Camino de Compostela

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“Camino de Compostela”
Capitulo II
DESDE PAMPLONA A LOGROÑO
No cabía duda de que eran sus sepulturas. Estos sin saber cómo reaccionar, se
horrorizaron al respecto. Sin embargo, había una explicación coherente y solo una
persona podría dársela de forma inteligible a aquellos dos adolescentes inundados por el
susto del momento. Esa persona, era el obispo, que los miraba a ambos algo preocupado
como si la información que les iba a dar fuese a destrozar sus vidas.
-Vosotros, Carmiña y Pablo, no pertenecéis a este mundo, ya no, pues hace años
debisteis haber desaparecido. Existe un mundo paralelo del que solo tenemos noticia los
obispos de alto nivel, y ese mundo se llama “Edmond”. Edmond debe su nombre a
nuestro “Adán”, de la historia de Adán y Eva, también conocido como Endimión de las
Leyendas Mitológicas. La verdadera historia de Adán y Eva está escrita en un libro
“prohibido” de la Antigüedad que fue quemado en los vetustos incendios de bibliotecas.
Sin embargo… existía una copia —aunque no era una copia exactamente, sino el
verdadero “Jerald Edmond”— y siempre estuvo en la catedral de Santiago desde antes
de que la construyeran. Jerald Edmond narra la historia de Adán y Eva de forma aún
más completa que en la Biblia. En él se decía que Adán, tras el pecado que cometió Eva,
luchó con todas sus fuerzas por el perdón de Dios. Pero fueron desterrados a Tera y ahí
comenzó el origen de la Humanidad. Una vez Adán y Eva hubieran muerto, ellos serían
mandados al infierno, un mundo de continuo castigo. Eva, que se culpaba cada noche y
lloraba sin consuelo rezando por el perdón de Dios, un día conmovió a Serenity que era
una hermosa mujer como Eva, pero aun más perfecta, con el poder similar al de un dios,
y que volaba por los cielos nocturnos fusionándose con la Luna. Serenity, se acercó a
Eva, proponiéndole un trato: “Yo crearé un mundo paralelo en el que podréis enmendar
vuestro pecado. Y cuando muráis, lo gobernaréis por siempre en el nombre de la
Humanidad arrepentida de sus malos actos. He de decirle que debéis ser capaz de
eliminar vuestro más grande defecto, la oscuridad de su corazón, la que le convierte en
humana, pues si queréis el perdón de nuestro padre, ha de cumplir con un corazón noble
bañado en pureza.” Eva aceptó y pensó que la mejor forma de librarse de su oscuridad
era engendrando a un pequeño que lo absorbiese todo desde su interior. Así fue como
nació Caín y omo madre, pensó que si lo educaba bien no causaría ningún daño. Al
cabo de un tiempo, nació Abel, el pequeño que simbolizaba la luz de Adán y era tan
noble y dulce como sus padres. Obviamente, Caín era la oveja negra, siempre haciendo
travesuras y envidiando a su hermano, por lo que un día ya adultos, lo asesinó a sangre
fría. Abel se convirtió en ángel y fue al cielo, y al cabo de un tiempo nació Set, un joven
igual que Abel, pero diferente, pues éste no era tan débil ya que contaba con la
protección angelical de su hermano así que Caín no podía hacerle daño. Tras casi mil
años de vida, Adán y Eva murieron juntos, Serenity se fusionó con Eva y los salvó del
infierno llevándolos a otro mundo, donde ellos eran los gobernantes, y tenían la misión
de guiar a las almas arrepentidas por el buen camino, ese mundo era “Edmond” llamado
así, por el segundo nombre de Adan, “Endimion”.
-¿Por qué nos cuenta eso? ¿Qué tenemos nosotros que ver con esa historia? Y las
tumbas, ¿por qué tienen nuestros nombres? – preguntaba Carmiña.
-¡Silencio! Aún no he terminado… Vosotros estabais enamorados pero os separaron,
hicisteis la promesa de volveros a ver antes de morir. Sin embargo, os habéis guiado por
el “amor” y habéis hecho caso omiso a la coherencia, os envolvisteis en la locura y tú,
Pablo, mataste a tu padre que era un gran noble que contribuía a la iglesia. Y tú,
Carmiña, te hiciste pasar por monja para robar los candelabros de una iglesia y así
conseguir dinero para ir a ver a Pablo. Los dos erais diferentes: Carmiña, eras pobre y
tú, Pablo, eras rico y estabas prometido por conveniencia. Pero, vuestro amor, y vuestro
temor al infierno tras vuestra muerte, era una fuente de poder muy grande, y lo peor de
todo es que no os arrepentíais así que no podríais ser mandados a Edmond, ni tampoco
al infierno porque vuestro sufrimiento era tan grande que sería injusto incluso para los
ojos de Dios. Así fue como vuestra alma vagó siglos por la tierra hasta personificarse y
crear una nueva vida, y un nuevo destino. Aun así, después de todo, si seguís en este
mundo, vuestro cuerpo se deteriorará y seréis eliminados convirtiéndoos en nada. Por
ello, aceptad vuestra muerte e id a Edmond ahora que sois conscientes de quiénes sois.
Por favor, salvaos… Pues, si os convertís en nada, al ser criaturas de Dios, alteraríais el
equilibrio espiritual y volvería la Edad de Hielo, que acabaría de nuevo con la mayor
parte de la humanidad.
Los dos jóvenes se quedaron boquiabiertos y comenzaron a recordar su pasado a la vez.
Las lágrimas de estos, inundaron sus mejillas, y en el momento en el que no les
quedaba nada por recordar, se abrazaron con nostalgia el uno al otro. El obispo, los
miraba esperando respuesta, y estos decidieron responder tras asentir el uno frente al
otro mirándose a los ojos.
-Estamos arrepentidos. Por favor, indíquenos qué debemos hacer. –dijo Carmiña con la
mano en el pecho transmitiendo seguridad.
-Ya nos reencontramos, nuestra vida ya tuvo sentido para nosotros, señor obispo. –
sostuvo Pablo con una mirada seria y afirmativa a la vez.
-Bien, para salvaros y salvarnos, debéis seguir el camino de Santiago, y una vez llegado
a Santiago de Compostela, al anochecer, en la Catedral de Santiago, debéis cometer un
doble suicidio y vuestro cuerpo alumbrado por la luz de la luna plateada de Serenity, se
desvanecerá. Pero, como inconveniente para vosotros, la información ha sido filtrada al
exterior por fuentes desconocidas, y no a simples personas, si no a una secta satánica
que desea el fin del mundo, por lo que deberíais tener cuidado, pues si os atrapan y no
llegáis a vuestro destino en menos de un mes, estamos perdidos. –contesto el obispo a
los jóvenes.
Una chica irrumpió en la sala, su cabello era largo y de un tono cobrizo, sus ojos,
marrón oscuro como el chocolate negro, sus labios pequeños y rosados. Era de estatura
baja y a pesar de su aura infantil, parecía ser una adolescente como Carmiña y Pablo.
Vestía ropas extrañas, como si llevase un disfraz, pero destacaba en ella un tabardo con
el símbolo de una cruz, igual a la de los ropajes del obispo, por lo que podría ser parte
del personal de la iglesia. La chica, echándose el cabello hacia atrás para poder ver
mejor a los jóvenes, y tras observarles de arriba abajo, se dirigió a ellos con una
reverencia.
-Buenas tardes, señor Pablo, señorita Carmiña, mi nombre es Yasmin. Aunque no soy
cristiana, fui elegida por la Iglesia para ser vuestra escolta durante el camino de
Santiago. Nos presentamos varios para la misión, pero la única que tenía la habilidad era
yo, aunque no es de extrañar, pues soy genial y estoy muy loca. Bueno, me voy del
tema, esto, viajaré con vosotros, y les patearé el culo a aquellos que intenten
involucrarse en vuestra misión, por lo que estaré las 24 horas con vosotros, así que,
seamos buenos amigos, ¿sí?
Carmiña y Pablo, extrañados por lo rara que era, asintieron a sus palabras aunque algo
desconcertados. Acabada la reunión, salieron de la catedral y pasearon por la plaza de
los Burgos charlando para conocerse mejor. Como les rugía el estómago, fueron a un
restaurante cercano llamado el “El Redín” y luego volvieron al Hotel Perla donde
estaban hospedados.
A la mañana siguiente, recogieron sus cosas y pusieron rumbo a Puente de la Reina
donde siguieron hasta la plaza consistorial. Vieron la fachada del Ayuntamiento, que
poseía una mezcla barroca y neoclásica, continuaron por San Saturnino y recorrieron de
punta a punta la calle Mayor. Tras un paso peatonal avanzaron hasta la avenida del
Ejército y entraron en la Vuelta del Castillo, donde vieron un hermoso parque crecido
en torno al baluarte defensivo de la ciudadela. Todo era impresionante, y durante dos o
tres hicieron muchas cosas, pero lo que más les gustó fue ver la iglesia de “San
Saturnino” y su interior.
-Oh, parece el interior de un castillo. –dijo Yasmin emocionada.
-Sí, es muy bonito. –asentía Carmiña asombrada.
-Sí, sí. Muy bonito, pero… ¿para qué compráis tanta ropa? Y… ¿Por qué debo cargar
yo con todo? –se quejaba Pablo cansado de cargar con tanto peso.
-Esa ropa es una recompensa para Yasmin por acompañarnos y cuidarnos, deja de
quejarte y más te vale no perder ni una bolsa. –decía Carmiña mientras le acariciaba la
cabeza a la joven Yasmin.
Pablo asintió algo irritado y siguió cargando con todo hasta que por fin llegaron al hotel.
Ahí empacaron todo y salieron rumbo hacia Estella, aprovechando que aun era
temprano. Cuando llegaron, se hospedaron en el albergue Los arcos y a la mañana
siguiente, pasearon por las calles de la Rúa, San Nicolás y Camino de Logroño.
Partieron por los rincones que dieron vida a Estella, poblada por francos gracias al fuero
otorgado por el rey Sancho Ramírez en el 1090. Entre la Rúa y San Nicolás,
encontraron a un lado el Palacio de los Reyes de Navarra, del siglo XII y la fachada
porticada. Al otro lado, estaba la moderna escalinata que conduce a San Pedro de la
Rúa, iglesia de bella portada y mejor claustro que parece vencer las leyes de la
gravedad. Salieron por la calle de Zalatambor y siguieron de frente tras la rotonda.
Después de la gasolinera se desviaron ligeramente a la derecha y continuaron hasta
Ayegui, antiguo señorío eclesiástico que posee su propio ayuntamiento y que se
encuentra físicamente ensamblado con Estella.
Pero sin duda, lo que más les llamó la atención, fue el Palacio de los Reyes de Navarra
y la iglesia San Pedro de la Rúa.
Después de estar como dos días recorriendo Estella, decidieron tomar rumbo a Torres
del Río así que volvieron a empacar todo, y emprendieron su viaje. Al llegar, Yasmin se
dio cuenta de que alguien los seguía. No cabía duda, dos miembros de la secta satánica
de las que les habló el obispo, les estaba siguiendo y los retuvo en la Ermita de la
Virgen del Poyo.
-Bien, bien. Ya comenzaba a aburrirme en el viaje, supongo que ahora tengo que
pegaros una paliza para que nos dejéis ¿no? –dijo Yasmin dando unos pequeños pasos
hacia aquellos dos malhechores.
-Solo queremos al chico y a la chica, no tienen por qué suicidarse, la Iglesia se
equivoca. Ellos pueden vivir, no existe ese mundo mágico del que os han hablado. Si se
suicidan, irán directamente al infierno. Todo es una falsa para darle más publicidad al
camino de Santiago. ¡No permitiremos que ellos cometan tal error! –dijo uno de ellos.
Carmiña y Pablo se miraron uno al otro dudando, a lo que Yasmin para retirar las dudas
y algo cabreada les respondió.
-Ahora me diréis también que drogaron a estos jóvenes para que creyesen que son almas
en pena o algo así ¿no? No me hagáis reír, estos dos deben cumplir su misión y vosotros
sólo sois unos esbirros y miembros de una secta satánica que desea el fin del mundo, o
sea, un par de enfermos a los que les han comido la cabeza.
-¡Yasmin, no es así! ¡Créenos! No somos una secta satánica, ni mucho menos somos
una organización en contra de la Iglesia. –dijo el otro desconocido.
-¡Claro que sí! ¿Y el tatuaje que lleváis en el cuello? Sé mucho sobre símbolos y ése es
un símbolo satánico de una secta llamada “Adore Belcebú”. –les respondió Yasmin de
nuevo dejándoles sin palabras.
Al ver que Yasmín los había descubierto, corrieron hacia ella para inmovilizarla y
secuestrar a Carmiña y a Pablo, pero ésta les dio tal paliza que los dejó inconscientes.
Carmiña, Pablo y Yasmín, tras esa pelea, corrieron hacia un albergue y pasaron ahí la
noche planeando el camino más seguro hacia Logroño y la hora de partida.
A la mañana siguiente, despertados por el cacareo de las gallinas, recogieron su
equipaje y tomaron la ruta que planearon con destino a Logroño. Carmiña y Pablo,
estaban algo asustados a diferencia de Yasmín la cual, despreocupada, se comia un
helado mientras tarareaba una canción. Los dos, extrañados, decidieron preguntar el
porqué de su tranquilidad.
-Nos persigue una secta satánica. ¿Cómo es que estás tan tranquila? –preguntó Pablo.
-Así es, deberías estar más inquieta o algo ¿no? –dijo Carmiña.
-No, no sé vosotros pero… digamos que confío en mis habilidades. Y tranquilos, os
protegeré por lo que debéis disfrutar del paisaje. Y no os cortéis, ¡hay muchas cosas
chulas!
Los adolescentes, asintieron a lo que ella dijo, y se dedicaron a disfrutar del camino,
hasta que se dieron cuenta de que algo no andaba bien, no había nadie en las calles, ni
un murmullo se escuchaba y justo en el momento menos oportuno apareció una sombra
que recitaba algo en un idioma desconocido. El aire se notaba pesado, su aura era muy
oscura, sin duda era uno de nuestros enemigos, pero no tenían nada que ver con los de
ayer. Cuando Yasmin se preparó para pelear, él desapareció poniéndoles la carne de
gallina. Decidieron seguir su ruta, algo más ligeros, y cuando llegaron a Logroño,
Yasmin, algo inquieta, les comunicó a Carmiña y Pablo lo que ella notó en aquel
instante.
-Chicos, creo que a partir de aquí la cosa se pone bastante difícil. Aquel señor de negro,
no era una persona normal. Lo estuve pensando y tal vez, lo que el obispo nos comunicó
no es un simple camino de Santiago. Creo que tras sus palabras había un misterio pues
había algo que no tenía sentido. ¿Por qué debéis morir después de hacer el camino de
Santiago? ¿Por qué tan cerca de la catedral de Santiago? Y lo que es aún más raro, si
habéis muerto en lugares separados, ¿por qué vuestras tumbas están juntas?
Carmiña y Pablo, no habían pensado en aquello, ni se plantearon siquiera que tal vez
este viaje estuviera tan cargado de misterios como de incoherencias.
CONTINUARÁ
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