Ayuda humanitaria y protección civil

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COMPRENDER
LAS POLÍTICAS
DE LA UNIÓN
EUROPEA
Socorrer a las
víctimas de
catástrofes
y conflictos
y proteger a las
personas en
situación de riesgo
Ayuda
humanitaria
y protección
civil
La ayuda humanitaria europea significa mucho
para todos los afectados por catástrofes
y conflictos en el mundo.
ÍNDICE
COMPRENDER
LAS POLÍTICAS
DE LA UNIÓN EUROPEA
La presente publicación forma parte de una serie
que explica la actividad de la UE en distintos
ámbitos políticos, las razones por las que interviene
y los resultados obtenidos.
Para leer y descargar los títulos disponibles:
http://europa.eu/pol/index_es.htm
http://europa.eu/!bY34KD
Por qué necesitamos políticas
europeas de ayuda humanitaria
y protección civil —
Salvar vidas y evitar
el sufrimiento ��������������������������������������� 3
Cómo aborda la cuestión la UE —
Un planteamiento en función
de las necesidades ����������������������������� 7
Qué hace la UE —
Cumplir los compromisos ���������������� 10
¿Y después? —
Responder a las necesidades ���������� 15
Más información ������������������������������ 16
Cómo funciona la Unión Europea
12 lecciones sobre Europa
Europa 2020: la estrategia europea de crecimiento
Los padres fundadores de la Unión Europea
Acción por el clima
Aduanas
Agenda digital
Agricultura
Ampliación
Asuntos marítimos y pesca
Ayuda humanitaria y protección civil
Banca y finanzas
Comercio
Competencia
Consumidores
Cooperación internacional y desarrollo
Cultura y medios audiovisuales
Educación, formación, juventud y deporte
Empleo y asuntos sociales
Empresa
Energía
Fiscalidad
Fronteras y seguridad
Investigación e innovación
Justicia, derechos fundamentales e igualdad
La unión económica y monetaria y el euro
Lucha contra el fraude
Medio ambiente
Mercado interior
Migración y asilo
Política exterior y de seguridad
Política regional
Presupuesto
Salud pública
Seguridad alimentaria
Transporte
Comprender las políticas de la Unión Europea:
Ayuda humanitaria y protección civil
Comisión Europea
Dirección General de Comunicación
Información al ciudadano
1049 Bruselas
BÉLGICA
Texto original actualizado en noviembre de 2014
Fotografías de la portada y de la página 2:
© Jupiterimages
16 pp. — 21 × 29,7 cm
ISBN 978-92-79-42488-5
doi:10.2775/81207
Luxemburgo: Oficina de Publicaciones
de la Unión Europea, 2015
© Unión Europea, 2015
Reproducción autorizada. Para cualquier uso
o reproducción de cada una de las fotos,
deberá solicitarse autorización directamente
a los propietarios de los derechos de autor.
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Por qué necesitamos políticas europeas
de ayuda humanitaria y protección civil
Salvar vidas y evitar el sufrimiento
Las imágenes de conflictos y catástrofes que vemos
continuamente en los periódicos y la televisión son fiel
reflejo del mundo cada vez más complejo y vulnerable en
que vivimos. A medida que aumenta su magnitud, crecen
asimismo las necesidades humanitarias. La Unión Europea
(UE) responde ofreciendo ayuda de emergencia a las
víctimas en función de sus necesidades en todo el mundo,
y lo hace a través de la Dirección General de Ayuda
Humanitaria y Protección Civil (ECHO) de la Comisión
Europea. La misión de ECHO es aliviar el sufrimiento,
preservar la dignidad de los afectados y salvar vidas. Se
trata de una de las manifestaciones más tangibles de uno
de los valores básicos de la UE: la solidaridad.
• garantizar una transición fluida una vez finalizada la
operación de emergencia, enlazando con estrategias de
ayuda al desarrollo;
Las crisis se han multiplicado en los últimos años.
En 2014 las Naciones Unidas llegaron a declarar cuatro
veces —cifra sin precedentes— el máximo nivel de
emergencia de su escala (nivel 3): Siria, Sudán del Sur, la
República Centroafricana e Irak. La UE está presente en
estas cuatro zonas en crisis. Pero también presta ayuda
a quienes lo necesitan en Afganistán, el Sahel y el resto de
África, América Central y del Sur, y el Sudeste Asiático,
y lleva a cabo operaciones de auxilio en zonas en crisis
«olvidadas» por la atención internacional.
El Mecanismo de Protección Civil de la UE ayuda a los
países participantes a prevenir las catástrofes, prepararse
para las situaciones de emergencia y compartir recursos
que faciliten una respuesta rápida y coordinada en los
países afectados. Aunque los objetivos de ayuda
humanitaria de la UE se aplican a los países no miembros,
el Mecanismo puede entrar en acción en caso de
emergencia tanto dentro como fuera de la UE. Es una
herramienta que mejora la cooperación europea. Apoya los
acuerdos de protección civil de los Estados miembros en los
ámbitos nacional, regional y local proporcionando
herramientas eficaces de prevención, preparación
y respuesta ante las catástrofes de origen tanto natural
como humano. Para la UE, el resultado de este marco
complementario y racionalizado es una mejor capacidad de
respuesta y coordinación con una utilización más adecuada
de los recursos.
Ayudar a las poblaciones más vulnerables del mundo es
una obligación moral de la comunidad internacional, y la
Comisión Europea mantiene desde hace mucho tiempo el
compromiso de ayudar. ECHO ofrece ayuda directa a las
víctimas con independencia de su nacionalidad, religión,
sexo u origen étnico.
• reforzar la capacidad general de resistencia de las
poblaciones, por ejemplo invirtiendo en medidas que
ayuden a preparar a la población para futuras crisis.
Es necesario adaptarse constantemente a los nuevos retos
que plantea la evolución de las amenazas mundiales. Para
que su respuesta a la crisis fuera más eficaz, en 2010 la UE
reunió la ayuda humanitaria y la protección civil bajo un
mismo techo.
La labor de la Comisión Europea va más allá de las
consecuencias inmediatas de las catástrofes y las
necesidades de los damnificados. Invertir en la prevención
de riesgos y la preparación para las catástrofes antes de
que se produzcan aporta importantes beneficios si se
piensa en los gastos que suponen la ayuda, la recuperación
y la reconstrucción. De este modo, la UE garantiza que sus
esfuerzos abarquen todo el ciclo de la catástrofe:
prevención, preparación, respuesta y recuperación.
Se trata de combinar la respuesta ante las catástrofes con
toda una serie de actividades destinadas a:
• mejorar la preparación ante las catástrofes, por ejemplo,
desarrollando sistemas de alerta rápida;
© ACTED
• reducir el riesgo de catástrofe, por ejemplo, con
estrategias para mitigar las consecuencias del cambio
climático;
La UE financia la ayuda humanitaria en la India desde 1996.
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Juntos podemos cambiar las cosas
Unidos en la solidaridad
La Unión Europea, junto con sus Estados miembros, es el
principal donante mundial de ayuda humanitaria. Cada
año, los fondos de ayuda humanitaria del presupuesto de
la UE ayudan a más de 120 millones de personas en más
de 90 países.
En 2012, una encuesta revelaba que nueve de cada diez
ciudadanos de la UE eran partidarios de financiar la ayuda
humanitaria. Esta tendencia va en aumento pese al
impacto de la crisis económica, lo que respalda el firme
compromiso con la acción europea en este ámbito.
También una gran mayoría respondió que la actuación
coordinada de la UE en el ámbito de la protección civil
frente a las catástrofes es más eficaz que la de cada país
por separado.
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La ayuda, de más de 1 000 millones de euros al año pese
a representar apenas una fracción del gasto de la UE
—menos del 1 % del presupuesto anual—, atiende en
gran medida las necesidades de los afectados por las
crisis. En casos como la ayuda a Filipinas para estabilizar
el país tras el tifón Haiyan en 2013, la protección de la
población civil tras las inundaciones que asolaron zonas de
Serbia y de Bosnia y Herzegovina en 2014, la coordinación
de puentes aéreos en Guinea, Sierra Leona y Liberia
cuando se declaró el mayor brote nunca registrado de
ébola en 2014, la ayuda a millones de personas afectadas
por la hambruna en el Sahel o los esfuerzos en curso para
ayudar a los millones de refugiados sirios que huyen del
conflicto en su país ha supuesto un verdadero alivio para
los necesitados.
Los Estados miembros de la UE comparten la
responsabilidad de la ayuda humanitaria, y esta se presta
en cooperación con las organizaciones humanitarias
internacionales y locales. En el ámbito de la protección
civil, la UE es responsable de apoyar, coordinar
y complementar las actividades de sus Estados miembros.
Su papel de coordinadora le ha permitido fijarse objetivos
más ambiciosos compartiendo recursos y experiencia.
Para gestionar el impacto a largo plazo de las catástrofes
y reforzar la prevención y la preparación, la ayuda
humanitaria y la respuesta a las crisis deben ir
acompañadas de actividades en otros ámbitos, como la
cooperación al desarrollo y la protección del medio
ambiente. Por ello la coordinación en la UE es esencial.
Esta familia desplazada de
Burundi pudo regresar a su
casa gracias a la ayuda para
reasentamiento de la UE.
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Por qué debemos mejorar la capacidad
de resistencia de las poblaciones
vulnerables
Cada año, millones de personas se ven afectadas
por sequías, inundaciones, corrimientos de tierras,
ciclones, terremotos, tsunamis, incendios y otros
peligros. Se calcula que el 97 % de las muertes
debidas a catástrofes naturales se producen en los
países en desarrollo, que son los que más acusan
la consiguiente pérdida de medios de subsistencia.
Por eso es esencial aumentar la capacidad de
resistencia de las poblaciones vulnerables de esos
países, de modo que estén en mejores condiciones
de resistir y afrontar las catástrofes.
¿Cómo ayuda la UE?
En el aumento de la capacidad de resistencia
confluyen la ayuda humanitaria y la ayuda al
desarrollo. Con esta perspectiva, en 2012 la Comisión
Europea propuso al Parlamento Europeo y al Consejo
una nueva política para orientar ambos tipos de ayuda
a dicho aumento y reducir la vulnerabilidad de las
poblaciones afectadas mediante planes de gestión
de catástrofes y sistemas de alerta rápida.
En Vanuatu, los niños
ayudan a construir una
maqueta de la mayor
amenaza para su vida:
el volcán del Monte Gharat.
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Las iniciativas de la Comisión para aumentar la
capacidad de resistencia en el Sahel y el Cuerno de
África dentro de su respuesta a las sequías en ambas
regiones han dado resultados esperanzadores. Estas
iniciativas (AGIR‑Sahel y SHARE, respectivamente)
intentan romper el círculo vicioso de la sequía,
el hambre y la pobreza aumentando la coordinación
entre la ayuda humanitaria y la ayuda al desarrollo.
En el Cuerno de África, la iniciativa SHARE ha
movilizado ya 350 millones de euros desde 2012
y a partir de ahora se aplicarán proyectos del undécimo
Fondo Europeo de Desarrollo. La iniciativa AGIR quiere
movilizar 1 500 millones de euros entre 2014 y 2020
para crear capacidad de resistencia en el Sahel.
La dedicación de la Comisión Europea a la capacidad
de resistencia permitirá salvar más vidas, aumentará
la eficacia económica y contribuirá a reducir la
pobreza, reforzando así el beneficio de la ayuda
y favoreciendo el desarrollo sostenible.
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Una respuesta común ante amenazas
crecientes
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Mitigación de las catástrofes
relacionadas con el clima:
el caso de Vanuatu
Cada vez es mayor la magnitud y la frecuencia de las
emergencias humanitarias que se producen año tras año
en todo el mundo. El cambio climático, el crecimiento
demográfico, la urbanización, las actividades industriales
y la degradación del medio ambiente son las principales
causas de este fenómeno.
La zona del Pacífico es una de las más propensas del
mundo a sufrir catástrofes a causa de la frecuencia,
la gravedad y la magnitud de los fenómenos que
las provocan. Está altamente expuesta a ciclones,
terremotos, tsunamis, inundaciones, corrimientos
de tierras, incendios forestales, erupciones volcánicas
y epidemias.
Desde su primera intervención en la antigua Yugoslavia
asolada por la guerra, en 1992, hasta la actual catástrofe
humanitaria en Siria y las operaciones rápidamente
coordinadas de protección civil después del tifón Haiyan
en Filipinas o las inundaciones en Serbia y en Bosnia
y Herzegovina en 2014, la UE ha demostrado una y otra
vez su capacidad de afrontar nuevos y mayores retos
humanitarios.
En el archipiélago de Vanuatu se sitúa uno de los países
menos desarrollados del mundo, donde el cambio
climático ha agravado el riesgo de catástrofes naturales.
La UE ayuda a las comunidades locales a hacer frente
a los efectos de esas catástrofes y mejorar su
preparación, entre otras cosas evaluando el riesgo,
planificándose para las emergencias y construyendo
refugios contra ciclones. Entre 2007 y 2012,
destinó 4,3 millones de euros a la preparación ante
las catástrofes y 2,3 millones a ayudar a las
comunidades afectadas por catástrofes naturales en el
Pacífico Occidental. Actualmente, en la zona del
Pacífico está en marcha un programa de preparación
ante las catástrofes de 3 millones de euros.
TENDENCIAS EN LA FRECUENCIA Y EL NÚMERO DE VÍCTIMAS DE LAS CATÁSTROFES
700
450
Víctimas (en millones)*
413
414
658
Número comunicado de catástrofes
432
421
600
400
386
343
350
500
332
300
278
259
400
267
284
200
217
200
245
227
300
343
250
150
100
100
50
0
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
*Víctimas: número de fallecidos y total de afectados
Fuente: Centro de Investigación sobre Epidemiología de las Catástrofes (CRED).
Número comunicado de catástrofes
Número comunicado de víctimas (en millones)*
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Cómo aborda la cuestión la UE
Un planteamiento en función de las necesidades
La UE presta la ayuda de emergencia en función de
las necesidades de los afectados y de manera que llegue
a los que más la necesiten, independientemente de su
nacionalidad, religión, sexo, origen étnico o afiliación
política.
La ayuda de la UE se adapta cuidadosamente para
responder a las características específicas de cada crisis,
teniendo en cuenta factores como el sexo y la edad de
los afectados. Antes de tomar decisiones de financiación,
la UE evalúa las necesidades.
La UE presta especial atención a las situaciones de crisis
que han dejado de ser centro de atención de los medios
de comunicación y los donantes internacionales aunque
las necesidades sigan siendo acuciantes. En estas «crisis
olvidadas» evalúa específicamente las necesidades reales
sobre el terreno para prestar la ayuda adecuada.
Ayudar donde y cuando se necesita
Las intervenciones de protección civil y ayuda humanitaria
suelen producirse en circunstancias extremas: la ayuda
debe llegar a las víctimas urgentemente y adecuarse
a sus necesidades concretas, y las limitaciones logísticas
y de seguridad suelen dificultar el acceso a las zonas
siniestradas.
La UE cuenta para ello con 347 personas en su sede
central, con una red de 44 oficinas exteriores
especializadas en ayuda humanitaria en 39 países de todo
el mundo y con 148 expertos en cuestiones humanitarias
sobre el terreno, apoyados por 320 miembros del personal
local. En situaciones de crisis, las oficinas facilitan apoyo
técnico a las operaciones financiadas por la UE, supervisan
las intervenciones y ayudan sobre el terreno a coordinar
a los donantes, además de contribuir a elaborar
estrategias y políticas de intervención.
La UE ofrece financiación a unas 200 organizaciones
humanitarias con las que colabora: organismos de las
Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales,
agencias de los países de la UE u organizaciones tales
como el Comité Internacional de la Cruz Roja y la
Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja. La financiación destinada a estas organizaciones se
basa en sus propuestas sobre la manera de atender a las
necesidades de las poblaciones afectadas por catástrofes.
La UE se asegura de que sus fondos se coordinen con los
que aportan directamente los Estados miembros y otras
organizaciones humanitarias.
La UE ha creado el Cuerpo Voluntario Europeo de Ayuda
Humanitaria, que permite a los ciudadanos europeos apoyar
y contribuir a proyectos humanitarios en los países que más
necesitan la ayuda (véase el capítulo «¿Y después?»).
Valores fundamentales comunes
Los colaboradores de la UE en el ámbito de la ayuda
humanitaria deben aceptar los principios humanitarios
fundamentales.
—— Humanidad: debe paliarse el sufrimiento
dondequiera que se produzca.
—— Neutralidad: la ayuda no debe favorecer a unos
grupos más que a otros.
—— Imparcialidad: la ayuda debe prestarse
exclusivamente en función de las necesidades
y sin discriminación.
—— Independencia: la única finalidad de la ayuda
humanitaria debe ser aliviar el sufrimiento
humano: no puede servir para ningún otro objetivo.
Sobre el terreno
Para atender las necesidades básicas de las víctimas de
las catástrofes y proteger sus medios de subsistencia,
la ayuda humanitaria financiada por la UE puede adoptar
distintas formas según las circunstancias de cada caso.
La ayuda alimentaria y nutricional puede incluir raciones
de emergencia para desplazados, alimentos especiales
para niños con desnutrición aguda en zonas afectadas
por sequías y semillas y fertilizantes para los agricultores.
Los sistemas de transferencia de dinero y distribución
de cupones y la ayuda alimentaria contribuyen a mejorar
el sustento y a resolver los problemas de nutrición.
La asistencia médica incluye campañas de vacunación
para prevenir epidemias, tratamiento de heridas, creación
de clínicas de asistencia primaria, suministro de
medicamentos y material hospitalario, formación del
personal y acceso a la atención sanitaria básica, todo
ello centrado en colectivos vulnerables como las mujeres
embarazadas y los niños.
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El acceso al agua potable y al saneamiento en zonas
afectadas por catástrofes constituye una prioridad para
promover una higiene adecuada y evitar que se propaguen
las enfermedades. La ayuda consiste, entre otras cosas, en
instalar pozos, letrinas y cañerías, tratar las aguas
residuales y educar en cuestiones de higiene.
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ASIGNACIÓN PRESUPUESTARIA POR SECTOR DE ACTIVIDAD
(DATOS DE 2013)
Agua
y saneamiento
13 %
Protección
7%
Coordinación y apoyo 5 %
Preparación ante las catástrofes 1 %
Transportes 1 %
Los refugios son esenciales para la supervivencia y un
elemento básico de seguridad para los que han perdido su
hogar como consecuencia de una catástrofe. Las personas
afectadas reciben tiendas de campaña, lonas de plástico
u otros tipos de protección. Las operaciones de emergencia
también pueden consistir en reparar infraestructuras,
retirar minas, dar apoyo psicosocial e impartir educación.
Muchas operaciones también preparan a los residentes
locales para hacer frente a las catástrofes y atenuar el
impacto de posibles catástrofes futuras en sus
comunidades.
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Asistencia sanitaria y médica 14 %
Alimentos
y nutrición
40 %
Refugio 19 %
Fuente: Comisión Europea.
Reforzar la preparación para las
catástrofes a escala mundial:
el programa Dipecho
Cuando es imposible prever los riesgos y evitar las
catástrofes, muchas veces es posible al menos reducir
su impacto mejorando la preparación de las
poblaciones y creando mecanismos de respuesta
adecuados. Tal es el objetivo del programa Dipecho
de preparación para las catástrofes.
Los proyectos Dipecho se destinan a formación,
capacitación, sensibilización, desarrollo y mejora
de sistemas de alerta rápida y planificación de
contingencias. Incluyen sencillas medidas preparatorias
que a menudo pueden aplicar los propios habitantes.
En la mayoría de los casos, las poblaciones contribuyen
activamente a las actividades de Dipecho.
De realizar los proyectos se encargan agencias
europeas y de las Naciones Unidas en cooperación con
las organizaciones no gubernamentales y las
autoridades locales. Dipecho abarca ocho regiones
propensas a las catástrofes: Caribe, América Central,
América del Sur, Asia Central, Asia Meridional, Sureste
de Asia, Sureste de África y Suroeste del Océano Índico
y Pacífico.
Unir fuerzas para afrontar las crisis
a escala mundial
El Mecanismo de Protección Civil de la UE cubre todo el
ciclo de las catástrofes, desde la prevención y la
preparación hasta la respuesta. Hoy en día participan
32 países: los 28 de la UE más Islandia, Noruega,
Montenegro y la antigua República Yugoslava de
Macedonia. Al poner en común los recursos de protección
civil de los países participantes, el mecanismo garantiza
una mejor protección de las personas, el medio ambiente
y los bienes. La responsabilidad primera de responder a los
efectos inmediatos de una catástrofe es del país en el que
se ha producido. No obstante, cuando la magnitud de la
emergencia desborda la capacidad de respuesta nacional,
cualquier país, sea o no de la UE, puede solicitar ayuda
a través del Mecanismo de Protección Civil. Las catástrofes
pueden venir provocadas por inundaciones, incendios
forestales, terremotos, temporales o tsunamis, pero
también por atentados terroristas o accidentes técnicos
o nucleares como los que originan catástrofes ecológicas
por contaminación marina.
Cuando un país afectado por una catástrofe solicita ayuda,
el Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias
(CCRE), que es el centro operativo del Mecanismo de
Protección Civil de la UE, comunica sus necesidades
concretas a todos los países participantes, que se ofrecen
a enviar expertos y material para apoyar la respuesta de
emergencia sobre el terreno. Esto puede incluir equipos
de búsqueda y rescate, hospitales de campaña, material
de socorro, plantas de depuración de agua o módulos de
bombeo de gran potencia, así como equipos especializados
de descontaminación en caso de accidentes químicos
o biológicos. El CCRE coordina la respuesta europea
centralizando las peticiones y las ofertas de ayuda
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y facilitando o, muchas veces, cofinanciando el transporte
de la ayuda y, si hace falta, enviando equipos para seguir
de cerca la situación. El CCRE es un servicio permanente.
El Mecanismo de Protección Civil de la UE también
refuerza la capacidad de reacción ante catástrofes en los
Estados participantes con programas de formación,
ejercicios o intercambios de expertos entre los países.
Estas iniciativas ofrecen posibilidades de aprendizaje al
personal de protección civil de los Estados participantes.
Esto contribuye a una protección civil más rápida
y coordinada y a fomentar la transferencia de
conocimientos y la creación de redes.
También se ofrece financiación para proyectos de
prevención y preparación. De esta manera se puede
impulsar la investigación sobre temas relacionados con las
catástrofes, mejorar las herramientas de alerta rápida
o apoyar campañas de sensibilización general. El
Mecanismo de Protección Civil de la UE se centra en las
áreas en las que un enfoque europeo común puede aportar
mayor valor añadido y vincula la protección civil a otras
políticas de la UE a fin de maximizar su impacto.
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Preparación mediante simulación
En 2014 se llevó a cabo en Grecia un importante
ejercicio de simulación, Prometheus, cuya finalidad
era poner a prueba la cooperación y la capacidad
de respuesta de los Estados miembros a través
del Mecanismo de Protección Civil de la UE. Junto
con el CCRE, participaron equipos de Grecia, Croacia,
Italia y Chipre. También se comprobaron el proceso
de toma de decisiones y el papel del CCRE.
El ejercicio reprodujo una situación de catástrofe
doble: un gran incendio forestal cerca de zonas
habitadas se había propagado a una zona industrial,
provocando una explosión. Las operaciones de lucha
contra incendios y de rescate se llevaron a cabo
simultáneamente y se evacuaron las zonas habitadas.
En ejercicios anteriores se había simulado un incendio
forestal provocado por chispas procedentes de los
frenos de un tren y la inundación de un núcleo rural
al romperse un depósito de aguas pluviales.
Estos ejercicios se organizan cada año y cuentan
con una contribución financiera de la UE.
Un ejercicio de protección
civil de la UE,
Prometheus 2014, puso
a prueba la cooperación
y la capacidad de respuesta
de los Estados miembros.
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Qué hace la UE
Cumplir los compromisos
Desde 1992 la UE ha ayudado a millones de víctimas de
catástrofes en todo el mundo. En el aspecto de
financiación humanitaria, sus instituciones destinan por
término medio más de 1 000 millones de euros al año
a ayudar a las poblaciones más vulnerables del planeta. Si
a ello sumamos la financiación que ofrecen sus países
miembros, la UE resulta ser el principal donante mundial
de ayuda humanitaria. Cada año proporciona ayuda
humanitaria a más de 120 millones de personas en 92
países extracomunitarios.
Desde su creación en 2001, el Mecanismo de Protección
Civil de la UE ha intervenido en más de 300 catástrofes
y ha recibido más de 180 solicitudes de ayuda. Entre 2010
y 2014 se ha activado para más de 80 emergencias
dentro y fuera de la UE.
En 2012 ECHO cumplió 20 años. Desde su fundación ha
recorrido un largo camino. La UE, entonces compuesta por
12 Estados miembros, decidió crearla ante la magnitud
y diversidad de las crisis humanitarias que se habían
producido en el mundo en 1991 y que ponían de manifiesto
las limitaciones de la capacidad de respuesta europea.
Grandes catástrofes como el conflicto en la antigua
Yugoslavia, un ciclón en Bangladés y una hambruna
en Somalia hicieron necesaria una mayor coordinación
en la UE para dar una respuesta más rápida y eficaz.
ECHO nació con una plantilla de unas 40 personas. Desde
entonces se ha convertido en una organización grande
pero ligera, con 300 personas en su sede de Bruselas,
más de 400 expertos humanitarios en 44 oficinas
exteriores y una presencia en los países de África, Asia
y América Latina más afectados por las crisis. Al igual
que sus recursos humanos y financieros, sus normas de
actuación también se han adaptado continuamente para
que la UE pueda hacer frente a retos cada vez mayores.
En 2007, las instituciones de la UE y los entonces
27 países miembros aprobaron un documento clave:
el Consenso Europeo sobre la Ayuda Humanitaria. En él
se subraya que la ayuda humanitaria de la UE no es un
instrumento político y se reafirman sus principios rectores:
humanidad, neutralidad, independencia e imparcialidad.
También se definen claramente las funciones de los
© European Union
Pero los éxitos no pueden medirse solamente en términos
estadísticos: para la UE también son importantes los
efectos menos visibles de la prevención y la preparación
ante las catástrofes cuando se plantea cómo enfocar la
ayuda humanitaria y la protección civil. El marco vigente
permite a los Estados miembros colaborar con eficacia
y promover el respeto y la adhesión al Derecho
humanitario internacional.
Más de dos décadas de solidaridad
Ciudadanos afganos reciben herramientas dentro de una campaña, financiada por ECHO, de respuesta
a una sequía que había provocado una hambruna y el desplazamiento de la población.
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distintos agentes humanitarios en las zonas en crisis a fin
de reforzar la capacidad de ayuda de la UE.
El Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 de diciembre
de 2009, dotó de base jurídica a las políticas de ayuda
humanitaria y protección civil de la UE. El Consenso
define el papel de esta en la mejora de la protección
y la prevención de catástrofes y establece que debe
aplicar el Derecho humanitario internacional con
imparcialidad y sin discriminación.
Se está estudiando cómo reforzar y seguir mejorando el
modo en el que la UE responde a las catástrofes.
Respuestas rápidas y eficaces
La UE ha ayudado a las víctimas de muchas catástrofes en
todo el mundo. Veamos a continuación una breve selección
de las intervenciones más importantes.
• En 1992, la guerra en la antigua Yugoslavia dejó
a cientos de miles de personas desplazadas, hambrientas
y traumatizadas. La UE envió 300 000 toneladas de
alimentos, mantas, colchones y productos sanitarios.
• En 1994, las víctimas que huían de sus hogares tras el
genocidio de Ruanda recibieron de la UE una ayuda con
asistencia médica que incluía equipos de rehidratación
y vacunación infantil. Quienes volvían a sus pueblos
destruidos recibieron equipos de reasentamiento.
• En 2001, tras la caída del régimen talibán, la UE destinó
más de 584 millones de euros a atender las necesidades
urgentes de la población afgana.
En 2004, el tsunami en
el océano Índico mató a más de 230 000 personas. La
respuesta inicial de la UE se centró en la supervivencia
de las víctimas. A más largo plazo, los proyectos
consistieron en construir campos de acogida para las
personas sin hogar, financiar a los trabajadores
sanitarios y comprar buques pesqueros para reconstruir
los medios de subsistencia.
• En 2010 se efectuaron grandes operaciones de ayuda en
Sudán y Pakistán. En Sudán, la UE ayudó a prestar ayuda
humanitaria a seis millones de víctimas de conflictos
e inundaciones estacionales. En Pakistán, 12,5 millones
de personas recibieron alojamiento, alimentos,
agua potable, asistencia sanitaria e instalaciones de
saneamiento tras las inundaciones que afectaron al país.
• En 2011, cuando un terremoto y un tsunami devastadores
se abatieron sobre Japón, la UE envió 400 toneladas de
ayuda en especie, un equipo de Protección Civil Europea
en el que había expertos en logística y radiología y ayuda
financiera a las familias de las provincias más afectadas.
• En 2012, la UE ayudó a millones de afectados por la
hambruna en la región del Sahel y a cientos de miles de
refugiados que huían del conflicto en Siria.
• Desde que comenzó la guerra civil en Sudán del Sur en
2013, han huido de sus hogares más de 1,7 millones de
personas, y 450 000 de ellas han buscado refugio en los
países vecinos. La UE ha ofrecido ayuda alimentaria,
sanidad, agua, saneamiento, refugio y protección
a 2,4 millones de personas.
• Con ocasión de las inundaciones en los Balcanes en
2014, se activó el Mecanismo de Protección Civil de
la UE. Veintitrés Estados miembros desplegaron personal
de ayuda humanitaria, helicópteros de rescate
y evacuación, lanchas motoras, generadores, sacos de
arena, tiendas de campaña, mantas y equipos de ayuda
humanitaria.
Intensificar la prevención
para salvar vidas
Los esfuerzos de la UE se dirigen tanto a los Estados
miembros como a los demás países, y eso ha permitido,
entre otras cosas, lograr una coordinación eficaz a nivel
europeo y formar a expertos locales en otras regiones
del mundo.
• La UE ha desarrollado una serie de iniciativas de alerta
rápida, como la plataforma de alerta online Meteoalarm
y el Sistema Mundial de Alerta y Coordinación en caso
de Catástrofe, que es un servicio de alerta y recogida
permanente de datos. La UE también ha invertido en
sistemas de alerta y detección para peligros específicos
como terremotos, inundaciones, incendios forestales
y tsunamis.
• La inversión de la UE en tecnologías de prevención
y mitigación de catástrofes y su estrecha colaboración
con otros socios ha permitido crear un Sistema Europeo
de Información sobre Incendios Forestales y el Sistema
Europeo de Alerta de Inundaciones.
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C O M P R E N D E R
EJEMPLO
Siria: una catástrofe polifacética de seguridad
y humanitaria
El conflicto que empezó con la violenta represión de las
protestas en Siria en marzo de 2011 ha degenerado en
una verdadera guerra civil con graves consecuencias
humanitarias en la propia Siria y en sus países vecinos.
Decenas de miles de personas han perdido la vida en
los combates y la mitad de la población se ha visto
obligada a huir para buscar protección en zonas más
seguras. Más de tres millones de personas han
buscado refugio en los países vecinos y otros han
quedado sitiados en las zonas de conflicto.
La situación humanitaria no ha dejado de deteriorarse
y ha degenerado en la que es hoy la mayor crisis
humanitaria y de seguridad en el mundo. Toda una
generación de niños expuesta a la guerra, la violencia
EJEMPLO
Sahel: alertar al mundo de una crisis olvidada
Entre 2008 y 2013, una de cada ocho personas en
el mundo padecía hambre crónica, y esta cifra va
en aumento. Ello se debe al crecimiento demográfico
y a la mayor frecuencia e intensidad de las catástrofes
naturales y de origen humano, que reduce la
capacidad de las comunidades más vulnerables
para alimentarse a sí mismas.
El cinturón del Sahel, que va de oeste a este del África
subsahariana, es una de las regiones más pobres del
mundo. Las sucesivas crisis alimentarias
y nutricionales, la sequía y el subdesarrollo ponen
a decenas de millones de personas en riesgo de no
tener alimento suficiente. A medida que esta crisis
humanitaria se agrava, crece el apoyo de la UE, que,
desde comienzos de 2012, ha incrementado su ayuda
hasta 507 millones de euros. Su intervención es
gradual y combina el aumento de la capacidad de
resistencia a través de la iniciativa AGIR, la respuesta
a las emergencias en los periodos entre cosechas y la
posterior recuperación.
L A S
P O L Í T I C A S
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E U R O P E A
y la muerte se ha visto privada de protección,
educación y las libertades fundamentales.
Aunque las condiciones de seguridad limitan el acceso
a las zonas asediadas, la UE ha ofrecido casi
3 000 millones de euros desde que empezó la crisis,
siendo por ello la mayor donante mundial en este
conflicto. La ayuda responde a las necesidades más
urgentes de la población más vulnerable en Siria
y sus países vecinos, en particular la ampliación
de la asistencia sanitaria y el suministro de agua.
Se ha prestado ayuda a unos 10,8 millones de
afectados por la crisis a través de asistencia médica
de urgencia, alimentos, protección, agua, saneamiento
e higiene, refugio y servicios de logística. La UE sigue
estando a la cabeza de la respuesta internacional
a la crisis siria a través de su constante presencia
humanitaria, la coordinación internacional y esfuerzos
de sensibilización.
La respuesta humanitaria a la crisis ha conseguido
salvar muchas vidas y reducir el impacto en las
familias. La acción de la UE ha sido fundamental para
dar visibilidad a la crisis del Sahel. Además de la
ayuda de emergencia, la UE trabaja por que la
inseguridad alimentaria se reconozca como problema
estructural subrayando su importancia clave en la
lucha contra la pobreza.
En la región del Sahel y el Cuerno de África, la sequía
pertinaz ha agudizado esta inseguridad, que sufren
millones de personas. Y también hay otros países,
como Pakistán y Yemen, con poblaciones vulnerables
a la inseguridad alimentaria y la desnutrición. Más de un
tercio del presupuesto anual de ayuda humanitaria de la
UE se destina a la prestación de asistencia alimentaria
de urgencia. La UE es uno de los principales donantes
de ayuda alimentaria. Desde 2010, ECHO ha ayudado
a más de 100 millones de personas en situación de
inseguridad alimentaria aguda.
A y uda
h umanitaria
y protecci ó n
ci v il
EJEMPLO
Inundaciones en los Balcanes: de una
operación complicada a la cooperación europea
En mayo de 2014, Bosnia y Herzegovina y Serbia se
vieron afectadas por devastadoras inundaciones, las
peores en más de un siglo. Cientos de miles de
personas perdieron sus medios de subsistencia
y fueron evacuadas de sus hogares.
La situación era complicada. Las ciudades se quedaron
sin electricidad o agua corriente y escaseaban el agua
embotellada, los alimentos, los medicamentos y las
mantas. Muchas de las zonas afectadas sufrieron
destrozos de infraestructuras básicas como puentes,
carreteras o centros sanitarios y educativos. Se calcula
que más de tres millones de personas, en Bosnia
y Herzegovina y en Serbia, se vieron afectadas
por inundaciones, corrimientos de tierras y avalanchas
de lodo.
© European Union
Se activó el Mecanismo de Protección Civil de la UE,
que obtuvo ofertas de 23 Estados miembros.
Se proporcionó ayuda material consistente en
13
helicópteros de rescate y evacuación, lanchas motoras,
generadores, sacos de arena, tiendas de campaña,
mantas y equipos de ayuda humanitaria, y se
desplegaron más de 800 trabajadores humanitarios
a ambos países. Además, se enviaron dos equipos de
protección civil de la UE para ayudar a coordinar los
esfuerzos y colaborar en las operaciones de rescate.
Solo en Bosnia y Herzegovina se rescataron más de
1 700 damnificados. Asimismo, la Comisión Europea
cofinanció el transporte de la ayuda material y del
personal. A esto se sumaron los más de 80 mapas
elaborados por satélite para facilitar la labor tanto
de los países afectados como de los que prestaban
la ayuda.
Además de la ayuda material facilitada por los
Estados miembros a través del Mecanismo de
Protección Civil, la UE desembolsó 3 millones de euros
para ayudar a la población más vulnerable en los dos
países afectados. Con ello proporcionó asistencia
humanitaria a medio millón de personas. Pero en
ambos países persisten las necesidades de
recuperación y reconstrucción.
A través del Mecanismo
de Protección Civil de la UE,
un helicóptero esloveno
lleva ayuda de emergencia
a los damnificados
por las inundaciones
en Bosnia y Herzegovina.
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C O M P R E N D E R
EJEMPLO
Ébola en África Occidental: respuesta de la UE
al peor brote jamás registrado
El África occidental se enfrenta a la peor de las
epidemias registradas de ébola. Es la primera vez
que el virus se ha propagado en la región desde su
descubrimiento en 1976. Tras el primer caso declarado
en Guinea en marzo de 2014, el virus se extendió
rápidamente por Liberia y Sierra Leona, infectando
y matando a miles de personas. Al no haber vacunas
ni un tratamiento específico, la tasa de mortalidad
del ébola es del 60 % al 90 %, lo que lo convierte en
una de las enfermedades más mortíferas.
© European Union
La UE fue de los primeros en responder para hacer
frente a la epidemia y las necesidades críticas sobre el
terreno. La Comisión Europea y los Estados miembros
aportaron más de 1 000 millones de euros,
contribuyeron a consolidar los sistemas de salud
nacionales y ofrecieron ayuda humanitaria de urgencia
a las personas afectadas, equipos de investigación
médica, laboratorios móviles, material y personal.
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Los países afectados y las organizaciones
humanitarias se esforzaban en controlar la
propagación de la enfermedad a la vez que se
enfrentaban a circunstancias difíciles, como la escasa
capacidad de transporte, la infección y la muerte
del personal sanitario, la falta de instrumental médico,
la creciente inseguridad alimentaria y el acceso
limitado al agua potable y al saneamiento.
La Comisión Europea desplegó expertos humanitarios
y ofreció material y transporte aéreo, tanto de carga
como de evacuación urgente de personas.
La UE incrementó sus esfuerzos a fin de contener
la propagación del virus. A petición de la Organización
Mundial de la Salud, se activó el Mecanismo de
Protección Civil de la UE para aportar una respuesta
global y coordinada en la región, a través del
despliegue de ayuda material y experiencia.
Ante el mayor brote jamás
registrado de ébola en África
Occidental es preciso
intensificar los esfuerzos
para evitar que se propague
y se lleve más vidas.
A y uda
h umanitaria
y protecci ó n
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ci v il
¿Y después?
La UE ha estado en primera línea a la hora de responder
a las necesidades humanitarias en todo el mundo, no solo
como uno de los principales donantes, sino también
estableciendo normas para el cumplimiento del Derecho
humanitario internacional y los principios humanitarios.
Es vital que los mecanismos de emergencia puedan estar
a la altura y responder a los retos que plantean un mundo
cada vez más frágil y unas necesidades cada vez más
diversificadas. La UE procura adaptar y mejorar sus
esfuerzos para responder a las catástrofes de manera
más eficaz y eficiente.
© European Union
Responder a las necesidades
La UE considera que se responde mejor a las catástrofes si
se dispone de los recursos adecuados a escala local y, por
ello, presta especial atención al aumento de la capacidad
de resistencia de las comunidades locales para que
puedan resistir mejor a futuras crisis.
La rumana Diana Tonea, miembro del Cuerpo Voluntario
en Haití, afirma que su experiencia fue «estimulante
y gratificante».
La UE participará activamente en los debates de la
Cumbre Humanitaria Mundial para mejorar la eficacia
del sistema humanitario internacional.
La UE garantizará que los participantes vayan adonde
haga más falta y que contribuyan a reforzar la capacidad
y el voluntariado locales. La seguridad de los voluntarios
es una prioridad.
La coordinación de la protección civil también está
adquiriendo más responsabilidades e importancia con una
nueva base jurídica, una serie de instrumentos innovadores
como el fondo voluntario de activos europeos, un centro
de operaciones plenamente efectivo (nuestro Centro de
Coordinación de la Respuesta a Emergencias), un mayor
relieve de la cláusula de solidaridad, una ampliación
estratégica de los colaboradores internacionales
y la cooperación entre los servicios de la Comisión.
Voluntarios de ayuda humanitaria
de la UE
Para dar a los ciudadanos la oportunidad de participar
en la acción humanitaria, la UE ha creado el Cuerpo
Voluntario Europeo de Ayuda Humanitaria. De acuerdo con
el Tratado de Lisboa, en septiembre de 2012 la Comisión
Europea presentó planes para que, entre 2014 y 2020,
18 000 personas pudieran participar como voluntarias
en operaciones humanitarias en todo el mundo.
El programa de voluntariado está abierto tanto a los
jóvenes que quieran dedicarse profesionalmente a la
ayuda de emergencia como a los expertos en ayuda
humanitaria que ya poseen experiencia.
En la primera serie de proyectos piloto, más de
250 europeos han intervenido en más de 40 países, entre
ellos Haití, Indonesia, Mozambique y Tayikistán. Para
prepararse al trabajo sobre el terreno, los voluntarios
reciben una formación previa tanto teórica como práctica.
Al acabar la fase piloto del programa, en 2015, tendrá
lugar el primer despliegue de voluntarios de ayuda
humanitaria de la UE.
El programa de voluntariado humanitario de la UE
reforzará la capacidad de esta para prestar ayuda en
función de las necesidades y formará a los futuros
responsables humanitarios ofreciendo al mismo tiempo
a los jóvenes europeos la oportunidad de demostrar su
solidaridad con los necesitados.
C O M P R E N D E R
La iniciativa Niños de la Paz de la UE,
legado del Nobel de la Paz
El 10 de diciembre de 2012 se concedió a la Unión
Europea el Premio Nobel de la Paz. Con esa inspiración,
se creó la iniciativa Niños de la Paz para financiar
proyectos humanitarios destinados a ofrecer educación
a los niños afectados por conflictos. Desde 2012 la
financiación de la iniciativa no ha dejado de aumentar.
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A través de los proyectos financiados por la Unión
Europea y aplicados por las organizaciones
humanitarias, la iniciativa Niños de la Paz ha atendido
ya a más de 108 000 niños y niñas en 12 países:
Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía,
Siria (refugiados sirios en Irak), Sudán del Sur, Chad,
República Centroafricana, Somalia, Afganistán,
Myanmar/Birmania, Colombia y Ecuador.
Los niños son las víctimas más vulnerables de
los conflictos. El 90 % de las víctimas son civiles,
y la mitad de ellos, niños. Hay 7 millones de niños
refugiados, más de 13 millones están desplazados
dentro de sus propios países por los conflictos y más
de 28 millones no pueden acceder a la educación.
Una de las prioridades a la hora de ayudar y proteger
a los niños afectados por conflictos es invertir en el
acceso a la enseñanza, en la seguridad de los centros
docentes y en el apoyo psicosocial para tratar las
experiencias traumáticas de la guerra.
La educación ayuda a que los niños en zonas de conflicto
sigan siendo niños.
Niños de la Paz (http://ec.europa.eu/echo/en/what/
humanitarian‑aid/children‑of‑peace)
Más información:
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Ayuda humanitaria y protección civil de la UE (http://ec.europa.eu/echo/)
Voluntarios europeos de ayuda humanitaria (http://ec.europa.eu/echo/en/what/humanitarian‑aid/eu‑aid‑volunteers)
Niños de la Paz (http://ec.europa.eu/echo/en/what/humanitarian‑aid/children‑of‑peace)
¿Preguntas sobre la Unión Europea? Europe Direct puede ayudarle: 00 800 6 7 8 9 10 11
http://europedirect.europa.eu
ISBN 978-92-79-42488-5
doi:10.2775/81207
NA-01-14-999-ES‑C
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