROCKET (cohete) fabricado por el hijo de GEORGE, ROBERT
STEPHENSON (1803-1859) que alcanzaba una velocidad de 40 Km/h.
“LOS TENDIDOS FERROVIARIOS”
A principios de los años treinta se construyó la lÃ−nea Londres-Birmingham y en 1840 habÃ−a ya 3500
Km. de vÃ−a. Durante el perÃ−odo (1844-1847 ) el parlamento británico aprobó 628 concesiones
ferroviarias por un total de 13 mil Km. En 1850 se HabÃ−an tendido en Gran Bretaña 10 mil Km. de
ferrocarril (tanto como España en 1900) , El continente marchó un poco a la zona, pero la fiebre ferroviaria
se impuso sobre todo en los años 1840 y 1850. La CARTA DE LOS CAMINOS DE HIERRO, norma
básica para los tendidos ferroviarios franceses se publicó en 1842. Las lÃ−neas francesas alcanzaban los
2,915 Km. en 1850, menos de un tercio de las británicas y sólo dos tercios de lo hecho en Alemania, pero
por encima del resto de los paÃ−ses europeos. Bélgica fue una nación pionera en los ferrocarriles y el
paÃ−s en que más lentitud, pero hacia 1860 tenÃ−a la red más extensa de Europa. La ZOLLVEREIN, que
alcanzaba la casi totalidad del territorio Alemán desde 1834, fue un acicate para la construcción de
ferrocarriles, esta construcción, que obligó a los Estados a ponerse de acuerdo, contribuyó a una
colaboración más estrecha. FRIEDRICH LIST preconizó la Unión Alemana a partir de una red
ferroviaria común. El progreso estadounidense fue espectacular. En 1840 habÃ−a 4500 Km. de ferrocarril;
en 1850, 14500 (más que en Inglaterra); y en 1860 nada menos que 48 mil. La unión CENTRAL PACIFIC
comenzó a construirse en 1862 y en 1869 se logró el ansiado objetivo de unir las dos costas continentales.
La gran conquista del Oeste era hecho tangible.
“REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL Y CAPITALISMO”
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La Revolución Industrial fue indisolublemente unida a un fenómeno, la congregación del capitalismo, del
“GRAN CAPITALISMO”, en cuanto apoyatura imprescindible del poderoso desarrollo, pero supuso al
mismo tiempo un volumen de inversiones como se habÃ−a visto hasta entonces en el mundo. No era posible
poner en marcha una factorÃ−a utillada de centenares de artefactos, o una empresa de ferrocarriles.
Con sus inmensas obras de ingenierÃ−a, su tendido viario de centenares de kilómetros, sus locomotoras,
vagones y edificios, sin la aportación de enormes masas de capital. Por eso es difÃ−cil comprender todo el
proceso de la Revolución Industrial sin los procesos de concomitantes del liberalismo económico y el
dominio del orden capitalista en el mundo civilizado.
“CONCLUSIÃ N FINAL”
La revolución industrial fue un proceso de evolución que conduce a una sociedad desde una economÃ−a
agrÃ−cola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para fabricar bienes
a gran escala. Mejoró el nivel de vida de muchas personas, pero al costo de numerosas vidas, a costa de los
trabajadores, los “señores” vivÃ−an sus vidas lujosas, con comida, techo, todo. Mientras esa situación se
vivÃ−a habÃ−a personas, los obreros que se morÃ−an de hambre allá afuera. La revolución pudo haber
generado muchos avances pero su costo fue alto.
Los avances en la sociedad de la revolución permitieron que un viaje que duraba meses se convirtiera en
semanas, permitió también que la producción de telas se haga más rápido, con mejor calidad y a
menor costo, la luz también cumplió un papel importante. Esos fueron avances muy buenos que a lo largo
de los años se fueron mejorando y hasta hoy en dÃ−a se utilizan.
Al final los trabajadores se terminaron levantando contra sus amos y comenzaron a ser escuchados y dejaron
espacio para un nuevo proceso en la historia de la humanidad. La expansión colonial y el imperialismo.
“BIBLIOGRAFÃ A MONOGRAFÃ A”
REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL
“LA EXTENCIÃ N DE LA REVOLUCIÃ N INDUSTRIAL”
EUNSA: HISTORIA UNIVERSAL
TOMO XI
DE LAS REVOLUCIONES AL LIBERALISMO
EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRO, S.A.
COPYRIGHT 1984. GONZALO REDONDO Y JOSE LUÃ S COMELLAS
CONFECCIÃ N: EUNSA
IMPRESO EN ESPAÃ A
BUENOS AIRES, ARGENTINA
“INTRODUCCIÃ N Y SEGUNDA PARTE DE LA REVOLUCIÃ N”
FUENTE: HISTORIA MUNDIAL CONTEMPORÔNEA (ACTIVA)
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EDITORIAL: PUERTO DE PALOS
MODALIDAD: Polimodal
AUTORES: MARISA ALONSO; JORGE BECLOWIZ; MARÃ A BOUZIGUES; CAROLINA
GONZALES VELASTCO; KARIN GONZÔLES VELASTCO, KARà N GRAMNOTICO; MELISA
PIGLIA; VALERIA PITA; MARTA POGGI; CLAUDIA TOURIS; SILVIA VALLE.
EDICIÃ N: BUENOS AIRES-ARGENTINA 2002
CAP: 3 Y 4
1 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit.
“La ciencia [...] y la naturaleza”.
2 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL.
“El cambio significó [...] progreso técnico. Op. cit.
3 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit.
“El potencial económico [...] para obtener poder militar”.
4 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit.
“Al avanzar la Rev. Ind. [...] y se convirtieron en competidores”
5 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit..
“La posibilidad de prestar y/o invertir [...] y colocarlas bajo su dependencia”.
6 “La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit.
“La concentración del mercado financiero [...] de grandes bancos”.
7“La segunda revolución industrial”.EUNSA HISTà RIA UNIVERSAL. Op. Cit.
“LA agricultura se transformó con el uso de abonos y maquinarias” Op. Cit.
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