CICLO REPRODUCTOR Y TALLA DE MADUREZ SEXUAL DEL

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(CO)
CICLO REPRODUCTOR Y TALLA DE MADUREZ SEXUAL DEL PULPO COMÚN (Octopus vulgaris)
EN EL LITORAL ATLÁNTICO ANDALUZ
Rodríguez de la Rúa, A
(1)
; Pozuelo, I
(1)
; Prado, M
(1)
; Gómez, M.J
(1)
; Bruzón, M. A
(2)
(2)
Consejería de Agricultura y Pesca. CICEM “El Toruño”. CN IV, Km. 654. 11500. El Puerto de Santa
María (Cádiz).
(1)
D.a.p. Bergantín, 39. 41012 (Sevilla).
Resumen
Dentro del proyecto “Estudio del ciclo reproductor y el crecimiento de bivalvos y cefalópodos del litoral
andaluz” realizado por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, se ha establecido el
ciclo reproductor y la talla de madurez sexual de Octopus vulgaris (Mollusca, Cephalopoda) por medio de
métodos histológicos e índices gonadosomáticos. Se observa una mayor precocidad reproductiva de los
machos respecto a las hembras, con una talla de madurez sexual de 800 g para los primeros, frente a los
1100 g para las hembras. En lo que respecta a su ciclo reproductor, los machos se encuentran en estado
maduro prácticamente a lo largo de todo el año, mientras que las hembras presentan una clara
estacionalidad, con un periodo de puesta en los meses de verano, reposo sexual en otoño e inicio de la
gametogénesis en el mes de enero.
Justificación
El pulpo común, Octopus vulgaris Cuvier, 1797, presenta una amplia distribución en el Atlántico y
Mediterráneo, desde la costa hasta el borde de la plataforma continental. Tolera límites de temperatura
entre 7 y 33ºC y de salinidad entre 32 y 40%o. Es una especie de notable interés comercial en las costas
andaluzas. Según las estadísticas pesqueras, en el año 2001 la captura de pulpos en Andalucía supuso
un 15,8 % respecto a las capturas totales de moluscos y un 41 % respecto a los cefalópodos.
Actualmente, el conocimiento de la biología reproductiva de esta especie en España es amplio, aunque
muchos autores proponen la necesidad de realizar un seguimiento histológico de las gónadas a lo largo
de un ciclo anual, motivo que propició la realización de este trabajo. El objetivo que se plantea es
contribuir, por medio de estudios histológicos y de índices gonadosomáticos, al establecimiento del patrón
reproductivo de O. vulgaris en el atlántico andaluz.
Material y métodos
En mayo y junio de 2001, los ejemplares fueron capturados con alcatruces, en el litoral onubense.
Durante los meses posteriores (julio 2001-mayo 2002), debido al insuficiente número de ejemplares
obtenidos, se optó por contratar un arrastrero, con puerto base en el Puerto de Santa María (Cádiz). Los
individuos eran conservados vivos, en tanques con aireación, hasta su llegada al laboratorio. Se
capturaron un total de 673 ejemplares.
En el laboratorio, se procedía a anotar su peso total (g), longitud total, dorsal y ventral del manto (mm),
anchura (mm) y sexo. Se extraía el aparato reproductor y se anotaba el peso eviscerado, así como el
peso del aparato reproductor ambos en g. En el caso de las hembras se obtuvieron los pesos del ovario,
de los oviductos más las glándulas oviductales (g) y el diámetro de las glándulas oviductales (mm). En
los machos, el peso del testículo y del complejo espermatofórico (g). A partir de estos datos, se analizaron
los siguientes índices gonadosomáticos:
Machos: Índice de madurez (Guerra, 1975): M= PCE/(PCE+PTe) e índice del complejo espermatofórico
(Fernández-Nuñez et al., 1996): ICE= (Pte+PCE)/Pev; donde: PCE es el peso del complejo
espermatofórico; Pte el peso del testículo y Pev el peso eviscerado.
Hembras: Índice de madurez (Guerra, 1975): M= POG/(POG+PO); índice gonadosomático (Silva et al.,
2000): GSI= (PO/PV-PO)x 100 e índice de las glándulas oviductales (Fernández-Nuñez et al., 1996):
IGO= DGO/LVM; donde: POG es el peso de las glándulas oviductales; PO el peso del ovario; PV el peso
vivo; DGO el diámetro de las glándulas oviductales y LVM la longitud ventral del manto.
El estado de madurez macroscópico fue establecido de acuerdo con la escala de Día (1988) que define 5
estados para las hembras (I: inmaduro, II: en maduración; III: maduro; IV: madurez máxima; V: postpuesta y/o puesta) y cuatro para machos (I: inmaduro; II: en maduración; III: maduro; IV: evacuando o
evacuado).
Para la realización del estudio histológico, se procedió a la fijación de las distintas partes del reproductor
en líquido de Gendre, inclusión en parafina y posterior tinción con Hematoxilina/eosina y
Hematoxilina/VOF (Gutiérrez, 1967). La clasificación de los estados microscópicos de madurez se ha
realizado por medio de observaciones al microscopio y teniendo como base los trabajos de Guerra (1987)
y Borges et al. (2000). Se han definido cuatro estados para hembras (I: inmaduro; II: en maduración; III:
prepuesta; IV: puesta) y cuatro para machos (I: inmaduro; II: en maduración; III: maduro; IV: puesta).
Resultados y discusión
Determinación de la proporción de sexos
O. vulgaris es una especie que exhibe dimorfismo sexual, estableciéndose el sex-ratio por medio de
observaciones macroscópicas. Los resultados muestran una proporción de sexos de 1:1 (p<0,01). Estos
resultados coinciden con los obtenidos en el trabajo de Guerra (1978) en el Atlántico Centro-oriental, en el
cual, la proporción sexual hallada a todos los niveles de profundidad y en distintas épocas del año fue del
50%, contrastando con los resultados de Ikeda y Hatanaka (1971) en el Noroeste de África, que
observaron una disminución del número de hembras en relación con el de machos en épocas de mayor
actividad sexual.
Índices gonadosomáticos
En el caso de los machos, si bien los índices son altos prácticamente a lo largo de todo el año, se observa
un aumento más pronunciado en verano, coincidiendo, por tanto, con un desarrollo gonadal más
avanzado. En las hembras, se observa un claro comportamiento estacional con un desarrollo máximo en
los meses veraniegos y mínimo en otoño/invierno.
Ciclo gametogénico
El análisis macroscópico del ciclo gametogénico de los machos de O. vulgaris, indica una predominancia
de individuos en estado III (maduros) a lo largo de todo el año, aunque en mayor medida en primavera y
verano. A partir de final de verano, los individuos en estado I y II se hacen más abundantes. En lo que
respecta a la observación microscópica, la tendencia general es igual a la observada macroscópicamente,
aunque con ciertas diferencias como es el aumento de individuos en estado IV (puesta) en el mes de
septiembre y la inexistencia de ejemplares en estado I (inmaduro).
En el caso de las hembras, tanto macroscópica como microscópicamente los resultados son muy
similares, observándose que el periodo de puesta se produce, principalmente, en los meses de verano,
entre julio y septiembre. Posteriormente, existe un periodo de reposo o inmadurez sexual, con un inicio de
la gametogénesis a partir de enero.
Talla de madurez sexual
Se ha establecido la talla de madurez sexual desde un punto de vista tanto macroscópico como
microscópico, separando por sexos y por estaciones. En los machos, los resultados obtenidos muestran
que, según la observación macroscópica, la talla de madurez sexual se alcanza a los 1000 g, mientras
que con la microscópica, a los 800 g. La diferencia obtenida es debido a que ejemplares que presentan
testículos de pequeño tamaño son considerados inmaduros o en maduración en las observaciones
macroscópicas, mientras que microscópicamente, se observa que se trata de testículos maduros, con
espermatozoides perfectamente formados y listos para la fecundación.
En las hembras, los resultados, entre la observación macro y microscópica, son similares, obteniéndose el
mayor porcentaje de ejemplares maduros en verano y alcanzándose la talla de madurez sexual a los 1100
g. Estos resultados prácticamente coinciden con los obtenidos por otros autores (Dia, 1988; Avila y
Muñoz, 2000).
Contenido de las espermatecas
Como último punto a destacar, se ha realizado un seguimiento del contenido de las espermatecas. Los
resultados obtenidos muestran que, a lo largo de todo el año, el porcentaje de esperma en las
espermatecas es muy alto, con una pequeña cantidad de hembras inmaduras (6 %) que no presentan
esperma en su interior. Estos resultados vienen a confirmar la capacidad de las hembras de O. vulgaris
de almacenar esperma en su interior cuando todavía no han alcanzado la madurez sexual y durante un
periodo prolongado de tiempo.
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