SANAVIRON S.A. el Fisco Nacional Adm. Nac. de Aduanas sI

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SANAVIRON S.A. el Fisco Nacional Adm. Nac. de Aduanas sI
Ordinario. (RbCURSO bXTRAORDINARIO) •
S.C. S.1177, LXXXVI.
Suprema
Corte:
-lA fs. 219/223 del expediente principal (al que corresponderán las siguientes
citas, salvo cuando se mencionen otras actuaciones), la Cámara Federal de Apelaciones de la
Cuarta Circunscripción Judicial -Sala "B"- , al revocar lo decidido a fs. 160/165 por la
instancia anterior, hizo lugar a la demanda contencioso administrativa articulada por
SANAVIRON S.A. contra el Fisco Nacional (ex-Administración Nacional de Aduanas) y, en
consecuencia. dejó sin efecto la resolución ANA 045/95 -por la cual se habia impuesto a la
actora una multa y el decomiso de la mercadería de origen extranjero en su poder (debido a
que carecía de la identificación -estampillas- que exigen el arto 986 del Código Aduanero y la
resolución ANA 2522/87, modificada por su similar 2506/93}- a la vez que ordenó la
restitución de la mercadería con la debida comunicación al Registro General de Infractores.
Para asi decidir, estimaron sus integrantes que el arto 986 del citado plexo legal.
aun cuando consagra la responsabilidad objetiva, en virtud del principio de que no hay
responsabilidad sin culpa, igualmente. lel presupuesto subjetivo debe ser analizado y valorado
para comprobar si concurren los extremos requeridos para configurar la infracción. De tal
modo, entendieron que, si bien SANAV1RON S.A. habia reconocido expresamente la
comisión del hecho. existían circunstancias atenuantes o eximentes de su responsabilidad que
deblan ser consideradas.
En ese orden, manifestaron, que una de ellas era la acreditación efectiva del
ingreso. en forma legitima y reglamentaria, de la mercadería decomisada mediante el despacho
de importación n.o 12842-9 -obrante a fs. 12129. del sumario administrativo- extremo que, a
su juicio y en principio, exime a la actora de la sanción prevista en el Código Aduanero y que,
además, era manifiesta su buena fe, al haber presentado las estampillas -aunque en forma
extemporánea (fs. 71/76, del sumario administrativo) por las circunstancias relatadas por los
testigos a fs. 81, 82 y 83 (del sumario administrativo}- porque ello permite suponer que no
serian utilizadas en otra mercaderfa de su propiedad.
-11Disconforme, el accionado interpuso el recurso extraordinario de fs. 234/240,
que fue concedido por el a quo a fs. 256.
En primer lugar, sostiene que existe cuestión federal porque se prescindió de
tomar en cuenta que se había configurado la acción típica del arto 986 del Código Aduanero,
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que consiste en poseer, por cualquier título, mercadería de origen extranjero que no tenga
debidamente aplicados los medios de identificación que establece el servicio aduanero. Por
consiguiente, afirma que la mercadería, al haber sido secuestrada porque no se ajustaba a la
obligación legal de identificarla según las previsiones de la resolución ANA 2506/93,
modificatoria de la resolución 2522/87, deja a la luz el aspecto objetivo de la incriminación
contenida en el art. 986.
Expresa que el Capitulo 13, del Título JI, del Código Aduanero, admite
únicamente en el arto 987 la carga de la prueba del lícito libramiento a plaza de la mercadería,
mientras que los arts. 985 y 986 no permiten otro elemento para acreditarlo que las estampillas
de indentificación fiscal, de forma tal que ellas son la única prueba total y absoluta y su
ausencia excluye la posibilidad de recurrir a otro medio.
Además, seftala que no se ha cumplido debidamente con el cuidado y diligencia
para la introducción de bienes de origen extranjero a territorio aduanero y con la identificación
obligatoria que imponen la resolución 2522/87. Máxime, cuando la actora, además de
comerciar, demostró habituatidad en importar mercaderías sujetas a identificación, por lo que
considera endeble su excusa de .....que por razones de desorganización interna no se controló
que la tarea se hubiera realizado correctamente", pues la propia empresa debía solicitar en cada
operación la presencia del servicio aduanero para la inspección del estampillado.
Asimismo, alega que la sentencia es arbitraria porque, contrariamente a lo
afirmado por el a quo, la mercadería secuestrada no habría sido introducida legítimamente
pues, según surge de la planilla de verificación técnica confeccionada por la Aduana (fs. 99,
del sumario administrativo), sólo dos ítem se "encontrarían" amparados por el despacho de
importación (n°. 12842/9-93) -61 televisores marca Phillips, modelQ GSX 1550 y 12
televisores marca Phillips, modelo GSX 1850-, los que suman 73 artículos sobre un total de
450 secuestrados. Al respecto, aclara que el informe se elaboró empleando términos
condicionales, porque al tratarse de mercadería no registral y sin número de serie en la
documentación aduanera no hay modo de saber, como no sea a través de las estampillas, que
los artículos documentados son los verificados.
Por lo demás, agrega que, según el informe de la Sección Contabilidad de la
Aduana (fs. 85, del sumario administrativo), a partir del cotejo de los recibos archivados en esa
Sección, ninguna de las estampillas, posteriormente encontradas por la actora, fueron
adjudicadas al citado despacho de importación, motivo por el cual ni siquiera los 73 artículos
,
I
S.C. S.1177, L.XXXVI.
- lIl-
A mi modo de ver, el remedio extraordinario es admisible, pues remite a la
interpretación que cabe otorgar a una norma de carácter federal (art. 986 del Código Aduanero)
y la sentencia definitiva del superior tribunal de la causa ha sido contraria al derecho que el
Fisco Nacional fundó en ella (art. 14, inc. 30, ley 48).
-IV-
En cuanto al fondo del asunto, pienso que corresponde examinar en forma
conjunta las impugnaciones traídas a conocimiento del Tribunal, ya que las referidas a la
alegada arbitrariedad en que habria iOlcurrido el a quo y las atinentes a la interpretación de
normas federales involucradas son dos aspectos que guardan entre sí estrecha conexidad
(confr. doctrina de Fallos: 321 :2764 y 323: 1625).
En el régimen del Código Aduanero, el tipo infraccional del arto 986 se
configura con la mera tenencia de mercaderfa de origen extranjero sin los medios de
identificación que establece la Administración Nacional de Aduanas.
En lo concerniente a la caracterización del hecho ilicito -aspecto que entrafta la
hermenéutica de la norma en exame:n- cuadra puntualizar que en cuestiones de índole
sancionatoria, la Corte ha consagrado el criterio de personalidad de la pena que, en su esencia,
responde al principio fundamental de que sólo puede ser reprimido quien sea culpable, es
decir, aquél a quien la acción punibl<:: le pueda ser atribuida objetiva como subjetivamente
(Fallos: 271 :297).
Si bien, por lo tanto, es inadmisible la existencia de responsabilidad sin culpa,
aceptado que una persona ha cometido un hecho que encuadra en una descripción de conducta
que merezca sanción, su impunidad sólo puede apoyarsc cn la concreta y razonada aplicación
al caso de alguna excusa admitida por la legislación vigente (Fallos: 316: 1313 y 320:2271).
A mi modo de ver, en el suh lile se está en presencia de una infracción
concerniente al incumplimiento de deberes formales y está comprobada la existencia misma de
los elementos materiales, pues se trata die un tenedor de mercaderia: a) de origen extranjero; b)
con fines comerciales y c) sin presentBlr debidamente aplicados los medios de identificación
que la ex-Administración de Aduanas habia dispuesto por la resolución 2522/87 (fs. 27/44)
modificada por su similar 2506/93 (rs. 45/52), que no son objeto de debate. Por 10 tanto, al
resultar su adecuación al tipo penal pertinente, corresponde que sea la imputada quien cargue
modificada por su similar 2506/93 (fs. 45/52). que no son objeto de debate. Por lo tanto, al
resultar su adecuación al tipo penal pertinente. corresponde que sea la imputada quien cargue
con la prueba tendiente a demostrar la inexistencia del elemento subjetivo (confr. FalJos:
316:1313).
En este aspecto. estimo que asiste razón al representante del Fisco cuando
sostiene que en la sentencia no se ha cfectuado una adecuada ponderación de los hechos.
pruebas y documentos obrantes en las actuaciones administrativa y judicial. En efecto, si bien
la critica del apelante contra los argumentos que llevaron al a quo a considerar que concurrian
causas de exculpación o atenuación de la pena no resultarian. en principio. eficaces para
habilitar la vía intentada ya que remiten al examen de cuestiones de hecho y prueba ajenas
-como regla y naturaleza- al remedio del arto 14 de la ley 48 estimo que, igualmente, dichos
agravios suscitan materia fedcral bastante para su tratamiento cn esta instancia excepcional.
toda vez que se ha prescindido de dar un tratamiento adecuado a la cuestión de acuerdo a las
constancias de la causa y las normas aplicables (Fallos: 310:927. 2114 ~ 311: 1171. entre otros),
a la vez que el pronunciamiento se funda en afirmaciones dogmáticas que no dan adecuada
respuesta a los planteos de la accionada (FalJos: 310: 1589).
En lo que aquí interesa, el a qua para hacer lugar el recurso de apelación.
consideró que se había acreditado el ingreso en forma legítima y reglamentaria de la
mercaderfa decomisada mediante el despacho de importación n.o 12842-9 -obrante a fs. 12/29
del sumario administrativo- y consideró. además, que era manifiesta su buena fe, al haber
presentado las estampillas aunque en forma extemporánea (fs. 71/76, del sumario
administrativo), por las circunstancias relatadas por los testigos a fs. 81, 82 Y 83 (del sumario
administrativo), toda vez que elJo permite suponer que no serían utilizadas en otra mercadería
de propiedad de la sancionada.
Al encontrarse fundada la conclusión del tribunal en la confrontación que
realizó de la prueba, no pudo detener su análisis sólo en los dichos de los testigos y en el
despacho de importación n°. 12842-9 sino que debió indagar sobre la totalidad de los
elementos aportados al proceso, único modo de concluir -como lo hizo-, no solamente en que
la mercadería había ingresado al país cn legal forma, sino también en la buena fe de la actora.
Así pues. el vicio en el razonamiento le lJevó a no hacerse cargo de lo
expresado por el demandado en el sentido de que no se había acreditado que toda la
mercaderfa secuestrada hubiera sido introducida legítimamcnte al país porque, como surge de
la planilla de vcrificación técnica confeccionada por la Aduana (fs. 99, dcl sumario
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S.C. 8.1177, L.XXXVI.
buena fe de aquélla ya que, según el informe de la Sección Contabilidad de la Aduana (fs. 85,
del sumario administrativo), a partir del cotejo de los recibos archivados en esa Sección, no se
pudo comprobar que las estampillas posteriormente encontradas por la actora fueron
adjudicadas al citado despacho dle importación, motivo por el cual ni siquiera los 73
artículos antes mencionados estarían e:n regla.
Por consiguientc, es mi parecer que al omitir la ponderación razonada de toda
prueba producida, lo resuelto sólo constituye una formulación dogmática, producto de la mera
voluntad de quienes suscriben el fallo. Tales defectos, a mi juicio, imponen la descalificación
del fallo como acto jurisdiccional, de conformidad con la doctrina de la Corte en materia de
arbitrariedad de sentencias, dado que la solución de la alzada no cumple con el requisito de
debida fundamentación exigible en las decisiones judiciales y sólo satisface, en forma
aparente, la exigencia de constituir una derivación razonada del derecho vigente, aplicable a
los hechos concretos de la causa (Fallos: 301 :472; 302: 1033).
-vEn virtud de lo expuesto, opino que corresponde dejar sin efecto la sentencia de
fs. 219/223, en cuanto fue materia de recurso extraordinario.
Buenos Aires,
ftS COPIA
2- de abril de 2004.
RICARDO O. BAUSSóT
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