El Tercer Hombre (1949)

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Análisis de película de cine clásico.
El Tercer Hombre
(1949)
Jorge Barrasa Fano
Centraré mi análisis en El Tercer Hombre, de Carol Reed. He elegido esta película,
porque, aparte de ser una de mis favoritas, la vi después de haberme leído el libro de
Graham Greene y no me defraudó nada (cosa poco común en las adaptaciones
cinematográficas).
Me parece interesante resaltar el contexto histórico y cultural en el que se desarrolla la
película. La historia tiene lugar al finalizar la 2ª Guerra Mundial en Viena. Como se nos
introduce al principio de la película, la ciudad de Viena se hallaba dividida en cuatro
partes: inglesa, francesa, rusa y americana. A pesar de haber terminado la guerra, el
escepticismo y la desconfianza entre unas zonas y otras se hacía notar, y se refleja
muy bien en la película. Se ven numerosos ejemplos de esto, como que la policía
inglesa y la rusa se interesen por casos distintos, que los personajes prefieran o no ir a
bares en zona de países de los Aliados, que los austríacos no puedan entrar en el
hotel del ejército, etc.
En concreto, quiero centrar el análisis en la sensación de incertidumbre que consigue
crear el director en prácticamente la mitad de la película mediante el uso de
determinados planos y diálogos. Siempre me pareció muy interesante la manera en la
que se juega con la duda tanto en el espectador como en los personajes, y ahora,
habiendo revisado la película más a fondo, me lo parece más aún.
En el principio de la historia, el escritor Holly Martins viaja a Viena por una oferta de
empleo de su viejo amigo Harry Lime. Así se nos introduce la película mediante un
narrador al principio; nada parece extraño, pero ya desde el inicio, se puede ver un
uso de los planos significativo de lo que va a ser todo después. Holly llega en el tren a
la ciudad y hasta que llega al bloque donde vivía Harry Lime, no se usa ningún primer
plano, son casi todos planos generales en los que se ve a Holly en un tamaño
pequeño en comparación con lo que le rodea. Destaco sobre todo la escena de
cuando llega al edificio de su amigo, y va subiendo las escaleras de caracol. Aquí se
usa un plano picado en el que se ve al protagonista casi diminuto (ver foto siguiente).
En el edificio se encuentra con el portero que le cuenta que su amigo murió
atropellado en un accidente. Aquí Welles nos muestra al portero desde un piso
superior hablando hacia abajo, donde está Holly. Nos sitúa al portero por encima
porque él presenció el accidente y es sabedor de ciertas cosas raras que ocurrieron.
Holly cree que fue un accidente normal, y su desconocimiento de la verdad le sitúa por
debajo del portero.
El uso de planos generales, se puede entender como un empequeñecimiento del
personaje ante todo el caso de la extraña muerte de Lime.
Después viene la escena del cementerio, el entierro del Harry Lime. Aquí se ve a unos
cuantos personajes; a todos ellos nos los presentan en primeros planos, cosa que,
viniendo de los planos generales anteriores, ya llama la atención visual y hace que nos
fijemos más en los rostros de estos individuos. Además, a excepción de la novia de
Harry Lime (la única realmente afectada), todos están mirando a Holly, en lugar de
mirar en dirección al ataúd. Además, al finalizar la ceremonia, uno de los individuos le
recuerda a otro que deje las flores en la lápida. Esto sin duda, nos empieza a crear ya
esa incertidumbre, de quiénes son esos individuos y si hay algo extraño en todo ello.
A partir de aquí Holly comienza a reunirse con estos personajes, en distintas
conversaciones, las cuales nos hacen tener más y más dudas. El primero con el que
se reúne es el Barón Kurtz en una terraza de una cafetería. Nuevamente, se usan
primeros planos de Kurtz, obligando al espectador a fijarse en los detalles de su rostro.
Un primer plano se usa para reflejar mejor los detalles, pues en esta historia los
detalles van a ser precisamente los importantes. La conversación en sí y la sonrisa, la
mirada y la expresión facial del barón (ver foto siguiente), nos incita a desconfiar de él
desde el primer momento.
Después de estar en la terraza, Kurtz lleva al escritor al escenario donde tuvo lugar el
atropello. Welles nos vuelve a poner diversos primeros planos de desconocidos
mirándoles, otro factor suma incertidumbre e incomodidad.
Estos recursos se usarán de igual manera con los otros dos involucrados en el
accidente: el Dr Winkle y el rumano Popescu.
Del primero se nos enseña su hogar, una habitación repleta de objetos extraños y muy
ordenados. Una casa con una gran cantidad de detalles en los que fijarse (se vuelve a
dar importancia a los detalles). El propio Dr Winkle es detallista; se nos muestra
soplando una de sus figuras para quitarle algo de polvo que tuviera en su superficie.
Un personaje serio, enigmático y muy seco se deduce de su conversación con Holly.
Popescu, se nos presenta como alguien más simpático, pero cuando Martins le hace
preguntas, constantemente cambia de tema y se intuye cierto nerviosismo.
En definitiva, con los tres, el recurso del primer plano del rostro se usa constantemente
y, al finalizar las conversaciones con ellos, las cosas quedan poco claras y dudosas.
No ocurre lo mismo a la hora de conocer a la que fuera novia de Harry, Anna. Ella
desconoce cualquier detalle extraño de la muerte de Lime y se puede ver cuando van
Holly y ella al apartamento de su difunto amigo. Se muestra una escena de ella, con
un plano general, en la habitación de Harry, cogiendo diversos objetos con nostalgia.
Esto visualmente nos saca a Anna de ese “complot”, y nos la pone como una víctima
del proceso. Tras la conversación con Anna, no hay nada que nos indique que oculta
información.
Toda esta atmósfera de incertidumbre y duda, se rompe cuando Holly ve a Harry vivo
en la calle. Quiero resaltar también esta escena, porque aunque no está relacionada
con la generación de incertidumbre en el espectador, es justo lo contrario, nos
“ilumina” con la verdad, y la manera en la que se hace, me parece muy interesante.
Es de noche y Holly oye por la calle un gato maullar. Se usa la figura del gato porque
es un animal perfectamente esquivo, prácticamente invisible durante la noche y muy
difícil de atrapar. Además, se dice que los gatos tienen siete vidas. Todo esto cuadra
perfectamente con Harry Lime, dado que en realidad no ha muerto.
Este gato está a los pies de Harry, y aunque está en la penumbra, Holly intuye una
silueta y sabe que hay alguien observándole. La manera en la que Welles nos
“ilumina” con la verdad, es precisamente así, iluminando el rostro de Harry. Se hace de
una manera muy forzada: una vecina abre la contraventana de su hogar al oír los
gritos del escritor hacia su oscuro perseguidor. La ventana está encima de Lime, pero
aun así, la luz de la habitación de la vecina ilumina únicamente el rostro de Harry,
permaneciendo todo lo demás en la misma penumbra de antes. Esto, es algo muy
artificioso, pero está hecho así para ver la cara de Harry Lime, que supuestamente
está muerto. Se usa un recurso artificial, para mostrar un hecho artificial (que un
supuesto muerto esté andando por las calles). Nuevamente se usa un primer plano del
rostro de Lime, como complemento a esa iluminación extrema del mismo; nos
centramos en la cara viva y medio sonriente de Harry Lime. (Ver figuras siguientes).
Antes de finalizar, me gustaría mencionar la banda sonora de la película, que me
parece genial. Acompaña perfectamente a la historia en todo momento y además es
pegadiza. En la novela de Graham Greene, el personaje de Harry Lime siempre anda
silbando cierta melodía. Esto en la película no ocurre, pero siempre que leo eso, me
imagino siempre que silba el tema de la película.
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