Metodología del Razonamiento Interpretativo en Arte (R.I.A.) Ante todo, RIA es una adaptación parcial -a nuestro tiempo y necesidades- del método socrático. Dicho en otras palabras, una reflexión contemporánea sobre un método de razonamiento filosófico destinado al aprendizaje tan antiguo como el origen de la civilización mediterránea, reconocido como el fundamento de la tradición pedagógica occidental y sin embargo mayoritariamente caído en el olvido de las últimas generaciones de pedagogos. QUÉ ES EL MÉTODO SOCRÁTICO El método socrático no consiste en “enseñar” según lo entendemos convencionalmente porque es un método en el que no hay lecciones preestablecidas. Se trata básicamente de establecer y compartir un diálogo entre docente y participantes a través de preguntas y respuestas, las primeras por parte de todos, las segundas principalmente ofrecidas por los alumnos. Las preguntas son planteadas para sacar a la luz ideas o experiencias que son la base de la estructura de los pensamientos y afirmaciones de los participantes. Por eso, en la antigua Grecia, los alumnos también planteaban preguntas, tanto al profesor como entre ellos. Según avanza la reflexión interactiva, el docente es a la vez participante y moderador, intentando siempre que el final sea abierto, sin meta preconcebida. PRÉSTAMOS DEL MÉTODO SOCRÁTICO A RIA 1. La utilización de preguntas como medio de comunicación y diálogo. Por medio de las preguntas, los participantes se esfuerzan primeramente por identificar y luego defender las intuiciones morales sobre el mundo que se sostienen sus propios modos de vida. La investigación socrática no se circunscribe solamente a la producción de enumeraciones de hechos o al cuestionamiento de la lógica inherente a varias y variadas abstracciones que han de compararse entre sí; más bien, y ante todo, exige que los participantes den razón por sí mismos de sus propias ideas, acciones y creencias. La investigación socrática apunta a desvelar las motivaciones y presupuestos que dan sentido a las vidas de los alumnos. De este modo y como ejemplo, los practicantes del método socrático pueden requerir de sus alumnos que conozcan los hechos, pero su principal objetivo es enfocarse principalmente en lo que el alumno piensa sobre tales hechos... siendo la parte principal la formulación de tal pensamiento y no la opinión en sí del alumno y mucho menos lo que otros (el propio educador, el artista, el historiador) piensen sobre el tema propuesto. No tiene sentido citar a los expertos puesto que el énfasis está puesto en el proceso antes que en el resultado. 2. Poner a prueba la coherencia de los participantes No se trata de obtener premisas abstractas y generales, sino de compartir creencias o pensamientos y experiencias personales, y por encima de todo, de conseguir una formulación clara y precisa. 3. La “incomodidad productiva” En los mejores diálogos socráticos se produce una tensión real entre los interlocutores, tensión que no es más que una prueba de la implicación personal en la discusión. 4. Expresión de complejidad, dificultad e incertidumbre antes que exposición de hechos con etiquetas y categorías Se trata de reemplazar la duda articulada por la certeza inarticulada. En otras palabras, el objetivo es antes ayudar a expresar lo inherente, lo aprehendido, que a recitar lo memorizado. EL PROFESOR SOCRÁTICO El docente no se eleva por encima de sus alumnos, no es un adversario, ni un omnisapiente, ni tampoco la autoridad máxima. Es alguien cercano con más experiencia, sencillamente, al menos en el terreno sobre el que se reflexiona, lo cual no implica que tenga más conocimientos sobre la materia o que deba demostrarlo. Sin embargo, no es un alumno más, ya que actúa de moderador, reinterpreta algunas respuestas para hacer avanzar el diálogo, re-pregunta para profundizar en el análisis o la observación y, sobre todo, empatiza con el alumno para conseguir que alcance un nivel de comprensión por encima del que tenía. El acercamiento al arte se convierte así en una experiencia vital que como tal, no tiene respuestas claras que emanan de la autoridad sino de lo que cada uno de los alumnos consigue vivir a través del intercambio de observaciones e ideas en grupo.